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eT War Wore MPL Cae =e eo Se Nerd MC WR eee eM UE a LENO Waele Rte UU eS ia eel Luis Miguel Reyna Alfaro * Wilmer de Jestis Ruiz Carrero * José Saez Cees uM O ie aeUuC Mera UR OU aAl EL PROCESO PENAL ACUSATORIO tet nice Mem et UL es Cuestiones trascendentes Luis Miguel Reyna Alfaro (Coordinador) Ne Pacirico | Li INSTITUTO PACIFICO EL PROCESO PENAL ACUSATORIO. Fundamentos + Funcionamiento * Cuestiones trascendentes Coordinador Luis Miguel Reyna Alfaro Primera Edicién - Setiembre 2015, Copyright 2015 © Insfituto Pacifico S.A.C. Disefio, diagramacién y montai Luis Ruiz Mortinez Georgina Condori Choque Ricardo De lo Pea Molpartida Diego Comosco Borja José Carrascal Quispe Anyela Aranda Rojas Edicién a cargo de: Instituto Pacifico S.A.C. - 2015 J. Castrovirreyna N° 224 - Brefia Central: 332-5766 E-mail: preprensa@aempresarial.com Tiroje: 7 100 ejemplares Registro de Proyecto Editorial =: 1501051500971 IsBN 978-612-4265-55-6 2015-12618 Impresién a cargo d Pacifico Editores S.A.C. Je. Castrovirreyna N° 224 - Brefia Central: 330-3642 Derechos Reservados conforme a la Ley de Derecho de Autor. Queda terminantemente prohibida la reproduccién total o parcial de esta obra por cualquier medio, ya sea elecirénico, mecénico, quimico, dptico, incluyendo el sistema de fotocopiado, sin autorizacién escrito del autor e Instituto Pacifico 5.A.C., quedando protegidos los derechos de propiedad intelectual y de autoria por la legislacién pervana. EL PROCESO PENAL éACUSATORIO? ZADVERSARIAL?* Luis Miguel Reyna Alfaro** ‘Abogado Director de Caro & Asociados Investigador del Centro de Estudios de Derecho Penal Econ6mico y de la Empresa - CEDPE (Pert) SUMARIO: 1. ;Qué es acusatorio y qué es el adversarial? 2. Igualdad de armas. 3. Los mecanismos de equilibrio procesal. 4. El modelo acusato- rio en las reformas del proceso penal en Latinoamérica. 5. La tendencia a la fast justice y la medonalizacién de la justicia penal. 4QUE ES ACUSATORIO Y QUE ES EL ADVERSARIAL? La influencia de los contenidos del proceso penal norteamericano en las reformas legislativas en nuestra region —aunque no solo en aquella— hacen que hoy mas que nunca sean validas las expresiones del catedratico muni- qués Bernd SCHUNEMANN cuando alude a la «marehawirivinfal del.~procedi- miento-penal norteamericanoverrél'™mundo'. Precisamente esta circunstancia es la que hacescominiquerenlosiproce- sos de reformasprocesal penal se suelatrecurrir a la expresiénvadversarial para identificanalosnuevosmdelos procesales incorporados a nuestros»paises 0, al menos, a ciertos rasgos de aquellos. Este texto comprende parte de la intervencién del autor en el Congreso sobre “Aspectos fundamentales de la Justicia Penal en América Latina en el siglo Xx!", organizado por la Corte Suprema de Justicia de Panama, la Escuela Judicial del Organo de Panama y el INEJ, en Panama el 24'yr2s"denoviembre"de"2004, y reproducidas en parte en el Semi- nario “Problemas actuales de Derecho Penal y Procesal Penal” organizado por la Escuela de Postgrado de la Universidad Privada Antenor Orrego y el @EDPE, en Trujillorel 28 de noviembre de 2074" Su origen explica las referencias al, Cadigo/ProcesalRenakcleRana- ma del2008. Doctorando de Derecho Penal y Politica Criminal de la Universidad de Granada-(Espafia). Experto Universitario de Griminologia por la UNED\(Espatia), SCHUNEMANN, Bernd. “{Crisis del procedimiento penal? Marcha triunfal del procedi- miento penal norteamericano en el mundo?”, traduccion de Silvina Bacigalupo y Lourdes Baza, en EL MISMO. Temas actuales y permanentes del Derecho penal después de! Mile- nio, Tecnos, Madrid, 2002, pp. 288 ss. INSTITUTO PACIFICO Hi EL PROCESO PENAL ACUSATORIO. Sin embargo, es también necesario apreciar que existe una utilizacion poco meditada de la expresién que, por clorto, GEN con un‘conocimiento del sentido y caracteristi¢as de un modelosprocesal penal ad- versarial. Como sefialan FLETCHER y SHEPPARD, que estemos frente a un mo- delo inquisitivo, acusatorio o adversarial dependera del modo en que las fun- ciones propias de un proceso son distribuidas (las de obtencién de la eviden- cia