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CONTENIDO

SUMARIO ............................................................................................................................................... 3

1. LA TEORÍA DEL ESTADO EN LOS SIGLOS XX Y XXI ................................................................................ 4

1.1. CONCEPTO Y LOS ELEMENTOS DEL ESTADO .................................................................................................. 4


1.1.1. La diversidad de conceptos y las posiciones negativas ............................................................. 4
1.1.2. Concepto jurídico de Estado según JELLINEK ............................................................................... 6
1.1.3. Elementos del Estado ................................................................................................................ 7
1.1.4. Los fines del Estado ................................................................................................................. 10
1.1.4.1. El bien común .................................................................................................................................. 12
1.2. PRINCIPALES EXPONENTES DE LA TEORÍA POLÍTICA EN LOS SIGLOS XX Y XXI ...................................................... 13
1.2.1. Giovanni Sartori ...................................................................................................................... 13
1.2.2. Bourdieu .................................................................................................................................. 15
1.2.3. René Girard ............................................................................................................................. 16
1.2.4. CASTORIADIS ............................................................................................................................... 19
2. DEMOCRACIA, ESTADO Y GLOBALIZACIÓN ....................................................................................... 25

2.1. ASPECTOS GENERALES DE LA DEMOCRACIA ................................................................................................ 25


2.1.1. Problema conceptual de la democracia .................................................................................. 25
2.1.2. Los rasgos básicos de la democracia....................................................................................... 26
2.1.3. La democracia representativa ................................................................................................. 29
2.2. RELACIÓN ENTRE DEMOCRACIA Y ESTADO ................................................................................................. 32
2.2.1. La democracia en la Constitución Política del Perú ................................................................. 32
2.2.2. El principio democrático y el principio de representación en el Estado peruano .................... 34
2.3. LA GLOBALIZACIÓN ............................................................................................................................... 36
2.3.1. Conceptualización y etimología .............................................................................................. 36
2.3.2. Naturaleza de la globalización ................................................................................................ 37
2.3.3. Ventajas y desventajas de la globalización: un esbozo crítico de este proceso ...................... 43
2.3.3.1. En lo económico .............................................................................................................................. 43
2.3.3.2. En lo cultural.................................................................................................................................... 44
2.3.3.3. En lo político .................................................................................................................................... 44
2.3.4. Críticas a la globalización ........................................................................................................ 46
2.3.5. América Latina y la globalización............................................................................................ 48
2.3.5.1. Democracia «de mercado» ............................................................................................................. 48
2.3.5.2. Aspecto financiero, comercial, deuda externa ................................................................................ 49
2.3.6. Impulso de la competitividad de la región como grupo .......................................................... 51

3. REFORMA DEL ESTADO .................................................................................................................... 53

3.1. DEFINICIÓN, ALCANCES Y FINALIDAD DE UN PROCESO DE REFORMA DEL ESTADO ............................................... 53


3.1.1. Niveles de la reforma del Estado ............................................................................................. 54
3.2. LA POLÍTICA NACIONAL DE MODERNIZACIÓN DE LA GESTIÓN PÚBLICA ........................................................... 55

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ............................................................................................................ 64

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Sumario

En este módulo estudiaremos lo que debemos entender por Estado, cuáles son
sus elementos, sus características y sus singularidades como punto de partida
para su reforma, cuya puesta en marcha en estos días es imprescindible para
lograr el desarrollo de nuestro país.

Analizaremos también los planteamientos que los principales exponentes de la


teoría política en el siglo XXI han elaborado acerca del Estado, además
expondremos los fines que este debería perseguir.

Luego desarrollaremos la relación entre Estado y democracia, y como dicha


relación debe ser analizada en relación con el proceso de globalización que
viene sucediendo desde hace varias décadas.

Todo lo anterior nos permitirá afirmar que la manera como actualmente se


entiende tanto al Estado como a la democracia es consecuencia de un proceso
histórico y, en esa medida, cualquier reforma en el futuro debe tomar en
cuenta dicho proceso.

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1. La teoría del Estado en los siglos XX
y XXI

1.1. Concepto y los elementos del Estado

1.1.1. La diversidad de conceptos y las posiciones negativas

Tal como señala Manuel JUSTO LÓPEZ (1973, p. 218):

«No existe un concepto del Estado admitido por todos o que, por lo menos, pueda ser
considerado predominante. Por eso, los autores que en la actualidad se ocupan del tema se
ven en la necesidad de enumerar, e incluso de clasificar, la gran cantidad de conceptos
diversos y, por lo tanto, de definiciones distintas que existen».

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Así, por ejemplo, los principales enfoques que se ha hecho del Estado son los
siguientes (BIDART CAMPOS, 1997, pp. 166-184):

 Teorías sociológicas. Son las que predominantemente consideran al


Estado en la unidad de su naturaleza como construcción social:

o El Estado como hecho de convivencia.


o El Estado como hecho de dominación.
o El Estado como dualidad de gobernantes y gobernados.
o El Estado como producto de la lucha de clases.
o El Estado como asociación.
o El Estado como institución.
o El Estado como persona moral.
o El Estado confundido con alguno de sus elementos (pueblo,
gobierno, territorio, poder).

 Teorías deontológicas. Son las que abordan la realidad del Estado


iluminándola desde el fin que le asignan. El fin, dicen, es parte
integrante de la esencia de todo ser; la causa final se confunde con la
causa eficiente. Por lo tanto, no se podría llamar Estado al cuerpo
político que renegara de ese
fin.

 Teorías jurídicas. El Estado


es, así, un ente que debe su
vida al sistema de normas y
al que no le corresponde
realidad extrajurídica alguna:

o El Estado como orden


jurídico.
o El Estado como
relación jurídica.
o El Estado como sujeto
de derecho o persona
jurídica.
o El Estado como patrimonio de afectación.
o El Estado como unidad jurídica.

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 Teorías políticas. Son las que muestran al Estado como una formación
del orden político, o sea, como una entidad específica de la vida social
que está políticamente organizada:

o El Estado como soberanía.


o El Estado como empresa política.
o El Estado como régimen.
o El Estado como decisión.
o El Estado como personificación de la nación.

Aunque el ser o el fenómeno llamado Estado sigue desarrollándose cada vez


más, han ido surgiendo también algunas posiciones que niegan la necesidad de
tal concepto, que lo relativizan o que lo condicionan históricamente.

Así, por ejemplo, Hans KELSEN no reconoce al Estado entidad propia, y no lo


considera otra cosa que la personificación metafórica del orden jurídico total.
Con otro enfoque, desde el punto de vista marxista, se considera al Estado
como mera categoría histórica, en el sentido de que es una organización política
que tiene por objeto asegurar, mediante la violencia armada, el sometimiento
económico de la mayoría trabajadora a una minoría de poseedores de los
medios de producción; resulta necesario en una sociedad de clases, y resultará
innecesario en una sociedad sin estas.

1.1.2. Concepto jurídico de Estado según JELLINEK

JELLINEK, jurista alemán, ha expuesto su concepto de Estado con las siguientes


palabras:

«Allí donde haya una comunidad con un poder originario y medios coactivos para dominar
sobre sus miembros y sobre su territorio, conforme a un orden que le es propio, allí existe
un Estado».

En ese concepto se encuentran algunas indicaciones para aproximarse al


conocimiento del ser o fenómeno llamado Estado:

 Así, en primer lugar, el Estado tiene algunas características propias de


las que resulta que no debe ser confundido con cualquier otra
institución-cuerpo.

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 En segundo lugar, el Estado comprende tanto a la comunidad como a
un poder de dominación. Este segundo aspecto es de considerable
importancia porque, entre los numerosos conceptos de Estado
existentes, dos son los que tienden a prevalecer: por una parte, el
aparato de dominación que se emplea en la sociedad global, y por otra,
esta misma sociedad global.

Para JELLINEK (1954, pp. 134-135), el Estado desde su aspecto jurídico es un


sujeto de derecho, y, en ese sentido, está próximo al concepto de la
corporación, la cual es un concepto puramente jurídico que no tiene
correspondencia con el mundo de los hechos; no obstante, es un concepto que
expresa las relaciones de la unidad de la asociación y su enlace con el orden
jurídico.

De esa manera, como concepto jurídico, el Estado es la corporación formada


por un pueblo, dotada de un poder de mando originario y asentada en un
determinado territorio o, en otras palabras, la corporación territorial dotada de
un poder de mando originario.

1.1.3. Elementos del Estado

Por lo general, y de manera pedagógica, el Estado ha sido definido a partir de


la confluencia de sus tres elementos
(territorio, pueblo y poder). Así, por
ejemplo, para Hugo PALACIOS MEJÍA, el
Estado es una organización humana,
constituida sobre un territorio
permanente, donde existe un poder
soberano para la creación, definición y
aplicación de normas jurídicas que
garantizan su adecuada existencia como
organización y facilitan el bienestar de sus
miembros, esto es, el pueblo.

A continuación, y siguiendo la teoría


tradicional del Estado (KELSEN, 1979, pp.
291 y ss.) desarrollaremos los tres
elementos del mismo:

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 Territorio: Es el espacio físico o porción geográfica sobre la cual el
Estado ejerce soberanía. Territorio es la tierra sobre la que se levanta la
comunidad, el espacio en el que el poder del Estado puede desarrollar su
actividad específica que es el poder político.

Para JELLINEK (JELLINEK, 1954, p. 295):

«La significación jurídica del territorio se exterioriza de una doble manera: negativa
una, en tanto que se prohíbe a cualquier otro poder no sometido al del Estado
ejercer funciones de autoridad en el territorio sin autorización expresa por parte del
mismo; positiva, la otra, en cuanto las personas que se hallan en el territorio quedan
sometidas al poder del Estado».

Según (GARCÍA TOMA, 2012, p. 135):

«El territorio es un elemento esencial para la existencia del Estado, ya que la


organización político-jurídica solo se configura sobre una superficie que une y
caracteriza al pueblo, la misma que con el influjo de los factores orográficos, viales,
etc., ayuda a forjar el carácter de lo nacional al mezclarse la voluntad humana con el
factor físico».

 Pueblo: Alude a un conjunto de personas que tienen en común su


vinculación político-jurídica con un cuerpo político soberano. Su génesis
hace referencia a un grupo humano coexistente en una determinada
zona geográfica, luego de un proceso de adaptación y una posterior
presencia del fenómeno político. El pueblo de un Estado puede ser de
composición étnica homogénea o heterogénea.

El pueblo, según JELLINEK (1954, p. 305) tiene una doble función:

o Por un lado, es un elemento de la asociación estatista.


o Por otro, el pueblo es el fin de la actividad del Estado.

La distinción entre pueblo y población, según JUSTO LÓPEZ (1973, p.


226) se encuentra en la diferencia de estatus jurídico existente entre los
integrantes de uno y otro grupo:

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o Población es un grupo humano muy abarcador (el conjunto de
hombres y mujeres), en el que cada uno de sus integrantes es
titular de derechos y obligaciones civiles.

o Pueblo es un conjunto humano menos abarcador (conjunto de


ciudadanos) y cada uno de sus integrantes es titular no solo de
derechos y obligaciones civiles, sino también de derechos y
obligaciones políticos. En tal sentido, el pueblo es solo una parte
de la población y designa al conjunto de seres humanos que
tienen un estatus jurídico superior.

 Poder: El poder estatal es ejercido por el Gobierno sobre la población


del Estado dentro de un territorio; no es simplemente todo poder que
algún hombre tenga efectivamente sobre otro hombre, consistente en
ser capaz de constreñir al otro a una conducta deseada por el primero.
Lo que diferencia a la relación denominada poder del Estado de otras
relaciones de poder es la circunstancia de encontrarse jurídicamente
regulada, es decir, que los hombres que, como gobierno del Estado,
ejercen el poder, están facultados por un orden
jurídico a la producción y aplicación de normas
jurídicas.

