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ere Ta
Uy
V Centenario ‘
de la caida de
TenochtitlanHistor Hyena
‘V CenreNanio DE LA CAIDA pr TeNocHTYTLAN
Hisaridgends, 8032, Cearta époce
446.V Centenario de Leads de ‘Nim. 46
“Tenochtitlan, cctubre 2023 - (octubre 2023 - abril 2025)
abn 23, una publiacon
fruity emer edtads porta ‘Dieter
Univenidad Nacional Auténoma Benjamin Bars Sinches
de México, Ciudad Univertaia,
‘Maid Coyeein,CEOnS1 Miguel Angel Gallo
‘México, Cada de Mésico, avs
de cuca Natoma Colegio ea
4 Clncany Hamman ‘boc tupinora
nsargents Sur. Ceuta Escolar pe
S/N, Cudal Universiara, Alaa Adj
Coqoacin, CP. 04510, esi, ‘fareoe nl Aguiar}
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fqatis3sos00-03. ISSN: 2448-8638, Miguel Angel Ramirez Zaragor
ambos otogados por elTnituo JesisAncoio Gara Olivers
‘Nacional de Derechos de Autor ‘iar Maries Goan
GenpnuTOR tareyonbiat alaGootando | erie Sori hee
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ran esyaronvatiom ‘ers Hernindez Mirquez bier ue Naina Rees
aan Vicor Dav meses Menez ‘rar de Pawan
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‘neal del CCH, 1er piso, Sexetra de Comaniaci Istitacional,Inszgentes Sur
Y Ciauito Escala, Ciudad Unserstara, C4516 te 5622 0 2, buona ger
‘de01 sao.OCTUBRE 2022 ABRIL 2023) HISTORIAGENDA 46
INDICE
V Centenario de la caida de Tenochtitlan
TEORIA Y ANALISIS 94 — Lenguaje incluyente, sdafi al idioma?
Gloria Cela Carre Alvarade, Homero
6 Repensar ls conguista Ramirez Tena, Adolfo Criston Montes
Tess Antonio Garcia Olivers ‘Medina, Victor Hago Coria Gorse, Va-
16 Giroa havisién de los vencides lentin Mar Sibay Marco Antonio Villalda
Iivad Jurado Zapata Quezada
28 Lacaids deTenochtitlan, -
cel fin de una cultura? RESENAS
lizcbeth Gonzales Torres
38 Hablemos de a rizhiscrica dela 1040 La palabra como principio dela politica
discriminacién en México ‘enel fila Wer fr the Pane ofthe Apes
Cuaaktemoe Dominguez Nava Ernesto Ermar Coronel Pereyra
ENSENANZA APRENDIZAJE AMAS DE 30 ANOS
DE HISTORIAGENDA
46 Lalglesia en la Nueva Espaia
David Pacencia Bogarin 414 Seguimos haciendo Historia (Agenda)
60 EL proceso de conquista a través de mi ‘Miguel Angel Gallo
experiencia doceate: una propuesta 4123, {Para qué una revisa de historia en el
‘Mariel A. Robes Valadez cone
Tis Antonio Garcia Olvera y Verixica
‘TEMAS LIBRES Hernéndez Marquee
68 Ba padre de Calzonsin
Migeel Angel Gall T.MISTORIAGENDA 60 | OCTUBRE 2022- ABRL 2023
ATURN TO
THE VISION OF THE
DEFEATERSOCTUBRE 2022 - ABRIL2023 | HISTORIAGENDA 46
GIRO ALA
VISION DE LOS
VENCIDOS
ISRAEL JURADO ZAPATAMISTORIAGENDA 46 | OCTUSRE2022 ABRIL 2023
RESUMEN
Existen diversas visiones y perspectivas
para estudiar y entender Ia conquista de
‘América. En este articulo propongo la re-
‘cuperacin de una mirada en contra de la
inevitabilidad del triunfo de Occidente,
‘en contra de la “completitud” de la con~
‘quisca y la victimizacién y el derrotismo
de los indigenas. Se trata de repensar la
‘conquista como proceso de larga duracién
yy desde la 6ptica de historia critica para
‘ubvertir los efectos sociales y 1s prepon-
derancia de los discursos coloniales, que
reducen Iz complejidad de este proceso
histerico e invisibilizan a los indigenas
fen su diversidad, su protagonismo y sus
‘rtunfos histéricos contra el colontalismo.
Palabras dave: conquista, discurso colo-
nial, historia critica, colonialidad.
