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¡Hola!

Me presento: Yo, soy Josué.


(Saludar de mano a algunos de su audiencia)
Estoy aquí para contarles un poco sobre mi vida y cómo Dios fue conmigo en todo
momento.

¿Ustedes han escuchado hablar de Moisés?


(Niños contestan)
¡Yo lo conocí!
Vivimos grandes aventuras y fui testigo de muchos milagros sobrenaturales.
Yo estuve presente cuando el Mar Rojo se abrió. ¡Yo era un niño como ustedes!Fue
impresionante ver el enorme mar dividirse en dos, enormes paredes de agua a nuestro
lado cuando pasamos ese mar sobre tierra seca.

Yo crecí junto a Moisés peleé grandes batallas junto a mi pueblo judío.


¡Con esta espada y el poder de Dios, vencimos!
Recuerdo que una ocasión Moisés envió doce espías para checar la tierra que Dios nos
había prometido, entre esos espías eståbamos mi gran amigo Caleb y yo. Los otros
diez espías tuvieron miedo pues en esa tierra había gigantes. Ellos miraron los
gigantes, pero nosotros miramos los frutos enormes y apetitosos que daba la tierra y
podían alimentar a mi pueblo. Mi Dios es mucho más grande que eses gigantes.

Moisés tenía una gran tarea, llevar al pueblo judío a una tierra bendecida, la cual Dios
les había prometido.
Pero tristemente Moisés murió, y no pudo seguir con ese trabajo y me encomendó a
mí esa gran tarea.
¡YO TENÍA MIEDO! ¡PAVOR!
Era un pueblo muy grande, miles de personas que tenía que llevar a la Tierra
prometida.
¡PERO EL SEÑOR ME HABLÓ!
¡YO OÍ SU VOZ!
ÉL ME DIJO: "MI SIERVO MOISÉS HA MUERTO, LEVÁNTATE Y CRUZA
ESTE RÍO JORDÁN CON TODO EL PUEBLO.
NADIE TE PODRÁ HACER FRENTE TODOS LOS DÍAS DE TU VIDA.
ESFUÉRZATE Y SÉ MUY VALIENTE.
QUE NUNCA SE APARTE DE TU BOCA, DE TU MENTE Y DE TU CORAZÓN
MI LEY. NO TE APARTES DE ELLA, NI A UN LADO NI A OTRO.
¡OBEDĖCELA, PARA QUE TE VAYA BIEN EN TODO!
Y me volvió a repetir: ¡ESFUÈRZATE Y SÉ VALIENTE!

Cuando oí su voz, me sentí fuerte. Sabía que no iba estar solo. Sí Dios me dijo que
estaría conmigo, lo iba a cumplir. No podía dudar.

-CRUCE DEL RÍO JORDÁN


Una experiencia inolvidable fue cuando cruzamos el río Jordán.
¡OTRA VEZ VOLVÍ A RECORDAR CUANDO DE NIÑO CRUCÉ JUNTO A MI
PUEBLO EL MAR ROJO!
Una vez más el Señor dividió el río en dos, mi pueblo y yo pudimos cruzar en tierra
seca y avanzar a la tierra prometida.
-MURALLAS DE JERICÓ
Les contaré otro gran evento sobrenatural que mi Dios me permitió vivir.
El Señor me había dicho: "TODO LUGAR QUE PISE LA PLANTA DE TU PIE
SERÁ TUYO"
Para poder llegar a ocupar la Tierra prometida, teníamos que atravesar por varias
ciudades. Los habitantes de esos lugares eran gente mala y perversa. Querían la
muerte mia y de mi pueblo, por lo tanto teníamos que pelear y tomar las ciudades para
nosotros.
Pero hubo ocasiones como esta, en que el Señor peleó por nosotros.
Llegamos a una ciudad llamada Jericó, era una ciudad grande, con grandes muros. El
Señor me dijo: Tú y mi pueblo rodeen la ciudad por siete días y yo la entregaré en sus
manos.
Así lo hicimos, los sacerdotes iban delante de nosotros sonando las bocinas.

El séptimo día, dimos siete vueltas a la ciudad, en la séptima vuelta levantamos


nuestra voz y los sacerdotes tocaron las trompetas.
¿Y qué creen que pasó?
¡Los grandes muros empezaron a derribarse !
El Señor estaba cumpliendo lo que había prometido ¡ÉL ESTARÍA CONMIGO!

-EL SOL SE DETUVO


Otra ocasión, cinco reyes se unieron para pelear contra mi pueblo.
¡Cinco reyes, cinco grandes ejércitos!
Sus ejércitos era mucho más numerosos y poderosos que el ejército dei pueblo.
Mi pueblo tenía temor, yo también.

Pero el Señor una vez me habló y me dijo: ¡NO TENGAS TEMOR DE ELLOS!
¡YO LOS ENTREGARÉ EN TUS MANOS!

Los enfrentamos, y recuerdo que la batalla arreciaba. La tarde estaba por terminar, el
sol pronto se iba a ocultar y estaríamos peleando a oscuras.
Pero sentí en mi interior una fuerza sobrenatural que me fortaleció y me llevó a
decirle al sol: ¡DETENTE!
Sorprendentemente el sol se detuvo por casi un día entero.
Y el Señor nos llevó a ganar esa batalla, pues su ayuda fue enviada desde los cielos
haciendo caer grandes piedras de granizo. Envío también enfermedades sobre
nuestros enemigos. Y mi pueblo y yo salimos victoriosos.

EXPERIENCIAS TUVE MUCHAS


PERO HOY ME QUEDO HASTA AQUÍ
-DESPEDIDA DE JOSUÉ
Tengo que regresar a mi casa. Solo quiero dejar esto en sus mentes y sus corazones:
¡TENEMOS UN DIOS GRANDE Y PODEROSO QUE HA PROMETIDO ESTAR
CON NOSOTROS SIEMPRE!
Lo mismo que me dijo a mí se los dice a ustedes: Esfuércense, sean valientes y se
olviden de ser obedientes a la Ley de Dios. Solo así podrán vencer sus problemas.

Nunca se olviden de todo lo que Dios ha hecho por cada uno de ustedes, sean
agradecidos todo el tiempo.
Agradezcan por su casa, por sus papás, porque Dios suple para que tengan comida y
tengan que vestir.

Les invito a tomar la mejor decisión que pueden tomar por el resto de sus vidas:
Elijan servir al Señor.

Se lo dije a mi pueblo y se los repito a ustedes: YO, Y MI CASA SERVIREMOS AL


SEÑOR.

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