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a. Yéndose luego David de allí: David ha pasado por mucho; había pasado de la
fama inmediata, un matrimonio reciente, peligro de los Filisteos, repetidos
atentados contra su vida, y una despedida dolorosa de su vida cotidiana, a vivir
como un fugitivo por tiempo indefinido. Luego David tuvo un breve pero intenso
periodo de recaída, un regreso dramático a Jehová y liberación de una situación
con peligro de muerte.
c. El título del Salmo 142 dice: Masquil de David. Oración que hizo cuando estaba
en la cueva. Así, el Salmo 142 describe al desanimado corazón de David: Con mi
voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él
expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia. Cuando mi espíritu se
angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda En el camino en que andaba, me
escondieron lazo. Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera
conocer; No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida. (Salmos 142:1-4)
d. El título del Salmo 57 dice Mictam de David cuando huyó de delante de Saúl a
la cueva. El Salmo 57 describe a David cuando Jehová lo fortaleció en la cueva y
le preparó para lo que seguía.
Y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él.
Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos
los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo
consigo como cuatrocientos hombres.
rey Saúl. Ellos querían algo diferente, algo mejor, y Dios los llamó a
que se unieran a David en la cueva de Adulam.
Todos estos hombres vinieron a David cuando estaba abatido y
derrotado, perseguido y despreciado. Cuando David llegó al trono,
hubo muchas personas que quisieron estar a su alrededor. La gloria
de estos 400 es que ellos vinieron a David en la cueva.
“Estos son el tipo de hombres que vinieron a David: afligidos,
quebrados, insatisfechos. Estos son el tipo de personas que vienen a
Cristo, y estas son las únicas personas que vienen a él, porque han
reconocido su propia aflicción, su deuda, y su insolvencia, y están
conscientes de que están totalmente inconformes. Las simples
presiones de estas frustraciones los guían al refugio de la sangre de
Cristo que fue derramada por ellos.” (Redpath)
c) c. Y fue hecho jefe de ellos: Esta no era una muchedumbre. Esto era un
equipo que necesitaba un líder, y David fue hecho jefe de ellos. Dios no
obra a través de muchedumbres. Él obra través de hombres y mujeres
llamados, pero también llama a otros a apoyar y a estar con esos hombres
y mujeres.
Cuatrocientos hombres, y hombres desesperados. Este podía ser un
sólido comienzo para un ejército rebelde si David lo quería. Un
hombre sin principios convertiría a estos 400 hombres en una banda
de rebeldes o asesinos, pero David no permitió que esto se volviera
un ejército rebelde en contra del rey Saúl.
Estos hombres vinieron a David en aflicción, con deudas,
insatisfechos, pero no permanecieron así. David los convirtió en el
tipo de hombres descritos en 1 de Crónicas 12:8: hombres de guerra
muy valientes para pelear, diestros con escudo y pavés; sus rostros
eran como rostros de leones, y eran ligeros como las gacelas sobre
las montañas.
d) d. Y tuvo consigo como cuatrocientos hombres: David era el ungido de Dios
para ser el próximo rey de Israel, y se convirtió en el más grande rey
terrenal de Israel. Pero así como Dios llamó a David, Dios llamó a estos
cuatrocientos hombres a estar junto a David.
i. Cada principio es importante. El principio de que Dios dirige a
través de un hombre llamado y ungido es importante. Cuando un
arca tenía que ser construida, Dios no llamó a 400 hombres. Cuando
Israel necesitaba ser liberado de Egipto, Dios no llamó un comité.
Una y otra vez en las Escrituras, la obra de Dios es guiada por un
hombre llamado y ungido.
ii. Al mismo tiempo, el principio de que Dios raramente llama a un
hombre a trabajar solo es importante. David necesitaba estos 400
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Aquí encontramos una historia bíblica que tiene un gran paralelo con lo que
Cristo puede hacer en nuestras vidas. Estos versículos nos ubican en un
momento de gran tristeza y dificultad para David. David había sido ungido por el
profeta Samuel para ser el próximo rey de Israel y cualquiera hubiese creído que
un gran futuro le esperaba, pero realmente no fue así ya que esto había traído
los celos de Saúl, el actual rey, quien en su furor lo persiguió para matarlo
obligando a David a huir como un delincuente. Durante su huida se refugió en
una cueva y cuando su familia se entero fue allí a consolarlo. No obstante,
estando allí se le unieron 400 hombres entre los cuales habían personas afligidas
y amargas de espíritu, personas endeudadas, y en general todos eran hombres
que habían sufrido el desprecio de su sociedad. Todos estos afligidos lo hicieron
su jefe.
fueron vistos con desprecio por los demás y que estaban en gran angustia y
amargura se convirtieron en principales en el reino.
“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a
los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a
los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año
agradable del Señor”.
Lucas 4:18-19
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
Mateo 11:28-29
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Como aquellos hombres afligidos que buscaron a David para hallar su descanso,
así nosotros podemos hoy buscar a Jesús y Él nos dará el perdón de nuestros
pecados y el descanso que nuestra alma tanto anhela encontrar.