ABSTRACT
Different visions and perspectives ex-
ist to study and understand the Con-
f America. Here I propose the
recovery of 2 look against the inev
bility of the triumph of the West, the
‘completeness
victimization, and de
digenous pecple. I
the Conquest
of the conquest, the
im of the in
sabout rethinking
m process
as a long
and from a critical histo
tive to subvert the social effects. As
well as the prepond
discourses that red
e the complexity
of this historical process and make the
ro eae eee
Piso casas iti esos
18
ISRAEL JURADO ZAPATA
Leni en Socidogt, mesto ex Euan Nesor
‘metanon'y decor sony Brechin,OCCODIO
vscendo abonar a Is Imada “ne-
a escuela de la Conquista”, cuyas
principales caracteristicas, “segtin
‘Matthew Resall, son una renovacién me-
todolégica y el cuestionamiento de viejos
Y acepiados presupuestos (Restall 2012)
‘Aqui trataré lo que lamo el “gizo 2 Ia vi-
Sién de los vencidos’, desde donde se han
glorificado, estigmatizado y endiosido
persons histéricos protagonistas de este
proceso histérico, El principal aspecto 2
examinar seri el sentido de la conquista
de México y de América, lo cua, si bien
rmerece un profundo tratamiento, su bre-
ve mencicn coadyuvari 2 hablar de este
giro, La idea central esarticular una reve
én diacronica y deconstruir el discurso
Listoriogeifico hegeménico (el discurso
colonial, la historia oficial), dando paso a
In reflexi6n que permita rascender la “vi
sidn de los vencides’, recuperando algae
os clementos que ya han sido expucstos
por otros trabajos de investigacion.
En este sentido, silvo estudios muy
pncuales que han rotocon el esquema del
“derrotismo” y la indefensigm indigena
ance la méquina conquistadors (Matthew
y Oudil, 2007; Rojas, 2016; Romero Var-
Bs, 1964), entre algunas otros que po-
rian conformarum corriente de “eivin-
dicacin indigema”, 1 mi parecer nose han
Togrado integra Ios elementos histéricas
¥ antrepolgicos necesaris para vencer y
desmentir definitivamente el discurso co-
Ionial de la indefensién y la incapacidad
de has sociedades indigenas para conservar
ss autonomia. Asia partir de reinvindi-
car el enfoque critico de Walter Mignolo
(Gore) pars el desprendimiento epistemo-
ligico y la descolonizacién, repensaremos
Inhistoria desde el mito dela ‘completicud
de la Conquista, referente disruptivo de
Ia historiografia tradicional y los mitos de
Ta conquista espafola (Restall, 2004), para
reflexionar la reduccién de la formidable
rultiplicdad de culturas indigenas que
se pretenden eclipsadas, eliminadas por
aquel proceso igualmente reducido.
‘AS. pues, para reflexion la conguis-
1a es preciso comprender las dindmicas
historias de las regiones americanas mis
inestables (politicamente bablando), con
surgimientos y caidas sibitas de Estados
hhegeménicos “agresivos’, militarstas, de
religiones cn fuertestintesbélicos Lopez
‘Austin y Lopez Lujan, 2001,p.71).Esto
‘vorecerdla penetracin de Ios europeos en
‘uma fase cemprana, pues la conquista debe
‘verse como un proceso de larga durscion
‘que abarca varios silos. En este sentido,
diversas propuestas ys han sefilado que la
‘conquista de los mexicas,particularmente,
pucde explicane como una gran rebelién
‘de pueblos sojuzgados (emo, 20:9b), re~
tomando lo sefalado por Friedrich Kate,
‘quien a a1 vez le lama al episodio: “geen
rebeliSn campesina”. También puede re-
‘conocerss como lacontinuidad dena “di-
snimica histSrics” que habla dado forma
politica 4 las regiones militarmente mis
{nportantese influyentes del perioda Pos-
‘lisico (Valle de México, Michoacin, valle
Puebli-Tlaxcals, los Altos de Guatemals,
1a regin mixteco-zaporeca y la peninsi-
a de Yucatin), mismas que se agruparian
Ge eae Some (sos p. 1) expone cmos le
suunir rece goy complzade process de
(rite ylocamplinnte sn fee aromas
he pop erie els canst ares
Iescomuntaspuentr fetes acorns guccad 2
cepcads compan feeeh eens como as Peto
‘efi. come una cmquista ath aparecenlo
(dlr eires co “tres ec dela ba
ay‘en To que seria Ib Audionsia de la Nuwva
spat, a partir del principio de a “pax
Ihispinca”, consclidada con el acompafa-
