Revista de periodismo y divulgación científica de la Comisión Federal de Electricidad

HUMANIDAD VS INTELIGENCIA ARTIFICIAL • ¿CAMBIARÁN LOS AUTOS ELÉCTRICOS NUESTRA FORMA DE VIDA? • ¿POR QUÉ
HAY POSTES EN LUGAR DE TORRES DE TRANSMISIÓN EN MÉXICO? • ¿CÓMO SE MIDE LA ENERGÍA ELÉCTRICA? KILOWATTS
HORA Y MEDIDORES • SUBESTACIONES ELÉCTRICAS: INFRAESTRUCTURAS DE POTENCIA, LA ENERGÍA DEL PAÍS • EL ROSTRO
ARQUEOLÓGICO DE LA CFE • ENTRE ESCÁRCEGA Y XPUJIL: LA LÍNEA DE TRANSMISIÓN QUE RODEÓ EL VOLCÁN DE LOS
MURCIÉLAGOS • JESSICA GARCÍA, UNA INGENIERA QUÍMICA EN LA DCO • MAPA DE LA CFE

No.

8
6 etapas con la historia de
las hidroeléctricas en México
1900 – 1930
1. Los orígenes de la hidroelectricidad
en México
Portezuelo I, Puebla (1901)
Tirio, Michoacán (1905)
Portezuelo II, Puebla (1908)
Botello, Michoacán (1910)
Colotlipa, Guerrero (1910)
Amata, Sinaloa
Puente Grande, Jalisco (1912)
Tuxpango, Veracruz (1914)
La Boquilla, Chihuahua (1915)
Itzícuaro, Michoacán (1929)
1930 – 1950
2. Las primeras hidroeléctricas
de la CFE
Xía, Oaxaca (1938)*
Bartolinas, Michoacán (1940)
Jumatán, Nayarit (1941)
Aguamilpa Solidaridad, Nayarit (1944)*
Ixtapantongo, Edomex (1944)*
Zumpimito, Michoacán (1944)
Micos, San Luis Potosí (1945)
Las Rosas, Querétaro (1949) *
1950 – 1960
3. Auge del sistema hidroeléctrico
Colimilla, Jalisco (1950)
Santa Bárbara, Edomex (1950)
Encanto, Veracruz (1951)
Las Minas, Veracruz (1951)
Texolo, Veracruz (1951)
Electroquímica, San Luis Potosí (1952)
Schpoiná, Chiapas (1953)
Teopanzolco, Puebla (1953)*
Falcón, Tamaulipas (1954)
Platanal, Michoacán (1954)
Cóbano, Michoacán (1955)
El Durazno, Edomex (1955)*
Oviachic, Sonora (1957)
Tingambato, Edomex (1957)
San Pedro Porrúas, Michoacán (1958)
Mocuzari, Sonora (1959)
Temascal, Oaxaca (1959)
En México las hidroeléctricas aportan el 22% del total de la generación del Sistema Eléctri-
co Nacional. La Comisión Federal de Electricidad opera 60 hidroeléctricas; todas ellas
generan energía limpia, renovable y constante; es decir, las 24 horas del día los 365 días
del año. Actualmente 16 de estas centrales se modernizan para extender su vida útil por 50
años más. En esta infografía encontrarás los nombres de las centrales, los años en que
comenzaron a funcionar y el estado en el que se ubican.
1980 – 1990 1990 – 2020
5. Consolidación de las hidroeléctricas 6. Modernización y un nuevo futuro
Chicoasén, Chiapas (1981) Comedero o Raúl J. Marsal, Sinaloa
El Caracol o Carlos Ramírez Ulloa, (1991)
Guerrero (1986) Agua Prieta o Valentín Gómez Farías
Bacurato, Sinaloa (1987) (1993)
La Amistad, Coahuila (1987) Aguamilpa, Nayarit (1994)
Peñitas, Chiapas (1987) Colina, Chihuahua (1996)
Huites, Sinaloa (1996)
Zimapán, Hidalgo (1996)
Ixtaczoquitlán, Veracruz (2005)
El Cajón o Leonardo Rodríguez Alcaine
(2007)
La Yesca o Alfredo Elías Ayub (2012)
Chicoasén II, Chiapas (2023)
1960 - 1980
4. Megaproyectos hidroeléctricos
Chilapan, Veracruz (1960)
El Fuerte, Sinaloa (1960)
Bombaná (1961)
Cupatitzio, Michoacán (1962)
Tamazulapan, Oaxaca (1962)
Mazatepec, Puebla (1962)
Intermedia (Luis M. Rojas),
Jalisco (1963)
Sanalona o Salvador Alvarado,
Sinaloa (1963)
El Novillo o Plutarco Elías
Calles (1964)
Santa Rosa, Jalisco (1964)
Infiernillo, Guerrero (1965)
La Venta, Guerrero (1965)
El Salto, San Luis Potosí (1966)
José Cecilio del Valle, Chiapas (1967)
Huazuntlán, Veracruz (1968) *
Malpaso, Chiapas (1969)
La Villita, Michoacán (1973)
Angostura, Chiapas (1976)
Humaya, Sinaloa (1976)
 4 6 20 28
VERSUS ENERGÍA FUTURA CRÓNICA TÚNEL DEL TIEMPO
Humanidad VS ¿Cambiarán los autos eléctricos El rostro arqueológico de la CFE Entre Escárcega y Xpujil:
Inteligencia artificial nuestra forma de vida? la línea de transmisión
Entrevista con Alonso Romero Por Abel Cervantes que rodeó El Volcán de los

8
Por Pedro Luis Ramírez
2 Murciélagos, una de las dos 3
de Aguilar
Por Alterna cuevas más grandes del mundo

Por Abel Cervantes

ENERGÍA FUTURA MAPA DE LA CFE

¿Por qué hay postes en lugar de

12 14 32
torres de transmisión en México?

Por Alterna

CIENCIA SIN FICCIÓN CIENCIA SIN FICCIÓN SER CFE AGRADECIMIENTOS

Subestaciones eléctricas:
¿Cómo se mide la energía De las labores sociales a la A María Fernanda Victoria Martínez, supervisora del Programa de Ahorro de
infraestructuras de potencia, Energía del Sector Eléctrico (PAESE), por la entrevista con Alonso Romero en
eléctrica? Kilowatts hora y transición energética: Jessica
la energía del país “¿Cambiarán los autos eléctricos nuestra forma de vida?”.
medidores García, una ingeniera química
en la Dirección Corporativa A David Solís Corral, gerente nacional de Subestaciones y Protecciones de
Por Lucero Ríos de Operaciones la Dirección de Transmisión, en “¿Por qué hay postes en lugar de torres de
Por David Galván transmisión en México?”.

A Giselle Delgado Crespo, jefa de Departamento Divisional de Comunicación

Por Gina Nava Social VMC, en “¿Cómo se mide la energía eléctrica? Kilowatts hora y medidores”.

