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INSTITUTO TEOLÓGICO DE APÓSTOLES Y PROFETAS DE EL SALVADOR

REGIONAL LA UNIÓN.

Asignatura:
Hechos de Los Apóstoles.

Docente:
Cesar Dannys Rodríguez

Estudiante:
Joseline Carolina Escobar de Cruz

Tarea:
Capítulo 27 de Hechos.

Grado y ciclo:
Tercero – ciclo I – 2024

Calificación:

__________________

Lugar y fecha de entrega:


La Unión 13 de abril de 2024.

1
Índice
Contenido pag.

Hechos 27 ............................................................................................................................ 3
La tempestad en el mar ................................................................................................ 3
El naufragio ..................................................................................................................... 5
Temas en todo el capítulo 27 de Hechos. ................................................................... 6
Acontecimientos importantes de HECHOS CAPITULO 27. .................................. 16
Conclusión: ....................................................................................................................... 17
Anexos: .............................................................................................................................. 18

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Hechos 27
Reina-Valera 1960
Pablo es enviado a Roma

27 Cuando se decidió que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y


a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta. 2 Y
embarcándonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia,
zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica. 3 Al otro día
llegamos a Sidón; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a
los amigos, para ser atendido por ellos. 4 Y haciéndonos a la vela desde allí,
navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. 5 Habiendo
atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia. 6 Y
hallando allí el centurión una nave alejandrina que zarpaba para Italia, nos
embarcó en ella. 7 Navegando muchos días despacio, y llegando a duras penas
frente a Gnido, porque nos impedía el viento, navegamos a sotavento de Creta,
frente a Salmón. 8 Y costeándola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman
Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.

9Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por


haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, 10 diciéndoles: Varones, veo
que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no solo del cargamento
y de la nave, sino también de nuestras personas. 11 Pero el centurión daba más
crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía. 12 Y siendo
incómodo el puerto para invernar, la mayoría acordó zarpar también de allí, por si
pudiesen arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al nordeste y sudeste, e
invernar allí.

La tempestad en el mar

13 Y soplando una brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban,
levaron anclas e iban costeando Creta. 14 Pero no mucho después dio contra la
nave un viento huracanado llamado Euroclidón. 15 Y siendo arrebatada la nave, y

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no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos
llevar. 16 Y habiendo corrido a sotavento de una pequeña isla llamada Clauda, con
dificultad pudimos recoger el esquife. 17 Y una vez subido a bordo, usaron de
refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas
y quedaron a la deriva. 18 Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al
siguiente día empezaron a alijar, 19 y al tercer día con nuestras propias manos
arrojamos los aparejos de la nave. 20 Y no apareciendo ni sol ni estrellas por
muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido
toda esperanza de salvarnos.

21 Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en


medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme
oído, y no zarpar de Creta tan solo para recibir este perjuicio y pérdida. 22 Pero
ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida
entre vosotros, sino solamente de la nave. 23 Porque esta noche ha estado
conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24 diciendo: Pablo, no
temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha
concedido todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen
ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. 26 Con todo,
es necesario que demos en alguna isla.

27 Venida la decimacuarta noche, y siendo llevados a través del mar Adriático, a la


medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra; 28 y echando
la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante, volviendo a
echar la sonda, hallaron quince brazas. 29 Y temiendo dar en escollos, echaron
cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de día. 30 Entonces los
marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban
como que querían largar las anclas de proa. 31 Pero Pablo dijo al centurión y a los
soldados: Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podéis
salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron
perderse.

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33 Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo:
Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer
nada. 34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello
de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. 35 Y habiendo dicho esto, tomó el
pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a
comer. 36 Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también. 37 Y

éramos todas las personas en la nave doscientas setenta y seis. 38 Y ya


satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar.