En ese sentido, la potencia del Estado no es


alguna fuerza o recurso místico, oculto detrás del
Estado o de su derecho. Según KELSEN (1979, p.
294):

«El poder no es otra cosa que la eficacia del orden jurídico estatal».

Asimismo, según Pérez Royo (2010, p. 72):

«Resulta pacíficamente admitido que el poder del Estado es un poder en régimen


de monopolio que no tolera la existencia de competidores».

El principio de que el poder de dominación solo corresponde


primariamente al Estado no es únicamente el resultado de la evolución

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absolutista del continente europeo en los siglos XVI al XVIII, encuentra
también su confirmación en las relaciones políticas de Inglaterra y los
Estados Unidos, los cuales se vieron más o menos influidos por la
doctrina romanista del Estado.

1.1.4. Los fines del Estado

El Estado es una creación colectiva y artificial destinada a ordenar y servir a la


sociedad. Su existencia solo tiene justificación por los fines que históricamente
le corresponden cumplir. Dichos fines tienen una naturaleza política y un
carácter continuo; es decir, acreditan una esencia o sustancia referida a un
orden de convivencia organizado e institucionalizado bajo el gobierno de una
autoridad y con ininterrumpido despliegue de energía y fuerza.

Para Manuel JUSTO LÓPEZ (1973, p. 268), los fines propios del Estado (su razón
de ser) coinciden con los fines
políticos stricto sensu de carácter
mediato de la actividad política
(construcción, consolidación y
conservación de la comunidad
política). Otros fines que se suele
atribuir al Estado no son otra
cosa que los fines últimos de la
actividad política que,
contingentemente, le son
atribuidos por sus integrantes,
respecto a los cuales hay que
distinguir, utilizando el lenguaje
de Kant, entre el fin objetivo
(incondicionado y absoluto) y el
fin subjetivo (relativo,
condicionado y voluntario) y, en
consecuencia, no hay que
confundir el fin del Estado con
los de los gobernantes o de los integrantes de la «comunidad política».

Por otro lado, hay quienes señalan que el Estado no tiene un fin propio u
objetivo. Así, por ejemplo, KELSEN dice que la cuestión del fin que debe
perseguirse con el instrumento técnico social que es el Estado, es propia de la
política y ajena a la teoría del fin de aquel. No obstante, si se acepta la posición
afirmativa expuesta por KELSEN, corresponde asignar al Estado un fin propio,
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objetivo, necesario y que exprese su razón de ser, y otros fines que le son
asignados por los gobernantes o los integrantes de la «comunidad política»,
subjetivos, contingentes, que expresan los valores o los propósitos de aquellos.
En este último caso, aunque se hable también de los fines del Estado, se está
hablando de fines que no son propios de este, sino que le son atribuidos.

El Estado es una específica «comunidad política» y, en consecuencia, el fin de


la actividad política es la construcción, consolidación y conservación
del mismo Estado. Lo que en realidad se ha querido decir al asimilar ese fin
de la actividad política con el fin propio u objetivo del Estado, es que en la
construcción, consolidación y conservación de este se encuentra su propio fin.

En todo caso, resulta necesario señalar que son muy numerosas las
clasificaciones de los fines del Estado y las doctrinas relativas con tales fines.

Según (JUSTO LÓPEZ 1973, p. 270):

«Lo que importa es distinguir entre el fin objetivo del Estado (bien común) y los fines
subjetivos del mismo (propios de cada Estado y que constituyen variables contenidos del
bien común). En este segundo caso se trata de los fines que asignan a los Estados las
doctrinas políticas que constituyen su respectivo sustento filosófico».

De acuerdo con el profesor Víctor GARCÍA TOMA (2010, p. 241), los principales
fines del Estado son los siguientes:

 El fin de la conservación del grupo social. El Estado tiene la


responsabilidad de alcanzar un nivel de seguridad y defensa a favor de
sus miembros. Para tal efecto, deberá diseñar y establecer un conjunto
de acciones y previsiones que permitan la supervivencia del grupo social
y su propia permanencia en aras de poder cumplir los fines restantes.

 El fin de la juridificación de la vida coexistencial. El Estado tiene la


responsabilidad de establecer un orden jurídico que permita definir las
relaciones generales del comportamiento social, designar a las
autoridades para el ejercicio del poder y su encausamiento dentro de los
valores socialmente deseados, y asegurar el restablecimiento de la
armonía y la convivencia frente a actos perturbadores para la
coexistencia.

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 El fin de fomentar el bien común. El Estado tiene la responsabilidad
de establecer una comunidad que alcance su propio bien, esto es, que
acceda al perfeccionamiento y al bienestar mancomunado. En ese
contexto, apunta a que los miembros del conglomerado social puedan
desarrollar a plenitud sus potencias físicas, psíquicas, espirituales e
intelectuales, de modo que puedan alcanzar condiciones materiales de
vida óptima.

A continuación desarrollaremos un poco más sobre los alcances del bien común
como una de las finalidades primordiales del Estado.

1.1.4.1. El bien común

De acuerdo con la corriente aristotélico-tomista, y a veces también al margen


de ella, se suele afirmar que el fin propio, objetivo y necesario del Estado es el
bien común, lo cual, sin embargo, si no se aclara debidamente, solo conduce
a un cambio nominal.

El bien común es un estatus en el que se alcanza la satisfacción de todos los


deseos de la comunidad y de sus
miembros; es el principio que prevalece y
controla cualquier otro interés en su
orden; es el principio creador, el poder
que conserva el cuerpo político que
convierte a la masa amorfa externa al
mero conglomerado de individuos en un
cuerpo solidario de ayuda mutua e
interés.

En suma, el bien común no es el bien de


todos, sino el conjunto de condiciones
apropiadas para que todos alcancen su
bien particular. Por eso, cabe afirmar que
no hay contradicción entre el bien común
y los bienes particulares.

Problema relacionado con el bien


común

El problema que se plantea con respecto al bien común es el de sus contenidos


concretos. Al respecto, cabe más de una respuesta. Así, de acuerdo con la

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concepción aristotélica-tomista, puede observarse que los contenidos
específicos son el orden, la justicia, el bienestar y la paz externa.

Con distinto criterio, y luego de recordar que la concepción tomista no es la


única que existe sobre el bien común, BURDEAU (cit. por JUSTO LÓPEZ, 1973, p.
270) indica que existe otro camino para especificar el contenido de aquel. Así,
consciente de la existencia de grupos sociales diversos, cada uno con sus fines,
y, por lo tanto, con sus bienes propios, BURDEAU sostiene que hay que distinguir
entre la noción de bien común en sentido formal y en sentido material:

 El bien común en sentido formal consta de dos elementos


permanentes y universales: el orden y la justicia.

 El bien común, en sentido material, es de carácter contingente y


variable, y resulta tributario del medio social y de los sistemas filosóficos
que prevalecen.

1.2. Principales exponentes de la teoría política en los siglos


XX y XXI

Sin perjuicio de indicar que los siglos XX y XXI presentan un sinnúmero de


exponentes de la teoría política, mencionaremos brevemente a cuatro
exponentes que se caracterizan por su vasta producción bibliográfica.

1.2.1. Giovanni Sartori

Giovanni SARTORI (Florencia, Italia, 13 de marzo de 1924) es un prestigioso


investigador en el campo de la ciencia
política, especialista en el estudio de la
política comparada. Su obra más destacada
es Teoría de la democracia.

En 1946 se licenció en Ciencias Sociales en


la Universidad de Florencia. Como docente
de filosofía moderna, lógica y doctrina del
Estado, impulsó la creación de la primera
Facultad de Ciencias Políticas en Italia, la
Cesare Alfieri. En 1971 fundó la Rivista
Italiana di Scienza Politica.

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Contribuciones

SARTORI ha contribuido firmemente en distintas vertientes de la teoría


democrática, los sistemas de partidos y la ingeniería constitucional. En
particular, ha sugerido que los sistemas de partidos no deberían estar
clasificados en función del número de formaciones, sino según su estructura
interna, introduciendo el concepto de partido relevante. También ha
preconizado la aplicación del conocimiento adquirido con el estudio de la ciencia
política para el diseño de las instituciones políticas y con el objetivo de mejorar
su funcionamiento.

Galardones

Fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2005)


en reconocimiento a su trabajo en la
elaboración de una teoría de la
democracia en la que ha estado
siempre presente su compromiso con
las garantías y las libertades de la
sociedad abierta.

El 8 de julio de 1996, la Universidad de


Guadalajara le otorgó el doctorado
honoris causa a petición de un grupo
de estudiantes del Departamento de
Estudios Políticos, con motivo de sus
valiosos aportes a la ciencia política.

El 12 de abril del 2007 la Universidad Nacional Autónoma de México también le


otorgó el doctorado honoris causa.

Obras

Entre sus principales obras, tenemos:

 Democrazia e definizioni (1957).


 Stato e politica nel pensiero di Benedetto Croce (1966).
 Political Development and Political Engineering (1968).
 La politica: logica e metodo in scienze sociali (1979).
 La democracia después del comunismo (1993).

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 Ingegneria costituzionale comparata (1994).
 Homo videns. La sociedad teledirigida (1997).
 La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros
(2000).

1.2.2. Bourdieu

Fue uno de los sociólogos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Sus
ideas son de gran relevancia tanto en Teoría Social como en Sociología
Empírica, especialmente en la Sociología de la Cultura, de la Educación y de los
Estilos de Vida. Su teoría destaca por ser un intento de superar la dualidad
tradicional en Sociología entre las
estructuras sociales y el objetivismo
(fisicalismo), por un lado, y la acción
social y el subjetivismo
(hermenéutica), por el otro. Para ello
se dota de dos conceptos nuevos: el
habitus y el campo; asimismo
reinventa uno ya establecido: el
capital.

Habitus

Por habitus entiende las formas de


obrar, pensar y sentir que están
originadas por la posición que una
persona ocupa en la estructura
social. En cuanto al campo, sostiene
que es el espacio social que se crea
en torno a la valoración de hechos sociales, como el arte, la ciencia, la religión,
la política, etc. Esos espacios están ocupados por agentes con distintos habitus
y con capitales distintos, que compiten por los recursos materiales y por los
recursos simbólicos del campo. Tales capitales, aparte del capital económico,
están formados por el capital cultural, el capital social y por cualquier tipo de
capital que sea percibido como «natural», forma esta del capital que denomina
«capital simbólico». Los agentes, con el habitus que les es propio dada su
posición social, y con los recursos que disponen, «juegan» en los distintos
campos sociales y en este juego contribuyen a reproducir y transformar la
estructura social. La obra en la que presenta de forma más sistemática su
teoría es El sentido práctico.

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En su trabajo empírico destaca especialmente toda su labor de crítica de la
cultura, mostrando que la distinción cultural no es más que una forma
encubierta de dominación, a la que denominó «complicidad ontológica» entre el
campo y el habitus. Esta crítica no lo lleva al cinismo ante las manifestaciones
de la alta cultura, sino a considerar que todos deberían tener igual acceso a la
misma.

Vigencia de su labor

Su papel como intelectual cobró plena vigencia a partir de la segunda mitad de


la década de 1990 en Francia; sus declaraciones fueron objeto de viva
polémica, por mantener posiciones muy críticas respecto a los medios de
comunicación y a la política en general. Propuso y fue fundador del parlamento
de los escritores, una asociación pensada para dar a los intelectuales mayor
autonomía sobre su trabajo, y de esta forma poder criticar y controlar al poder,
al margen de sus medios de difusión de la cultura.

