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El reloj ya no funciona

Había una vez un hombre que tenía un gran y hermoso


reloj de pared. Pero un día se paró, y no sabía qué hora era.

"Qué susto", dijo, "ahora tengo que llevar el reloj al


relojero para que lo arregle. Pero no voy a llevarlo todo.
Son sólo las manecillas las que no quieren ir a la derecha.
Así que quitaré las manecillas y las llevaré".

Así que quitó las manecillas del reloj, las envolvió en un


papel y se fue al relojero.

"Las manecillas de mi reloj no quieren dar ninguna vuelta",


le dijo al hombre de la relojería. "¿Me las puede arreglar?"
"¡Qué tontería!", respondió el relojero. "No puedo arreglar
las manecillas de su reloj. Debo tener todo el reloj".

"Ya sé lo que quiere Usted", respondió el dueño del reloj.


"Sólo quiere intentar que sea más caro, por eso quiere mi
reloj". Salió enfadado de la tienda.

Se trataba de una persona muy tonta. Todo el mundo


debería saber, si tiene sentido común, que algo va mal
dentro del reloj cuando las manecillas no funcionan
correctamente.

De la misma manera todo el mundo debería saber también


que si nuestras manos no hacen siempre lo correcto, hay
algo que falla en nuestros corazones. Pero no todo el
mundo lo sabe ni mucho menos.

Pero el Señor Jesús nos dijo que si nuestras manos hacen a


menudo algo malo, debemos pedirle que entre en nuestro
corazón. Entonces Él arreglará nuestros corazones y nos
ayudará a hacer lo correcto con nuestras manos. También te
dice:

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi


voz y abre la puerta, entraré a él". Apocalipsis 3:20

¿Por qué no pides al S e ñ o r J e s ú s que entre en tu


corazón ahora mismo?

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