El naufragio

39 Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían una ensenada que
tenía playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave. 40 Cortando, pues, las
anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e izada al
viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. 41 Pero dando en un lugar de dos
aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se
abría con la violencia del mar. 42 Entonces los soldados acordaron matar a los
presos, para que ninguno se fugase nadando. 43 Pero el centurión, queriendo
salvar a Pablo, les impidió este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se
echasen los primeros, y saliesen a tierra; 44 y los demás, parte en tablas, parte en
cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.

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Temas en todo el capítulo 27 de Hechos.

1. Pablo es enviado a roma.


2. La tempestad en el mar.
3. El naufragio.

HECHOS 27

NAUFRAGIO CAMINO A ROMA

A. De Cesarea a Buenos Puertos.

1. (Hechos 27:1-2) Pablo y sus compañeros dejan Cesarea.

Cuando se decidió que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo


y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía
Augusta. Y embarcándonos en una nave adramitena que iba a tocar los
puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de
Tesalónica.

a. Un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta: No sabemos mucho


sobre esta compañía Augusta en particular (varias llevaban ese nombre), pero
era común que soldados romanos acompañaran al transporte de criminales, al de
los que esperan juicio, y a las naves mercantes llenas de grano que viajan de
Egipto a Roma.

b. Estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica:Aristarco y


Lucas (note el nosotros del versículo dos en adelante) acompañaron a Pablo en
este viaje. El favor que Pablo gozaba por parte de Julio (que se menciona
en Hechos 27:3) significó que le fue permitido llevar a estos compañeros con él.

2. (Hechos 27:3-8) De Cesarea a Buenos Puertos.

Al otro día llegamos a Sidón; y Julio, tratando humanamente a Pablo, le


permitió que fuese a los amigos, para ser atendido por ellos. Y haciéndonos
a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos
eran contrarios. Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia,
arribamos a Mira, ciudad de Licia.Y hallando allí el centurión una nave
alejandrina que zarpaba para Italia, nos embarcó en ella. Navegando muchos
días despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos impedía
el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salmón. Y costeándola

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con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del
cual estaba la ciudad de Lasea.
a. y Julio, tratando humanamente a Pablo, le permitió que fuese a los
amigos, para ser atendido por ellos: El barco navegó primero a Sidón, donde
Pablo se encontró con cristianos y pudo ser atendido por ellos. El comandante
romano le dio muchas libertades a Pablo porque no era un hombre condenado
(todavía), sino que estaba esperando a tener un juicio ante Cesar. El carácter
consagrado de Pablo y el cómo mostraba su amor cristiano, también le ayudaron a
ganarse el favor.

i. Pablo era diferente a los demás prisioneros que estaban a bordo. Todos los
demás prisioneros probablemente eran criminales condenados que estaban
siendo enviados a Roma para morir en la arena.

b. Una nave alejandrina que zarpaba paraItalia Este era un carguero de grano,
que llevaba grano crecido en Egipto para Italia. Según Hughes, el carguero de
grano típico de ese periodo era de 140 pies de largo y 36 pies de ancho. Tenía un
mástil con una gran vela cuadrada, y en vez de lo que conocemos como timón, se
manejaba con dos remos en la parte de atrás de la nave. Eran naves fuertes, pero
debido a su diseño, no podían navegar contra el viento.

c. Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira …a


Gnido …a Salmón…Buenos Puertos: El barco comenzó a hacerse camino por el
oeste, llegando eventualmente al puerto llamado Buenos Puertos, del lado sur de
la isla de Creta.

3. (Hechos 27:9-10) El consejo de Pablo para el capitán y la tripulación del


barco.
Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación, por
haber pasado ya el ayuno, Pablo les amonestaba, diciéndoles: Varones, veo
que la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del
cargamento y de la nave, sino también de nuestras personas.

a. Y habiendo pasado mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación,


por haber pasado ya el ayuno: La fecha del ayuno que se menciona aquí, era
probablemente el 5 de Octubre, que era el día de la Expiación en el año 59 d.C. La
idea aquí es que conforme se acercaba el invierno, el clima se volvía más
peligroso para navegar.

