Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Biblia
¿Qué se pretende en estMes?
1) Agradecer al Señor por su Palabra, la Santa Biblia.
2) Motivar a todos a su lectura y estudio bíblico permanente.
3) Promover la realización de actividades tendientes a distribuir la Biblia en su comunidad.
4) Ayudar a la Sociedad Bíblica con sus oraciones y ofrendas de todos, incluidos los niños, para
que la Biblia se siga traduciendo, produciendo y distribuyendo en todas las naciones y a todo el
pueblo
¿Cuál sería la estrategia para llevar adelante este plan y cumplir objetivos?
* Poner gran énfasis en la celebración del Mes de la Biblia, en todas las reuniones de la Iglesia.
* Programar actividades para Una Semana con la Biblia, incluyendo a los niños.
* El Día de la Biblia (corresponde el 26 de Septiembre pero puede usarse el domingo más
cercano a esa fecha), realizar un Culto Especial con invitados especiales. Con anuncios de todo
tipo: radiales, murales, invitaciones por carta,etc.
Enseñar a los niños a que hagan alcancías de cartón, para que guarden todas las monedas que
puedan y la entreguen en el Dia de la Biblia. Ellos dan el ejemplo.
Que los adultos se comprometan a una ofrenda especial en ese día. Hay que darle el ejemplo a
los niños.
* Salir a las calles o plazas más cercanas a entregar tratados y a conseguir ofrendas especiales
para la Causa Bíblica.
* Realizar una distribución masiva en el vecindario, industrias, escuelas, parques, universidades,
hospitales, bancos, supermercados, etc.
* En el material bíblico que la Sociedad Bíblica provee, hay un espacio para colocar el timbre
con la dirección y datos de su Iglesia.
* Encargar a las hermanas realizar una campaña de oración, en apoyo de todas las actividades
especiales por el Mes de la Biblia.
* Consulte en la Casa de la Biblia o con el Promotor en su barrio, acerca del material de
literatura adecuado y sobre los descuentos especiales que todos los años hace la Sociedad Bíblica
en Septiembre.
CUARTA ETAPA.- Haga una evaluación de la celebración que dirigió una vez que finalice.
Tome nota de las cosas buenas y también de las otras. Si alguna persona asume el próximo año
su tarea, se lo agradecerá profundamente. Si usted sigue con la responsabilidad su tarea se verá
enormemente facilitada. Buenas suerte y bendiciones.
PROGRAMA UNO
Alabanzas
Llamado a la adoración (Habacuc 2:20)
Himno: “Santo, Santo, Santo”.
Oración de Invocación
Lectura Congregacional: Salmo 19
Bienvenida. Tiempo para avisos.
Himno: “Bellas palabras de vida”
Testimonio: Un joven dice por qué amo a mi Biblia
Período de alabanza y oración
Noticias de actividades en este mes.
Ofrenda especial: “Para que la Biblia llegue a otros”.
Musica: número especial (Coro iglesia o solista)
Mensaje: La Biblia, Palabra de Dios ayer y hoy.
Himno: “Santa Biblia para mí”
Bendición por el Pastor
PROGRAMA DOS
Preludio – Alabanzas
Oración de Invocación
Himno: “Engrandecido sea Dios”
“Cuán Grande es El”
Bienvenida – Avisos
Alabanzas – Coros
Testimonios: “Mi versículo favorito”
Himno: “Bellas Palabras de vida”
Oración de gratitud por la Biblia
Lectura bíblica: Salmo 19:1-10/ II Timoteo 3:10-17
Coro de la Iglesia o Número especial
Ofrenda especial para la Causa Bíblica
Oración por las ofrendas y de intercesión por la Sociedad Bíblica y su labor.
Himno: “Sembraré la simiente preciosa”
Mensaje especial
Himno “Santa Biblia”
Bendición por el Pastor
La prohibición de que la «gente común» leyera las Sagradas Escrituras, vigente durante todo el
período colonial, no prosperaría en las nacientes repúblicas. Esto ofreció la oportunidad de que
las Sociedades Bíblicas llevaran a cabo sus primeras distribuciones.
Fue así que en 1806, los primeros 600 ejemplares de la Biblia en español, enviados por la
Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE), llegaron a Buenos Aires, Argentina, y
Montevideo, Uruguay.
De 1804 a 1807, la SBBE imprimió 20.000 ejemplares del Nuevo Testamento en portugués, que
marinos y comerciantes de ultramar distribuyeron en las costas de Brasil. Asimismo, en 1808 los
cuáqueros llevaron ejemplares de las Sagradas Escrituras a Antigua y otras islas caribeñas, que
repartieron entre soldados, marineros y enfermos.
Durante los siguientes ocho años (1808-1816), pobladores de la entonces Federación de las
Indias Occidentales –islas situadas en el mar Caribe y regidas por Gran Bretaña–, así como el
territorio que ahora ocupan Honduras y las Guayanas, recibieron 4.000 ejemplares de la Biblia y
11.500 del Nuevo Testamento en español, francés, inglés y holandés. Comerciantes, viajeros y
capitanes de barco contribuyeron a esta nueva aventura de distribuir las Sagradas Escrituras.
