SALUD POR LA VIDA

ARGENTINA

El arca de la nueva Alianza

Más allá de su oposición a Kirchner, el frente de Carrió con los radicales todavía
tiene más diferencias que consensos. Y carga el lastre del recuerdo de De la Rúa.

Por ANA GERSCHENSON denominarlo con esta palabra específica y

se prefiera Frente o Coalición por obvias
a renuncia a la vicepresidencia de “chacho” álvarez, el razones. Por lo pronto, hay que reconocer

L
regreso de Domingo Cavallo, el corralito, las cacerolas, la plaza de que cuando Kirchner marca como crítica
que muchas de las caras son las mismas
Mayo ensangrentada, los saqueos, y finalmente el helicóptero que que las que iniciaron la Alianza en 1997, no
alejó a Fernando de la Rúa para siempre de la Casa Rosada. Son hace falta hacer demasiada memoria, por-
imágenes todavía difíciles de digerir para muchos argentinos, y que la propia “Lilita” fue parte de la asocia-
ción histórica entre la UCR, comandada
Néstor Kirchner lo sabe bien. Es la razón por la que ante el primer atisbo de por Raúl Alfonsín, y el FREPASO, lidera-
reagrupamiento en el frente opositor recordó aquel doloroso fracaso argenti- do por Álvarez.
no de hace apenas siete años. Pero once años más tarde el contexto
político es bien diferente. Ante todo, el ra-
La pregunta es si este acercamiento anunciado entre el radicalismo y la dicalismo después de De la Rúa quedó he-
Coalición Cívica de Elisa Carrió es o no una nueva Alianza, aunque se evite rido de muerte. En 2003, el candidato

