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"Criptomonedas" y Derecho Penal en Argentina.

Introducción a la
"blockchain", el "bitcoin" y más allá[*]
Autor:
Skalany, Esteban Gabriel

Cita: RC D 1574/2020

Tomo: 2019 2 Enfoques actuales en los delitos contra el patrimonio - II


Revista de Derecho Penal

Sumario:

I. Introducción. II. Un poco de "historia", "realidad técnica" y "proyección". a) La "crioptografía" como práctica
humana. b) El surgimiento de la tecnología blockchain. c) El bitcoin como "primera" y principal criptomoneda
entre varias. d) La proyección de las criptomonedas descentralizadas y las reacciones "centralizadas" a través
del tiempo. III. ¿Cómo interpreta a las criptomonedas el Derecho argentino? IV. Criptomonedas y sanciones
penales. a) Bien inmaterial no cosa. b) Anonimato y falta de trazabilidad de las criptomonedas. c) La teoría y la
práctica, cómo se puede condenar con prueba válida. V. Algunas pocas interpretaciones judiciales locales. a) Un
fallo de la Cámara Federal sobre "bobinas blancas" de luces poco claras. b) ¿Apropiación de criptomoneda o su
transferencia por técnicas de manipulación informática? c) Trazabilidad, peritaje y obligación de informar a la UIF.
VI. Conclusión. Bibliografía.

Resumen

En este ensayo, el autor realiza un análisis sobre el concepto de las llamadas "criptomonedas", su clasificación,
funcionamiento y legislación aplicable. Asimismo, plantea un desarrollo sobre su tratamiento en el Derecho Penal
argentino y el impacto que generan en la vida social.

Abstract

In this essay, the author analyses the concept of so-called "cryptocurrencies", their classification, operation and
applicable legislation. It also raises a development on its treatment in Argentine criminal law and the impact they
generate on social life.

Palabras clave

Criptomonedas. Clasificación. Legislación aplicable.

Keywords

Cryptocurrencies. Classification. Criminal Law.

"Criptomonedas" y Derecho Penal en Argentina. Introducción a la "blockchain", el "bitcoin" y más allá[*]

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I. Introducción, pág. 190

El presente trabajo tiene por finalidad brindar un mínimo de elementos, lenguaje, conocimientos y herramientas
que permitan no sólo comprender las llamadas "criptomonedas"[1], sino, especialmente, entender qué son, cómo
funcionan, preguntarnos si deberían ser legisladas (y en su caso cómo) y sobre todo ver cómo deben ser
consideradas o tratadas bajo la órbita o la especialidad del Derecho Penal con foco especial en la legislación
argentina.
Las llamadas "tecnologías de la información y la comunicación" (TIC) brindan enormes avances, oportunidades y
desafíos en el progreso de la sociedad posmoderna. Ya es inevitable no hablar de la revolución que generó,
desde fines del siglo pasado, el mundo de las telecomunicaciones, para algunos la cuarta revolución industrial o
incluso más específicamente el surgimiento de la "Industria 4.0"[2]. Las "criptomonedas" forman parte de esos
avances tecnológicos, ese irrumpir definitivo de lo inicialmente novedoso, el impacto que generan y su amplia
repercusión en la vida social con el mero paso del tiempo.
Es sabido que frente a lo nuevo y lo desconocido suelen despertarse sentimientos mayormente diversos y en
algunos casos contrapuestos; admiración, incomprensión, expectativa, inseguridad, miedo, confianza, rechazo,
aceptación, etcétera. Creemos que ayudará a disipar sentimientos indeseados y concretar conocimientos válidos
para el mundo del Derecho, conocer aunque sea mínimamente el origen, desarrollo, tratamiento y proyección que
han tenido las criptomonedas a nivel internacional, con foco en lo ocurrido en la Argentina. Saber lo que algo "es"
se impone como necesidad para saber qué tratamiento debe darle el Derecho y en especial el Derecho Penal.
El hecho que sea el bitcoin la criptomoneda más difundida, conocida, utilizada e intercambiada en el ciberespacio
hasta el momento, no debe ocultar que la tecnología que le dio nacimiento y sustento, llamada
blockchain (cadena de bloques), puede ser utilizada para otras criptomonedas, así como también para un sinfín
de otros usos prácticos y legales de dimensiones aún insospechadas e incalculables. Por ello la
blockchain merecerá un tratamiento un tanto más detallado.
Con este breve trabajo se busca partir desde lo más básico hasta llegar a lo más específico, sirviendo como guía
para quien no tenga conocimientos previos de ningún tipo y de análisis crítico para quienes operen con
criptomonedas y necesiten saber cómo son tratadas hoy éstas por parte de los operadores del sistema de
enjuiciamiento penal. Se sortearán las explicaciones estrictamente técnicas profundas a fin de agilizar la
exposición y se referenciará el contenido de la información para recurrir a sus fuentes en búsqueda de
profundizar el conocimiento que no sea de carácter jurídico. Es necesario destacar que en este tipo de asuntos
es vital tener en cuenta el estado de las cosas al momento histórico en que fueron o son formuladas, máxime
cuando es un tema en constante y permanente evolución desde todo punto de vista.

II. Un poco de "historia", "realidad técnica" y "proyección", pág. 191

No se puede intentar entender a las criptomonedas si no se las concibe como una verdadera "innovación" o un
"invento", como el producto resultante del cúmulo del conocimiento humano a lo largo de la historia y la
aplicación de esos conocimientos a las múltiples posibilidades que ofrecen las TIC. En este sentido, no parece de
aplicación a este caso la trillada frase "no hay nada nuevo bajo el sol"[3] utilizada a menudo por quienes
pretenden comprender los avances tecnológicos, y peor aún, explicarlos desde antiguas premisas o aplicarles
viejas soluciones. A su vez, intentar interpretar, gobernar, encorsetar o concebir definitivamente a las
"criptomonedas" bajo las formas jurídicas preexistentes a su irrupción es un grave error, puesto que el Derecho
siempre corre detrás de los avances tecnológicos y corre siempre en desventaja. Frente a esta realidad, se
impone recorrer mínimamente el devenir histórico que posibilitó el surgimiento de las criptomonedas, veremos
entonces cómo el sol vio nacer a las criptomonedas y cómo se intentó cronológicamente de maneras diversas
interpretarlas o regularlas desde lo legal.

a) La "criptografía" como práctica humana, pág. 192

Definida como el "arte de escribir con clave secreta o de un modo enigmático"[4], la criptografía supone algunas
necesidades humanas básicas: 1) dos partes que quieran comunicarse mediante la transmisión de un mensaje
escrito; 2) la firme voluntad del emisor y destinatario de que ese mensaje permanezca incomprensible frente a un
eventual tercero, aun ante el hecho de que el mensaje fuera interceptado, y 3) la idea de un tercero como