i. “La temporada peligrosa para navegar empezaba alrededor del 14 de


Septiembre y duraba hasta el 11 de Noviembre; después de esta última, toda

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navegación en el mar abierto llegaba a su fin hasta que terminaba el invierno.”
(Bruce)
b. Pablo les amonestaba, diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a
ser con perjuicio y mucha pérdida, no sólo del cargamento y de la nave, sino
también de nuestras personas: Pablo no habló aquí necesariamente como un
profeta de Dios, sino tal vez como un experimentado viajero del Mediterráneo,
habiendo viajado alrededor de unas 3,500 millas en el océano. Conociendo las
temporadas y las condiciones – y tal vez con sabiduría sobrenatural – Pablo les
aconsejó que no siguieran adelante.

i. 2 de Corintios 11:25 nos dice que para entonces, Pablo ya había naufragado tres
veces. ÉL, como casi todos los demás, sabía que navegar en esa temporada era
peligroso.

4. (Hechos 27:11-12) Se toma la decisión navegar.

Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo


que Pablo decía. Y siendo incómodo el puerto para invernar, la mayoría
acordó zarpar también de allí, por si pudiesen arribar a Fenice, puerto de
Creta que mira al nordeste y sudeste, e invernar allí.

a. Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave, que a lo


que Pablo decía: No es ninguna sorpresa que el centurión respetara más la
opinión del piloto y del dueño de la nave que la de Pablo. Ambos tenían mucho
que perder si la nave no llegaba a Roma.

b. Y siendo incómodo el puerto para invernar: El nombre Buenos


Puertos (Hechos 27:8) no era del todo certero – cuando menos no en el invierno.
La posición de la bahía la hacía vulnerable a los vientos y tormentas del invierno.
No era el lugar ideal para esperar hasta la próxima temporada.

i. Tampoco era un lugar divertido para pasar el invierno, y la tripulación no tenía


muchas ganas de pasar meses en un pueblo pequeño. Un comentarista sugiere
que la Cámara de Comercio local llamó al lugar “Buenos Puertos.”

c. La mayoría acordó zarpar también de allí: Tomando el voto de la tripulación,


decidieron navegar hasta el puerto de Fenice. El puerto de Fenice estaba en la
misma isla de Creta y solo a alrededor de 40 millas de distancia. No les pareció
descabellado el poder llegar hasta Fenice y salvarse de un invierno miserable en
Buenos Puertos.

i. Sin embargo fallaron al no considerar el sabio consejo de Pablo, que terminó


siendo profético: la navegación va a ser con perjuicio y mucha pérdida. Ellos
debieron haber escuchado a Pablo, y más tarde se los recordaría (Hechos 27:21).

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B. El tormentoso viaje de Buenos Puertos a Malta.

1. (Hechos 27:13-16) Se tiene un buen comienzo en Creta, pero rápidamente


la nave encuentra grandes dificultades en una tormenta.

Y soplando una brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban,
levaron anclas e iban costeando Creta. Pero no mucho después dio contra la
nave un viento huracanado llamado Euroclidón. Y siendo arrebatada la nave,
y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos
llevar. Y habiendo corrido a sotavento de una pequeña isla llamada Clauda,
con dificultad pudimos recoger el esquife.

a. Y soplando una brisa del sur: Los vientos parecían favorables, así que
zarparon para Buenos Puertos. Pero justo pasando Creta, lo vientos se volvieron
peligrosos.
b. Dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclidón: Este viento
era temido entre los marineros antiguos por su poder destructivo. Incapaces de
navegar con este viento en sus caras, todo lo que pudieron hacer fue dejarse
llevar.

c. Con dificultad pudimos recoger el esquife: El esquife era normalmente


remolcado detrás del barco, pero era llevado a bordo cuando había mal clima- así
que lo recogieron.

i. Con dificultad pudimos recoger el esquife puede haber sido bastante litaral
desde la perspectiva de Lucas. El doctor fue probablemente obligado a ayudar
tirando de las cuerdas.
2. (Hechos 27:17-19) Las Medidas que se tomaron para salvar la nave.
Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo
temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva. Pero
siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a
alijar, y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de
la nave.

a. Usaron de refuerzos para ceñir la nave: Esta era una medida normal de
emergencia, ayudaba a prevenir que la nave fuera destruida en la tormenta.

b. Arriaron las velas y quedaron a la deriva: El miedo de estrellarse con


la Sirte (un área infame, llena de naves destrozadas, en la costa de África del
norte) los hizo dejarse llevar por el viento y renunciar a la esperanza de poder
controlar el barco en la tormenta.