A los ingenieros de la Zona de Transmisión Valle de México Centro: Ezequiel

DIRECTORIO DIRECTORIO DE LA REVISTA
DIRECTOR GENERAL: Manuel Bartlett Díaz DIRECTOR GENERAL: Luis Fernando Bravo Navarro
DIRECTORA EDITORIAL: Diana Marenco Sandoval
EDITOR: Abel Pérez Cervantes (abel.perezc@cfe.mx)
DISEÑO EDITORIAL: Julio Derbez
ILUSTRACIÓN DE PORTADA: Eduardo Ramón Trejo
COLABORADORES(AS) EN ESTE NÚMERO: Abel Cervantes,
Ana Laura Mauleón, Gina Nava, Pedro Luis Ramírez de
Aguilar y Lucero Ríos
FOTÓGRAFOS(AS): Mario Cano y Mimí Fernández
Alterna es una publicación trimestral de la Coordinación
de Comunicación Corporativa de la Comisión Federal de
Electricidad. Río Lerma 334. CP 06580. Ciudad de México.
Año 2. Número 8. Marzo-mayo de 2024.
Los artículos firmados expresan la opinión de sus autores
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Cualquier duda de distribución de la revista impresa, contacta
a Ana Gabriela García Zavala en el mail:
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¿Quieres participar en Alterna o deseas comunicarte con el
equipo editorial? Escríbenos a revista.alterna@cfe.mx
Ruiz Rojas, supervisor de Subestaciones, Sección Centro Norte; Maurilio Carlos
Damián Reyes, jefe de Oficina de Subestaciones, Sector Oriente y a Víctor Manuel
Gallardo Villano, profesionista de Seguridad Industrial, en “Subestaciones
eléctricas: estructuras que regulan la potencia de la energía que recorre el país”.
A Giselle Delgado Crespo, jefa de Departamento Divisional de Comunicación
Social VMC, a Patricia Esteban, subjefa de Unidad (DCIPI), y a Gregorio Monreal
Rodríguez, residente de Zona de la Residencia Regional de Construcción de
Proyectos de Transmisión y Transformación Centro. A la ingeniera Margarita
Barba Platas, supervisora de Gestión Ambiental, Residencia de Construcción
Noreste, en “El rostro arqueológico de la CFE”.
Al arqueólogo Juan Manuel Álvarez, de la Gerencia de Protección Ambiental, y a
la arqueóloga Maira Martínez Lemus, en el mapa con los proyectos de protección
ambiental y rescates arqueológicos de la CFE.
A Patricia Esteban, subjefa de Unidad (DCIPI), en “Entre Escárcega y Xpujil: la
línea de transmisión que rodeó El Volcán de los Murciélagos, una de las dos
cuevas más grandes del mundo”.
 Versus
4
Humanidad
Por Pedro Luis Ramírez de Aguilar
LOS PRIMEROS EXPERIMENTOS EN machine learning datan
de los años 50, cuando Arthur Samuel escribió un programa
que podía jugar damas. En 1997 una computadora le ganó al
campeón mundial de ajedrez y en 2016 otra derrotó al mejor
jugador de Go del mundo. Aunque todos éstos son hitos rele-
vantes para los expertos, nada causó tanto revuelo como la
irrupción de aplicaciones como ChatGPT, que puede escribir
todo tipo de textos, o DALL-E, que genera imágenes a partir de
un comando escrito.
De repente parece que las máquinas están, ahora sí, pisán-
donos los talones. Las profesiones en más riesgo, supues-
tamente, son las del área de servicios; pero también se ha
propuesto reemplazar ingenieros eléctricos a cargo del con-
trol, supervisión y mantenimiento de las redes. Con un buen
algoritmo, las redes pueden manejarse solas. ¿Cuánto hay de
cierto, y de exagerado, en estas predicciones?
Los límites de la inteligencia artificial
La ciencia computacional ha aspirado, desde los años 30, a
construir una máquina que pueda pensar, conversar y tener
conciencia de sí misma y del mundo: las inteligencias artifi-
ciales que vemos en el cine, la televisión y la literatura, desde
R2D2 hasta Bender B. Rodríguez serían, si existieran, una
“inteligencia artificial general”.
ChatGPT, DALL-E, AlphaGo, Deep Blue y el resto de aplica-
ciones de moda no son lo anterior sino “inteligencia artificial
estrecha”: tienen capacidades sobrehumanas, pero para
hacer solamente una cosa. Nacieron de la aplicación de dos
ideas: el machine learning y las redes neuronales.
La psicología conductista propuso desde inicios del siglo XX
que los animales y las personas aprenden a orientar su conduc-
ta con refuerzos positivos. B. F. Skinner, con paciencia y comida,
entrenó palomas para que dirigieran bombas. Su aprendizaje
se trasladó a la computación porque los principios conductis-
tas se pueden escribir como algoritmos sencillos, y desde los
años 50 se tradujo el reforzamiento positivo a programas com-
putacionales, justo en el programa que aprendió a jugar damas.
El cerebro parece estar compuesto de neuronas que pueden
estar encendidas o apagadas, conectadas unas con otras en
ALTERNA HUMANIDAD VS INTELIGENCIA ARTIFICIAL
V S
nexos de distinta intensidad. La arquitectura de las neuronas
puede ser simulada y, mediante reforzamiento positivo, una
red neuronal encuentra correlaciones entre big data, la mo-
numental cantidad de fotos, textos y todo tipo de información
que se sube a Internet.
Para un programa de computadora (en este caso una red
neuronal) una imagen es una matriz de números que indican la
posición y el color de cada píxel. Le damos como input 1 millón
de fotos de gatos y, tras evaluar la información en cada píxel de
cada imagen, el output de la red es uno de dos: “incluye gato” o
“no incluye gato”. La primera iteración del experimento arroja
un resultado cercano al azar: más o menos 50% de efectividad.
En el siguiente paso comienza lo fascinante: se le indica a la
red, para cada imagen, si su output fue correcto o incorrecto,
y su algoritmo ajusta el valor de los pesos de la conexión entre
sus neuronas para que las conexiones que acertaron se forta-
lezcan y las equivocadas se disminuyan. Tras cada iteración,
su resultado se aproxima a la efectividad completa. Así, a las
redes neuronales se les entrena con el mismo principio que a
una paloma de laboratorio.
Se puede ir más allá: una red neuronal puede enlazarse a otra,
o a una serie de otras, para que el output de una red neuronal se
convierta en el input de otra. Es lo que se conoce como “redes
neuronales profundas” con un mecanismo de deep learning.
Mediante ensayos con distintas combinaciones de algoritmos,
número de capas y feedback humano, se les ha entrenado para
producir outputs cada vez mejores y más complejos.
Y no son sólo textos e imágenes. La empresa Texta, por ejem-
plo, ofrece “crear diseños, planos y especificaciones eléctricas
automáticamente”, mientras que Valispace afirma que “al en-
cauzar el poder del machine learning y la analítica predictiva”
es capaz de crear sistemas automáticos que “predigan deman-
da, se adapten a cambios en el suministro y prevengan fallas”.
El potencial de la inteligencia humana
Los choferes, supuestamente, están en el primer lugar de la
lista de profesiones a desaparecer: nadie los necesitaría en un
mundo donde los automóviles se manejan solos. Pero aunque
ya hay automóviles inteligentes, ninguno puede conducirse
solo, porque hay una larga cola estadística de casos improba-
bles que no sabrían cómo resolver. Una inteligencia humana
comprende y se adapta de inmediato a una situación nueva,
pero todavía no sabemos cómo enseñar esto a una máquina.
Hay un riesgo similar en los sistemas de administración
autónoma de redes eléctricas: en cuanto encuentren un inci-
dente que no aparece en la base de datos con que se les entre-
nó, se corre el riesgo de que fallen de manera impredecible y
potencialmente peligrosa. Como con los autos eléctricos, aún
no existe un sistema que opere sin supervisión.
Otro trabajo en la mira es la atención a clientes, supuesta-
mente en riesgo por la aparición de bots de conversación. Pero
éstos no sólo tendrían problemas por no poder improvisar,
sino que también sufrirían dificultades técnicas: las aplicacio-
nes que reconocen voz pierden efectividad conforme aumenta
el ruido al fondo de una llamada, no han sido entrenadas en
todo tipo de acentos y tonalidades, ni en vocabularios regio-
nales. Un robot ejecutivo que atienda clientes que se expresan
claramente, en español neutro, sin ruido de fondo, sin inte-
rrupciones en la señal, podría dar cierto tipo de atención en
ciertas situaciones limitadas, pero no sería un reemplazo total
para ninguna inteligencia humana.
Se dice que las profesiones creativas también están en ries-
go, por la facilidad con que puede generarse una ilustración
de, por ejemplo, una orden titulada: “CFE vestida de superhe-
roína”. O un ensayo de dos cuartillas sobre inteligencia artifi-
cial, como este que usted está leyendo. Siempre cabrá la posi-
bilidad de que produzcan algo bello, pero será por accidente, y
sólo a partir de recombinar lo que ya existe. No pueden crear,
sólo copiar y remezclar.
Nadie ha propuesto aún construir un robot liniero porque
la lista de habilidades que requiere es un catálogo de lo que
todavía no se puede simular: coordinación visual, sentido
del equilibrio, capacidad de reacción rápida: lo que más fácil
hacen los animales y las personas, el resultado de adaptacio-
nes evolutivas para un mundo de carne y hueso.
Una de las propuestas para alcanzar una verdadera inte-
ligencia artificial pasa por darle un cuerpo y la capacidad de
sentir las mismas sensaciones físicas que nosotros.
Inteligencia
artificial
5
El campo de la inteligencia artificial está plagado de incerti-
dumbres. Las redes neuronales han dado los mejores resulta-
dos en los últimos años, pero no sabemos si su alcance creará
una mente digital, o si sus creaciones estarán limitadas a una
sola tarea. Por otro lado, no sabemos cuántos trabajos pueden
aprender las máquinas. ¿Qué pasaría si fueran todos?
Los científicos que prometen inteligencias artificiales gene-
rales en pocos años suelen tener nexos con grandes corpora-
tivos que ofrecen la misma promesa. El resto ve improbable
la llegada de una verdadera inteligencia artificial general, así
que es prematuro cuestionar si ésta querrá eliminarnos, con-
quistarnos, enamorarnos o hacernos sus mascotas.
Los dos mayores riesgos para el mercado laboral son una
nueva versión de algo que ya ha pasado. Puede suceder que
alguien con muchas ganas de despedir gente, en el nombre del
ahorro y la eficiencia, use a la inteligencia artificial estrecha
como pretexto, sin importar sus limitaciones ni las conse-
cuencias de dejarlas operar sin supervisión. O que se acelere
la irrupción de herramientas para incorporar a nuestro traba-
jo, sí o sí, para no quedarnos atrás en un mundo cada vez más
cibernético. El riesgo sería para aquellos que no se pongan al
corriente. No obstante, ¿no llevamos ya más de 30 años apren-
diendo a usar herramientas digitales?
Según los expertos en inteligencia artificial, lo que distin-
gue a la inteligencia humana es su capacidad de adaptación y
respuesta. Y la están poniendo a prueba con el mundo entero
como su laboratorio.
Pedro Luis Ramírez de Aguilar es maestro en Comunicación
por la UNAM con especialidad en análisis del discurso y
comunicación en espacios digitales. Forma parte del equipo
de la Coordinación de Comunicación Corporativa de la CFE.
Para saber más:
Brian Christian, The Alignment Problem (2020)
Melanie Mitchell, Artificial Intelligence: A Guide for Thinking
Humans (2019)
John Searle, “What Your Computer Can’t Know”, The New York
Review of Books (2014)
VERSUS
 Energía Futura
¿Cambiarán los autos eléctricos
nuestra forma de vida?
6 Entrevista con
Alonso Romero
Por
Alterna
El subdirector de Estrategia Comercial de la Dirección
Corporativa de Negocios Comerciales, Alonso Romero, nos
recibe en el piso 17 del edificio de Paseo de la Reforma
164 (Ciudad de México) para conversar sobre un tema que
revolucionará el mundo: la electromovilidad. Sí: quizás más
pronto de lo que pensamos la electromovilidad modificará la
manera en que lucen las ciudades, los poblados y las carre-
teras que los conectan. Como sucedió con los celulares, que
cambiaron nuestros hábitos comunicativos y nuestra forma
de relacionarnos, los autos eléctricos transformarán nuestra
cultura de movilidad y, en consecuencia, la manera en que
habitamos. ¿Con qué objeto? Cuidar nuestro planeta.
¿Cuál es el principal obstáculo por el que no se usan más
autos eléctricos? La cultura de la gente, contesta sin vacilar
Alonso Romero. Y sí. Hace unos años un conductor de
la Fórmula 1 dijo que nunca adquiriría un auto eléctrico
porque no emite ruido y eso, sencillamente, no es su estilo.
El conductor es Max Verstappen, actual tricampeón de la
competencia de automovilismo más grande del mundo, que
también mencionó que la aceleración de los autos eléctri-
cos provienen de una batería [no de un motor], algo que no
le emociona en lo absoluto.
“En la Fórmula 1 uno de los atractivos es el sonido; pero
desde un punto de vista de la ingeniería el sonido es energía
desperdiciada: la energía que se transforma en sonido es
ALTERNA ¿CAMBIARÁN LOS AUTOS ELÉCTRICOS NUESTRA FORMA DE VIDA?
7
Alonso Romero, subdirector
de Estrategia Comercial de
la Dirección Corporativa
de Negocios Comerciales.
Fotografía de Mario Cano.
aquella que no se usa para el auto y, además, contamina”,
comenta Alonso Romero. “Usar un auto eléctrico puede ser
más responsable con el medio ambiente, pero lo primero
que debe cambiar es la mentalidad de las personas”.
A lo anterior hay que sumar los mitos que giran alre-
dedor de estos autos: “Tardan mucho tiempo en cargar”.
“Se incendian”. Y las dificultades propias de un mercado
naciente: son más caros que los tradicionales y todavía
deben mejorar su eficiencia en trayectos largos. “Gracias
a la competencia de fabricación de autos eléctricos entre
China y Estados Unidos, ahora en México son más accesi-
bles; sin embargo también debe cambiar la infraestructura:
estaciones de recarga, instalaciones eléctricas, etc”.
“Un auto eléctrico de uso citadino puede recargarse
durante la noche. Si hoy hubiera un cambio significativo
en México y cada vez más gente recargara sus autos a esa
hora, el reto no está en la generación de energía sino en la
infraestructura, sobre todo en el área de distribución; es
decir, en las instalaciones que transportan la energía en el
punto final del servicio de electricidad”.
Autos de combustión interna versus autos eléctricos
“Un auto tradicional, de combustión interna, gasta más
gasolina en una ciudad porque se detiene y acelera. En
cambio, en la carretera la inyección de gasolina se aprove-
cha mejor. Con los autos eléctricos sucede lo contrario: en
ENERGÍA FUTURA
 la ciudad es más eficiente, pero requieren más energía en
trayectos largos. ¿Cuál es la estructura ideal para que los