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"adversario" distinto del emisor y/o receptor. Este arte remonta sus orígenes al año 1900 a. C. en Egipto y,
probablemente como toda actividad humana artística, no desaparecerá mientras no desaparezca la
humanidad[5].
En su evolución hasta la actualidad, y en lo que para este trabajo interesa, la criptografía vinculó o incorporó
realidades tales como complejos y diversos algoritmos llamados DES (1976), SHA (1993) y AES (2001),
criptografía asimétrica o de dos claves (pública y privada), función de hash, árbol de Merkle y firma digital. Todo
ello fue posible gracias a que en cuanto actividad compleja utilizada e impulsada por organismos centralizados
de Estados soberanos como instrumentos para su defensa y/o actividades de inteligencia, la criptografía fue
haciéndose accesible a la sociedad civil y su uso por parte de empresas transnacionales permitió que se siguiera
desarrollando con el mismo fin con el que surgió: transmitir información de forma segura y privada que no pudiera
ser utilizada por un "adversario".
La criptografía así entendida, en resumidas cuentas, posibilita que una persona sea la propietaria de una "clave
privada" sólo conocida por ella, con la cual puede cifrar/encriptar un mensaje, firmarlo digitalmente y enviarlo a
través del uso de una "clave pública" que puede ser entregada a cualquier otra persona distinta del emisor. Lo
que vincula la clave privada con la pública es una función matemática que no permite identificar al titular de
aquélla. Para transmitir el mensaje, el emisor debe consignar la clave pública del receptor.
El estado actual de la criptografía hace que prácticamente un mensaje encriptado bajo los estándares más
exigentes resista lo que se conoce como un ataque de fuerza bruta realizado incluso por computadoras
cuánticas, que sería como una acción liderada por alguien que posea una suerte de ejército de computadoras
con gran capacidad de procesamiento destinadas a romper la encriptación[6].
Éste es el primer elemento que es necesario tener en cuenta para comprender lo que son las criptomonedas; la
posibilidad real que ofrece la encriptación como actividad humana, en cuanto a que la información sea
transmitida como un mensaje entre personas o "pares" que tengan la posibilidad efectiva de excluir a adversarios
del contenido de sus comunicaciones.
Para quien ingenua o intencionadamente piense que la encriptación es una actividad realizada por alguien cuyo
interés es el de permanecer oculto por el motivo que fuere (se piensa generalmente en motivos ilícitos), le
bastará para derribar ese mito tomar cualquier smartphone (teléfono inteligente) y corroborar que en el menú de
ajustes, generalmente en las opciones de seguridad y localización, se ofrece la posibilidad de encriptar el
dispositivo. Y no se puede pensar que los grandes fabricantes de teléfonos móviles lancen legalmente a un
mercado hiperregulado dispositivos con capacidad de encriptación sólo para ocultar a los usuarios que quieran
dedicarse a actividades ilícitas. En la encriptación, como actividad humana, se trata del legítimo ejercicio del
derecho a la privacidad concebido como la posibilidad de excluir a cualquiera de aquello que no esté prohibido y
que está exento de la autoridad de los magistrados. No se trata de "ocultarse" de "alguien" por "algo" ilícito que
uno haga, se trata de privacidad.

b) El surgimiento de la tecnología "blockchain", pág. 194

Para explicar algo novedoso, primero hay que recurrir a las cosas preexistentes que lo posibilitaron. Es sabido
que un software en términos generales es un programa de computación, que el hardware está compuesto por los
equipos físicos en los que los programas pueden funcionar o "correr" y que hay una necesidad mutua en que lo
uno y lo otro sean compatibles para que el sistema funcione. Estos elementos básicos fueron utilizados de una
manera excepcionalmente original para crear una red y un sistema que nació para cambiar definitivamente el uso
y el manejo de la digitalización de la información en general, posibilitando entre otras cosas ser sustento sólido
para las criptomonedas. Haremos uso de términos y actividades complejas tratando de remitirnos a analogías
para poder explicarlo de la manera más sencilla posible para quien no es un técnico en la materia pero que debe
comprender mínimamente el funcionamiento del sistema para valorar su riqueza y vislumbrar los diversos usos
que pueden dársele y eventualmente ver la oportunidad o conveniencia de legislar sobre sus actividades.
La blockchain, como su traducción literal indica, es una "cadena de bloques", una suerte de registro digital o base
de datos. Cada "bloque" (se lo suele graficar pedagógicamente como un cubo de seis caras) es una unidad
compuesta, a modo de explicación, por tres elementos; 1) el valor hash[7] del bloque previo; 2) información digital
o datos netos en un archivo, y 3) un nuevo valor hash.
El valor o función hash es técnicamente un algoritmo matemático que se aplica o afecta a un documento o
archivo digital (datos), arrojando como resultado una secuencia aproximada de treinta letras y números
combinados. La esencia de ese algoritmo es que aplicado a un mismo archivo genera siempre un único y mismo

