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(Coleeién Psicologia Contempordnea~ teat we eRlawid Maldavsky Sobre las ciencias de la subjetividad Exploraciones y conjeturas Seb scence 150:1957MALIA| Ediciones Nueva Visién. Buenos Aires “Toda reproducis ttl o parcial de esta obra or cualquier sistema oclug ftorpindo que ne haya sigoexprecamento autovizada Dorel elitr enaitae waa infracdén los derecho dl ator y sera rep ‘ida conpoaas de hata aes aoe de pret (at 72 del ley 11.7239 art 172 del Catigo Pena, ISBN, 960.802.9557 © 1987 por Baiciones Nueva Visién SAIC ‘Tocumndn $748, (1180) Buenos Aires, Replica Arpentioa (Queda hecho el depeito que marca ia ley 11-723, Irmpres ea la Argentina Printed in Argentina PROLOGO El presente libro procura exponer los fandamentos de la perspecti- va dela eubjetivided que para un conjunto de cencias pucde sign!- Fear una apertura fecunda, La definicién misma de subjtividad constituye un centro de preseupaciones que retorna a traves de los Aiferentescapitulos. El enfoque global del tema parte dela ener tjada entre las teorias sobre lon procesoe neurebioligics y Is atinontes a los neros familiares, grupales e intitucionales. Otra ‘ncrucijada signa también este libro en el cual confluyen referen ‘ins a diferentes diaeipinas cienificasy tambien refleciones pro Pias del terreno flostico. ‘Como lo edvierte el subtituo, as exposiciones que siguen te non un earéeter ensayistico, tentatvo, mas que definitive, ya que tl terreno en el que nos mavemos resulta dificil de precisar. a los intentos de avance me he viato ante dos rieagos:o bien perder ‘me en Ia fuidez de loinaprehensible, o bien violentar, através de lun reduccionismo desvitalizante, las eutsevas a recss eas) inac- ‘esibles de ciertos conceptos que no aleanzaba ni desarrollar ni ‘2 pensar (aunque sf aintuir) Por momentos me ha resultade dit i sostenerme en una soledad teérien, earente de parsmetror, Sobre tado cuando procuré realizar alguna tentativa de aleanzar ‘mayor formalizacign,claridad y precsign ‘Ios primeros capitulos del libro tratan scbre problemas epistemologices, en especial en torno de la creacién de un fanocdotario del psicoanalisis como elencia. Presto atencién tam- bign ala importancia del encventro con lo diferente pero afia, ‘propango una definicion poteoanalitica precisa de In sujetividad, uyo surgimiento pasa a ser el efecto de un complejo grupo de procesos entre los que tienen gran peso los relativos a la vida pulsional, sobre todo le erogeneidad, ‘Acstoscapitulos se agrogan otros, de temtica metodoldgica,en tos que pretondo examimar los eaminos para el estudio de Ta subje- tividad s través de la manifestaciones,n particular las verbales, fomadas como lenguajes de ia vida pulsioval dela erogeneidad, Sagiero entonces tin metodo, al que denomino algoritmo Dav Liberman, en homenaje » quien fuera mi macstroen cuanto sensibilidad para prestar ateneién ala vitalidad animica del Interacutor Enon tercer grupo de capitulos procuro ofrecer una perspect vasistematica del preconcinto, do Lax represontaciones palabra, omo expresion de los lenguajes del erotismo. También presteaten’ Sion a as actividades retorias y su valor como testimonto de los diferentes procasos defensivos quo dejan su huclla en las trans formaciones de los diferentes lenguajes del erotismo, Un cuarto grupo de eapftulos considera a aquellos pacientes en quienes ex hegomoniea Ia cuestign del surgimicato ca abolicgn ela sutjetividad. Entre tales pacientes se allan fos adictos ala ‘ovaina, quienes osilan entre el despertar dela subjetividad y su ultainiento en una alteracién organiea, Presto atencion a sus specifics lenguajes del erotismoy procuro poner en evidencia las aperturas que ofrece recurre ala metodologiaalgottnea, Por fin, otro grupo de capitulos puede rer considerado como lindane con cuetion Moun eta, tc, conocimiento, lead la perspectva dea subjetividad, su strgimientoy sus clau Aicaciones. El ullimo de ellos hace referencia a vivenclas perso. tales, en torno de situaciones de violencia ptiica, La presentacién del conjunto que acabo de realizar tiene, sin ‘embargo, ago de artifieiosa ya que los temas retornan lo largo de las paginas para recibir ngrogadon o tecificaciones, lo