autos eléctricos recarguen sus baterías fuera de las ciuda-
des? En muchos territorios de México no hay instalaciones
de distribución porque actualmente no hay demanda a su
alrededor. ¿Es necesario hacerla? ¿Dónde exactamente?
¿Cuál es el costo y el beneficio a nivel nacional? Todos estos
cuestionamientos se discuten en la CFE para llegar a las
propuestas ideales.
“En términos económicos la diferencia entre autos
tradicionales y eléctricos es significativa. Llenar un tanque
de gasolina de 60 litros cuesta alrededor de 1,200 pesos.
Una carga equivalente para un auto eléctrico de unos 60
8 kilowatts hora, con la tarifa que se paga actualmente, sería
de alrededor de 200 pesos. Incluso si este auto acudiera a
una estación de recarga rápida, donde el kilowatt hora es
más caro, estaríamos hablando de un costo total menor a
600 pesos.
“Con el mantenimiento sucede algo parecido. Un motor
de combustión interna tiene muchas piezas que se mueven
y se desgastan; en cambio el eléctrico tiene partes de
una sola pieza. Eso abarata los costos. Un auto eléctrico
posee una batería que para ser comercialmente viable
tiene mínimo 2,000 ciclos de carga. A diferencia de los
celulares, que cargamos a diario, los autos se conectan a
una fuente de energía una vez a la semana. En un año se
necesitarían 52 cargas; así que la expectativa es que duren
más de 30 años.
“Los nuevos vehículos eléctricos garantizan 1 millón de
kilómetros y no tienen caja de cambios o muchas partes
móviles: en los tradicionales el motor o la caja de cambios
ALTERNA ¿CAMBIARÁN LOS AUTOS ELÉCTRICOS NUESTRA FORMA DE VIDA?
son lo que fijan su duración: más partes móviles significan
más puntos de falla. Como es un mercado nuevo, que
desconocemos, tenemos que ver cómo funciona, pero
inferimos que los autos eléctricos van a durar mucho más
que los tradicionales.
“En el sudeste asiático ha habido un boom con las
motos eléctricas: son un éxito total. Además resolvieron el
problema de la recarga de baterías con mucho ingenio: las
baterías pesan alrededor de 20 kilos y son intercambiables.
Las personas llegan a una subestación, dejan la batería sin
energía para que se recargue y toman una llena”.
—¿Conviene que se electrifique todo el transporte?
—La electromovilidad no es la solución a todos los pro-
blemas. En el transporte de carga, por ejemplo, los vehícu- 9
los tienen un espacio determinado para transportar objetos
y materiales. Si estos camiones se hicieran eléctricos no
podrían transportar la misma cantidad de material porque
las baterías requieren ese espacio. Por ello se exploran
opciones: usar camiones híbridos (de combustión interna
y eléctricos) o recurrir a tecnologías alternativas, como los
camiones a gas natural vehicular. Estas tecnologías se usan
cada vez con más frecuencia; incluso se fabrican en México.
Donde sí hay un cambio trascendente es en los camiones
de pasajeros. Por citar un caso, en la Ciudad de México
funciona una línea completa de Metrobús electrificada. El
Metro, el tren ligero o el Trolebús son sistemas electrifica-
dos eficientes.
Cómo se verán las estaciones de recargas de baterías en
ciudades y carreteras
Existe un concepto llamado ansiedad del rango para describir
lo que siente una persona cuando conduce en carretera. En gente que adquiera estos vehículos? La CFE estudia
un momento del trayecto esta persona puede preguntarse: los panoramas.
¿Hay suficiente combustible para llegar a mi destino? Para Hay otros asuntos por resolver todavía, como los
evitar esta sensación de incertidumbre, y tomando en conectores de puerto de carga. En la actualidad Estados
cuenta el kilometraje que dura un tanque de gasolina, en Unidos maneja un tipo, Europa otro y Asia uno distinto.
varios países se decidió que en un viaje haya al menos una Como sucede con los celulares tendremos que alcanzar
estación de recarga cada 100 kilómetros. Este es uno de una estandarización para que en las estaciones no haya
los retos de la electromovilidad: ¿Existe la infraestructura de distinta índole. Cada vez con más frecuencia veremos
necesaria para conseguir abastecimiento de electricidad en estaciones de recarga en centros comerciales, carreteras
estaciones de recarga cada 100 kilómetros? y pueblos: México tendrá un aspecto arquitectónico y
—Como te comentaba, en este instante la generación de urbanístico diferente.
electricidad no es un problema, sino la infraestructura de —¿Una vez que se note un cambio significativo en el
las estaciones de recarga. La capacidad de generación de uso de autos eléctricos, ciudades como la capital del país
electricidad actual es de 89,000 Gigawatts y proyectamos tendrán una mejor calidad del aire? ¿Será posible hacer
que para 2050 se requieran 40,000 Gigawatts adicionales; ejercicio a cualquier hora o evitar enfermedades relaciona-
pero el reto verdadero está en las subestaciones donde se das con la contaminación?
abastece de energía a los vehículos eléctricos. —Yo te diría que se vería un cambio radical incluso
Hoy, por ejemplo, los transformadores de distribución imaginando un escenario en donde se reemplazaran
(que se ubican en los postes de pueblos y ciudades) todos los vehículos de combustión interna por eléctricos
están construidos con materiales que se enfrían en la en una ciudad hipotética cuya alimentación proviniera
noche y cuyo ciclo de vida ronda los 20 años. Si estos de una central de fuentes fósiles. Es más fácil concentrar
transformadores se usan las 24 horas del día (porque los los esfuerzos para reducir o mitigar los gases de efecto
autos eléctricos se recargan en la noche) su utilidad no invernadero en un punto que en 100 mil vehículos. En este
llegaría a 10 años. Otro cambio está en la forma de medir escenario hipotético se podrían usar tecnologías de captura
el consumo de electricidad: ¿Se debe cobrar lo mismo de carbono o de reducción de contaminantes de partículas
por cargar un vehículo eléctrico que una lavadora? ¿Habrá finas para reducir los daños de esta supuesta central. Aun
algún incentivo que se vea reflejado en el recibo de la así habría un cambio radical en la calidad del aire.
ENERGÍA FUTURA
 Energía Futura
¿Por qué hay postes en lugar de
torres de transmisión en México?
10
Por
Alterna
SABEMOS QUE UNA TORRE de transmisión es una estructura
que sostiene cables por donde se lleva energía eléctrica
para abastecer a ciudades y poblados; sin embargo, en los
últimos años en México han aparecido postes enormes en
lugar de torres, ¿a qué se debe este cambio?
“Se llaman postes troncocónicos y los usamos en
áreas urbanas o ciudades en las que el ancho de vía o los
camellones no son suficientes para instalar una torre”,
dice Ricardo Montes Fernández, subgerente de Líneas de
Transmisión de la Gerencia de Líneas de la CFE.
Las torres de transmisión sostienen cables que llevan
electricidad en las tensiones eléctricas de 155 kilovolts
(kV), 230 kV y 400 kV; este voltaje depende de la distancia
que recorre una línea de transmisión. ¿Los postes cumplen
la misma tarea? “Sí, están hechos de acero y la diferencia
fundamental con las torres de transmisión es que se ins-
talan en espacios reducidos, y se usan frecuentemente en
zonas urbanas y suburbanas, donde el ancho de derecho de
vía es reducido; no obstante, no son prácticos para monta-
ñas o sierras, como sí lo son las torres de transmisión”.
ALTERNA ¿POR QUÉ HAY POSTES EN LUGAR DE TORRES DE TRANSMISIÓN EN MÉXICO?
11
Los postes troncocónicos tienen alturas típicas que
varían según el uso del poste, pero las más comunes son de
25 metros, cuando transportan 115 kV; 36 metros con 230
kV y de 42 metros con 400 kV.
Están constituidos de cuatro secciones. La primera es
un caña de poste donde además está la base del poste, la
cimentación, la placa base para ancla y los escalones. La
segunda es un tramo de poste. En la tercera está la caña
del poste donde se sustentan los brazos o crucetas; es
decir, las estructuras que sostienen los cables. En la cuarta
se halla una estructura adicional para sostener un cable
de guarda (una línea de respaldo en caso de que una de
las tres deje de funcionar) y una tapa que sella el poste de
transmisión.
Los postes de transmisión tienen un tiempo de vida
aproximado de 50 años.
Para instalarlos se requieren seis pasos principales:
1) Ubicar el lugar de instalación. 2) Excavar para cimentar
con varillas y concreto. 3) Montar la primera sección con la
ayuda de una grúa. 4) Instalar las siguientes secciones. 5)
Colocar el cable conductor, el aislamiento y el herraje.
6) Desinstalar el poste anterior, en caso de que el nuevo
lo sustituya.
La distancia promedio entre una torre de transmisión y
otra es de alrededor de 300 metros; con el uso de postes
aproximadamente es de 150 a 200 metros, dependiendo la
tensión eléctrica con que operan.
Para darles mantenimiento se aplica una pintura
anticorrosiva (algo similar a lo que sucede con las torres de
transmisión) y se hacen cambios eventuales como los de
aislamiento, conductores, herrajes y de cables de guarda.
¿Sustituirán los postes a las torres de transmisión? No, pero
convivirán con ellas para fortalecer el sistema eléctrico.
Fotografía por Mario Cano
ENERGÍA FUTURA
 Ciencia sin Ficción
¿Cómo se mide
la energía eléctrica?
Kilowatts hora
y medidores
12
Por
David Galván
LA ENERGÍA ELÉCTRICA ES INTANGIBLE: la vemos, pero no
la podemos tocar, no la podemos oler, no la podemos
escuchar. Entonces, ¿cómo medirla? A finales del siglo
XIX el ingeniero estadounidense Elihu Thomson propuso
registrar el consumo de electricidad por el tiempo en que
ésta se usa. Así nació el vatímetro, que cuenta los watts que
un servicio consume por hora. Actualmente los medidores
que la CFE usa para registrar la energía son una variación de
éste y se llaman técnicamente watthorímetros.
Imaginemos la siguiente escena en nuestra colonia o
poblado: cuando encendemos un aparato en nuestras casas
demandamos energía eléctrica que proviene de un poste
con un transformador. Para llegar a este aparato la energía
pasa por un medidor y un interruptor. Dentro del medidor
hay dos imanes que crean un campo de inducción que
mueve un disco de metales ligeros, mientras más aparatos
tengamos prendidos más rápido gira ese disco. En el medi-
dor hay cinco manecillas que se mueven de acuerdo con las
vueltas de ese disco. Las manecillas se leen de derecha a
izquierda y tiene valores de 0 a 9: cuando la primera da una
vuelta completa indica que se han gastado 10 watts hora, la
segunda 100, la tercera 1,000, la cuarta 10,000 y la última
100,000 watts hora.
ALTERNA ¿CÓMO SE MIDE LA ENERGÍA ELÉCTRICA? KILOWATTS HORA Y MEDIDORES
Los y las lecturistas observan estas manecillas, registran
los números y los suben a un programa a través de un
aparato especial para que el personal de la CFE y los usua-
rios lo consulten.
Aunque la medida base es el watt hora, la energía que
se emplea en un hogar, oficina o comercio, es tanta que
se debe usar el kilowatt hora (kWh); es decir, 1,000 watts
hora. Un aparato de aire acondicionado o un refrigerador
consumen un kilowatt hora; una lavadora entre 1.5 y 2 kWh.
Por el contrario, un foco incandescente consume alrededor
de 60 watts hora, en comparación con una bombilla LED de
14 watts hora.
Verónica Romero —del Proceso de Gestión Comercial de
la División del Valle Centro de la CFE— dice que estos me-
didores, llamados analógicos, son precisos, con un margen
de error bajo, pero hay que calibrarlos cada seis meses
para que mantengan su fidelidad. Alrededor del 30% de los
servicios en México cuentan con este tipo de medidores.
***
En 1960 en Japón se desarrollaron los primeros medidores
de medición electrónicos. Aunque tienen el mismo principio
Del lado izquierdo, imagen de un medidor analógico; del derecho, un medidor electrónico.
que los analógicos, los digitales poseen sensores que
cuentan la energía que pasa a través de ellos, en lugar
de los imanes que hacen girar el disco de los analógicos.
Utilizan circuitos sólidos que generan señales eléctricas
cuya fuerza indica el voltaje que se utiliza. Estas señales
se convierten en medidas de energía registradas en un
indicador eléctrico.
“En un medidor electrónico no es visible la cantidad de
energía que se consume: solamente se observan los pulsos
y una serie de luces que funcionan como indicadores”,
comenta Verónica Romero. Además, los hay en rangos
y utilidades distintas: existen medidores electrónicos
convencionales; medidores pospago en los que los usuarios
insertan una tarjeta para facturar en automático; medidores
de prepago, que se cargan con cierta cantidad de dinero
para un tiempo limitado; medidores tipo AMI o de teleme-
dición, que se operan por radiofrecuencia; o electrónicos
bidireccionales, en los que se mide la energía de las celdas
solares de casas y se instalan de acuerdo con la cantidad de
energía que transita por ellos.
En los hogares se requieren medidores monofásicos
(es decir, de dos cables o conductores) para 127 volts. Los
medidores bifásicos tienen tres cables y resisten usos de
13
equipos de calefacción para casas grandes o refrigeradores
para negocios; manejan voltajes de 220 volts. Los medido-
res trifásicos también son de 220 volts, pero tienen cuatro
cables útiles para grandes motores de inducción, motores
eléctricos y otras cargas pesadas, principalmente en
empresas industriales.
Los medidores electrónicos tienen un margen de error
menor que los analógicos, además de que son más eficien-
tes porque el lecturista lee el consumo con un aparato de
rayos infrarrojos.
Actualmente los medidores más avanzados son los AMI,
cuyas siglas en inglés significan Infraestructura de Medición
Avanzada. Estos aparatos son remotos y se pueden enlazar
por radiofrecuencia o fibra óptica. Se les conoce como
medidores inteligentes porque miden la energía, almacenan
información y monitorean el uso de la energía en tiempo real.
Existen con display o pantalla y ocupan un espacio pequeño,
ideal para departamentos o complejos habitacionales.
David Galván es periodista especializado en Derechos Humanos y
justicia. Colabora en la Coordinación de Comunicación Corporativa.
CIENCIA SIN FICCIÓN
 PARA QUE LA ENERGÍA ELÉCTRICA LLEGUE de las centrales de
Ciencia sin Ficción generación a los centros de consumo necesita una estruc-
tura que modifique su tensión y su corriente. Ese trabajo lo
efectúan las subestaciones.

