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· Osear Masotta .

. .
PQp-art,
y arte -de los medios
en la ·d-écaaa· del
Osear
llcvolución en el arte : pop art, happenigns y arte de los medios
en J:¡ década dd sesenta.- 1a. ed.- Buenos Aires : Edhasa, 2004.
376 p. ; 19x12 cm.- (Los li bros de Sísifo)

ISON 950-9009-20-2
ÍNDICE
1. Ensayo Argentino. l. Título
C DD A864

Diseño de la cubierta:Jordi S3bat

Pr imera edición: agosto de 2004

Estudio preliminar: Vanguardia y revolución


en los sesenta, por Ana Longoni . . . . . . . . . . . . 9
© herederos de Osear M asotta, 2004
del estudio preliminar: Ana Lon goni, 2004
© de la presente edició n: Edhasa, 2004 EL POP-ART
o
Paraguay 824 6 piso, Bu enos Aires
info@edhasa.com.ar Prólogo . . . . 109
Introducción 113
Avda. D iagonal, 5 19- 52 1. 08029 Barcelona
Tel. 93 494.97. 20 1.0. 117
E-mail: info@edhasa .es
http:/ /www.edhasa.es
1. 1 . Los imagineros argentinos 122
1.2. ¿Qué es el arte pop?
ISBN : 950-9009- 20- 2 Su relación con la semántica 130
1.3. Un código elemental . . ... . 140
tr ;llndo de contacta r a los propietarios de los dereC hos de las ilustraciones
q'¡llndrr r cn en libro.Toda info rmación que permita a los editores rectificar 1.4. La "apercepción" del código en Warhol 148
¡ u;dqnic r referencia o crédito para futuras ediciones, será bienvenida.

1.5. Artes gestálticas .. . .. . 153


(} ur<hn rigurosamente prohibidas, sin la autor i.zación escrita
¡k los titubrcs de l Copyright, baj o las sancio nes esta blecidas 1.6. Tecnocracia y semántica 155
1 11 Lu lry''li , l.1 re producción parcial o total de esta obra por cualquier medio
11 prt ll comp rend idos la rep rografia y el tratamiento informá ti co, 1.7.1\rte de n1áscaras 157
y l.1 d h lribu ción de ejemplares de ella m ediante alq uiler
o préstamo público. 2.0. 158
2.1.Warhol 159
lln prcso por Cosmos Offset S.R.L. 2.2. D' Arcangelo 164
1m preso en Argentina 2.3. Lichtenstein 168

,\
8

2.4.Jim Dine . ...... .. ..... .. . . . .. 172 ÜSCAR MASOTTA: VANGUARDIA


2.5. Segal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175 Y REVOLUCIÓN EN LOS SESENTA
2.6. Culturas de máscaras . . . . . . . . . . . . . 177
2.7. Conclusiones . .... ..... . .. . .... 184 Ana Longoni*
.Bibliografía selecta . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
A Roberto Jacoby, con quien tantas
HAPPENINGS veces fantaseamos con este libro.
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
Los medios de información de masas ace pocos meses, en una mesa redonda sobre
y la categoría de "discontinuo" vanguardias artísticas argentinas de la década del sesen-
en la es tética contemporánea . . . . . . . . . . . . . . 213 ta, alguien del público preguntó por cuál había sido el
L"tcfl exiones y relatos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 lugar de los críticos en ese proceso. Uno de los pane-
Tres argentinos en Nueva York . . . . . . . . . . . . 271 listas, artista protagónico de aquel período, tomó la
Yo cometí un happening . . . . . . . . . . . . . . . . . 287 palabra y recordó que fueron pocos los que desento-
naron con la hostilidad reinante hacia la vanguardia:
CONCIENCIA Y ESTRUCTURA Aldo Pellegrini,Alberto Consté, algún otro. No pude
Pró logo . ..... ..... . .... .... ... . . 315 dejar de agregar otros dos nombres cruciales: el de Ger-
R.ogelio Polesello y el mito de las profesiones 325 maine Derbecq, la artista francesa que dirigió la gale-
Despu és del pop: nosotros desmaterializamos 335 ría Lirolay, crítica de arte en Le Quotidien, periódico
de la colectividad franc esa, y el de Osear Masotta, quien
fue mucho más que un crítico: teórico, impulsor y rea-
lizador de las tendencias experimentales desde media-
dos de la dé cada. La reacción de enojo que la última
mención desató en el pintor fu e inmediata y enfáti-

*Aunque este texto lleve sólo mi firma y sea yo la única responsable de lo


que en él se afirma, la investigación aquí condensa da fue realizada en común
con Mariano M estm:m a lo brgo de los últimos años. A él, mi reconocimiento.
HAPPENINGS

Osear Masotta con hechos y


_ textos de:
y otros Marta Mlnujin
Alicia Páez
Roberto JacobJ
Elíseo Varón
Eduardo Costa
M&d&la Ezcurra
Editorial !laúl Escari
Jorge AJvare.z Oclavio Pa,z
PRÓLOGO

1 happening aparece en la Argentina marcado

, en tanto que hasta esa fecha apenas si existí-


en la Argentina manifestaciones expresas del género.

P lil'-lvu,
al nivel de los medios de .masas, co'rresponden
gualmente muy pocos happenings efectivamente reali-
ados. Sin embargo, y desde el punto de vista de los
hechos, esto es, considerando tanto los happenings que
ae hicieron como cierta madurez al nivel de la reflexión
aobre los productos del arte de vanguardia, es posible
que, efectivamente, el año 1966 haya sido fructífero entre
nosotros.
El conjunto de ensayos que constituyen el presen-
te volumen guarda bastante coherencia entre sí. Por un
lado los autores coinciden en el tema, si bien de
bastante especial. Pero por otro lado todos remiten,
en mayor o menor grado, a un mismo marco refc r'\'11 del año 1966. Es cierto que en algún momento
cial, a una misma metodología: estructuralismo y transcurso de la lectura pueden surgir puntos incier-
pología estructural, semiología, comunicaciones. Es Pienso en las excelentes reflexiones de Roberto
to que con excepción del artículo de Eliseo Verón c•l sobre el" happening de la información falsa".
lector no hallará aquí análisis estructurales ni se rrrro junio y julio de 1966, Jaco by y Costa informa-
lógicos completos sobre el happening. Pero análisis eslt uc a diarios y revistas de la existencia de un happening
tural y semiología no dejan de ser, sin embargo, elrrw no había ocurrido, con el fin de desencadenar la
co de referencia común, la "manivela" (aunque basl:tlll " llormación, y producir una "obra" que no fuera sino
lejana todavía) hacia la que tiende la reflexión. Es mismo desencadenamiento. Ahora bien, ¿es posible
ble entonces que el lector pueda recorrer los disti nlo' todavía happening a este tipo de obra que se cons-
ensayos que constituyen el tomo de la misma n¿.a n('lll con medios de información masiva, esto es, em-
en que se lee una obra unitaria, los capítulos del lillr fj esos medios o en el interior de esos medios?
de un autor único. De ensayo a errsayo la reflexi ó n 110 "berto Jaco by piensa que no, y que es posible hablar,
se contradice sino que se complementa.Y si bien qucd.111 lo mismo, de un arte anti-happening, o bien, y de
puntos no resueltos, o cierta ambigüedad no red ucid,, positiva, de un "arte de los medios de infor-
en lo que respecta a la soiución de algunos .u;ti..Iuu de masas" . La diferencia entre uno y otro esta-

los autores coinciden en la manera de formularlos. en que mientras el happening es un arte de lo inme-
El lector puede recorrer el libro así de disti ""' - el arte de los medios de masas sería un arte de las
maneras. Si viene al libro con el propósito de in fo r cdiaciones, puesto que la información masiva supone
marse sobre qué cosa es un happening y sobre el distancia espacial entre quienes la reciben y la cosa,
1 ficado de la palabra, probablemente deba leer los objetos, las situaciones o los acontecimientos a los
¡
1

el trabajo de Alicia Páez, complementando su lec ltll ¡l que la información se refiere. Así la "materia" del hap-
con la "antología", preparada por Madela Ezcurra, (1 111 ' pening,la estofa misma con la cual se hace un happening,
sigue a su reflexión sobre la aparición de la t' ll estaría más cerca de lo sensible, pertenecería al campo
. los medios de información masiva. Después podrá in f< ll concreto de la percepción; mientras que la "materia"
marse sobre los "hechos", es decir, sobre los happeuill.i!' de las obras producidas al nivel de los medios de infor-
que efectivamente han "ocurrido" entre nosotros :t l11 mación de masas sería más inmaterial, si cabe la expre-
202 ,
203

sión, aunque no por eso menos concreta. El pasajt· ella no haría sino "señalar" a las audiencias, es decir, ayu-
entonces desde el happeniltg a un arte de los medios el " darlas a tomar conciencia de ese hecho, de ese poder
información de masas arrastraría una transformación ambientacional de los medios . Pero no es tan fácil en
de la materia estética: ésta se haría, cada vez, más socio- cambio decidir qué es lo que es necesario atender por
lógica. Pero al revés, es dificil que estas diferencias pue- palabras como "ambientar", "ambientacional", "ambien-
dan precisar definitivamente los límites del concepto tación". En mi comunicación sobre "Los medios de
de happening. En la medida que el happening es un géno/ información de masas y la categoría de 'discontinuo' en
ro de actividad artística que comienza por ampliar la la estética contemporánea", el lector podrá encontrar
extensión misma de la noción de obra, sería posible tal vez, si no la contestación a la cuestión, al menos algu-
subsumir bajo el concepto también a las obras produ- nos medios para pensarla. De cualquier manera será pre-
cidas en los medios de información. Cuestión dificil de ciso retener esta actitud de los artistas, este prurito por
decidir, sin embargo, y puesto que ella no acarrea sola- colocarse "más allá" o "después" del happening como
mente razones que se refieren al límite lógico del con- género fechado históricamente.
cepto, es siempre posible sostener, en la línea de Jaco by, La comunicación de Alicia Páez es triplemente rele-
y también de Costa, quienes coinciden en esto con la vante. Surgida en el interior del seminario que dicta-
posición de Marta Minujin, que los happenings perte- mos en el Instituto Torcuato Di Tella sobre los medios
necen ya al pasado. Marta Minujin, así, se negaba a lla- de información masiva y su conexión con las obras de
mar "happening" a su trabajo de los sesenta televisores, la plástica más contemporánea, tiene ante todo la vir-
al que se refería hablando de "señal de ambientación". tud de presentar al lector un resumen lúcido, y útil,
No un happening entonces sino una "señal de ambien- de casi prácticamente la totalidad de la literatura exis-
tación" . Designación esotérica, a primera vista, pero tente hasta la fecha sobre happenings. Las reflexiones de
que se entiende cuando se aclara el origen y la inten- Allan Kaprow, de Michael Kirby, de Lee Baxandal, se
ción de las palabras y de las ideas. Marta Minujin, en la hallan allí comentadas y ordenadas, clasificadas, de mane-
línea d e McLuhan, piensa que los medios de infor- ra que ofrecen al lector un seguro índice -donde nada
mación "ambientan" a las audiencias, y que en su pro- ha sido olvidado- de las propiedades y características
pio trabajo y mediante el uso simultáneo de medios de que es posible asignar al género. Pero, por otra parte, el
información diferentes -radio, televisión, telegramas-, escrúpulo clasificatorio responde en Alicia Páez a una
205

intención expresa: mostrar hasta qué punto no es posi- tamente, de las características estéticas del happening en
ble definir a un género por su origen anecdótico, ni por los términos de los hechos sociológicos es probable que
la línea de una evolución, ni a partir de la idea de que perdiéramos por el camino lo que el género tiene de
el happening no es más que el producto o el crecimiento más específico. Se hace inminente, entonces, ir a buscar
de las técnicas pictóricas modernas. La historia de la ese a un nivel más general, en un nivel de len-
evolución de un tipo de actividad no puede dar cuen- lo suficientemente general como para envolver a
ta, en términos explicativos, de ella; sino que al revés, la vez los hechos de la sociología y los objetos de la es-
es preciso primero conocer cuál es la estructura d e .tética. El artículo de Elíseo Verón nos señala cuál podría
ese tipo de actividad para entender de qué se está ser el camino. No resulta demasiado dificil compren-
hablando cuando se habla de antes o después, cuando der que en la constitución de una obra de arte existe
se recorren los momentos de la evolución o cuando se un proceso de transformación, o como según se dice,
nombra a la historia. Finalmente, hay en el trabajo de que el arte es una "transformación de la realidad". Pero
Alicia Páez una reflexión sobre la estructura de lo ima- resulta menos fácil poder decir en qué consiste esa trans-
ginario en la obra de arte, de la que es posible extraer, formaCión. En este sentido Verón propone no solamente
tal vez, una conclusión: que el happening se constituye una descripción estructural de ella sino que permite,
sobre un "desplazamiento" de ese imaginario. a mi entender, entrever la posibilidad más general de
¿Pero qué hay que entender por ese desplazamien- una definición estructuralista de la obra de arte como
to, cuál es la estructup que le subyace?Y por otra par- "un conjunto de operaciones de permutación cuyo
te, ¿con qué lenguaje hablar de él? Tratándose de un resultado debe arrastrar la 'neutralización' de una (o
"cambio de lugar" de los objetos de la imaginación, o más) oposición". En adelante, entonces, sería posible
bien, de un "anclaje" de los objetos de la imaginación intentar hacer con otras obras lo que Verón hace con la
en las cosas de la realidad, tal vez se podría pensar que "señal de ambientación" de Marta Minujin. Por otra
con el lenguaje de la ontología. Pero sería dificil poder parte, la hipótesis que más o menos cautelosamente
hablar de Kaprow o aun de Lichtenstein, con el len- Verón propone para explicar la utilización, por los artis-
guaje de Heidegger. La materia sociológica del happe- tas de vanguardia, de los productos de la cultura masi-
ningreclama seguramente de la sociología. va, explicación según la cual "este hecho encierra un
Solamente que si pretendiéramos dar cuenta, comple- mecanismo de defensa ante la invasión de la cultura de
206 r 201

masas", no debe molestarnos, puesto que el autor In tos, es siempre sospechosa. Pero lo es menos si quie-
comenzado por legitimar la necesidad de un "análisis nes escriben son los mismos autores o actores de los
inmanente" de las obras. Una vez intentado éste, el s hechos o si los hechos fueron presenciados por quie-
ciólogo o el psicólogo social podrá intentar otro tip o nes escriben.
de acercamiento: la verificación de los resultados no De cualquier manera el happening tiene una histo-
podrá dejar de lado esta condición, que el valor de 1, ria en la Argentina. Es preciso recordar entonces hitos,
obra como tal, su jerarquía de objeto estético, no podría fechas, nombres. Yo diría que en el centro de esa bre-
ser disuelto por la explicación. ve historia hay dos nombres : Alberto Greco y Marta
Pero este tomo contiene no solamente reflexiones, Minujin.Y tal vez no se pueda com.prender del todo
sino hechos; esto es -e invariablemente mediatizados por a Marta Minujin sin tener en cuenta su amistad con
el lenguaje del relato- relato de hechos, happenings Greco: la afirmación radical del valor del arte en rela-
tivamente realizados. Para los ejemplos argentinos, se ción a la vida y el rechazo del arte en favor de la vida,
podría decir, entopces, que la información es incomple- sumados a una atenta ansiedad referida a las etapas más
ta; y podría sorprender sólo aparezcan en el tomo recientes de la historia del arte.
los happenings realizados durante el año 1966. Pero esto Si colocáramos entonces la aparición del happening
obedece por un lado a que fue durante ese año que sur- en nuestro país en la línea del desarrollo de los proble-
gió entre nosotros la idea de un "arte de los medios de mas habría que comenzar citando la muestra
comunicación", este nuevo" objeto ansioso", para hablar informalista de noviembre de 1959 en el Museo de Arte
como Harold Rosemberg, que nace aparentemente como Moderno: Greco expone entonces junto a Pucciarelli,
una nueva hibridación del happening. En este sentido este a Wells, Keneth Kemble, Enrique Barilari, Oiga López,
libro debiera llevar el título menos general de "Happe- Maza y Jorge Roiger ; y también la exhibición de Arte
nings y medios de información de masas". Es cierto tam- destructivo, en noviembre de 1961, en la galería Liro-
bién que no todos los happenings presentados tienen que lay, donde exponen Seguí,Wells, Barilari,Jorge López
ver con los m.edios masivos (ni el mío propio, ni el "reco- Anaya, Torrás, Roiger y Kemble. Habría que recordar
rrido" de Escari, ni el "Happening de happenings"). Pero también, y ahora fundam.entah11ente, el vivo-dito de Gre-
aquella limitación es una prueba de garantía: la recons- co, en 1964, en la Galería Bonino.Y más acá, y desem-
trucción, por m.edio del lenguaje, de los acontecimien- barazados ya de toda referencia al informalismo, los
208 , 209

Microsucesos que Carlos Squirru, Delia Puzzovio y Edga r las puertas de la galería Bonino, en la calle Maipú. En
do Giménez presentaron en la sala del teatro La Reco d interior del local, en la primera sala, se hallaban insta-
va en marzo y abril de 1965; también La Menesunda , el lados dos limpiabotas; en la segunda, Edgardo Giménez
"circuito-ambientación" de Marta Minujin y Rubén y Delia Puzzovio, aguardaban enmascarados su llegada.
Santantonin, presentado en el Instituto Di Tella entre (;reco llega ataviado con una chaqueta de alm.irante,
mayo y junio de 1965; y El Batacazo ("circuito-obj e- una banda roja cruzándole el pecho y sombrero de alas
to-ambientación", siempre según la designación de la anchas y plumas coloreadas. Lee entonces un manifiesto
autora) que Marta Minujin mandara al Premio Inter- más o menos ininteligible, e inmediatamente, sobre
nacional Di Tella de 1965; dos happenings también de paneles de tela que hacen de fondo, contra el que se
Marta Minujin, uno realizado por el Canal 7 de TV en habían instalado a los lustrabotas, traza la silueta de éstos
1964 y otro en el Estadio del Cerro, en M.ontevideo. con pintura azul. Se traslada entonces a la plaza San
Tampoco habría que olvidar el Poster Pannel que Squi- Martín, y bajo el monumento, hace que el bailarín Anto-
rru, Puzzovio y Giménez izaron, en la esquina de Vía- nio Gades, acompañado por un guitarrista, ejecute un
monte y Florida, en agosto de 1965. fandanguillo; dibuja también su silueta.
Greco, que había nacido en nuestro país en 1931 , El mismo clima de fanfarronada y de exotismo
se suicidó en España en 1965. Después de participar intencionalmente banal, más el uso de símbolos de la
activamente en la del informalismo en la cultura masiva, se hallaba en los "microsucesos": cinta
Argentina, en 1962 llena la ciudad con afiches en los musical de Rondano donde se intercalan "jingles"; Mari-
que se leía: "Alberto Greco, el pintor más grande de lú Marini baila "Scherezadha", hay dos enormes bote-
América'', y en 1963 embadurna paredes y monumentos llas en réplica de la naranja Crush. Un clima burlón - que
de Roma con esta otra leyenda: "¡Greco, qué grande está en el origen de nuestros" camp" 1-, un poco surre-
sos!" . En 1963 programa en Italia su Cristo 63: se pre- alista, se combina con elem.entos pop, con una inten-
senta desnudo en escena y las autoridades policiales y ción "ambientacional" y con la construcción de un
municipales lo conminan a abandonar el país en 48 "recorrido". Los invitados debían pasar a través de labe-
horas. En 1964 regresa a Buenos Aires para ejecutar
1. N . de E. Ver el signifi cad o d e la palabra en la nota 2 de " Los m edi os de
su vivo-dito (" dito ", en italiano, significa "dedo"): una
información de masas y la categoría de ' discontinu o ' en la estética co ntem-
muchedumbre de cuatrocientas personas se hacina ante por:ínea "
210 ;r 211

productos de la industria cultural, se combinaba con la


rintos, recorrer un túnel de cartón, caminar sobre almo-
"nominación" sensacionalista de la persona de la artis-
hadones de goma, apartar cortinas de celofán y muñe-
ta. Sin duda será preciso reflexionar un día sobre la toma
cos de plástico, recorrer una gruta con paredes de papel
consciente y el comentario implícito y explícito que
maché . Edgardo Giménez reparte anteojos de colores
los artistas plásticos han hecho del sensacionalismo con-
y cubos de caldo concentrado. También se reparten
zapallos rellenos y empanadas; se tiran naranjas. Rodrí- temporáneo.
15 de enero de 1967 .
guez Arias aparece vestido de monja, y mi eh tras se escu-
cha una voz grabada que pronuncia un sermón reli-
gioso, es acariciado por dos manos que salen de detrás
del telón. H ay tar'nbién crímenes simbólicos, alegorías
exageradas, tortas cremosas, y cotillón.
En cuanto al Poster Pannel de Puzzovio, Squirru y
Giménez, es evidente que tiene su antecedente en los
afiches de Greco. Bajo la reproducción de la figura de
los tres artistas se leía esta leyenda:"¿Por qué somos tan
geniales?". Pero hay una diferencia con Greco. La mofa
-más o menos ambigua- al sensacionalism.o, aparece
ahora realizada sobre material semejante al de un ver-
dadero afiche de publicidad. Dentro de esta misma
intención Delia Puzzovio envía al premio Di Tella de
1966 un enorme cuadro, que había encargado pintar a
un artesano de afiches de cine: el cuadro representaba
a la misma artista. El crítico inglés Lawrence Alloway,
jurado del premio, observó justamente que tal vez se
tratara del autorretrato de dim.ensio nes más grandes
hasta ahora realizado y ejecutado por otras manos que
-iel artista. El anonimato de la factura, como en los
Los MEDIOS DE INFORMACIÓN DE MASAS
Y LA CATEGORÍA DE "DISCONTINUO"
EN LA ESTÉTICA CONTEMPORÁNEA*

