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VICTOR HUGO € « « © « © € « " c « © c © « c © c c © © . Introduecién de enri de Saint Denis Cubierta de Jordi Formas Bailén 18, Barcelona, 1971 Depésito legal: B. 38994-1971 Impreso en Flamma Pallas, 164 Barcelona | ‘ 4 ¢ 7 ; ; INTRODUCTION texto que define la posiién de In dramaturgia ange el confit seacatmoremnntisne o,p Hing genera de dudas, el Prélogo. de Cromvel Eicitg orics de asan importanca que Victor Hugs Gea ja impronis oa IR Este fecha sorprende al hsertador superscial por lo tardiay en electo, en $E57 el romanticiemo habia ganado ya ia batalla en Alversos terrenos del artes literatura al viejo" fontalo escolastcsmo dieihdo dos siglos ats pot fos hombres de estado de Luls XIV, con el cardenal Ricca en el papel de maximo genio ordenador. Enotes, que feptaba la atenée. de una nueva Ease, ta burgiesiey y muy especialmente el sector {pening def clase argues dichownmente ous faba bipuesto ton nueva eats otro tanto ‘eurvia eh poesia, no silo en Francia, con Chateau. Siland y sue seguldore e imtadores, sino ambien en Grad Bretata, donde lor latistey', sobre todo, {ord Byron, habian dado a romanticism su peculiat Todo do ser, startebato, su aureoia de soister0, Su MEion por las reconstracclones medievales. ‘Sin embargo el teatro se habla mostrado muy prudente ante os nuevos vientos que soplsban eh Peus‘Buropa, cuando menor el teatfo que se repre: Scntabs eu los sales de Tas cores reales, ante la aris- {coracia y la alta burguesa, ansiosa de confundirse {rel Un sre de elon monopolzaban dihey feaues'y aplicaban, con'mas ralng que convenct Ipicnto las Tegiag antotlieas, aquells tres unida es que Boileau habia Srufido de nuevo para rellejo $ delle del Rey Sol ‘Si limitamos musstro campo de, observacion a to gue coisa en’ Franca, arbitra aide la moda, Podisines comprender sin’difeutied la causa de este 7 retraso. En efecto, el teatfo era el ditimo reducto Ge fa-aristocracia terateniemte, de aquel sector de fs sociedad que sofaba con el retorno de TAncien Régime, al estado de cosas anterior a la Revolucion el #9, La caida de Bonaparte y In Restauracién ha blan dado ‘a este retomo una’ precariasparicncia muy a dsgusio de fos hacendados inmovilstas. la ‘ida yas costumbres evolucionaban, os gusios fban por depres nuevos yo gue es mds Important, fa sociedad, que habia entrado en la época del vapor, se industriatizaba y Ta dsmosis entre las diversas cat pas sociales cra cada vee mas activa, El rlsmo rege ren politico, ssentado sobre Ia ilusign de la vuelta a ptado, er eadn vex my ie de roster el pritmero de Iijor de. San Laie que ce necestiaban Para famane empresa pasaban 3a, con mucho de ‘En medio de esta sociedad empefiada en seguir anclada en el tlempo, as slas de especticalos de la Gite representaban’ un encantador oasis, propiclo 8 mantener la eeion, Su publica era selecelonado por ‘edi de fos aocinier dnmaiade pero ecaes, fntre los més fervientes partidaries de fa monarquia Sorbsniea, entre los micmbros de Iss famibiag toss stespetabless, por lo tanto las cbras que eran ele: igidas para subir'al escenario debian por fueron ser Se su agrado. Las roglas neoclasicas ho eran nunca Intngidas por lor suministradores’ de texton, exer tos en pulcfos alejandrinos: el tempo se habla de. {enido an el escenario de estos lovales, cada tno de fos cusies estaba dedicado al cultivo de un genero bien determinado, de entre los cuales Ia wagedia ‘cupaba in cima ings eleva Tr teatros de la cité se arrogaban, pues, el pres- tigio dela tradictén,y fos autores que en ellos este. habanse-considerabon ios herederos genuines de Corneille y Racine, cuyos temas reclaboraban con em eto digo de mejor caus. Np ocuraa Jo misma en Biros Tocalessituados fuera del peinetto elepante de la chudad, 2 los cusles seudia ua pablico senos Sespetuoso con los tabus seculares, con las Tegas bordenaneas del neoclascismo, en Suma, un Public {gue buscaba en el espectaculo dramatiso un rellejo de. Ia vida, una participacién en et mundo emoclo hal de los protagonistas de Iss obras. que presen aba, a. quien importaban poco tos modetod arr Sods IE Histone ani a detoy modelos, vo ‘ofrectan como algo placial y marméreo. Estos loc. fes estaban sitiados*en los boulevards” de Parts Gon et tempo, In enominacin. de teatro de owe. Sard‘se equiparard s steatro de consurmor. Aigo hay Ge" clerto tn'esia etimologia, Teatro de consuito, 3 pero teatro anticonvencianal, aunque pronto la falta Se respeto por las normas neoclisiess hizo cacr este teatro en otros excesas: en la arbitrariedad, que le Ilevé. a" institustonalizar” unos. convencionalismos fopliestos a aquellos gue en principio combatia TEmpero Ia sitwacion no era tan clara alrededor de 1821. ¥ no lo era porgue los autores que estrens ‘San en los teatros de boulevard: ansiaban ver sus (bras admitidas en fos teatros de Ta cit; 0 cuando ‘menos verlas respetadas por la élite que a ellos acu- ‘din, ya que en esta dite habia los grandes monigotes {nteigetdales, capaces de dispensar indulgencias, ce ‘levar o hundir un escritor com un clogio'o uns cr! {ica fulminante, He agut, pues, los dos frentes que debian culdar toda la serie de dramaturgos que fan Bisado ln hutori de a teratura con a denomt acts de presomanticos. Por una parte debian com: Placer a au cliente, vida de emocionesy" poco Entendida en saristotelismose; por otra debian many tener las apariencias de cara a Tos gerifaltes de la critica, a tes dispensadores de inculgencias litera fas. Be agul que dichos autores nos hayam delado na y otra ver encendidas protestas de au fidelided neclisie, ntentando demostar fio em tao cal ‘obra, pese'a que las apariencias pudieran hacer creer fo esntrario, habian mantenido Gna estrcta Rdeliged 2 loe prineipios decretados por Boileay, ‘Ninguno de ellos se enfrenté con devisin al es tado de cosas reinante; apresurémonos a decir que ‘mal hubieran podido bacerio, ya que mi su prestigio asus facultades en anto qe dramaturgos les per {nita un planteamiento riguroso de la situacién his- triea, ¥ Gvalquier ovadia les hublera podido costar Ia pérdida de aquello que, al fin y al cabo, consti 9 tla su medio de subsistencia: Ia Ilbre circulaetéa Ge aus productos Iterarios en los escenarios del eX trarradlo, ae a lo explica que Hlegaran a Francia, en traduccio- nes mds © menos bres, as obras de otros autores Ge sin fantaytrabas, Rabin eegido tes derrteros 2st propia inspiracion, postulado que colnciia, fn principle, con el eredo romantico, Shakespeare se robtrabi’a cctos hombres como una referencia le- Jina, crlada con ribetes birbaros, en donde, ea Frble‘mescoanea todas ng replay nerliias eran