eval refueraa el earseter teatativo, ensayistico, de todo el libro. Entre {ales temas puedo mencionar ia vida pulsionsl a percepcion, os fects, la conciencia, las huellan mncmicas os lenguajes dela Pulsién los problemas de psicopatatogiycinia, Allos se agre~ Fan tos referdos a cucetiones epistemologicas, metodologicas (por Sjemple, refutaciones, algoriinios)y Mosoiess Varios de les cpitalos han eo hacido va Is luz en diferentes publicaciones, aunqueen la presente versidn he insluido agrege fos y ectificaciones de verso tipo. eidovsky, 1999 CoplatosBatiarsky, 19806 Capes Matinee De Dos de lon capitulo fusron escrtos con colaboradores, quienes oficiaron de sostenedores de mi entusiagmo, en momentos en que fl avance me resultaba especialmente dificultose: N- Ambrosan, K. Kazez, 8. Plat, y P. Schejtman. Otro muy importante sostéa lo conetituyd el humor j la dedicacién de mi seeretaria, Mariana Krojzl. Por ultimo, deseo agradecer la paciente y amistosa leet ‘a de los originales del hore realizada por N. Neves, Primera parte EPISTEMOLOGIA: DEL ANECDOTARIO ALA ESENCIA Las ciencias de Ia subjetividad tienen wna disciplina que consti ‘uaye 4 base: el pricoanalisis, cuya cansideracién epistemalogiee ddende esta perepectiva resulta eseasa, Se earece por un lado de trabajos centrados en anéedotastedrias peteonnaliticas que cons: Htuyan parte central de una casuistion apta pera la correspon dicate reflexion epistomologica. Por otro lado, resulta imprecisa la detinieion misma dela categoria tujto, al menos tal como apa- rece explieitamente expuesta en los textos freudianos. Los tres fapitulos que forman esta primera parte dal libro se refieren pre. tisamente a tales temas. Se advertira entoncea el peso que lead Jhidicamos al encuentro con lo diferente pero afin como fuente de {ensign complejizante, tanto en el plano de los desarrollo teor fos euanto en el dela vitalidad antmnea y pulsicnal En los dos primero capitulos cansideraremos los modos en que fos pricoanalistas hemos abordado el encuentro can lo diferente fen el terreno conceptual, sea en las relaciones de la teoria con la Slinics, sea en las conexiones entre diferentes autores, sea en lo: fhexos con otras diseiplinas. También consideraremos algunas tncedotas epistemoldgieas, sobre todo freudianas, que ponen en tvidencia como, en respuesta a la necesidad de dar cabida i lo Aiferente, el ereador del psiconnslieis introduje cambios es Late fia, de mayor o menor magnitud, que abu vez tuvieron un dostino diverse entre los autores que se docian sus disefpulos "A medida que consideremos estos puntos se irs deslizando otre inea de preocupaciones. que conciernen ya ala eseneia de la sub Jetividad, agpecto que se desarrolla con mayor amplitud en el il time eapttulo lescrito en colaboracign con R. Kazer y 8. Plut) de esta primera parte, ‘En efecto, desde el comienzo del libro habremos de considerar la estructura quimica del cuerpo como sostén de los procesos Dulsionales, Ia diferenciacisny las metas esperificas de cada orien facion pulsional, el valor del instinto y de la estructura neuronal asi como los nezos entre subjetividad y conciencia en ta teoris Freudiana. Asimismo, consideraremas las situactones (sobre todo clinieas en que dicha subjetividad puede o bien nohallarae cons. Suda ben ona ante momentos de abolicon yoo de fat recuperacién, tal como lo advertimos por ejemplo ea las {Sicciones graves. Tambien prestaremos atencién al enlace entre {a subjetividad (y eventualmente au desaparicidn)y las manifes taciones de diverso tipo, sobre todo las verbelos. Con todo ello procuramos restringir las ambiguedades y precisa loa aapectos Aucleares de las ceneias de Ta aubjetividad de las cuales et pe Connalisis puede ser ennsiderado como fundamenta. Capitulo 1 LA DIFERENCIA TEORICA YA CREACION DE LA AFINIDAD La epistemologia del peicoanslisis ha despertado intorés desde hace tempo, Freud mismo dedicé algunas cousideraciones al res ecto, perocl tema fue objeto de abordaje sabre todo eon posteric- Fidad. Se ha prestado atencion al mado de production teria en Suscrigeaes (por ejemplo, Asoun, 1981), a influencia de deter Iinadse movimientosfilos6fico centifices (por ejemplo, Assoun, 1976), a la estructura ioteroa de