l. stas reflexiones no podrán sobrevolar un


hecho : que se hallan históricamente situadas. Pero his-
tóricamente hablando, ¿en qué consiste nuestra situa-
ción? Yo diría: se trata del momento en que una cierta
ideología (es decir, una cierta interpretación del proce-
so social e histórico en su conjunto) comienza a perder
vigencia para ser reemplazada por otra. Una ideología
de reemplazo cubre hoy las debilidades de la ideología
que la ha precedido, a la vez que precisa la aparición,
sobre el horizonte histórico inmediato, de realidades
nuevas. La historia reciente de las artes plásticas podría
servirnos para descubrir algunos índices. Efectivamente;
las obras aparecidas en el interior de los años cincuenta
hacen pensar en el fin de una ideología, cuya piedra de
toque era el maquinismo, o la idea de maquinismo, como
quiera decirse. El período que se inicia acompaña la apa-
rición de un "tema" nuevo para la producción plásti-
* Comunicación leída en el Instituto Di Tella el martes 15 de n oviembre de
1966.
.., 215
ca: los medios de información. El futurismo y el Bah:n1 nvuelve a nuestra cultura después del asalto de la radio,
fueron la afirmación, el uno, austera la otra, dt• lns jcts, la televisión, las computadoras, la comunicación
la primera. En cuanto al dadaísmo: yo diría que esl <' través de satélites, se halla en Understanding Media:The
movimiento se adecuaba mal a su tiempo. El ne ga li l!xtension qf Man; el libro de Marshall McLuhan, el direc-
vismo dadaísta es seguramente otra cosa que una mani tor del Centro de Cultura y Tecnología de la Universi-
festación oscura del "clima" de los años veinte; y serí:1 dad de Toronto, en Canadá. Las tesis de McLuhan
preciso entender al dadaísmo, a mi entender, como un (¿cómo llamarlas?) tienen esto de novedoso: su visión
caso de desadecuación entre las características interio- optimista del proceso tecnológico, donde el bombar-
res, estructurales, de un estilo, y la estructura interior, el deo que los medios de información hacen soportar a
tipo de pensamiento inmanénte a la ideología del maqui- las audiencias masificadas no tendría consecuencias nega-
nismo. Hoy resulta evidente que la "máquina" no era el tivas sobre la conducta individual; al revés, puesto que
"tema", por decirlo así, ni mediato ni inmediato, d el "los valores aparte -escribe- nosotros debemos apren-
botellero, ni de la rueda de bicicleta de Duchamp, ni der hoy que nuestra tecnología eléctrica tiene conse-
tampoco del orinal que el artista envía al salón de Nue- cuencias para nuestras percepciones más banales y coti-
va York en 1917. El revival del dadaísmo -la nota esen- dianas, y sobre nuestros hábitos de acción, de tal modo
cial de la producción plástica a partir de los años cin- que muy rápidamente se recrean en nosotros los pro-
cuenta- no se explica tal vez sino por razones inversas. cesos mentales del hombre más primitivo". De esta
Ahora hay seguramente mayor adecuación entre la manera la era de la técnica y de la extensión de los
estructura de un nuevo estilo, estrechamente empa- medios de comunicación no se contraponen a las for-
rentado con el dadaísmo, sus motivos profundos, y el mas de conmnicación de la vida del buen salvaj e, no hay
pensamiento y las realidades sociales más nuevas. ruptura entre naturaleza y cultura, y la cultura no com-
plicaría las relaciones en el interior del grupo y el siste-
ma social, sino que al revés, a fuerza de complicarlas,
McLuhan nos dice McLuhan, las simplifica definitivamente. Lo
cual hace pensar en la carga ideológica de The Exten-
El ideólogo más actual; es decir, el comentario más sion oj j\l[an: McLuhan no pone los valores aparte, y la
audaz, nüs polénlico y más eufórico del proceso que nl.ás superficial lectura de su libro revela qu e inás del
216 211

setenta por ciento de sus afirmaciones son proposici las luces parpadeando en las torres de las emisoras" .Y
nes de valor que conectan sin más una interpretación por otra parte la afirmación de que "el medio es el men-
global del proceso tecnológico con las formas de con- saje", a través de la cual el autor vulgariza resultados de
ducta del individuo social; y lo son doblemente (pues- las búsquedas contemporáneas, y que repite a lo largo
to que la posición del individuo en el interior de los de las páginas de su libro, y aunque a veces pierde su
productos de la técnica y de la cultura no es homogé- eficacia puesto que se torna omnicomprensiva, tiene la
nea a la posición de otros in-individuos , puesto qu e virtud de colocarnos en el centro mismo de los pro-
d acceso a esos productos está determinado por el lugar blemas del arte más contemporáneo, y permitirnos en-
del individuo dentro de:l proceso de la producción y trever, también, algunas correlaciones, que por genera-
por el trabajo i y-que el valor de las sociedades se mide, les no son menos concretas, entre la artística
en verdad, por lo que valen en ellas, como decía M er- y otros productos de otras áreas de la acción social. Es
leau Ponty, las relaciones del hombre con el hombre, sobre esas tesis y sobre esas correlaciones que preten-
.11
así ellas estén irremediablemente mediatizadas por la deremos reflexionar.
técnica y por las cosas. Pero hay también la posibili-
dad de una lectura no ideológica del libro ; como h a
escrito Ha;.old Rosemberg, mientras que otros ideólo- Arte pop y medios de comunicación
gos como Sf}engler, Veblen, Orwell, Munford, no han .-
hecho en el fondo más que "contentarse repitiendo una Que existe una correlación histórica entre el creci-
crítica a la sociedad industrial tal como había sido for- miento de los medios de masiva y los pro-
mulada una centuria atrás, como si la sociedad hubie- ductos de la actividad artística de los últimos años es
se permanecido quieta y vacía desde el advenimiento una verdad que nadie podría negar. Bastaría con con-
de las primeras fábricas. Contra una imagen de nuestro sultar las fechas: en 1948 se produce en los Estados Uni-
tiempo que ve a la sociedaCl a través de la pálida foto- dos el primer gran salto expansivo de la televisión y de
grafía de un pasado ricamente pigmentado, McLuhan, 100.000 aparatos se pasa a un millón. En 1954 se regis-
a pesar de todas sus abstracciones, encuentra la realidad tra el establecimiento de la televisión en color. En tan-
positiva, plena de sentido humano y con el color de la to que en 1955, dos exposiciones, las de Rauschenberg
vida, en los supermercados, los vuelos estratosféricos, y la Tinguely podrían ser consideradas como el punto
218 219

de partida seguro de lo que un crítico 1 ha llamado pintores de la segunda ola de la escuela de Nueva York.
"superrealismo" (dando a la palabra un sentido distin- En la línea de evolución de las artes plásticas contem-
to del que tenía en Herbert Read cuando éste se refe- poráneas se produce entonces un salto definitivo, una
ría al surrealismo) . Superrealismo: es decir, un arte que verdadera y radical metamorfosis del objeto plástico, y
toma en cuenta y contesta las nuevas realidades socia- los antiguos problemas sin salida de la pintura abstrac-
les: el "supermercado", la "supercomuriicación" , "super- ta, de los cuales el suicidio de De Stael queda como tes-
roan", y la "supersofisticación" de la moda, la "supersa- timonio, son abandonados por lo que ha sido llamado
turación" de los mercados de consumo. la "nueva imagen".
En 1953 Lawrence Alloway lanza la expresión pop- ¿Pero en qué consiste esa "nueva imagen"?Y por
art en Inglaterra; y ya un año antes existía en el Insti- otra parte, señalar la convergencia de ciertas realida-
tuto de Arte Contemporáneo de Londres un grupo de des sociales y culturales en crecimiento no es dar cuen-
pintores, arquitectos y escritores (entre quienes se halla- ta de una correlación. Debiéramos entonces -así fue-
ban el mismo Alloway, y también artistas como Eduar- ra de modo incompleto- fijar algunas características
do Paolozzi y Richard Hamilton) que discutían en tor- estructurales del estilo de las obras de producción recien-
no de la cibernética y la teoría de la información, sobre te, e intentar ver hasta qué punto se motivan o no en
comunicaciones y mass media, sobre la moda, el dise- la percepción, por el individuo, de aquellas realidades.
ño industrial, los estilos de automóviles, la violencia en A primera vista las cosas podrían no ser dificiles.Y
el cine. En 1952 Paolozzi proyectó, para sus amigos, un si se piensa en Oldenburg, se podría aceptar y com-
film con material tomado exclusivamente de afiches de prender que si juega con la dimensión de los objetos,
publicidad. y si repite objetos del mundo de la producción social y
La explosión de la información masiva desarrolla un del consumo en materiales diversos, no hace más que
nuevo y rico folklore urbano : historias en "historietas", comentar, sobre la base de ciertas transposiciones, esas
la moda, la publicidad, el neón, los plásticos, "obras" verdaderas operaciones de transubstanciación que la
radiales, cartones. Ellos constituirán el "tema" de los pantalla de la televisión y los poster pannels hacen sopor-
tar a esos mismos objetos. Pero el "comentario" olden-
buriano no es del n1.ismo tipo que el que se halla en
1. Mario Ama ya, Pop Art . . . and A{tcr, (A Sur vey of the N ew Super Rea-
lism), Nueva York,The Viking Press, 1':>65. la base de la producción de otros artistas. Sería nece-
220
, 221

sario entonces apresar un principio más general, capa meraci6n describe un panorama rico en posibilidades
de acoger en su interior obras diferentes; pero lo sufi- y producciones. Pero no deja entrever principio que
cientemente preciso como para medir el alcance del pudiera estar en la base de búsquedas tan dispares; y a
"campo plástico" donde esas diferencias cobrarían sen- mi entender los críticos dejan generalmente de lado no
tido. Y que sirva para estilos y obras que sólo el lado decididamente conceptual del arte con-
no explícitamente (como es en cambio el temporáneo, sino cierto principio, más o m.enos cons-
caso de las obras pop) lá explosión de los medios de in- ciente -pero esto no importa- que podría resumirse
formación masivos y los productos y los mitos de la cul- así: el objeto estético nuevo lleva en sí mismo no tanto -o bien
tura de masa; y también, para comprender la aparición tant<r la intención de constituir un mensaje original y nue-
de nuevos géneros de manifestación artística, como es vo corno que permite la inspección de las condiciones que rigen
el caso del happening. Por el momento histórico en que la constitución de todo mensaje. O para decirlo con las pala-
se producen, los primeros happenings conectan con el bras de Baxandall: "El teatro siempre ha enseñado pers-
pop y con Rauschenberg, y por sus reglas estructura- pectivas sobre el pasado ... Hoy retrocede para ayudar-
les con Cage y con cierta precisa intuición de esas reglas
por el dadaísmo. ¿Pero qué tienen que ver con los mass per" (trad. francesa, Les Editions de Minuit, París, 1962, p. 240). El ca111p tiene
media? que ver con el estilo ingenuo, con un con un gus-
to por una inversión constante de los valores que lleva a los homosexuales,
Redescubrimiento del ready made y bautizo, como por ejemplo, como dice Rosemberg, ";¡ participar entusiastamente en un movi-
se ha dicho, de los objetos industriales; collage, relie- miento por la reconstrucción de la familia". Tiene que ver con un;¡ conver-
sión del mal gusto en buen gusto. (Véase Genet, Nuestra Señ.ora de las .flores),
ve, técnica del dechet, los combine de Rauschenberg, pasa- "tiene que ver con la y con grupos de homosexuales , tiene
que ver con un más o menos radie;¡]". Tiene que ver con b bur-
je del movimiento figurado al movimiento real, y más
];¡ de toda seriedad. Tiene que ver con la inocencia, y con un movimiento
aquí, shaped canvas, esculturas pintadas, estructuras pri- simultáneo hacia la inocencia corrompida. Tiene que ver también con cier-
to gusto por la liviandad de los juicios: Susan Sontag cita como ejemp lo esta
marias y búsquedas cool, y también, obras camp. 2 La enu-
frase de Lady Winde111ere's Fan: "Es absurdo dividir a la gente en buenas y m;¡]as.
Las person:Js son encantadoras o aburridas". ("Notes on 'Camp'", en Again.st
2. La palabra camp, hoy a punto de convertirse en una verdadera categoría esté- ln.terpretation, Farra, Straus and Giroux, Nuev:1 York, 1966). Sin embargo, no
tica, viene del inglés estadounidense. Pertenece a la vez al slang y a un len- hay en los Unidos, que yo sepa, excepto ;¡]gtmos pocos ejemplos,
guaje culto hablado por grupos m ás o menos detlnidos. Harold Rosemberg, plásticas camp; en este la describe mejor un estilo de
en su excelente libro The Tradition 4 the New la detlnía así: " Pertenece a un decoración y una moda en el vestir. Entre nosotros, se podría decir, tal vez,
slang intraducible: es necesario entender a la vez un disfroz burlón y que los trabajos de Susana Salgado, Stopp:11Ü y Rodríguez Arias son ca 111p.
gante, y una nuscarada por b se expresa el carác ter verdadero del cmu- En espec ial, la obra de teatro Dráwla de este último.
222 , 223

nos a ganar perspectivas acerca de cómo se forman las ductas cuando ellas no se originan en la conciencia
perspectivas". 3 La intuición, y a veces la tematización de quien actúa; sino que proceden, muy estructurados,
expresada por el arte pop de la importancia de los códi- del sistema o del conjunto de sistemas de valorización
gos sociales, 4 esto es, de esos sistemas reglamentados y de interpretación de la realidad gestados por el gru-
que están por detrás de la constitución de los mensa- po social. Las diferencias que separaron a los surrealis-
jes, y que rigen desde un "inconsciente colectivo" nues- tas de los dadaístas no pueden ser explicadas sino en
tra relación 'c on los otros y todo proceso de inter- relación a esta correlación: había en los dadaístas una
relación, constituye la primera prueba de ese viraje de intuición de los productos y de los signos de la acción
la intención artística. social que se oponía radicalmente a las búsquedas de
quienes, como los surrealistas, fijaban el pasaje del sím-
bolo a lo simbolizado, del signo a lo que el signo sig-
Las grandes correlaciones históricas nifica, en la materia disolvente de la subjetividad. La
diferencia que va desde la recomendación surrealista
Sin duda asistimos hoy a una nueva correlación histó- "colocar un paraguas sobre una mesa de disecciones"
rica; así como el surrealismo conectaba con el psicoa- al ready made mide no sólo la distancia entre gustos esté-
nálisis, gran parte de las búsquedas contemporáneas ticos distintos, sino características estructurales propias
conectan en cambio con la semántica, esto es, con la · de pensamientos, complementarios tal vez, pero tam-
investigación de los sistemas de signos y los procesos de bién excluyentes y exclusivos.Y no es casual que se sien-
significación cuando ellos son el "producto de la acción ta hoy que Duchamp es más contemporáneo que cual-
de muchos", y definen áreas de hechos con sentido y quiera de los pintores surrealistas del primer momento
donde el origen de ese sentido rebasa la perspectiva de (dejando de lado los casos menos netos, más compli-
una conciencia individual. Dicho de otra manera, el cados y más apasionantes como el de Magritte). s
estudio de los hechos de significación, o de las con- Pero esta gran correlación histórica entre tipos de
Saber y la producción artística, más la concurrencia del
3. Bcyond Brccht:Thc en Studics on thc Lcft, Vol. 6, n.• 1, Nueva
York, 1966.
4.Ver O. Masott.1, Arte Pop y scmárttica, en los cuadernos mimeografiados del S. La introducción por Magritte de palabras que comentan la imagen, o la
Instituto Di Tella (Centro de Artes Visuales), 2da. ed., 1%6. franca verbalización de las im5genes.
224 ,
225

interés de los intelectuales hacia los fenómenos d e de Eco no podría recubrir. Por otra parte, entre el infor-
expansión de la cultura de masas , la aparición de un malismo y los acontecimientos plásticos posteriores no
campo temativo amplio referido a la cuestión "comu- existe, a mi entender, una relación de pasaje, sino más bien
nicaciones", hace pensar en una m atriz cultural amplia una precisa -para decirlo con una paradoja- conexión de
que involucraría a la vez problemas científicos y pro- ruptura.
blemas estéticos. Ahora bien, esa "matriz" existe, y envue-
lve un conjúnto de preocupaciones que llevan desde
un interés temático común (mass media, cultura de masas) Rauschenberg
hasta los intentos más o menos logrados de operar en
el interior de áreas estéticas precisas, como la música (y Cuando se piensa en obras como las de Lichtenstein
de sugerir la posibilidad de trabajar con computadoras, o Warhol, en Segal o en Jim Dine, se siente la tentación
por ejemplo, en poesía) y fambién de operar en el inte- de hablar de ellas en los términos de una "inversión
rior de la crítica a partir de la teoría de la información, semántica". Pero la expresión ya había sido descubier-
esto es, de los modelos informacionales. Estos intentos, ta y empleada, literalmente, por Mathieu. Efectivamente,
cuyos ejemplos estarían en Stuttgart y en Ulm, en la refiriéndose a su propia obra Mathieu decía que lo que
estética de Max Bense y en Moles, y en las reflexio- había de nuevo en ella era no tanto el gesto, o la rapi-
nes más recientes de Umberto Eco, guardan su rele-. dez de la factura, como el resultado, y que éste invertía.
vancia, pero deben ser utilizados con cuidado. En este como un guante el "signo plástico" 7 tradicional. Hasta
sentido el libro Obra abierta6 de Umberto Eco es ejem- entonces los pintores habían partido de significados co-
plar: las nociones de cantidad de información y de entro- nocidos de antemano, y referidos a cosas reales, como en
pía se hacen allí inseparables, de pronto, del informa- el caso de la pintura figurativa, o a entes ideales, como
lismo. Ahora bien, entre Foutrier, o Mathieu, o De en el de la abstracción, para salir, a posteriori, a la bús-
Kooning, o Pollok, y las búsquedas más conten<porá- queda de los significantes materiales plásticos de esos sig-
neas, existen diferencias radicales, que definen campos nificados. Se trataba por lo mismo de invertir el proce-
plásticos tan diferentes que la noción de "obra abierta" so: de dar prioridad al significante, esto es, a una materia

6. Trad. espa i'iola, Madrid, Seix BorraJ, 1965. 7. La expresión no es de M athieu sino de Francastel.
226 , 227

provista ya de una cierta potencia formal , y capaz de abstracto, rebasa en mucho el hecho de que ni en uno
rechazar su simple rol secundario ante un significado ni en otras la idea de color está ya ligada al pincel y al
conocido, como de instituir ella misma nuevos signÍfi- óleo. Son las tácticas estéticas las que son distintas: y la
cados. Teoría bastante justa, en términos generales, y táctica que define a Rauschenberg, a mi entender, su
que podría extenderse tal vez a todo el campo del expre- descubrimiento fundamental, es la técnica del "borra-
sionismo Por otra parte, ella se adecua bas- do". El momento de la quiebra, entonces, entre el expre-
tante bien a lo que Eco entiende cuando habla de obra sionismo abstracto y lo que podría llamarse el campo plás-
como mensaje abierto. Pero no podría en cam.bio ser tico actual estaría fechado históricamente en torno a
aplicada a Rauschenberg. los años cincuenta: la fecha precisa en que Rauschen-
Si hubiera que precisar las diferencias entre la action berg le pide a De Kooning, y éste acepta, que se pres-
painting, por ejemplo, y l;ls búsquedas del arte cinético, te a hacer un dibujo que Rauschenberg luego borra-
no sería dificil pensar, por un lado, en t.odas las tácticas rá ... La técnica rauschenberiana por excelencia no
del arte gestual chino-japonés y en la idea de que tra- consiste ni en evidenciar el "gesto", ni en hacer pasar
ducir todo bajo un mismo gesto expresa a la vez la afec- la obra como resultado a lo inesencial y la actividad cre-
tividad del pintor y la "gran manera" de pensar la act- adora a lo esencial, o en convertir a la obra en testi-
ividad artística, como intento y voluntad del artista de monio o en la "huella" de las conductas fisicas de su
"posesión del mundo"; por otro lado en el movimien- producción. Los "cuadros" de Rauschenberg son "hue-
to objetivo, ajeno a las coordenadas de la subjetividad. llas", pero de otra cosa: de algo que ha sido borrado.Y
Pero si se compara Rauschenberg a De Kooning, las lo que en ellos ha sido borrado es la relación de discon-
diferencias serían más dificiles de precisar. Por una par- tinuidad entre el contexto imaginario de la obra y su
te por la tendencia a la figuración, explícita en el pri- contexto real. ¿Pero qué quiere decir esto? Por una par-
mero, y por otra parte por las "huellas", que en las obras te que lo que ha sido perturbado con Rauschenberg, no
del segundo habría del proceso fisico de la creación. Sin es ya, como quería Mathieu, la relación entre los signi-
embargo, la diferencia entre R auschenberg y cualquiera ficantes y los significados en el interior de la imagen,
de las obras que pueden ser colocadas bajq las deno- sino ese interior la idea de contexto imagina-
minaciones de tachismo, inform.alismo, nueva figura- rio como un campo cerrado cuya estructura y cuya
ción y figuración" otra", abstracción lírica o paisajismo función permitirían una lectura continua del sentido.
228 ;r 229