nfingidas impunemente. ‘Shakespeare habia mere: ido os stagues mus duros de los celadores de Ta Smoagyia diammatien, pero aun ast sus obras, Muth fas dein manera os afta sagen presen tes'en fos escenarios poco exigentes. Sin embargo, {op atiores que con mayor factidad.penetraron et Réancta durante este perfodo eran los ingleses ¥ 10s ‘Nemanes, contempordseos, con un margen de liber. ind que causabs envidia alos dramaturgos indigenss, "Si Inglaterra eseribian al margen de los tragicos y los comedioprafos «ofcliless, una serie de autores ue especulaban con el gusto del pablico inglés por Bh ocabro, un gusto. que, apuntélnosoy se ba mos trado coms una constante que ha desembocado Iodernamente en ia novela policiaca, géneto, st 10 fay, britinico por antonomesia. Las historias de {ehfor wen i Guo abundaban tempesades en des SSmpados, parciones de ullratumba, prisioneros et {Sbroges snafmorrasy otfos erecursoye y amenidades parecliasn. fueron pronto adaptadas @ la escena @ Fidlerog temblar de gozo a un publico popular, poco gnocedor de cules deben sor ls icici es (alces de na persona. cullivada. Diches comedians pasaron al contlnente, a menudo suavizadas en ss RXageraciones, pero conservaron el aractivo. sobre Gn bublice cade vex mis eansado de efcuchar como is hétoc lenges mrraban ous wists en vos recitados, J salam de la escena para Torit dra Selucamente’s escondidas del espectador, Mis profunda fue aun la penetracién de 1os dra, rmatusgos alomanes, El movimiento del «Sturm und Bainge Sque un poco libremente podriamos a 0 ducir por «Rayos y Truenos»— habia sentado ya fn el Siglo pasado las premisas que Hlevarian a a Inspiracton det dramaturgo a ser consieraca la tnt ca fuente vilida para calfbrar los méritos de wna obra. El representante mas destacado de esta escue: Jay Schiller, habia. provocado fuertes escindalos en Si pais, sobre todo con el estreno, en 178, de su drama Las bendidos. Pero la situacion social de Ale ‘mania era muy cistinta en estos momentos.a la de Franca. En eh mosaicn ce Estados gus se tepatan el-espacio geografico osupado por los pucvios. de habla alermana fig habla. que velar por Ia integridad 4 lag aparienciag de un Ancien Régie; el espelismo del Sacro Imperio Romano Germénice quedaba muy lejos, cuando menos, no consiula tna fuera ope Los pequetios monarcas que se repartian el poder politica” en, las. lerras alemanas ‘competian en el Explendor de sus cartes y alguncs de ellos descoll. Fon por la protein da alos atitas, Esto en fo ‘ue beurrié en Weimar con particular billantess de ‘anera que SI frente del teatro nacional fio Estado, fue colocado un hombre tan Idcido, tan inteligente'y tan ablerto a todas las tendenciay que ‘en aguel momento germinabsn, como Coste Goats bresints el romenliclamo. pero ae mantuva fel al Thundo eldsico, de! que fue un estadioso ejemplar y enamorado, yn puso, ninguna trabs:porgue, honk bres mas {dvenes que eh con nuevos inipetis yuna no disimulada iconoclastia, pudieran estrenar ante In aristocracia de la corte. Y este tue el caso de Schiller y de su drama Los Dendidos, que si escare Aalizé a los parroquianos de la elegante sala de Wel Imar fue mas por el contenido social de Ia ora ia exaltaciéa de los campesinos armados y sublevados, fndefensa de sus razones 9 de su clamor de. just Glace que por la subversion estetics que cl drama pudo representa. Ta liberacion formal que representé ta obra de Schiller fue aprovechada por otros autores que, al Amparo de su sombra, empecaron » products th gran numero de obras cargadss de incidencias, de deer. «laces imprevisios, de fecreacién de ambicates ex5tt " cos, sn otro proptsito gue el de sorprender y atraer SPiplulgo" Wleron estos autores, menores en to fbePeentids, fos que con mayor faciided aleanzaron por medio de adaptaciones mds menos libres y Poprichosas los testros del boulevard. parsino. De rls clos, por su fesundidad y su absoluta alla de frejuiion ala hora de complacer al pablico,destaca Rodabuer hoy" da su nombre ocupa apenas unas Unease os trades de historia de teatro, sin em Dargo durante lot afios que precedieron ala clara Prrujeion del teatro romantica, Kotzebue fue uno de Jos autores mis representados y aplaudidos en Tas teas earopeas. Pint Mplanteamieato claro de la estatepia que era necesario formular para atacar el teatro neoclésico, Y'esaliar sus reductos, habla de partir de un grupo Je faclecustes conselentes de fa'situacion, Loy poe {ts ommioticos, si sb sentian tentades por el géfero Usimatice, no pedlan aceptar en el escenario nas ‘SSaceiones gue habian desechado"ya en poesia Gos ina coda 1os amos principles de in esttica Ai ellos hablan impuesto. Ocurre que algunos de SEiec poetas, cuando se decidieron a probar suerte EXE MORES, Semosttaron poco capectados para stroma las exiginsas el tam pao, dere Sint el teatro tiene sus eyes y no bastan, para po: ier Shartuna obra deamatica a buen teaio, fos {Impalsos lrleos capaces de converte un poema en ting obra admirable por su sentimiento, © por Jas ndgenes on €i sugercas, Bn certo sentido esto fue Jo'die ‘currio con los intentos de algunos. poetae Ingléses que escrbieron para el teatro bellas com. Pabiclone estraes, pero no obras teatrales en Un Tentido estricto ; En Francia a situacign era tigeramente distinta ta ‘sluacioe politica habla sefalado. muy bien los ‘mites ce infaencia Ge tos partiaries del Ancien me y do sus enemigos, io poetas jovenes. ¥ et tre clog se fullabe un eicntoe, Vietor Hugo, que Mabie aleauzado ya un soldo prestigio entre los re prssentantes Ge fas nuevas generationes, quienes, [ogvsu actitud, Rabian provoeade mas de"un es Ghddlo los’ circulos Inteletaates de Js. capital 2 CCon la redaccién de Cromwell Victor Hugo 88 p20 pone fratmeente plantenr el romanticism en térm Port gramiticos; sin embargo, In oposicion que Rosas es tan cerrada, tan impencirable, que Crom Sie no puede llegar Tos escenario, ¥ Vietor Hugo SC dispone entonees a editarla, esriendo un pr igo a el que resume su credo estético, y que ha 1 ee a coor la posteridad como el ma Heso.dalrormanticlsmo. Consigneros ahore que Pars Gee el romanticismo.ieiunfara en ls escena soria Seesario que se operara en la sociedad francesa un ‘Gmblo politica radical, una transformacion sufcien. $S'que deoplacara in atistocracia det Ancien Régime Hereontrol de los clreulor de. Paine. delfberara. sobre. el rodaballo de, Dom: aan eee tec beer in cent mientras EUS Mat nova det Dis tc, oe habla edge moment para resmendar” ate {Metetiique un gallo a Esculapio, Asi, Isabel eS ar on lin, Ai Rishi sopor sare eee Tos. y bus Xa st barber, oe SiRest Dias At Comal des Fem ra eee i bole al Rey eh Fe een ze Rea