Subestaciones eléctricas:
“Las subestaciones que se encuentran dentro de
una central elevan el voltaje de la energía para llevarla a
grandes distancias a lo largo del país. Gracias a esto se

infraestructuras de
reducen las pérdidas técnicas en su trayecto a los centros
de distribución, donde se requiere otra subestación para
reducir el voltaje”, dice el ingeniero David Solís Corral,

potencia, la energía del país

gerente nacional de Subestaciones y Protecciones de la
Dirección de Transmisión.
Las pérdidas técnicas se refieren a la resistencia a la
14 corriente que tienen los componentes de una subestación 15
o las líneas de transmisión por las que circula. Esta
resistencia es energía que se consume en los equipos y se
manifiesta en forma de calor. La función de las subestacio-
Por
nes es redistribuir la energía a niveles de voltaje muy altos
Lucero Ríos
para reducir dichas pérdidas técnicas en su trayecto hasta
que llegue a los niveles requeridos por los usuarios finales.

Las subestaciones que se

encuentran dentro de
una central elevan el voltaje
de la energía para llevarla a
grandes distancias a lo largo
del país.
Imaginemos esto: vivimos en un barrio que se ha
quedado sin agua, pero una casa tiene un tinaco enorme
que puede abastecer los de los vecinos. Conectamos este
tinaco con los otros con mangueras. Y para que el agua
llegue adonde se requiere usamos una bomba que le dé la
potencia suficiente. Lo mismo sucede con la energía. Para
que vaya de las centrales donde se produce a su rumbo
final, necesita que se impulse.
Las subestaciones se clasifican por su función en eleva-
doras, reductoras y de maniobra: las elevadoras se encuen-
tran dentro de las centrales, reciben la energía de ellas y la
elevan para que viaje a través de las líneas de transmisión.
Estas líneas transportan alto voltaje (69 kilovolts (kV), 115
kV, 230 kV y 400 kV), según las distancias que recorren.
Las subestaciones reductoras están localizadas en
zonas estratégicas para recibir la energía que viene de
las subestaciones elevadoras. Están cerca de municipios,
ciudades o en colonias para que hogares, comercios,
oficinas, etc., reciban el servicio de energía en el voltaje
más adecuado para su servicio. Básicamente ahí la energía
se reduce de 34,000 o 13,800 volts a niveles de 440 volts
(el voltaje que requiere una empresa industrial), 220 volts

CIENCIA SIN FICCIÓN

 (el que necesita un restaurante grande, por ejemplo) y 127
volts (el de un hogar).
Las de maniobra (también llamadas receptoras secun-
darias) reciben energía y la distribuyen en un territorio o en
un sistema sin elevarla o reducirla.
Las subestaciones se ubican estratégicamente en
un territorio para aprovechar y distribuir la energía. Se
clasifican también por su construcción en tipo intemperie
o interior. Las subestaciones a la intemperie (también
llamadas convencionales), están diseñadas para resistir
adversidades atmosféricas y, además, poseen un sistema
de tierras: una malla de cable ubicada en la parte inferior de
la subestación que permite asegurar al personal durante su
16 paso por la subestación y en la ejecución de actividades de 17
mantenimiento y maniobras. No obstante, ninguna persona
no especializada debe estar en una subestación debido a la
cantidad de energía eléctrica que circula por ahí.
Las subestaciones de interior o encapsuladas (como la
de la imagen de esta página) ocupan menos espacio: son
hasta 60% más pequeñas que las de intemperie. Este tipo
de subestación está comprimida para evitar que el arco
eléctrico brinque y una persona circule sin correr riesgo
por estar cerca de voltajes de 115 kV hasta 400 kV. El
arco eléctrico es el rompimiento de la distancia dieléctrica
(aquella que nos permite garantizar el aislamiento entre
dos cuerpos bajo tensión o un cuerpo bajo tensión y uno a
tierra). “Para que una persona circule en una subestación
eléctrica, debe existir un componente de aislamiento. En el
caso de las subestaciones tipo intemperie, el medio es el
aire; en las encapsuladas, es el gas SF6: el Hexafluoruro de
azufre”, apunta el ingeniero Solís.
Las subestaciones cuentan también con sistemas de
protección contra sobrevoltaje y sobrecorriente, sistemas
de medición y control, sistemas de barras colectoras y
sistemas auxiliares de protección en Transformadores de
Potencia (de enfriamiento, filtrado de aceite, presión).
Hay más de 2,300 subestaciones de potencia en el país,
de las cuales 289 son triple A (es decir, son estratégicas y
están resguardadas por elementos de la Guardia Nacional y
el Ejército) y más de 189 son encapsuladas.
Las subestaciones aportan al Sistema Eléctrico Nacional
mayor seguridad en el suministro a través de una mejor
regulación del voltaje; uso racional de energéticos al reducir
las caídas de tensión; y mejora en la economía, ya que el
costo del suministro de energía de alta tensión es más
barato que el de baja tensión.

PÁGINA ANTERIOR: imagen de la subestación eléctrica a la

intemperie Cuchillo, sita en Monterrey. Fotografía tomada por Mario
Cano. EN ESTA PÁGINA: subestación eléctrica encapsulada Diana
(Circuito Interior, Ciudad de México), cuya fachada fue cubierta con
un mural de Sr. Papá Chango como parte de la campaña Somos más
que energía.