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resultado. Ante la mínima modificación que reciba el archivo, el valor hash resultante será distinto. De allí que al
explicar esa función resultante se la asemeje habitualmente a una suerte de huella digital inalterable del
archivo[8].
La "secuencia" de generación de un primer bloque sería: dada una determinada información contenida en un
archivo, se le aplica la función o valor hash obteniéndose un archivo con una huella digital única que se cierra o
sella en un preciso instante. El siguiente bloque recibe como cara o puerta de "entrada" al valor hash del bloque
anterior, agrega su información (datos) y se cierra con un nuevo valor hash y así sucesivamente, unidos por el
valor hash de cada bloque se va formando la cadena de bloques.
Es importante aclarar que cada bloque cerrado no puede alterarse en lo más mínimo (al menos sin afectar su
valor hash y que dicha alteración sea inevitablemente perceptible al análisis) y que la cadena se compone por los
sucesivos bloques unidos entre sí de una manera que no pueden ser modificados. A medida que se agrega un
nuevo bloque a la cadena, la blockchain gana en información, seguridad y robustez. Con el paso del tiempo los
bloques y los datos que éstos contienen hacen que sea prácticamente imposible alterar su contenido.
La cadena funciona como un programa (software) que se ejecuta sobre determinados equipos (hardware) que
constituyen, a fin de explicar el funcionamiento de la blockchain, los llamados "nodos" del sistema, las terminales
físicas sobre las cuales funciona, se asienta o corre la cadena. Lo peculiar es que todos los bloques que
componen la cadena, a medida que se agregan, se almacenan en forma simultánea en cada nodo, lo que
equivale a decir que cada nodo tiene una copia entera de la cadena. Con ello se evita, en primer lugar, la
concentración de la cadena en nodos (individuos) determinados y se logra que la cadena esté distribuida y
garantizada por todos los nodos por igual, realidad que se conoce como neutralidad de la red. A su vez, la red es
concebida como una "red entre pares" (en inglés peer-to-peer y abreviado con el acrónimo "P2P", usuario a
usuario) que funciona por consenso de todos sus miembros[9], dado que el total del contenido de las
interacciones de la cadena puede ser visible y auditable por todos, más allá de que cada intercambio de
información se produzca entre pares con exclusión de todo "tercero".
En este último punto surge una clasificación que distingue a las "blockchains" no permisionadas de las
permisionadas. Las primeras son aquellas en las que cualquier individuo puede hacer uso del software en
función del cual corre la cadena, conectarlo a Internet y constituir así un nuevo nodo de la red. Las permisionadas
son las que requieren un permiso de algún tipo de integrante para adherirse a la red y ser un nodo más de la
misma. A su vez, una subespecie de estas últimas son las permisionadas públicas en las que cualquiera puede
acceder a la información registrada en ella o bien por oposición las permisionadas privadas en las que se
requiere también de alguna autorización para acceder a la información.
Sin perjuicio de que más adelante se explique el surgimiento del bitcoin como la primera aplicación práctica que
se le dio a la idea de la blockchain, es importante destacar que este invento ya tiene múltiples aplicaciones
prácticas más allá de las criptomonedas[10].
Es importante destacar esto porque en algunos casos suele afirmarse, insinuarse, cuando no explicitarse, que el
sistema de las criptomonedas basadas en blockchain pareciera haber sido creado sólo para alojar actividades
criminales bajo complejas técnicas informáticas que tendrían como único objetivo el anonimato y la imposibilidad
de rastrear actividades[11]. Por ahora, sólo adelantamos que las criptomonedas son un instrumento, que como
todo otro está sujeto al uso y la voluntad que le imprima su usuario.
En nuestro país, es muy necesario destacar el esfuerzo hecho por múltiples actores de la sociedad en crear y
poner en funcionamiento desde octubre de 2018 la "Blockchain Federal Argentina", una blockchain que funciona
integrada por representantes de los más diversos sectores públicos y privados que se encuentra abierta a la
participación de quien quiera ser sólo usuario o parte. A modo de ejemplo, hasta ahora actúan al menos 48
diversas instituciones y se utiliza la blockchain con múltiples propósitos como desde guardar una copia digital
legítima del Boletín Oficial que garantice con vocación de eternidad su contenido intacto, hasta dejar registrados
los niveles de la altura de los ríos con frecuencia de una hora por parte de la Prefectura Naval Argentina[12].
Sirva esto de mero ejemplo práctico real y sencillo para acercar al lector a una realidad que hasta aquí podía
aparentar falsamente ser una quimera.

c) El "bitcoin" como "primera" y principal criptomoneda entre varias, pág. 197

A fines del año 2008, un ensayo del tipo denominado white paper[13] publicado bajo el pseudónimo de Satoshi
Nakamoto[14] titulado "Bitcoin": un sistema de efectivo electrónico usuario-a-usuario[15] irrumpió en el mundo
tecnológico como una solución autoconfesa (en sus conclusiones) de proponer un sistema para transacciones

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electrónicas sin depender en confianza.
Ese trabajo arranca con una cita a una propuesta previa realizada por el criptógrafo Wei Dai[16] publicada en el
año 1998, es decir, diez años antes, con la intención básica de crear una forma de dinero electrónico no
monopolizado, no rastreable y que permitiera a sus usuarios permanecer anónimos[17]. Tiempo después fue el
propio Dai quien se desvinculó de alguna manera del trabajo de Nakamoto llegando incluso a afirmar que creía
que su trabajo previo no tuvo mucha influencia o relación con el surgimiento del bitcoin[18]. Sea como fuere, éste
es un claro ejemplo donde la importancia de la autoría cede frente a la magnitud y relevancia de la creación.
La propuesta de Nakamoto[19] es una lectura obligatoria para quien pretenda entender cómo surgió la primera
criptomoneda, qué motivaciones explícitas originaron la idea, qué es en esencia bitcoin, cómo funciona, cómo se
creó, por qué es un sistema sólido o seguro y cuáles pueden ser sus proyecciones. Intentaremos seguir el orden
expuesto en el ensayo.
La motivación inicial fue prescindir de las instituciones financieras como terceros de confianza en la realización
de pagos en el comercio electrónico vía Internet, en tanto la intermediación de un tercero no sólo aumentaba el
costo sino que no resolvía el problema de un cierto número de fraudes que fueran inevitables. Se reconoce que
en el trato de persona a persona con el dinero físico se pueden evitar ciertos costos, pero se advierte que hasta
ese entonces no existía un canal de comunicación sin la intermediación de un tercero de confianza.
Aquí es necesario entender que el dinero o moneda física en "formato papel impreso" es emitido por un órgano
centralizado que no sólo lo crea sino que es el tercero de confianza que establece las reglas relacionadas con su
uso. A ese tipo de moneda se las conoce como "monedas fiduciarias", es el billete impreso que usted tiene en su
poder emitido por un órgano centralizado y que usted puede utilizar para realizar pagos (dinero fiduciario no
convertible o papel moneda)[20]. A nivel mundial, los Estados modernos han utilizado este tipo de dinero para
que sea moneda de curso legal dentro de su territorio físico y como expresión de su soberanía y poder al
extenderlo a los mercados transfronterizos y el comercio internacional en un mundo cada vez más globalizado e
interconectado. Sirva de ejemplo la amplia difusión que tuvieron el dólar norteamericano, la libra esterlina inglesa,
el yen japonés, el yuan chino y los rublos rusos. Para el caso de gran parte de Europa aplica el euro como
moneda comunitaria, emitida por un órgano comunitario consensuado y centralizado.
Frente a esta realidad Nakamoto expuso la necesidad de "un sistema de pagos electrónicos basado en pruebas
criptográficas en vez de confianza, permitiéndole a dos partes interesadas realizar transacciones directamente
sin la necesidad de un tercero confiable"[21]. La criptografía, explicada antes, viene a reemplazar la necesidad de
todo tercero de confianza, permitiendo así que dos partes en forma libre y autónoma realicen transacciones
excluyendo la necesidad del tercero.
Luego, otro problema no menor previo a este sistema era cómo verificar (sin un tercero) que el beneficiario de
una transacción supiera que el emisor no hubiera hecho antes otra transacción con la misma moneda, asunto
conocido como la necesidad de evitar el "doble-gasto", que también evita la falsificación por duplicación de
moneda, problema que no es para nada extraño ni ajeno en nuestras latitudes con el dinero en billete impreso.
La solución vino a través de la idea de hacer públicas todas las transacciones anunciándolas y a su vez realizar
las transacciones con criptografía asimétrica de clave pública. Una vez realizada una transacción, ésta es
irreversible.
La red sobre la cual es posible realizar las transacciones de esta moneda es la tecnología blockchain antes
descripta y Nakamoto describió sintética y sencillamente los pasos para gestionarla y aplicarla al sistema bitcoin.
A lo ya dicho sobre el funcionamiento de la blockchain debemos agregar ahora cómo los bitcoins son
"generados" como datos a transmitir a través de la cadena.
En el sistema bitcoin un nodo de la red puede trabajar en lo que se conoce como "minería", desarrollando una
proof of work (prueba de trabajo) que consiste en disponer su hardware, software, energía y capacidad de
procesamiento en resolver un problema matemático de gran complejidad, un valor hash basado en el sistema de
encriptación SHA-256. El nodo que primero resuelve la prueba de trabajo recibe como incentivo una determinada
cantidad de bitcoins. A modo de síntesis, la llamada minería en bitcoin es una actividad que simula lo que en su
momento era la actividad de búsqueda del oro. Sólo quien resuelva o supere la prueba de trabajo tiene la
capacidad de cerrar un nuevo bloque de la cadena y los restantes nodos operan como una suerte de auditores
de la legitimidad y validez de la prueba superada brindando el consenso para que el bloque sea agregado de
forma legítima a la cadena.
La dificultad de superar la prueba de trabajo para generar un nuevo bloque se incrementa automáticamente para
aproximarse a una temporización de generar un bloque cada 10 minutos. La cantidad de bitcoins nuevos que el
sistema produce irá decreciendo en el tiempo, pues el sistema fue pensado para contener un total de 21.000.000
de bitcoins siendo que cada unidad puede fraccionarse hasta ocho decimales[22].