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c. Empezaron a alijar… arrojamos los aparejos de la nave: Estas fueron las
últimas dos cosas que hicieron para salvar la nave – Primero tirar la carga y
después el equipo del barco. Pero aún así, el barco continuó siendo impulsado por
el viento durante muchos días.

3. (Hechos 27:20) La desesperanza de la tripulación y de los pasajeros.

Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una


tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.

a. Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días: En el mar abierto, solo


se podía navegar con el sol o las estrellas. Muchos días en esta tormenta
provocaron que la tripulación comenzara a sentir desesperación. La
gran Tempestad los llevo a ciegas al oeste, a través del Mediterráneo.

b. ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos: Hechos 27:37 no cuenta


que había 276 personas a bordo, tanto pasajeros como tripulación. Parece que
todos habían perdido la esperanza, y creían que no iban a sobrevivir.

4. (Hechos 27:21-22) Pablo le dice a la tripulación que tenga ánimo.


Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en
medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones,
haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y
pérdida. Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna
pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave.

a. Como hacía ya mucho que no comíamos: No crean que los marineros


ayunaron y buscaron a Dios. Más bien, la falta de comida era probablemente
debido a las malas condiciones de alimentos y al mareo.
b. Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído: Pablo no
pudo resistir (y con toda razón) un momento para decir “te lo dije”. Si ellos
hubieran escuchado sus sabios consejos en Hechos 27:10, no es estarían en esta
situación aparentemente desesperanzadora.

c. Os exhorto a tener buen ánimo: Como mensajero de Dios, Pablo esperaba


poder dar esperanza a los pasajeros y a la tripulación, pues ya habían renunciado
a ella. Su objetivo no era solamente decirles que él había tenido razón, sino darles
buenas noticias.

d. Pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de


la nave: Este era un mensaje que provocaba sentimientos encontrados. La
promesa de que no se perdería ninguna vida era difícil de creer, especialmente si
el barco sí se perdería. También eran malas noticias escuchar que el viaje sería

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una completa pérdida financiera, ya que habían tirado la carga por la borda
(Hechos 27:18) y también se perdería la nave.
5. (Hechos 27:23-26) Pablo le cuenta a la tripulación sobre una visita
angelical.

Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a
quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante
César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por
tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así
como se me ha dicho. Con todo, es necesario que demos en alguna isla.

a. Ha estado conmigo el ángel: Dios envió un mensajero angelical a Pablo para


darle buenas y alentadoras noticias cuando parecía ya no haber esperanza. Ésta
no fue una aparición directa de Jesús (como en Jerusalén, Hechos 23:11), sino
un ángel. La palabra de Dios llegó a Pablo de diferentes formas en diferentes
ocasiones.

b. Ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo: La presencia angelical era
alentadora; esto también lo era. Pablo recordó que él pertenecía a Dios y que
él servía a Dios. Dios nunca se olvida de aquellos que le pertenecen y le sirven.

i. Eso no significa que todo es sencillo para aquellos que pertenecen y sirven a
Dios. La calamidad por la que estaba pasando Pablo es prueba de eso. Pero sí
significa que el ojo atento de Dios y su cuidado activo están presentes incluso en
ese tipo de calamidades.

c. No temas: Esta era la razón por la que Pablo necesitaba escuchar esto. El
también tenía miedo en la tormenta (por lo menos una parte del tiempo). En sus
momentos fuertes, Pablo sabía que lograría llegar a Roma porque Dios se lo había
prometido. Sin embargo en la tormenta (en este caso era una tormenta, literal) era
fácil dudar y Pablo necesitaba la seguridad.