Una vez que usted "entra" en un cuadro, y que su con- acto de imaginación, la inherencia de las materias de la
ciencia abandona la "actitud realizante", para hablar imagen al contexto real.
como Sartre, usted lo hace a un ámbito cuyas coorde-
nadas le permiten una lectura sin saltos, puesto que sólo
hay saltos y discontinuidad entre el campo de objetos Compartimentos y parámetros
reales, al que ábre la percepción, y los objetos irreales
de la actitud imaginante. Ahora bien, lo que Raus- La noción de "estructura compartimentada" con la que
chenberg invierte es la estructura misma de las con- Michael Kirby describe al happening puede ser utiliza-
ductas de acceso a la imagen: pone discontinuidad don- da para referirse a los trabajos de Rauschenberg.Y si
de había continuidad y .-eontinuidad donde había pensáramos en John Cage, de quien Rauschenberg se
discontinuidad. El "borrado" es la operación propia de ha visto tan cercano, podríamos descubrir fácilmente
este último· trastrocamiento; sus "combine", como resul- otra táctica, otra operación correlativa, que estaría tam-
tados, dan testimonio del primero.Y no es que los tra- bién en la base de una estrategia más general y común
bajos de Rauschenberg exijan una lectura discontinua, a gran parte de las búsquedas más contemporáneas, y
sino más bien que proponen a lo discontinuo como que consistiría en ese pasaje a la discontinuidad. Los ex-
evidencia. De ahí ese "materialismo fascinado" del que perimentos de Cage con instrumentos preparados hicie-
se ha hablado para describir sus trabajos. Si no "com- ron evidente hasta qué punto la lectura tradicional de
pone" sino que "combina" los materiales incorporados, las obras se sostenía sobre "paquetes" de relaciones entre
es porque entiende la necesidad de destruir la idea de niveles que tenían en verdad existencia autónoma . La
superficie homogeneizada de la action painting y del intensidad, la altura, el timbre, y también la duración,
informalismo, para reintroducir, contra ella, un nuevo que la notación musical moderna comienza por ais-
espacio articulado: pero los articulus de sus combine son lar, son los parámetros cuyo control permitirá un nue-
verdaderos compartimientos, malos apoyos para una vo tipo de realización del sonido en el tiempo, y la cre-
lectura sintética y global del" cuadro" . En tanto niegan ación de nuevas fórmulas, de las que el tratamiento,
el cmcter sintético de la imagen y la continuidad que como en Cage, en términos de indeterminación y azar,
toda lectura en lo imaginario supone, dejan al descu- no es sino una . Ahora bien, si pensáranws en la estruc-
bierto eso que, a la vez, funda y está más acá de todo tura formal que diferencia definitivamente al happerting
230 , 231

del teatro, encontraríamos en primero esa táctica del cuyo descifre constituya la continuidad de la lectura. No
aislamiento de los parámetros (para extender el us o es dificil suponer entonces que cualquier perturbación
de la palabra). Una situación teatral no es sino una con- al nivel de cualquiera de los parámetros arrastraría una
vención en cuyo interior quedan respetadas y repeti- modificación al nivel de la posibilidad misma de la lec-
das el de niveles, el "paquete" de relaciones, tura como continuo. El parámetro que en esencia el hap-
que constituye toda comunicación" cara a cara". Para que pening comienza perturbando, en relación a la estructu-
la lectura de la obra teatral sea posible no es necesario ra teatral, es el contexto: como en Rauschenberg, se
más que sumergirse en esa cGnvención. Desde enton- produce un retroceso, un cambio en las coordenadas
ces los personajes hablan entre sí .y el público entiende gestálticas del mensaje, o un cambio de perspectiva por
lo que hablan. Es que la condición d.e esa comunica- la cual se involucra en uno solo a los dos contextos, el
ción bilateral es la misma que supone aquella situación imaginario (el de la escena) y el real (el del teatro invo-
de comunicación: lucrando la escena). Desde entonces una luz tenue sobre
la escena no denota el amanecer dentro del texto ima-
a) un nivel lingüístico, de unidades o de palabras ginario de la obra, sino que invade textualmente la sala,
articuladas y con significado; textualmente, la "ambienta". Pero por lo mismo, y del
b) un nivel paralingüístico, los tonos de la voz, por lado de la acción, dentro de la escena, toda continuidad
ejemplo, que transmiten los afectos y los matices del texto imaginario deviene imposible, y yo no puedo
de la expresión; leer ya las acciones del personaje que se encuentra en la
e) los gestos, que también transmiten afectos y pasio- mañana, en el lecho y en su hogar, como continuando
nes; una misma vida que viene del pasado y cuyo sentido,
d) el contexto, esto es, los objetos, los efectos de luz, o cuyo destino quedará aclarado por las. acciones inme-
etc., el decorado en general; diatas. La perturbación de la relación entre los dos con-
textos arrastra la sistemática y definitiva destrucción del
ahora bien, que la lectura teatral de la obra sea posi- régimen teatral de las unidades y la lectura en continuo
ble es preciso que a través de esos cuatro parámetros de la obra se hace improbable.
(susceptibles por otra parte de ser descompuestos en Por otra parte, la comparación entre teatro y hap-
otros) los personajes transmitan mensajes simultáneos peníng es relevante: cualquiera fuera la diferencia o la
232 Jr 233

relación que haya que tener en cuenta entre la obra supuesto de esa adherencia o de esa unión (para hablar
escrita y la puesta en escena, todo decorado es esen- como Sartre, el "saber" con el cual la actitud imaginante
cialmente el comentario, o la "ilustración", de un sen- ordena la materia de la imagen) es el respeto del con-
tido encabalgado sobre frases y palabras. Quiero decir, texto imaginario como tal. O bien, que el espectador
que en el teatro -género tributario de lo literario- las respete y acepte esa adherencia y esas hibridaciones, en
imágenes visuales, en mayor o menor grado, están siem- cambio de analizarlas. Es·decir, que no pase a una pers-
pre inervadas de lenguaje verbal; por una cierta y pre- pectiva donde la m.ateria de la utilería quedaría aislada
cisa cristalización de la historia y los valores al nivel de de sus soportes verbales. Si lo hiciera, quebraría la rela-
los hábitos lingüísticos: En este sentido la "materia" tea- ción convencional entre el contexto real y el imagina-
tral debe ser estudiada, en el interior de la semántica rio, y junto a la madera terciada pintada del decorado
lingüística, como un tipo de hibridación de códigos. quedarían flotando una cantidad de apreciaciones ver-
se abre la escena de El diablo y el buen Dios bales sin soporte. Es lo que ocurre en los happenings.
de Sartre, los espectadores pueden ver, figurados con la Pero podría pensarse que estas tácticas "analizadoras",
materia de la utilería teatral, un palacio, una casa y mura- de intención desorganizadora, carecen de valor, pues-
llas; y apenas el obispo aparece en la ventana, la esce- to que no proponen ningún resultado positivo. Pero H.
na en su totalidad se ordena de manera que casi pun- Richter explica cómo el movimiento dadá era otra cosa
tualmente podría ser comentada con las mismas palabras que un mero anarquismo: "Para nosotros, escribe, que
que el autor ha escrito al comienzo de la obra: "A la lo vivimos desde adentro, no lo era en absoluto. Al con-
izquierda, entre el cielo y la tierra, una sala del palacio trario, se trataba de algo pleno de sentido, necesario y
arzobispal; a la derecha, la casa del obispo y las mura- generador de vida" .8 Y Schwitters ha escrito estas fra-
llas. Por el momento, sólo la sala del palacio está ilu- ses reveladoras: "No hay una cosa tal como el azar. Pue-
minada. El resto de/la escena, sumido en sombras". Y de ocurrir que una puerta se cierre repentinamente,
las palabras, se sabe, no son inofensivas: no sólo escon- pero no hay ahí azar. Hay una consciente experiencia
den valores sino que los proponen explícitamente. Pién- de la puerta, la puerta, la puerta". 9
sese:" entre el cielo y la tierra" . Pero basta com.prender
por el momento que el texto verbal adhiere a la con-
8. H. R ichter, Dada,A rt and Anti-Art, Londres ,Thomes and Hudson , 1965, p. 58.
textura misma de la utilería y del decorado, y que el 9. Ibíd, p. 58.
234 ;r 235

Pensemos en el final de esta frase, en la repetición de madera o de hierro- como la facticidad misma, la
de la palabra puerta. Es evidente que por la redundan- materia sonora de la palabra "puerta".
cia en la información, la repetición de la palabra sepa-
ra ·a la palabra de la cosa que ella nombra. Esa cosa, ese
"acontecimiento", en el contexto vivido, o en el inte- Tipografía y discontinuidad
rior de un campo de objetos presentes, no puede ser aje-
no a la conciencia; pero simultáneamente, el lenguaje no ¿La materia sonora de la palabra? Más valdría decir, aun-
sólo queda aislado de la cósa sino que al hacerlo revela que en ese texto la frase no llame la atención expresa-
sus babas, por decir así, sus adherencias a la cosa y a los mente sobre ello: los caracteres gráficos mismos de la
acontecimientos. Es que no podemos dejar de vivir ert palabra "puerta". ¿Y qué pasaría si se aislaran, de algu-
un mundo donde los parámetros se adhieren los unos a na manera, los caracteres tipográficos del sentido del
los otros, un mundo transitado por palabras, visitado por texto? Simplemente esto: estaríamos en plena "poesía"
el faritasma nunca ausente del lenguaje verbal; y el hom- dadaísta de los años 20. El poema que Raoul Hausmann
bre sano no es demasiado diferente a esos enfermos llamara "poema ortophonético" sería un excelente ejem-
esquizofrénicos que no pueden dejar de comentar con plo.Y también los "poemas fonéticos" de Christian Mor-
nombres y palabras los acontecimientos y las cosas, y genstern y Man Ray, si bien hay diferencias. Mientras
que si ven una silla repiten interiormente "silla", o si que Hausmann presentaba un grupo de renglones, de
caminan hacia el balcón, "camino hacia el balcón". La "versos", compuestos, digamos, por casi-palabras· for-
ope"ración dadaísta entonces consistiría en la producción madas con letras de tipografias dispares; los dos últimos,
de un cierto estupor con respecto a esta hibridación de en cambio, extremando el procedimiento, construían
componentes extendiendo siempre el uso de versos con rayas de distintos tamaños y con rayas y semi-
la palabra, de cada parámetro) en que consiste cualquier círculos, signos de sílabas largas y breves en la poesía
tipo de experiencia, así se trate de un acontecimiento latina, aislando por lo mismo esta notación de los otros
vivido, de la lectura de un libro, o de una obra plástica. parámetros. Pero rayas y semicírculos son "ilegibles":
En el ejen1plo de la frase de Schwitters se pone al des- eran versos sin palabras. Pero versos todavía, construi-
cubierto y se desnuda tanto la facticidad material de la dos sobre una realidad material, marcas impresas sobre
puerta -la terca y dura presencia f.óÍ.ctica de la puerta el papel blanco. De alguna manera, signos tipográficos,
236 237

o casi signos, aunque los contenidos de esos signos no El medio es el mensaje


fueran palabras.
Se reencuentra entonces la misma táctica: pasaje a Sea, se dirá, ¿pero adónde podría llevarnos esta acepta-
los parámetros, análisis de los com.ponentes "materiales" ción de lo discontinuo, o esta técnica de lo disconti-
de las unidades de sentido y del sentido como continuum, nuo, si es cierto que ella se generaliza cada día más? Hay
y también, o fundamentalmente, fascinación sobre los que contestar: por una parte, a una crítica a la crítica de
primeros resultados del análisis, sobre la facticidad mate- contenidos, a la idea que en el seno de toda situación
rial o sobre la realidad señsible puesta al descubierto. de comunicación no son los contenidos a la vista lo que
En la poesía contemporánea, se sabe, tan audaces simplemente se comunica, sino que esos contenidos
o más tímidos existen múltiples ejemplos del mismo no son sino articulus, partes de estructuras y que éstas no
tipo. Pero quisiéramos aquí llamar la atención sobre un están a la vista (y se reconocerá en esta afirmación las
ensayo de Roland Barthes sobre Butor que se coloca en proposiciones fundamentales de Propp y de los for-
nuestra misma línea de reflexión. El ensayo que Barthes malistas rusos, de la antropología estructural y de la lin-
tituJ.a "Littérature et discontinu" no sólo propone la güística estructural, de las modernas investigaciones
pareja de opuestos continuidad-discontinuidad, como sobre los lenguajes. Pero por otra parte, y al mismo tiem-
categorías para describir el proceso de ciertas obras con- po, a la apropiación definitiva de esta doble evidencia:
temporáneas sino que nos muestra una línea de aso- por un lado, que la significación se constituye sobre
cia.c iones entre tipos de conducta, creencias o mitos, y "paquetes" (como dicen los lingüistas) de relaciones y
cada uno de los términos de la pareja. Al mismo tiem- de niveles. Y por otro lado, que si el proceso de comu-
po Barthes sugiere, siempre en nuestra propia línea y a nicación no se agota en la simple vehiculación de sig-
partir de la toma conciencia por los artistas de la
dl nificados, esto es, de conceptos, es porque existe un lado
potencia expresiva tle lo discontinuo y de los espacios eficaz del significante, porque los vehículos de los men-
articulados, una correlación entre arte y semiología. 10 sajes son, en un sentido fundamental, el mensaje mis-
mo; o bien, porque un signo es algo más, y otra cosa,
que un concepto abstracto, y porque no se puede con-
cebir un signo sin un substrato material específico, pues-
1O.Ver el" Apéndice" de esta comunicación. to que ese substrato reactúa sobre el concepto mismo
238 , 239

y por fuera de él y es por lo mismo eficaz con respec- nado, para cada momento histórico, por una atmósfe-
to a la conducta. Un film visto en proyección de 35 mi- ra inconsciente, por una ambientación producida por
límetros, y en una escala cinematográfica, será siempre l:ts características de los medios de información; mien-
absolutamente distinto al mismo film visto en la pan- tras que sólo puede ser consciente de los contenidos de
talla ?e televisión: las características y propiedades cuan- la ambientación producida por los viejos "medios". Hay
titativas distintas de dos canales diferentes constituyen entonces una relación de inconsciente a consciente,
(dando, a esta palabra su peso ontológico) dos mensa- según McLuhan, de contenido a continente, entre cada
jes distintos. época y la época precedente. Lo mismo ocurre con ca-
Poco más o menos esta es la tesis de McLuhan: "el da medio de comunicación: el contenido de un medio
medio es el e". El contenido de esta tesis pare- - escribe- es siempre otro medio. Así, el contenido de
ce, tal vez, audaz y desproporcionado, sobre todo en la escritura es el lenguaje oral y el contenido de la tele-
el contexto del libro de McLuhan, plagado de afirma- visión es el cine." El medio es el mensaje significa, en
ciones globales sobre culturas enteras, y sobre la apa- los términos de la edad electrónica, que una nueva am-
rición y desaparición, sobre horizontes históricos fecha- bientación global ha sido creada. El 'contenido' de esta
dos, de desarrollos técnicos que al arrastrar cambios en nueva ambientación (traduzco environment por "ambien-
los medios de información arrastran cambios políti- tación") es la ambientación del viejo mundo mecani-
tos y sociales completos. Sin embargo, una vez con- ado de la edad industrial. La nueva ambientación levan-
trolado su alcance, esas audacias no pierden su poder de ta un pleito a la vieja, de la misma manera que la TV es
sugerencia. Así, en tiempos de Platón, con la apari- un pleito con el film."
ción de la escritura, un nuevo programa queda trazado N o carece de poder de sugerencia, tampoco, la dis-
desde entonces para Occidente, en la medida en que tinción que hace McLuhan entre n1edios "hot" y medios
un nuevo tipo de educación basada ahora en data cla- "cool"; y cool aquí no quiere decir frío. La palabra viene
sificadas, suplanta a la antigua "enciclopedia tribal" que del slang y no se opone a hot sino a square, el que no
guardaba a Homero y Hesíodo memorizados. Esos cam- entiende de uso de drogas, el que permanece "afuera".
bios, simultáne;f¡nente, significan cambios globales del Así la palabra indica un tipo de participación, que "en-
environrnent de cada cultura. Esto quiere decir que el vuelve totalmente nuestras facultades". El humor, por
hombre de cada cultura se halla trabajado y determi- ejemplo, no podría ser cool, puesto que indica separa-
240 ;r 241

ción y objetivación: "El humor presumiblemente no es sobre las características de un campo social; esa reflexión
cool puesto que nos induce a reírnos de algo en cambio descubre ciertas propiedades significativas de ese cam-
de obligarnos enfáticamente a envolvernos en algo". El po, interiores a él, y que constituyen seguramente la
medio cool por excelencia es así la televisión, y por lo percepción. Quiero decir que el individuo que se mue-
mismo capaz de producir un grado de ambientación ve dentro del campo descripto por McLuhan percibe
tan envolvente, de exigir nuestra participación de tal él también y de alguna manera esas diferencias cuan-
manera -según McLuhan- que hay en ella el germen titativas; bien, que la recepción de los mensajes de masas
de destrucción de la antigua sociedad, producto en lo no puede hacerse sino sobre el fondo de percepción de
fundamental de la escritura, y de re-tribalizar nuestro esas diferencias. N o es lo mismo ver un film en el inte-
contacto..con el mundo. Pero éstas son las tesis más exa- rior de un campo social donde no existe la televisión
geradas; interesa en cambio retener: que haber visto televisión después de conocer el cine.
Se puede suponer, en este último caso, entonces, que
a) ·la televisión es cool a causa de la baja orientación visual cuando se ve cine, no se ve, simultáneamente, y de algu-
del mensaje televisado. En efecto, si comparamos la can- na manera, televisión. En tal caso, la aprehensión de
tidad de información (el grado de definición de las figu- todo mensaje sería diferencial respecto de las caracte-
ras) vehiculada por la pantalla de televisión, con res- rísticas cuantitativas del canal, y toda aparición de un
pecto a la pantalla cinematográfica, o a una fotografia, medio nuevo arrastraría un progreso o un cambio en
resulta evidente que la primera es más baja. Ahora bien, el grado de discriminación de las diferencias . Se dirá;
la tesis de McLuhan (que no interesa discutir, la que tesis interesante, pero demasiado vasta para permitir
por otra parte sólo se aclararía si se aclarara el térmi- sacar alguna conclusión. ¿Pero no nos coloca ella en
no "participación", lo que McLuhan no hace) es que a el interior de algunas operaciones familiares a los artis-
"más baja orientación visual" corresponde "mayor gra- tas contemporáneos? Piénsese por ejemplo en las
do de envolvi.J.11iento' ".¡nayor ambientación. Interesa en "redundancias" de Jim Dine. Efectivamente, esas ope-
cambio la reflexión comparativa sobre las característi- raciones indican que el campo social donde el indivi-
cas materiales, cuantitativas, de medios diferentes, y sus duo recibe información de los medios masivos se defi-
efectos sobre la conducta.Y a mi entender hay aquí algo ne menos por la multiplicidad de los mensajes, que por
más que una mera reflexión intelectual, desde afuera, la vehiculación de contenidos, muchas veces seme-
242 ;r 243

jan tes, por medios y canales distintos. Así, en la línea de esquina, en un texto en segunda persona Escari des-
las "redundancias" de Dine, Marta Minujin "ambien- ·ribía cada esquina, parte de eso que los ojos podían
ta" a los espectadores con distintos medios (film, tele- ver en cada esquina. Un mismo contenido, aquí tam-
visión, diapositivas, radio). Lo mismo el happening de bién (y cualquiera fuera la intención del autor, el tipo
Robert Whitman, Ciruela chata 11 donde se juega con la de sugerencias buscadas, los resultados, o la trampa de la
proyección de las figuras de las mujeres del film sobre operación) podía ser apresado por dos niveles distintos,
figuras de mujeres en vivo (aunque aquí habría simul- los ojos quedaban obligados a saltar de uno a otro, a per-
táneamente la operación inversa: no ya un mismo con- cibir la diferencia entre el rumor sordo del lenguaje
tenido vehiculado por medios distintos, sino distintos interior que acompaña la lectura de un texto escrito, y
contenidos vehiculados por un mismo medio). Un tra- '1 duro palpitar de las luces y los ruidos de la
bajo de Michael Kirby, realizado a principios de 1966
en Brooklyn, respondía al mismo principio, al tiempo b) la indicación de que cada medio "contiene" otro medio.
que exasperaba los procedimientos: una misma escena Efectivamente, cuando se lee una poesía, por ejemplo,
o un mismo diálogo era simultánea y sucesivamente ¿qué es lo que efectivamente se hace? ¿Queda uno atra-
repetido en vivo, con la presencia de los actores, en film, pado por la tipografia, escucha las voces del lenguaje
en diapositivas, y en sombras, con proyector de estam- interior, constituye las imágenes con conceptos? Se dirá:
pa.12 Entre en discontinuidad, el happening recorrido que lodo a la vez. Efectivamente, puesto que si durante la
Raúl Escari realizó el 6 de octubre en Buenos Aires, lectura se "ancla" la mirada en la tipografia, el objeto
responde en parte a la misma idea. La "discontinuidad" estético, el irreal "poesía" se desvanecería y no podría
no consistió solamente en que quienes querían con- ya ser apresado. Pero al revés, no sólo no es lo mismo
vertirse en audiencia y/Yeer los textos debían seguir un escuchar una poesía que leerla, sino que es preciso supo-
recorrido a lo largo de cinco esquinas de la ciudad, sino ner que la diferencia entre los canales (la voz por un
en la manera en que el texto debía ser leído. En cada lado, el texto impreso tipográficamente por el otro)
induce, de manera distinta, la imagen. Ahora bien, en
11. Presentado en el Instituto Di Tella por M. Minujin, quien actuó de pcr-
este" es preciso suponer", yo diría, se generan las estra-
.former junto a M. Marini y Marucha Bó. tegias y las tácticas básicas de la estética contemporá-
12. En otro lugar de este tomo (pp. 163-65) hago un relato del trabajo de
Kirby.
nea: pasaje analítico a los parámetros, y llamada de aten-

.