y presentacién en juicio, acusacién, juzgamiento e individualizacién de la pena)?. En un sistema inquisitorial —que, a decir de los mencionados autores norteamericanos, es el modelo mas facil de definir— las tres funciones se uni- fican en la persona del Juez. Un solo funcionario ptiblico se encuentra a cargo de la obtencién de la evidencia y presentarla a juicio, de acusar al imputado y de decidir si este es culpable o inocente*. La critica, reconocida de modo general a este modelo procesal, es hacia los efectos que esta acumulaci6n de funciones generaria sobre la garantia de la imparcial del juzgamiento a favor del imputado en la medida que la asuncién de la funcién de obtencidn de evi- dencia y formulacién de la acusacién en una sola persona le condicionaria a favor de una declaracion de culpabilidad. El sistema adversarial parte del presupuesto de la marcada distribucion de las funciones antes acotadas: la policia, los fiscales y los abogados investi- gan (en un contexto de igualdad de armas), el gran jurado —grand jury— acu- saa partir de una recomendaci6n de la Fiscalia y lu de la presentacion de la evidencia en juicio por parte de la Fiscalia y los abogados, el Jurado decide por la inocencia 0 responsabilidad del acusado. El Juez tendria, a partir de la identificacidn de responsabilidad del acusado por el Jurado, que individualizar la pena‘. El modelo acusatorio propone una visién algo distinta del proceso penal y del modo en que se distribuyen las funciones de obtencién y presentacién de la evidencia, acusacién, determinacién de la responsabilidad penal e indi- vidualizacién de la pena. La Fiscalia se encuentra a cargo de la formulacion de cargos contra el imputado, los abogados —incluyendo el acusador— pre- sentan la evidencia, a partir de la cual el Juez decide la responsabilidad o inocencia del imputado® determinando la pena aplicable. 2 FLETCHER, George P. y SHEPPARD, Steve. American Law in a global context, Oxford University Press., Nueva York, 2005, pp. 531 y 532. 3 FLETCHER-SHEPPARD, American Law in a global context, cit., p. 531 4 FLETCHER-SHEPPARD, American Law in a global context, cit., 532. Similar CARRIO, Alejandro. E1 enjuiciamiento penal en la Argentina y en los Estados Unidos. Andlisis com- parativo en funcién de una reforma procesal, Eudeba, Buenos Aires, 1990, p. 45. 5 FLETCHER-SHEPPARD, American Law in a global context, cit., p. 532. INSTITUTO PACIFICO. LUIS MIGUEL REYNA ALFARO / EL PROCESO PENAL 2ACUSATORIO? 2ADVERSARIAL? Entre ambos sistemas —adversarial y acusatorio— existen también di- ferencias en torno al modo en que se articulan los controles y balances entre los diversos actores del proceso penal (esencialmente el Juez). En un sistema acusatorio el poder que tiene el Juez para controlar la actuaci6n del Ministerio Publico y las partes viene limitado por los contenidos de la Constitucién y la ley’. ‘Aunque para algunos autores —como FLETCHER y SHEPPARD’— el modelo acusatorio constituye una especie de modelo intermedio entre el in- quisitivo y el adversarial en la medida que el Juez mantiene el poder de decidir la responsabilidad penal del imputado, como ocurre también en el modelo in- quisitivo, dicho rasgo no constituye un dato suficientemente sdlido como para proponer dicha relacion. Y esto es evidente a partir de un dato reconocido por los propios FLET- CHER y SHEPPARD: la adopcién de un determinado modelo procesal guarda relacién directa con el modelo estatal y el inquisitivo es uno propio de regime- nes monarquicos, no democraticos®. El sistema acusatorio, por su parte, tiene un punto de partida completamente distinto, mas cercano al que es propio de los sistemas adversariales. Esta cercania entre el modelo adversarial y el acusatorio se aprecia con nitidez en ciertos aspectos especificos. Uno de ellos es la posicién del Fiscal®. En la medida que el Fiscal es considerado en ambos modelos como una parte procesal mas sobre la que recae la carga de la prueba, es exigible que su actuacién sea neutral (principio de imparcialidad) y objetiva (principio de obje- tividad). Esto determina que el Fiscal tenga la obligaci6n de revelar evidencia