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Para reducir el espacio que ocuparían las múltiples transacciones que se fueran generando en la cadena
alojadas en todos y cada uno de los nodos, se recurrió a la aplicación de una función llamada "árbol de Merkle"
que a modo de simplificación puede ser explicado en que las diferentes transacciones (ramas) se van a
agrupando en función del valor de hash de una "raíz" común[23]. Se conserva la raíz común y se eliminan las
ramas, sin alterar la unidad del sistema.
Otro tema que se resolvió en favor de la privacidad de las transacciones fue mantener las claves públicas
anónimas, por lo que todo el que así lo quiere puede ver todas las transacciones que se efectúan en la red pero
no vincularlas con una identidad o persona específica. Sin embargo, si el dueño de una clave es revelado es
posible rastrear o revelar otras transacciones pertenecientes a un mismo dueño. Quien piense que este
pseudoanonimato fue pensado para cubrir operaciones o transacciones ilícitas deberá reparar en que la idea del
sistema fue descripta por Nakamoto como "similar al nivel de información mostrado por las bolsas de valores,
donde el tiempo y el tamaño de las transacciones individuales, la 'cinta', es público, pero sin decir quiénes son las
partes"[24].
Hacia finales del ensayo, mediante cálculos matemáticos y explicaciones bastante técnicas, se detalla por qué al
residir toda la información distribuida a lo largo de la blockchain repetida en cada uno de los nodos, el sistema es
descentralizado y robusto frente a un eventual ataque, básicamente porque los "nodos honestos" que contienen
la cadena total de transacciones honestas deberían ser vencidos por un ataque de fuerza bruta del eventual nodo
atacante, que aun en el caso de lograrlo generaría una cadena sometida a la aceptación de los nodos honestos,
los que podrían no aceptarla por contener bloques que no pertenecen originalmente a ella[25].
Para poder hacer uso o alojar un bitcoin es necesario mencionar que se debe hacer uso de la función de "firma
digital" que provee la criptografía asimétrica antes explicada. Uno "firma" un mensaje y esa firma es parte
integrante del mensaje, si el mensaje se altera la firma se demostrará como inválida[26]. Para alojar un bitcoin se
debe hacer uso de una "billetera", que sería como un servicio ofrecido al titular del bitcoin o dirección de
bitcoin donde se almacenan su firma digital y las claves criptográficas necesarias para "transferirlos" a otra
dirección[27].
Si el lector, mareado entre tantos números y conceptos, se preguntara qué es entonces en esencia un bitcoin,
podríamos simplificarlo usando todos los conceptos hasta aquí expuestos y definirlo con la aguda advertencia
dada por Rybnik al decir: "los bitcoins no son más que un asiento en un registro público (la cadena de bloques).
Para averiguar la cantidad de bitcoins en una dirección, simplemente se puede observar la cadena de bloques y
anotar todas las entradas y salidas de esa dirección, y luego restar las salidas de las entradas. Eso es realmente
todo lo que un bitcoin es, sólo un saldo en un extracto contable"[28].
El sistema bitcoin nació con la creación del primer bloque hecho por Nakamoto el 3 de enero de 2009 y desde allí
fue evolucionando. El 12 de octubre de 2009 tuvo lugar uno de sus hitos más importantes cuando uno de los
primeros desarrolladores de software involucrado en el proyecto bitcoin, un ingeniero de origen finés (Martii
Malmi), vendió 5.050 bitcoins a un sitio de intercambio o Exchange[29] (NewLibertyStandard) por los que obtuvo
a cambio un total de US$ 5,02, es decir, a una tasa de intercambio aproximada de 0,00099 dólares
norteamericanos por 1 bitcoin. Ésa fue la primera transacción o intercambio de la primera criptomoneda por
moneda fiduciaria registrada en la historia[30].
Otro hito histórico celebrado especialmente por las "comunidades de criptomonedas" ocurrió el 22 de mayo de
2010 cuando un programador (Laszlo Hanyecz) ofreció pagar 10.000 bitcoins si alguien le enviaba a cambio dos
pizzas a su domicilio ubicado en Florida, EE. UU. Un usuario de un foro de debate sobre la criptomoneda aceptó
la oferta, Hanyecz le transfirió los bitcoins y recibió las pizzas en aquella fecha bautizada como el Bitcoin Pizza
Day. Ésa fue la primera noticia que se tuvo de bitcoin como moneda para adquirir un producto y se calcula que a
ese momento, en dólares, la transacción equivalió a US$ 40. Nueve meses después de esa transacción el
bitcoin alcanzó la paridad con el dólar por lo que aquellas dos pizzas, en el mismo valor bitcoin, hubieran costado
US$ 10.000 y en el noveno aniversario de aquel evento, el 22 de mayo de 2019, los 10.000 bitcoins transferidos
a cambio de dos pizzas equivalían a 2.4 millones de dólares[31]. El valor de cotización de bitcoin respecto de las
monedas fiduciarias más diversas puede consultarse online en cualquier momento.
De la mano de esos hechos repasamos y resaltamos la definición general del sistema bitcoin, como un sistema
basado en criptografía asimétrica, descentralizado, relacionando pares que se mantienen pseudoanónimos y
pueden intercambiar transacciones electrónicas de valor de manera segura a través del uso de una
blockchain de registro público sin intervención de un tercero de confianza. Ésas son también señaladas muchas
veces como sus ventajas.
Si estamos aun escribiendo, leyendo y tratando el asunto es porque lejos de ser un sistema autopoiético[32] sin
sentido o correlato con el "mundo real", como expresión de la primera criptomoneda el bitcoin cumple