244 245

ción, llamada fascinada, sobre sus características materia- complicación vehiculan "series" de hechos que cons-
les; tematización de los medios como medios.Y simul- tituyen paquetes de códigos y subcódigos distintos. Pero
táne:únente, uso, o intento de uso, de esa materialidad todo esto es obvio. Habría que agregar, sin embargo
en relación a la conducta del espectador. Brevemente: que, sea como fuere, las audiencias de los avisos publi-
discontinuidad y ambientación. citarios no son ciegas, y que un afiche de publicidad no
es el vehículo irremediable, y de por sí, de una dosis de
veneno. Primero: porque en la publicidad hay algo defi-
Semántica y publicidad nitivamente no-cool. En tanto el aviso o el afiche sale
a la búsqueda del consumidor por la presentación mis-
La semántica actual - y se podría decir, a la zaga de la ma (presentificación, habría que decir) de sus propios
publicidad- descubre en el estudio de los sistemas de deseos, los que han sido determinados a partir de las
signos, y por el análisis estructural de los mensajes, que búsquedas previas de n1.ercado, hay en todo afiche efec-
no hay mensaje que no se constituya dentro de un "pa- tivamente, algo cómico: la audiencia es siempre invita-
quete" de parámetros. Un afiche de publicidad no es da a desear lo que desea.Y por otra parte porque nin-
sino un híbrido reglamentado de mensajes verbales más gún aviso exige una participación global, puesto que se
mensajes visuales. Ese híbrido alcanza también el gra- presenta como siendo lo que es : un aviso de publici-
fismo de letras, y así como los publicistas saben aislar, dad. Y si es cierto que la publicidad constituye la gran
en el momento del diseño del aviso, los fenómenos grá- parte de lo que ha sido llamado el "paisaje urbano
ficos y las letras, para controlar su "semantización"; los moderno", habría que pensar entonces que ese doble
lingüistas han comenzado a estudiar la semantización detachement que la constituye define factores o coorde-
de las formas gráficas de las letras y las relaciones simul- nadas imposibles de dejar de lado en el estudio de la
táneas entre códigos visuales y orales . Las técnicas de percepción social. Las audiencias de la publicidad no
persuasión, se sabe, no surgen del manipuleo de con- son ciegas: esto quiere decir que, si bien como todo
tenidos subliminales inefables, ni del mero control inte- sociólogo sabe, los fenómenos sociales tienen resis-
lectual y puro de las formas de los mensajes. Consiste tencia, y testimonian por lo mismo de una precisa pasi-
en el control de esas formas, pero como formas que no vidad de las conciencias, no se puede en cambio pensar
operan a un solo nivel, sino que a un cierto grado de a los grupos humanos como formados de subjetivida-

/
246 , 241

des totalmente pasivas. Los individuos concretos -y las Apéndice


audiencias masificadas están hechas de individuos con-
cretos- no sólo reciben información, sino que apren- Mobile (Gallimard, 1962) -dice Barthes- no es un libro
den a recibirla, y esto según las características de la infor- natural, ni familiar: rompe con aquello que los lectores
mación recibida. No quiero decir que los individuos esperan de su aspecto físico, de sus propiedades tipográ-
aprenden a no dejarse engañar: me refiero a un nivel ficas; y lo hace de una doble manera. Primero, porque
de la conducta donde el aprendizaje supone el creci-
miento de la capacidad de discriminación, la que supo- toda modificación impuesta por un autor a las normas
ne una cierta y relativa conciencia de la existencia de esos tipográficas tradicionales constituye un sacudimiento
parámetros en paquetes que constituyen la existencia esencial: escalonar palabras aisladas sobre una página,
de los mensajes sociales. Pero tampoco pretendo dar mezclar las itálicas y las mayúsculas según un proyecto
buena conciencia a los publicistas. En una sociedad don- que visiblemente no es el de la demostración intelectual
de la publicidad y los medios masivos de información (. . .) romper materialmente el hilo de la frase para intro-
responden a la estructura económica capitalista no se ducir párrafos dispares, igualar en importancia una pala-
puede ni comenzar a hablar de buena conciencia. Sólo bra y una frase, todas esas libertades concurren a la des-
me proponía, a un alto nivel de generalidad, descubrir trucción misma del libro: el libro-objeto se confunde
ciertos hechos diferenciales que podrían permitir corre- materialmente con el libro-idea, la técnica de la impre-
lacionar determinadas operaciones de la producción sión con la institución literaria, de tal suerte que aten-
artística y de la reflexión estética con la relación que tar contra la regularidad material de la obra es apuntar
existe, al nivel del campo de la percepción social, entre a la idea misma de literatura. En suma: las formas tipo-
los productos modernos de la información masiva y las gráficas son una garantía de fondo: la impresión normal
audiencias . Es en el interior de esta última relación, a atestigua la normalidad del discurso, decir de Mobile que
mi entender, donde el artista motiva sus operaciones. "no es un libro" es evidentemente encerrar el ser y el
sentido de la literatura en un puro protocolo, como si
esa misma literatura fuese un rito que perdeóa toda efi-
cacia el día en que alguien se burlara formalmente de
una de sus reglas (Essais critiques, p. 177).
248 ' 249

Esas reacciones de una crítica piadosa, que considera El libro tradicional es un objeto que encadena, desarro-
a la obra de arte "como una misa", como dice Barthes, lla, hila, brevemente, que tiene el más profundo horror
no son ajenas para nosotros . Hace poco, cuando Cos- al vacío. Las metáforas benéficas del libro son la tela que
ta y Jacoby presentaron "obras literarias" en cintas mag- se teje, el agua que corre, la harina que se muele, el cami-
néticas, se vio cómo ciertas conciencias reaccionaban no que se sigue, la cortina que devela, etc.; mientras que
con disgusto. Sobre todo, ¡por qué llamarlas "obras lite- las metáforas antipáticas son aquellas que hacen refe-
rarias"! Es que la idea de obra de arte es sentida como rencia a un objeto que se fabrica, es decir, que se "bri-
inseparable de su medio material, natural y regular de cole" a través de materiales discontinuos; por un lado el
expresión. La literatura estará así dentro de los libros. ¡Y "entretejido" de las substancias vivientes, orgánicas, la
no habrá arte del futuro por fuera de esas conexiones! imprevisión encantadora de los encadenamientos espon-
Pero si la conexión entre la obra y su vehículo "natu- táneos; por otro lado, lo ingrato y estéril de las cons-
ral" es sentida como portadora de un valor esencial, es trucciones mecánicas; rechinantes y frías (. . .) Puesto que
que ese valor es el continuo del discurso estético. Hay lo que se esconde por detrás de esta condenación de lo
sin duda diferencia entre perturbar los niveles interio- discontinuo es el mito de la vida misma (lb íd., p. 177) .
res a la obra y postular la posibilidad de la obra al nivel
de otros substratos materiales, como lo hace Jaco by,
en lo que llama un "arte de los medios de informa- Es por eso que a los ojos de nuestra crítica guardiana del
ción" . Pero hay al mismo tiempo una semejanza, al libro sagrado toda explicación analítica de la obra será
menos al nivel del rechazo de la crítica regular. Detrás entonces mal vista; y a la obra continua debe corresponder
de ese rechazo, como dice Barthes, hay que buscar "eso una crítica cosmética, que recubre sin dividir( .. .) pues-
que ha sido herido". Y lo que ha sido herido aquí es la to que no es bueno descomponer el libro en partes dema-
idea de la relación natural que debería existir entre la idea siado pequeñas: eso es bizantino, eso destruye la vida ine-
de "obra" y el número predeterminado de sus posi- fable de la obra (es decir, lo que corre en ella, su murmullo
bles vehículos materiales. ¿Dónde reside la "materia" de fuente, lo que garantiza su vida): todas las sospechas
del informe falso que Jaco by y Costa entregaron a la que despierta la crítica temática o estructural vienen de
prensa? En cuanto a Mobile, continúa Barthes, lo que ahí: dividir es disecar, es destruir, es profanar el "miste-
este libro ha herido es la idea n1.isma de libro. rio" del libro, es decir, su continuo (lbíd., p. 178) .
270 ,

Gritos: "tachos de pintura". La mucama trae tachos grandes de T RES ARGENTINOS EN NUEVA YORK
témpera y muchas esponjas. Tan rápido como pueden, los hom-
bres cubren a las mujeres con pintura. A golpes, tirándoles pin-
tura, salpicándolas. Las mujeres sonrfen contentas, luego gri-
tan y aúllan, retorciéndose, dándose vueltas, resbalando y
cayendo. Los hombres agarran a una mujer y se la llevan,
mientras la mujer central grita: "¡Basta, basta!"

Oscurecimiento. - - - n cuadro descriptivo de lo que ocurre en la


plástica argentina exigiría casi tantos matices y dife-
Tiempo: 60-80 minutos. n·ncias como un cuadro del complicado panorama nor-
ll'americano.Y si los argentinos no han producido un
t•quivalente de lo que es y significa el arte pop con res-
pt.:cto a la sociedad norteamericana, esto no quiere decir
111ucho, puesto que lo mismo se podría decir de los fran-
de los alemanes o de los españoles. ¿Pero quién
¿Y no era Pierre Restany, a raíz de su viaje, en 1964
(y de Restany no se podría sospechar que carezca de
visión internacional ni de capacidad de discernir lo
I'Specífico de una producción nacional) quien descubría
t'll Buenos Aires un nivel de vida urbana a la altura de las

wis o siete grandes urbes mundiales, a la vez que veía,


t'll la producción plástica de los últimos tres años, el
bosquejo de un "estilo" propio, de un "folklore"? Pero
11i tanto ni tan poco: por un lado, porque ese folklore

plástico no ha terminado aún de precisarse, y carece por .


lo mismo de trascendencia universal; y por otro lado,
272 ;r 273

porque existen artistas argentinos cuyas obras indivi- Vil, que alcanza la estructura material misma de la obra
duales tienen ya conquistado ese puesto y esa trascen- .1dicional y que convierte en problema y en tema tan-
dencia. lo la relación del hombre con las cosas y su medio social
Pero en un momento como el que estamos vivien- , omo la relación del espectador con la obra.
do, donde la obra se define ante todo con respecto a la Los argentinos no hemos producido demasiados hap-
conciencia que el artista tiene de la historia del arte, /ll'llings, sin embargo (entre 1962 y la fecha no más de
la madurez de un movimiento nacional, o de la plásti- los dedos de una mano). Pero hemos producido a Marta
ca de un país, se define por el grado de esa conciencia. Minujin. ¿Pero no constituye una rara coyuntura que
En este sentido se puede y se debe hablar de la madurez lkbe ser aprovechada por la reflexión, el que Marta
de los artistas argentinos . Las tendencias más operan- Minujin, Luis Felipe Noé y Julio Le Parc 1 expongan en
tes de la vanguardia mundial (arte pop y neorrealismo, Nueva York simultáneamente en el tiempo y sólo sepa-
nueva figuración, arte op y búsquedas cinéticas, ambien- rados en el espacio por la estrecha distancia que va de
talistas, constructores de estructuras espaciales, esculto- un frente al otro de la calle 57th?
res pintores) no sólo se encuentran definidas y repre-
sentadas en Buenos Aires, sino que comienzan hoy a
producir obras originales, y por una combinación de / .11is Felipe Noé
las perspectivas, a plantear nuevas cuestiones.Y a mi
entender no es otro -ni n1.enor- el valor del "obj e- l'l·ro una reflexión total sobre estos tres artistas abriría
to-happening" que bajo el título de The Long Shot (en problemas tan vastos que por el momento debemos
español, en lunfardo argentino: El Batacaz o), Marta t onformarnos con una descripción rápida del campo

Minujin muestra en Nueva York en Bianchini Gallery dl' cuestiones al que los tres, si bien de manera distin-
en la corriente semana. l.t, u opuesta, se refieren. Y ese campo no se define sino
A partir de 1960, y después del estallido y de la rápi- t' ll relación a dos polos que son, por un lado, la crítica

da expansión en Buenos Aires del informalismo, los ar-


gentinos han trabajado con la conciencia de que los 1 Marta Minujin expuso en BiJnchini desde el día 8 al 18 de febrero de 1966;
problemas plásticos s:omienzan a definirse en los tér- que en e l mi smo edificio, 50 W. 57th Stree t, Le Pare expone en
ll oward Wise entre el 25 de enero y el 12 de febrero; y Noé expone en Boni-
minos de una sensibilidad radical y definitivamente nue- 11 11, V W 57th Street, desde el 18 de enero <
ll 15 de febrero.
214 275

a la idea de la obra como resultado del trabajo de un río interior al cuadro y a la tela, y sugerir simultánea-
artista individual, como· resultado de una sensibilidad mente como una invasión masiva y desordenada del mun-
individual; y por otro lado la necesidad de convulsio- do por la pintura.
nar la relación de la obra con el espectador, de cambiar Lo extraño en Noé, o lo relevante, es que comien-
esa relación. a a pintar en la misma época que Buenos Aires sufre
Noé, que comienza a exponer en 1959, trabaja en la fiebre informalista.Y en aquel momento, y en medio
grupo y expone desde poco tiempo después con Jor- del desprestigio de la figura, Noé se pone testarudamen-
ge de La Vega, Rómulo Macció y Ernesto Deira. Un te a hacer figuración: se coloca desde entonces en la
grupo de pintores neofigurativos de vigor y talento. línea que va desde los Cobra a Baj y que pasa por
Pero cuando se habla de nueva figuración en la Argenti- Dubuffet y Bacon.Y esto, para hacer honor a la verdad,
na se habla ante todo de "pintores". Noé es uno de ellos, porque el artista coincide con esa línea más que por
y sus "caos" se realizan efectivamente a partir de la pared, una influencia directa. 3 Y si en 1960 Noé defendía la
exigen la presencia de la pared y de la tela como pun- figura contra la abstracción informal, en 1966 se podría
to de referencia y como apoyo.Y a mi entender es nece- decir que defiende la pintura contra toda otra cosa dis-
sario pensar a Noé entre aquéllos que en la Argentina tinta a la pintura-pintura. ¿Cuál podría ser de otra mane-
defienden a la pintura contra ciertos avatares de la his- ra el significado y la intención de esos amontonamien-
toria del arte. Quiero decir, contra la rápida y cambiante tos, o seudo-amontonamientos de bastidores, telas y
sucesión de los acontecimientos plásticos en los últi- si luetas recortadas en madera que ambientan las salas?
mos años." This is instant art history made so aware of itself Aunque para hablar con más precisión, no se podría
that it leaps to get ahead of art". 2 N o conozco frase más
1 Noé es autor de un libro sobre estétic:t que ha titulado Antiestética (Buenos
exacta. ¿Pero qué debe hacer un pintor cuando esa con- fmes,Van Riel, 1965), en el que trata de justificar el expresionismo que adop-
1.1 a partir de una visión caótica de los valores sociales. De más está decir
ciencia habla, más o menos oscuramente, pero siempre
que estoy en completo desacuerdo con las conclusiones de Noé , tributarias,
de algún modo, del fin de la pintura? Pues bien, lo que .11 nivel de algunos difusos y oscuros intentos de descripción sociológica, de
1111:1 literatura de derecha hoy envejecida (Keyserling, Ortega, e incluso Mar-
hace Noé. Ser más pintor que nunca, definir el espacio
tlncz Estrada y Spengler). En cuanto a los principios estéticos que trabJjosa-
real canto inesencial con respecto al espacio imagina- ooocnte enuncia, yo no encuentro gran diferencia entre ellos y los delmani-
iii'S to Cobra de 1948; y a Noé siempre le va a ser espinoso explicar cuál es
2. Henry Geldzahler, participante del Symposium on PopArt (organizado por 1·l sentido de la reaparición de esos principios en la Argentina, un país que ha
el Museum of Modern Art) reproducido en Arts, abril 1963, p. 37. VISto la guerra desde lejos, y en 1965.
.rr 277
decir exactamente "ambientación",
, sino más bien hablar 1 k la imagen no para pasar a otra cosa, o para pasar a un

de invasión masiva de la sala por la pintura. .Irte de" cosas", sino para dar testimonio de que eso que
Los cuadros invaden las paredes, en la muestra dl' ha quebrado es la pintura.Y si además tenemos en
Bonino, y amontonados, caen en abanico para distri - ruenta que para Noé la pintura, y el tipo caótico de fi-
buirse por el suelo. De esta manera Noé "presentifi - ¡.,rtrración que adopta, constituyen la alegoría de una socie-
ca" más que evoca una visión multiplicista, pluralista 1 bd real a la que se refiere y cuya estructura estaría dada

y quebrada de la imagen. Y es a esta "visión quebra- por un conjunto de valores inordenados, no sería del
da" (para usar sus propias palabras), a esta preocupación lodo desacertado hablar del humanismo de Noé. Así,
constante por ir en contra de la unidad sintética de la 1, >S modos de figuración infantil y un embadurnamiento
imagen a la que se refiere Noé cada vez que teoriza so- de las telas que nunca desordenan totalmente los fon-
bre lo que hace.Y en verdad no se alcanzaría una com- dos, y que por encima de un abigarrado juego de "cho-
prensión adecuada de las intenciones de Noé si se sos- r rcaduras" y de "veladuras" deja al desnudo la técnica
layaran las cuestiones abiertas por esa visión múltiple y del "encendido" de los fondos del viejo Much, defi-
quebrada de la imagen. Pero resulta obvio al mismo rtirían las características "serias" (ni me burlo ni juz-
tiempo que ella no serviría tampoco para dar cuenta de go) de un estilo. Puesto que ante todo, las "bromas"
lo que es específico en sus búsquedas, pues la preocu- plásticas de Noé son, "seriamente", pintura.Y no debié-
pación de ir en contra de esa unidad es un factor cm;nún ramos dejarnos despistar por ellas, o por la presencia,
que une gran parte de las proposiciones plásticas nue- <' 11 medio de los bastidores y de las telas, de un objeto

vas: es el mismo principio que recorre las multiplica- "rncorporado". Puesto que no hay en estas pinturas,
ciones de Warhol o de Armán, o la presencia simultá- propiamente hablando,juegos semánticos ni "chistes",
nea de distancias y escalas perceptuales diferentes en esa mezcla o combinación de imágenes con palabras o
Rosenquist. 1 on patterns de significación social, donde concurren