Obras

Entre sus principales obras, tenemos:

 La reproducción (1970).
 El sentido práctico (1980).
 La ontología política de Martin Heidegger (1988).
 Respuestas para una antropología reflexiva (1992).
 La miseria del mundo (1993).
 Sobre la televisión (1996).
 Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario
(1995/19997).
 Las estructuras sociales de la economía (2001).
 Capital cultural, escuela y espacio social (2003).

1.2.3. René Girard

René GIRARD (Aviñón, 1923): crítico


literario, historiador y filósofo francés,
notable por su teoría de la mímesis que
surgió en primera instancia para analizar
obras literarias en las que se muestra
relaciones interpersonales miméticas.

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Posteriormente fue aplicada al análisis de la violencia en las sociedades
primitivas que se fundamentan en lo sagrado, y, por extensión, a la violencia en
las sociedades contemporáneas.

Teoría de la mímesis

En resumen, la teoría de la mímesis comprende un fenómeno de «crisis y


rivalidad mimética», es decir, todos los sectores se imitan entre sí, lo cual los
lleva a todos a desear un mismo objeto. Este deseo de un mismo objeto por
parte de múltiples actores desemboca en una rivalidad multilateral entre todos
los individuos.

De esta manera, GIRARD concluye de forma muy lúcida:

«El problema de la rivalidad del deseo mimético engendra quizá todavía más una teoría del
conflicto que una teoría del deseo».

En consecuencia, se relaciona el
deseo mimético con el
conflicto.

En cuanto a la vida de GIRARD,


podemos señalar que este se
graduó en Filosofía en Aviñón en
1941. Entre 1943 y 1947, estudió
en la École des chartes en París,
donde se especializó en Historia
Medieval. Su doctorado en Historia
lo culminó en el año 1950 en la
Universidad de Indiana, en los
Estados Unidos.

Obras

En cuanto a sus obras, si se mira retrospectivamente su recorrido intelectual, se


puede observar que su pensamiento ha tenido una larga maduración, puesto
que abarca más de cuarenta años de investigación (teniendo en cuenta que su
primera obra, Mensonge romantique et verité romanesque fue publicada en
1961).

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Casi la totalidad de sus obras fueron publicadas originalmente en francés, pero
han sido traducidas también al inglés, y más tardíamente al español y a otros
idiomas, libros que según Michel TREGUER son insólitos y poseen títulos
incongruentes que bordean los límites de diversas disciplinas, como filosofía,
literatura, historia, antropología y estudios bíblicos. Sin embargo, GIRARD no
pretende abarcar una gran masa amorfa de conocimientos, sino más bien trata
de rastrear desde diversas
perspectivas lo que él denomina su
intuición primaria, que no es otra
cosa que su concepción de mímesis
(teoría mimética) y todo lo que se
desprende de ella.

Las obras de GIRARD se parecen a un


rompecabezas con todas sus piezas. Si
se lee buena parte de ellas, el lector
sospechará que existe un todo
coherente, pero lo único que tendrá
frente a sus ojos serán piezas
dispersas. Girard está consciente de
esta dificultad en su obra, por eso la
compara a un mapa de carreteras
muy bien plegado y replegado de tal
manera que al final queda con la
forma de un rectángulo.

Para mirar el mapa se necesita


primero ubicar los pliegues correctos y
desplegarlos, pero Girard considera
que no tiene la habilidad para
encontrar los pliegues originales, de
tal manera que el mapa se desgarra.
Es así como puede dar la impresión de que su pensamiento se trata de un
collage en el cual hay que tener la habilidad de mirar todos los fragmentos pero
en su conjunto. Al respecto, él mismo afirma que no ha logrado nunca exponer
su intuición sobre la mímesis en el orden más lógico, ni más didáctico.

Entre sus obras más importantes traducidas al español, tenemos:

 La violencia y lo sagrado (1983).

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 El misterio de nuestro mundo. Claves para una interpretación
antropológica (1982).
 La ruta antigua de los hombres perversos (1989).
 Aquel por el que llega el escándalo (2006).

1.2.4. CASTORIADIS

Nació en Constantinopla en 1922, de donde su familia huye con él de las


consecuencias de la Guerra Greco-Turca, hacia Atenas. La vida y obra de
CASTORIADIS puede dividirse en dos momentos:

 El primero, que corresponde desde su juventud en Grecia, donde vive la


dictadura fascista, la Guerra Greco-Italiana y los inicios de la Guerra Civil
griega, momentos en que estudia Derecho, Economía y Filosofía en la
Universidad de Atenas, y se acerca a la militancia marxista-leninista con
el KKE, y posteriormente al trotskismo. Así lo reconoce el propio
CASTORIADIS en una nota autobiográfica en su libro La sociedad
burocrática.

En el origen de la
evolución de sus ideas hay
una experiencia, la de la
Segunda Guerra Mundial y
la ocupación alemana. No
viene al caso contar cómo
un adolescente, al
descubrir el marxismo,
creyó serle fiel ingresando
en las Juventudes
Comunistas bajo la
dictadura de Metaxas, ni
por qué pudo creer,
después de la ocupación
de Grecia y el ataque
alemán contra Rusia, que
la orientación chovinista del PC griego y la constitución de un Frente
Nacional de Liberación (EAM) era el resultado de una desviación local
que podía ser corregida con una lucha ideológica dentro del partido.

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La sustitución de argumentos por porras, y la radio rusa, se encargaron
de que cambiara rápidamente de opinión. El carácter reaccionario del
Partido Comunista, de su política, de sus métodos, de su régimen
interno, así como el cretinismo que impregnaba, entonces como ahora,
cualquier discurso o texto que emanara de la dirección del Partido
Comunista, aparecían con claridad absoluta. No es, pues, de extrañar
que, en esas circunstancias de
tiempo y de lugar, esas
comprobaciones lo llevaran al
trotskismo, cuya fracción más
izquierdista desarrollaba una
crítica sin compromisos tanto
del estalinismo como de los
trotskistas «derechistas» (que,
como supimos más tarde,
cuando se restablecieron las
comunicaciones interrumpidas
desde 1936, representaban el
verdadero «espíritu» —sit venia
verbo— de la IV Internacional)

Posteriormente se trasladó a
Francia, en 1946, cuando estalló
totalmente la Guerra Civil en su
país. Ahí continuó sus estudios
de Filosofía en el Instituto de
Francia y se unió al Parti
Communiste Internationaliste
(PCI), donde conoció a Claude
Lefort, con quien creó el famoso
grupo Socialisme ou Barbarie, en el cual se llegó a relacionar con figuras
como Edgar Morin, Henry Lefebvre, François Lyotard y Guy Debord,
entre otros. En 1948 se separaron del PCI por diferencias dogmáticas e
iniciaron la publicación de sus análisis y opiniones en una revista que
llevaría el mismo nombre del grupo.

En ese mismo año CASTORIADIS comenzó a trabajar como economista en


la OCDE, situación que lo obligó a escribir bajo varios seudónimos, entre
los que destacan «Pïerre Chaulieu», «Marc Coudray» y «Paul Cardan» (el
que más usó). A partir de 1964, se hizo miembro de la Escuela Freudiana

20
de París (EFP), fundada por Jacques Lacan, con quien comenzó a tener
desavenencias en 1967.

La revista Socialisme ou Barbarie se publicó desde 1948 hasta 1966,


años en que la reflexión llevó a CASTORIADIS a la siguiente encrucijada: o
seguir siendo fiel al marxismo o a la revolución. Así lo demostró él
mismo, con la publicación en la revista de los artículos «Marxismo y
teoría revolucionaria» entre 1964 y 1965, que terminarían siendo la
primera parte de su libro más famoso: La institución imaginaria de la
sociedad.

 A raíz de esta reflexión, se propuso la disolución del grupo, lo que se


concretó en 1966. Inició así su proceso de transición al segundo
momento, cuando se casó con Piera Aulagnier y vivió el Mayo Francés
(1968), abandonó el EFP y participó en la creación del Quatrième Groupe
(1969), dejó de trabajar en la OCDE (1970) y terminó y publicó La
institución imaginaria de la sociedad (1975). Esta transición terminaría
por ubicar a Castoriadis en el estudio del imaginario, período en el cual
desarrolló la mayoría de sus conceptos más importantes. Así lo reconoce
un estudio biográfico:

«Su atención teórica se va a dirigir al imaginario, al grado cero del lenguaje y del
pensamiento, a los magmas simbólicos que alientan y estimulan la acción
humana al margen de causas y razones de carácter puramente lógico. Va a
explorar lo imprevisible de un sentido humano que estalla al albur de
semejanzas, analogías y asociaciones metafóricas. Si hasta ahora había
personificado en el proletariado el poder renovador de la vida social, a partir de
estos momentos empezará a diseñar una idea de acción (transformadora) sin
pensar en un sujeto/conciencia concreto».

Influencia

Su influencia sobre el Mayo Francés es considerada como de «inspiración


espiritual», reconocido públicamente por Daniel Cohn-Bendit y ligado a la
famosa frase La imaginación al poder, lo que para Fernando Savater es una
trascripción casi «literal» del último artículo de CASTORIADIS en Socialisme ou
Barbarie. Al mismo tiempo que definía su campo de acción, se distinguió por su
alejamiento con otras escuelas francesas «pre-» y «post-» Mayo del ‘68,
cuando en 1976 escribió en Topique, a partir del libro Un destin si funeste de
François Roustang, un largo artículo en el que criticaba al pensamiento

21
estructuralista, tanto las versiones de Michel Foucault, Roland Barthes, Louis
Althusser, Gilles Deleuze y Félix Guattari, así como el método y posturas
lacanianas.

A partir de 1974 comenzó a ejercer como sicoanalista. En 1980 fue nombrado


director de estudios de la École des Hautes Études en Sciences Sociales, donde
continuó los trabajos publicados desde 1978 con Les Carrefours du labyrinthe,
completando cinco volúmenes, y uno más que se publicaría de manera
póstuma; estos pretendían ser trabajos «de semilla», los que analizabana
fenómenos muy específicos a partir de lo ya expuesto en La institución
imaginaria de la sociedad.

En 1997, CASTORIADIS murió en París de una enfermedad del corazón; fue


enterrado en el cementerio de Montparnasse. Durante su trayectoria en la École
impartió seminarios (entre 1980 y 1995) sobre la creación humana, los que
constituyeron una constante actualización de sus reflexiones acerca del tema,
que planeó expresar en La creación humana, obra que no pudo terminar.

Como vemos, el pensamiento de


CASTORIADIS se puede ubicar en
dos momentos de reflexión:
1946-1967 y 1968-1997, uno
derivado del otro. En el primero,
desarrolla sus consideraciones
dentro del marxismo,
particularmente en su militancia
trotskista en el PCI y en su
etapa en Socialisme ou Barbarie,
en los cuales desarrolló lo que
se ha llamado «sovietología».

Principalmente se expresó en el seno de la revista (1948-1965) y se terminó de


plasmar en la publicación de los artículos revisados y extendidos en varios
libros, a saber:

 La Société bureaucratique (dos tomos, 1973).


 L’Expérience du mouvement ouvrier (dos tomos, 1974).
 Capitalisme moderne et révolution (dos tomos, 1979).
 Le Contenu du Socialisme (1979).
 La Société française (1979).

22
La mayoría de este material se encuentra fuera de catálogo o circulación. La
reflexión en esta etapa, que de una u otra forma deriva en la siguiente, se
puede entender como un período de estudio del pensamiento marxista y sus
consecuencias. Primero en el seno del dogmático KKE y luego en las críticas no
comprometidas del trotskismo sobre la URSS, lo que propicia la creación de
Socialisme ou Barbarie, en donde se observa las consecuencias de las
jerarquías dentro de la sociedad rusa soviética.