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precisamente con las finalidades habitualmente asignadas por la economía a una moneda: 1) son un medio de
cambio de bienes o servicios; 2) permiten almacenar valor en miras a la expectativa de alza de su cotización; 3)
funcionan como unidad de medida por la cual los bienes o servicios pueden ser ofertados y entregados.
La mayoría de las desventajas que algunos ven en este sistema se centra en la posible utilización de la
criptografía y las claves públicas pseudoanónimas por parte de actores con intereses ilícitos diversos y en
especial con las advertencias de organismos centralizados sobre el uso del anonimato de las criptomonedas para
el lavado de activos de origen ilícito y el financiamiento del terrorismo. A su vez, para los usuarios legítimos que
la utilicen con fines lícitos, se señala la posibilidad de perder la disponibilidad de los bitcoins si se pierde la
titularidad de la clave privada para transferirlas o disponer de ellas, con la ausencia de una autoridad
descentralizada como una desventaja para solucionar potenciales inconvenientes como ése. Finalmente, algunos
también ven la supuesta poca difusión generalizada de las criptomonedas para la adquisición de bienes y
servicios y la volatilidad de su cotización como desventajas en comparación con el dinero digital, la digitalización
de monedas fiduciarias o la moneda fiduciaria en dinero en efectivo[33].
Vale la pena destacar que luego del bitcoin como primera moneda (2009), la más ampliamente difundida y
utilizada hasta la fecha[34], surgieron otras tantas, que si bien en esencia siguen en líneas generales el mismo
protocolo o esquema de funcionamiento poseen leves variantes en los servicios que ofrecen a sus usuarios.
Algunas de ellas son a mero título ilustrativo: Litecoin (2011), Ripple/XRP (2012), Monero (2014), Dash (2014),
NEO (2014), Ethereum (2015), Zcash (2016), Bitcoin Cash (2017), Cardano (2017), EOS (2018), Stellar, Zcoin,
Komodo, Peercoin, PVIX, Dogecoin, Namecoin, NavCoin, Horizen, Verge, Quark, etcétera[35]. Ello demuestra
que las criptomonedas nacieron, proliferaron y vinieron al mundo para quedarse, máxime si se observa el valor,
la cotización y la capitalización del mercado de las criptomonedas cuando se las mide y compara con las
monedas fiduciarias.
En un mundo donde la conectividad a Internet está ampliamente difundida e incluso desde los dispositivos
móviles puede accederse a redes públicas de uso gratuito y que en general los ciudadanos tienen un acceso
mucho más directo y libre al conocimiento, las cuestiones técnicas no parecerían ser un impedimento para el
conocimiento y el uso de las criptomonedas. En todo caso, hay una amplia gama de posibilidades para acceder a
sitios de Internet, tutoriales e incluso asesoramiento de instituciones donde se explica cómo ingresar al mundo de
las criptomonedas[36].
Hasta aquí la historia del surgimiento y un intento de aproximación a la explicación técnica de "qué son" las
criptomonedas. De aquí en más dejamos el terreno de los hechos históricos indiscutibles, la realidad de lo que
algo es, para adentrarnos en cómo son interpretadas las criptomonedas dependiendo de quién sea su intérprete,
quién su usuario y quién su regulador.

d) La proyección de las criptomonedas descentralizadas y las reacciones "centralizadas" a través del


tiempo, pág. 205

La génesis y el funcionamiento descentralizado de las criptomonedas han hecho desaparecer la necesidad de un


tercero de confianza, pero no la confianza en la toma de decisiones y en el sistema en sí, confianza que recae
ahora sobre las múltiples partes en conjunto (nodos, mineros, usuarios, etc.) que cooperan consensuadamente
en el funcionamiento, la realización y la confirmación de las transacciones mediante las cuales se intercambian y
utilizan las criptomonedas.
Si las criptomonedas se utilizaran sólo a modo de trueque entre los usuarios de la plataforma tecnológica de que
se trate, no habría necesidad jamás de que su utilización trascienda a un tercero. Se podrían intercambiar bienes
y servicios y que los usuarios acepten libremente bitcoins como medio de pago. Sucedió sin embargo que desde
aquel día en que alguien vendió bitcoins y otro usuario confió en que valían lo que pagó por ellos en una moneda
fiduciaria (dólares estadounidenses), entonces la primera criptomoneda se transformó en una moneda
convertible a dinero fiduciario y esa confianza en el sistema se amplió, lo que nos pone frente a la consideración
de cuál es la significación que adquirieron las criptomonedas fuera del sistema en que nacieron. Si el sistema no
hubiera despertado interés o no hubiese funcionado, aunque parezca una obviedad decirlo, estimados
detractores, no estaríamos aquí. Veremos cómo terceros que no eran ni son necesarios para que un sistema de
criptomonedas funcione opinan respecto de ellas y cómo lo han hecho desde el surgimiento procurando respetar
un orden cronológico. Aquí vale la pena advertir: veamos quién eres y te diré qué piensas de las
criptomonedas[37].
A los tres años de la primera conversión de bitcoins en dólares (12-10-2009), el Banco Central Europeo emitió un