exculpatoria a la defensa del imputado. Analizando el modo en que se encuentra estructurada esa division de funciones en el modelo procesal penal panamefio, es notorio que se asume un modelo acusatorio con ciertos rasgos adversariales. En efecto, el articulo 5° del CPPa es enfatico al sefialar que “Las funcio- nes de investigacion estan separadas de la funcion jurisdiccional. Correspon- dera exclusivamente al Ministerio Publico la direccién de la investigacion”. Por su parte, el articulo 4° del CPPa sefiala que “La potestad de juzgar y aplicar la pena o medida de seguridad corresponde unicamente a jueces y tribunales previamente instituidos”. Esta distincién de funciones entre Fiscal y Juez, pro- pia del sistema acusatorio, va acompasada de una serie de rasgos consustan- FLETCHER-SHEPPARD, American Law in a global context, cit., p. 533. FLETCHER-SHEPPARD, American Law in a global context, cit., p. 531 FLETCHER-SHEPPARD, American Law in a global context, cit., p. 532. FLETCHER-SHEPPARD, American Law in a global context, cit., p. 533. ©arno INSTITUTO PACIFICO. EL PROCESO PENAL ACUSATORIO. ciales al modelo adversarial, entre los que destaca el de la igualdad de armas, reconocido por el articulo 19° del CPPa. 2. IGUALDAD DE ARMAS Este articulo reconoce que: “Se garantiza la intervencion de las partes con igualdad de posibilidades de ejercer las facultades y los derechos previs- tos en la Constitucion Politica, los tratados y convenios internacionales ratifi- cados por la Republica de Panama y en este Cédigo. Los jueces preservan el principio de igualdad procesal, debiendo allanar todos los obstaculos que impidan su vigencia o lo debiliten. No deben mantener ninguna clase de co- municacion con las partes o sus abogados sobre los asuntos sometidos a su conocimiento sin dar previo aviso a todas ellas”. Obsérvese como es que el CPPa hace referencia a la “igualdad de posi- bilidades” y no, de modo mas genérico, a la igualdad de partes. Es que la idea de la igualdad de armas tiene como presupuesto la existencia de una relacion de desigualdad sustancial entre el 6rgano acusador y los otros sujetos proce- sales y que tiene ciertas manifestaciones a mencionar. En efecto, el acusador, sobre quien recae la carga de acreditar los he- chos objeto de la acusacion (articulo 722 CPPa), no solo puede contar con la infraestructura y logistica conferida por el Estado en tanto parte del servicio pUiblico de administracién de justicia (articulo 76° del CPPa que confiere la facultad de delegar la realizacin de actos de investigacién), sino que puede también disponer del apoyo de entidades publicas y privadas que, conforme con los articulos 75° y 277° del CPPa, estan “obligadas” a colaborar con el Ministerio PUblico que cuenta, ademas con poderes coercitivos. Estas, por llamarlas de algun modo, fortalezas del Ministerio Publico se compensan a través de ciertas garantias y principios reconocidos a favor del im- putado. Entre estos destacan la garantias de la imparcialidad/ objetividad de la actuaci6n fiscal, el principio de presuncién de inocencia y el derecho de defensa. 3. LOS MECANISMOS DE EQUILIBRIO PROCESAL 3.1. La imparcialidad/ objetividad de la actuaci6n fiscal En un modelo acusatorio propio de los sistemas europeo continentales en los que los funcionarios publicos —los Jueces y Fiscales en este caso— se encuentran sometidos a la Constitucién y a la ley —principio de sujeci6n a la ley— se exige que el 6rgano encargado de la persecucién del delito (en este caso el Ministerio Publico) respete el estatus de inocencia que corresponde a toda persona (articulo 8° CPPa) y ello supone que en la investigacién del delito actue imparcialmente. INSTITUTO PACIFICO LIS MIGUEL REYNA ALFARO / EL PROCESO PENAL 2ACUSATORIO? 