Así se refleja en las primeras líneas pragmáticas del primer número de la


revista:

«Un siglo después del Manifiesto Comunista, treinta años después de la Revolución Rusa,
después de victorias deslumbrantes y derrotas abismales, el movimiento revolucionario
parece haber desaparecido (...). Más que nunca se trata hoy de una cuestión de
“marxismo”, de “socialismo” de la clase obrera y de un nuevo período histórico, pero más
que nunca el verdadero marxismo ha sido burlado, el socialismo vilipendiado; más que
nunca la clase obrera ha sido vendida y traicionada por aquellos que dicen ser sus
representantes (...). Parece que el “socialismo” se hubiera realizado en países que tienen
cuatrocientos millones de habitantes. Pero es un “socialismo” inesperable de los campos
de concentración, de una explotación social inhumana y de una dictadura atroz, de una
imbecilidad generalizada».

De esta reflexión, la conclusión es el paradigma que el propio CASTORIADIS


introduce en los primeros artículos de Marxismo y teoría revolucionaria (1964-
1965), cuando dice:

«Habiendo partido del marxismo revolucionario, hemos llegado al punto en el que había
que elegir entre seguir siendo marxistas o seguir siendo revolucionarios; entre la fidelidad
a una doctrina, que ya no anima desde hace mucho tiempo ni una reflexión ni una
acción, y la fidelidad al proyecto de una transformación radical de la sociedad, que exige
antes que nada que se comprenda lo que quiere transformar y que se identifique lo que,
en la sociedad, contesta realmente esta sociedad y está en lucha contra su forma
presente».

De esta forma, CASTORIADIS rompe tanto con el marxismo como con el


trotskismo, y finalmente también con Socialisme ou Barbarie, para emprender y
concentrarse en un nuevo nivel de reflexión, lo que comprenderá su segunda
etapa de pensamiento (1968-1997).

23
Obras

Entre sus principales obras, tenemos:

 La sociedad burocrática (1973).


 La experiencia del movimiento obrero (1974).
 La institución imaginaria de la sociedad (1975).
 Capitalismo moderno y revolución (1979).
 El mundo fragmentado. Encrucijadas del Laberinto III (1990).
 Sobre El Político de Platón (1999).
 La insignificancia y la imaginación (2002).
 Escritos políticos (2006).
 La institución imaginaria de la sociedad (1975).

En todo caso, lo importante es destacar que el rasgo fundamental de la filosofía


política de Cornelius CASTORIADIS descansa en la afirmación de que la creación
pasada o presente se encuentra en la base de la política y la praxis, así como
en el análisis de los fenómenos lingüísticos desde una consideración
ineludiblemente social.

24
2. Democracia, Estado y globalización

2.1. Aspectos generales de la democracia

2.1.1. Problema conceptual de la democracia

Históricamente, la democracia se concibió como gobierno de la mayoría. Sin


embargo, los nuevos tiempos nos han permitido dejar de lado un aspecto
meramente cuantitativo por criterios cualitativos y valorativos.

Así, los estudiosos de la democracia se interesan en esencia por analizar el


cómo se gobierna, es decir, la vigencia de valores democráticos en las
instituciones de un Estado, y la puesta en práctica de principios democráticos:

 Pluralismo político.
 Tolerancia.
 Equilibrio de poderes.
 Respeto a los derechos ciudadanos.

25
 Etc.

Desde esa perspectiva, jamás podrá suponerse «democrático» un acto por el


que una mayoría atropella los
derechos de una minoría, como
tampoco podría calificarse como
«democrático» a un dictador que
tenga el incondicional respaldo de
toda la población; y es que dicho
respaldo no transforma lo dictatorial
en democracia.

Definir la democracia es un asunto


muy complicado, y hasta se podría
sostener que no existe ni es posible
una definición precisa y unánime de
democracia. Más aún, el concepto de
democracia ha dado pie a grandes
debates históricos.

No obstante, con propósitos pedagógicos, es necesario asumir, no un concepto


absoluto de democracia, sino un contenido mínimo. Por ello, podemos señalar
que la democracia es un concepto descriptivo y a la vez valorativo:

 Es descriptivo en la medida en que se refiere a sociedades, regímenes


o gobiernos realmente existentes.

 Es valorativo en la medida en que se refiere a las cosas como deben


ser, a normas, o a criterios que el gobierno o la sociedad deberían
satisfacer.

2.1.2. Los rasgos básicos de la democracia

Otra consideración muy importante que se debe tomar en cuenta en la


aprehensión de la democracia es la necesidad de que los Estados que dicen
presentar este régimen democrático deben cumplir con ciertos rasgos básicos:

 El pluralismo, que significa diversidad y que se extiende a tres


dimensiones principales que deben existir en una sociedad democrática:

26
o Distintas concepciones acerca de la virtud o acerca de lo bueno (es
decir, diversas creencias religiosas, diversos estilos de vida, ideales
diversos, etc.); distintos intereses políticos.

o Distintas ideologías políticas (o sea proyectos o modelos de


sociedad susceptibles de ser construidos mediante el uso del poder
público).

o Diversas asociaciones u organizaciones de ciudadanos que actúan


en la esfera pública.

 La competencia, que significa que los distintos intereses e ideologías


políticas tengan probabilidad efectiva de acceder al poder del Estado. La
competencia implica:

o Reglas de juego equitativas y aceptadas por todos.

o Dispersión del poder.

o Posibilidad de rotación en el poder. Si las reglas no son equitativas


o si no se cumplen, el débil siempre quedará excluido; si el poder
es monolítico, no hay espacio para un pluralismo efectivo; y si la
rotación es imposible, la competencia es apenas un ritual.

 Las elecciones son el principal


mecanismo de competencia entre
los distintos intereses e ideologías
políticas. Si ellas son universales,
limpias, frecuentes y empleadas
para proveer distintos cargos
decisivos, logran garantizar el
pluralismo y legitimar el ejercicio
del poder público por parte de
unas pocas personas, es decir, de
las autoridades elegidas.

 El principio de mayoría,
significa que en elecciones populares o en decisiones de cuerpos
colegiados gane la opción que reúna más votos. Dado que la democracia
supone votaciones, cualquier otro criterio sería menos justo, pues se

27
impondría el querer de alguna minoría. Pero el principio de mayoría tiene
riesgos obvios, por lo cual se le añade dos calificaciones:

o El sufragio debe ser universal e igualitario: Todos tienen el


derecho de votar y cada voto pesa lo mismo (pues de otro modo se
armaría mayorías truculentas).

o La mayoría no tiene poderes absolutos: No puede oprimir a las


minorías, aprobar la violación de derechos humanos universales,
autoeternizarse como mayoría, romper los tratados internacionales
ni llegar a decisiones sino a través de los procedimientos legales
establecidos de antemano.

 El constitucionalismo es la sujeción de las autoridades a un orden


jurídico que garantiza tres elementos básicos:

o El respeto de los derechos civiles y políticos, necesarios para


la libre expresión del pluralismo, la competencia y las elecciones.

o La división o separación
de poderes dentro del
Estado, para evitar los
abusos, para que quepa el
pluralismo y para que la
mayoría no aplaste a las
minorías.

o La vigencia del principio


de inclusión (ninguna
persona está por encima de
la ley) y del principio de
legalidad (toda interacción
entre Estado y ciudadano
debe estar reglamentada por una norma jurídica —o sea una
norma producida según el mecanismo estipulado en una norma
superior y previa—).

Como se habrá notado, los cinco rasgos de la democracia están concatenados


en relación lógica: son consecuencias o son condiciones para que otros rasgos
se den plenamente. Advirtamos además que cada uno de estos rasgos puede

28
cumplirse de manera más o menos plena, de modo que habrá países más o
menos democráticos que otros y respecto de unos rasgos más que de otros.

2.1.3. La democracia representativa

«La democracia representativa, a diferencia de la democracia directa, es aquella


por la cual el pueblo tiene como derecho fundamental elegir a sus gobernantes
cada cierto tiempo para que, una vez elegidos, estos gobiernen al Estado según
sus propias consideraciones y
circunstancias» (LANDA, s/f, p. 4).

La democracia representativa permite


la conjugación armónica del principio
político de soberanía popular con un
cauce racional de deliberación que a
su vez permita atender las distintas
necesidades de la población. Empero,
dicha deliberación racional y, en suma,
la gobernabilidad del Estado, pueden
situarse en serio riesgo si a la
representación no se le confiere las
garantías para que pueda «formar
voluntad».

De ahí que la representación indebidamente comprendida y articulada es la


matriz potencial de un desequilibrio que, si no es adecuadamente conjurado,
puede impedir que el Estado atienda su deber primordial (Constitución del Perú,
artículo 44):

«Promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y


equilibrado de la nación».

Y con ello desencadenar el colapso del sistema representativo en su conjunto,


y, con él, el del propio Estado social y democrático de derecho. A continuación
se describe tales peligros.

Dejada de lado la idea de que en la sociedad reside una única verdad


homogénea susceptible de ser descubierta por la razón, se comprende que, por
el contrario, a la sociedad le es inherente una fragmentación de distintas
dimensiones, desencadenante, a su vez, de un pluralismo materializado en
29
distintos ámbitos. De esta forma, a diferencia de lo que pudo haber concebido
el primer liberalismo, puede afirmarse que a las sociedades contemporáneas no
les es inherente la uniformidad, sino, por el contrario, el pluralismo.

Utilizando como ejemplo a la sociedad italiana, Norberto BOBBIO explica en estos


términos la realidad internamente heterogénea de las sociedades
contemporáneas, singularmente descriptiva, por cierto, de la realidad social
peruana:

«[…] Se trata de una sociedad articulada en grupos diferentes y contrapuestos, entre los
cuales anidan tensiones profundas, se desencadena conflictos lacerantes y se desarrolla un
proceso constante de composición y descomposición. Existe el pluralismo en el nivel
económico allí donde todavía hay en parte una economía de mercado, muchas empresas
en competencia, un sector público diferente del sector privado, etc.; pluralismo político,
porque hay muchos partidos o muchos movimientos políticos que luchan entre ellos, con
votos o con otros medios, por el poder en la sociedad y en el Estado; pluralismo ideológico,
desde el momento en que no existe una sola doctrina de Estado, sino diferentes corrientes
de pensamiento, diversas versiones del mundo, diferentes programas políticos que tienen
una libre actividad y que dan vida a la opinión pública heterogénea variada y polifacética».

Bien puede decirse que hemos ingresado —hace tiempo ya— a un escenario de
democratización de la sociedad en
el que, si bien cobran singular
protagonismo los mecanismos de
democracia directa, un primer peligro
consistiría en creer que lo hacen como
si fueran la antítesis de la democracia
representativa, cuando no son más
que su natural complemento.

No puede olvidarse que la defensa


cerrada de los mecanismos de
democracia directa, en contraposición
a los supuestos perjuicios generados
por la democracia representativa, ha
sido, finalmente, el recurrente
argumento de las dictaduras para
pretender fundamentar la supuesta validez de sus organizaciones totalitarias de
partido único, en las que por vía de la argucia de una aparente mayor

30
participación ciudadana en los asuntos públicos, en los hechos y las decisiones
terminan siendo monopolio del dictador.

Finalmente, conviene precisar que la democracia representativa es una


democracia pluralista, pues la representación encuentra en la soberanía
popular a su fuente de poder, y
debe ser seno de contrapesos y
controles mutuos entre las distintas
fuerzas políticas. Pero no puede ser
una democracia fragmentaria en la
que no exista posibilidad de
generar consensos entre las
mayorías y minorías parlamentarias.

En otras palabras, no cabe que bajo


el pretexto de identificar
matemáticamente a la democracia
representativa con la
representación «de todos», se
termine olvidando que, en realidad,
de lo que se trata es que sea una
representación «para todos».