Durante los siguientes seis años se extendieron a Jamaica, Montserrat y Honduras, en especial
por medio de misioneros y escuelas cristianas que llegaron a Berbice y Demerara –Guyana
inglesa–, Trinidad –isla situada en las costas de Brasil–, Antigua y Surinam.
Durante ese período se distingue el trabajo de James Thomson, más conocido como Diego
Thomson, un misionero que viajó por iniciativa propia a América Latina para promover el
método de enseñanza lancasteriano, que en sus inicios se basó en la Biblia como texto principal.
Más adelante, trabajó como agente para la SBBE en Ecuador, México, el Caribe y Canadá.
Finalmente, Thomson decidió traducir las Sagradas Escrituras al quechua, para lo cual solicitó
US$500 a la Sociedad Bíblica Americana, labor que desempeñó con la colaboración de cuatro
miembros del nuevo Congreso de las Provincias Unidas, integrado por representantes de las
regiones emancipadas de la Colonia española.
Entre 1835 y 1854, con la ayuda de voluntarios, se llevó a América del Sur y Central poco más
de 21.000 ejemplares de las Sagradas Escrituras en castellano, portugués, alemán, italiano y
francés. Todo esto a pesar de la fuerte oposición para que la población pudiera leer o tener una
Biblia.«Señor, tu palabra es eterna; ¡afirmada está en el cielo.» (Salmo 119:89, versión Dios
Habla Hoy).
La Biblia es una compilación de las Santas Escrituras inspiradas por Dios. Es el libro más
relevante de la historia. Su mensaje principal es el amor de Dios por medio de Jesucristo, su
Hijo.
– La Biblia tiene 66 libros: El Antiguo Testamento tiene 39 libros y 929 capítulos. EL Nuevo
Testamento tiene 27 libros y 260 capítulos. Entre los dos suman 1189 capítulos.
– El libro más grande es Los Salmos con 150 capítulos y 2453 versículos, el libro más pequeño
es 3a. de Juan con 1 capítulo y 13 versículos.
– Salmos 117 es el capítulo mas corto y Salmos 119 el más largo, Salmos 118 es el capítulo
central.
– Éxodo 20:13 es el versículos más pequeño y Ester 8:9 el versículo más largo, Salmos 118:2 es
el verso central.
– El libro más antiguo del Antiguo Testamento es Job, el más nuevo es Malaquías (400 a.C.); el
libro del Nuevo Testamento más antiguo es Santiago (45 d.C.) y el más nuevo Apocalipsis (95
d.C)
– Los autores que más escribieron libros fueron Moisés con libros y el apóstol Pablo con 14
libros.
– Fue escrita originalmente en Hebreo, Arameo y Griego, por más de 40 hombres de diferentes
tiempos y oficios. A lo largo de 1.500 años.
– Las tres versiones básicas son La Toráh (Hebreo), la Septuaginta (Griego), la Vulgata (Latín).
– Es el primer libro impreso, por Johannes Guttenberg en 1454, ha sido traducida a más de 2.000
idiomas, la primera traducción al español fue en 1569 por Casiodoro de Reina.
3. Espejito, espejito:
Te apuesto a que te miras en el espejo de tu baño al menos una vez cada día. (¡Hey, eso es lo que
hacen las chicas!) Eso hace que tu espejo sea un buen lugar para absorber la verdad de Dios.
Coloca varios versículos claves en notas adheribles o escríbelos en tu espejo con un marcador
borrable. Entonces léelos en voz alta a medida que arregles tu cabello o apliques tu maquillaje.
Es una gran idea cambiar los versículos luego de unas semanas para así exponerte a más
verdades.
4. Conviértete en tecnológica
Descarga una aplicación de Biblia en tu celular o iPad y pídele a tus padres que hagan lo mismo.
De esa manera, cuando te encuentres esperando en el carro, en la sala de espera del doctor o en la
fila de un restaurante, puedes abrir la Palabra de Dios para una dosis de verdad. (¡Te aseguro que
es mucho mejor que pasar todo tu tiempo libre con esos Angry Birds!) También puedes
inscribirte para recibir versículos bíblicos diarios a través de sitios web, y también hay
aplicaciones para los mismos fines. Déjanos tu comentario debajo con algunas que tú ya
conozcas y recomiendes.
5. Llévala contigo
Además de irte hacia la más alta tecnología, puedes estudiar la Palabra de Dios al estilo de la
vieja escuela – ¡y eso se hace usando lápiz y papel! Escribe de diez a quince de tus versículos
favoritos en tarjetas 3 x 5. Haz un agujero en la esquina de cada tarjeta y agárralos con un aro o
anillo. Hojea las tarjetas varias veces al día para una dosis rápida de la verdad de Dios. Cambia
tarjetas con nuevos versículos cada cierto tiempo.
6. Trabaja en equipo
Todo es más divertido con amistades, incluso sumergirse en la Palabra de Dios. Pídele a una o
dos de tus amistades que te ayuden a rendirle cuentas sobre la lectura de la Palabra de Dios.