a condena de vote eloe T enbadurnara con tnt 1 mae etapa qu, broweanco, baa 10 roscoe un gr al cae. tat Tan Sao’ tle Pars fe men Dar i a ge sean levan siempre eh itr tote ge ards nella ae ees ad's eo ve dabe abe sean dre cep Peale ao ral solo hay mating «ee Napoli uma ver qu ete ee aera fombre, 9 en ray0 de come ode que se cntrabve lamina as Wiel drama y ae avid 1eotSeh er msmos posta, considerades en re en oe mm deren de medi sobre Te « fi existencia, de hacer estallar su punzante ironia, de arrojar a oleadas el sarcasmo y la burla sobre nnuestras deformaciones, estos hombres que nos hhacen refr se convierten en hombres profunda. ‘mente tristes. Estos Demécritos son también He- réclitos. Beaumarchais era Iigubre, Moliére era sombrio, Shakespeare melancdlico. ‘Asi pues, lo grotesco es una de las suprem beliezas del drama. No es tan sélo una conve “hiencia dramética, es a menudo una necesidad. A veces se presenta en masas homogéneas,-con caracteres completos: Dandin, Prusias, Trissotin, Bridoison, la nodriza de Julieta; a veces lena de terror, ast: Ricardo II, Bégears, Tartufo, Me- fistofeles; a veces incluso ‘con un velo de gracia y de elegancia, como Figaro, Osrick, Mercutio, don Juan. Se iafiltra por todas partes, pues, asi ‘como los mas vulgares tienen con frecuencia su atague de sublime, los mas altos pagan a me rnudo tributo a lo trivial y a lo ridiculo. Por ello, ‘a menudo inasequible, a menudo imperceptible, se halla siempre presente en Ia escena, incluso cuando se calla, incluso cuando se esconde. Gra cias a él, no hay lugar para las impresiones mo- nétonas, La tragedia recibe de él, con igual faci Iidad, risas uw horrores. Hard que el boticario tencuentre a Romeo, las tres brujas a Macbeth, Jos eepultureros a Hamlet. A veces, en fin, como fen Ia escena del rey Lear y sui Loco, puede mez- lar sin disonancias su voz chillona a las mas Ikigubres, a las més sofadoras mmisicas del alma, “He aqui lo que ha sabido, de una manera que les es propia y cuya imitacién serfa tan indtil como imposible, Shakespeare, este dios del tea- tro, en el que parecen haberse reunido, como en ° tuna trinidad, los tres grandes genios camcteris tioos de muestra escena? Corneille, Molitre, Beau- marchais ‘Vease con qué raplder se derrumba, ante la razdn y el gust, 1a arbitraia distineién de los Ten, Podriamos desiruir con la misma facili: Sil ia supuesta regla de Tas” d08 unidades. Dé creat dos y no tres unidades, ya que la unidad “TP okcién & de conjunto, la nica verdadera y fandamentads, esta desde hace mucho tiempo fuera de toda sospecha ‘Algunos contemporéneos distinguidos, extran- jerouy macionales, ban atacado a, por la pric HES’ por la teotia, esta ey fundamental del ‘Codigo peeudoaristotelico. Por lo demés, el com- tethebia de ser forzosamente corto. Ala pri eee nmudida, la ley se ha resquebrajado, tan Wiicomida estaba esta viga de la. vieja casucha cscolstical extras es que os sutngios pretenden apoyar st regla de las dos unidades en la veros Iria, cuando es precieamente lo real la que seiitate, No hay, en efecto, nada tan iaverosimil 2 mubsurdo como este vestibulo, este peristilo, Zeta antecdmara, lgar banal donde nuestras tra Gallas se complscen en dessrrollarse, adonde le weit. ae sabe como, lor conspiradores para Teeiamar contra cl tran, el trano para decla see toma los conspiradores, por timo, como Tbe hubieran dicho bucdlieamente: Alternis cantemus: amat alterna Camena {Dénde se ha visto un peristilo como éste? {Puede hallarse algo més opuesto no ya a la verdad, a la que los escolisticos no conceden gran importancia, sino a la verosimilitud? Re sulta de ello que’ todo Io que es demasiado ca racteristico, demasiado intimo, demasiado local para que transcurra en la antecdmara o en el vestfbulo, es decir, todo el drama, transcurre entre bastidores, Sobre el escenario no vemos més, por asi decir, que los codos de Ia accién: sus manos estén en otro lugar. En vez de esce: ras, se nos dan narraciones; en vez de cuadros, descripciones. Graves personajes situados, como cl coro antigua, entre el drama y nosotros, vie nen a contarnos Io que esta pasando en el tem: plo, en el palacio, en la plaza publica, de tal modo ‘que muchas veces estamos a punto de gritarles: {Pues bien! conducidnos alli. ;Debe ser muy di- vertido, y contemplarlo debe valer Ia penal» A lo cual, sin duda, responderian: «Es posible que os divittiera y que os interesara, pero no se trata de esto; nosotros somos los guardianes de la dig- nidad de la Melpomena francesa.» ;Eso dirfan! Alguien me diré, tal vez, que esta regla que repudio ha sido tomada del teatro griego. —¢En ‘qué se parecen el teatro y el drama griego a nues- tro drama y a nuestro teatro? Ademas, hemos mostrado ya que la prodigiosa extensién del esce aro antigo Ie permits abarcar una Tocalidad entera, de suerte que el poeta podia, segin las necesidades, transportar la accién, a su gusto, a tun punto cualquiera del teatro, Io cual equivale précticamente a los cambios de decoradas. ;Ex: tafia contradiccién! El teatro griego, a pesar de hallarse al servicio de un fin nacional y religioso, es mucho mis libre que el nuestro cuyo tinico ‘objeto es, sin embargo, el placer y, si se quiere, 5 Ia enseiianza del espectador. Billo se debe @ que el primero no obedece més que a las leyes que le son propias, mientras que el segundo se aplica a sf Faismo condiciones de ser perfectamente ajenas 2 su esencia, El primero es artista, el segundo artificial. ‘Comienza a comprenderse boy que Ja locali- zacién exacta es uno de los primeros elementos Ge la realidad, Los personajes que hablan 0 ac- ‘an no son los dinicos que graban en el espiritu Gel espectador la huella exacta de los hechos. El ugar donde se ha producido una catéstrofe se convierte en uno de sus terribles © inseparables teatimonios; y la ausencia de esta especie de per- sonaje mudo privaria al drama de las mis eran ides escenas de le Historia, ¢Se atreveria el pocta fa asesinar a Rizeio en un lugar que no fuera la hhabitacion de Maria Estuardo? gApufialar a En- Figue TV en un lugar que no fuera esta calle de [a Férronnerie completamente obstruida por co- ches y carromatos? ZA quemar a Juana de Arco en tun lugar que no fuera el Mercado Viejo? 