20 NEWSWEEK | 19 DE NOVIEMBRE, 2008 FOTOS: TELAM

JUNTOS: Gerardo Morales y Elisa Carrió,
unidos contra el oficialismo.
presidencial de la UCR, Leopoldo More-
au, sacó el peor resultado de la historia ra-de, abandonó su silencio político para
dical: sólo un 2,3 por ciento de los votos
nacionales. El 2007 encontró al partido
centenario también haciendo historia, al
postular por primera vez a un peronista
como su candidato a presidente, Roberto
Lavagna. Ese frente electoral, al que bau-
tizaron U.N.A., y que se basó en el com-
promiso de que el acuerdo político no era
una unión circunstancial sino programá-
tico, se diluyó un mes después de los co-
micios, cuando Lavagna se fue sin dar
explicaciones a sus ex socios.
Frente a la espectacular maquinaria pe-
ronista con poder en todo el territorio na-
cional, la UCR sigue siendo la única
agrupación capaz de ofrecer la cáscara es-
tructural clave para ganar, o por lo menos
para garantizar, fiscales, mesas y actos
fuera de la Ciudad de Buenos Aires y el Co-
nurbano. Allí reside su principal patrimo-
nio político. No en sus dirigentes, sino en
el armado nacional que, aunque oxidado,
sobrevivió a las rupturas y el desencanto de dente. Y en diálogo con Newsweek,
la seguidilla de fracasos desde 1989.
En el otro espacio de la oposi-
ción, el que no es radical, hay dos
líderes ex radicales que necesitan
de su antigua casa partidaria para
poder enfrentar a los Kirchner con
alguna chance electoral: la líder de
la Coalición Cívica, Elisa Carrió, y
el vicepresidente, Julio Cobos, que
está atado de pies y manos ( a
menos que renuncie) para tejer
cualquier alianza con la UCR hasta
2011, cuando termine su mandato
junto a Cristina Kirchner.
Carrió, quien disputa abierta-
mente su rol de socia principal de
este acuerdo con la UCR, se apuró ROMPECABEZAS: Solá junta las piezas de su nuevo bloque. fónica, cada tanto, sobre cuestiones
esta semana a bloquear cualquier
acercamiento del mendocino en el
mismo sentido.
Pero si los nombres no eran suficientes
para evocar el gobierno de la Alianza, las
internas que se desataron luego del en-
cuentro entre Carrió y el presidente del ra- Carrió me desacreditó personalmente
dicalismo, Gerardo Morales, terminaron de
convencer a más de uno de que hay puntos
de contacto entre aquel acuerdo y éste, re-
mozado, versión 2008.
“A primera vista, las reuniones de Carrió garita) Stolbizer, por ejemplo. Macri
con la UCR, e incluso la convocatoria a in-
corporar peronistas, genera la memoriza-
ción de aquella coalición electoral. El
objetivo sería, como lo fue, sumar fuerzas
para vencer la aparente invencibilidad del
otrora Menem. Hoy, es el kirchnerismo al
que hay que doblegar”, considera el soció-
logo Ricardo Rouvier ante una consulta de
Newsweek.
Sin embargo, una de las protagonistas
de la Alianza, Graciela Fernández Meiji-
aclarar que nada tiene que ver este acuer-
do con el de 1997. Dijo: “En el caso nues-
tro, compartíamos un proyecto en
común. Veníamos unidos programática-
mente desde hacía tiempo”, y de paso
destacó que “hay que fijarse si los legisla-
dores de los bloques trabajan juntos. Ahí
ENTREVISTA
“Me trataron de traidor”
Felipe Solá se rearma luego de cinco años de amor “K”.
Por Juan Pablo De Santis
arrió y los radicales no son
C los únicos que rearman fuerzas
contra Kirchner. Este lunes 17, el
ex gobernador bonaerense y diputado
nacional Felipe Solá anunció la forma-
ción de un interbloque peronista disi-
dijo que “el bloque está abierto a los
que quieran venir”. Extractos:
De quién se siente más cerca en cuanto a
la opinión sobre el Gobierno: ¿Elisa Carrió No lo sé. Y no creo que lo pueda decir
o Mauricio Macri?
muchas veces. Si volviera de sus pala-
bras, no tendría ningún problema en ha-
blar con ella. Hay mucha gente que yo
respeto y que está con ella, como (Mar-
nunca me ha desacreditado.
¿Dialogaría con Francisco De Narváez
sobre su nuevo bloque opositor?
Sí, me sentaría a hablar casi con todo el
mundo. Con De Narváez se da una situa- ser adversarios del Gobierno, desde el
ción que yo quisiera evitar: hablamos a
es donde se puede notar si comparten un
proyecto”.
¿Trabajan juntos el radicalismo y la Co-
alición Cívica? Se oponen a los proyectos
oficiales de manera separada, como sucede
en el caso más reciente de la reestatización
de las AFJP. El radicalismo tenía un pro-
yecto alternativo, pero Lilita anunció en
conferencia de prensa que sus legisladores
se iban a oponer porque no valía la pena
presentar una iniciativa propia debido al
contexto de mayoría oficialista.
La última variable para terminar de
través de los medios.
¿A qué nombre le gustaría incorporar?
Un nombre que me parece que tiene fu-
turo es (Martín) Sabatella (intendente