aiento de potencias militares emergentes
‘como los daxcaltecs (0 los exomies en el
‘aso de la expansion hacia el seprentrién
novohispano), de los imperios derrorados
(mexicss y purépechas), que también
‘engrosaron las filas militares de las
siguientes expediciones despues de
1521, as como por fendmenos eco-
riémicos, como la aparicign de la
propiedad privaday colectiva de Ia
tert asf como la organizacién de
periodos: el Posclitico Tardio (1200-1521)
ye de laconquista, en elque los indigenas
‘onservaron muchas de las motivaciones
del pasado reciente (antiguas rivalidades
&xnicas y pugnas poitico-econémicas), res-
ppondienéo a la vez “alos retos planteados
ppor la presencia de los espafioles que tar-
dan en comprender integramente y colo
‘carlos toxalmente fuera de su di-
nnimica anterior” Semo, 20195,
P. 19). For ello, y aprovechanco
parte del andliss del mito de los
‘espafoles como “grandes hérocs
‘dela conguista”’ —que caracterisa
las ropiblicas de indios: Laconauista Restall Goo) sepuede sedalar
‘Mencién eepecial merecen el que oon eee fuerzaey n0 otrie
‘agoramiento de los modelos polit debeverse |larrojo e inteligencia de los es-
‘co-tributarios, 12 constante pugna COMOUN paffoles 6 la “superioridad de sus
‘de los linajes gobernantes por el proceso armas”) las que permitieron la
control de la produce, as si€€- Go arg ‘capa temprana de lt conquisa
‘siones en los altépet! mas poderosos y g yy el trinsito hacia el cambio de
i répido declive de las hegemonias GUTACION QUE —époce: el fin de las hegemonias
‘ripk-aliaas, quizi por su eompo- aharcayvarios sures y el establecimeno de
sicién multi&nica que impedia la 1a "pax hsp”
‘cohesion sociocultural Pero la con-_ SIGLOS".
‘quisa y destruccin de cada una de
‘estas hegemontas no significabs la
‘iminaciéa de sus grupos dirigentes ode
sus poblaciones, sino su incorporacin a
rmucros esquemas politco-econémisos de
‘organizaciGn, tal y como ocurriia com los
propio: mexicas. quienes acompatarian
algunas de las expediciones de conquista
‘xpafola, como el desasroso viaje alas Hi-
‘ueras (Honduras) ola Guerradel Mixtin,
Respecio 2 esto, Semo hace una im-
portante aportacién al sefalar cémo, por
Jo menos durante los primeros 50 aos
de presencia europea en Mesoamética, se
puede considerar la sobreposicién de dos
“Ty Repilicade Indie romped! vinclo dd vallae de
{erin dco eo be eaten ns pera
(ery ts ropecios po snes rem tii
(Ernocitee dale dl emda orp eneges,
99)
La invasion y ocupacion eu-
ropes del continente americano
se ha denominado “conquis-
1a" como resultado de ua interpretacién
politica que busca minimizar las comple-
jas dimensiones del fendmeno, relativizar
al proceso histérico y reducirle abviando
su complejidad, condenando al olvido los
diversos hechos de resistencia y rriunfos
indigenas contra los procesos de coloniza-
cidn. Asi, se ha proyectado hasta nuestros
tiempos un poderoso sentimiento de de-
rota ante Occidente que alimenta las men-
talidades necestrias para asumir Ja opre-
sida y el subdesarrollo de nuestra regién.
En la literatura novehispana del primer
siglo prevalecen palabras como entrar’,
“destruis’, “ganar por armas”, “pacificar”,
“seducie™ para hacer alusidn a las camps”
fas militares, y “descubris” y “rescatar
‘or0” paralos visjes de exploractn; pezo lisclaves interpretativas de “con-
‘quissa” deben ser reflexionadas
‘en su propio contexto de signi-
ficacién desde una perspectiva
de historia de las ideas. Es asf
‘que conquista se relaciona con
“re-conguista’, como a proe-
‘a providencialista culminada
por los reyes Catdlicos con la
‘toma de Granadaen 1492, y que se proyec-
‘a como sombra sobre la propia
de has Indias Occidentale. Tambien hay
‘queconsiderar que en esa época a historia
‘era s6lo un género mis dentzo de la lie~
satura, por Io que admitia diversas figuras
ret6rices como hipérboles y singedaques,
‘entre otras, para dar cuenta de los hechos
de armas que glorificaran las “hazafas” de
los, por entonces, campeones de la cris-
‘iandad, los memorables espafioles que ha-
‘fan derrorado al Islam.