2A en- Var al dague de Guisa a un lugar distinto de tse castillo de Blois, donde su ambicién hace Fermentar una asamblea popular? cA decapitar a Carlos I y a Luis XVI lejos de estas siniestras plazas desde donde se puede contemplar White- rally las Tullerias, como si sus cadalsos fueran el broche de sus palacios? ‘La unidad de tiempo no goza de mayor solidez que Ta unidad de lugar. La accién enmareada por fa fuerza en las veinticuatro horas resulta tan idicula como eamareada en el vestibulo, Toda faccion tiene st duracién propia y su lugar par ticular. ; Verter Ia misma dosis de tiempo en 2 todos los acontecimlentos! jAplicar a todo la misma medida! Nos reiriamos de un zapatera que quisiera dar el mismo zapato a todos los pies. ;Cruzar la unidad de tiempo con la unidad de lugar como si fueran los barrates de una jau- lay encerrar tras ellos, ampardndose en Arisiote- Jes, todas estas figuras que la Providencia des. rrolla en la realidad a una tan gran escala! Sig. nifica la mutilacién de hombres y cosas;, significa enar de muecas el rostro de la Historia. Mas atin hombres, cosas e Historia morirén en la opera: eign; y és de este modo que los mutiladores dos- miticos Hlegan a su resultado habitual: lo que estaba vivo en Ta crénica, esti muerto en la tre fgedia, Esta es la razén de que, muy a menudo, Ja jaula de las unidades no encierre mas que un esqueleto, Y, ademas, si veinticuatro horas pueden ser ‘comprendidas en dos, parecer lgico que cus- enta y ocho horas puedan ser contenidas en cuatro, Ast pues, Ia unidad de Shakespeare no seri la unidad de Corneille. ;Piedad! Estos son, sin embargo, los reproches mise- rables que desde hace dos siglos la mediccridad, Ja envidia y Ia rutina hacen al genio! Asi ha sido limitado el vuelo de nuestros poetas mis igrandes, Con estas tijeras de las unidades se les hhan cortado las alas. ¥ qué se nos ha dado a cambio de estas plumas de Aguila arrancadas a Corneille y a Racine? Campistrén, Concebimos que pueda decirse: en los cam- bios demasiado frecuentes de decorados hay algo que enreda y cansa al espectador, y que produce sobre su atencién el efecto de un deslumbramien- to; ee posible que las translaciones repetidas de 3 lun lugar « vay, Ge un empe a ou, exijan cone traexposiciones que enfrien al espectador; pero hay que evitar dejar en medio de una accién Tagunas que impidan que las partes del drama se compenetren estrechamente y que, ademds, des- conciertan al espectador porque no logra darse Euenta de Jo que puede haber en estos vacios.. Pero éstas son, precisamente, las dificultades del arte. Estos son los obsticulos propios a deter- minados temas, y no podemos dictaminar de una ver por todas sobre ellos, Al genio le toca resol- ver tales problemas; eludirlos no es la misién de los posticos. En fin, para demostrar lo absurdo de la re- la de Ins dos unidades, bastaria un imo argu- mento tomado de las entraflas del arte. Se trata + de la existencia de la tercera unidad, la tinidad de [ accién, la nica que todos. acept finiea que proviene de un hecho: ni piritu humano pueden abarcar més de un conjun- qo a la ver, Esta unidad es tan necesaria como Jndtiles las otras dos, Es ella la que determina el punto de vista del drama; ahora bien, por tal ra- Bon excluye a las otras dos. Asi como no puede haber tres horizontes en un cuadro, no puede ha- ber tampoco tres unidades en el drama. Por To demds, evitemos Ja confusién entre la unidad y la simplicidad de la accién, La unidad de con‘, Junto no repudia de ninguna manera las acciones secundaria sobre las que debe apoyarse la ac- Gién principal, Sélo es preciso que estas partes, Sabiamente subordinadas al conjunto, tiendan Constantemente hacia Ia accién central y se agru: pen a su alrededor en los distintos niveles, 0 més bien en los distintos planos del drama. La unidad ue es la | de conjunto es Ia ley de la perspectiva del drama, {Pero —exclamarén indignados. los aduane- os’ del peneamiento- muchos grandes genios han soportado estas reglas que desechatsl" Pues Bi, despracndamente, Pero qué habrian hecho ios hombres sdmirables al so les hublera de Jado. hacer ibremente? ‘¥, no obstante, scan Tesistido a vuestras cadenas,;Hay que ver cémo Pierre Corelle, hostgado en sus princlpios a Causa de, su. maravilloso Cid, se debate bajo Mairer, Caveret, GAubigoas y Seudéry!, icéme demuncia In posteridad las violencias que cjer- ten estos hombres que, dice Cornlle, seen ‘Hlanguecen con Arist6tetes! ;Hay que ver cémo fe le dice —y citamos textos.de la epoca: Jo fen, antes de ensefar bay que aprender, y sh no {sen un Scaliger 0 un Hetnsius esto es inadmi- Sls Ante eta scan, Carele se subeva J pregunta si no ce ests intentando hacerle des fehley such sis abajo de claverety Ath Seadéry se indigna ante tanto orgulloy recuerda aceste tres vores gran autor del Cidun, las tnodestas palabras con gue Taso, el hombre mis grande de su ciglo,abre la Apologla de la. més Remmosa de sus obras contra ia més agria e in Justa Cengura que jams habra sido hechan. «El Zehor Cornelleabade-~ demuestra en sus Res pucotas que est tan lejos de Ia moderacion como merit de ete exsient ator El joven fan fea resist) entonces Seudéry wielve af atague Tama en st ayuda a In acadernia eminente: «Pro runciad, joh jueces mfos!, una sentencia digna de vosotros,y que haga saber toda Europa que él Cid no es en modo alguno Ia cbra macstra del ss hombre mds grande de Francia, sino la obra me- nos juiciosa del propio sefior ‘Corneille. Debéis hacerlo por vuestra gloria y por In de nuestra nacién en general, que se encuentra interesada en ello: ya que los extranjeros que pudieran ver festa hermosa obra maestra, ellos que han tenido ‘Tassos y Guarinis, creerfan que nuestros maes- tros mas importantes no son mis que aprendi- ces.» Este corto e instructivo fragmento * encie- ra la téctica eterna adoptada por la ratina envi diosa contra el talento naciente, la misma tietica que se sigue ain hoy y que ha vineulado, por ejemplo, una curiosisima pagina a los jévenes ensayos de lord Byron. Scudéry nos da la’ quinta- ‘esencia de esta tactica, Verbigracia, las obras pre- eedentes de un hombre de genio siempre prefe idas a las nuevas, a fin de demostrar que, en ver de progresar, retrocede; Melitea y la Galeria del Palacio consideradas como superiores al Cid; fen segundo lugar, Ios nombres de los muertos continuamente lanzados a la cabeza de los vivos: Corneille Iapidado con Tasso y Guarini (; Guari nil), como més tarde Racine seré lapidade con Commeille; Voltaire con Racine; del mismo modo que boy es lapidado todo lo que se eleva con Racine, Comeille y Voltaire. La téctica, como se ve, est ya gastada, pero debe ser buena, puesto ‘que todavia sirve, No obstante, el desgraciado gran hombre no habia agotado ain sus fuerzas. Es aqui que debemos admirar cémo Scudéry, el capitin de esta tragicomedia, apurado hasta el + En, ol orignal, V. Hugo conserva J, ortogratia areaice de Scudery, felorzando act ia artibelosidad del estilo y\Ia debilidad de Tos argumentos de este itt: 0. (N. det F) 56 extremo, lo maltrats con rudera: cémo despicga Sin piedad su artilleria clisica, como. censefas al autor del Cid ecudles debicran ser los episo: dis, semin fas ensenaneas de Avistteles coreent das en los capitulos diez y dieses de su Pot as; cémo fulmina a Corelle, gracias: a este mismo Aris6teles scapttulo vgesimo de su Are Poctica, en el cual puede verse la condena del Cids; arparindose en Platn, slibro décimo de su Repiblcas; amparéndore en Marcelin, libro Visésimo séptimas; amparindose en slay trags dias de Nioba y de Jeftée, amparindose en sel Ajax de Séfecless: en eel ejemplo de Euripides», en sHleinsins, capitulo seis, Constitucion de fa Tragedian; y en «Scaliger, el hijo de sus poesiasn; y recurricndo, finalmente, a los Canonistas 9 @ jos Juriconsuitos, en el titulo de las bodase. Los primeros argumentos than disigidos a la Acade Inia el dlimo al cardenal. Despuce ée los sl Fanos, el garrotazo; se hito necesaria Ia interven: ign de un juez que dictaminara sobre la cues. tion, ‘Chapelain.decidis. Ast pues, Comeille so vio condenado: ef lesn fie aboralado 0, por de. sislo como entonces, a comneja fue desplumadase He agut ahora el aspecto dolorose de este dcamsa arotesco;_ es despues de haber ido castigado de ste modo como consectencia de su primera gran aportacién que este genio completamente foderno, alimentado por ln Bad Media y por Espatia, viendose obligado a mentrse as! mismo ya zambullirse en Ja Antigiedad, nos dio este Roma castellana, evidentemente sublime, pero Juego de palabras con el nombre de Corneille que, en frances, significa corneja, (N. dl T.) a nla que, a except tal vex del Nigomedes, que on a ote ingen colorido fie objeto. de Fetes uo en clei prado, no enoaranes ar Roms ai al verdadero Cornell 1 aera men ls moms sazabores sin nee car de too, la sma resistencia een 2 Utunio ale eavcter, al la ava Mien econ, Se someto en senso, 7 "dete ge ecleno de ou tempo ru mngalica hand in aa magna epopeya de Atala gles de ter, 2 ee or peices do sein ie blun aio 2 do ae u siglo no Me oped cfsco le bubera ae ernie ‘con menos frecuencia, no hubiera de a entre Narciso y cae Gateponce a Locuste ea 1 no biblera dead ent Neen, 2, ct admirable escena del banguete ‘estore Oe ten de géncen envenena 8 Be Stason a apm dein reoeliacion, Pe re eotatts at pajaro que vle dentro dl seers te meumatico? ¥. sin embargo, jcusntas eypleas etn lg personas de gusto, desde belias nor cue farpety con tode lo gue Seay teeth seca en su grmen podrlamos alent ero He nas obra, Por lo demas, nes nee eter han sad, a peta ds todo, Ws grandes Desceno'y raves de todas estas d are ato de enerrario en ios dog fcltndes: Eisen oe fevalindo van muchas ae Yee al au a gigas, bebo, so ban Ferree ie ata laf Suri de a pes tats ste eid» so 2 ee eee aee sign empor 1Se Web Tas reglas! ;Imitad los modelos! {Son las iid ng rela! Forma Tos models! Ua momentol Hay en este caso dos clases de mo- delos: los que han sido elaborados.segin Iss Feglas y, precediéniolos, aquellos que han ser vido para’ la formilacién de las yeglos. Abora bien, en cudl de estas os categoria debe situarse el genio? Aunque siempre resulte penoso entar en contacto con los pedantes, ¢no es mil veces Mejor darles leeciones que recibirlas de ellos? Yvademds, gimitar? Hl relcjo vale acaso a Iui?, el satelite que s¢ arrastra sin cesar en el mismo circulo ges acaso comparable al esto Central y generador? Con toda su possia, Vie Ble nos ade qu ama de omero eames! ¢a quidnimitac? ¢A Tos antiguos? Acabamos de demostrar que su teatro no tol cide en nada con el nuestf. Por otra parte, Vol faire, que rechaza a Shakespeare, rechaza tam bia a fos griogos. El mismo va explicaraes por qué: Lon griegos nos han dado epocticalos Que nos resultan igvalmente inadiisibes. ipo Ito, maltrecho después de su caida, cinta ante nosotros. sus heridas y lana gisse dolorosos Filoctetes es presa de ss access de sutimicnte una sangre negra brota desu lags, Edipo, man- chado por In sangre que gotea ain de lo que aueda de sus ojos arrancados hace un momento Se queja de los dioses y de los hombres. Oimes Ios gritos de Cltemnestea degolada por su propio hijo, y Electra grta sobre la escena: “1Golpead, Bo fenghis piedad de ell, que lla no tu¥0 p dad de nuesteo padre!” Brometso es sujetado a tuna roca con clavos hundidos en el estomago y fn los brazos, Las Furias contestan a la sombca Sngrienta de Clitemnesira con aullidos sin ar- teulacién alguna. El arte estaba en su infa » cia en el tiempo de Esquilo, como, lo estaba en Londres en la epoca de Shakespeare.» —iLoe tmoderaos! Ab, Siaitar Ine imitacione! (Piedad! iM nos ‘bjetar so, sogin vost con copriéa del arte, parece que no experdis sino riovdes poctas, que siempre contds con el ge Bio, El arte po tiene en cuenta a la mediocr: dad. No le prescribe nada, no la concce, In me: dlocridad no existe para el arte; el arte da alas Jno muletas,Cierto, D'Aubignac ha seguido lat yeglas, Camplotscn ha intado Tos modelos, Qué is\importa eoto al arte! No eonstruye su palacio para las horengas, Deja que Ragan sus hormigue Tos ignorando si apoyarda en la base del palacio esta parodia de suv construccion. 2 rcs dela ere ecole eolocan ert, ice grtan sin cesar: «jimilad fos, mode- Toute'Por otra, suclen proclamar que: Los me. dels son inimitables» Ahora bien, si sus bre Ton a fuerza de trabajo, Togran hacer pasar en {at deshle alguna palida conteaprueba, alguna topla deseolorda de Tos massros, estos ingrats, Glerpucs de examinar el nuewo refeccimiento ex aman: No existe ningun parcctdon; 0 bien, ¥ on igual frecuencia: eBsto’ se parece a todo Yr par una logica‘hecha adreds, cada’ una estas formulas es una erica, Digimoslo, pues, sin temor. Ha legado la hora 4 serfa extrato queen esta. éPoca fa liber {dal igual que la lu, iegara 9 todas partes, Skeepto.s lo mds ingenvamente libre que hay en cl rando, ls cosas del pensamiento. Apiguemos SX martilo a las teoriaa, a las podtias, a los Sistemas. Hagamos cacr este Viejo enyesndo que o fenmascara Ja fachada del arte! No hay ni re- alas, ni modelos; 0, mas bien, no hay otras reglas que’ las leyes generales de ‘la Naturaleza, que dominan toda Ia extensién del arte, y las leyes especiales que, para cada composicion, resultan de las condiciones de existencia propias a cada tema. Las primeras son eternas, interiores, persisten; las segundas, variables, exteriores, y ho sirven més que una vez. Las ptimeras son el raderamen que sostiene la casa; Tas segunds, el andamio necesario a su construccién, que hay ‘que levantar para cada edificio, Unas, en fin, son cl armazén; las otras, el ropaje del drama, Por lo demis, estas reglas no se escriben en las poéti ‘cas. Richelet no tiene la menor idea de esto, El genio, que mis que aprender adivina, extrae, para cada obra, las primeras reglas del orden general de las cosas, las segundas del conjunto aislado del tema traiado; y no ala manera del ‘quimico que enciende su horno, aviva su fuego, calienta su crisol, analiza y destruye; sino a la manera de la abeja, que vuela levada por sus alas de oro, se posa en cada flor y extrae su miel sin que el céliz pierda un Apice de su esplendor, ni la corola un dpice de su perfume, El poeta, insistamos en ello, s6lo debe tomar | consejo de la Naturaleza, de Ia verdad y de Ia Sinspiracién —que es también una verdad y una naturaleza. Quando he*, dice Lope de Vega, Quando he de eserivir una comedia Encierro los preceptos con seis Ilaves.