2ADVERSARIAL?, Esta exigencia se encuentra reconocida en el articulo 24° del CPPa que establece lo siguiente: “Es obligatorio investigar lo desfavorable y lo favorable alos intereses del imputado y demas intervinientes en el proceso” y el articulo 70° del mismo estatuto legal sefiala “Los fiscales, asi como las instituciones auxiliares de apoyo a la investigacién, adecuaran su actuacién a un criterio objetivo, velando por la correcta aplicaci6n de la ley penal. Los requerimientos y solicitudes deberan ser conforme a este criterio, aun a favor del imputado, y tomar en consideracién las necesidades y derechos constituidos a favor de la victima. Los agentes del Ministerio PUiblico no podran ocultar informacion, evidencias 0 pruebas a la defensa”. Es necesario advertir una cuestion medular —en la medida que tiene efectos en torno a la percepcién que tienen los fiscales respecto del modo en que deben desarrollar sus funciones— que es la de si los fiscales tienen el deber de actuar imparcialmente. La respuesta a esta cuestion dependera de la oportunidad procesal en que intervenga el fiscal. Durante la investigacion del delito —antes de la acusaci6n fiscal— el Fiscal debera actuar imparcialmente. Solo a través de una actuacién imparcial podra el Fiscal otorgar al investigado un trato de inocente. Es pre- cisamente en virtud de dicho principio que el CPPa impone la obligacion del Fiscal de investigar lo desfavorable y lo favorable a los intereses de los sujetos procesales y esa circunstancia es la que determina también que se imponga el deber de disclosure o revelacién de informacién, evidencia 0 pruebas a favor de la defensa. Solo a través del principio de imparcialidad en sede fiscal se garantiza una investigacion del delito libre de prejuicios o prejuzgamientos. Y esto, en mi opinion, no es una cuestién de mera semantica. La idea de la objetividad resulta insuficiente durante la fase de investigacién del delito en la medida que habilita las estrategias de persecucién del delito disefiadas por el Ministerio Publico se construyan a partir del presupuesto de la existencia de un delito y la responsabilidad del investigado. Este tipo de disefios estraté- gicos se fortalecen en contextos en los que la estadistica y las cifras (numero de condenas) son el dato revelador de la eficiencia. Esta légica de la imparcialidad sera ademas importante en el analisis de la evidencia que llevara al Fiscal a la conviccién de que existen fundamentos para presentar acusaci6n contra el investigado. La ldgica de la imparcialidad se manifiesta con claridad en el analisis de la prueba indiciaria, con especial referencia a los denominados indicios contingentes. 3.2. Presuncién de inocencia El principio de presuncién de inocencia impone una serie de cargas al Organo acusador que contribuyen a la estabilizacién de la relacién entre las partes procesales. La carga de la prueba de la responsabilidad penal impues- INSTITUTO PACIFICO | 25 | EL PROCESO PENAL ACUSATORIO ta al Organo acusador y el estandar probatorio correspondiente a la idea de que la acreditacion de la responsabilidad penal de la persona debe producirse mas alla de toda duda razonable (articulo |I.2 del Titulo Preliminar del CPPe) permiten equilibrar la posicién del Fiscal con la del imputado. 3.3. El derecho de defensa El derecho de defensa en sus diversas manifestaciones son las herra- mientas con las que cuenta el imputado y su defensa no solo para hacer frente a las pretensiones del organo acusador sino para construir las alegaciones que formulara para refutar los cargos que plantee el Ministerio Publico. En esta linea, resulta fundamental el derecho a probar en la medida que no solo permite la construcci6n de la propia teoria del caso sino que habilita el control de la actividad probatoria desarrollada con el afan de acreditar la responsabi- lidad del imputado. 4. EL MODELO ACUSATORIO EN LAS REFORMAS DEL PROCESO PENAL EN LATINOAMERICA La comprensién del modelo procesal peruano (0 cualquier otro) no sera exacta sino se le ubica en perspectiva. El inicio del siglo XX! parece marcar el derrotero de las reformas procesales penales en Latinoamérica. Ya ha sefiala- do Maximo LANGER aque “En los ultimos 15 afios, 14 paises latinoamericanos y un numero sustancial de provincias han introducido nuevos Cédigos proce- sales penales”"®. En efecto, desde 1991 en que se produjeron ligeros cambios en el sistema federal argentino, para posteriormente operarse reformas pro- cesales en Guatemala (1994), Costa Rica y El Salvador (1998), Venezuela (1999), Chile y Paraguay (2000), Bolivia, Ecuador y Nicaragua (2001), Hondu- ras (2002), Pert y Reptblica Dominicana (2004), Colombia (2005), Panama (2008) se viene apreciando toda una ola reformista que aun no cesa". Estas reformas procesales mantienen ciertos rasgos comunes que tienen como ele- mento de referencia el cambio del modelo inquisitivo al acusatorio, lo que se manifiesta en diversas consecuencias practicas'?. Entre las consecuencias practicas del cambio de modelo procesal des- tacan: 10 LANGER, Maximo. “Revolution in Latin American Criminal Procedure: Diffusion of legal ideas from the periphery’, en The American Journal of Comparative Law, vol. 55, 2007, p. 618. W VARGAS VIANCOS, Juan Enrique. “La nueva generacién de reformas procesales penales en Latinoamérica”, en Urvio. Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana, 3, Flacso- Ecuador, Quito, 2008, p. 34. 12 REYNA ALFARO, Luis Miguel. E/ proceso penal aplicado conforme al Cédigo procesal penal de 2004, 2.* ed., Grijley, Lima, 2011, pp. 25-28. Pa INSTITUTO PACIFICO LUIS MIGUEL REYNA ALFARO / EL PROCESO PENAL 2ACUSATORIO? 2ADVERSARIAL? (i) la redistribuci6n de las funciones de investigacién que en el modelo acusatorio son asumidas por el Ministerio PUblico, restringiendo al Juez, tercero imparcial en la dinamica acusatoria, las funciones de control de la legalidad de los actos del acusador y de juzgamiento; y, (ii) el fortalecimiento de los derechos procesales del imputado y la victi- ma del delito. Sin dejar de reconocer que los Cédigos procesales penales de la regién asumen consistentemente el modelo acusatorio, no puede desconocerse la filtracion de variados rasgos adversariales, orientados a reconocer al proceso penal como un espacio de enfrentamiento igualitario, justo, entre las partes procesales"*, Este cambio de modelo procesal ha ido acompafiado de la incorpora- cién de una serie de institutos procesales orientados a lograr la solucién del conflicto penal sin recurrir al juicio oral, en el afan de encontrar una respuesta mas rapida que se refleje no solo en la obtencién de tutela eficaz por parte del imputado y la victima sino también en los niveles de legitimidad del sistema judicial que ve ostensiblemente reducida su carga procesal. Sin embargo, la introduccién de modificaciones normativas sin la adop- cion de medidas complementarias, orientadas a la gestién adecuada del ser- vicio de administracién de justicia penal por parte de sus operadores, no ase- gura la pretendida legitimacién del sistema de justicia penal. De ahi que los procesos de reforma de la justicia penal en Latinoamérica hayan discurrido por estos dos senderos —el de transformacion normativa y el de transforma- cién en la gestion judicial— que Juan Enrique VARGAS denomina respectiva- mente primera y segunda generaci6n de la reforma'*. 5. LA TENDENCIA A LA FAST JUSTICE Y LA MCDONALIZACION DE LA JUSTICIA PENAL Las formulas de aceleramiento procesal se enmarcan bajo lo que SILVA SANCHEZ denomina “gerencialismo”, en virtud del cual, frente a la escasez de recursos econémicos suficientes para la instrumentalizacién de un sistema de administracion de justicia penal célere, se busca gestionar adecuadamente los escasos recursos existentes a través de una reducci6n de los términos de 13 Con mayor detalle: REYNA ALFARO, Luis Miguel. Litigacién oral y técnicas de persuasion aplicadas al Codigo procesal penal, 2.* ed., Jurista, Lima, 2010, pp. 40-43. 14 VARGAS VIANCOS, “La nueva generacién de reformas procesales penales en Latinoa- mérica”, cit., p. 35. 15 SILVA SANCHEZ, Jestis Maria, La expansién del Derecho penal. Aspectos de la politica criminal en las sociedades postindustriales, 2.