Llámense o envíense mensajes de texto entre ustedes para recordarse leer la Biblia. Tengo dos
amigas que me envían mensajes de texto cada mañana compartiendo lo que leyeron en la Biblia
ese día. He descubierto que saber que ellas van a enviarme mensajes me mantiene responsable y
me empuja de la cama en esos días en los que prefiero dormir más en vez de pasar tiempo en la
Palabra de Dios.
8. Escúchalo predicar
Jesús más que un gran contador de historias, era un poderoso predicador. Su sermón más famoso
es conocido como el Sermón del Monte (porque lo predicó en una montaña). Jesús cubrió todo,
desde la oración hasta la salvación, en ese solo sermón. Si tú eres el tipo de estudiante al que le
gusta escuchar a alguien desmenuzar lecciones en vez de buscar las respuestas correctas por ti
misma, el Sermón del Monte es un gran lugar para empezar. Hay mucha verdad comprimida en
ese solo sermón, es un pasaje como “la Verdad de Dios para principiantes”.
Tómate tu tiempo estudiándolo minuciosamente, y pídele a Dios que use este sermón para
ayudarte a construir un fundamento de la Verdad. El Sermón del Monte puede encontrarse en
Mateo 5-7. También puedes escucharlo en la Biblia hablada, en CD o mp3. No, no puedes
escuchar el sermón realmente leído por Jesús (eso sería genial), pero puedes escucharlo siendo
leído por algunas otras grandes voces. Esta es una buena opción si tú aprendes mejor
escuchando.
9. Hablando de historias…
A nosotras las chicas nos encanta conectar con las demás personas. Somos más propensas a
estudiar la historia de alguien que a memorizar hechos. Ésas son buenas noticias, porque la
Biblia está llena, casi rebosante, de historias de personas que se han levantado y han sido firmes
por la Verdad de Dios. Aquí está la gente que lo ha hecho. Vas a amar sus historias.
Juan el Bautista: Mateo 3, 11, 14, 16, 17; Marcos 6, 8; Lucas 7, 9; Juan 1. También es
mencionado varias veces en el libro de los Hechos.
Pablo: Lee sobre la colisión radical de Pablo con la verdad en Hechos 9:1-22.
A María le gustaba cantar los himnos; pero cuando el pastor predicaba era difícil para ella
comprender los mensajes. Cuando escuchaba al pastor leer la Biblia, deseaba saber más de la
palabra de Dios. Entonces nació en su corazón el deseo de tener una Biblia propia.
En aquel tiempo las Biblias eran muy escasas, y algunas iglesias tenían un solo ejemplar
encadenado al púlpito. En el hogar de María no había Biblia, y aunque la hubieran tenido, ella no
sabía leer.
Pero cuando se abrió una escuela cerca de su casa, su papá le dio permiso para que ella asistiera.
El buen maestro John Ellis les enseñó a los niños a leer y a escribir. Cuando aprendió a leer,
María caminaba todos los sábados más de tres kilómetros hasta la casa de la señora Evans, la
esposa de un campesino rico que poseía una Biblia, para leerla. Pero más que nada, María quería
tener una Biblia propia.
María comenzó a trabajar para juntar el dinero necesario para comprar su Biblia. Ayudaba a los
vecinos con la limpieza y el cuidado de los niños, apacentaba vacas, vendía los huevos de dos
gallinas que le había dado su mamá, cargaba agua del pozo, remendaba ropa. María hacía
cualquier cosa para ganar unos centavitos.
Después de seis largos años de trabajar y ahorrar, María tuvo lo suficiente para comprar una
Biblia, que en esa época era muy costosa.
¡Qué emoción debe haber sentido al saber que pronto tendría su propia Biblia!
Como no se vendían Biblias en el pueblo de María, debió ir a Bala, que quedaba a cuarenta
kilómetros de su casa. Tuvo que caminar solita esa distancia, ¡y descalza! pues no quería gastar
su único par de zapatos, pero lo hizo con alegría para conseguir su Biblia. Al llegar a casa del
pastor Charles, que vendía Biblias, recibió la triste noticia: “¡Ya no quedan más!” María lloró
desconsolada al oírlo.
¡Imagina el gozo que sintió María al tener la Biblia en sus manos! Una Biblia propia y en su
propio idioma. ¡Sin duda fue saltando de alegría todo el camino de regreso a casa!
El pastor Charles no pudo olvidar a la joven que había trabajado durante seis años y había
caminado tanto para conseguir una Biblia en su idioma. Entonces le surgió el deseo de que todos
los niños, jóvenes y adultos tuvieran también una Biblia. Con la ayuda de otras personas que
tenían el mismo anhelo, fundó en Londres la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. Gracias a
ese esfuerzo, hoy en tu país hay una Sociedad Bíblica y puedes tener una Biblia.
Ahora María está en el cielo. Ya hace doscientos años desde que ella trabajó diligentemente para
comprar su Biblia. María fue un instrumento de Dios para que muchas personas, en distintos
países del mundo, puedan tener la Biblia en su propio idioma. Tú también puedes ser un
instrumento en las manos de Dios. Pídele con corazón sincero: “Hazme un instrumento”.