la teoria por ejemplo, Healy, Bronce y Bowers, 1990), alas vias pars decidir acerea de'su val der cientifica (por ejemplo, Liberman, 1970), @ problemas de hheuristia (por ejemplo, Zac, 1972) Muchas de tales exposiciones fueron eseritas por analistasy otras por epistomologos, en un en- cuentro en el que se hallan productos dimes. Entre los psicos- Balistos, un conocimiento a menuide sido de la teorta ¥ de Ie prictica se combina con tn fuerte entuslasmo por inserta’ las re Rexiones en el marco de alguna de las orientaciones epistemol ices vigentes, Entre loe epistemélogos, una consistonte forms. ‘ién en los diferentes problemas inherontes a la filoofia de le ‘loncia se aplica a la consideracion de soa tooriay una actividad uyo conocitniento resulta no faeilmente asequible. De tal modo, fen este encuentro entre dos tipos de diseurso y de proyecto re flesivos pueden sobrevenir auspiiosos hallazgos, pero tambien Inontisfacsiones porto queen low autores de amas margenes debe ser reconsiderada hasta que el puente tendido alcance solidez. Bn ‘ste capitulo me propoago conceatrarme precisamente en este punto de encuentro ¥, s! bien protendo realizar una reflexion eplstemolégiea sobre Ta teoria psicoanalitica y sus practicantes, fexpongo sobre todo una deseripeiin de estas précticas tedricas, Miinterds se centra especialmente en el problema del encuentro con lo diferente y su destino en el pricoanalisis como ciensia, pore no recurroexplictamente ala terminolugia epistemoldgica i tam poco a Iss hipdtesis psicoanalitieas, mas que a modo de ejemplos. Es que me ha interesado mis poser en evidencia os aultiples problemas epistemoldgicos con que me he topado en mi précticn tedria (sea al eseribir mis trabajos, sen al aconscjar a atros auto res en este sentido), que realizar una reflexin de otro orden, del mismo modo en que Freud se aintié con derecho a expouey un ‘aso clinica cayos nexos con el resto dela teoria sole apunts, ¥ 4ej6 abierta su consideracion para otros contextos, En este senti do, pretendo exponer nummerosas “ancedotas epistemaldgieas” re lativas a la practica tedrica psicoanalitica, Me gua el propésito ide que se cree una sedimentacion de historias, una especie de archivo epistemologico disponible para la reflexion, fundamental para el desarrolio de una coaciencia cientifica entre los autores ‘ue teorizan en psicoanalisis, Deseo pues que la lectura de las Déginas que siguen deje en mis Interlocutores un resto interro- rativo, el més upto quiza para avanzar en éstasy otras reflexions. Diferencias entre propuestas teéricas y realidad clinica ‘Se ha hecho reiteradamente la observaciin de que el psicoandli sis nacidy se desarrall gracias a una ectrecha Telacin entre la ‘tworiayla clinica. En este sentido, se puede afirmar que la clinica ‘constituye una exigeneia de trabajo pars ls teoria psicoanalitica Bate aserto tiene una dimension genericay otra imherente a la practica clinica cotidiana, que desearia considerar mas detonida ‘mente. El problema se presenta, claro esta, cuando falta una cier- ‘earmonia entre teoria y clinica. Cuando terapeuta advierte la diferencia existente entre la teorin de que dispone y la realidad clinica que encara, surgen distintas eonseevencias irFitaeion, pre- ‘ocupacidn ética, devisign de pedir una supervision o de coneultar bibliogratia especitica: pero mas alla de ello deseo destacar offo aspecto, al que podria definir como una particular -tension epistemoldgiea",a vetes fecunda, En acasionts problema se re auelve cuando el terapeuta advierte que ha abordado el e380 a partir de determinados supuestos, cuando la realidad clinica im- fone cari olras plana, gunimente cepniles. Per no Hlempre a atuacion tiene este desenlace. En efecto, si, como ya he sefalado, se afirma que Ia clinica constituye una exigencia de trabajo para fa teria pricoanalitcs puede ocurrir que tal trabajono se realice, oresulte inadectado Insuficiente. No basta con que haya exigenca, sino que ex ncesa Flo encontrar el camino pertinente para responder ella. No dis: poner de la teortaacarde con las exigenciasclinicas deja a quien Fequiere de tales hipdtesis en un estado de inermidad que tiene ‘us consecuencias, tanto en ef tratamiento cuanto en el terapeu- 