d. Dios te ha concedido todos los que navegan contigo: Esto implica que
Pablo le pidió a Dios por la seguridad de todos en el barco. El ya tenía la promesa
de su propia seguridad, pero no era suficiente para Pablo. El trabajó en oración
por seguridad y bendición para aquellos que estaban con él, creyentes y no
creyentes. Se preocupó por ellos y los amó, y trabajó por ellos en oración hasta
que Dios le concedió su seguridad.

e. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo: Pablo los había alentado a tener
buen ánimo solo unos momentos antes (Hechos 27:22). Aquí vuelve a animarlos,
esta vez a la luz de la revelación de Dios. “Ustedes tienen una razón para tener
buen ánimo- Dios me ha garantizado su seguridad, y yo le creo a Dios”.

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i. Pablo no pudo mantener la esperanza solo para sí mismo. El tenía que pasarla,
tanto para los creyentes a bordo de la nave como para los que todavía no habían
creído.

f. Porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho El mensaje de


confianza de Pablo para los preocupados marinos en una nave azotada por
tormentas, expresa la esencia de lo que significa poner nuestra fe en Dios y en su
Palabra. Dios se lo dijo a Pablo (a través de un ángel) y Pablo dijo, “Yo le creo a
Dios.”

i. Tome nota de lo que Pablo dijo: “yo confío en Dios.” Él no dijo “yo creo
en Dios”. Todos los demonios del infierno están de acuerdo con la existencia de
Dios. Pablo declaró tener confianza absoluta en que Dios conocía su situación y
en su promesa sobre esa situación.

ii. Pablo le creyó a Dios cuando ya no había nada más en que creer. El no podía
creer en los marinos, el barco, en las velas, el viento, el centurión, el ingenio
humano ni en nada más- solo en Dios. Esta no era una fe en que habría un buen
clima; él creyó en Dios en medio de una tormenta, cuando las circunstancias
estaban en su peor momento. Pablo diría junto con Job: aunque él me matare, en
él esperaré (Job 13:15). La tormenta y el peligro eran reales, pero Dios era más
real para Pablo que las terribles circunstancias.

iii. Pablo no se avergonzaba de decir que le creía a Dios. “Quisiera Dios que todos
los cristianos estuvieran listos para tirar el guante y decir lo que son; pues si Dios
no es real, no pretendamos creer en él; y si el evangelio es una mentira, seamos
lo suficientemente honestos para confesarlo.” (Spurgeon)

iv. La firme confianza de Pablo en Dios lo hizo un líder entre los hombres, incluso
cuando era un prisionero de Roma.

g. Con todo, es necesario que demos en alguna isla: Estas noticias eran
contradictorias, y en estas circunstancias el dar en alguna isla pudiera ser
llamado, con justa razón, naufragio. Pablo básicamente dijo, “todos vamos a
naufragar en una isla desconocida, pero todos estaremos bien”.

i. Alguna isla significa que Dios no le dijo a Pablo todo lo que iba a suceder Pablo
tuvo que confiar en que Dios sabía en qué isla iban a dar, incluso si Pablo no
sabía.

6. (Hechos 27:27-29) Acercándose a tierra firme.

Venida la decimocuarta noche, y siendo llevados a través del mar Adriático, a


la medianoche los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra; y
echando la sonda, hallaron veinte brazas; y pasando un poco más adelante,

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volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas. Y temiendo dar en
escollos, echaron cuatro anclas por la popa, y ansiaban que se hiciese de
día.

a. Venida la decimocuarta noche Pasaron dos semanas enteras en la miseria y


el terror de la tormenta.

b. Los marineros sospecharon que estaban cerca de tierra: Al sentir que


estaban cerca de tierra (probablemente por oír el romper de las olas a la
distancia), los marineros tomaron las precauciones necesarias para evitar
estrellarse contra alguna roca (echaron cuatro anclas por la popa, y ansiaban
que se hiciese de día).
c. Y ansiaban que se hiciese de día: La amenaza de naufragio y muerte los hizo
hombres de oración.
7. (Hechos 27:30-32) Algunos marineros intentan escapar del barco.

Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al


mar, aparentaban como que querían largar las anclas de proa. Pero Pablo
dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave,
vosotros no podéis salvaros. Entonces los soldados cortaron las amarras
del esquife y lo dejaron perderse.

a. Entonces los marineros procuraron huir de la nave: A estos marineros no


les importaban los pasajeros. Al ver una oportunidad de salvar sus propias vidas
en la oscuridad, esperaban poder abandonar la nave dejando a los pasajeros.

b. Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la


nave, vosotros no podéis salvaros Pablo sabía dos razones por las que tenían
que mantenerse juntos. Primera, los desesperados pasajeros del barco
necesitaban de la pericia de la tripulación, y sería fatal si ésta abandonara a los
pasajeros. Segunda, Pablo probablemente sintió que la promesa de Dios de darle
la vida de todos los que iban en la nave, suponía que se mantuvieran juntos.

c. Los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron perderse: A


este punto, parece que los soldados tenían mucha confianza en Pablo.

8. (Hechos 27:33-38) Pablo alienta a los pasajeros ya la tripulación al


anochecer.

Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen,


diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas,
sin comer nada. Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni
aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá. Y habiendo

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dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y
partiéndolo, comenzó a comer. Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo,
comieron también. Y éramos todas las personas en la nave doscientas
setenta y seis. Y ya satisfechos, aligeraron la nave, echando el trigo al mar.

a. Pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá:


Pablo tenía palabra de fe y confianza del Señor para la atemorizada tripulación y
pasajeros. Pero esta palabra solo benefició a aquellos que la creyeron.

i. Dios tiene muchas promesas de consuelo y cuidado para nosotros en tiempos


de desesperación, pero solo nos benefician cuando las creemos.

b. Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de


todos, y partiéndolo, comenzó a comer. Entonces todos, teniendo ya mejor
ánimo, comieron también: Hay indicios de que Pablo consideraba esta comida
como comunión en la mesa del Señor para los cristianos presentes.

c. aligeraron la nave: El haber echando el trigo al mar refleja su gran


desesperación. Ésta era la última carga esencial de la nave, después de que
habían aligerado el barco (Hechos 27:18). Esta era una lucha por la supervivencia.

9. (Hechos 27:39-41) El barco encalla y se destruye.

Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían una ensenada que
tenía playa, en la cual acordaron varar, si pudiesen, la nave. Cortando, pues,
las anclas, las dejaron en el mar, largando también las amarras del timón; e
izada al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa. Pero dando en un
lugar de dos aguas, hicieron encallar la nave; y la proa, hincada, quedó
inmóvil, y la popa se abría con la violencia del mar.

a. No reconocían la tierra: No lo supieron al principio, pero habían llegado a una


isla llamada Malta. El lugar donde encalló el barco ahora es llamado Bahía de San
Pablo.

i. “Solo la más rara combinación de circunstancias favorables pudo haber traído un


final tan afortunado para su aparente desesperanzada situación… Todas estas
circunstancias son reunidas en la Bahía de San Pablo.” (Bruce)

ii. “Si ellos no hubieran llegado a Malta, no hubiera habido nada por 200 millas
más hasta que se toparan con la costa de Túnez, y probablemente ninguno
hubiera podido sobrevivir por tanto tiempo.” (Bruce)
b. La proa, hincada, quedó inmóvil, y la popa se abría con la violencia del
mar: Cuando el barco se hincó en la costa, el todavía tormentoso mar golpeó la

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debilitada embarcación y ésta comenzó a ser destrozada. Todos abordo tenían
que saltar del barco o abrirse con él.
10. (Hechos 27:42-44) Abandonando el barco y llegando a salvo a la costa.

Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se
fugase nadando. Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió
este intento, y mandó que los que pudiesen nadar se echasen los primeros,
y saliesen a tierra; y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y
así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.

a. Entonces los soldados acordaron matar a los presos, para que ninguno se
fugase nadando: Para los soldados tenía sentido matar a los prisioneros, porque
de acuerdo con la ley militar romana, un guardia que permitía escapar su
prisionero era sometido a la misma pena que hubiera sufrido el prisionero que
escapó- en el caso de la mayoría de los prisioneros, la muerte.

b. Pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió este intento: Dios
le dio gracia a Pablo ante los ojos del centurión romano, y esa gracia permitió que
Pablo y el resto de los prisioneros conservaran la vida- cumpliéndose la palabra
hablada por Pablo, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo (Hechos
27:24). La Palabra de Dios nunca falla.

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Acontecimientos importantes de HECHOS CAPITULO 27.
1. Hechos 27:1-2 Pablo y sus compañeros dejan Cesárea.
2. Hechos 27:3-8 De Cesárea a buenos Puertos.
3. Hechos 27:9-10 El consejo de Pablo para el capitán y la tripulación del
Barco.
4. Hechos 27:11-12 Se toma la decisión de navegar.
5. Hechos 27:13-16 Se tiene un buen comienzo en Creta, pero rápidamente la
nave encuentra grandes dificultades en una tormenta.
6. Hechos 27:17-19 Las medidas que se tomaron para salvar la nave.
7. Hechos 27:20 La desesperanza de la tripulación y los pasajeros.
8. Hechos 27:21-22 Pablo le dice a la tripulación que tenga ánimo.
9. Hechos 27:23-26 Pablo le cuenta a la tripulación sobre una visita angelical.
10. Hechos 27:27-29 Acercándose a tierra firme.
11. Hechos 27:30-32 Algunos marineros intentan escapar del barco.
12. Hechos 27:33-38 Pablo alienta a los pasajeros ya la tripulación al
anochecer.
13. Hechos 27:39-41 El barco encalla y se destruye.
14. Hechos 27:42-44 Abandonando el barco y llegando a salvo a la costa.

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Conclusión:
Ellos no escuchan al apóstol cuando les advirtió del peligro que corren; sin
embargo, si ellos reconocen su locura, y me arrepiento de ello, sino que hablará
comodidad y alivio para ellos cuando están en peligro. La mayoría de la gente trae
en problemas, porque no saben cuándo están bien apagado; vienen a hacer daño
y la pérdida por el objetivo de recomponer su situación, a menudo en contra del
consejo. Observe la profesión solemne Pablo hace de la relación con Dios. No hay
tormentas o tempestades pueden obstaculizar el favor de Dios a su pueblo,
porque él es una ayuda siempre a mano. Es un consuelo para los siervos fieles de
Dios cuando está en dificultades, que el tiempo que el Señor tiene ningún trabajo
que hacer para ellos, sus vidas se alargarán. Si Pablo hubiera empujado a sí
mismo innecesariamente con malas compañías, podría con justicia se han
desechado con ellos; sino que Dios lo llamaba a él, que se conservan con él. Ellos
te son dadas; no hay mayor satisfacción para un hombre bueno, que saber que es
una bendición pública. Él les consuela con las mismas comodidades con que él
mismo se consoló. Dios es siempre fiel, por lo tanto, dejar que todos los que tienen
un interés en sus promesas estar siempre alegre. Como, con Dios, diciendo y
haciendo, no son dos cosas, creer y disfrutar no debe ser tan con nosotros. La
esperanza es un ancla del alma, segura y firme, que entra hasta dentro del velo.
Que los que están en tinieblas espirituales guárdalo por eso, y no pensar en
hacerse a la mar de nuevo, pero no permanecéis en Cristo, y esperar hasta que
apunte el día y huyan las sombras.

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Anexos:
1. Comentario de Matthew Henry
2. David Guzik :: Hechos 27 –
3. Santa biblia Reyna o Valera,60

4.

5.

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