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informe titulado Esquema de monedas virtuales en octubre de 2012[38]. En la parte referente al bitcoin, al que
califica como probablemente la más exitosa y controvertida moneda virtual, señala que éste opera a nivel global y
puede ser utilizada como una moneda para todo tipo de transacciones, tanto para bienes y servicios, ya sea
virtuales o reales, compitiendo con monedas oficiales como el euro o el dólar estadounidense[39]. Aquí
destacamos lo que pareciera ser la primera caracterización del bitcoin como "moneda virtual" hecha por un
organismo centralizado[40].
Por su parte, desde el otro lado del océano Atlántico, la Financial Crimes Enforcement Network del Departamento
del Tesoro de EE. UU. publicó el 18 de marzo de 2013 una "guía", en la cual distinguió "moneda vs. moneda
virtual"[41] para luego decir que el bitcoin no reunía los requisitos para ser tratada como "moneda"[42].
Siguiendo en nuestro viaje por el tiempo y el espacio, desde el extremo Oriente, el 3 de diciembre de 2013, el
Banco Central de China emitió un comunicado en el cual describió al bitcoin como "mercancía virtual" no
susceptible de ser considerada una moneda, prohibiendo a los bancos tratar con ella[43]. Sin perjuicio de ello,
algunos estiman que el 90% de la actividad de minería del bitcoin proviene de China, teniendo como principal
razón el bajo costo de la energía eléctrica requerida[44], lo que demuestra que, pese a la prohibición centralizada
desde el gobierno chino, el bitcoin sigue resultando útil para aquellos ciudadanos de China que quieran participar
en ella desde el esquema descentralizado como mineros o incluso haciendo transacciones dentro del sistema
entre billeteras. Lo que en definitiva puede prohibir el gobierno es la convertibilidad de una criptomoneda a su
propia moneda fiduciaria de curso legal por así decirlo.
Independientemente de que la prohibición sobre el bitcoin sea la excepción a nivel mundial, cuando los
organismos centralizados de los Estados advirtieron que sus ciudadanos usuarios de la criptomoneda la
utilizaban para convertirla en moneda fiduciaria (o viceversa compraban bitcoins), no tardaron en ver allí un
hecho imponible, una posibilidad más de recaudar impuestos. En abril del 2014, la Internal Revenue Service
(IRS) de EE. UU. emitió la Notice 2014-21 como guía aclaratoria en el tratamiento impositivo de las monedas
virtuales. Allí definió a bitcoin como "moneda virtual convertible" a "moneda real" (en su caso dólares
estadounidenses)[45], las consideró propiedad a los efectos de la tributación federal y les aplicó también los
principios tributarios generales sobre transacciones de propiedad[46]. No profundizaremos en el tratamiento
tributario diverso que han recibido las criptomonedas ya sea a nivel nacional o en el Derecho Comparado porque
no es objeto del presente trabajo. Lo relevante aquí es que, a los fines de la recaudación, un organismo
centralizado recaudador sí vio en las criptomonedas una realidad a la cual asignarle la noción jurídica de
propiedad.
Siguiendo con los ejemplos provenientes del hemisferio norte, el 29 de mayo de 2014, la Goverment
Accountability Office (GAO-EE. UU.), entidad gubernamental que depende y asesora al Senado, en un extenso,
detallado y pormenorizado reporte sobre monedas virtuales (GAO-14-496)[47], manifestó que el bitcoin podría
ser considerado como bien inmaterial o intangible, moneda extranjera o instrumento financiero (valor
negociable)[48]. Estas afirmaciones tendrán relevancia más adelante cuando se mencione la pretensa
"naturaleza jurídica" de las criptomonedas.
Al poco tiempo de ese documento, en lo que aquí resulta un tanto más relevante desde la órbita del Derecho
Penal, la Financial Action Task Force (GAFI)[49] emitió desde París en junio de 2014 un primer informe que
versaba sobre las monedas virtuales, definiciones principales y riesgos potenciales que entrañaban con relación
al lavado de dinero y al financiamiento del terrorismo, tal como lo indicaba en su título[50]. Allí se emplean dos
términos a fin de ser utilizados en el informe: a) moneda virtual (virtual currency), como "una representación
digital de valor que puede ser digitalmente intercambiada y funciona como (1) un medio de intercambio, y/o (2)
una unidad de cuenta, y/o (3) una reserva de valor, pero que no tiene estatus de curso legal", y b) moneda digital
(digital currency) como una "representación de moneda virtual (no fiduciaria) o dinero electrónico (fiduciario)"[51].
También diferencia la moneda virtual de la moneda fiduciaria (también conocida como "moneda real", "dinero
real" o "moneda nacional"). La descripción de lo que es una moneda virtual es lo que receptará (en gran medida)
nuestro país como veremos adelante[52].
Retornando al Viejo Continente, en la ciudad de Berlín, en Alemania el 29 de junio de 2015, al publicar su Annual
Report (Informe Anual) la Bundesanstalt für Finanzdienstleistungsaufsicht (Autoridad Federal de Supervisión
Financiera, por siglas BaFin) sostuvo que el bitcoin "puede ser clasificado como un 'instrumento financiero' bajo
la Ley de Bancos alemana, que lo define, inter alia, como un valor negociable"[53]. También más adelante al
tratarlo en un recuadro específico titulado "Bitcoin" como moneda sustituta amplió diciendo que "los bitcoins
BTC se basan en la noción de una moneda sustituta no gubernamental"[54].
El caso de Australia (en agosto de 2015) pareciera ser el más contradictorio, puesto que mientras un dictamen
emitido por un órgano del Senado recomendó tratar a las monedas virtuales como dinero en términos tributarios