4a, quien padece Ia correspondiente impotencia, El terapeuts advierte que el material clinica a6lo coincide par- cialmente con los supuestos de los que parte,» eabe preguntarse ‘entonees cual ex el destino que se leda ala incomodidad que sien te como consecwencia de esta falta de armonia entre eoris y prac: ia as eas aiterenias individu, rng necro ‘considerar un hecho: sel terapeuta dispone onode teorfas alter. ‘hativas alas que recurrr si fallalaemplenda hasta ese momento ‘Sino dispone de oa posbilidad, sea por ignorancia sa por falta de un desarrollo suftcentemente refinado en psicoandlsis, en tonces solo fe eabe bien insistir con vebemencia cada vez mayor. ‘recientemente enardecid frente alas resistencias del paciente, ‘bien desintiraftmando, por ejemplo, que la terapia pscoanalitica ‘to ex apta para el abordaje de elertas patologias graves ‘En algunas ocasiones ef terapeutaadlo dispone en su haber La teoria de las neurosis de transferencia, que pretende emplear hipertroficamente pars abordar tambien fas perversiones y lat pateons, Pero en otras ocasiones dispone de una teora bastante Acti yrefinada sobre las diferencias y los matices de cada una de et eatractras yan embargo ningun de os conjntoy Se hipotesis parece pertinente para sbordare! caso en cuestion. As pues, qu haya Recesidad de apelar a otras hiptesis no quere Secie que ef desarvllacientifca disponible estéen condiciones de orecerlas ‘Guizas un ejemplo tomado de los textos de Proud aclare este puntoy permita avanzar en la argumentacion. Me refiero al caso fet Hombre de los Lobos el cual eonatituye Ia ultima gran expo in eliiea de Freud (2918br, Bt autor volvio reiteradamente Sabre lor problemas clinics que este pacionte le gener6. quis8 porque no quedaba satisfecho com las soluciones que él mismo abla propiesta hasta entonces. Bs que, como el mismo Freud lo ddoseribi, ce trataba de una situacidn clinicamente muy comple- ja la actividad animica del paciente estaba cortada de la vitali- ad de sus pracesos pulaionales. Era inteligente, entendta, pero {mperaba en sl na déeil apatia resistencial que era un fuerte Dbstaculo al trabajo que el pacieate debia realizar de un modo Sctivo, autinome, Feoud se propuso ontonces vencer esta rena fencia con una téctien en dos tiempos: atracr sobre af las {nvestiduras del peciente y logo anunciar la terminacion del tratamiento para enor meses después, con indepesdencia del punto al que hubleran Hegado, Freud agrego que estaba decid oa respetar el plazo, y que finalmente el paciente creyé en la Seriedad del propdsito del terapeuta, Segun Freud, Ia presion intransigente, ropresentada por la decision de interrumpir el tratamiento, hizo coder la resistencia del pacieate, ¥ Tos sinto mas fueron cancelades. Siz embargo, ol autor describio que el Paciente colaboraba como en estado hipnético, por lo cual eabe Dreguatarse hasta dénde esto coineiia con la aspiracion eliaies que el pacionte fuera activo, saliera de la décl apatia. ‘De hecho, of paciente volvie al tiempo al tratamiento, y ade més, una vez artuinado econdmicamente, recibié aportos mone: {aries atargadas por el movimiento psicoanalitico.,Deuda elintes ‘mpaga, en tormodel develamiento de loe problemas centrales del ‘caso? Tal vez, pero en lo que a nuostras consideraciones coneier: fe, surgea otras cuestiones, sobre tado eh tarne de las lumitacto tei de I tori picoanaitica de que Freud disponta para ret Freud suponia que el paciente padecia de los efectos de une neu- rosia abseaiva iafantl extinguida espontineamente hacia Ta prepubertad, pero no sanada par completo, Ba la sctualidad, en Eambio, te suelo considerar al Hombre de los Labos come un borderine, Tal come lo deseribiremos en los capitulo 10 y 12, en pacientes con una estructura similar puede discernirse ua micleo Spatico, com uaa fachada no creible, no representativs, de cardeter neuratico 0 transgresar, y con la proyeceio de un peiestien que, fesestimaciin mediants, elimina con violencia al paciente de sus Drosesos animicos, Tales pacientes abulicos descreen dela palabra {fel aero yde la propia, y ostentan ss apatia como un blasén fami Tiar, como un rasgo da eardcter que correspende a un linaje que atvaviesa las generaciones, come ha pasado