ALTERNA SUBESTACIONES ELÉCTRICAS: INFRAESTRUCTURAS DE POTENCIA, LA ENERGÍA DEL PAÍS CIENCIA SIN FICCIÓN
 1 2
3 4
18
5 6
7 8
Fotografías por
Mimí Fernández
9 7. Interruptores
Fotos de la 1 a la 9: Subestación eléctrica a la intemperie Santa
Cruz, Ciudad de México, de 400 kV a 230 kV.
ALTERNA SUBESTACIONES ELÉCTRICAS: INFRAESTRUCTURAS DE POTENCIA, LA ENERGÍA DEL PAÍS
Componentes básicos
en una subestación eléctrica
En la siguiente infografía ordenamos los componentes
básicos de las subestaciones de potencia de acuerdo con el
recorrido que hace la energía eléctrica al interior de estas.
1. Apartarrayos. Está instalado a la entrada de la subesta-
ción y ayuda a evitar las descargas de rayos (un rayo puede
afectar el sistema eléctrico).
2. Transformador de Potencial o dispositivo de potencial
capacitivo
Mide el voltaje de la energía que llega a la subestación.
3. Buses o barras colectoras o conductoras
Son estructuras donde converge la energía. Son colectores
de energía, puntos de concentración a donde llegan las
líneas (que pueden ser hasta 6) a una subestación. Los buses
conectan a las bahías: estructuras conformadas por cuchi-
llas, apartarrayos, transformadores de potencial e interrup-
tores de potencia. Las bahías conforman vías que reciben y
entregan energía. Hay tantas como sean necesarias.
4. Transformadores de corriente
Miden variables de corriente.
5. Cuchillas seccionadoras
Conectan y desconectan circuitos eléctricos: es el switch que
separa o aísla áreas para dar mantenimiento o desenergizar
una parte de la instalación. A diferencia del interruptor, las
cuchillas son manuales o automáticas y su velocidad de
respuesta es más larga: en segundos.
6. Transformador de corriente
Mide la corriente alta y baja. Es un dispositivo primario que
modifica o reduce la corriente para reflejar las condiciones
primarias y llevarlas a los esquemas de protección y medi-
ción.
Son equipos que operan en niveles de tiempo de milisegun-
dos para la estabilidad de la energía: conectan y desconectan
de manera segura. “De forma coloquial, serían los ’apagado-
res’ de nuestra casa. El equipo principal que maneja niveles
de corriente muy altos, por lo que funciona en milisegundos:
cuando hay fallas en la red, cuando un transformador se
enciende o cuando hay inestabilidad de energía o flujos de
potencia. Es un mecanismo veloz de seguridad”, comenta el
ingeniero David Solís.
8. Transformador de potencia 10 11
Eleva o reduce la tensión eléctrica, dependiendo del lugar
donde se ubique.
9. Tableros de Protección y Control.
Son el cerebro de la instalación. Analizan datos en variables
controlables e identifican fallas en milisegundos.
10. Transformador de potencia.
Eleva o reduce la tensión eléctrica, dependiendo del lugar
donde se ubique. El transformador que se ve en la imagen
es de 230 kV a 23 kV con tres boquillas de transición de 12 13
intemperie a SF6 (Hexafluoruro de azufre); es decir, el 19
transformador recibe la energía de la intemperie y la reduce
en la subestación encapsulada a una tensión propia para uso
doméstico.
11. Subestación encapsulada.
En su reducido interior contiene los siguientes elementos:
el apartarrayos, el medidor o dispositivo de potencial, los
buses o barras colectoras, los transformadores o dispositivos
de potencial, las cuchillas seccionadoras, los interruptores y Fotos de la 10 a la 13: Subestación eléctrica encapsulada Diana,
los transformadores de potencia; todos estos conceptos se Ciudad de México, de 230 kV a 23 kV.
explican en la sección de subestaciones a la intemperie.
12. Cuchilla seccionadora.
En una subestación de intemperie, la cuchilla es una paleta
horizontal que gira; en una encapsulada tiene un motor
eléctrico que cierra los contactos. La caja gris es la caja de
conexiones y la caja oscura, el motor.
13. Tablero de control.
Igual que en la subestación de intemperie, en el cuarto de
control están los tableros de corriente alterna y corriente
directa de telecomunicaciones, de Protección Control y
Medición (PCyM), de los bancos de baterías y la consola
donde se ve todo lo que sucede en la subestación.
CIENCIA SIN FICCIÓN
Proyectos de protección
al medioambiente y descubrimientos
arqueológicos de la CFE
Por Abel Cervantes, Ana Laura Mauleón y Lucero Ríos
DESDE SU NACIMIENTO (EN 1937) la CFE analiza previamente los
territorios en donde tienen lugar centrales de generación de energía,
subestaciones y líneas de transmisión para reconocer la fauna y
la flora, así como los posibles vestigios arqueológicos. Como con-
secuencia ha realizado proyectos de protección y ha descubierto
objetos arqueológicos y paleontológicos que datan lo mismo de la
historia reciente de México (hace 100 años) o de la prehistoria (hace
más de 10,000 años). En esta infografía seleccionamos solamente
algunos de los proyectos más trascendentes: desde el descubri-
miento de un cactus en Nuevo León hasta el hallazgo de tres mamuts
en la Ciudad de México o de vestigios de la cultura tecomana en
Colima. Ordenamos los proyectos geográficamente de la península
de Baja California a la de Yucatán.
1 Protección del águila pescadora
Línea de distribución en San Carlos y Bahía de Kino
Baja California Sur y Sonora
En el Puerto de San Carlos (Baja California Sur) y en Bahía de Kino
(Sonora) habita una importante población de águilas pescadoras.
Para vivir, y alimentar a sus crías, las águilas eligen los lugares más
altos, que en esos territorios son los postes de la CFE. Desafortuna-
damente, algunas águilas morían porque tocaban con ambas alas los
cables de energía y, en consecuencia, dañaban el sistema eléctrico
de la región. El personal de la CFE actualmente localiza los nidos de
las águilas y una vez que éstas abandonan la región, colocan dos me-
tros arriba de los postes una tarima con materiales reciclados para
que, a su regreso, las águilas no corran ningún peligro.
2 Rescate de flora y fauna
Central Termoeléctrica Baja California I y II
Baja California Sur
Cuando se efectuaban los estudios previos a la construcción de
esta central, la CFE rescató 8,000 plantas entre biznagas, viejitos y
cardones (especies de la familia de cactus). Todo lo que se encontró
fue reubicado en una franja de amortiguamiento de 10 metros de
longitud al interior de la planta. También se protegieron alrededor
de 300 reptiles como víboras de cascabel, culebras, chirrioneras,
alicantes, areneras e iguanas. Las especies fueron reubicadas en una
zona idónea para su desarrollo a poco menos de tres kilómetros de
la central.
3 Protección del cachorrito del desierto
Central Geotermoeléctrica Cerro Prieto
Baja California
A finales de la década de los ochenta el personal de la central geo-
térmica descubrió que, entre el poco oxígeno, las altas temperaturas
y la alta salinidad de la laguna que se encuentra dentro de las ins-
talaciones de la CFE, habitaba un pez endémico llamado cachorrito
del desierto (Cyprinodon macularius), una especie en peligro de
extinción. Los cachorritos del desierto se aparean entre marzo y
abril; entonces los machos cambian su coloración grisácea por una
azul plateada. En promedio los machos miden tres centímetros; la
hembra, dos. Y viven hasta cuatro años. De acuerdo con personas
especialistas, el de la CFE es el plan más efectivo para su protección.
4 Rescate arqueológico
Central Fotovoltaica de Puerto Peñasco
Sonora
Mientras se construía la primera etapa de la Central Fotovoltaica de
Puerto Peñasco, la CFE y el INAH hallaron cuatro sitios arqueoló-
gicos. “Aquí se han encontrado pedazos de cerámica, dice Cristina
García Moreno, arqueóloga y directora de salvamento del INAH.
Estos pedazos se asocian a grupos de la cultura Trincheras y la ci-
vilización Hohokam que, se piensa, acampaban temporalmente por
aquí hace más de 500 años”. Se encontraron cerámicas, fragmentos
de ollas (pintadas y sin pintar), piedras que utilizaban para producir
otras herramientas, así como un hueso de animal que, según sus
expectativas, podría pertenecer a un lobo marino.
5 Programa de monitoreo del águila real
Línea de Transmisión Eléctrica Janos
Chihuahua
Como sucedía con las águilas pescadoras en San Carlos y Bahía de
Kino, el personal de la CFE detectó que las águilas reales que habi-
taban Chihuahua ponían en peligro su vida porque al desplegar sus
alas tocaban las líneas de distribución. Para evitarlo, hicieron un pro-
yecto en colaboración con la Universidad del Noreste que consistió
en la instalación de transmisores satelitales para monitorear su com-
portamiento. La Residencia Regional de Construcción Noreste estuvo
al frente de la investigación. La información que se obtuvo fue útil
para desarrollar programas de manejo y conservación de la especie,
que está en peligro de extinción. La caza furtiva, el envenenamiento
accidental, la degradación de su hábitat y el saqueo de sus nidos son
los principales riesgos que enfrenta.
6 Preservación del perrito de la pradera
Reserva de la Biósfera de Janos
Chihuahua
Durante los estudios ambientales previos a la construcción de la
línea de transmisión Nacozari-Nuevo Casas Grandes II, en Janos,
Chihuahua, se identificó una colonia de perritos de la pradera (roe-
dores de la familia de las ardillas que emiten sonidos parecidos a los
ladridos de perro), una especie amenazada.
Para proteger a esta colonia de roedores, la CFE reubicó el trazo de la
línea de transmisión y monitoreó sus actividades. Asimismo, destinó
un predio contiguo para la investigación de esta especie donde se
preserva la fauna local y se realizan acciones a favor del ecosistema.
7 Rescate y salvamento arqueológico/paleontológico
Subestación eléctrica Diana/línea de transmisión Linares-Cadereyta
Ciudad de México/Nuevo León
En junio de 2014 la Comisión Federal de Electricidad cavaba a 15
metros de profundidad para la construcción de la subestación
eléctrica Diana, donde unos años antes había estado la estatua
de la Diana Cazadora, frente a la Torre Mayor, cuando dio con un
colmillo de casi tres metros de largo. Durante cerca de un mes se
descubrieron restos de un caballo mexicano, flamencos y otra fauna
de, por lo menos, 10,000 años de existencia. Luego de que el INAH
mandara los hallazgos a la Universidad de San Luis Potosí para su
investigación, se supo que ahí yacieron tres mamuts que, probable-
mente, compartieron territorios con seres humanos. Ese mismo año
en el estado de Nuevo León se encontraron igualmente restos de
un mamut mientras se exploraba la ruta del municipio de Linares a
Cadereyta para levantar una nueva línea de transmisión para trans-
portar energía.
8 Descubrimiento del cactus Digitostigma caput medusae
Línea de transmisión Aeropuerto-Villa de García
Nuevo León
Durante la selección de la trayectoria de esta línea de transmisión
en 2001, personal de la Residencia Regional de Construcción No-
reste descubrió una nueva especie de cactácea que registró como
Digostigma caput medusae o cabeza de medusa: una flor amarilla
de delicados pétalos que crecen hacia arriba. En 2006 la Residencia
inauguró en Monterrey el Vivero y Jardín Botánico CFE Construcción
Cactus del Noreste, donde se protege, se reproduce y se incorpora a
la cabeza de medusa para asegurar su sobrevivencia. El jardín tam-
bién protege plantas cuyas poblaciones han disminuido debido a la
actividad humana o a la interacción con especies invasoras.
9 Rescate de fauna
Central Hidroeléctrica La Yesca
Nayarit
Antes de la construcción de la hidroeléctrica La Yesca, en 2008, se
llevó a cabo un programa de manejo de especies para asegurar su
permanencia en la zona. Se rescataron y reubicaron a más de 1,000
individuos de especies como víboras, salamandras, nidos de aves,
iguanas prietas, entre otras; todas en peligro de extinción. Se verificó
que los animales se desplazaran a lugares seguros o que fueran
rescatados en caso de que se requiriera.
10 Descubrimiento arqueológico
Central Hidroeléctrica El Cajón
Nayarit
La Central Hidroeléctrica El Cajón es considerada una de las 8 más
grandes del mundo. Pero además de su magnitud, su construcción
trajo consigo el desvelamiento de vestigios que datan de hace
más de 2,200 años. La CFE halló tumbas de tiro (excavaciones de
hasta 14 metros de profundidad donde las culturas de esa parte
del occidente enterraban a sus difuntos, junto a figurillas, piezas de
cerámica, cajetes, urnas, entre otros objetos). El descubrimiento fue
a tal grado trascendente que se realizó una exposición en el Templo
Mayor que después recorrió otras partes de la República. Es uno de
los encuentros más valorados por el INAH debido a la poca informa-
ción que existe de estas culturas prehispánicas.
11 Piedra Maqueta La Yesca
Central Hidroeléctrica La Yesca
Nayarit
Durante la construcción de la Central Hidroeléctrica La Yesca, en
2008 se halló un bloque de piedra tallado de gran tamaño, denomi-
nado Piedra Maqueta. Este bloque tiene grabado un asentamiento con
templos, plazas, terrazas, escalinatas y una poza que representan un
centro ceremonial prehispánico. Las investigaciones sugieren que la
piedra tiene una temporalidad aproximada entre el año 900 y 1,200
D. C. La CFE propuso la protección y conservación de este monolito a
través de un proyecto de rescate y reubicación. Gracias a lo anterior
es posible admirar a la Piedra Maqueta en la entrada de la Central
Hidroeléctrica La Yesca, justo en el centro del poblado Mesa de Flores.
12 Rescate arqueológico
Terminal de Gas Natural Licuado
Colima
La CFE y el INAH exploraron más de 111 hectáreas en Colima. El resul-
tado: el descubrimiento de un panteón prehispánico que data del 200
A.C. al 1,000 D.C. En el área de construcción de esta terminal de gas se
hallaron 348 enterramientos humanos; algunos con incrustaciones de
piedras en los dientes, otros mutilados, otros más acompañados por
ofrendas de perros y figurillas de personas con vestimenta tradicional.
Se encontraron y conservaron incensarios, instrumentos para caza y
pesca, anzuelos, entre otros elementos de cerámica. La investigación
se efectuó en una zona poco estudiada de la costa de Colima.
13 Reforestación en zona de manglar
Terminal de Gas Natural Licuado Manzanillo
Colima
Tras la construcción de la Terminal de Gas Natural Licuado Manzani-
llo, la CFE puso en marcha el programa de reproducción de plantas
de manglar con la intención de mitigar los efectos medioambientales
en la zona. La visión con la que se proyectó la Terminal de Gas Na-
tural Licuado tomaba en cuenta que el suministro de combustible
se hiciera de manera sustentable, a favor del medio ambiente. Con
la reforestación en la zona de manglar se alcanzó este objetivo. El
impacto positivo dio como resultado la supervivencia de los mangla-
res y la preservación de las condiciones necesarias para la flora y la
fauna local.
14 Remedación de suelos
Central de Ciclo Combinado Valle de México II
Estado de México
La CFE construyó la Central de Ciclo Combinado Valle de México
II dentro de la termoeléctrica Valle de México para aprovechar la
cercanía de las vías de comunicación, el suministro de combustibles
y agua, y los sistemas de interconexión. Antes de construirse, la
CFE realizó un proyecto de remediación de suelos que consistió en
excavación del terreno, sustracción de material posiblemente conta-
minado, tratamiento químico de la tierra con peróxido de hidrógeno
(que descompone los hidrocarburos) y tratamiento biológico me-
diante acondicionadores orgánicos que proveen los nutrientes que
requieren las bacterias para la descomposición. Fueron alrededor de
47 mil metros cúbicos de material de suelo remediado.
15 Salvamento arqueológico
Gasoducto Morelos
Puebla, Morelos y Tlaxcala
En 2013, cuando se construía el gasoducto de 172 kilómetros que
atraviesa Tlaxcala, Puebla y Morelos, se descubrieron restos arqueo-
lógicos del llamado período Preclásico (es decir, antes del año cero).
Vasijas de barro, figurillas, herramientas de piedra, restos de cons-
trucción; todo esto ayuda a que el Instituto Nacional de Antropología
e Historia interprete lo encontrado para entender las costumbres de
estos pueblos mesoamericanos que, hasta entonces, habían sido
poco estudiadas. Es una de las colaboraciones más exitosas entre la
Comisión Federal de Electricidad y el INAH.
16 Rescate arqueológico
Línea de transmisión subterránea Cuauhtémoc-Verónica
Ciudad de México
Se presume que en el centro de la Ciudad de México existe una
posibilidad muy alta de encontrar vestigios arqueológicos. Y este
proyecto de la CFE confirma esta sospecha. En la línea de trans-
misión subterránea Cuauhtémoc-Verónica, la Comisión Federal de
Electricidad encontró piezas de cerámica prehispánica y colonial,
manos de metate de basalto y navajillas de obsidiana; además de
osamentas de animales y elementos arquitectónicos que dan cuenta
de la riqueza arqueológica de la Ciudad de México. La línea de trans-
misión Cuauhtémoc-Verónica coincide con calles de amplia relevan-
cia histórica, como la Calzada México-Tacuba y el Acueducto de San
Cosme, donde se encuentra la Casa de los Mascarones, declarada en
1959 monumento histórico por la Comisión de Monumentos.
17 Descubrimiento arqueológico
Línea de transmisión Km 0-CDMX
Ciudad de México
Al comenzar los trabajos de construcción de la línea de transmisión
subterránea Km 0-CDMX en las colonias Guerrero, Buenavista, Santa
María la Ribera y San Rafael (en la alcaldía Cuauhtémoc), la CFE halló
vestigios de la antigua estación de ferrocarriles de Buenavista, y las
primeras instalaciones de drenaje de las colonias Guerrero y Santa
María La Ribera, que datan del siglo XIX. Se encontraron también
objetos como cajetes, ollas, figurillas de barro (de origen Azteca);
herramientas de piedra como navajillas, cuchillos, raspadores y
manos de metate; además de artefactos de hueso. La CFE llevó a
cabo salvamentos y rescates arqueológicos para la protección de las
evidencias del pasado histórico de México.
18 Preservación de tortugas
Central Nucleoeléctrica Laguna Verde
Veracruz
El proyecto de conservación de tortugas abarca tres kilómetros de
playa alrededor de la central. Cada año desovan allí dos especies:
la Blanca y la Lora; esta última endémica del Golfo de México. La
CFE vigila las playas desde febrero, un mes antes de la llegada de
las tortugas. Se verifica que la playa esté limpia de basura o ramas.
Se realizan campañas de concienciación entre la gente cercana. En
marzo se ubican los nidos de las tortugas y se recuperan los huevos
para llevarlos a un cuarto de incubación al interior de la central: si
permanecen en su sitio original los huevos están a merced de depre-
dadores. Gracias a este proyecto sobreviven entre un 90 y 98% de
las tortugas que nacen. La CFE libera a las tortugas en conjunto con
personas de las comunidades aledañas.
19 Salvamento arqueológico
Subestación eléctrica Comalcalco II Potencia
Tabasco
A 2.8 kilómetros de la subestación eléctrica Comalcalco II Potencia,
se localizaron restos de un cementerio prehispánico: 177 entierros
y 66 urnas funerarias con restos humanos, que, se calcula, pueden
tener 1,300 años de antigüedad; la edad de los humanos —se pre-
sume— fluctúa entre 1 y 50 años. Además de estos restos se encon-
traron silbatos, cuchillos, fragmentos de metate y vasijas elaboradas;
en su mayoría, de pedernal y obsidiana. Este hallazgo parece estar
relacionado con la ciudad maya de Comalcalco —la más importante
de la región cultural de la Chontalpa—. La CFE participa con otras en-
tidades para que los materiales recuperados se exhiban en el Museo
de Sitio de la Zona Arqueológica de Comalcalco.
20 Salvamento arqueológico
Central Hidroeléctrica Chicoasén II
Chiapas
La CFE construye actualmente la Central Hidroeléctrica Chicoasén
II, una innovadora central de generación a filo de agua en el río
Grijalva. Hace unos años se hallaron más de 400 cimientos de edifi-
cios orientados hacia el río que pudieron tener un uso habitacional,
administrativo o religioso. Se piensa que las personas que habitaban
ahí construían sus casas con cimientos de piedra, y que cortaban la
piedra al interior de los muros para darles un acabado liso; en los
techos usaban paja o zacate. Con estos descubrimientos se puede
conocer cómo vivían estas civilizaciones, de qué vivían y cómo era
su cultura.
21 Rescate, reubicación y vigilancia del mono aullador
Línea de transmisión Escárcega Potencia-Sabancuy II
Campeche
La CFE y la Universidad Veracruzana hicieron un estudio para la línea
de transmisión Escárcega Potencia-Sabancuy II, en Campeche, en el
que detectaron monos aulladores. Una vez concluido, determinaron
rescatar y conservar esta especie con la reubicación de siete grupos
identificados; para ello, los trasladaron a sitios adecuados para su
sobrevivencia. Los ejemplares están vigilados permanentemente. Se
trata de 27 especies adultas, cinco jóvenes y 8 infantes. El programa
de la Comisión Federal de Electricidad registra los avances de la
adaptación, así como su desarrollo en su nuevo hábitat.
22 Protección de El Volcán de los Murciélagos
Línea de transmisión Escárcega-Xpujil
Campeche
En 2005 la CFE construyó la línea de transmisión de media tensión
(230 kilovolts) que va de la subestación eléctrica Escárcega a la
subestación Xpujil, en Campeche, para llevar energía a los pueblos
indígenas de aquel territorio. En este trayecto se encuentra Calak-
mul, que además de ser uno de los territorios preponderantes de la
cultura maya, resguarda El Volcán de los Murciélagos, donde habitan
cerca de 2 millones de animales alados. Sólo existen dos cuevas de
estas dimensiones en el mundo: la de Campeche y otra ubicada en
Malasia. En El Volcán hay 8 especies de murciélagos, siete de las
cuales son herbívoras; la otra se alimenta de néctar y polen. La CFE
trazó la ruta estratégicamente para no interferir en su vuelo.
 Crónica

El rostro
arqueológico
20
de la CFE 21

Cuando la CFE saca sus máquinas y señala un suelo

para construir una central de generación de energía,
una subestación eléctrica, o traza o reubica una línea de
transmisión, notifica al Instituto Nacional de Antropología
e Historia (INAH), y manda una avanzada para determinar
que no haya objetos arqueológicos. Y si los hay, trabaja en
conjunto con el INAH para resguardarlos. En esta tarea
no sólo ha descubierto restos de nuestros antepasados
prehispánicos sino también de animales prehistóricos
de más de 10,000 años de existencia, como ocurrió hace
10 años en la subestación Diana en la Ciudad de México,
cuando dio con restos de tres mamuts.
En junio de 2014 la CFE encontró en la construcción de la subestación Diana (cerca del Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México) un
colmillo de 2.6 metros de largo que pertenece a un mamut de hace más de 10,000 años. Los restos fueron trasladados a la Alhóndiga del
INAH y posteriormente a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí donde se estudiaron. Todas las imágenes del mamut de esta crónica
Por Abel Cervantes son cortesía de la Dirección Corporativa de Ingeniería y Proyectos de Infraestructura (DCIPI).

