• Mantenimiento Preventivo: Este tipo de mantenimiento implica acciones
planificadas para evitar que ocurran problemas de seguridad. Puede incluir inspecciones regulares, actualizaciones de software, parches de seguridad, y pruebas de penetración para identificar posibles vulnerabilidades antes de que puedan ser explotadas. • Mantenimiento Correctivo: Este tipo de mantenimiento se realiza en respuesta a un problema de seguridad que ya ha ocurrido. Por ejemplo, si se descubre una brecha de seguridad o un incidente de malware, se realizarán acciones correctivas para solucionar el problema y restaurar la integridad del sistema. • Mantenimiento Detectivo: Este tipo de mantenimiento se centra en la detección temprana de posibles problemas de seguridad. Incluye la implementación de sistemas de monitoreo de seguridad, como firewalls, sistemas de detección de intrusiones (IDS), sistemas de prevención de intrusiones (IPS) y sistemas de análisis de seguridad de registros (SIEM), para identificar actividades sospechosas o anomalías en el sistema. • Mantenimiento Adaptativo: Este tipo de mantenimiento se lleva a cabo para adaptar el sistema a los cambios en el entorno de seguridad. Esto puede incluir ajustes en las políticas de seguridad, actualizaciones de configuración y cambios en la arquitectura de seguridad para hacer frente a nuevas amenazas o riesgos. • Mantenimiento de Concienciación y Capacitación: Aunque no siempre se considera como parte del mantenimiento de seguridad en sentido estricto, la educación y la capacitación de los usuarios y el personal de seguridad son cruciales para mantener un entorno seguro. Esto puede incluir programas de concienciación sobre seguridad, sesiones de formación sobre mejores prácticas de seguridad, y simulacros de respuesta a incidentes para garantizar que todos estén preparados para hacer frente a posibles amenazas.