Brevemente: lo específico en Noé (de la misma ma- dadaístas y artistas pop. A pesar de que a veces Noé
nera, por ejemplo, que lo específico en Lichtenstein 1ntenta jugar con los títulos, o incorporar alguna pala-

es la transcripción de la técnica del comics strip) es la rei- bra escrita, no existe en él un verdadero contrapunto
vindicación de la pintura como pintura. Este expresio- entre imagen visual y texto escrito. La imagen -aun si
nista acepta y hace suya la visión pluralista y quebrada se quebrara al infinito- entiende en esta pintura poder
,., 279

bastarse a sí misma.Y al optar simultáneamente por ale Nada queda aquí de los materiales tradicionales. Plexi-
jarse bastante poco, de los materiales clásicos, Noé no l:ís, aluminio, vidrio, cajas de madera: los materiales de
puede no definirse como negativa a operar entonces Lr Pare definen un contexto perceptual neutro, en el
con "mass medía communícation". Pero se dirá: ¿no es est de que han sido barridas de él las huellas del pin-
juzgar a Noé?Y si lo es, ¿cómo es posible juzgarlo po1 tor, del artista individual. Si entrar en una muestra de
lo que no hace? No se trata de nada de eso. Se insisti- Noé es hacerlo a un lugar donde la presencia del pin-
rá: ¿cómo se puede intentar comprender una tendencia tor impregna hasta el último rincón, hacerlo en una
refiriéndola a otra u a otras tendencias sin compren- muestra de Le Pare es encontrarse con uno mismo y
derla ah tes en sí misma? Yo entiendo que no se debe- ron los "objetos", con esas máquinas sencillas que des-
ría, en el fondo, actuar de otra manera: y la idea de tra- dibujan un medio donde el invitado de piedra es el fan-
tar a las obras como "diferenciales", de definirlas por lo tasma sin nombre del artista.
que no son -como se hace en lingüística con los fon e- Y esto último al pie de la letra. Puesto que una vez
mas- podría servir tal vez de base para la fundació n .tceptadas el conjunto de normas que define las bús-
de una moderna crítica estética. Porque si es cierto que quedas del Grupo, cualquiera, textualmente, podría ser
la conciencia del artista vive más que en ningún otro !l autor de uno de los trabajos de Le Pare. Conclu-
momento histórico la presión de la historia del arte, esa sión inverosímil, se dirá, e incómoda, puesto que enton-
conciencia no podría permanecer a la presencia ces, ¿por qué Le Pare?
simultánea de otras tendencias y de otras concienGias. Los principios del Grupo pueden sintetizarse así.
Eliminación, ante todo, de toda intuición en el proce-
so de construcción de la obra, el que se define, en cam-
Julio Le Pare
bio, por un conjunto de operaciones previamente regi-
mentadas, y cuyo resultado es lo que se podría llamar
Hay en Le Pare otro tipo de humanismo, y los princi- "experiencia" o "búsqueda". En un sentido se podría
pios que guían las búsquedas del "Group de Recher- decir que antes de llegar a él, el artista ignora el resul-
che d'ArtVisuel" se coloéan en las antípodas de Noé. tado, sin dejar de saber que de cualquier manera ese
El humanismo de Le Pare es un humanismo del ano- resultado no puede dejar de existir. Se parte entonces ·
nimato del artista y de la "participación" del público.
' 1 de la "estructura" (conjunto inteligible de relaciones)
., 281

para producir un "acontecimiento" (un objeto encar tar explorar la fisiología de lo óptico, como en el caso
nado en el 1:rmndo perceptual y real). Los elementos dd arte op? Los trabajos de Le Pare podrían ser defini-
con los que se trabaja son geométricos, elementos sim- dos, entonces, como no-op y como no Vassareli.
ples que serán unidos para formar conjuntos que los
agrupen y los contengan; en tanto que la relación exis-
tente, en el interior de cada conjunto, entre los ele- Marta Minujin
mentos, debe permanecer, por principio, fija. Y efecti-
vamente, la "experiencia" (que será llevada a cabo por Basta el primer golpe de vista a la construcción de El
el espectador-participante, o por el artista, pero ambos Batacazo, que cubre prácticamente el espacio del salón
sin privilegios, desde afuera de la obra) no es más que de la Galería Bianchini, para entender que el área de
el resultado plástico de esas relaciones fijas entre ele- fines y medios materiales dentro de la que se define
mentos simples cuando ellas constituyen un es lo que hoy se llama un "intermedia"; esto es, un área
to. Un buen ejemplo sería el tablero de ajedrez: con- rn el que se yuxtaponen y1o confunden áreas de ope-
junto de cuadrados uniformemente relacionados.Y por raciones y de búsquedas distintas. El Batacazo es ante
lo mismo el Grupo es ante todo consciente de lo que todo una "anti-pintura" y una "anti-escultura", y por
separa sus búsquedas de los trabajos de Vassareli, quien lo mismo, un "objeto" (como se dice en Buenos Aires;
nunca se impediría mover un grupo de cuadrados del un objeto y no una ambientación). Es decir, algo que
tablero de ajedrez y producir un efecto a medias ópti- ocupa el espacio real del espectador, y que puede ser
co, a medias estético, que habría dependido de su volun- gozado con la vista, constituirse en receptáculo de valo-
tad, de su "talento", o de su intuición individual. El res visuales, en portador de una imagen. Pero simultánea-
resultado en Le Pare es un mundo de luces cualitativa- mente, y sucesivamente, el espectador queda obligado
mente líquidas que al infinito repiten sus formas sen- a constituirse en participante, a recorrer los momentos
cillas y nítidas. ¿Y no se podría simplemente definir a espaciales interiores de la imagen, a vivir con el cuer-
este mundo sin "talentos" como la intención de pro- po y desde adentro, o por adentro, lo que hace un mo-
ducir coyunturas estéticas bellas, y esto sin dejar de guar- mento miraba desde afuera, sobrevolaba con los ojos.
'<r una objetividad y una distancia permanente con Objeto-happening, entonces, donde el espectador es por
'Cto a la obra, y sin forzar los fenómenos ni inten- momentos espectador, es decir, sujeto exterior a un obje-
282 283

to que puede contemplar desde afuera, y por momen- ·onocido de la lata de sopa Campbell's, no es así sino
tos objeto, "cosa" susceptible de ser objetivada por los 1 segmento material de un mensaje cuyo destinatario
otros, ante quienes queda expuesto, y ante quienes debe somos todos. Las luces de neón, en El Batacaz o, más la
recorrer la construcción. presencia viviente de las moscas, constituyen el seman-
Hule, plástico, acrílico, neón, hierro, madera, goma- tcma de un mensaje cuyo destinatario es cada uno.
pluma: El Batacazo responde en gran parte al principio ¿Pero cómo leer ese mensaje? Hay que entrar en la
pop que consiste en acentuar la conciencia del mate- ·onstrucción. Esto es, quitarse los zapatos, trepar una
rial, el que ha sido elegido siguiendo la sensibilidad rápi- escalera revestida en vinilo, pasar muy cerca del cuer-
da y utilitaria, ready made, de las grandes ciudades. Lo po viviente de los conejos, deslizarse por un tobogán,
mismo se puede decir de sus temas visuales,jugadores caminar sobre el cuerpo de gomapluma que figura a
de rugby, un cosmonauta que se mueve: mitos de las una mujer desnuda, y salir finalmente por un túnel cor-
grandes ciudades en el momento en que pasan el puen- to contra cuyas paredes transparentes se estrellan las
te de los mass media. Pero a estos elementos pop Mar- moscas . Se dirá que en todo caso no se trata de una ex-
ta Minujin ha sumado la presencia de conejos reales y per iencia demasiado peligrosa. ¿Pero quién sabe? Por
de moscas, que, encerrados en cajas transparentes y toca- una parte, es cierto, es como un juego, y la experiencia
dos por la iluminación de neón, transmiten la idea abe- de caminar sobre el cuerpo de un muñeco de goma-
rrante de un campo intermedio entre el mundo crudo pluma no es una experiencia del objeto real -puesto
y animal de los sentidos y los artificios de la cultura.Y que no hay allí una mujer desnuda de carne y hueso-
a mi entender, el resultado, de espíritu neorrealista, sino el símbolo del objeto de esa experiencia, o la expe-
podría ser definido como no-pop. En Lichtenstein o riencia del símbolo de aquel objeto real. Pero ese jue-
en D 'Arcangelo, o en Warhol, o en Wesselman, para no go entonces es condición de la experiencia. La cierta
citar sino los ejemplos más nítidos, lo que importa no es desadecuación o distancia entre la experiencia de una
producir un resultado "sensible", sino traer a primer realidad y esa realidad puesta "como ausente", como
plano de la conciencia los patterns de significación que solamente figurada (estructura de la que Marta Minujin
constituyen los mensajes urbanos, cuando el receptor tiene perfecta conciencia) acerca a sus búsquedas tan-
de esos mensajes no es un individuo sino un conjun- to a los happenings como a la atmósfera ambivalente,
to masificado de individuos. La imagen, el diseño muy festiva y de desencanto a la vez, de los parques de diver-
2M 285

siones. Una fusión de realidad y de engaño, de enga- mas, donde el resultado es una yuxtaposición de expe-
ño sin teatro y experiencia inusitada, de frustración y riencias, y que hace de El Batacazo un verdadero happe-
de Pero por otra parte, y si el peligro no está tam- lling.
poco en la cercanía de los conejos -que apenas si des-
piden olor-, ni en las moscas -que han sido conve- Quizá la característica más notoria del happening el tra-
nientemente encerradas entre paredes de plástico-, está tamiento (la palabra es adecuada) del público. El happening
en cambio en que si usted entra en Batacazo pierde su parece haber sido creado para molestar al público( . .. ) Lo
"personalidad", su "carácter", para convertirse en ele- principal del happening lo constituyen sus materiales y sus
mento de un abigarrado conjunto donde se combinan, modulaciones, que van de lo duro a lo blando, de lo sucio
junto a su cuerpo,jugadores de rugby de vinilo, y mos- a lo limpio.Y esta preocupación por los materiales, que
cas. Y bastará entonces la más fugaz mirada de la más acerca al happenir¡g más a la pintura que al teatro, se expre-
distraída de las personas que se hallan afuera para hacer sa también en el tratamiento que se da a las personas, como
de usted una "cosa entre las cosas", para metamorfosear objetos materiales antes que como "caracteres". La gen-
a usted y a sus movünientos en "momentos", o en "ca- te, en los happenings, queda obligada a aparecer como si
prichos", de una imagen global, colorida y rica, y sus- fueran objetos, envuelta en bolsas de arpillera o en envol-
ceptible de ser gustada, seguramente, pero por los otros. torios de papel, amortajada o enmascarada (también la
Y mientras usted camina encima de un objeto icono persona puede ser usada ,como una naturaleza muerta)
de un cuerpo real, el otro camina con los ojos sobre su (Sontag, 1966). 4
propio cuerpo real. ¿Pero no hay aquí, entonces, una
escalera de niveles de realidad y de simbolización don- ¿Pero será necesario que yo agregue aquí mi juicio sobre
de el que está más arriba es sujeto con respecto al que Marta Minujin? De este talento vivaz y voraz uno sólo
está más abajo, y el que está más abajo símbolo con res- puede ponerse a imaginar, con una mezcla de timidez
pecto al que está más arriba? Una cadena de ida y vuel- y de temor, un poco fascinado de antemano, su pró-
ta donde el que está afuera objetiva al que está adentro xima construcción. ¿Y no enlaza ella, de alguna mane-
y donde el que está adentro sólo puede objetivar al que
está afuera por medio de un rodeo simbólico. Extraña
•l. Susan Sontag, "Happenings: an art of radical juxtaposition", en Against lrller-
escalera, combinación plástica de verdugos y de vícti- l"ctntion, Nueva York, Farrar, Straus & Giroux, 1966, pp. 265 y 267.
286 ,

ra, o formando sistema tal vez, con la negación terca de


Yo COMETÍ UN HAPPENING
la intuición en la construcción de la obra, según los
principios de Le Pare, y con la loca reivindicación de
la "pintura-pintura" del expresionismo de Noé? En
cualquier caso, y cualquiera fuera la significación de ese
sistema, y el rango con respecto al valor de sus com-
ponentes, o cualquiera fuera la conclusión que debié-
ramos extraer de tendencias que se complementan a
condición de excluirse, no creo que sería magnificar uando en el diario La Raz6n del16 de di-
mucho las cosas si dijéramos de los tres lo que una vez
se dijo de Ives Klein. Que es bueno, en un mundo don-
l
ciembre pude leer que el profesor Klimovsky impug-
naba a los intelectuales que "confeccionan" happenings,
de los acontecimientos envuelven a las personas en me sentí directamente, personalmente tocado. Si no me
empresas parciales, encontrarse de vez en cuando con l'quivocaba, no había en Buenos Aires un número de
espíritus que piensan la totalidad. personas mayor a la mitad de los dedos de una mano
que llenara tales requisitos.Y como Klimovsky reco-
Nueva York, 1O de febrero de 1966. mendaba "abstenerse" de los happeníngs e "invertir"
los poderes de la "imaginación en atenuar ese tremen-
do flagelo" (el "hambre"), tengo que decirlo, me sen-
lÍ, en serio, incómodo en mi piel, un poco miserable.
"Yo cometí un happening", me dije entonces para ate-
nuar ese sentimiento.
Pero pude tranquilizarme rápidamente. La alterna-
liva "o bien happeníngs o bien política de izquierda" era
falsa. Al mismo tiempo, ¿era el profesor Klimovsky un
hombre de izquierda? 1 Bastaba recordar otra alternati-
l . Que no lo fuera, en verdad, no demuestra mucho. Los mismos prejuicios
se podrían encontrar, con respecto a la palabra -llappenin)!- en un intelectual
312=============

dad a la escena. Miré hacia la audiencia: ellos tambié11 ,


CONCIENCIA Y ESTRUCTURA
quietos, miraban a los viejos.
Cuando mis amigos de izquierda (hablo sin ir
nía; me refiero a personas que tienen la cabeza clara,
al menos respecto a ciertos puntos) me preguntaron ,
molestos, por la significación del happening, les con
testé usando una frase que repetí siguiendo exactamente Osear Masotta
Conciencia Editorial
Jorge
el mismo orden de las palabras cada vez que se me hacía y Estructura AJvill'ft

la misma pregunta. Mi happening, repito, ahora, no fu e


sino "un acto de sadismo social explicitado".
PRÓLOGO

o do prólogo es una justificación a posterio-


rí, un modo de agregar razones a las razones . Es por
t•sto que yo creo que este material no exige prólogo al-
Por una parte, porque esas razones sobre razones
constituyen parte del material mismo, porque el con-
JUnto de los ensayos lleva no sólo un prólogo escondi-
do, sino, textualmente, varios prólogos explicitados. Pero
por otra parte, la redacción de un prólogo -para el caso
preciso del presente volumen-, podría inducir al lector
.1 pensar que hay entre los temas aquí tratados más dis-

continuidad de la que efectivamente existe.Y en cuan-


lO a la pluralidad de proposiciones e intereses que la
lectura revelará, entiendo que no debe despistar.Y esto
no porque esa pluralidad, o esa discontinuidad, no exis-
tan de verdad.Y tampoco quiero decir que yo crea que
es posible -sin más- apresar el sentido unitario de estos
ensayos, o que en el fondo, a la larga o a la corta, esa
unidad justifique una pluralidad y una discontinuidad
que serían sólo aparentes.
316============= 317

Pero quisiera avisar al lector, además, con resp et te, lo más correctamente posible ¿Podrá uno alguna vez
to a las fechas de publicación de los ensayos -1955 ,, cumplir con esta exigencia elemental?
1967-; que no intente descubrir en ellas los hitos dt
una "evolución" intelectual. O mejor dicho, qu e al11 17 de abril de 1967.
donde esa evolución existe, ella está tan explicitada qut
no es preciso descubrirla.Y en cuanto a lo que se refi r
re a posiciones políticas e ideológicas, aquí, menos qu t Advertencia
en cualquier otro nivel, existe "evolución".Yo no hl'
evolucionado desde el marxismo al arte pop; ni ocu Entre la redacción del prólogo que antecede y la fecha
pándome de las obras de los artistas pop traiciono, llt de aparición de este tomo, un espacio de casi año y medio
desdigo, ni abandono el marxismo de antaño ... Al revés, me obliga a volver sobre él, a agregar una reflexión ahí
al ocuparme de esa nueva tendencia viviente d e !.1 donde yo preferiría que guardase una fuerza de impac-
producción artística más contemporánea, entiendo per to que -pienso aún- es inseparable de la pluralidad de
manecer fiel a los vacíos, a las exigencias y a las nece- los temas, del desorden de las fechas. Desorden: puesto
sidades de la teoría marxista. Desde el punto de vista de que un ordenamiento cronológico no conforma toda-
mis posiciones ideológicas es preciso entonces leer acu- vía una historia. La historia (pienso la palabra con mayús-
mulativamente los trabajos aquí reunidos: lo que no culas) no está en los libros, sino en nosotros, que la vivi-
es dicho -declarado- en un lugar, se halla completa- mos y la hacemos sólo a condición de soportarla. Los
mente declarado en otro. Mis posiciones generales -bási- libros sólo conservan el reflejo lejano y fugaz de eso que
cas- con respecto a la lucha de clases, al papel del pro- los hombres viven de muy cerca. Pero por lo mismo: es
letariado en la historia, a la necesidad de la revolución, esto lo que los torna imprescindibles. Ellos nos permi-
son las mismas hoy que hace quince años atrás. Lo que ten (como el ejemplo del Mateo de Sartre y la conciencia
ha cambiado tal vez es la manera de entender el rol del sartreana) observar fugazmente y de reojo todo eso que
intelectual en el proceso histórico: cada vez compren- nosotros somos; nuestra miseria, quiero decir, y esos jui-
do más hasta qué punto ese rol tiene que ser "teórico"; cios de valor que una vez pronunciamos sobre los otros,
esto es, que si uno se ha dado la tarea de pensar, no hay tal vez con el único fin de sentirnos diferentes, cuan-
otra salida que _tratar de hacerlo lo más profundamen- do en verdad no éram.os más que una parte de eso mis-
318============== 319

mo que repudiábamos, el complemento de un sistema en esas páginas como el sentimiento de que


ciego y estúpido que nos incluía en el momento mismo Viñas se hallaba -ideológicamente hablando- irreme-
que nosotros entendíamos abarcar una de sus partes. diablemente equivocado, y que mientras yo entendía
En este sentido -y en un país casi sin filósofos, casi sin muy bien qué cosa era el "compromiso", él no lo en-
crítica estética, casi sin revistas, casi sin crítica intelec- tendía para nada. Debo decir entonces que hoy me
tual ni confrontamiento de las ideas; brevemente, en un :tvergüenzo un poco de aquella prosa mía donde había
país casi sin memoria- los ensayos reunidos constitu- bastante de pose, y donde a lo que a mí mismo res-
yen un excelente apoyo, un buen "ayuda memoria" . N o pecta, yo confundía un poco -o bastante- el "com-
es que yo piense que me he equivocado mucho ni que promiso" con un tono tomado directamente de Les
los errores del pasado me inquieten demasiado. En la 'femps Modemes y de Sartre. De cualquier manera, y si
Argentina, en fin, uno aprende a juzgarse ni tan ruda ni mi tono era "impuesto", las ideas no eran del todo
tan duramente, a ser blandamente permisivo con uno malas, y la descripción que hacía de Viñas y de su nove-
mismo. En un país sin maestros (y me disculpo por la fra- lística estaba bastante ajustada -dinámicamente hablan-
se) uno tiene que, a la vez, enseñarse lo que eran las cosas do- a eso que Viñas era entonces. Solamente, que des-
y los otros, y aprenderlo todo de esa enseñanza. Pero es pués Viñas ha dado la razón a la descripción que yo
cierto: los años han transcurrido y ya no es lo mismo hacía de su evolución, y para no citar más que un ejem-
ni para uno ni para las dos generaciones que nos siguen plo, ha podido escribir una novela como Los dueños de
inmediatamente. ¿El problema? Bien: se trata de la polí- la tierra, cuyo esquema ideológico es, efectivamente,
tica. La filosofia, las "ciencias", la estética, la "praxis cien- irreprochable y real.Yo no conozco otras páginas de
tífica" y la "praxis del artista", se conjugan, y hoy más que cualquiera de todos los libros escritos en este país don-
nunca, con la moral y la política. Debo entonces vol- de la "mentalidad radical", esto es, las contradicciones
ver, así sea muy brevemente, sobre algunos juicios pro- del comportamiento de aquel juez en la Patagonia,
nunciados a lo largo de estos artículos: de ellos, dos se haya sido descripta con más cercanía y con más preci-
refieren a hombres, a personas, a nombres concretos; el sión a la vez, con un esquema que recupere a la vez lo
otro se refiere a un concepto: la noción de "vanguardia". "sensible", lo vivido inmediato, para darle jerarquía de
Ante todo, me disgusta un poco mi tono del artí- "razón", de esquema inteligible, de "cosa" familiar, ideo-
culo sobre Un Dios cotidiano, la novela de David Viñas . lógicamente reconocible.
320 .,

En segundo lugar: Rogelio Polesello. Debo dec tt una cierta ideología aceptacionista -de la cual, p.r'·' d;,,
que yo no creo ya hoy que Polesello tenga algo que wr otro ejemplo, Marta Minujin no ha podido todavía libe
ni con la vanguardia, ni con ninguno de los proble rarse- se abría paso y se estabilizaba. El arte no está ni
mas verdaderos que el arte plantea hoy al pensamiemo n hacer imágenes con óleo, ni está en los museos : está
y a la "praxis" estética contemporánea. ¿Por qué enton t•n la calle y en la vida, en las tapas de las revistas y en

ces publicar esas páginas? Simplemente por esto: por l.r moda, en las películas que antes creíamos malas, en la
que son buenas como "ayuda memoria". Había allí una literatura de bolsillo y en las imágenes publicitarias.
idea importante, que los artistas y los pintores no han l :ierto. Pero si la popularización de los objetos de la
dejado de vivir en la Argentina a partir de 1960, pero 1 ultura, llevada a cabo por aquellos mismos que pro-

que no ha sido escrita, y sobre cuyas consecuencias ulte- ducen un sector de la cultura, las obras de arte, descu-
riores habrá que reflexionar. La idea de que el arte más bría que había arte en la cultura popular, y por lo m.is-
contemporáneo incluye a la vez al artista en la signifi- nlo, una cierta desubicación y una cierta inutilidad
cación de la obra, y que por otra parte el artista con- misma en el rol del artista, no era menos cierto que las
temporáneo, por el abandono de las antiguas técnicas obras que se producían no escapan al círculo, ni que
y de los viejos materiales (los materiales "nobles") des- d ios dejaban de ser artistas.Y como por otra parte este
centraba su rol de persona concreta y cambiaba de lugar 1 Írculo -en la línea del "arte pop "- enseñaba que no

social. Este nuevo camaleón, y por el contacto con las había que repudiar los productos sociales de la cultura,
nuevas materias, ingresaba en el sistema social, negaba y a la vez, mantener una cierta distancia neutra, una
ahora su exquisita posición de proscripto, para "inte- neutralidad básica con respecto al sentido y al valor del
grarse" al juego social de los roles y las profesiones. Pero \IStema social -y como consecuencia no pensar jamás
si yo encontraba que el cambio era positivo no creía en t•n términos políticos- era difícil que no fueran reac-
absoluto ni que la operación se hallaba totalmente con- t 10narios. Quiero decir: individualmente, y personal-

cluida, ni que el cambio era tan positivo. ¿Cómo es posi- mente hablando.Y si en verdad no lo son -o al menos
ble conformarse cambiando el lugar social del artista en 110 todos ellos lo son- es por una razón que tiene que

una sociedad que permanece la misma? Sin embargo, ver, entre otras, con razones econornicistas: simplemente,
y durante esos años, y desde Mesejean y Cancela a Dali- porque en la Argentina el mercado es incapaz de absor-
la Puzzovio, desde Osear Palacio a Rodríguez Arias , ber la producción de obras de arte, y por lo mismo, y
, \11

mientras en los Estados Unidos, Lichtenstein, R osC II enseñanzas del pasado para producir objetos realmen-
quist, Rauschenberg,Wesselman, Oldenburg, son ricm, te nuevos. Incompleta: quiero decir, que necesitaba
los argentinos en cambio son pobres. Hay algunas exccp ser precisada, que su formulación era todavía vacía, que
ciones. Polesello es una. Eso que irrita en Polesello necesitaba precisar sus contenidos. Brevemente: que las
su coherencia: al mismo tiempo que lo que hace p ic1 obras de comunicación masivas son susceptibles -y esto
de interés, él se muestra cada vez más hábil para ven a raíz de su propio concepto y de su propia estructu-
der sus al tiempo que cada vez se muestra ra- de recibir contenidos políticos, quiero decir, de
adaptado al paternalismo de las instituciones. Pero Jl (l izquierda, realmente convulsivos, capaces realmente
se piense que nada de todo esto es malo en sí mism o· de fundir la "praxis revolucionaria" con la "praxis esté-
lo malo está en la coherencia, cuando los nudos de ll l l tica". Las obras así producidas serán las primeras que
comportamiento se unen los unos con los otros, y cuan realmente no podrán ser conservadas en los museos y
do el resultado es un reflejo -a veces asumido, y a veces que sólo la memoria y la conciencia deberán retener:
permanente- de defensa de las instituciones del sta ltl pero un tipo muy específico de memoria y de con-
quo social. Lo que ocurre es que hasta hace muy poco ·iencia. No serán los objetos de los archivos de la bur-
era posible creer que se podía ser revolucionario en guesía sino temas de la conciencia post-revolucionaria.
estética y reaccionario, o indiferente, en política. Algu
nos cambios históricos muy recientes han terminado Septiembre de 1968·.
por desbaratar las fiestas, por hacer evidente el absu r
do. Era a raíz de esos hechos que quería agregar dos
palabras sobre el "concepto" de vanguardia.
La definición que doy de la palabra en uno de los
trabajos de este tomo, es a la vez cerrada e incomplet;J .
Cerrada: porque -que yo sepa- no hay ninguna otn1
cosa "nueva" en el horizonte, y puesto que desde um
perspectiva estrictamente estética, la idea de un arte "de
los n1.edios de comunicación masiva" es la más ab ar-
cadora, la más totaliz ante, la única capaz de recoger las
DESPUÉS DEL POP:
NOSOTROS DESMATERIALIZAMOS