* + Bn expafiol en ef original, (N. det 7.) a Para encerrar los preceptos, en efecto, sei Hayes no resuiltan excesivas. Que el poeta evite,j\p sabre todo, copiar, sea quien sea el miodelo, tanto si es Shakespeare como Molitre, tanto si es Schiller como Corneille, Si el verdadero talento pudiera abdicar hasta este punto de su propia paturaleza y dejar asi de lado su originalidad personal para transformarse en otro, lo perderia todo en esta interpretacién del papel de Sosias. Es el dios que se convierte en criado. Hay que Deber en las fuentes primitivas. Es una misma savia la que, esparcida en el suelo, produce to- dos los Arboles del bosque, tan diversos en su porte, en sus frutos, en sus hojas. Es una misma Naturaleza la que fecunda y nutre a los genios més diferentes, El poeta es un arbol que puede ser azotado por todos los vientos y abrevado por todos los rocios, que lleva sus obras como si fueran sus frutos, del mismo modo que el fabu- Tista levaba sus fébulas, Para qué vincularse @ ‘un maestro? {Injertarse a un modelo? Es mejor todavia ser zarzao cardo, alimentado por la mis- mma tierra que alimenta el cedro o la palmera, fQue ser el humus o el liquen de estos grandes ar- Doles. La zarza vive, el humus vegeta. Ademés, por grandes que sean el cedro y la palmera, no Se logra ctecer con el jugo que de ellos se obtie ne, El parésito de un gigante ser4, como méximo, tun enano, El roble, aun siendo un coloso, s6lo dda origen y alimento al muérdago. Que nadie se confunda, si algunos de nues tros postas han logrado ser grandes, incluso = base de imitaciones, se debe a que, a pesar de moldearse en la forma antigua, han escuchado Con frecuencia a la Naturaleza ya su genio, se a vido. El genio los considera instrumentos; la me- diocridad, tities. Otros, ereemos, lo han dicho ya: el drama es tun espejo donde la Natursleza se refleja, Pero si este espejo es un espejo ordinario, una super- ficie Ilana y unida, s6lo dara de los ‘objetos una imagen empafada y sin relieve, fel pero desco. lorida: se sabe en qué medida el color y Ia luz se ven disminuidos causa de la simple reflexion. Es necesario, pues, que el drama sea un espejo de concentracién que, en vez de debilitarlos, re- coja y condense los rayos colorantes, que con- vierta un tenue fulgor en Iuz, una luz en llama, Solo entonces ef drama es el abogado del arte. El teatro es un punto de éptica. Todo lo que existe en el mundo, en la Historia, en la vida, cen el hombre, debe poder reflejarse en él, pero ~ tocado por Ia varilla migica del arte. El arte bbusca en las paginas de los siglos, en las pégi- nas de la Naturaleza, interroga a las erdnicas, se aplica a reproducir Ia realidad de los hechos, so- bbre todo la de Inr costumbres y caracteres, ra ‘cho menos sujeta a la duda y a la contradiceién due los hechos, restaura lo que los analistas han truncado, armoniza lo que han desaparejado, adi- vina sus omisiones y las repara, colma sus lagu: has con imaginaciones que tengan el color del tiempo, agrupa fo que han dejado disperso, res- tablece el juego de los hilos de la Providencia bajo las marionetas humanas, lo reviste todo con tuna forma pottica y a la ver natural y confiere esta vida de verdad y de smpetu que la ilusion ‘engendra, este prestigio de realidad que apasiona al espectador y, ante todo, al poeta, puesto que el poeta tiene buena fe. Asi, el propésito del arte ea i.3 6 rear, cuando’ hace poesia TEs de una grandezay una belleza extraording- viag ver cOmovun dram en el gue el arte des troll con fuerza la Naturale, se desplega con Cota amplitud; un drama enel que la aocién avan- fa hacia la conclusion con paso firme y 4g ia dlfustony sin estranguamlentoy un drama en fi, tn el que el posta consign plenamente el pro pésio iltimo del arte, que et el de abrir al es Pectador un éoble hovsont, laminar al mismo Tempo el interior y el exterior de Tos hombres, ei eon or se dcuraony sug acon fiverior, pores apartesy los mondloges; era, tune palgbra, en el mismo cwadr, el drama de fn vida y el drama dela concienci. Se conelbe que, para una obra de este tipo, cuando el poeta debe escoger entre lo que se le trees (y debe hacerlo), prefers lo caractersico SS ello to no signin que le convenga dar Como se dice actualmente, color local, es decir, « adie al fal algunos toques ehillones, egal ¥ alls, en un conjunto por lo demas perfectamente falso y convencional. No es en la superficie del drama donde debe estar el color local, sino en fl fondo, en el corazén mismo de la obra desde fl que posa al exterior, por s{ mismo, natural- mente, igualmente, y, por decirlo ast, a todos los Fineones del drama, como la savia que sube desde Ta rata hasta la titima hoja del arbol. El dra- ma debe estar radicalmente Impregnado de este Color de los tiempos, debe de alguna forma estar fn ol aire de suerte que s6lo sea posible darse cuenta, al entrar en él y al salir, de que se ha producido un cambio de siglo y de stmésfera, « yk Para llegar a conseguirlo es necesatio estudio y trabajo; mejor. Bueno es que las avenidas del arte estén obstruidas por estas zarzas ante las cuales todo retrocede, salvo las voluntades fuer. tes. Por otra parte, es este estudio, sostenido Por una ardiente inspiracién, el que’ defender al drama contra un vicio mortal, lo comin. Lo comin es el defecto de los poctas de vista corta y de corto aliento. Es necesario que en esta 6p- tica de la escena toda figura sea reducida a su Fasgo més caracteristico, més individual, mas pre iso. Incluso lo vulgar y'lo trivial deben tener un acento, Nada debe ser abandonado. Como Dios, cl verdadero poeta esta, en su obra, simulténea ‘mente presente en todas partes. El genio se pa. rece al acufiador que imprime la"efigie real tai to en las monedas de cobre como en los escudos de oro. - No dudados —y esto probaria aun a los hom bres de buena fe hasta qué punto estamos lejos de querer deformar el arte— en comsiderar al verso