ALTERNA EL ROSTRO ARQUEOLÓGICO DE LA CFE CRÓNICA

 HACE MÁS DE 10,000 AÑOS, tres mamuts dejaron de existir en las
inmediaciones de lo que ahora es el Castillo de Chapultepec,
en la Ciudad de México, y en 2014, mientras se construía la
subestación eléctrica Diana, una arqueóloga de la CFE descu-
brió sus restos a 15.5 metros de profundidad junto a los de un
flamenco, un caballo y otras especies prehistóricas.
—Sabíamos que podíamos encontrar algo porque también
está cerca el Cerro del Chapulín, una poligonal marcada por
el INAH donde ha habido vestigios arqueológicos, pero nadie
pensaba hallar restos de animales de hace más de 10,000 años,
me dice Maira Martínez Lemus, la mujer del descubrimiento.
Cuando la CFE saca sus máquinas y señala un suelo para
construir una central de generación de energía, una subesta-
ción eléctrica, o traza o reubica una línea de transmisión, no-
22 tifica al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
y manda una avanzada para determinar que no haya objetos
arqueológicos. Y si los hay, trabaja en conjunto con el INAH
para resguardarlos.
En un territorio como México cualquier excavación es
una oportunidad de encontrar algo que ayude a descubrir lo
que sucedió en otras épocas, y la CFE ha hallado huellas de
culturas de hace más de 2,000 años, pero casi nunca rasgos
paleontológicos.
En el Parque Ariel, antes una de las 12 glorietas de Paseo de
la Reforma donde tuvo lugar la escultura de la Diana Cazadora
de 1974 a 1992, frente a la Torre Mayor, la Comisión Federal de
Electricidad inició en 2014 la construcción de una subestación
eléctrica (precisamente llamada Diana), donde la energía se
transforma para que llegue en el voltaje necesario a los co-
mercios, oficinas y casas de alrededor. La tarde del 10 de julio
a 15.5 metros mientras la retroexcavadora hacía su trabajo
Maira vio algo extraño: se trataba de la mandíbula de un ca-
ballo mexicano, que identificó inmediatamente. Dieciséis días
después la máquina hundía sus dientes en la parte media de la
En junio de 2014 en la subestación Diana, muy cerca del Castillo de Chapultepec, la CFE dio con una defensa de mamut de más de dos subestación cuando de pronto hizo un ruido sospechoso.
metros. También se encontraron costillas, vértebras y muelas prehistóricas.
—Aunque tenía aspecto de tronco, reconocí trabéculas,
tuétanos. Era un hueso largo largo. Pedí que dejaran de exca-
var. Entonces colocamos una malla y exploramos esa zona.
El fémur medía 60 centímetros de longitud. Al principio no
sabíamos a qué especie pertenecía.
La retroexcavadora siguió perforando y el 18 de agosto hubo
otro hallazgo en el lado sureste de la subestación, quizás el
más llamativo de todos.
—Dimos con una defensa de mamut de más de dos metros.
Encontramos además costillas, vértebras, muelas.
A la exploración se sumaron los arqueólogos Lulú López Ca-
macho, Eder Arias y Arturo Monteros del INAH para delimitar
el contexto y conformar una retícula. Mientras una persona
colocaba una plantilla, otra vigilaba la excavadora por si se
hallaba algo más, otra limpiaba lo encontrado para no detener
la construcción y otra hacía los registros.
La noticia no se difundió en los medios de comunicación.
***
Es febrero de 2024. Están por cumplirse 10 años de este
descubrimiento. Maira luce un cabello brilloso recién colo-
reado con mechones plateados y lilas; piercing en la ceja y
Las excavaciones para la subestación subterránea alcanzaron los 15.5 metros de profundidad. Las excavaciones para la subestación la oreja derechas. La oficina es pequeña. Nadie arriba a ella
subterránea alcanzaron los 15.5 metros de profundidad. Gracias a ello se hallaron vestigios prehistóricos de hace más de 10,000 años.
por casualidad. Para llegar hay que atravesar un laberinto
de cubículos, sortear trámites burocráticos para registrarse.
ALTERNA EL ROSTRO ARQUEOLÓGICO DE LA CFE
Los cristales, al frente del escritorio, albergan tres posters
en blanco y negro. De izquierda a derecha, el primero es de
Paquimé, la zona arqueológica más grande de los pueblos y
culturas del desierto de Chihuahua; el segundo de Alta Vista,
zona arqueológica de Zacatecas; y el tercero del monolito
de Coyolxauhqui (una deidad mexica), que el 21 de febrero
de 1978 fue encontrado en el Templo Mayor por personal de
la extinta Luz y Fuerza del Centro. El alféizar de la ventana
trasera sostiene tres rocas, una de ellas de obsidiana. En el
mueble de la esquina un Quetzalcóatl de unicel acompaña
otras figuras pequeñas de cráneos de porcelana y un casco de
los Empacadores de Green Bay.
—Para mí agosto y septiembre son meses alegres porque
comienza la temporada de futbol americano, me dice Maira.
Es difícil imaginarse que esta oficina sea el espacio de tra- 23
bajo de una arqueóloga, pero hace 10 años aquí también hubo
huesos: fémures, cráneos, vértebras.
—Estuvieron apilados los difuntos del antiguo Hospital de
los Desamparados, que descubrimos muy cerca del Museo
Franz Mayer, frente a la Alameda. Antes de que yo llegara,
esta oficina era un archivo. En 2014 luego de la subestación
Diana me asignaron el proyecto de una línea de distribución
que se llama Nonoalco-Buen Tono, donde salieron cientos de
difuntos, y como no teníamos tiempo de llevarlos a la bodega
del INAH era más fácil dejarlos aquí.
—Aquí vivían los muertos.
—Eran tantos los cadáveres que nadie podía entrar, ni
siquiera la gente de intendencia. Luego empezaron las leyen-
das, decían que en las noches espantaban.
—¿Cuánto tiempo estuvo así?
—Yo creo que lo que duró la excavación: siete u 8 meses.
Primero encontraron lebrillos (unos platos con el sello real
de la época de la Colonia) en la esquina de Paseo de la Reforma
y Valerio Trujano.
—Estaban apilados como si pertenecieran a una cocina.
Seguimos excavando rumbo al Museo Franz Mayer y un día
que atendía una reunión con directivos de la CFE y del de-
partamento de Salvamento Arqueológico, otro arqueólogo
que estaba en la obra, Arturo Montero, me llamó al celular.
Yo no tomaba la llamada, pero él insistió hasta que contesté:
“¡May, están saliendo huesos largos, cráneos!”, me dijo. Avisé
en la misma reunión y se organizó una comitiva para llegar lo
más pronto posible. Conseguimos costales, cajas, todo para
guardar los restos porque no podíamos dejar los cadáveres
en la calle. Como es una zona con mucho tránsito la gente se
detenía para tomar fotos o las tomaban desde el Trolebús.
Terminamos a las 9 de la noche. Salieron cientos de difuntos.
¿Y de dónde provenían esos restos?
***
El trabajo arqueológico son horas de eso: mirar y caminar. Y
tomar fotografías. Y rellenar fichas, formularios, hacer repor-
tes para dar cuenta a las autoridades. Y encontrar piedras que
para el resto de la gente no significarían gran cosa, pero que
para los que estudian esta profesión ayudan a imaginar lo que
pudo haber ocurrido hace cientos o miles de años. Gracias a
estas revelaciones a partir de inicios del siglo XX en México
hemos construido una máquina del tiempo donde elucu-
bramos lo que ocurría aquí hace cerca de 2,000 años con los
olmecas, los mexicas, los mayas y docenas de culturas más. Lo
CRÓNICA
 hacemos a través de sus pinturas, sus templos, sus esculturas,
su simbología o las piezas que forjaban para comer, beber o
rendir tributo a sus dioses. Los arqueólogos interpretan estas
figuras para intentar dar sentido a lo que descubren. Pero
antes de llegar ahí lo primero es eso: mirar y caminar.
—En la CFE hay líneas de transmisión de hasta 200 kiló-
metros, y hay que caminar cada uno de ellos para saber si
hay vestigios. Pero caminar en México puede ser peligroso.
Por ejemplo, en la zona de Nueva Italia, en Michoacán, en una
ocasión revisábamos una línea y los integrantes de un grupo
criminal nos pusieron una persona que nos decía por donde
podíamos pasar y por donde no. En uno de esos tramos el guía
nos dijo que no voltéaramos a ver lo que había adelante.
Juan Manuel Álvarez, arqueólogo de la Gerencia de Protec-
24 ción Ambiental de la CFE, dice eso en el séptimo piso de un
edificio, al sur de la Ciudad de México, una mañana soleada de
mediados de 2022. Después dice que él sí miró por el rabillo
del ojo, y se ríe como quien recuerda una travesura.
“A nosotros nos pasó en 2013 en la línea de transmisión San
Pedro Potencia C. M. Cahuisori, en Chihuahua, en una línea de
91.5 kilómetros”, me dice Maira. “Éramos tres: Marco Antonio
Troncoso, Juan Carlos Olivares, y yo. Hicimos tres grupos de
tres para recorrer la trayectoria de la línea. Subimos la sierra
de Chihuahua a Cahuisori, un pueblo minero. El paisaje era
maravilloso. Un grupo se quedaba a 12 kilómetros de distancia
del otro y en un momento nos juntábamos para marcar los
recorridos en el plano. En una de esas expediciones Marco se
adelantó unos metros y de pronto nos chifló. Nos detuvimos.
Luego lo vimos de regreso y nos dijo en tono apresurado:
‘¡Vámonos, hay que cambiar de ruta porque hay un montón de
sangre en unas rocas!’. Bajamos rápidamente para llegar a la
carretera. Es peligroso estar en esas zonas porque además ni el
celular ni el GPS tienen señal. ¿Era la sangre de un animal o de
una persona? Nunca lo supimos. Después de un kilómetro nos
reincorporamos a la trayectoria para continuar con el trabajo”.
***
Maira prende la computadora y me muestra las fotografías
con el descubrimiento de los mamuts en la subestación Diana.
Estamos en su oficina en septiembre de 2023. Propiamente el
encuentro de los mamuts no tiene un carácter arqueológico,
sino paleontológico, que estudia el pasado de la Tierra a través
de fósiles. En la imagen de la pantalla, una fotografía vertical
muestra varias capas de ceniza apiladas de diferentes colores
y texturas en 15.5 metros de profundidad. Cada capa corres-
ponde a una era de cientos o de miles de años.
—Reconocimos 32 capas. Ahí se ve la numeración de cada
una, mira. En esta foto se ve el colmillo que mide 2.67 metros
de longitud. Y abajo las vértebras, dice Maira. Aquí, el cráneo
empotrado al muro Milán (una estructura lineal que se emplea
en perforaciones profundas y se utiliza para evitar derrumbes
en las construcciones contiguas). Estos son los fragmentos
de la muela, aquí, mira. Y aquí se ven las vértebras. Cuando
excavamos hacia la parte contraria al Circuito Interior ya no
encontramos nada.
Maira, que estudió arqueología en la Escuela Nacional de
Antropología e Historia (ENAH) de 1999 a 2004, no viste como
la imaginaría cinematográfica hollywoodense nos ha proyec-
tado la silueta de la arqueóloga británica Lara Croft o la del
ALTERNA EL ROSTRO ARQUEOLÓGICO DE LA CFE
profesor Indiana Jones. En horario de oficina usa pantalón y
camisa caqui de la Comisión Federal de Electricidad. Su silue-
ta se podría confundir con la de una ingeniera.
—En la escuela muchas personas sí traían el disfraz de
Indiana Jones: los zapatos, el sombrero, bolsas cruzadas,
nomás les faltaba el látigo. Yo traía una jerga todo el tiempo.
Y las botas. Esas nunca las he dejado. Mi tía decía que cuando
yo tenía seis o siete años, investigaba la tierra de sus plantas
y no paraba de ver documentales de arqueología en la tele.
Este es el colmillo del mamut al que tratamos para evitar la
propagación de hongos, mira. Bueno, en realidad no se llaman
colmillos sino defensas porque las usaban para defenderse y
conseguir alimento.
—¿Esto qué es?
—Por la longitud, puede ser un flamenco. 25
—Justo leí que descubrieron un huevo de flamenco en la
construcción del nuevo aeropuerto, el AIFA. Decían que era una
muestra de que los flamencos coincidieron con los mamuts.
—Sí debe ser.
La nota del periódico El País firmada por Rodrigo Soriano
el 4 de agosto de 2023 además cuenta que “[s]e trata del pri-
mer registro fósil de huevo de la especie que se encuentra en
el continente americano; el segundo en el mundo. Hasta el
momento se había localizado otro hallazgo en España: cinco
huevos correspondientes al Mioceno (de 15 y 23 millones
de años). La zona en la que se encontraron los restos, Santa
Lucía, ha sido un territorio paleontológico reconocido tras la
aparición de los restos de cientos de mamuts. El Gobierno de
México también llegó a construir el Museo del Mamut en los
terrenos que albergan al aeropuerto”.
Para proteger la defensa del mamut de la subestación
Diana, el equipo de arqueología de la CFE y del INAH pusieron
timol: con eso se evita la propagación de hongos. Después una
tela blanca, un hule burbuja y, finalmente, poliuretano para no
contaminar y proteger la muestra.
En 2008 en Colima en la construcción de la Terminal de Gas Licuado, la CFE encontró vasijas y objetos rituales de la cultura de los Tecos
—Este fémur y esta vértebra se nos inundó cuatro veces (que data de 200 años después de nuestra era), entre ellos una estructura circular con piedras empotradas con estacas en el centro, un
por las lluvias. Ya les habíamos puesto el timol, la tela blanca, cráneo con incrustaciones en los dientes y vasijas que al parecer representaban dos chamanes.
todo, y llovía. Era como iniciar de cero todos los días hasta que
dijimos: “Ya, los sacas o los sacas”.
Como en una película de Spielberg, donde los paleontólogos ADN, colágeno residual, paleodieta, procesos patológicos, llones de años). Llegó a medir cuatro metros y a pesar 10 tone-
tallan con cuidado los contornos de huesos de dinosaurios líneas incrementales del cemento dental”, como se lee en su ladas. Sus dientes incisivos podían medir hasta cinco metros.
para descubrirlos, los arqueólogos de la CFE y el INAH usan portal de Internet. Su dieta se basaba en pastos, hojas de árboles y arbustos”.
brochas, cucharillas, palas y barretas para recuperar los ves- Para el proyecto de la subestación Diana, el INAH hizo un Quizá por eso los mamuts nos resultan fascinantes, y su
tigios sin maltratarlos. acuerdo con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, que aparición en la Ciudad de México increíble: por su envergadu-
—Se debe hacer así porque tienes una capa muy dura, jabo- dos años antes había creado el Laboratorio de Zooarqueología. ra, por su magnificencia, porque los comparamos con otros
nosa, de color gris, de 18 a 22 centímetros. En esa capa encuen- Para levantar la defensa del mamut de la subestación a la Al- animales que vivieron aquí hace millones de años y que luego
tras ceniza volcánica, en el centro una capa de arena y, al final, hóndiga y de ahí al camión que la llevara a San Luis Potosí fue- de la película de Spielberg se apoderaron del imaginario del
una capa dura jabonosa. Pero no la revientas con nada. Cuesta ron necesarias más de 10 personas por el peso de la defensa. mundo de fantasía y de ciencia ficción.
mucho trabajo. Y al terminar hay otra capa de ceniza volcánica. En enero de 2015 la facultad integró un equipo que al estu- En total, dice el informe, los restos de la subestación Diana
A los 30 centímetros de esta última capa de ceniza, que noso- diar lo encontrado dio con moluscos, peces, anfibios, reptiles, son 136 especies, entre ellas dos mamuts adultos, uno juvenil,
tros llamamos “capa 32”, encontramos la defensa del mamut. aves y mamíferos. Dentro de los mamíferos había proboscí- un sapo, un guajolote, un búfalo, un ciervo, almejas, peces,
Los vestigios de la subestación Diana se trasladaron a los deos (mamuts y mastodontes), venados, borregos cimarrón, flamencos… El informe también dice que es probable que
laboratorios del INAH de la Ciudad de México, un edificio al que liebres y conejos, entre otros. los humanos aprovecharan una de las partes del marfil del
se le conoce como la Alhóndiga. El inmueble es una casa vieja, En el documento que le dieron a Maira se lee sobre los ma- mamut para trabajar con piel.
ubicada en el barrio de La Merced, que en la época novohispa- muts y mastodontes: “Son los más corpulentos entre los ani- —Ahorita te enseño unas fotos de cuando estuve en el pro-
na era un granero. Y desde 1970 es una bodega enorme donde males terrestres. [...] Las defensas o colmillos son en realidad yecto de Manzanillo-Colima, donde se construyó la terminal
deparan los misteriosos tesoros arqueológicos de toda la Re- dientes incisivos, de los cuales sólo tienen un par en la man- de Gas Natural Licuado, me dice Maira. Ahí encontramos
pública. Desde ahí se hacen “convenios con instituciones para díbula superior, carecen de raíz [y] crecen continuamente: se tumbas prehispánicas, objetos, vasijas de perros.
investigaciones que requieren otro tipo de infraestructura o componen de dentina o marfil. Este mamut [el de la Diana]
tecnología, lo que incluye estudios arqueométricos o afines: apareció en el Pleistoceno tardío (entre 11,700 años y 2.59 mi- ***
CRÓNICA