enol caso del Hombre els Lobos. Ba dichos pacientes saclen aparecer manifestaciones psicosométicas, adiciones, accidentes, asf como un predominio de [Psetividad numérica, como la que ten(a el Hombre de los Lobos Por ora parte, podontos ubicar ca esta constelacion gu anorexia (an tipe de adiccion, al no comer) en la tnfancia. La afirmacion de Freud de que debio mantener su decisign de terminar el anaisis fen el plazo Rjado pare que el paciente creyera en la seiedad de sus propéeitos pone en evidencia el problema del daveredito quel Hom- Brevde los Labos tenia respecta de Ia palabra oida, bipdteis refor zad por el trabaje iaiial que Freud (1914a)dedics aeste caso, en ‘laque aludié ala fausse reconnaissance, al seatimiento de convic: ‘idn, También abona en esta orientacia alguna alusion de Freud (19974) al problema de la creencia del paciente en la construceién dofrecida por el analista (one easo dol Hombre de los Lobos el crea {dor del peiconnslisisrecurrié a menudo a esta construceion de pro ‘esos antmicas infantis) ‘Claro est, Ia teoria freudiana sobre Ia apatta tenia larga bis- torle, en particular en torno de la neurastenia, aunque a veca Freud (1919e) aludie también a le psicastenia” Sin embargo, le faltaba la experiencia ¥ sobre todo earecta de hipsteais més eaf- nnadas para encarar sus complejidades clinieas. El resultado fue Un abordaje terapeuticn del ual Froud quedé satiafecho, al me- roa on Io concernicnte a sus afanes cognitives (salvo, clara esta, neuanto al problema de qué habia costempiado el miso al 0 7 ‘medio, si un coito entre sus padres o unc entre animales. ‘Sin embargo, considera importante destacar otro aspecto de dicho abordaje, et decir, hacer que sl paciente transfiriera Sus {nvestiduras hacia ol terapeuta para luego anunciar la termina ‘dn del tratamiento on un plaza precise, y ello no tanto por su poner que no habla mas remedio, por cuestiones de ética, cuanto por considerar que ésta era la mejor tact clinica. Tal recurso podia resultar sorprendente(‘eaumatico) para el paciente, quien Freluse podia sentirse burlade ante el valor que adquiti « posterion el esfuerzo del analista por lograr que transfiriers facie él rus investiduras. Bl paciente podria suponor que su to Fapeuta tena de entemano el propdsito de interrumpir ol trats- Iniento luego de lograda esta transfereneia de iavestiduras bre sf, Si combinamos ambes alternativas: la enorme Iucides Freudiana, que tanto fascinaba al paciente, ya la cual se amo ddaba déciimente, ¥ esta postura cliniea en dos tiempos que-el Hombre de los Lobos bien pedia considarar sadica, nos halla mos eon el desarrollo de los racgos bésicoe que algunos adictas Teatribuyen a su interlocutor dominante:inteligeneia arrogante ible, ante la cual se doblogan,y simulténeamen- {euna postura hosil respecto del patient. ‘Tal es la relacion aque quizas haya tenido cn sien a iafanca la hermana del Nome. bre de los Lobos. Resulta notable el cardcter demoniaco de una repeticion de este tipo, resistente inclusive a toda posibilidad de feeurrira la sugostion, pero no ex nuestro interés ahora profun dizar mas en tal situacin clinica, sino por el contraro soca Scarce la propa renting, ya gu rear de ce Sallis pencaba en una sere complementaria entre las disposi hes inmanentes a un mori stagular los Tactores aceidentalen n | ‘que podfan, on consecuencia, operar no aslo favoreciende loc ‘hinds propias hacia Ia inerei sino también, ala inveres, neutea. Iaando su eficacia, (Comoe advierie, Proud hace derivar su propuesta de cambio toirice desde las manifertaciones, clinieas ono. Ara ver, Ia acep tacidn de esta modificacion lo conduce a reconsiderar Ia ieoria ex Su conjunto, de lo eval damos ag sdlo una version muy empo brecida Sin embargo el panorama que expusimos conduce a ord ‘ur algunos de los problemas que se han suscitado. En principio, as manifestaciones que Freud considera son de ten orden diverse, Laa de earacterelimeo presuponen tn trabajo Analitico que opera como un instrumento que, deade el punto de ‘sta epistamalogico,constituye un artefacto para laobtencisn de datos correspondieates un base empirica metodoldgica (Klimovsky, 1994), En cambio, la observacion del juego infantil pertonece ‘mas bien s una