Pero la conquista de México y América
‘ua lergo proceso histérico inacabado y
de diferentes intensidades, con inmensas
‘reas geogrifcas del continente con do-
‘minacion europea precaris o inexistente a
‘principios del siglo x1x;con derrotas sobre
‘Occidentey exitesas resistencias indigenas
fe incluso africanas. Entonces, podemos
‘dentificar que entre 1700 y 1850 1a mayor
‘parte del continente segura an en manos,
‘ccupacion y dominio de sus babicantes
‘originarios: les pueblos indigenas, quienes
[preservaban sus lenguas y sus tradiciones,
‘aun en las zonas realmente dominadas por
los europeos, donde se daban expresiones
ssincréticas y claras permanencias de las
tradiciones e identidades indigenas.
‘gad cascneponee ne ela sri Nace
Pero las fuentes y aus discur-
sos hisricos desde donde hemos
aprendido y aprehendido este
proceso deben ser entendidas
como el “discurso colonial”, pues
los hechos que relatan funcionan
«como indices cuya secuencia tie~
‘ne un valor indicial, donde sus
significados ocupan al menos dos
niveles: uno inmanente ala manera enun-
cada y otro como significado trascenden-
te 2 todo el discurso historic transmitido
por la temética del historiador, identifice-
do como la forma del significado (Barthes,
1987, pp. 173-174). Estamos ante la vision
de Occidente que prevalece sobre los he
chos y su interpretacin, en las Fuentes
cescritss por indigenat o en las Tamadss
“erSnicas mestizas™, esto es un poco me-
nos, por lo que es importante tener muy
presente que “el discurso histirico no con-
‘cuerda con la realidad, lo tinico que hace
es signifcaria”, es un esquema seméntico
integrado por dos términos:el referente y
cl significante, cuya conjuncién define al
‘Eels cna nana de Ba ining
‘ea kt de delet tr do lnc,
‘Staades oabemaies pork evden de poblaseect
etansy eropes foe sepucto, ay oro cams a
‘von croft nin conde Prune ue ue
fala pobbcin craicads por lseurpecs,
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Son major averages del condnere(Lipez
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‘oral dela Patsy Earigue Forecane 20) Sayin
Felmcimistod:isconcemetaa en fecbees
Jeol ont Conca trotMISTORIAGENDA 46 | OCTURE 2022- ASL 2023
La conquista de México y América es un largo
proceso histérico inacabado y de diferentes
intensidades, con inmensas dreas geograficas del
continente con dominaci6n europea precaria o
inexistente a principios del siglo XIX
PII
discurso Barthes, 1987, pp. 175 y170.
Resulta central Ia idea del discurso
colonial, que se posiciona como hegems-
rico en Américs, discurso histirico de
1a civilizacién Occidental y su “triunfo”
sobre las indios, en donde el proceso de
significacién intents Henar de sentido la
bistoria a través de la recopilacién de mis
significantes que de hechos, los cuales or-
ganiza y establece con un sentido positivo;
por lo que, por la propia estructura y mis
alldde ha sustancia dl contenido, este dis-
‘aso histérico “es etencialmente elabora-
cin ideolégiea” (Barthes, 1987, p. 174)
aqui yace It base del “mentiroso” discurso
els “historia oficial”, hereders directa
Gel discurso colonial, que ha sido eje en
1a configuraciin del imiginario colectivo,
alimentanéo el sentido profundo del de-
rrotismp, de la inevitabilidad del triunfo
de Occidente y Is justificacion de nuestro
straso, dependencia y subdesarrollo.
En este seatido, debemos alimentar la
ecru de la historia como un trrtorio
en diputa permanent, pero no entre ve
si6n de los vencidos Ia de los vencedores,
sino entre la visi de los iavasoresy la de
Jos pucblos que resisten y se reivindican en
tuna nucva memoria histérica. Se tata de
terminar con el dominio dela historia y de
1k memoria histérca “oficiales” promovidas
y difundidas desde al poder, y roconocer
{que ha sido una historia “construida des-
de los clvidos los slenciosy los lspaus de
Ia historia y de Ta memoria ofciales domi-
nantes (Aguirre, 2021, p14) paraas{poder
reconocer, con mayor clridad, que durante
los primeros trescientos aos del proceso
‘de conquisa la actitud de los europeds para
‘con los grupos indigenas vari6segiin su es-
‘aus como indiosde paz indios de guerra,