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y propuso modificar la definición de dinero dada por la ley de impuesto a los bienes y servicios, por otra parte, la
oficina de impuestos determinó que las monedas virtuales no eran ni dinero ni moneda extranjera[55].
Destaquemos que quien asesoró al Poder Legislativo propuso una suerte de apertura del concepto de dinero
para una criptomoneda, pero quien debía cobrar los impuestos directamente dijo que no eran ni eso ni moneda
extranjera.
En Japón, un resonante caso de una presentación a quiebra de una casa de intercambio de bitcoins (Mt. Gox)
trajo aparejado el dictado de una Ley de Servicios de Pago el 1° de abril de 2017 en donde se categorizó a las
criptomonedas como un tipo de instrumento de pago anticipado y las diferenció de la moneda, sometiendo a las
criptomonedas a una estricta regulación, control y sistema de auditorías[56].
En la pretensión de seguir un orden cronológico entre tanta disparidad normativa o regulatoria, para tomar
postura entre una disputa entre si las criptomonedas debían ser consideradas securities (valores) o
commodities (productos básicos), el 21 de mayo de 2018 (curiosamente en vísperas de un aniversario del Bitcoin
Pizza Day) la US Commodity Futures Trading Commisión (Comisión de Comercio de Futuros de Productos
Básicos de los Estados Unidos), emitió una declaración en la que reconoce que el mercado de las monedas
virtuales continúa creciendo y desarrollándose, brindando asesoramiento a las casas de intercambio y
liquidaciones registradas ante dicha entidad, interpretada como un favoritismo por aquéllas[57].
En el precedente legal tal vez más técnicamente influyente de la región, el 9 de marzo de 2018 se sancionó en
México la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, llamada "Ley Fin-Tech", una ley de 145
artículos, en donde en su Capítulo III, artículos 30 y siguientes, trata de las operaciones con activos virtuales[58],
estableciendo un régimen que sería aplicable a las criptomonedas en donde se requiere de autorizaciones del
Banco de México y se impone a las llamadas ITF la obligación de explicar de manera sencilla y clara (art. 34) que
el activo virtual no es moneda de curso legal, la imposibilidad de revertir las operaciones ejecutadas, la volatilidad
y los riesgos de operar con activos virtuales.
Los días 19 y 20 de marzo de 2018, en ocasión de celebrarse la Cumbre del G20 en Argentina, la organización
emitió un Communique (comunicado de prensa)[59] en donde se propuso fijar el mes de julio del mismo año
como límite para llegar a una unificación de regulación en materia de criptoactivos y se sugirió o animó a los
países a continuar dando cumplimiento a los requerimientos de la FATF (GAFI). No hubo unificación regulatoria y
en la Cumbre del G20 que tuvo lugar entre el 8 y 9 de junio de 2019 en la ciudad de Fukuoka (Japón), se emitió
un comunicado de casi idénticas características, en donde el apartado 13 habla de los criptoactivos
(crypto-assets) y menciona la expectativa puesta en la FATF-GAFI para actualizar sus guías e informes sobre la
materia[60].
Unos días después, complementando informes suyos previos, la FATF-GAFI, en una sesión plenaria en Orlando,
EE. UU., emitió, el 21 de junio de 2019, su informe titulado Guía basada en riesgo sobre activos virtuales y
proveedores de servicios de activos virtuales, en la cual desarrolla amplias sugerencias que tienden a una
hiperregulación de los criptoactivos respecto de los cuales entiende que el uso de la criptografía y el anonimato
reducen la transparencia, animando a los agentes privados a comprender mejor sus responsabilidades frente al
lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo[61].
Hemos dado la vuelta al mundo, recorriendo la historia y cronología de países de los diversos continentes,
analizando instrumentos de diferentes entidades y representantes de diversos poderes de Estados
soberanos[62]. No hemos encontrado un consenso sobre cómo son interpretadas las criptomonedas desde los
órganos centralizados de poderes estatales soberanos y mucho menos hemos encontrado un instrumento legal
sólido y unificado sobre qué son para las leyes las criptomonedas.
Lo que sí hemos encontrado es contradicciones entre diversos órganos de un mismo país, diferentes formas en
que cada país intenta regular o encauzar las criptomonedas e incluso diversas formas de llamar o receptar a las
criptomonedas como moneda virtual, bien inmaterial, activo intangible, moneda extranjera, instrumento
financiero, valor negociable, commodities, mercancías, securities, criptoactivo, riesgo, etcétera. Nos hemos
topado con sensaciones encontradas, que en el mejor de los casos se resuelven por un exceso de regulación y
de control bajo el pretexto de que el anonimato estaría al parecer exclusivamente orientado al lavado de dinero y
el financiamiento del terrorismo. El anonimato no pareciera ser tomado como posible expresión del derecho a la
privacidad o el ejercicio lícito de un derecho humano[63].

III. ¿Cómo interpreta a las criptomonedas el Derecho argentino?, pág. 213

Hemos apreciado un panorama mundial muy diverso y no consensuado sobre lo que el Derecho o las normas en

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general entienden o no entienden que son las criptomonedas, fundamentalmente en una casi unánime referencia
al bitcoin (una vez más) como su expresión más difundida, su nombre más representativo. No hay muchas
esperanzas de encontrar consenso en el ámbito nacional cuando no lo hubo en el internacional.
Lo primero que hay que destacar es que así como evolucionaron las criptomonedas desde su surgimiento en
2009, también lo ha hecho nuestra doctrina y legislación con relación a ellas.
Las criptomonedas no podían, en principio, ser consideradas en nuestro sistema como moneda (ni nacional ni
extranjera), dado que el artículo 30 de la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina (BCRA)
exigía que el emisor del instrumento imponga el curso legal respecto del instrumento y la existencia de un valor
nominal fijado al instrumento. Entendido el curso legal como la imposición o aceptación forzosa, esa
característica se opone a la aceptación consensuada de la criptomoneda entre pares de un sistema
descentralizado mientras que el valor de las criptomonedas se fija por las leyes de oferta y demanda[64].
Sin embargo, aun para el caso que para el BCRA no sean moneda, un instrumento al que suele hacerse
referencia en el plano local y que si bien no es un instrumento estrictamente normativo, sino un comunicado de
prensa del propio BCRA, el cual habría sido publicado en la página web de la institución alrededor de mayo de
2014[65], sí hizo mención a las "monedas virtuales", puesto que consideró oportuno "alertar al público en
general" respecto de los riesgos que involucraba su uso, focalizándose en "que las llamadas 'monedas virtuales'
no son emitidas por este Banco Central ni por otras autoridades monetarias internacionales, por ende, no tienen
curso legal ni poseen respaldo alguno"[66]. Esa declaración fue poco feliz, máxime si se tiene en cuenta que el
BCRA no se consideraba como autoridad encargada de regular el bitcoin, en la medida que no entren en juego
"aspectos cuya vigilancia está expresamente establecida en su Carta Orgánica"[67]. El primer encuentro entre las
criptomonedas y el órgano más centralizado del país en temas monetarios estuvo regido por el miedo que a la
centralización le provocó la entrada en escena de una tecnología disruptiva que demostraba como posible la
existencia de una moneda virtual que prescindía de la necesidad de existencia del BCRA como todo tercero de
confianza. Algunos señalan como positivo que ese comunicado podía ser interpretado como una afirmación que
el uso y las mismas criptomonedas no se encontraban restringidas por la normativa existente hasta esa
época[68].
Un instrumento normativo al que la mayoría le asigna una gran relevancia y aplicación directa para las
criptomonedas es, como ya lo hemos adelantado, la incorporación de los lineamientos de la FATFGAFI hechos
por la Unidad de Información Financiera (UIF)[69] mediante su resolución 300/2014 del 4 de julio de 2014[70]. En
su artículo 2° se establece que "se entenderá por 'Monedas Virtuales' a la representación digital de valor que
puede ser objeto de comercio digital y cuyas funciones son la de constituir un medio de intercambio, y/o una
unidad de cuenta, y/o una reserva de valor, pero que no tienen curso legal, ni se emiten, ni se encuentran
garantizadas por ningún país o jurisdicción". Luego hace una distinción entre las monedas virtuales y el dinero
electrónico, aclarando que este último es "es un mecanismo para transferir digitalmente monedas fiduciarias, es
decir, mediante el cual se transfieren electrónicamente monedas que tienen curso legal en algún país o
jurisdicción".
El lector comprenderá que el bitcoin o la realidad de cualquier otra criptomoneda es introducida por una
normativa emitida por el Poder Ejecutivo y le asigna a aquélla las funciones similares a la de una moneda, tal
como se describió antes. Por otra parte, el dinero electrónico[71] es el dinero/moneda fiduciario/a que además de
tener curso legal se puede por ejemplo transferir digitalmente desde cualquier dispositivo y/o aplicación
informática, como las que le brindan al titular del dinero un banco o cualquier entidad análoga, como por ejemplo
la muy difundida modalidad del homebanking, banca virtual, mercadopago, etcétera.
La misma resolución 300/2014 en su artículo 1° dispuso que "Los Sujetos Obligados enumerados en los incisos
1°, 2°, 3°, 4°, 5°, 7°, 8°, 9°, 11, 12, 13, 18, 19, 20, 21, 22 y 23 del artículo 20 de la Ley N° 25.246 [72] y sus
modificatorias deberán prestar especial atención al riesgo que implican las operaciones efectuadas con monedas
virtuales y establecer un seguimiento reforzado respecto de estas operaciones, evaluando que se ajusten al perfil
del cliente que las realiza, de conformidad con la política de conocimiento del cliente que hayan implementado".
Esta normativa será importante a la hora de determinar cuál es el grado de conocimiento que deben y/o pueden
tener los usuarios de las criptomonedas para no caer bajo la imputación de los delitos de lavado de activos de
origen ilícito y financiamiento del terrorismo.
Desde las leyes formales dictadas por nuestro Congreso, se realizó un análisis profundo para determinar la
posibilidad de aplicación de ellas a la realidad bajo estudio. Se descartó una posible aplicación de la Ley 21.526
de Entidades financieras, el Régimen de Control de Cambios, leyes 18.924 (arts. 1° y 3°), 19.359 (art. 5°),
24.144 (arts. 4°, incisos f, y g, y 29) y el decreto 71/2002 (arts. 1° y 3°) del Poder Ejecutivo nacional por cuanto
las criptomonedas no fueron tomadas como moneda nacional ni extranjera[73].