De ahí la importancia de que los


partidos y movimientos políticos
concurran en la formación y
manifestación de la voluntad
popular, tal como lo exige el
artículo 35 de la Constitución del
Perú, y no sean simples
asociaciones representativas de
intereses particulares.

Considerando lo expuesto, se puede decir que el gobierno representativo está


inspirado por cuatro principios, a saber:

 La elección de representantes a intervalos regulares.


 La independencia parcial de los representantes.
 La libertad de la opinión pública.
 La toma de decisiones tras el proceso de discusión.

31
2.2. Relación entre democracia y Estado

De acuerdo con Guillermo O’DONNELL (2008, p. 27):

«El Estado es el ancla indispensable de los diversos derechos de ciudadanía implicados y


demandados por la democracia».

Según dicho autor, un «buen» Estado; es decir, un Estado consistente con la


democracia es un Estado que inscribe
en su propia legalidad, implementa
por medio de sus burocracias y, junto
con una sociedad civil presente y
activa, apunta a consolidar y expandir
los derechos de ciudadanía implicados
y demandados por la democracia.
Esto, a su vez, significa que los
ciudadanos tenemos un derecho
público e irrenunciable al Estado, pero
no a cualquier Estado, sino a uno
consistente con la democracia, un
Estado de la democracia y para ella.

De esta manera, se advierte una


estrecha e inseparable relación entre
democracia y Estado, la cual se refleja
en los textos constitucionales de
diversos países en el mundo, en los
que se contempla a la democracia como un factor necesario en todo Estado.

2.2.1. La democracia en la Constitución Política del Perú

El artículo 43 de la Constitución Política señala que el Estado peruano es una


república democrática, social, independiente y soberana.

De este modo, nuestra carta constitucional considera a la democracia como un


factor necesario e imprescindible del Estado peruano, al extremo que para
muchos la Constitución bien podría ser definida como la juridificación de la
democracia.

32
Así, la Constitución es la expresión jurídica de un hecho político democrático,
esto es, la voluntad del poder constituyente (manifestación de la soberanía
popular). Ello, desde luego, no significa que en el Estado exista algún soberano.
Por el contrario, el Tribunal Constitucional ha manifestado:

«Una vez expresada la voluntad del Poder Constituyente con la creación de la Constitución
del Estado, en el orden formal y sustantivo presidido por ella, no existen soberanos,
poderes absolutos o autarquías. Todo poder (deviene) en un poder constituido por la
Constitución y, por consiguiente, limitado e informado, siempre y en todos los casos, por
su contenido jurídico-normativo».

Ocurre, sin embargo, que siendo la Constitución la expresión jurídica de la


soberanía popular, esta otorga a aquella su fundamento y razón de existencia,
por lo que una Constitución solo es identificable como tal en la medida en que
se encuentre al servicio de los derechos fundamentales del pueblo.

Los derechos fundamentales son la materialización del principio democrático en


su faz fundacional al interior del
Estado social y democrático de
derecho, queda evidenciado
cuando, sin perjuicio del
reconocimiento expreso de una
amplia gama de derechos
fundamentales, el artículo 3º de la
Constitución, además de la
dignidad humana, reconoce a la
soberanía popular y al Estado
democrático como sus fuentes
legitimadoras.

De este modo, la voluntad política que da origen al Estado se proyecta en este,


no como un poder supremo, sino como una necesidad de respetar, garantizar y
promover los derechos fundamentales de cada persona. El pueblo, como poder
constituyente, deposita su voluntad en la Constitución, se inserta en el Estado,
y deja de ser tal para convertirse en un poder constituido. La democracia
episódica, fáctica, no reglada y desenvuelta en las afueras del derecho, da lugar
a una democracia estable, jurídica y, consecuentemente, reglada y desarrollada
conforme con los límites establecidos en la Constitución.

33
2.2.2. El principio democrático y el principio de representación en el
Estado peruano

Nuestra carta constitucional también reconoce los principios democráticos de


participación y de
representación política.

Así, el principio democrático,


inherente al Estado social y
democrático de derecho, alude
no solo al reconocimiento de
que toda competencia,
atribución o facultad de los
poderes constituidos emana
del pueblo (principio político
de soberanía popular) y de su
voluntad plasmada en la
norma fundamental del Estado
(principio jurídico de
supremacía constitucional),
sino también alude a la
necesidad de que dicho
reconocimiento originario se proyecte como una realidad constante en la vida
social del Estado, de manera tal que, a partir de la institucionalización de los
cauces respectivos, cada persona, individual o colectivamente considerada,
goce plenamente de la capacidad de participar de manera activa «en la vida
política, económica, social y cultural de la nación», según reconoce y exige el
artículo 2, inciso 17, de la Constitución.

Asimismo, la democracia se fundamenta, pues, en la aceptación de que la


persona humana y su dignidad son el inicio y el fin del Estado (artículo 1 de la
Constitución), por lo que su participación en la formación de la voluntad
político-estatal es presupuesto indispensable para garantizar el máximo respeto
a la totalidad de sus derechos constitucionales.

Consustancial a tal cometido es el reconocimiento de lo siguiente:

 Gobierno representativo (artículo 45 de la Constitución).


 Principio de separación de poderes (artículo 43 de la Constitución).
 Mecanismos de democracia directa (artículo 31 de la Constitución).

34
 Organizaciones políticas (artículo 35 de la Constitución), principio de
alternancia en el poder y de tolerancia.
 Además, una serie de derechos fundamentales cuya vinculación directa
con la consolidación y estabilidad de una sociedad democrática hace de
ellos, a su vez, garantías institucionales de esta.

Entre estos se encuentran los denominados derechos políticos, enumerados en


los artículos 2, inciso 17, y 30 a 35 (entre los que destaca, de modo singular, el
derecho de los ciudadanos a ser elegidos y de elegir libremente a sus
representantes, de acuerdo con las condiciones y procedimientos determinados
por ley orgánica), los derechos a
las libertades de información,
opinión, expresión y difusión del
pensamiento mediante la palabra
oral, escrita o la imagen (artículo
2, inciso 4), de acceso a la
información pública (artículo 2,
inciso 5), de reunión (artículo 2,
inciso 12) y de asociación
(artículo 2, inciso 13).

Una sociedad en la que no se


encuentren plenamente
garantizados estos derechos,
sencillamente, o no es una
comunidad democrática, o su
democracia, por incipiente y
debilitada, se encuentra, por así decirlo, «herida de muerte».

Así pues, el principio democrático se materializa a través de la participación


directa, individual o colectiva, de la persona como titular de una suma de
derechos de dimensión tanto subjetiva como institucional (derecho de voto,
referéndum, iniciativa legislativa, remoción o revocación de autoridades,
demanda de rendición de cuentas, expresión, reunión, etc.), así como en su
participación asociada, a través de organizaciones orientadas a canalizar el
pluralismo político. Tales organizaciones son los partidos y movimientos
políticos, reconocidos en el artículo 35 de la Constitución.

35
2.3. La globalización

En la actualidad, y desde hace varios años, la relación entre democracia y


Estado no puede ser desarrollada sin dejar de analizar el proceso de
globalización que viene sucediendo en las últimas décadas. En tal sentido, a
continuación explicaremos brevemente en qué consiste el proceso de
globalización y qué efectos ha tenido sobre la relación entre democracia y
Estado.

2.3.1. Conceptualización y etimología

La globalización es un proceso fundamentalmente económico que consiste en la


creciente integración de las distintas economías nacionales en una única
economía de mercado mundial.
No obstante, su definición y
apreciación puede variar según el
interlocutor.

A la globalización algunas veces


se le considera, equívocamente,
como producto de los organismos
internacionales públicos como
OMC, FMI y BM; sin embargo, la
globalización es un proceso
autónomo y un orden espontáneo
ajeno a la dirección de tales
organismos públicos, y que
depende más bien del
crecimiento económico, el avance
tecnológico y la conectividad
humana (transporte y
telecomunicaciones).

Es discutible relacionar la
globalización con una dimensión extraeconómica o extratecnológica, pero
en el caso de abarcar cuestiones sociales mundiales (cultura, migración, calidad
de vida, etc.) se usa la expresión aldea global.

Ciertos autores consideran más adecuado en español el término


mundialización, galicismo derivado de la palabra francesa mondialisation, en

36
lugar de globalización, anglicismo procedente del inglés globalization, puesto
que en español global no equivale a mundial, como sí ocurre en inglés.

Sin embargo, el Diccionario de la Real Academia Española registra la entrada


globalización, entendida como la ‘tendencia de los mercados y de las
empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las
fronteras nacionales’ (DRAE, 22.a ed.), mientras que la entrada
mundialización ha sido recientemente incluida en el Diccionario (como un
artículo nuevo en el avance de la 23.a ed.).

2.3.2. Naturaleza de la globalización

A partir de la definición anteriormente señalada, algunos pensadores y


gobernantes (el primero de los
cuales fue Augusto Pinochet
durante su gobierno en Chile —en
lo que se llamó «experimento»—,
seguido por Margaret Thatcher
[1979-1990 en Gran Bretaña] y
Reagan [1981-1989 en EE. UU.],
etc.) encontraron necesario o
conveniente efectuar una fuerte
crítica desde un punto de vista
neoliberal a formas sociopolíticas y
económicas anteriores, que ellos
consideraban estatizantes; en
consecuencia, restrictivas tanto de
las libertades individuales como del desarrollo económico y social; al mismo
tiempo, tales pensadores propusieron nuevas formas a fin de crear un terreno
favorable para su expansión.

Estos gobiernos implementaron las políticas económicas de personajes tales


como Friedrich Hayek y Milton Friedman, lo cual redundó en la generación de
nuevas interrelaciones entre los factores económicos y mercados de todo el
mundo (consumidores, trabajo, recursos naturales, inversiones financieras,
etc.).

La globalización en sí misma es un proceso continuo y dinámico, que desafía las


leyes no solo de los países en desarrollo, respecto a elementos tales como la
protección a trabajadores, la protección del medio ambiente y formas de
regular el funcionamiento de corporaciones que, si bien pueden dar trabajo a la

37
mano de obra desocupada, también pueden beneficiarse de irregularidades y
debilidades subsistentes en un
determinado país.

Es fácil para estas empresas


simplemente trasladar sus centros de
producción a lugares en los cuales se
les da el máximo de facilidades. Es
también un desafío para los
proyectos de desarrollo de los países,
especialmente para aquellos que
están en vías de desarrollo, pues la
globalización no solo considera
cualquier intervención estatal como
mínima a los intereses de esas
empresas (en la medida en que tales planes implican regulaciones y demandan
impuestos y otros recursos), sino que además asevera que la idea misma del
desarrollo social como meta y objetivo gubernamental o estatal recluye la
libertad individual y distorsiona tanto a la sociedad como al mercado.

Estas fueron las pautas de un primer momento en esta nueva relación


socioeconómica. Se puede observar, como ejemplo, que los altos costos de
producción en los países desarrollados, que confluyeron con una apertura de
los países orientales, especialmente China e India, a los mercados de capitales
y su inclusión como miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC),
resultó en el traslado masivo de la producción industrial desde Europa y EE. UU.
a esos u otros países que ofrecían
condiciones más favorables para el
incremento de las ganancias de esas
empresas internacionales.

Ese fenómeno está produciendo, en


los últimos años, un cambio profundo
en las relaciones de poder entre los
países involucrados en este proceso,
lo que a su vez produce un
decaimiento en los países que se
consideraban desarrollados.

Así, por ejemplo, Estados Unidos ha adquirido el déficit en la balanza de pagos


más grande en la historia del mundo, lo que lo lleva a la desvalorización de su
moneda y a la decadencia de sus tasas de ahorro e inversión, lo que a su vez

38
significa que empieza a depender de la inversión externa y entra a un periodo
prolongado de recesión; mientras que en el nivel militar su ejército se
encuentra empantanado en Iraq y Afganistán, en una guerra que está llegando
a ser vista como perdida en términos militares. Aún más serio para ese país es
el hecho de que sus prácticas políticas se alejan cada día más de los consensos
pragmáticos (especialmente su política exterior) que predominaron durante el
ascenso y predominio mundial de EE. UU., lo que dificulta la solución de sus
problemas y pone en cuestión su liderazgo.