De igual forma, así como un día estos hombres depreciados se convirtieron en los
principales del reino de Israel, así también nosotros, los que creamos en Jesús,
seremos recompensados con la vida eterna y el reino venidero. Un día los que
lloran serán consolado, los afligidos serán alegrados, los que tienen hambre y sed
de justicia serán saciados y todos aquellos soberbios que hoy lo tienen todo
serán desposeídos de todas sus cosas y enfrentaran el juicio eterno.
CONCLUSIÓN.
Un día David fue despreciado por muchas personas sin saber que él era el
hombre quien había sido ungido como el próximo rey de Israel, y 400 hombres
afligidos de espíritu se le unieron buscando consuelo sin saber que años más
adelante se convertirían en los principales generales y funcionarios del reino al
convertirse David en el nuevo rey. De igual forma hoy el Padre ha ungido a Jesús
como el Salvador del mundo y futuro rey de este mundo y todos aquellos que en
esta vida lo buscan encuentran no solo el perdón de sus pecados sino también el
descanso de su alma y en la eternidad heredaran el reino de Dios.
En el capítulo anterior vimos que, cuando David comenzó a huir, él buscó pan en
Nob; y todo lo que encontró fue el pan consagrado, que se conoce como: “Pan de
la Presencia”. Allí también buscó armas para defenderse, y sólo encontró el
recordatorio de la victoria sobre el gigante. Es como si Dios le estuviera enviando
un mensaje subliminal diciéndole: Busca Mi Presencia, y allí encontrarás provisión
y protección. David trató de luchar con sus propias fuerzas, que fueron
insuficientes. Pero ahora que estaba solo de nuevo, David buscó otro refugio y
clamó a Dios. Su oración en ese momento quedó plasmada en el Salmo 142…
El salmo que David compuso estando solo en la cueva comienza con un grito de
clamor al Señor:
(Salmo 142:1-3) Con mi voz clamaré a Jehová; con mi voz pediré a Jehová
misericordia. Delante de él expondré mi queja; delante de él manifestaré mi
angustia.
Las dos frases que leen “delante de él”, en hebreo es “Al Panim”, que es el
mismo nombre que reciben los “Panes de la Presencia” (heb. Lejem al Panim).
Estando solo, David se volvió hacia Dios, y derramó su corazón ante Él. Le
expuso su “queja” (heb. Sija: oración, meditación, contemplación) y le manifestó
su “angustia” (heb. Tzará: aprieto, aflicción, tribulación).
David termina el salmo diciendo que confía que Dios lo rescatará, y que lo
rodeará de hombres justos.
(Salmo 57:1-3) Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque
en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que
pasen los quebrantos. Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece. El
enviará desde los cielos, y me salvará de la infamia del que me acosa; Dios
enviará su misericordia y su verdad.]
CUEVA DE ADULAM
El lugar donde David se fue a refugiar quedaba en la región montañosa entre Gat
y Jerusalén. Allí hay muchas cuevas que servían de refugio a los viajeros (e
históricamente también sirvieron de escondite para los judíos cuando fueron
perseguidos por los romanos, cuando destruyeron Jerusalén y el Templo). Allí
estuvo David solo, el tiempo suficiente para componer el salmo…pero poco
después llegó compañía.
Es probable que la familia de David fue también perseguida por el rey Saúl, y por
eso huyeron de su casa, y buscaron a David. Pero no sólo la familia se unió a
David sino muchos más…
(1 Samuel 22:2) Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba
endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe
de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.
Tal como Dios había advertido a través del profeta Samuel, el rey de Israel no
veló por los intereses del pueblo, sino que sacó provecho de ellos (1 Samuel 8).
Saúl comenzó a exprimir al pueblo, cobrando impuestos para financiar su vida de
realeza, su servidumbre, y también a su ejército que constantemente enfrentaba
batallas. Y ahora, Saúl necesitaba pagarles a los soldados que iban en
persecución de David. Muchas familias debían enviar a sus hijos a servir en el
ejército del rey, y ya no contaban con mano de obra para cultivar la tierra. Todo
esto fue minando la economía nacional, y mucha gente terminó endeudándose, lo
cual llevaba a la servidumbre y esclavitud. Todo esto trajo un gran descontento
entre la población, y no es de extrañar que quisieran un cambio de autoridad, ya
que Saúl no se preocupaba por el pueblo sino sólo en sus intereses personales.
Por eso, muchos israelitas pusieron su vista en David. Y la gente más afectada
decidió dejar todo para seguir a David.
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Tal vez no suena como el mejor grupo de apoyo, pero fue la desesperación la que
los llevó a luchar con David para liberar al pueblo de la opresión del rey Saúl.
Los padres de David también tuvieron que abandonar su hogar, porque eran
blanco de la venganza del rey. Sin embargo, ellos ya no tenían edad para estar
huyendo con David y su tropa de fieles. Por lo tanto, David les buscó refugio en
una nación vecina, donde difícilmente Saúl iría a buscarlos.
(1 Samuel 22:3-4) Y se fue David de allí a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab:
Yo te ruego que mi padre y mi madre estén con vosotros, hasta que sepa lo que
Dios hará de mí. Los trajo, pues, a la presencia del rey de Moab, y habitaron con
él todo el tiempo que David estuvo en el lugar fuerte.
(1 Samuel 22:5) Pero el profeta Gad dijo a David: No te estés en este lugar
fuerte; anda y vete a tierra de Judá. Y David se fue, y vino al bosque de Haret.