26
Para el proyecto de la subestación Diana, el INAH hizo un acuerdo con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, que dos años antes
había creado el Laboratorio de Zooarqueología. Para levantar la defensa del mamut fueron necesarias más de 10 personas por el peso de
los colmillos.
A más de 900 kilómetros de distancia y en el mismo año del
hallazgo en la subestación Diana, en el estado de Nuevo León
la CFE se coordinó con el INAH en la exploración de la ruta del
municipio de Linares a Cadereyta para levantar una línea de
transmisión. “En 2014 llegamos al arroyo de Mohínos y revisa-
mos posibles asentamientos indígenas, pero ¡cuál fue nuestra
sorpresa cuando encontramos huesos de megafauna!”,
comenta la doctora Consuelo Rivera, del Instituto Nacional
de Antropología. “Detectamos molares de mamuts y 8 puntos
en el arroyo entre los límites de los municipios General Terán
y Multi Morelos. Había huesos muy pequeños y restos com-
pletos de mamuts, de caballos, de camellos, de bisontes. En-
contramos, también, artefactos líticos que nos hacen pensar
que hubo campamentos indígenas muy antiguos del período
Paleoindio (8,000 años antes de nuestra era). Estos restos ha-
bían comenzado a erosionar porque en esta zona la actividad
eólica y pluvial es muy intensa. Excavamos a un metro y medio
de profundidad y uno de los grandes sobresaltos que nos lle-
vamos fue dar con un esqueleto casi completo de una llama”.
***
Maira busca entre sus archivos y da con una carpeta que se
titula marzo de 2008.
ALTERNA EL ROSTRO ARQUEOLÓGICO DE LA CFE
—Tenía como un mes de haber entrado a la CFE cuando me
mandaron a Manzanillo porque se iba a construir la Terminal
de Gas Natural Licuado. Recuerdo que era un terreno con
muchos ciruelos. Los responsables del proyecto arqueológico
eran Román Chávez y Toña Moguel.
El terreno arenoso estaba a un kilómetro del mar. Y a menos
de un metro en lo profundo, el equipo de arqueología descu-
brió figurillas, vasijas, objetos de perros mordiéndose la cola.
A diferencia de lo que sucedió en la subestación Diana, en
Manzanillo no había excavadoras. El equipo de arqueología
delimitó un espacio, georreferenció el lugar y midió la pro-
fundidad del terreno. Pico en mano, una persona perforaba
el suelo; otra tomaba la arena con la pala y la vertía sobre una
criba, una especie de coladera cuadrada, y una última limpia-
ba la criba para ver si encontraba algo.
—Lo más impactante que vimos fue una estructura circular
con piedras empotradas. En el centro había estacas. Alrede-
dor de esta escultura se hallaban muros y figurillas de mujeres
y hombres con los genitales expuestos. Dimos con vasijas de
perros, algunas con vertederas. Había perros gordos, perros
echados, perros mordiéndose la cola, caritas de perros. Fue
mucho el material. A unos metros descubrimos tres puntas de
proyectil de obsidiana y un cuerpo. El cráneo tenía incrusta-
ciones en los dientes, por lo que probablemente pertenecía a
una persona de jerarquía alta de la cultura de los Tecos, que
existieron desde 200 años después de nuestra era y hasta la
llegada de Hernán Cortés. En la mano portaba un cuchillo de
obsidiana con uso en las dos caras. En el tórax, una figurilla.
Y en el lado izquierdo, una vasija. A unos metros de ahí, en el
otro extremo, encontraron una vasija que al parecer represen-
taban dos chamanes.
El hallazgo fue tan grande que se contrataron alrededor de
50 trabajadores para hacer trabajo arqueológico: etiquetar los
materiales, ordenar, catalogar.
Además del calor, el equipo soportó los embates de los zan-
cudos, que atacaban en enjambres. Y de hormigas voladoras,
que en Colima se conocen como perras.
—Para los zancudos usamos plaquitas, fogatas; no se iban
con nada. Y con las hormigas voladoras no te cuento: ¡son
enormes! Y además en territorios como el de allá te puede
dar dengue. A mí me picó una. Me sentí deshidratada y se me
durmieron los pies. Tomé agua, tomé suero. Me dio una come-
zón horrible en el estómago. Traíamos pantalón de mezclilla,
camisolas, pañuelos, paliacates, sombrero, lentes, y aún así
estábamos expuestos. En una de las tres ocasiones que estuve
en Manzanillo nos tocó un norte. Estábamos excavando y de
pronto se dejó caer un aguacero impresionante. Como pudi-
mos, tapamos las obras con las lonas; no terminamos. Al otro
día nos contaron que había rastros de caimanes y cocodrilos;
se hizo una revisión para estar seguros de que el trabajo ar-
queológico podía continuar.
Lo que se encontró en Colima fue trasladado a la Alhóndiga
del INAH.
***
—¿A quiénes pertenecían los cuerpos de la Alameda Central
que reposaron en tu oficina en 2014?
—Al antiguo Hospital de los Desamparados, que fundó el
doctor Pedro López en 1588.
De acuerdo con “El Hospital de los desamparados y el
testamento de Pedro López”, artículo publicado por María
Concepción Amerlinck en la revista del INAH, Pedro López
fue en el siglo XVI el segundo médico en México; fundó un par
de hospitales: el de San Lázaro y el de los desamparados, que
atendían a leprosos, gente pobre y niñas y niños rechazados
de otros hospitales.
—Murieron por epidemias: la fiebre amarilla, rubeola, sa-
rampión. Y dentro del hospital había una fosa común para los
que no sobrevivían.
Esas personas fueron las mismas que estuvieron en la ofici-
na de Maira Martínez seis años antes de que el mundo viviera
una pandemia, la del Covid-19. Sin embargo, los cráneos no se
descubrieron de un día para otro. Un día salía un fémur; otro
día, un hueso corto. La obra era interminable.
—Una de esas noches tuve un sueño que nunca olvidaré:
en él una multitud de difuntos yace en el suelo al lado de dos
luces. Son miles de muertos los que están en ese sitio. Para mí
fue como un presagio. Entonces tomé dos varitas de incienso
de mi casa y, antes de llegar al salvamento, pasé a una tienda
por dos veladoras. Cuando arribé al lugar las prendí y recé.
Les expliqué a los difuntos que mi trabajo no era profanar ese
sitio, sino sacarlos de forma respetuosa. No me lo vas a creer
pero a partir de ese día la obra se aceleró: salieron cientos de
huesos; parecía que las tierra los levantaba. Terminamos en
menos de 15 días. Sacamos un total de 50 cajas y 64 costales
entre cráneos, huesos largos, huesos cortos, de todo. También
descubrimos remanentes de las construcciones previas de la
Alameda Central.
—¿Crees en alguna religión?
—Soy católica, pero no lo practico. De niña sí la practicaba.
Ahora pienso que cuando hay que hacer ciencia, hago ciencia,
porque la arqueología es una ciencia. Pero cuando hay que
recurrir a la religión, entonces profeso mi religión. Déjame
contarte que en Manzanillo, cuando encontramos el rodete
de piedras y el cuerpo con figuras incrustadas en los dientes
se vino un ventarrón como no habíamos visto hasta entonces,
como si la naturaleza respondiera a algo. Desde ese momento
cada vez que encontramos vestigios o espacios sagrados, pido 27
permiso. En mi interior platico con nuestros antepasados para
decirles que no voy a profanarlos, sino a rescatarlos, con res-
peto. En el proyecto de Buen Tono trabajamos muy cerca del
mercado de San Juan, en el centro histórico. Se encontró una
escultura de 67 centímetros de alto por 40 de ancho, contando
los brazos y todo. Yo no era la arqueóloga responsable de ese
salvamento. Estaban a punto de sacar la escultura cuando de
pronto se vino un ventarrón bastante fuerte; todo mundo tuvo
que agarrarse sus cascos para que no se les cayeran. Yo no de-
jaba de ver al arqueólogo que iba a sacar la escultura. Y justo
antes de que lo hiciera se tropezó y casi se da un golpe. ¿Sabes
por qué pasó eso? Porque no pidió permiso. Y no es que sea
bruja ni nada, pero hay que respetar a los antepasados.
***
Y este colofón: los restos de los mamuts de la subestación
Diana permanecen en la Universidad Autónoma de San Luis
Potosí. En 2002 la CFE y el INAH firmaron un convenio sin
fecha de caducidad para agilizar los trámites y los trabajos en
las construcciones de la CFE y hacer todavía más productiva
la colaboración entre ambas. Entre los descubrimientos más
importantes de la CFE están los objetos de la cultura tecomana
encontrados en la Terminal de Gas Licuado, en Colima, en 2008,
y los de la hidroeléctrica La Yesca, en Nayarit, en 2006. En esta
última se hallaron más de 400 objetos de la cultura de tumba
de tiros, que hasta ese entonces había sido poco estudiada por
falta de evidencia. Se hizo una exitosa exposición que recorrió
diferentes puntos de la República, incluido el Templo Mayor de
la Ciudad de México. Los proyectos en puerta de la CFE contem-
plan la arquitectura maya cerca de la hidroeléctrica Chicoasén
II y los vestigios alrededor de una zona de Texcoco donde parti-
cipará la arqueóloga Maira Martínez.
Abel Cervantes es escritor y editor. Fue profesor de la UNAM
por más de 10 años en materias relacionadas con cine,
periodismo y ciencias del lenguaje. Es responsable de Co-
municación Interna de la CFE dentro de la Coordinación de
Comunicación Corporativa.
CRÓNICA
 Túnel del Tiempo
Entre Escárcega y Xpujil:
la línea de transmisión
28
que rodeó El Volcán de
los Murciélagos, una de las
dos cuevas más grandes
del mundo
Por
Abel Cervantes
EN EL MUNDO HAY MÁS DE 20 millones de murciélagos
de alrededor de 1,100 especies. Los murciélagos son,
después de la humanidad, los mamíferos más extendidos
en nuestro planeta, y desde 2005 uno de los animales
que la CFE protege como parte de sus actividades para
resguardar el medio ambiente.
—En aquel año, comenta el ingeniero Salvador Román
Ochoa, gerente de Construcción de Proyectos de Transmi-
sión y Transformación (CPTT), la CFE construía la línea de
transmisión de media tensión (230 kilovolts) que va de la
subestación eléctrica Escárcega a la subestación Xpujil, en
Campeche, con el propósito de llevar energía a los pueblos
indígenas de aquel territorio.
El proyecto de electrificación tuvo un impacto positivo
en más de 22,000 habitantes de 75 comunidades ubicadas
entre los municipios de Escárcega y Calakmul, cuyas
actividades principales son la extracción de chicle y made-
ras preciosas.
Cuando la CFE construye una central de generación, una
subestación eléctrica, una línea de transmisión o mueve
una trayectoria de estas últimas, lo primero que hace es
analizar el entorno para reconocer la fauna y la flora o, en
su caso, determinar si existen vestigios arqueológicos o
de otro tipo para causar el menor daño posible al medio
ambiente. Como parte de este trabajo la CFE ha encontrado
objetos de las culturas de tumba de tiros, que tuvieron
lugar hace más de 2,000 años en el occidente de nuestro
ALTERNA ENTRE ESCÁRCEGA Y XPUJIL: LA LÍNEA DE TRANSMISIÓN QUE RODEÓ EL VOLCÁN DE LOS MURCIÉLAGOS
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PÁGINA SIGUIENTE: Imagen tomada del libro Los murciélagos de
Calakmul (2011), publicado con la participación del gobierno de
Veracruz, la Universidad Veracruzana y la CFE. Murciélagos volando en
el interior del Volcán de los Murciélagos. Todas las fotos de este texto
pertenecen a esa publicación.
país; mamuts y flamencos en el centro y norte de México;
y protege especies como el mono aullador y el mono araña
en Campeche, tortugas en Veracruz, águilas pescadoras en
Sonora o águilas reales en Chihuahua.
—En Campeche, comenta el biólogo José Luis Rebolledo
Castro, jefe del Departamento de Gestión Ambiental, Social
y Arqueológica de la Gerencia de Construcción, confluyen
varias áreas naturales protegidas, principalmente en
Calakmul, el segundo espacio forestal más grande del
continente, sólo por debajo de la selva del Amazonas.
Calakmul es una antigua ciudad maya declarada por
la UNESCO en 1989 reserva de la biósfera; es decir, un
espacio cuya finalidad es conservar la diversidad biológica
y cultural, y el desarrollo económico y social, a través del
vínculo entre las personas y la naturaleza. En 2002 la
UNESCO también la nombró Patrimonio Cultural de
la Humanidad.
Además de ser uno de los territorios preponderantes
de la cultura maya, este territorio resguarda El Volcán de
los Murciélagos, donde habitan cerca de 2 millones de
animales alados, de hábitos nocturnos e instinto protector.
Sólo existen dos cuevas de murciélagos de estas dimen-
siones en todo el mundo: la de Campeche y otra ubicada
en Malasia.
Todos los días, en el ocaso, y durante una hora y media,
los murciélagos sobrevuelan la zona y dibujan una especie
de espiral cuando salen de la cueva. La imagen es a tal
CIENCIA SIN FICCIÓN