bace empirica epistemoldgica {icimovsky, 1998), en la cual no participa el recurso a un instru mento especifieo, salvo In propia percepeién. La diferencia entre lina y otra manifestacidn puede advortirse si se toma en cuenta 4Ue la valides y la confiabilided de! instrumento (an micreseopio, por cemplo) deben ser demostradus ‘Otro punto por considerar es si las manifestaciones que Freud mencioua justifican el eambio tedrieo que propuso, sobre todo la Introduceidn de Ia hipétesis de Ie pulston de muerte, Bate e9 un ‘tema encarado por algunos autoras slteriores. Puede ocurri inch Swe una situacign paraddjica. que las argumentacioneselinicas ‘reudianas no tengan toda Ia fueraa necesaria para justiicar el ‘cambio, o no todas la tengan, ¥ que sin embargo la propuesta de ‘ectifieacion sea aceptable « partir de otras consideraciones, mas Consistentes, como las que derivan de la eliniea de Tas afecciones {Guieas,yno adlo de las traumtieas, punto que reconsidersremos ‘mas adelante, en un apartada independiente. Tambien surgen cues tlones en torno de la eonsstencia de la angumentactin freudiana acerca del reordenamjento de la tcorta pulsional,y en particular fn rolacion con la pulaién do autoconeervacion. Entre los ya en merados, este es quizds el tema mas extensamente debatido entre los autores posfreudianos, aunque a menudo sin entender las ar- rumentaciones que el eresdor del psicoandlisis expaso. Sobre todo Se pretends demostrar que Froud practicamente desestimo a lat pulsiones de autoconservacion, les rest todo interés y toda Sspecifcidad. “A todo ello debemos agrogar los comentarios de autores potfreudianos (Jones, 1953-1957; Schur, 1972) que intentan jus Fifcar esta propuesta tedriea a parti de otras vilsitudes, nore Tacionadas con la argumentaciga cientifica sino eon el vivenciar desu autor: la Primora Guerra Mundial, el eancer recién aparect 4, la muerte de familiares queridos, por ejemplo. Otra orienta tiga de los comentarios pretende descubrir nexos entre la nueva propuesta freudiana y textos previos, come el Proyecto (Strachey, 1955) Tambien se ha prestado atancién a las influencias que vieron en tu propuesta otros autores (entrees los fsofos)y la Weltansehoung de su época (entre otros, Assoun, 1976), Por fn, btroe comentarios procuran extracr consccuencias de todo tipo de {as argumentaciones previas. Como la trama argumentativa freadiana es compleja, algunas de las conseeuencias han sido ex traldas s partir de las manifestaciones que el ereador del psicoa ‘ilisisexpuso. Otras derivan dela teoria dela palaion de muerte {otras del reordenamienta de Ia concepcién dela vida pulsional {que se desprende de la innovacidn principal A su vez las conse Gtencias derivadas de cualquiera de estas hipdtesis, del conan {ode ellaa, pueden ser teéricas,clinicas 0 téenicas, Tenemos pues Ln conjunta de eventos clentificos que eoastituyen una gigantes Grancedata epistemoldgica, que posee wn nsleo (a argumenta ‘lan freudiana) y derivaciones de todo tipo. ‘Si bien podria comentar en extenso varias de las hipétesis recida formuladas, como lo he hecho en otras oportunidades (en Cayo easo mi texto seria tambign parte de Ia ansedata epistemo Ijgiea), en esta oportunidad sdlo deseo recortar esto nivel dere flexion, ¥ e8 particular el modo en que Freud se rectifica a s1 Bata anéedota epistemolégiea corresponde a un cambio en una teoria central, a una ianovacién hasta entoncos tin precedentes En cambio, entras octsiones Ia rectifesci vl consiste en agre {gar alguna hipdtesi, de mayor 0 menos importancia, a ur con junto preexistente. Asi ocurre, por ejemplo, euando Freud (1821b firma que en las fantasias fomeninas de que se pega a un nik participa la eavidia falica como uno de los factores efeaces. La Recria global preexistente, que implicaba constderar todo un andamiaje de fjaclones, deseos, representaciones, fantasias ¥ lennon, te conserva sn modifica, nl agregar nueva h Dotesis que permite dar cuenta maa reflaadamente de algunas Seterminaciones de las fantasias sadicas manifestas de maltrato ‘Sun nino en la mujer-El deseubrimiento togrico del cual parte el Seregade proviane de otto hogar (el estudio de la aexualidad fe

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