En el nivel cultural, el incremento de la intercomunicación física y virtual ha


facilitado este proceso. La interconexión física se basa en la masificación del
transporte. La interconexión
virtual se basa exclusivamente
en la tecnología, por ejemplo:
Internet.

Esto ha llevado a dos


resultados contradictorios:

 Por un lado, se ha
facilitado enormemente
la centralización del
control administrativo y
político a niveles
gubernamentales y
corporativos.

 Por otro lado, ha


aumentado de manera igualmente importante la diseminación de ideas
críticas y la comunicación entre los ciudadanos comunes y corrientes,
que anteriormente dependían de los medios establecidos o no podían
responder rápida y efectivamente a decisiones que los afectaban (véase,
por ejemplo: ciberactivismo).

Otro punto de interés es el crecimiento económico que se ha producido a escala


mundial desde la introducción del proceso. Según datos del FMI, todos los
países desarrollados y muchos de los que se encuentran en vías de desarrollo,
han experimentado un crecimiento sostenido de sus economías, lo que está
permitiendo la incorporación de cientos de millones de habitantes a la economía
moderna. Esta es generalmente la justificación más usada a favor de la
globalización.

39
Es importante anotar que entre los partidarios de la globalización hay corrientes
con visiones encontradas y radicalmente diferentes en su percepción sobre sus
beneficios; este es el caso del liberalismo libertario y el
neoconservadurismo en lo
político, o la escuela austríaca y el
monetarismo/escuela neoclásica en
la doctrina económica.

Los liberales libertarios y otros


proponentes del laissez-faire
capitalista dicen que los altos niveles
de libertades políticas y económicas,
en la forma de democracia y
capitalismo, han sido fines valuables
en sí mismos en el mundo
desarrollado y han producido
también altos niveles de riqueza
material. Ellos ven en la
globalización un proceso benéfico de
extensión de la libertad y del
capitalismo.

Aquellos que apoyan el libre


comercio proclaman que el aumento
tanto de la prosperidad económica
como de las oportunidades,
especialmente en los países en vías
de desarrollo, incrementará las
libertades civiles y llevará a una
demanda de recursos más eficientes.

En escena también están los


llamados globalistas o mundialistas, quienes proponen una globalización
democrática. Ellos creen que la primera etapa de la globalización, orientada al
mercado o a asuntos económicos, debe ser seguida por una etapa de creación
de instituciones políticas globales que representen las visiones o aspiraciones
del ciudadano mundial. Su diferencia con otros globalistas es que ellos no
definen por adelantado una ideología para orientar esta voluntad y dejan esta
tarea a la voluntad de esos ciudadanos a través de un proceso democrático.

Los proponentes de la globalización argumentan que el movimiento


antiglobalización es proteccionista y usa evidencia puntual y anecdótica para

40
apoyar sus visiones, mientras que las fuentes estadísticas proveen un apoyo
fuerte a la globalización:

 El porcentaje de personas que viven con menos de dos dólares de


ingreso al día ha caído mucho en áreas afectadas por la globalización,
mientras que la tasa de pobreza ha permanecido estable en otras áreas.
En Asia del Este, incluyendo China, ese porcentaje ha decaído en un
50.1%, comparado con
un incremento del 2.2%
en África subsahariana.

 La esperanza de vida
casi se ha duplicado en
los países en desarrollo
desde la Segunda
Guerra Mundial, y se ha
empezado a acortar la
distancia entre ella y la
de los países
desarrollados, donde el
mejoramiento ha sido
menor. Incluso en los
países del África
subsahariana —la región
menos desarrollada—, la
esperanza de vida ha aumentado de menos de 30 años a alrededor de
50 años, antes de la pandemia de SIDA. La mortalidad infantil ha
decrecido en todas las regiones del mundo en desarrollo.

 La presencia de la democracia se ha incrementado considerablemente:


desde una situación en la cual habían muy pocas naciones con sufragio
universal en 1900, a estar presente en un 72,5% de los países en el
2010.

 Se ha avanzado en el reconocimiento de los derechos de las mujeres.


Incluso en áreas como Bangladesh, las mujeres están logrando acceso a
trabajos que proveen estabilidad e independencia económica.

 La proporción de la población mundial que vive en países en los cuales la


provisión de alimentos per cápita equivale a menos de 2,200 calorías o

41
9,200 kilojulios por persona por día disminuyó de 56% en 1960 a menos
de 10% en el 2005.

 Indur M. Goklany, en su libro The Improving State of the World, también


encuentra evidencia de que esas y otras medidas del bienestar humano
están mejorando, y que la globalización es parte de la explicación.
También busca responder al argumento de que el impacto ambiental
limitaría ese progreso.

Otros autores, tales como el senador canadiense Douglas Roche, simplemente


ven a la globalización como inevitable y argumentan a favor de crear
instituciones tales como
una asamblea
parlamentaria de las
Naciones Unidas, elegida
con el fin de supervisar y
controlar la acción de
cuerpos e instituciones
internacionales no electos.

Los proponentes de la
globalización critican
duramente algunas
políticas habituales en
países desarrollados; en
particular, los subsidios a
la agricultura y las tarifas
proteccionistas. Por
ejemplo, casi la mitad del
presupuesto de la Unión
Europea se emplea en su
mayoría a las grandes empresas y granjas industrializadas, que constituyen un
poderoso lobby.

Japón, por su parte, concedió a su sector agrícola 47 mil millones de dólares en


el 2005, casi cuatro veces la cantidad que dio en ayuda oficial al desarrollo. Los
EE. UU. dotan 3,900 millones de dólares cada año a su sector agrícola
algodonero, que incluye a 25,000 granjeros, tres veces superior al presupuesto
completo de USAID para los 500 millones de habitantes de África.

42
Estas políticas agotan los recursos de los contribuyentes e incrementa el precio
a los consumidores en los países desarrollados, disminuyen la competencia y
eficiencia, evitan las exportaciones de agricultores más eficientes y otros
sectores en los países en desarrollo y socavan las industrias en las cuales los
países desarrollados tienen ventajas comparativas. Así, las barreras al comercio
dificultan el crecimiento económico de las naciones en desarrollo, lo cual tiene
un efecto negativo en los niveles de vida de la población en general.

2.3.3. Ventajas y desventajas de la globalización: un esbozo crítico de


este proceso

2.3.3.1. En lo económico

 La apertura generalizada de los mercados de bienes y capitales que


sugiere el fin de los bloques comerciales, tratados regionales e
independencia económica de los países, pero que al mismo tiempo
facilita la capacidad de resolver necesidades económicas que actores
locales han sido incapaces de satisfacer.

 La creciente privatización de
los sectores económicos,
junto al auge de la empresa
multinacional y el
decaimiento de empresas y
Estados nacionales.

 El aumento de la
competencia (en la
economía) que por un lado
incrementa la cantidad y
calidad de los productos, y
por el otro amenaza las
condiciones de trabajo
(incluyendo salarios) y
sobreexplota el medio ambiente.

 El acceso irregulado de los países a los mercados internacionales, lo que


por un lado facilita la venta de sus productos y la adquisición de
tecnologías y mercancías y promueve empleos, y por el otro desprotege

43
los de menor calibre económico y lleva al abandono de intentos
organizados de promover progreso y justicia social.

2.3.3.2. En lo cultural

 El intercambio cultural amenaza una pérdida en la integridad de las


culturas o identidades nacionales de los países participantes, en
oposición a la oportunidad de diversificar y enriquecer las costumbres.

 El conflicto entre las


concepciones de la cultura
como civilización o alta
cultura, en oposición a la
extensión de la cultura del
hombre común (o cultura
popular).

 La posibilidad del
reflorecimiento de culturas
regionales o folclóricas y
valores individuales, en
oposición a la homogenización,
producto de la masificación e
internacionalización de los
medios.

 El reforzamiento de una conciencia de comunidad humana, en


oposición a la adquisición acrítica de elementos culturales de sociedades
dominantes.

 Posible sobrevaloración de lo material por encima de lo social o moral, en


contraste con la satisfacción de necesidades materiales mínimas de
amplios sectores.

2.3.3.3. En lo político

 El posible decaimiento del nacionalismo y el surgimiento del


internacionalismo.

44
 El poder político de empresas sobre los países.

 La generalización de la democracia y el Estado de derecho como formas


de gobierno predominantes a escala mundial, en contraste con el
resurgimiento de áreas y períodos de profunda inestabilidad política
debido, por un lado, a la pérdida de poder por parte de los gobiernos
(produciendo los llamados Estados fallidos) y, por el otro, al rechazo a lo
que se ve como concepciones occidentales de hacer política.

 La disminución paulatina en los controles migratorios, que puede llevar a


la pérdida de los sectores más innovadores y la «invasión» de élites
empresariales internacionales en países pobres.

En todo caso, es importante tener en cuenta que la globalización es un


fenómeno complejo, por lo tanto no debería sorprender que provoque
diferentes reacciones entre diferentes individuos o grupos:

 Para algunos, amenaza la estructura misma del Estado-nación y el


concepto moderno de
democracia. Para otros,
busca imponer estructuras
políticas (la democracia)
sobre países que las
rechazan.

 Para algunos, amenaza la


identidad nacional, mientras
que otros —por ejemplo
Mario Vargas Llosa— ven
esa identidad como una
construcción impuesta que
busca obliterar diferencias
individuales y culturas
locales en aras de una unidad artificial.

 Hay quienes ven el proceso como simplemente una continuación o hasta


agudización de procesos de explotación, resultado directo del
neocolonialismo capitalista; mientras que, según otros, amenaza el fin de
esa predominancia.

45
 Para algunos, promete una nueva era de riquezas para todos; para
otros, —como Eduardo Galeano— es la seducción de un consumismo que
arruinará económica y moralmente a la mayoría.

2.3.4. Críticas a la globalización

Antes de hacer una crítica es necesario considerar un aspecto fundamental: la


diferencia entre lo que se apoya del proceso y la manera en que las
propuestas han sido o están siendo implementadas. El libre comercio de
la globalización no solo se
refiere al libre movimiento de
capitales, sino también al libre
movimiento de bienes y
personas. Por lo tanto, los
globalistas consideran
inaceptable que se establezca
barreras aduaneras y tratos
preferenciales que los países
desarrollados imponen o
practican cuando les conviene.

Las mismas objeciones son


aplicables a las barreras de todo
tipo a la migración y
movimiento de los trabajadores.

Visto lo anterior, es necesario


aclarar que este esbozo se ha
desarrollado teniendo en cuenta
el proceso tal cual ha sido implementado, y el llamado Consenso de
Washington, especialmente como se expresa en las recomendaciones y
prácticas del FMI y BM, entre otros. Enumeramos tres puntos a continuación:

 Primera crítica: Esta proviene desde los teóricos de la globalización


misma. Como se ha visto, estos se oponen a las barreras y trabas al
movimiento de bienes y de personas que los gobiernos que dicen seguir
las políticas de la globalización imponen sobre los productos y personas
de otros países. Igualmente cuestionables son las subvenciones y otras
medidas proteccionistas que esos países utilizan. En ese sentido, se ha
afirmado que las instituciones del Consenso están al servicio de sus

46
accionistas mayores (es decir, EE. UU.) y no para el beneficio de quienes
lo necesitaban.