"Se la comía con los ojos". Esta frase y tantas otras señalan
bastante bien la ilusió11 común al realismo y al idealismo según la cual
cono ce r es comer.
J. P Sartre

Hoy los consum idores son todo el mrmdo, las masas. La idea que actual-
mente mueve a las masas se llama materialismo: sin embargo, la desma-
terialización es la característica de la época. Piénsese en la corresponden-
cia, por ella crece, crece el número de cartas, la cantidad de papel
escrito, se extiende así la cantidad de material consumido, hasta que la 1/e-
)!ada del telifono la alivia. Se repite después el mismo fenómeno. Resul-
tado: la red de trabajo y el material de suministro crecen entonces hasta
que son aliviados por la radio. Brevemente: la materia disminuye; el pro-
ceso de desmaterializ ación aumenta cada vez más. Perezosas masas de
materia son reemplaz adas por energía liberada.

El Lissitsky, El futuro del libro

1. La palabra "happeníng" en los medíos masivos

No somos un país de happenistas. Esto a pesar de que


uno de los inventores del género, Alan Kaprow, se refe-
ría a los argentinos, hace un año atrás (no recuerdo bien
dónde: ¿Arts News? ¿Art Pontm?) poc9 más o menos co-
336 , 11

mo si lo fu éramos. Hasta esa fecha los happenings rca Nación y La Prensa hasta La Razón y El Mu11tlo; dc •-.dt
!izados en la Argentina no eran muchos.Y tamp oco artículos de información política hasta la prod u(( ""'
se realizaron muchos otros después: el año 1966, cuatt humorística, la palabra invade el interior de la tira cÓ tltt
titativamente h ablando, no ha sido tan fructífero. P:u ,, ca y alcanza finalmente el afiche publicitario. Fenóme-
ser exactos, habría que decir que sólo dos happenings st· no extraño, puesto que si no corresponde a los h ech os
realizaron el año pasado entre nosotros; a esa cifra h<1y (esto es, a los happenings efectivamente realizados) pare-
qu e agregar únicamente dos "obras" de calificaciÓtl ciera brotar de la nada.Y t;u npoco se podría intentar com-
incierta, a las que los artistas que los produj eron se nic prenderlo pensando en las fechas , puesto que para el
gan a llamar happenings, más otra obra de clasificaciÓtl momento en que se realizaban unos pocos happenings en
menos incierta, que fue pensada como obra literaria y d Instituto Di Tella el fenómeno del crecimiento cuan-
a la que sin duda podría llamársela happening, m ás un titativo de la palabra se hallaba ya bastante avanzado.
trabajo de un artista norteamericano, Bob Whitm atl ¿Cómo explicar el fenómeno? Hay un tipo de expli-
- un film que Marta Minujin trajo a Buenos Aires, Flal cación, que no ha sido escrita, pero que se puede escu-
Prune (Ciruela chata) : el film era parte de una "obra" char, y que a mi entender es bastante abominable.Y esto
donde los cuerpos en vivo de tres mujeres sobre el escc por dos razones: la primera porque se hace cómplice
nario hacían de pantallas sobre las que se proyectaban de eso que la palabra significa en el interior del boom
los cuerpos de las mujeres del film .1 en la prensa masiva (algo irracional y espontáneo, intras-
Sin embargo, y si los happenings realizados fu eron cendente y festivo, un poco escandaloso). Y en segun-
muy pocos, la palabra happening se extiende por los dia- do lugar por la carga ideológica de una explicación que
rios y revistas de Buenos Aires a lo largo de 1966. D es- consiste en afirmar que la "realidad" argentina (y yo
de revistas de un cierto nivel de" estilo" y o "seriedad", abomino también de todo uso de este tipo de la pala-
en fin, como Primera Plana y Confirmado, hasta publi- bra "realidad") es a tal punto poco seria, que la explo-
caciones de bastante bajo nivel (sensacionalistas, poca sión de la palabra en la prensa es de algún modo un
información escrita) como Así; desde diarios como La fenómeno positivo, pu es to qu e significaría, de algún
modo, una cierta toma de conciencia de nuestra poca
l. Se encontrará una información detallada de los happenings y ob ras reali za- seriedad. lnugínense: los avatares del poder político,
das en 1':>66, en O. Masotta y otros, Happeni11gs, Buenos Aires, j orge Álvarez,
ed., 1967. la sucesión circular de los equip os económicos.¿Y qué
338 ,

decir del ridículo conato de la toma de las Malvims Ese vacío señala por una parte la situación irresuelu
por una ex actriz y algunos jóvenes extremistas? A mi en el interior de las culturas contemporáneas entre eli-
entender habría que contestar que nada. Sobre todo si tes y masas; pero por poco que reflexionemos descu-
se trata de sacar conclusiones comparativas: política inte- brirem.os que en la Argentina hay una carencia real: ante
rior y exterior de la Argentina no es menos seria ni más todo, la falta de una crítica competente que acompa-
escandalosa, ni más seria ni menos escandalosa (o ta 1 ñe a la producción de vanguardia, sobre todo en lo que
vez menos escandalosa) que la de otros países de Occi- se refiere a las artes visuales . Me refiero, concretamen-
dente.Y por otra parte, sería dificil, de cualquier mane- te, a la falta de material escrito. Los únicos que en Bue-
ra, que los argentinos pudiéramos darnos la política que nos Aires tienen información para hablar sobre la pro-
queremos. Los límites de hierro de una estructura eco- ducción más contemporánea (Romero Brest, Pellegrini,
nómica (interna y externa) y social, determina y deci- Germain, Parpagnoli, Samuel Paz) raramente escriben
de, por nosotros y sin nosotros, una "realidad" que sólo para publicaciones que no sean catálogos, y si a veces
es nuestra a fuerza de ser ajena. lo hacen en revistas especializadas, se trata de revistas
Pero de cualquier manera entiendo que la explo- que no se editan en español. En una entrega del año
sión de la palabra puede, tal vez, ser explicada. O que pasado de Art and Artists, la revista inglesa que dirige
podría ser entendida mediante una cierta hipótesis , Mario Amaya, recuerdo haber leído un editorial don-
incompleta seguramente en cuanto a los hechos qu e de se reflexionaba sobre la dificultad de distinguir ya
abarca, pero al menos, sensata. entre un periodista y un crítico de arte: el alto nivel de
Por una parte, y en ninguno de los casos en qu e la crítica cotidiana hacía incierta la distinción. En este
recuerdo haber leído la palabra, ella dejaba de referirse, sentido, en fin, la Argentina no es Inglaterra, ni Estados
de alguna manera, a esos hechos reales, los happenings, Unidos ni Francia. Por el contrario a la falta de una crí-
productos de un cierto tipo de actividad artística de van- tica especializada se suma en Buenos Aires una crítica
guardia. Esa referencia -por vaga que fuera- a la actividad cotidiana mal informada y adversa. Los casos de Prime-
artística, indica una determinada relación, la presencia de ra Plana y Corifirmado no son excepciones: el crítico, _
una cierta distancia significativa: denuncia la distancia o aquí, raramente term.ina de comprometerse. Le intere-
el vacío que va desde los productos de la inform.ación sa más exhibir una información que en verdad o no tie-
nusiva a la actividad artística de vanguardia. ne o ha obtenido apresuradamente que usar simplem.ente
11
340 "

de la información que tiene para ayudar a la comprc11 podido no producir sobre grupos originaria o natu t. d
sión de las obras. mente alejados de ella . Cualquiera fuera el valor o el
Pero estas reflexiones no explican la explosión dt juicio que nos merecieran las obras promovidas por los
la palabra; la que seguramente no habría ocurrido si 11 departamentos de Artes Visuales y Audiovisuales del Ins-
una cierta ansiedad -digamos así- o alguna predispos1 tituto, no se puede negar que contrastan con un medio
ción por parte de las audiencias masificadas. FenÓm'" donde el grueso de la producción artística se realiza
no interesante, a mi entender, y positivo, puesto qut dentro de los cánones tradicionales. En Buenos Aires
señala este hecho : que cualquiera fuera la distancia entn no hay underground, y en un medio donde la produc-
una producción estética referida a una audiencia de eli ción artística no es demasiado grande, ese "underground
te, y una audiencia ensanchada, esa distancia no es abso institucionalizado" que es el Instituto no puede no ejer-
luta; y que existen por lo mismo algunos puntos de con cer presiones sobre el medio.
tacto, o algún tipo de ruptura de esa distancia. Ahor:1 ¿Pero qué ocune en lo que resta del "campo", en
bien, es preciso entender también que la explosión d<: el grueso de la situación? Reflexionemos brevemente
la palabra (con todos los equívocos con respecto a su sobre lo que ocurre en el cine argentino: las m.ejores
sentido) no se debe a la "ignorancia" de las audiencias películas producidas entre nosotros (realizaciones de
de masas, puesto que entre otras cosas, no son los recep- Kohon, de Birri, de Lautaro Murúa) no iban más allá,
tores de los mensajes masivos quienes redactan esos técnicamente, de ciertas estrategias estéticas más o menos
mensajes, sino los periodistas. Esto es, un cierto tipo de neo-realistas .Y más acá de las búsquedas de Antín con
trabajador intelectual sobre el que pesan no sólo ten- respecto al tiempo, y de las búsquedas temáticas de
siones semejantes a las que soportan aquéllos para quie- Kuhn, no hubo entre nosotros progreso haCia un cine
nes escriben, sino también las tensiones teóricas del nouvel vague, por ejemplo, ni mayores proposiciones de
medio intelectual y de la situación de producción artís- vanguardia. Una vez explorada la ciudad, como tema;
tica que lo rodea. una vez que una cierta descripción testim.onial fue logra-
Habría que pensar entonces en esa situación con- da (Alias Carde lito ; Tres veces Ana, constituyen los mejo-
creta. Y yo diría que en Buenos Aires una de sus coor- res exponentes) los directores jóvenes filman en gene-
de11adas lleva a la actividad del Instituto Di Tella y que ral bastante poco. Tal situación podría explicarse, y se
se relaciona con la ansiedad que esa actividad no ha explica en gran parte, por las dificultades económicas
342 Yl

ligadas a la producción y a la incierta política de prés taria: medio de información (la televisión, el cine, l,ts
tamos llevada a cabo por el Instituto Cinematográfico revistas, los periódicos). Y si se habla de no atender ya
Argentino. Pero al revés: sería dificil afirmar que lm a los contenidos no significa que el arte de vanguardia
directores jóvenes filmen poco debido exclusivamentt' se dirija hacia un nuevo purismo o un peor formalis-
a las dificultades de dinero y de financiación. En fin , lo mo. Lo que ocurre hoy en las mejores obras es que los
que yo creo es que el impasse actual del cine argenti contenidos aparecen fundidos a los medios que se emple-
no expresa, a su nivel, un impasse estético.Y al revés del an para transmitirlos. Esta preocupación, entonces -pues-
revés: no es que los jóvenes no tengan nada que decil , ta de manifiesto por primera vez y de manera explícita
sino que, es posible, comienzan a tener una conciencia por los artistas pop- no se distingue de una preocupa-
aguda que les dice que la cuestión no está en lo que Sl' ción sociológica verdadera, esto es, de una nueva mane-
diga, y tampoco tal vez en la manera de decirlo, sino en ra de volverse a los "contenidos".
las características del "medio" que se tiene para decirlo. Ningún realizador cinematográfico podría ocultar-
Dicho todo de otra manera: a la altura actual del pro- se hoy, por ejemplo, que si él pretendiera -fiel todavía
c.eso del arte contemporáneo, y en un momento don- al espíritu neorrealista- com.entar o "1nostrar" la "rea-
de no sólo aparecen "géneros" nuevos de expresión, lidad" social de una ciudad, no podría más que llegar
como el happening, sino donde la idea misma de "géne- tarde, puesto que ella ya se halla comentada y sobreco-
ro" como límite aparece como precaria, o como perece- mentada por los diarios, los periódicos, las "bbras" radio-
dora (el teatro mezcla sus técnicas a la del cine, la danza fónicas, la televisión, las fotonovelas, los mensajes publi-
se funde con la pintura, el cine muestra fuertes influen- citarios. El artista contemporáneo no puede dejar así
cias de la historieta) se hace cada vez más imposible per- de tomar conciencia de la aparición de estos fenóme-
manecer ajeno a esta pequeña proposicion de toda obra nos masivos, los que de alguna manera descentran su
o muestra de vanguardia (y por lo mismo, no tomar propio trabajo.Y se sabe ya con qué tácticas han con-
en serio a la idea misma de vanguardia): que los pro- testado -van contestando- a ellos.
blemas del arte actual residen menos ,en la búsqueda de Por una parte proponiendo imágenes que, como
contenidos nuevos, que en la investigación de los las de Lichtenstein no son ya" de realidad", sino imáge-
"medios" de transmitir esos contenidos.Y "medios" aquí nes de imágenes .Y por otra parte, por una reflexión radi-
significa latamente lo que significa en la jerga publici- cal sobre las características materiales del "medio" esté-
344 ;r 345

tic o con el que se trabaja. Y a las proposiciones de una al nivel de las artes visuales, se proyecta sobre las
crítica caduca que no se cansaba de lanzar proposicio- personas concretas de los periodistas, esto es, de
nes del tipo "esto es pintura, esto no lo es", se opone hoy los responsables de la explosión de la palabra.
la idea de realizar obras con materiales y técnicas toma-
dos de distintos géneros, la idea de un área de actividad No es dificil que los emisores directos, personificados,
estética donde es posible mezclar las tácticas y los "medios"; concretos, de los mensajes masivos constituyan efecti-
brevemente: la idea de obra de arte como "híbrido". vamente el punto terminal de un conjunto de reac-
Resumiendo: la explosión de la palabra happening ciones en cadena; y que sobre ellos opere un meca-
en la información masiva de Buenos Aires se debe tal nismo semejante al que los psicólogos describen bajo
vez a causas que todavía tienen que ver con cuestiones el nombre de ambivalencia: la valorización negativa y
del orden de la estética y de la historia de las obras. Ellas positiva del mismo objeto. Tal sería, seguramente, la
son el resultado de un cierto grado de complicación de razón que podría explicar, por otra parte, esa atmósfe-
estos órdenes de factores: ra tocada de un cierto aire picante, que asocia con la
idea de sexo y de fiesta, y que acompaña muchas veces
1. La falta de una crítica seria al nivel de la crítica a la palabra happening cuando aparece escrita, a partir
cotidiana; del año pasado, en los diarios y revistas de Buenos Aires.
2. la falta de una crítica especializada en publica-
ciones especializadas, la que podría ejercer influen-
cia sobre la crítica cotidiana; 2. Vanguardia yobras de información masiva
3. una cierta ansiedad positiva por parte de las au-
diencias masificadas, la que sólo es satisfecha por Un ciclo de conferencias y de happenings que llevé a
una crítica indiferente; cabo en el Instituto Di Tella durante los meses de octu-
4.la necesidad -sin lugar a dudas concretamente bre y noviembre de 1966 2 asocia mi nombre con la
sentida- de los grupos productores de arte de
hallar fórmulas y problemas estéticos nuevos; 2. El ciclo se compuso de dos conferencias y dos una de las con-
ferencias fue dictada por Alicia Páez; yo realicé también uno de los happenir1gs,
S. la manera en que esas necesidades, combinadas
el otro fue planeado y coordinado por un equipo formado por R .Jacoby y
con la existencia de una producción de vanguardia E. Costa, O. Boni, M. A.Telechea, P. Suárez y L. Maler.
346 347

palabra happening. Una vez hechas las salvedades con a. Que sea posible reconocer en ella una determi-
respecto a la difusión de la palabra en la prensa masi- nada susceptibilidad y una información acabada
va, debo agregar, además, que no soy un happenista. de lo que ocurre al nivel de la historia del arte;
Quiero decir, de la misma manera que no soy ni músi- es decir, de lo que está ocurriendo en arte con
co, ni pintor, ni escultor, ni actor, ni director teatral: no referencia a lo que ha sido hecho antes y a lo que
he comprometido ni comprometo el grueso de mi ac- se percibe que debe ser hecho después. La van-
tividad ni mi futuro a ninguna de esas actividades. Quie- guardia consiste así en una postulación por la cual
ro decir, además, que no creo en los happenings. Aho- se afirma que la obra de arte se halla insertada en
ra bien: entiendo que debiera explicarse qué estoy una secuencia histórica de obras, y que tal secuen-
diciendo cuando digo que no creo en los happenings. cia se ve recorrida por una necesidad interna. Una
Pero es difícil. A veces no hay tiempo ni lugar para frase de Henry Geldzahler comenta de manera
explicarlo todo. Diré de cualquier manera que no creo económica esta propiedad:" Thís is instant art hís-
en los happenings de la misma manera que no creo en tory so aware cif ítse!f that ít leaps to get a head cif art". 3
la pintura y el teatro.Y adivino de parte del lector una b. Que abra no solamente un panorama de posibi-
furia un poco socarrona y divertida que le hará excla- lidades estéticas nuevas (esto es que -como se
mar: ¡He aquí un avantgardíste! De acuerdo, y no digo dice- sea una "obra abierta") sino que simultá-
otra cosa. En arte, pienso, sólo se puede ser, hoy, de van- neamente, y de manera radical, niegue algo. Ej. :
guardia. el happeníng con respecto a la pintura,4 o el hap-
El problema se plantea cuando se trata de definir en pening con respecto al teatro tradicional. 5
qué consiste la vanguardia.Aunque no es difícil hacer.:. c. Que esa relacj.ón de negación (en referencia a aque-
lo, tampoco intentaré esa definición aquí. Menos que llo que la obra niega de lo que la ha precedido)
ofrecer definiciones pretendo relatar ahora algunos hechos
y completar el relato con unas pocas indicaciones y con 3. H . Geldzahler, participante en el Si111posi11111 sobre Pop Art, organizado por
algunas reflexiones . Diré de cualquier manera que una el Mus eo de Arte Moderno de N ueva York (reprodu cido en A rts, abril de
1963, p. 3 7). Éste es un instante de la historia del arte tan consciente de sí mis-
obra de vanguardia debe poseer al menos estas cuatro ma que de un salto se coloca adelante del arte).
4.Ver Allan Kaprow, Experi111ental A rt, en Art IICWS, marzo 1966, p. 62.
propiedades:
S.Ver Michael Kirby, Thc New T heatrc, en Tidanc Dra111c Rcvicw, Nueva Yo rk,
0
invierno de 1965, Vol. n . 2, p. 15.
348 , -l l

no era caprichosa, sino que revela un fundamento mente surgen los happenings). En esta perspecti va
referido al corazón mismo de lo negado. Así el la vanguardia del siglo se vería constituida en tor-
pasaje o la superación del teatro o de la pintura no a pocos nombres: Satie y Cage, Rauschenberg,
por el happening sería una" consecuencia lógica" 6 Lichtenstein,Warhol, Duchamp y Schwitters, Ives
de algo que se hallaba latente ya en el teatro o en Klein,Alan Kaprow.Y habría que agregar el nom-
la pintura, y que por lo mismo exigía manifes- bre de un surrealista, René Magritte.
tarse.
d. (Este punto es tal vez el más dificil de entender Pero a partir de esas consideraciones se podría llegar a
y de aceptar inmediatamente; digamos, el m ás esta conclusión apresurada: que hoy sólo el happening,
polémico.) Que la obra ponga en duda, por esa este híbrido de géneros, es de vanguardia. Ahora bien:
misma negatividad radical que la constituye, los esto no es lo que yo entiendo. Al revés, mi posición con-
límites mismos de los grandes géneros. Artísticos siste en afirmar que en el interior mismo del happening
tradicionales (pintura, escultura, música, eti:.) . exigtÍa algo que dejaba entrever ya la posibilidad de su
Ejemplo: el happening con respecto a esos mismos propia negación, y que por lo mismo la vanguardia se
géneros tradicionales. Según esta propiedad -a mi constituye hoy sobre un nuevo tipo -un nuevo géne-
entender fundamental- Picasso nunca habría sido ro- de obras. Se podría llamar anti-happenings a esas
de vanguardia en tanto que las "artes plásticas" del obras. Pero la designación arrastra un inconveniente:
siglo XX contarían con un solo y único estallido . que hace depender un género de manifestación estéti-
(el único que alcanza, efectivamente, los límites ca completamente nuevo de un género, como el hap-
mismos del género): el dadaísmo en la segunda pening, que ya no lo es. Abreviando aún más: este nuevo
década del siglo (y su reviva/, a partir de media- género de actividad artística, que ha surgido en Buenos
dos de los años cincuenta con el pop-art y el neo- Aires en el año 1966 tiene ya un nombre: "Arte de los
rrealismo francés; es entonces cuando histórica- medios de comunicación de masas" .7 Y se puede afir-