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grado espectacular que se ha convertido en un centro de
atracción turística. La cueva tiene un túnel de entre 25 y 30
metros de profundidad por donde salen los murciélagos.
Es el hogar donde las criaturas se resguardan de otros
animales y cuidan a sus crías.
—En el mundo hay alrededor de 1,100 especies de mur-
ciélagos, comenta el biólogo José Luis Rebolledo, 138 de
ellas están en Campeche, 47 en Calakmul y 8 en El Volcán
de los Murciélagos. Alrededor de 15 de estas especies en
México se consideran en peligro de extinción.
Los murciélagos son los únicos mamíferos voladores. No
carecen de visión, como lo afirma la creencia popular. Con
excepción de regiones polares, existen en prácticamente
todo el mundo debido a su capacidad de desplazamiento.
Tienen cabeza, tronco, cola vertebral y patas. Y “a diferencia
de las del resto de los mamíferos [sus patas tienen la capa-
cidad de rotar] a 180 grados, de manera que sus rodillas se
doblan en dirección opuesta[,] [lo que les permite] colgarse
cabeza abajo para reposar y levantar el vuelo”, mencionan
Joaquín Arroyo, Rodrigo Medellín y Laura Navarro en “Los
murciélagos. Aspectos generales y los servicios ambientales
en la selva”, que forma parte del libro Los murciélagos de
Calakmul, editado por la CFE y el Consejo Veracruzano de
Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico en 2011.
—Los murciélagos han sido históricamente mal vistos
por tener rabia y esparcirla, pero solamente una de sus
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especies puede hacerlo, la Desmodus rotundus, la única que
se alimenta de sangre, agrega José Luis Rebolledo.
En El Volcán hay 8 especies de murciélagos, siete de
las cuales son herbívoras; la otra se alimenta de néctar
y polen. Según los estudios, los murciélagos comen en
insectos 10 veces más que su peso. Y alrededor de la cueva
de Calakmul se deshacen de 9 o 10 toneladas de insectos
cada noche; de esta manera ayudan al control de plagas,
a esparcir semillas, a la polinización de plantas, muchas
de las cuales sirven para la producción agrícola. Sí, una de
las consecuencias de sus funciones naturales es que en la
región haya tortillas de maíz, tomates, chiles o tamales de
hoja santa, cuyas semillas dispersan; por ello los mayas los
representaban con especial adoración.
—Normalmente estas especies se encuentran de forma
aislada; sus familias o grupos no sobrepasan los 50,000
individuos, dice el biólogo José Luis Rebolledo. Encontrar
un lugar habitado por más de dos especies de murciélagos
es sencillamente extraordinario.
En el proyecto de la línea de transmisión, además del
personal de la CFE participaron autoridades medioam-
bientales, investigadores, la Universidad Autónoma de
Campeche, la Universidad Autónoma de Yucatán, el
Colegio de la Frontera Sur y la Universidad Veracruzana.
La línea de 230 kilovolts de 156 kilómetros con un ancho
de vía de 26 metros, esquiva el trayecto de los murciélagos
Mérida
Campeche
Ciudad de México
Puebla Chetumal
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Escárcega Xpujil
Acapulco
En Campeche, donde tuvo lugar la línea de transmisión Escárcega-Xpujil en 2005, confluyen áreas naturales protegidas, (principalmente en
Calakmul ), el segundo espacio forestal más grande del continente, sólo por debajo del Amazonas.
en su salida de la cueva. Para que tuviera éxito esta
construcción, la Universidad Veracruzana también reubicó
un grupo de monos araña para que vivieran en las mismas
condiciones en las que lo hacía dentro de este territorio.
Luego de los estudios para determinar la trayectoria de la
línea de transmisión, la CFE produjo materiales de difu-
sión, entre los que se encuentra el libro Los murciélagos de
Calakmul, una guía ilustrada que detalla las características
de estos animales en Campeche.
Para los mayas los murciélagos “representaban a los
mensajeros de los dioses del inframundo, [...] por lo que
fueron objeto de veneración y motivo de representaciones
plásticas, como en los glifos [...] plasmados en las estelas de
la zona arqueológica de Calakmul”, indican Jorge Vargas,
Griselda Escalona, Rodrigo Medellín, Joaquín Arroyo y
En 2011 la CFE dio a conocer el libro Los murciélagos de
Fidencio León en la publicación de la CFE. Calakmul en coordinación con el Consejo Veracruzano de
Hoy una forma de venerar a estos animales que cohabi- Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico. Se trata
tan el entorno al lado de las actividades económicas que de un estudio que analiza las especies de murciélagos de
la región, el culto que los mayas profesaban por ellos, los
demandan las sociedades contemporáneas es entender
beneficios que tiene su estadía en el entorno natural y la
sus características biológicas, y respetar su hábitat para manera en que pueden ser cuidados por la comunidad que
que cumplan su función dentro de nuestro ecosistema. los rodea.
TÚNEL DEL TIEMPO
 Ser CFE
Perfil
De las labores sociales a la transición
energética: Jessica García, una
ingeniera química en la Dirección
Corporativa de Operaciones
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Por
Gina Nava
EN 2009 CUANDO JESSICA GARCÍA egresó como ingeniera química de
la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, de una generación
de 30 personas, únicamente seis eran mujeres. Hoy en la Comisión
Federal de Electricidad puede verse un escenario parecido: en las
fotografías oficiales de la Primera Sesión Ordinaria de 2023 de la
Comisión del Manejo de Presas del Río Grijalva ella es la única mujer.
—Veo las fotos y digo: uy, sí soy la única en esta mesa. Pero
aunque mis compañeras no aparezcan en las fotos, muchas contri-
buyen de forma importante no sólo en esta Comisión, sino en todas
las áreas de la CFE.
Jessica estudió la maestría en Ingeniería y Ciencias Aplicadas de
2009 a 2011 en el Centro de Investigación en Ingeniería y Ciencias
Aplicadas (CIICAp-UAEM), y en 2010 hizo una estancia de investiga-
ción en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medio Ambientales
y Tecnológicas en la Unidad de Análisis de Sistemas Energéticos del
Departamento de Energía del Gobierno de España, en Madrid.
—En la CFE se impulsa a que las mujeres alcancen puestos
directivos, pero me parece igual de importante fomentar el
desarrollo de las capacidades y habilidades que les permitan seguir
abriendo caminos en campos donde históricamente existe una
minoría femenina.
ALTERNA SER CFE
Jessica inició su paso en la CFE hace 13 años en la Gerencia
de Gas Natural de la Subdirección de Energéticos. Actualmente
participa en la Jefatura de la Dirección Corporativa de Operaciones
(DCO), donde monitorea los indicadores operativos en los procesos
de generación, transmisión, distribución y suministro de energía; y
diseña y ejecuta estrategias preventivas o correctivas para que la
energía eléctrica llegue en las calidades y cantidades requeridas a
todo México.
La DCO alinea las acciones de estos procesos para que la CFE
nunca pierda de vista sus propósitos sociales; por ejemplo, que
restablezca la energía eléctrica lo más pronto posible ante los daños
causados por fenómenos naturales. En 2017, luego del sismo del
19 de septiembre con epicentro en Morelos, Jessica y decenas de
trabajadores monitorearon desde el Centro de Operación Estratégico
Nacional (COE) los daños a la infraestructura eléctrica y diseñaron
las estrategias para repararlas.
Desde 2020 Jessica García trabaja en el equipo de análisis de la
matriz eléctrica de México: en concreto investiga la evolución de las
tecnologías de generación en la República Mexicana y las compara
con las de países líderes en ese rubro. Es la primera vez que se
realiza una labor así en la CFE, que además será de especial utilidad
para la transición energética.