 Segunda crítica: Si aceptamos la tesis de los proponentes de la


globalización de que tanto la democracia como el capitalismo fueron las
fuentes de la prosperidad económica de los países desarrollados,
deberíamos igualmente pensar que el rol que el Estado ejerció a escala
nacional en esos países en la emergencia de esa prosperidad necesita
ser replicado no solo en los países que se integran al sistema, sino
también en el nivel internacional.

 Tercera crítica: Esta sugiere que sus proponentes se están apropiando,


por un lado, de los resultados de la acciones de terceros y, por el otro,
manipulando los hechos —incluyendo la distorsión de los datos
estadísticos básicos— con el fin de fundamentar y difundir sus ideas.

Asimismo, se debe mencionar que la disminución en las tasas de pobreza


relativa en países que aplican las
políticas del FMI no parece estar
lográndose gracias a la disminución
de los extremos en la distribución del
ingreso, sino gracias a la pérdida de
ingresos de las clases asalariadas de
países industrializados y la
pauperización de las clases medias,
especialmente en países poco
desarrollados y de ingresos medios,
tales como los de América Latina,
quienes se encuentran ahora
desprovistos de los sistemas de
seguridad y apoyo que gozaban, por
ejemplo, en educación, medicina,
seguros, pensiones de jubilación y otros servicios estatales, hasta hace un par
de décadas.

La concentración de la propiedad a escala mundial continúa y se acentúa, lo


que no debería ser sorpresa, ya que en la segunda mitad de la década de 1990
algunos estudiosos de las políticas del desarrollo —por ejemplo, Michael
Todaro: Economic Development— advertían que la presencia de empresas
multinacionales en países en vías de desarrollo podría desembocar en el
empobrecimiento a largo plazo de esos países, debido al desplazamiento de
47
empresas locales, la desviación de recursos locales para servir a mercados más
lucrativos en otras regiones y la exportación de ganancias, etc.

2.3.5. América Latina y la globalización

La globalización ha impreso en las democracias latinoamericanas la concepción


de los intereses privados como beneficiarios de la sociedad. En las democracias,
el principio de ciudadanía implica soberanía popular y esta supone participación
amplia y variada. Fenómenos como la desesperanza política en los partidos
políticos, el absentismo electoral, la
corrupción, el fraude fiscal y la falta
de debate público ciudadano son
síntomas de la inexistencia de la
praxis ciudadana relacionada con la
carencia de identidades y de
ausencia de Estado.

2.3.5.1. Democracia «de


mercado»

Las democracias actuales que se


corresponden con el modelo de
SCHUMPETER son democracias de
mercado. De esta forma, y a
diferencia de los EE. UU., suele
confundirse a la participación de la
sociedad civil en la opinión pública como la defensora de los derechos de los
consumidores, concepción que es eminentemente individualista y funcional al
mercado.

En las democracias altamente desarrolladas, el ejercicio de la


ciudadanía se da con relación a los derechos sociales, civiles y
políticos; pero la inexistencia de este ejercicio en las democracias
latinoamericanas se relaciona con una baja autonomía política por la injerencia
de políticas dependientes y neoliberales, y por la pérdida del ejercicio de la
praxis intersubjetiva, o comunitaria, alrededor de pensamientos políticos claves.

La apelación y/o el pretexto de acercar la política a la ciudadanía


(descentralizar) no opera en América Latina como en los territorios
europeos y estadounidenses; en estos se aspira a la perfección del «buen

48
ciudadano», en nuestros países se intenta negar el conflicto y se apela
a la obediencia, se desarrollan los caudillismos conservadores, se practica el
clientelismo, las relaciones sociales se tornan verticales y el rédito son los
«espacios de poder» individualistas.

En los territorios
hispanoamericanos las políticas de
la globalización han llevado a que la
ciudadanía no esté asegurada por
las condiciones sociales de
exclusión. De allí que sea común oír
acerca de «ciudadanos/as de
primera y ciudadanos/as de
segunda», de «ciudadanía asistida»
y «ciudadanía emancipada». El
énfasis que se sigue poniendo en la
acumulación de capital sin
distribución social se corresponde
con un régimen político que, lejos
de asemejarse a las democracias
europeas, vuelve a sumergir a los países de América Latina en uno de los
peores momentos de su historia, de crisis económica y de restricción de sus
autonomías políticas, desde su independencia a la economía mundial. Quizás
por ello despierta esperanzas la alternativa de la «tercera vía», que no deja de
considerar al Estado como ente autónomo frente al mercado.

2.3.5.2. Aspecto financiero, comercial, deuda externa

 En el aspecto financiero, los países de Latinoamérica se encuentran en


una posición muy vulnerable debido a la volatilidad del capital financiero,
la incertidumbre en sus mercados, la incapacidad de los organismos
financieros internacionales para afrontar las crisis y mucho menos para
preverlas, la ausencia de mecanismos efectivos para controlar la
movilidad extrema de los flujos de capital y las presiones para el pago
del servicio de la deuda.

Por otra parte, los países de la región dependen altamente de los flujos
de capital externo, por lo que deben crear mecanismos para que estos
capitales se dirijan al sector productivo y no a los mercados de valores,
que terminan por depreciar la moneda, hecho que sumado a las altas

49
tasas de interés afecta la competitividad del país y golpea la producción
nacional.

 En cuanto al comercio, los canales de impacto externo son muy


variados, mientras que el poder de maniobra ante tales impactos
depende del nivel de desarrollo del país.

Hay opiniones que están a favor de rediseñar las políticas comerciales y


financieras, reducir la dependencia del capital extranjero y formular
políticas monetarias y fiscales acordes con las necesidades de cada
nación. Además, se debe tratar de cambiar la financiación por emisión de
bonos, ya que representan un mercado muy influenciado por el riesgo
país y en el que se facilita el contagio de crisis; por este motivo, se ha
sugerido apostar por el desarrollo de un mercado local de deuda pública
de largo plazo.

El hecho de que muchos lo estén haciendo no significa que se esté


haciendo bien; para explicar esto podemos poner un ejemplo muy
ilustrativo:

¿Cuánto tiempo hemos utilizado el diseño antiguo del teclado de la computadora


proveniente del teclado de la máquina de escribir, el cual está mal hecho por lesionar
las muñecas a causa de la mala posición que estas adoptan? Hace poco que se ha
cambiado esto.

Entonces, si se pudo cambiar el diseño del teclado, ¿por qué no se va a poder


rediseñar las políticas comerciales, financieras, fiscales y monetarias que de acuerdo
con la gran mayoría de autores están aumentando la brecha entra países en vías de
desarrollo y países desarrollados, siendo este un hecho mucho más significativo?

 En cuanto a la deuda externa se hace evidente la incapacidad de los


países de la región por hacer la deuda sostenible en el largo plazo,
principalmente por factores externos, como las tasas de interés, los tipos
de cambio, los términos de intercambio, etc. Se propone la creación de
un «club de deudores» para poder tratar el tema de manera conjunta
y evitar el tratamiento de caso por caso que se viene dando hasta ahora,
y así evitar que la deuda se convierta en un instrumento para asegurar la
inserción de los países en vías de desarrollo a la economía mundial en
condiciones neoliberales. Asimismo, se ha propuesto la conformación de
un foro latinoamericano de la deuda externa, con el fin de
concientizar a la ciudadanía al respecto y promover su participación.
50
2.3.6. Impulso de la competitividad de la región como grupo

Es importante resaltar la necesidad de invertir en infraestructura, tecnología y


recursos humanos para aumentar la competitividad de la región. Al mismo
tiempo, se debe crear un ambiente de confianza, ya que diariamente vemos en
los noticiarios de los distintos países marchas de protesta, paros, huelgas,
bloqueos de carreteras y un sinfín de
situaciones que perjudican el normal
transcurso de sus acciones. Todo
esto no es más que la
inconformidad generalizada
debido a un sistema social
defectuoso. Entonces, también se
debe revisar las políticas sociales así
como la corrupción (factor negativo y
que incide de manera importante en
muchos de nuestros países, si no en
todos) para que estas políticas sean
efectivas, teniendo en cuenta que el
crecimiento será más sostenible si se
hace una mejor distribución, con lo
que se seguiría un camino menos
tortuoso al desarrollo.

Se propone crear entidades


nuevas de los países integrados para gestionar determinados proyectos
asignados por el conjunto de los países. Algo similar a lo que hiciera la
Comunidad Económica Europea con el carbón y el acero, o la investigación
nuclear a inicios de la década de 1950, cuando los países renunciaron a una
parte de su soberanía para poner esa actividad al servicio de todos,
administrada como una propiedad común, debido a su importancia estratégica
para la economía del grupo.

Pero, para pensar en la integración regional, se debe pensar en ciertas


reglas mínimas que se debe cumplir con el fin de crear una zona en la que
se dinamice el comercio intrarregional y se prepare a las empresas locales para
la economía mundial, con el fin de evitar situaciones como la ocurrida en el
MERCOSUR con Argentina por la devaluación del real brasileño. Es decir, se
debe estudiar a fondo las asimetrías existentes para poder tomar medidas y
otorgar tratos especiales a los países en condiciones desfavorables y tender
hacia la convergencia en las políticas macroeconómicas. Además, se debe crear
51
nueva infraestructura y adecuar la
existente para el incremento del
comercio intrarregional y facilitar su
dinámica de crecimiento.

También se aconseja a todos los


países de la región diversificar sus
relaciones externas para corregir la
concentración de estas con Estados
Unidos, como ocurre con la mayoría
de los países de la región. Además
de tratar de corregir los
desbalances comerciales que se
tiene tanto con Estados Unidos
como con la Unión Europea,
aumentando de alguna manera el
valor agregado de los productos
exportados.

Para finalizar, debemos tener en cuenta la gran importancia que está


cobrando el patrimonio genético en la economía mundial. Este es un
punto muy importante, especialmente para los países que poseen parte de la
selva amazónica, fuente de recursos que debe ser utilizada de manera
adecuada (puede ser mediante un organismo supranacional que vele por los
intereses de dichos países), para no seguir como simples exportadores de
materia prima, como sucede generalmente con los recursos naturales de la
región, y poder crear variedades superiores que podamos transformar y vender
a altos precios. Por lo tanto, hay que crear ventajas en cuanto a competitividad
real y no conformarnos solo con las ventajas comparativas.

52
3. Reforma del Estado

3.1. Definición, alcances y finalidad de un proceso de


reforma del Estado

De acuerdo con la doctrina, existen diversas definiciones sobre la reforma del


Estado. No obstante, todas las definiciones coinciden en que tiene un alcance
muy extenso, ya que incluye gran cantidad de temas que pertenecen a los
ámbitos de política económica, política social, administración pública,
administración de justicia, política electoral y a la naturaleza del Estado.

De ahí que podríamos definir a las reformas al Estado como procesos inducidos
que responden a grandes acuerdos e intereses que se pacta, y cuyos objetivos
esenciales buscan que el Estado asegure su supervivencia y su funcionalidad
ante los incesantes cambios económicos, políticos y sociales; frente a los cuales
requiere responder eficazmente.

53
En efecto, la reforma del Estado comprende procesos que llevan a cambios
sustanciales en la organización y redistribución del poder político, de su
estructura, funcionamiento, de las reglas que rigen a los trabajadores del sector
público para mejorar su desempeño, contribuir positivamente a la
transformación de la vida de la población, y así forjar una nueva relación del
Estado con la ciudadanía.

3.1.1. Niveles de la reforma del Estado

La reforma del Estado tiene tres niveles o fases interdependientes:

 Nivel de proceso de gobierno o gestión pública: El cual tiene lugar


cuando se realiza cambios en las formas e instrumentos de gobernar. Es
el nivel estricto del redimensionamiento del Estado, la reducción de su
tamaño, la disminución del número de empresas, programas, empleados,
leyes, gasto, etc., pero es también el nivel de las modificaciones en su
proceso de toma de decisiones e implementación de políticas. Debido a
la inmediata visibilidad de los recortes presupuestarios, personal,
programas y empresas públicas, es también el nivel o paso más
polémico. Las reformas en el nivel de la gestión, hoy se manifiestan en
privatizaciones, desregulaciones, administraciones públicas compartidas
o concesionadas.