6.Ver la " definición' ' del término lwppetting en Words, catálogo de la Smolin 7. El creador del género es, sin duda, Roberto Jacoby (ver O . M.1sotta, o p. cit.),
Gallery, Nueva York, 1962: El término " happettinJ( refiere a una forma de arte y esto en su forma más pura; y este tipo o género de obras, a mi entender,
relacionada con el teatro, puesto que se realiza en un espacio y tiempo dados. contiene en sí nada menos que to do lo que es posible esperar de más gran-
Su estructura y contenido son una extensión lógica de las "ambientaciones" . de más profundo y más revelad or del arte de los próximos ai1os y del pre-
350 ;r ''"
mar de él que cumple con las condiciones básicas para 3. Un nuevo ciclo
delimitar un área de actividad artística, esto es, que efec-
tivamente constituye un género artístico. Por un lado Fue con este espíritu y con estas ideas en la cabeza que
por la capacidad de producir "objetos" de contempla- programé un nuevo ciclo, para realizar también en el
ción estética; y por otro lado porque delimita concre- Instituto Di Tella y que contendría (contuvo): lin hap-
tamente la "materia" con la cual es posible construir pening, cuyo título fue El Helicóptero; una obra comu-
una determinada y precisa clase de obras . Así como la nicacional (o anti-happening), cuyo título fue El mensa-
"materia" de la música se halla en una cierta materia je fantasma; una conferencia explicativa y que titulé
sonora, o en el continuo de los estímulos auditivos, o "Nosotros desmaterializamos" . Se entrevé facilmente
de la misma manera que el bronce, o la madera, o el már- el propósito : contraponer una obra comunicacional a
mol, o el vidrio, o los nuevos materiales sintéticos cons- una happening para permitir comprender las caracterís-
tituyen la "materia" con la cual y sobre la cual es posi- ticas distintivas de las operaciones y de las "materias"
ble hacer esculturas, las "obras de comunicación" definen que las constituían. El ciclo proponía por lo mismo una
ellas también el área de su propia " materialidad" . La estética "anti-óptica", antivisual. La idea de· constituir
"materia" ("inmaterial", "invisible") con la que se constru- "objetos" pero con el fin de hablar no a los ojos sino al
yen obras informacionales de tal tipo no es otra que los pro- entendimiento . .. El título de la obra comunicacional
cesos, los resultados, los hechos y los fenómenos de la infor- comentaba esa tensión hacia la búsqueda de materias
mación desencadenada por los medios de información masiva
(Ej. de "medios": la radio, la televisión, los diarios, los perió- campaib cualquiera la constituyen las conciencias de los sujetos a los que se
dicos, las revistas, los "cifiches", los pannels, la historieta, etc.). 8 dirige: la " materia" es así po r ej emplo, los llamados " fenómenos de persua-
sión " , o bien los "efec tos". En tanto que los " medios" son los instrumentos
para alcanzarlos: los "paneles",la televisión, la foto publicitaria, etc. Ahora bien,
entre una obra de publicidad y una obra de comunicación de masas hay, sin
sen te . En cuanto al trabajo de Marta Minujin, con 60 televisores, y que lle- embargo, diferencias con respecto al " obj eto estético" . Un film publicitario
vó a cabo el año pasado en el Instituto Di Tella , quedaba todavía hibridado puede ser "bello" y quienes tengan gusto y sensibilidad mod erna lo recono-
con la idea de " ambienta ción" , aunque fu era más allá de ella. cerán fá cilmente. Pero el "objeto" de las obras masivas t:uupoco tiene poco
8. Distingo así entre el "obj eto estético", los " medios" con los qu e la obra se que ver con esa belleza. Lo que se percibe, tiene que ver más con ciertos efec-
realiza, y su " materia " . Para definir el campo preciso de las obras de co mu- tos de inteligibilidad, que se consiguen mediante ciertas" de
nicación de masas, no hay que confundir los "medios" con la "materú" la obra. estructuras habituales de la comunicación de masas. El ejemplo de Elmensa-
Distinción que arrastra cierta oscuridad. Pero se puede aclarar bastante su sig- j efantasma , sobre el que nos referiremos en seguida, puede servir para aclarar
nifica do si se piensa en la publicidad. La " materia" sobre la que trabaj a una dificultades.
352 ,

inmateriales, de anti-cosas, si la palabra cabe. En cuan- la información abunda, no era ocioso polemiza r :ti rri w l
to al título de la conferencia -en la que expliqué, aun- mismo de los hechos. La imagen que surgía del !tap¡il'
que menos ordenadamente, lo mismo que trato de ex- ning de Lebel-y también de su libro- consistía en un
plicar ahora- lo he tomado de un breve artículo de E l irracionalismo generalizado. Lebel, quien sostiene una
Lissitsky, el constructivista ruso, que ha sido exhuma- ideología :_se podría decir- casi psicodélica, en la que
do con perspicacia 9 por una entrega reciente de Tft '' priman los mitos de la vida, de la espontaneidad, de la
New Lift Review, la revista del grupo de la participación por los sentidos y la percepción, de la libe-
independiente inglesa. Entre los párrafos nerviosos y ración del inconsciente, y seguramente también ese
lúcidos de El Lissitsky uno me había fascinado parti- mito que nos habla hoy sobre la conciencia contem-
cularmente: se lo puede leer en el epígrafe de esta nota . poránea "bombardeada" por la información, entiende
que el hombre contemporáneo teme, antes que nada,
a la expresión desnuda de los instintos . Tendría tal vez
4. El helicóptero un poco de razón si la nuestra fuera una sociedad vic-
toriana. Eso que el hombre de las sociedades contem-
Aparte que la realización de El helicóptero me serviría poráneas teme -yo entiendo, al revés- y tiende a ocultar,
de referencia, a posteriori, para definir por diferencia- no es la irracionalidad del instinto, sino la racionali-
ción qué cosa era una obra comunicacional, ya desde dad de la estructura. Por otra parte en sus happeníngs
el mismo momento en que lo planeaba entendí qu e Lebel no hace sino disponer, en el interior de recin-
sería útil para contraponerlo al happening que el fran- tos cerrados (la sala de espectáculos del Instituto, cúbi-
cés Jean Jacques Lebel realizó entre nosotros en est" ca, butacas, escenario al frente ; brevem.ente: el cubo
mismo año, y también a las ideas que el happenista sos- arquitectónico tradicional del teatro tradicional) un abi-
tiene en su libro recientemente traducido. 10 En un país garrado, desordenado y simultáneo grupo de mensa-
donde tratándose de happenings los hechos escasean y jes (slides, films, personaj es en vivo, su propia conferen-
cia) para producir un resultado buscado: una imagen
9. Con perspicacia, digo, puesto que las diez p:íginas de El Lissitsky, se ade- negra y expresionista, el happeni11g de Lebel se podría
lantaban en m:ís de treinta años a las "tesis" de M:mhall McLuhan. decir: un "collage" neo-naturalista-expresionista. Pero
1O. J. J. Lebel, Ellwppcning, Buenos Aires, Nueva Visión , 1967. La primera edi-
ción francesa es de 1966. "- este iconoclasta, que sostiene una es tética de la mier-
354

da 11 y que piensa a la simultaneidad como desorden, no (en el happening ninguno de los JHIIItt
abandonaba en cambio esas coordenadas tradicionales la totalidad de los acontecimientos), 12
del teatro tradicional. Este destructor del arte tradicio 2. que el tiempo de los relojes es funci ón de 1.1
nal se abastecía de su fundamento: el espacio cerrad tancia geográfica y espacial (El helicóptero no l"ll"
post-renacentista. ¡Es necesario un cubo, efectivamen- sino un "diseño de horarios", el planeamiento d ..
te, para hacernos creer que el mundo es un revoltij o ! un conjunto de horas de salidas y llegadas que
En fin, y sin rechazar la actitud beligerante de Lebel -ni debía cumplirse rigurosamente);
ese aire de fanfarronismo orgiástico y negro que envuel- 3. la idea sencilla de que la geografía no significa lo
ve a sus happenings y a su persona- no sería ocioso recor- mismo, y que el control de los tiempos es dife-
dar hasta qué punto la violencia de las actitudes no sir- rente, si el espacio es recorrido por una carreta, un
ve para justificar las contradicciones y los n1eandros de automóvil o un avión (la presencia del helicópte-
ciertos planteos estéticos. ro connotaba, por lo mismo, los años treinta);
Bastaba sacar definitivamente a la audiencia afuera 4. producir y permitir una cierta y precisa clase de
de los recintos del Instituto para cambiar de estética. El apropiación de la situación global: ella no podría
helicóptero invertía la idea de simultaneidad como desor- ser directa ni "visual" sino por mediación del len-
den: al proponer dos situaciones simultáneas en el tiem- guaje verbal, de la comunicación oral, "cara a
po pero aisladas y separadas en el espacio, mostraba a la cara". Me explico.
simultaneidad como constituyendo las bases de la comu-
nicación y del lenguaje. La imagen de dos o más acon- La audiencia fue citada para el domingo 16 de julio a
tecimientos produciéndose al mismo tiempo sólo arras- las 14 horas en el Instituto Di Tella (el ciclo había sido
tra una estética del desorden y del "bombardeo" si esos anunciado en gacetillas, por un cartel en las vidrieras
acontecimientos son producidos en un mismo recinto.
Había en El helicóptero cuatro intenciones expresas: 12. La idea de que la audiencia no presencia lo que está "ocurriendo",es, tra-
tándose de happcníngs, vieja, ya clásica . En un lwppcníng realizado porThomas
Schmidt en Wupperthal,Alemania, las acciones se realizaba n cuando el públi-
1. que ningún sujeto de la audiencia pudiera apro- co no podía presenciarbs. Schmidt se hallaba en un cuarto rodeado de baldes
con agua y otros objetos; cuando alguien entraba , ellwppenísta se ponía a des-
piar de manera directa la totalidad de la situacióü ca nsar. Indicaba así que las acciones no continuarían hasta que el observador
11. No juzgo, describo. se re tirara .
.....
356 ,

del Instituto y a través de la invitación por carta que el rena, una estación de ferrocarril de la l: X li1H .1 dll lli\Í
Instituto envía a sus adherentes y a las personas rela- hoy abandonada, y que se halla a la altma tk M .•, d.,,
cionadas con los Departamentos de Artes Visuales y Ya en viaje, arriba de los micros, las acO tll ot l.'d'' ' ·'
Audiovisuales).A la hora indicada alrededor de ochen- dieron distintas instrucciones. A quienes iban haci:1' l'l w
ta personas 13 habían pagado la entrada y se hallaban en atrón se les insistió con respecto a los horarios, que sett
el hall del Instituto. Afuera esperaban seis micros. En el an estrictos: se dejaría primero a la gente en la puerL
interior del hall, mezcladas con el público, seis acomo- de la galería y a las 15.25 los micros volverían a partir
dadoras repartían instrucciones. Se explicó a la gente con destino a Anchorena. Se les dijo que la orden de
que de acuerdo con la cifra final de la boleta de entra- partida sería dada cuando la audiencia estuviera abajo,
da, par o impar, debía acomodarse o bien en uno de los en el sótano de la sala de Theatrón, y que debían cola-
tres primeros micros, o bien en uno de los tres últim.os. borar de desalojar la sala y llegar hasta los
Se les explicó también que de ahora en adelante los micros, en la de la calle Santa Fe, lo más rápida-
horarios serían cumplidos con rigor y que los trans- mente posible. A quienes viajaban a Anchorena se les
portes partirían desde la puerta del Instituto a las 14.40 explicó en cambio que una vez en el lugar debían úni-
horas y a las 14.45 horas. Se les dijo también que a las camente esperar dos cosas: 1°: la llegada del helicóp-
14.30 en punto debían comenzar a acomodarse en los tero (el que conduciría a la actriz Beatriz Matar) y que
miCrO S. haría varias "pasadas" entre las 16 y las 16.5 horas; 2°: la
Los vehículos tenían destinos diferentes.Tres de ellos llegada del sector de la audiencia que se hallaba en The-
conduciría a la gente hasta Theatrón, una sala situada atrón, que se reuniría con ellos en Anchorena. Efecti-
en el interior de la galería Americana, en Santa Fe y Puey- vamente, en mi diseño de horarios yo había dispuesto
rredón: los otros tres se dirigieron a la estación Ancho- que quienes iban primero a Theatrón fueran después
conducidos a Anchorena: pero para llegar inmediata-
13. Desde el punto de vista económico, el ciclo sólo produjo pérdid1s. Su cos-
mente después, o después 14 de las pasadas del helicóp-
to (alquiler del helicóptero, gastos de filmación de och o minutos, pago de 20
segundos en Can al 11 , etc.) ascendió a m ás de 150.000 pesos. C on las entra-
das (caras , el precio alto, 600 pesos) no se llegó a cubrir la tercera parte. Pero 14. El único peligro, en verdad , con respecto a los ho rarios, era que los micros
desde el punto de vista del lzappening, 80 p ersonas eran suficientes para lle- que venían desde Thea trón llega ran antes qu e el h elicóptero. Pero se había
varl o a cab o. El máximo previsto no ascendía más allá de 200 personas. Los instruido a los conductores para que en ningún caso llegaran antes de las 16.10.
happenings n o exigen mucho público. El aviador del h elicóptero estab a instruido, por su parte, en el sentido que a

"\
358 ,

tero. Esto era todo. Las cuarenta personas que venían directa del helicóptero para hacérsela r rl" lljH ' t ·li ttii!
desde Theatrón no verían el helicóptero, "llegarían tar- mente por el relato oral de quienes lo había11 vp;' '- '· 1 i
de". Pero esta "llegada tarde" estabaplaneada, lo que happening se resolvía así en la constitución de Utl.l Sllll ;,
daba a la secuencia de acontecimientos su carácter de ción de comunicación oral: de manera "directa", "ca1.1 ,,
"excepcional"; en la vida cotidiana se llega tarde con- cara", "recíproca", y el} un mis1no "lugar", 16 los dos sec-
tra la propia voluntad o por accidente. Aquí, al revés, la tores de la audiencia se comunicaron lo que cada una no
llegada tarde era una necesidad de la estructura planea- había visto. Esto era todo.
da. Había así dos tiempos cronológicos: el tiempo de
los sujetos engañados (se los hacía apurar, en verdad,
"para nada") y el reverso de ese tiempo (el tiempo de 5. En Theatrón y en Anchorena: las "imágenes"
4
mi conciencia, "que sabía"). Lo que daba al happening
un cierto parecido con ciertas operaciones de la mafia; Theatrón es una sala con capacidad para no más de
piénsese: el asalto de un banco. De acuerdo a un fin , ciento cuarenta personas y que se halla ubicada en un
apoderarse del dinero, es preciso trazar una estrategia subsuelo.Yo había planeado que lo que allí debía ocu-
de horarios, saber a qué hora llega el empleado que tie- rrir fuera confuso, desordenado. Se introdujo al públi-
ne la llave de la caja, hacer perder tiempo a un poli- co en la sala completamente a oscuras y dejó librado
cía, esto es, para obtener un "boquete" de tiempo sin a su voluntad si permanecer de pie o sentarse. En la
su vigilancia y combinar ese "boquete" con el hora- oscuridad esperaba Louis Moholo junto a su batería y
rio de menor afluencia de público al banco. 15 un operador junto a un proyector de dieciséis milíme-
El helicóptero, por su parte, también respondía a su tros. También dos músicos, Telechea y López Tejada, los
fin estratégico: robarle a la mitad de la audiencia la visión que recibieron al público con música Yeh-yeh. Los fotó-
grafos, y el flash, los operadores de Telerwche, los cables
las 16.5 debía dejar de sobrevolar la estación para alejarse definitivamente del
y los spots, el público revuelto en la sala, los gritos de
cielo visible. Pero hubo una dificultad: el tiempo del viaje desde Di Tella a
Anchorena había sido calculado en 50 minutos: ¡mal cálculo para un domin-
go después de mediodía! Los micros llegaron sólo dos minutos antes que el 16. Estas cuatro propiedades distinguen la comunicación verbal de otros tipos
helicóptero, el que a las 16 en punto apareció en el cielo. de comunicación (ver F C. Jo hnson y G. R . Klare, General Models o( Com-
15. La analogía entre la estructura del happcnill¿! y las operaciones de la mafia lllllnication Research; véase también Gerhard Maletzke, Psicología de la Wlllllni-
es de Kaprow. wción wlcctiva, Ciespal, Quito, Ecuador, 1965.
360 ,

las acomodadoras y de Juan Risuleo, 17 mis propios gri- que ocurría en Theatrón no era sino un i1d
tos dando instrucciones a los fotógrafos para impedir que con respecto a Anchorena.
la luz de los spots iluminara demasiado tiempo el lugar: En Anchorena la imagen era abierta y calma , llll
he ahí una cierta réplica de la estética de Lebel, un gru- poco nostálgica, tocada de ciertas propiedades, en fi 11 '
po de mensajes y de tensiones simultáneas y yuxtapues- propias del romanticismo. Esa vieja estación" British"
tas, esas propiedades torturadas y tortuosas de la ima- abandonada, con una baranda de hierro que da en bal-
gen que atrae a los amantes del expresionismo. Además, cón al río y que invita a contemplar el esa tar-
y contra una de las paredes, se proyectó un film que de de ese dom.ingo de invierno, el gris del río acari-
duró ocho minutos y que acentuaba la imagen expre- ciando la madera un poco enmohecida y el hierro de
sionista: una figura totalmente vendada se contorsiona- las vías cubiertas por el pasto crecido. El río, la separa-
ba y se agitaba con violencia para liberarse de las atadu- ción de los cuerpos, el espacio abierto: todo invitaba a
ras (era una réplica, una "cita" de un film de Oldenburg) . la reflexión, a la contemplación, al recuerdo. Un trozo
Louis Moholo acompañaba sus movimientos desde la de atmósfera -pensé cuando llegué yo mismo a Ancho-
batería. Una figura en vivo -semejante a la imagen rena- arrancado de algún cuento de Borges, de Bea-
del film- se habría paso entre la audiencia envuelta en . triz Guido, no sé, o de Mallea . . . ¿Pero no era claro el
la oscuridad para repetir, contra la luz de la pared que contraste? Anchorena se oponía a Theatrón como un
hacía de pantalla, las mismas contorsiones de la figura pasado calmo se opone a un presente ansioso, como el
del film. espacio abierto se opone al espacio entre cuatro pare-
Es cierto que fue esto lo que el público "vio" y que des.Y tal vez como el romanticismo se opone al expre-
el estilo expresionista de la situación era el resultado de sionismo y conw el espacio abierto del cielo (que cobra
lo que yo mismo había planeado. Pero no está de más de pronto sentido puesto que se espera la llegada de un
decir que eso no tiene mucho que ver: puesto que yo helicóptero) al espacio cerrado de un subsuelo (don-
no "creía" en ese expresionismo. Simplemente, quiero de nada se espera, puesto que las cosas llegan antes de
decir, que los acontecimientos de Theatrón no eran todo ser esperadas).
el happening: desde el punto de vista de la totalidad lo Otra oposición (digamos mejor, parafraseando a los
lingüistas: otro binomio de opuestos): enAnchorena,Bea-
17. Juan Risuleo fue el coordinador del ciclo. triz Matar "sobrevoló", literalrn.ente, a la audiencia que
362 , 363

esperaba abajo; mientras que en Theatrón todos y cada la conserva: situada en posición de "cordón verde" de la
uno se encontraron en un espacio reducido donde todil "Zona Norte", zona residencial, denota claramente el
distancia con respecto a los otros resultaba improbable. El status: clase media alta. Se podría decir así, que en el in-
espacio público y abierto de Anchorena se oponia al espil- terior de esta relación, sólo Anchorena estaba situada
cio también público, pero pronúscuo, más comprometi en el Norte, mientras que Theatrón se situaba más bien
do corporahnente, de Theatrón. La idea de promiscuidad al Sur de ese Norte. Relativización de los espacios geo-
y de cercania de los cuerpos, que asocia de alguna man gráficos, por lo mismo, por la cual Anchorena detenta-
ra con la idea de sexo, quedaba comentada por el primer ba una difmición absoluta de su posición geográfica, mien-
minuto del film: un travelling lento en el interior de u rr tras que Theatrón solamente . una difinición relativa.
baño que terminaba en el primer plano de detalle el (• Durante el happening las palabras mismas "Anchorena"
un water. Este primer plano detalle formaba un claro bi no y "Theatrón", y esto por propiedades de esos dos luga-
mio, al mismo tiempo, con el helicóptero: esa oposiciór1 res, recortaron un campo connotativo constituido de
definía las coordenadas de base del happening. Tensi ó rr esta manera:
hacia arriba, hacia el cielo, en un caso; tensión hacia ab:1
jo, hacia un subsuelo y hasta el water, en el otro caso. Theatrón : Anchorena :: status neutro : ;tatus alto · ·
Otro binomio: si bien Theatrón se halla situad o (.· rr no-Norte :Norte ::relativo :absoluto.
la "Zona Norte", (esto es, desde el punto de vist;.¡ tk l
status socio-económico, en una zona "marcada") la g:rk ¿Pero qué quiere decir todo esto? Ante todo que todo
ría misma y la esquina de Pueyrredón y Santa Fe (b:1n•s, comentario "puntual", esto es, una a una de las imáge-
negocios) constituyen una zona de tránsito, comerc1:d, nes o de los objetos interiores a El helicóptero sería equi-
más "popular"; claramente, características que "neu t r.1 vocada. Las imágenes expresionistas de Theatrón no po-
lizan" la "marca" del status. 18 Mientras que Anchort• rr,r drían m ser juzgadas ni entendidas por sí mismas: habría
que pensarlas en relación a las imágenes de Anchare-
18. El término " neutralización" design<l en lingüística a una oposición . pc111 na, que no lo eran . Las presencias, esto es, los objetos per-
nente a nivel del código , qu e en ciertas posiciones en el inter ior del "' ''" 1•1
j e, pierde esa pertinencia. Lo que resulta de esta pérdida se llam a "a rchd o111 ceptibles, visibles, presentes, sólo cobraban sentido (como
ma" . Barthes dice muy bien que el arch.ifonema expresa la presión del si'li ·'l\1111
sobre el sistema . Par<J nuestro ej emplo, po dríamos decir por analogía q111 11 de las zonas económ ico-sociales y los fenóm en os de cambio sobre b nomen-
neutralización de b " marca" de stat11s expresa la presión de la distribu ci611 11 '11 1 clatura que designaba esas mismas zonasc
J