como uno de los medion mds adecundos para preservar al drama del azote que acabamos de sefialar, como uino de los diques mas podero- 08 que pueden oponerse a la irrupciin de lo comin, que al igual que la demoeracia, ye abun. dantemente en los espiritus, Y aqui, que la joven literatura, que cuenta ya con tantos hombres ‘con tantas obras, nos permita que le indique mos un error en'que, creemos, ha caido, error desde luego muy justificado por las incresbles aberraciones de la vieja escuela, El nuevo siglo se halla atin en esta edad de crecimiento en la que todavia es posible corregirse. ‘Se ha formado en los iltimos tiempos —como o una penltima ramiiaci6n del vielo tronco el so,'o mejor aun somo una de eas execs Giss, uno de estos péipos desarzellados por In esrepited que, mde que, prucba. de vida, son Signo de descomposicion— ha formado, pues, tant singular escuela de poesia dramatic. A nues tro julio, esta estucla ha tenldo como aaestro J como tatrz al poeta que marca la tranicién Ente los siglos dietocho y dleinueve, el hombre ds is desespeion y de ls pesfasis, este Delile ee, segtn se lice, hacia ein de’ sue diac se “naglonabays Te nanera de Is enuperaconss fe Homero, de haber hecho doce camellos, cuatro pesou te cbals ene fs anes ee 9, is igre, dos gos, un juego de ajedrez, un Chaquste, un juego do dams, ua bill, varios Sivletnos, muchos veranos, abundantes primave: yas, clnccenta puesiae de soy tantas auroras que Ie esultaba imposible contaias. Poet bien, Delile ba intervenido en Ta tage- dia Es el padre (hy no Racine, 1por Dios!) de thon preteqdida escuela de clegancia y de buen [ste que ha floseido relentemente: La tagedia aoe para esta escuela To. que es para el buen Hombre Gilles Shakespeare, por ejemplo: una ente de emociones de diverea naturaleza; es Elrplemente um marco e6medo para la solocion de multtud de pequsfos problemas deseiptives jue va encontrando alo largo desu camino Esta ‘jens cn ve de rechazar como hilera la, er {adore excucla clisea francesa, las tvilidades Yas bajeaas dela vida, se complace en buscar Jhe'y en recoperlas dvicamente, Lo grotsco, evr {220 come aise tratara de una mala compabla pot la tragedia de Lats XIV, no puede pasar tray “ auilamente ante los os de esta nueva escul (Bs neccsrio que toa desool, co de ee Bred tin ecena de coco de gurdia wa Tevucia dt populacho, el mrad de pscade penal, eh cabaret In gall en el puders de Bie IV reece edalerg fort fu para esta scien, Se apotera de todo aia Iota la cara de eta hana y cow tls vile nlas sus oropery lonely purpurea tse tur pas. arece que sa objetivo sea extenler Corie de noblnn a oda eta pcb del dramas 9 Cada una de estas carasprovstaa el gram sale craps erat Sta med, 7 se chmprende,e6 do una gee ‘ojieria poco corrinte. Acostumbrada como ésté 2 las carlos da orate In rave imp, aue {alex pudiers marti, le produce horror Hablor con natralidad no forma pate dese ied. Subraya en los teice del vile Corncle Ins faces asian con cater: Un montén de hombres perdidas por dev das y crimenes. pei Siena, qin Io hubiera creid?, Roan, equitn lo hubiera dicho? ee ‘Cuendo Flam r tio regateaba con Antoa {ARI nome His con le Replica, et ef La frase: jTodo hermoso, sevior!, todavia le produce néuseas. ¥ han sido necesatios muchos IMi Selor! y muchos jM Seflora! para que a + Aig anes No gulero qe hays en meno wy cpa ae up na ee Cah Slogo'2s eaten S'S Sack ata tba que IV. (N. del T.) 5 “ m o nuestro admirable Racine le Eueran perdonados: fs perres, tan mordedores, y este Claudio tan brutalmente metido en fa cama de Agripina, Esta Mefpomena, tal es su nombre, temblaria ante la idea de tocar una crénica, Deja que el Costambrista averigde en qué época ocurren los dramas que ella hace. A sus ojos, la Historia es de poco tono y de mal gusto, ¢Cémo tolerar, por jemplo, que los reyes y las reinas profieran blas femias y juramentos? Hay que clevarlos de su ‘Gignidad real ala dignidad tragica, Gracias a una promocion de este tipo, ba logrado ennoblecer a Envique 1. Rs asi gue el rey del pueblo, seado por el sefior Legouvé, ha visto su vientre-santo- Pr vergonzosamente expulsado de su boca por os gentencias, quedando reducido, como la mu- Chacha de la fdbula, a'no dejar caer de esta boca eal inds. que perlas, rubies, saftos; todo falso, on verdad En definitiva, nada es m&s comdn que esta clegancla y esta nobleza de convencién. Ningin frallaggo, sloguna imaginacién, ninguna invencion fn este estilo. Lo que siempre hemos visto: re {Grlea, empulosidad, lugares comunes, flores de ologio, poesia. de versos latinos. Ideas tomadas de otros, vestidas con imégenes de pacotills, Los foctay de esta escuela son elegantes al modo de Ton principes y princesas de teatro, siempre sc- faros de encontrar en los eajones etiquetados del Etinacéa, mantos y coronas en similor que s6lo iene la’ desgracia de servis a todo el mundo, Y'aun cuando estos poetas no hojean la Biblia, Labiéa tienen su ibro grueso: el Diccionario Ge rimas. Esta es sw fuente de poesia, fontes squarur. 0 Se comprende que en todo esto Ia Naturaleza y la verdad sobrevivan como puedan, Seria una gran casualidad que flotara algiin resto de ellas fen este cataclismo de falso arte, de falso estilo, de falsa poesta. He aqui lo que ha inducido a error a varios de nuestros reformadores mas dis: tioguidos. Impresionados por Ja rigidez, la apa atosidad, lo pomposo de esta pretendida poesia dramética, han crefdo que los elementos de mies: tra lengua postica eran incompatibles con lo natural y lo verdadero, EI alejandrino les habia aburrido tantas veces que lo han condenado, en cierto modo, sin querer oftlo, y han concluido, tal vez con una clerta precipitacion, que el drama hhabia de ser escrito en prosa, Se estaban confundiendo. La falsedad que, fen efecto, reina tanto en el estilo como en la conducta ‘de determinadas tragedias francesas, ‘no debe ser atribuida al verso, sino a los vers. ficadores, En vez de condenar la forma empleada, hhabfa que atacar a los que habian empleado esta forma; a los obreros, y no a la herramienta, Para convencerse dé que nuestra poesia opone ‘muy pocas dificultades a la libre expresion de todo lo que es verdadero, no es seguramente en Racine que hay que estudiar nuestro verso, sino en Corneille, a veces, y siempre en Moliére. Ra- Cine, divino poeta, es clegiaco, lisico, épico, Mo- litre es dramatico. Ha sonado ya la hora de hacer Justicia a las eriticas acumuladas por el mal gusto del siglo pasado acerca de este estilo admirable, ¥ de decir en voz alta que Molitre ocupa la cima ‘de nuestro drama, no solo como poets, sino tam ign como escritor. Palmas vere haber iste duas. En su obra, el verso