de Morón). En los últimos días no hablé
con él... Creo que estamos en caminos
diferentes pero eso no quiere decir que él
no tenga mi admiración.
¿Qué ambiente se percibe en el kirchneris-
mo de Diputados?
Es un ambiente al que quien entra en
política, muchas veces, tiene que some-
terse. Más que nada, por cuestiones de
presión psicológica sobre su opinión y
su inteligencia, algo que me parece ina-
ceptable para los años que vivimos.
Sobre todo, después de tantos dolores
sufridos en la Argentina.
¿Habló con Daniel Scioli y Jorge Busti
sobre su alejamiento?
No he hablado con Busti, y con Scioli he
hablado de otros temas, no de éste exac-
tamente. Mantenemos una relación tele-
concretas que hacen a mi experiencia y a
su trabajo actual.
¿Scioli vería con buenos ojos el espacio
que usted está conformando?
públicamente.
¿El conflicto con el campo ha sido el
principio o el fin de su relación con el
Gobierno?
A partir de ese conflicto me pusieron
apodos, me trataron de traidor. No
hubo ninguna corrección del bloque
sobre esta situación. Además, muchos
de los que votaron en contra de la reso-
lución 125 fueron “perdonados”, mien-
tras que otros estábamos obligados a
primer día.
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ARGENTINA
analizar la creación de esta nueva Alianza
es el papel que ocupa todavía en la UCR
Alfonsín.
En 1997, fue mentor excluyente del
acuerdo con “Chacho” Álvarez que cata-
pultó a De la Rúa a la presidencia. En
estos días, quizás debido a la enfermedad
que lo alejó de la actividad partidaria in-
tensa, Alfonsín no fue consultado por Mo-
rales antes del encuentro con Carrió.
Aunque “Lilita” se ocupó de buscar la ben-
dición del ex presidente, argumentando
que una de las razones por las que volvía a
acercarse al radicalismo eran las palabras
de Alfonsín, quien había llamado a buscar
el diálogo en la oposición.
Para el caudillo radical, esa sola mención
no fue suficiente, y por carta le bajó el pul-
gar a la nueva Alianza que, desde el vamos,
nació inmersa en un conflicto político.
El entuerto se solucionó con una reu-
nión en el departamento de la Avenida
Santa Fe, donde Alfonsín dejó bien claro
que cualquier decisión partidaria tiene que
pasar por sus manos, como hace 25 años.
Detrás del ex presidente está el grupo
leal que lo acompañó siempre, encabeza-
do por los bonaerenses Federico Storani y
Leopoldo Moreau. Ambos recelan de
cualquier acuerdo con Carrió y prefieren
abiertamente a Cobos como candidato de
22 NEWSWEEK | 19 DE NOVIEMBRE, 2008
un futuro frente electoral. Además, man-
tienen un enfrentamiento descarnado con
Margarita Stolbizer, quien abandonó la
UCR para irse a la Coalición Cívica, cul-
pando a Storani de los fracasos del radi-
calismo.
Por último, la vocación de Carrió por ser
líder excluyente de cualquier frente posible
La nueva Alianza debe
borrar de la memoria
social al corralito, los
saqueos y la Plaza de
Mayo ensangrentada.
también es una variable que no hay que su-
bestimar. “Lilita” no ha querido compartir
cartel con ningún otro dirigente, y de
hecho, éste fue uno de los conflictos que
frustraron un acuerdo electoral con Ricar-
do López Murphy el año pasado.
Justamente, López Murphy es otra cara
conocida que podría sumarse a esta nueva
Alianza. “Hay que conformar un frente al-
ternativo que sea capaz de dar al país una
vía para defender las instituciones de la Re-
pública”, dijo el ex ministro aliancista.
Todavía hay más preguntas que certezas
alrededor de la unión entre Carrió y el radi-
calismo. Y eso no es todo: todavía hay más
diferencias que coincidencias de fondo
sobre lo que propone y a quiénes propone
esta Alianza modelo 2008.
Sin lugar a dudas, al Gobierno de los
Kirchner le incomoda el reacomodamien-
to opositor, y el resurgimiento de “Lilita”
como principal enemiga política, debido a
la espectacularidad de sus denuncias de
corrupción.
Hasta ahora, lejos del radicalismo, la
Coalición Cívica no estaba en condiciones
de sumar poder territorial para enfrentar al
kirchnerismo en el Congreso o con inten-
dentes y gobernadores propios. Y esto es lo
que puede cambiar a partir de un acuerdo
con la estructura radical.
Claro que cualquier Alianza que involu-
cre al radicalismo o a quienes apoyaron al
gobierno de De la Rúa deberá remontar un
escollo más profundo que la confrontación
con el Gobierno del matrimonio Kirchner:
tendrá que borrar de la memoria social la
renuncia de “Chacho” Álvarez, el regreso de
Domingo Cavallo, el corralito, la Plaza de
Mayo ensangrentada, los saqueos, y la ima-
gen del helicóptero que se llevó a De la Rúa
para siempre de la Casa Rosada, y hundió
en el caos a la Argentina. ■
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