364 ;r . 36

los fonemas en un mensaje lingüístico) en el interior Aislar y comparar los distintos niveles envueltos por el
de un código y por lo mismo en relación a las ausencias mito: geográfico, económico, sociológico y cosmológi-
(ej.: el significado de lo que ocurría en Theatrón estaba co, teniendo en cuenta que cada uno de esos niveles, de
enAnchorena, y viceversa). Brevemente: para entender acuerdo al simbolismo que le es específico, debe ser vis-
había que conmutar. 19 to como una transformación de una estructura lógica
Volvamos a nuestros binomios. Por una parte, se dirá , subyacente y común a todos. 20
no tienen ni la misma consistencia lógica ni pertenecen
todos a un mismo nivel. Y por otra parte, aceptando qu e Los niveles de análisis útiles aquí serían así estos:
los objetos e imágenes no eran sino "fragmentos"y "dife-
renciales", y que bosquejaban por lo mismo un grupo a) cosmológico;
amplio de relaciones, no se habría logrado mucho. Un b) económico;
conjunto ordenado de relaciones por más "fuerte" qu e e) socioeconómico;
sea la estructura que las reúna no da de por sí, ni d) histórico (nivel de desarrollo de la técnica);
inmediatamente, del sentido de un mensaje. Quiero decir: e) cultural (estilos o estéticas).
sólo después de entrevisto el código se puede pasar a des-
cribir el mensaje, pero conocer un código no Cielo
descifrar un mensaje. Dicho de otra manera: ¿Cuál era el a Res1denC1al
{
sentido de El helicóptero? ¿Qué significaba como mensaje? Subsuelo b. { {C. Med1a
Comercial c.
Contestemos a la primera cuestión. Para hacerlo, es
Status {Helicóptero
decir, para "introducir cierto orden en el desorden, pue- neutro d . {Romanticismo
de ser de utilidad esta regla que Lévi-Strauss encuen- Water e.
tra cuando se trata de dar cuenta de un mito por el aná- Expresionismo

lisis de su estructura:

19. La "prueba de la conmutación" es la operación de base de la lingüísti ca


20. Cbude Lévi-Strauss, LA Geste d' A sdiwal (trad. inglesa, Tlze Story o{Asdiwal,
estructural. Consiste en sustituir un trozo fónico de un significante por otro
trozo existente en la misma lengua , de modo que el resultado fónico evo- en Th e Strrtctllral St11dy Myth and Totemis11r; Londres,Tavistock Publications ,
que una significación diferente. 1964, p. 1).
366 , 361
1\

¡; En cuanto a que la consistencia lógica de los binomios nes a propulsión al "alto cielo" .Y como a su turno hay
no es la misma, resulta evidente. Pero es gracias de ella, diferencia entre los aviones a propulsión y los de moto-
y no a pesar de ella, que el happening significa, o expresn res a hélice, se podría decir mejor que el helicóptero es
una significación. Me explico. Si comparamos la par• ·- una máquina de "primer bajo cielo". El helicóptero, de
ja de opuestos cielo-subsuelo con Helicóptero-water se obser- esta manera, "dividía" el cielo, y retroactuaba, por decir-
va en efecto que la primera es más fuerte. Se entien de lo así, sobre nuestro primer nivel cosmológico.
bien que el cielo se oponga al subsuelo como lo que está Simultáneamente, en tanto autogiro, el helicóptero
arriba se opone a lo que está debajo y que por lo mis- constituye el polo de una nueva oposición: en el otro
mo cada miembro funcione como polo de otro; pero polo se hayan los aviones que no lo son. ¿Pero no nos
no se entiende lo mismo tan inmediatamente de H eli- libera esta posición una nueva propiedad del "primer
cóptero-water, salvo que el binomio contiene tambi én bajo cielo"? Efectivamente: para subir a él o para des-
a arriba-debajo como su fundamento. ¿Pero por qué un cender de él no es necesario hacerlo mediante pistas ni
helicóptero y no un bimotor? Y si hubiera yo elegid aeródromos. Pero por lo mismo, Santa Fe y Pueyrre-
un bimotor, ¿por qué un bimotor y no unjet? 21 dón, o Anchorena, o el lugar que fuera, son todos bue-
Ahora bien, estas últimas preguntas son fundam en- nos para maniobrar con helicópteros, lo que podría ser
tales: ellas convierten al helicóptero en "diferencial", lo expresado de esta manera: el helicóptero homologaba San-
definen por lo que no es. Por lo mismo el helicópten ta Fe y Pueyrredón a Anchorena, esto es, que neutralizaba la
me servía para "pensar" el cielo: en tanto hay diferen- relación de status. También aquí se ve como un nivel (tecno-
23
cias (capacidad de velocidades y de alcanzar alturas) lógico-histórico) retroactúa sobre otro (socioeconómico) .
entre los tres tipos de aviones, se podría decir que el
helicóptero pertenece al "bajo cielo" 22 y que los avi o-

21. Se dirá: porque es un absurdo económico. ¿Quién puede alquibr un Jet? lados en el mito por la presencia de tipos de pájaros, por ejemplo, o fenó-
Pero esta imposibilidad, es ella misma un "diferencial", y por lo mismo, menos naturales.
n!flca. De ahí un determimdo aire de precariedad económica que siemp re ¡,, 23. Hablar de " retroacción" de un nivel sobre o tro, no es en verdad, más que .
acompat'iado a los happenings, y que a mi entender, no se distan cia demas ia una metáfora . Lo que hay son rela ciones entre los niveles. Pero como nuestro
do de las cuestiones estéticas. análisis no es completo, la metáfora nos permite señalar cu:íl es el modelo
22. Estas designaciones del cielo las usa Lévi-Strauss, quien habla, por eje111 metodológico que uti!iz;unos y sugerir cuál el resultado apuntado. Por las mis-
plo, en el análisis de los mitos, de "alto cielo" o de "cielo atmosférico" , señ:1 mas razones más adelante hablamos de "resonancias".
368 ,
369

solamente verbal. Esta situación final de "comunicación


A B fe D verbal" así era función de dos experiencias "reales" dis-
tintas. ¿Pero no se podría decir entonces (aunque sea
. un poco pedantesco, o banal, decirlo así) que El helicóp-
tero fue como un "cuento primitivo", o como un mito, 24
y que su tema no era otro que el origen y las funcio-
nes del lenguaje verbal? El origen: contar al otro lo que
"A" representa el momento, antes de la partida, en <.:1 el otro no pudo ver para que el otro nos cuente a su
hall del Di Tella: en esa situación el grupo de turno lo que no hemos podido ver. Las funciones: cons-
personas de la audiencia se constituía; "B" indica el tituir, por la reciprocidad de los relatos, la historia del
momento de la partida de los micros, y por lo mism o, grupo, es decir, su memoria unitaria, y en consecuen-
el comienzo de un tiempo donde la audiencia queda cia al grupo mismo como unidad social.
dividida en dos; "C" indica la llegada del helicóptero (:1 La comunicación oral, se podría decir entonces, su
las 16 horas, visto únicamente por la mitad de la audien- origen y sus funciones, constituían el "tema" de El heli-
cia); "D" indica la llegada a Anchorena de la audien ci:1 cóptero. ¿Pero cuál fue su sentido? Entiendo que hay tan-
que venía desde Theatrón; y "E" el fin del happeníng tas lecturas de él por lo menos como niveles de análi-
indicó a la gente que volviera a los micros y se la con- sis habíamos establecido para ordenar las oposiciones.
dujo de vuelta hasta Di Tella). Se ve en el gráfico, así, Considerando el tema como esquema vacío habría que
que el comienzo y la última parte del happeníng (seg- superponer sobre él los esquemas correspondientes a
mentos "AB" y "DE") no son simétricos; aunque so n
semejantes, ya que en ellos el grupo no estuvo escindi- 24. No hay que olvidar, en cambio, que entre happerúng y mito existen dife-
do, y que por lo mismo ambos se oponen al tiemp o rencias radicales. Lo que plantea un problema al modelo de análisis que uti-
lizamos aquí, el que ha sido inspirado directamente en Lévi-Strauss. Efecti-
durante el cual el grupo estuvo escindido (segment vamente, mientras el mito es un cuento que se relata mediante un lenguaje
"BD"). Pero....... a su turno "AB" y "CD" se diferencian y ya constituido, la lengua de la comunicbd de que se trata ; ellrappening no con-
siste en ningún relato verbal, y se halla más del lado de las "cosas" que del lado
se oponen en tanto en el primero el grupo carecía d" de la palabia, está "antes" que las palabras. El mito es así un lenguaje inca-
experiencia común y en el último realizará una cierta ex- balgado; mientras que el happening es un sublenguaje, aquello en lo que se
ha de encabalgar el lenguaje primero y que al mismo tiempo se encabalga por
periencia en común. Lo común de esa experiencia fu el "trabajo" que sobre las cosas ese lengua¡e ya ha realizado.
;
, 371
370 -

los niveles cosmológico, económico, socioeconómico, de las tensiones con respecto al status que dif¡ne el compor-
histórico y cultural: se podrían generar así varias inter- tamiento de los individuos de la clase. El esquema direccional
pretaciones, a mi entender, todas válidas. En el "sim- (de Theatrón a Anchorena, y no al revés) mostraba al grupo
bolismo que le es específico" cada nivel dejaría "reso- en tren de unificarse, y alcanzando finalmente su unidad en
nar" en su interior·el simbolismo específico de cada un o una dirección temporal homóloga a la dirección que va desde
y de todos los otros niveles . De esta manera, se podrí- abajo hacia arriba, desde el water al helicóptero ... El heli-
an generar, en un corte cosmológico, las siguientes pro- cóptero, máquina de "primer medio cielo", en tanto autogiro,
posiciOnes: cumplía una cierta función como símbolo de neutralización de
Mf:diante la escisión del grupo el happening establecía una la realidad del status: según esta función la zona Norte, resi-
cierta dirección (de antes y después de puntos de traslado) entre dencial -lo que dif¡ne su status- perdía simbólicamente su
la parte de la audiencia que había estado en el subsuelo y el sec- status. Por lo mismo se puede prever y se debe decir que al
tor al que había estado riferida, o vuelta hacia el cielo. final del happening el grupo recuperaba la unidad de su his-
Esqueni.a todavía muy vacío, se dirá. "resue- toria y su unidad como grupo mediante ciertos contenidos,
na" en las palabras utilizadas las significaciones, los sím- comunicados oralmente, los que debían lindar, de alguna mane-
bolos y las oposiciones, de los otros niveles? Piénsese: ra, con un sistema (ideológico) de proposiciones contradict?rias.
en la palabra "cielo", el helicóptero como signo del (Se podría así seguir generando proposiciones.)
"primer medio cielo"; y en la frase "puntos de trasla- De cualquier manera estas reflexiones explicativas
do", la diferencia entre Theatrón (sin "marca" de status) son incompletas. ¿Qué significa, por ejemplo, la oposi-
y Anchorena (con "marca" de status). De esta manera, y ción romanticismo-expresionismo? 25 Por otra parte: ¿Qué
desde un corte socioeconómico, se podrían generar estas alcance debe darse a la lectura desde un nivel socioe-
otras proposiciones cargadas de "resonancias" menos conómico? En cuanto a la interpretación que se lee arri-
vacías y por lo mismo más cargadas de connotaciones ba: ¿Será algo más que una mera interpretación, de valor
morales e ideológicas: únicamente relativo, puesto que manifiesta desembo-
El helicóptero fue un comentario y un juicio sobre el zadamente mi propia ideología? Es lo que creo: que es
mismo grupo que constituyó su audiencia. Ese comentario (un
25. Me refiero al " espacio" romántico, el que supone un observador capaz de
poco sa¡fástico, un poco burlón) obligaba al grupo a recorrer constituir un espectáculo, en paisaje, b totalidad de b situación. Es el espa-
un esquema direccional semejante, o análogo, "iconográfico ", cio de las batallas en Víctor Hugo.
372 ,

algo más. Yo no digo que el sentido completo del hap- globales no podrían ser estudiadas sin atravesar esos vas-
pening se reduce a su lectura socioeconómica; digo que tos sistemas de connotaci6n que se hallan en las bases de la
ese sentido completo, de ser alcanz ado por alguna interpreta- vida y de los mitos sociales. Inversamente, en el inte-
ci6n, no puede obviar ese nivel, el simbolismo que de él se des- rior de esta empresa, los happenings no sólo eran posi-
prende, ni el sentido·que de él emana. bles, sino necesarios. Estos objetos estéticos, produci-
No se me escapa además que un happening no pue- dos para y por audiencias reducidas, y que proponen en
de ser reducido a ninguna interpretación verbal o cada caso una determinada circunscripción de la socie-
ta: no es lo mismo pensar con palabras que pensar con dad global, son verdaderos principios de inteligibilidad:
"cosas". Inversamente, una cierta verbálización siem- seccionan un sector concreto de la vida social para per-
pre es posible y está indicada, puesto que las mitirnos una cierta prospección, una cierta comprensión
"cosas" del univer o social concreto no pueden no de ella. Son esas operaciones de circunscripción y cer-
manifestar sus difer .ncias entre sí: de forma, de función , cenamiento que hacen de los happenings verdaderos
de nombre, de utilJdad. Lo mismo que las palabras, cada "obj_e tos" estéticos. Los happenings son un testimonio
objeto (un avión, J na mesa, un cuchillo, una pipa) recor-:- más de que si el universo social es inteligible (esto es,
ta su propio uni+ rso significativo: por un lado denota algo más y otra cosa que un tumulto insensato) es por-
su utilidad y por el otro connota su status, su significa- que las "cosas" y los hombres de ese universo forman
ción jerárquica, su valor, su "imagen". 26 De esta mane- entre sí una estrecha red de relaciones. Era esto último,
ra, el objeto más aparentemente insignificante no pue- por el momento, lo que me importaba sugerir.
de no llevar en sí esta potencia de significar, que revela
esa precisa ruptura entre cultura y economía que defi-
ne a las sociedades contemporáneas. En esta perspecti- 6. El mensaje fantasma
va -la de las Ciencias Sociales y también la de las moder-
nas Ciencias de la Comunicación- 27 las sociedades Pero mi intención no era hacer solamente un happening
sino señalar la diferencia entre dos géneros de obras,
26. "Imagen", digo aquí, como se habla en publicidad de "imagen de mar- ejemplificar la diferencia entre el happening y el "arte"
ca" o "imagen de t?ibrica".
27. Ver con respecto a "Ciencia de la comunicación": Gerhard Maletzke, de los medios de comunicación. Señalar al mismo tiem-
op. cit., p. 16).
po que la idea de hacer obras del tipo de las últim.as es-
374 , ;r 375

taba ya indicada en los happenings y que ese pasaje sur- titativa de la audiencia. N o se podría pensar un happe-
gía como una "consecuencia lógica". ning, por ejemplo, donde no se llamara a ninguna au-
. El helicóptero_ponía de manifiesto la vocación comu- diencia a "participar" de él, esto es, que en último aná-
nicacional de los happenings, puesto que su diseño (relo- lisis, no se podría pensar un happening sin" espectadores".
jes, espacios) conducía a una situación final que exigía Pero se puede en cambio pensar y realizar otro tipo de
el relato oral. Se podría decir que El helicóptero fue una obras con esa condición. La prueba es que ellas pueden
obra comunicacional: pero la comunicación allí era oral "comenzar", al revés de los happenings y las obras de
y no que el campo propio del happening, que teatro, sin necesidad de reunir a la audiencia.
exige la p esencia concreta de los individuos de la El mensaje fantasma era un buen ejemplo. Los días
audienci , coincide con el campo de la percepción, es 16 y 17 de julio hice colocar en las paredes de 13: zona
decir, co el campo de estímulos abiertos a los senti- céntrica de Buenos Aires (desde 25 de Mayo a Carlos
dos. Cur lquiera fuera la función que un happening se Pellegrini, desde Charcas a Lavalle) un afiche con la
asigne la audiencia 28 siempre se exige la presencia o
¡ siguiente leyenda:
la pertepencia inmediata al lugar de los acontecimien-
tos. De esta manera los happenings han surgido como Este afiche aparecerá proyectado por Canal 11 de Televisión
prolongaciones de "obras ambientacionales", de "am- el20 de julio.
bientaciones", donde se trata de envolver a los sujetos
de la audiencia con medios directos y estímulos sensi- Ahora bien, para el 20 de julio yo tenía comprados en
bles (olores, colores, etc.). 29 Y si existe diferencia entre el Canal11 (a través de una agencia de publicidad) dos
una ambientación y un happening, ya que en éste al espacios de 1O segundos cada uno durante los cuales el
menos la audiencia puede ser transportada de un lugar anunciador del Canal dijo:
a otro, ambos tipos de obras exigen la determinación cuan-
Este medio anuncia la aparición de un afiche cuyo texto es el
28. Con respecto ala función de las audiencias en el ltappening, ver Alicia Páez, que proyectamos. Y aparecía en la pantalla simultánea-
"El happening y las teorías " , en O. Masotta y otros, o p. cit.
29.El término "ambientación" se refiere a una forma de arte que llena ente- mente una placa donde se leía, en otra tipografía, las
ramente una habitación (o un espacio exterior), que envuelve al visitante y mismas palabras inscriptas en el afiche:
que emplea cualquier tipo de materiales, incluyendo luces, sonidos y colores
(en op. cit.).
376 ,

Este afiche aparecerá proyectado por Canal 11 de Televisión


el día 20 de julio.

No quisiera hacer aquí de crítico de mi propio traba- ·


jo. De cualquier manera se pueden señalar estas carac-
terísticas:

a) que los medios con los que la obra fue realizada


(y esto en una clara línea de proposiciones pop)
fueron los mismos que utiliza la publicidad;
______....
b) que--la audiencia de la obra quedaba claramente
• en el seno de una audiencia de
indeterminada:
masas la audiencia real podía ser cualquiera de entre
pqcos o muchos sujetos; 30
e) su semejanza con ciertas "obras" publicitarias: con
el comienzo de una ;
campaña incógnita; y su dife-
rencia, puesto que en tanto no había pasos ulte-
riores, la obra revelaba su "finalidad sin fin";
d) que su finalidad expresa consistió en invertir la
relación habitual entre los medios de comunica-
ción y los contenidos comunicados; aquí, y de
manera recíproca y circular, cada medio revelaba
la presencia del otro y su propia presencia reve-
lada por el otro.

30 . En verdad, hay aquí una tautología puesto que la no determinación de


la audiencia es la propiedad definito ria del término "masas" en la ex presión
"cotnunicación de tnasas ''.

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