envuelve a la idea, se in a corpora a ella estrechamente, Ia comprime y Ia | desurolla al mismo tiempo, le confere una gu fa mde bela, mis stricta, mde completa y n05 2 Tn da como s fuera un lini, B verso es la forma 4 plea del penssziento, He age la van de su’) adecuacion a la perspectiva escnica. Hecho de | tna determinada manera, comunica su relieve a _ Cosas que, sin), pareserian insgaiicantes y vul ures Hate mis solido y mAs fino el tfido del Scie: Es el mudo que detine el bilo Bs el cin turn que sostone el yestido y que forma todos sus pliequey, eOue dato, pes, puede eausar cl forse ala Naturalen'y fa verdad? zOue dato ies causa la poesia de Moliée®, proguptamos a tuestros prosistas, El vio, gue se Hos perita tins nueva tivaidad,cdeja caso de sor vino por cl hecho de estar embotllado? Si tuviramos cl derecho de decir endl debe ria sera nuestro jul, el estilo del drama, nos inclisstamos, por” verso Iibre, franco, lay fapar ds doco todo sin falso puto, de expre Serlo todo sin rebuscamiento, yen con paso Satural de In comedia a In tragedia, de lo sbi tne 2 To grotescoy_altemativamente. postive, postco,y al mismo tempo, artistco e insplrada, Profund y subito, mplio y veeadero: cape Eeromper a propésito y de" desplazar im cesura fbn de distravar su manotonla de alcjandrines tris amigo del paso al vers siguente que de la veri ae: el fa im ea enclave tia guprema gracia de muesisa poesia, eile ge ferador de mstro metro; inagotble en la va Heiad se gio, mangle gn ss eros Ae clogancia y de facture; capaz de tomar, como Protco, mil formas tin cambiar de tipo, ni de 2 cardcter; enemigo de las argas tiradas; gil en €l didlogo; constaniemente ozulto detrés de cada ersonaje; preocupado ante todo por no salirse del lugar que le ha sido asignado, y en el caso de ser hermoso, sitndolo casi por casualidad, sin pre- tenderlo y sin saberlo; Lirica, pico, dramatico, segin las necesidades; capaz de tecorver toda le gama pottica, ir de ariba a abajo, de las ideas tds elevadas a Tas més vulgares,% las mis gra. ciosas a las mas graves, de las ni? > serfiiales a las mas abstractas, sin salir jan.ds d."'os limi. tes de una escena hablada; en up~ palabra, un verso como lo haria el hombre dotado por una hada del alma de Corneille y de la eabeza de Mo lire. Creemos que este verso serla tan hermoso como la prosa No habria ninguna relacién entre una poesia de este tipo y aquella cuya autopsia cadaverica hhaciamos hace un instante, El matiz que las se para podré ser indicado fécilmente si un hombre de ingento al que el autor de este libro debe tn agradecimiento personal, nos permite liar st aguda distincién: la otra poesia eta descriptiva, ta es pintoresca. Repitimoslo por encima de todo, El verso en el teatro debe abandonar todo amor propio, oda exigencia, toda coqueteria. Se trata tan solo de tuna forma, una forma que debe admitirlo todo, ‘que no debe'imponer nada al drama sino, por el contrario, que debe redbirlo todo. de al’ para twansmitiio todo al espectador: francés, latin, textos legales, blasfemias reales, locucioties po- pulares, comedia, tragedia, risa, lagrimas, prosa ¥ pocsta, ;Desgraciado el poeta cuiyo verso. se haga el desdefioso! Pero esta forma es una forma 2 de bance qu ener a posi 8 ee, & Pear cle ama os inde ze forma bale oe fgramente en leis del actor, advierte a éste de las eee, ie Set nde molar su oes a ae bi cosines on geal er, nmi aoe eee pls fe fs mtr, ch tengo oni a me oe i de, mojada el Yrs, mors del audio ge aco mis ie see tamed ent 6 ere que score ei sesariamente mucho ie a poe ma up nscale Spier al rama de ee ertnca 0 le, eoduelda al ddlogo 9 412 Ne a ee or Felis = ale oe a oe caer Upache nc acany Ta edo ands de mc Treats onal 2 amblo Se a ee inguin, como la que se anatase cn ono anos Campos, snes etc pidamente sb Por ca we eae 9 a] Jira, Bnvprosa yen verso, tal como hiciera S. Siunkegpeare. Hata colucén presenta algunas ver Stele car, eines de rar a.gue pumden es, flder ex macho magor we Gant’ Sana ed ero co prom We SacTulao an vem oe to {Giacia? rango de una obra debe ser fijado SE a ao no eg forma, Hee ae anno hoy ni Que * solucién. No hay més que un peso que pueda in clinar Ia balanza del arte: es el genio, Por lo demés, prosista o versificador, el pri- mer, el indispensable mérito de un escritor dra. -itico, es la correccién, No esta correccién com pletamente superficial, cvalldad 0 defecto de la escuela descriptiva, que hace de Lhomond y de Restaut las dos alas de su Pegaso, sino esta co rrecciGn fntima, profunda, razonada, que ha ab- sorbido el genio de un idioma, que ha sondeado sus rafces, investigando las etimologias; siempre libre porque esta convencida de lo que hace porque esta siempre de acuerdo con Ia logica de Ja lengua. Aquella correceién esté constantemente vigilada por Nuestra Sefora Ia gramética; éta domina la gramética. Puede atreverse, arriesgar- se, crear, inventar su estilo: tiene derecho a ello. ‘Ya que —a pesar de lo que hayan dicho algunas personas que no habian pensado en lo que esta: ban diciendo, y entre las cuales hay que incluir | ‘especialmente a quien estas Iineas.escribe— In lengua francesa no esta fijada, ni lo sera. Una lengua no se fija. El espiritu humano esta siempre fen marcha 0, si se quiere, en movimiento, y las Tenguas con él. Las cosas Son asi. Cémo no iba a cambiar el traje cuando el cuerpo cambia? El francés del siglo diecinueve no puede ser ya el fran. cs dol siglo dieciocho del mismo modo que Gte no es el francés del diecisiete, asi como el francés del diecisiete no es el del dieciséis, La Tengua de Montaigne ya no es la de Rabelais, Ja Tengua de Pascal ya no es la de Montaigne, la lengua de Montesquiet ya no es la de Pascal. Cada tuna de estas cuatro lenguas, tomadas en si mis ‘mas, es admirable porque es original. Cada época 8 ee ro prop args aceon: | pectegtenenten arian int ete Le eae ae | a teeta ere eye nvaden oo Pind dl eee ao cotcto com La 1 ote Se ie doaparese Es a cme os eo, HO ene we it pols Sl haat bin oe Se a ee ee ae ee ig Simo remedial, esto es fatal. Ast, pues, todo ee ee ieee me se es ore dale a, Ee to ee alt ees crete SE ame Ra oe as eng, a be es ge Sela mee zo pueden rae Se Sant cca Ta setae sd: een een complear ms eeficmoia, fs Idoas atuafes del autor de este libro Sea Gy Sane’ Shes min eon a cnn el deme Na Sanaa oc pre a a ee wn crac ons blends age. ne sigue revelacones de a eeeulon Sin Saleen caso yon mae te Moov Sle te defendicran reclprocamente. Pero oe et ay mds agus. pein nes et ae envoy age Sarat ae ign ae pops res vee dt pane eae meee Bina gin comentatio alguna; ef demonio sin las %

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