* ed., Civitas, Madrid, 2001, p. 74. INSTITUTO PACIFICO EL PROCESO PENAL ACUSATORIO. duracién del proceso penal'®, encontrando salidas alternativas al mismo. En ese contexto, las formulas tendentes a la simplificacion y el aceleramiento del proceso penal cobran especial significaci6n"’. Aestas necesidades de gesti6n adecuada de recursos se suma el clamor constante, derivado de la comprensién del proceso penal como instrumento de realizacién de los derechos fundamentales, de tutela jurisdiccional efectiva y de no afectacion del derecho a ser juzgado dentro de un plazo razonable. En efecto, por el lado de la victima, quien realmente se haya tras la lesi6n del bien juridico, tenemos que la dilacién excesiva en la resolucién de un caso penal por parte del sistema de administraci6n de justicia penal puede afectar su de- recho a una tutela jurisdiccional efectiva. Si la tutela jurisdiccional demora en llegar, deja —como es légico— de ser efectiva. Por el lado del ofensor, debe reconocerse que las cargas y aflicciones propias de verse involucrado en un proceso penal son dificiles de soportar para el imputado; en ese contexto, el derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas y dentro de un plazo razonable cobra especial importancia. Se produce asi una constante tendencia legislativa a favor de considerar e importar a nuestros paises las instituciones procesales provenientes del derecho norteamericano, lo que ha dado lugar —parafraseando a SCHUNEMANN— a una suerte de “marcha triunfal del procedimiento norteamericano”’®. Extrafiamente, no obstante que las formas y métodos procedimentales utilizados por la justicia penal norteamericana son continuamente recusados por la doctrina de los paises continentales, a nivel legislativo se vienen im- poniendo las formulas propias del derecho norteamericano, como parte de una suerte de globalizacién y expansion de la justicia penal'®, lo que se viene manifestando en las reformas legislativas latinoamericanas en el Ambito del proceso penal. La justicia penal norteamericana, conforme ha destacado el autor costa- tricense Juan RIVERO SANCHEZ”, ha venido recurriendo a la formula de los 16 ALBRECHT, Hans Jérg. “Settlements out of courts: A comparative study of european crimi- nal justice systems", en Research Paper, N.° 19, South African Law Commission, Pretoria, sft, p. 08. 17 Ensentido critico: CUAREZMA TERAN, Sergio. La naturaleza de la reforma de la justicia penal y la inconstitucionalidad del Cédigo procesal penal, Manu, Managua, 2004, pp. 30 -31. 18 SCHUNEMANN, “.Crisis del procedimiento penal? zMarcha triunfal del procedimiento pe- nal norteamericano en el mundo”, cit., pp. 288 ss. 19 SILVASANCHEZ, La expansion del Derecho penal. Aspectos de /a politica criminal en las sociedades postindustriales, Pp. 76; TOCORA, Fernando, “La reforma procesal penal en América Latina”, en Capitulo Criminolégico, N.* 33-34, Caracas, 2005, p. 448. 20 RIVERO SANCHEZ, Juan, Episteme y Derecho. Una exploracién juridico penal, Comares, Granada, 2004, pp. 208 ss. INSTITUTO PACIFICO LUIS MIGUEL REYNA ALFARO / EL PROCESO PENAL 2ACUSATORIO? ZADVERSARIAL? restaurantes de comida rapida en una suerte de “mcdonalizacién de la justicia penal”. Este proceso de mcdonalizacion, en realidad una derivacion de la teo- ria weberiana de la racionalizacion, se desarrolla en cuatro niveles: eficacia, calculo, previsibilidad y control. En el primer nivel, de eficacia, se plantea una variacion del estado de las cosas: se pasa de un estado de necesidad a un estado de satisfaccién de la necesidad. En el segundo nivel, de caélculo, se parte de una suerte de equiparacién entre los 4mbitos cuantitativos y cualita- tivos: cantidad y calidad son lo mismo, lo que —como es |dgico— supone la exigencia de la prestacién del servicio en el menor tiempo posible. El tercer nivel es el de la previsibilidad: en un sistema mcdonalizado, la gente sabe que esperar, no tendra sorpresas. Finalmente, en el nivel de control se prevé la obligacién de respetar las normas y pautas preestablecidas. En este contexto es que las formulas de justicia negociada se expanden dentro de las reformas procesales penales de la regién, dentro del propésito general de gestion y distribucién adecuada de los problemas sociales vincula- dos a la criminalidad?', en donde el propésito principal no es mas la realizacién de la justicia y la obtencién de la verdad, sino la “solucion” pronta del conflicto. 21 SILVASANCHEZ, La expansién del Derecho penal. Aspectos de Ia politica criminal en las sociedades postindustriales, cit., pp. 74-75. INSTITUTO PACIFICO

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