 El nivel de régimen político o de la política misma: Son las


reformas vinculadas con la relación política entre sociedad y Estado, en
particular con la forma de elegir a los titulares de los poderes del Estado
y las formas en que se componen y ejercen los poderes públicos.
También las formas de interrelación entre los poderes y niveles de
Estado. Entre estos aspectos tenemos los relacionados con la
transparencia y participación de la sociedad en la gestión pública.

 El nivel de la constitución política del Estado: Este nivel se


manifiesta en las leyes fundamentales del Estado, relativas con el ámbito
y ejercicio de las libertades políticas y económicas de los ciudadanos, y
con el ámbito y ejercicio de los poderes regulatorios y de intervención
del Estado.

La reforma profunda del Estado es la constitucional, por ejemplo, la reforma del


año 2002, que introdujo la descentralización actual. Pero además, todas
aquellas otras leyes que estos cambios traen consigo; por ejemplo, la Ley de
54
Bases de la Descentralización, la Ley Orgánica de los Gobiernos Regionales, la
Ley Orgánica de Municipalidades, la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, entre
otras.

Por otro lado, es importante indicar que toda Reforma del Estado tiene como
finalidad cambiar las funciones del Estado o de determinadas unidades
orgánicas que lo conforman, mediante cambios significativos en la estructura
del Estado que alteran su funcionamiento para poder responder mejor a las
demandas de la población.

Los procesos de reforma del Estado buscan pasar de un Estado poco flexible, desarticulado,
centralista, ineficaz que no logra brindar una adecuada provisión de servicios a la
ciudadanía, hacia un Estado consagrado al servicio de las personas, ágil y descentralizado,
más cerca de la gente.

Por ello, el carácter de estas reformas lleva a cambios normativos importantes


en el nivel de reformas constitucionales y leyes que logran concretarse en la
medida en que se implementen y canalicen adecuadamente por todos los
niveles del sector público.

3.2. La Política Nacional de Modernización de la Gestión


Pública

En nuestro país, la modernización del Estado no solo es un tema prioritario,


sino también urgente. Desde el año 2002, el Perú viene adoptando un conjunto
de normas y acciones orientadas a modernizar la gestión pública.

En la actualidad, el Estado peruano viene implementando una Política Nacional


de Modernización de la Gestión Pública, aprobado por Decreto Supremo N.o
004-2013-PCM, el cual tiene el siguiente objetivo general:

Orientar, articular e impulsar en todas las entidades públicas, el proceso de modernización


hacia una gestión pública por resultados que impacte positivamente en el bienestar del
ciudadano y el desarrollo del país.

55
Modernizar constituye un proceso que forma parte de la reforma del Estado y
busca de manera mejorar y agilizar los procesos administrativos al interior del
aparato del Estado, a fin de cumplir con las funciones institucionalmente
asignadas.

Para lograrlo se plantea los siguientes objetivos específicos:

 Promover que las entidades públicas en los tres niveles de gobierno


cuenten con objetivos claros, medibles, alcanzables y acordes con las
Políticas Nacionales y Sectoriales.

 Conseguir que el Estado disponga, asigne y ejecute los recursos


presupuestales para financiar los resultados que los ciudadanos esperan
y valoran.

 Redefinir a nivel nacional, regional y local, las competencias y funciones


de las entidades en
concordancia con el
proceso de
descentralización.

 Implementar la gestión
por procesos y promover
la simplificación
administrativa en todas las
entidades públicas con el
fin de generar resultados
positivos en la mejora de
los procedimientos y
servicios orientados a los
ciudadanos y empresas.

 Promover que el sistema de recursos humanos asegure la


profesionalización de la función pública con el fin de contar con
funcionarios y servidores idóneos para el puesto y las funciones que
desempeñan.

 Monitorear y evaluar la eficiencia y eficacia en la transformación de los


insumos, en los productos y resultados que los ciudadanos demandan.

56
 Desarrollar un sistema de gestión del conocimiento integrado al sistema
de seguimiento, monitoreo y evaluación de la gestión pública, que
permita obtener lecciones aprendidas de los éxitos y fracasos, y
establezcan mejores prácticas para un nuevo ciclo de gestión.

 Promover el gobierno electrónico a través del uso intensivo de las


tecnologías de información y comunicación (TIC) como soporte a los
procesos de planificación, producción y gestión de las entidades públicas,
que permitan a su vez consolidar propuestas de gobierno abierto.

 Asegurar la transparencia, la participación, la vigilancia y la colaboración


ciudadana en el debate de las políticas públicas y en la expresión de
opinión sobre la calidad de los servicios públicos y el desempeño de las
entidades.

 Promover, apoyar y participar en espacios de coordinación


interinstitucional con entidades del mismo nivel como de otros niveles de
gobierno, para multiplicar
la capacidad de servicio
del Estado en beneficio de
los ciudadanos mediante la
articulación de políticas,
recursos y capacidades
institucionales.

 Articular las Políticas


Públicas Nacionales y
Sectoriales, las cuales son
analizadas, diseñadas,
aprobadas,
implementadas, evaluadas
y mejoradas para
promover el debate y la
participación ciudadana.

 Fomentar la creación de mecanismos de articulación necesarios para


lograr una coordinación eficiente entre las entidades públicas de los tres
niveles de gobierno.

57
 Promover la descentralización de las funciones, responsabilidades,
capacidades y recursos de las entidades públicas en los tres niveles de
gobierno con el fin de prestar de manera eficaz, eficiente y transparente
los bienes y servicios públicos que los ciudadanos demandan.

 Articular, simplificar y actualizar los sistemas y promover un


funcionamiento que considere la heterogeneidad de las entidades
públicas en lo referente a sus funciones, tamaño y capacidades.

Gestión pública en la que los funcionarios


públicos calificados y motivados se preocupan
por entender y responder a las necesidades de
los ciudadanos.
Satisface las
necesidades de la
población de manera
integral, adecuándose Uso racional de los recursos, que busque
a la heterogeneidad de proveer lo que los ciudadanos necesitan con
las mismas. el menor costo posible, con un estándar de
calidad adecuado y en las cantidades
óptimas que maximicen el bienestar social.

Es transparente y accesible
a los ciudadanos, fomenta
la participación ciudadana,
la integridad pública y
rinde cuentas de su Garantiza los derechos y la
desempeño. igualdad de oportunidades
para todos los ciudadanos.

De acuerdo con la Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública, la


apuesta central de dicha política es que la gestión pública sea una gestión
orientada a resultados al servicio del ciudadano, lo cual significa una
gestión en la que funcionarios públicos calificados y motivados se preocupan —
58
en el marco de políticas públicas de Estado, nacionales, regionales y locales,
según las competencias que corresponden a cada nivel de gobierno— por
entender las necesidades de los ciudadanos, y organizan tanto los procesos de
producción o actividades (como conjunto de acciones que transforman los
insumos en productos en la «cadena de valor») como los de soporte (los
sistemas administrativos), con el fin de trasformar los insumos en productos
(seguridad jurídica, normas, regulaciones, bienes o servicios públicos) que
arrojen como resultado la mayor satisfacción de los ciudadanos, garantizando
sus derechos y con el menor costo posible.

Una gestión pública orientada a resultados efectiva se alcanzará cuando las


entidades estén en capacidad de:

 Establecer objetivos claros y articulados, a nivel sectorial así como


territorial (nacional, regional y local), expresados en metas de
producción (cantidades de servicios de una determinada calidad) que
brindarán como resultado un mayor nivel de satisfacción al ciudadano.

 Reasignar los recursos presupuestales para maximizar los niveles de


producto y resultados
esperados. Es decir,
formular el presupuesto
en función de los
objetivos establecidos en
los planes.

 Desarrollar y optimizar
los procesos de
producción o trabajo (la
«cadena de valor») y los
de soporte (que
alimentan a los
anteriores), con el fin de
alcanzar los niveles de
producción de bienes y
servicios públicos de calidad esperados por la población, con la mayor
eficacia y eficiencia posibles en el uso de los recursos.

 Reordenar o reorganizar a nivel nacional, regional y local, las


competencias y funciones contenidas en la estructura funcional actual,
adecuándolos a una organización basada en procesos de la cadena de
valor.

59
 Establecer un sistema de indicadores de desempeño y resultados que le
permitan monitorear y evaluar si los insumos se están transformando en
los productos cuyos resultados son los que los ciudadanos demandan, y
si están aplicando los procesos más eficaces y eficientes.

La información que provea el monitoreo y desempeño deberá


capitalizarse en un sistema de Gestión del Conocimiento que permita
establecer procesos de Cambio Cultural o de Mejora Continua de la
Calidad, sobre la base de las mejores prácticas internacionales
(benchmark) y nacionales, y a través de la sistematización y el
almacenamiento de la información relativa con los estándares de trabajo
que mejor funcionaron o los procesos más eficaces y eficientes, de los
formatos más amigables, los términos de referencia o el alcance de los
proyectos, los contratos más seguros, los precios y costos pactados, los
perfiles profesionales que mejor se desempeñaron, las empresas
consultoras con las que se trabajó y una evaluación de su desempeño y
otros aspectos recogidos durante la gestión.

Eje 1. Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública

1. Planificación estratégica y operativa Estado


(alineado a la Política y al Plan de moderno:
Modernización). orientado al
2. Cambios en el marco normativo que ciudadano,
regula la estructura, organización y eficiente,
funcionamiento del Estado abierto,
(flexibilizar para vincularlo a Piloto de
unitario,
resultados). modernización descentralizado
3. Mejora en la calidad de servicios e inclusivo.
(optimización de procesos,
simplificación administrativa y MAC).
4. Transparencia y participación
ciudadana.
Eje 2. Observatorio de Modernización de la
Gestión Pública

Finalmente, es importante señalar que para lograr una gestión pública moderna
orientada a resultados, las entidades deben:

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 Desarrollar canales para lograr mayor transparencia, accesibilidad,
participación de todos los ciudadanos, y rendición de cuentas por el
Estado.

 Desarrollar y emplear intensivamente tecnologías de información y


comunicación (TIC) que permitan acercar los servicios del Estado a los
ciudadanos, a las empresas, y optimizar los procesos de todos y cada
uno de los organismos que conforman la Administración Pública.

 Coordinar y cooperar entre sí, con el fin de articular y complementar


objetivos, acciones, recursos y capacidades institucionales en función de
maximizar el rendimiento de dichos recursos y capacidades, y a través
de estos, el desempeño y los servicios del Estado a favor de los
ciudadanos.

 Fomentar un cambio cultural en las instituciones públicas que permita


sostener el esfuerzo de modernización, el cual deberá partir por entender
la necesidad de cambiar la gestión pública hacia una gestión por
resultados.

En ese sentido, la gestión del cambio constituye el motor que hará posible
sostener el salto de una gestión centrada en sí misma a una que enfoque el
accionar del ciudadano.

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Referencias bibliográficas
BIDART CAMPOS, Germán José (1997). Derecho Político. (2.a ed.). Buenos
Aires: Editorial Aguilar.

JELLINEK, George (1954). Teoría general del Estado. Buenos Aires: Editorial
Albatros.

JUSTO LÓPEZ, Mario (1973). Manual de derecho político. Buenos Aires: Editorial
Kapelusz.

KELSEN, Hans (1979). Teoría pura del derecho. México: Universidad Autónoma
de México.

LANDA ARROYO, César (s/f). «Crisis». Materiales de Derecho Constitucional 2.


Lima: PUCP.

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