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Se consideró también, en posición minoritaria, teniendo en cuenta lo dicho de la participación del concepto de
firma digital al firmar con clave privada el mensaje encriptado que en función de ello "podría encuadrarse a los
bitcoins como documentos digitales con firmas electrónicas, en los términos de los artículos 5° y 6° de la ley
25.065"[74].
Hubo intentos y esfuerzos interpretativos diversos por determinar si a las criptomonedas se les aplicaba la idea
de "cualquier valor" o "valores negociables" mencionada en el artículo 2° de la Ley 26.831 de Mercado de
Capitales (B. O. del 28-12-2012)[75] y también si podían entrar en el concepto de "ganancias" a los fines de las
reformas introducidas a la Ley 27.430 de Impuesto a las Ganancias (B. O. del 27-12-2017) al incorporar el
término "monedas digitales"[76]. Se recurrió también fuera del ámbito tributario, a fin de determinar qué
consideraba el Código Civil y Comercial de la Nación (CCyC)[77] como "título valor" y "valor negociable" (arts.
1815 y ss.), llegándose a veces a una conclusión "por descarte" en cuanto se afirmó que "al menos en el estado
actual, y sin una regulación orgánica expresa [...] del bitcoin en particular, nuestra normativa considera a las
'monedas digitales' como valores negociables o asimilables a ellos"[78]. No compartimos esta postura, puesto
que, independientemente de que cuando hemos señalado "lo que el bitcoin es" expresamos que era un saldo en
un extracto contable, aquella definición pretende encuadrar a la criptomoneda desde una de sus posibles
aplicaciones como "valor" o "título" o "ganancia" y no desde su esencia, sino desde una de sus tantas y posible
funciones.
Respecto del complejo tratamiento tributario que han tenido las criptomonedas, en tanto no es materia específica
de este estudio, nos remitimos a los trabajos ya realizados sobre la cuestión, algunos aquí citados, adunando
simplemente que si la legislación en general en la materia no parece ser uniforme, esa falta de uniformidad se
evidencia en el plano tributario, donde se llegó a decir que "no es posible tener certeza alguna sobre el
tratamiento fiscal que debe darse a las ganancias (y a las pérdidas) por ventas de criptomonedas"[79]. A su vez,
conforme a los vaivenes económicos que puede atravesar un país, por momentos la presión tributaria puede
aumentar al punto de establecer regulaciones tan agobiantes y restrictivas que rayen con un grave
cercenamiento al ejercicio del derecho de la propiedad de los ciudadanos sobre sus diversos bienes[80].
Se pueden sumar otras interpretaciones a favor del uso lícito de las criptomonedas desde el ámbito privado pero
con incidencia en el orden público, algunas que entienden que pueden utilizarse con fines de que sean capitales
a incorporarse por consenso de los socios en las llamadas sociedad por acciones simplificadas (SAS)[81],
introducidas por la ley 27.349[82]. También se consideró posible que el salario a un trabajador pueda ser
realizado a través del pago consensuado de una criptomoneda "como elemento único constitutivo de la
remuneración de los trabajadores"[83] con un estudio de los recaudos de la legislación laboral que no sólo no la
prohíben sino que la posibilitan.
A modo de síntesis, adherimos a la postura expuesta últimamente (2015 a la actualidad) y que mejor logra
describir o interpretar las realidades de las criptomonedas ya sea desde su inmaterialidad como desde la ya
citada definición de "representación digital de valor". Adherimos a lo afirmado por Rybnik de que "La monedas
virtuales carecen de corporeidad por lo que no corresponde su calificación como 'cosa' y por ende pierde total
sentido analizar si califica como mueble o inmueble. Se trata de un bien inmaterial susceptible de valor, y como
tal integra el patrimonio de las personas que revistan el carácter de titulares, en línea con la definición como
representación digital de la resolución 300/2014 de la UIF"[84]. A esta opinión se suma Rubín, quien al tratar el
tema en el Derecho argentino y excluir la aplicación de "cosa" consigna "...sin embargo, el artículo 16 del CCyC
únicamente considera cosas a los bienes materiales, encuadre que no les cabe a las criptomonedas que, aunque
son bienes, son intangibles o inmateriales, pues no tienen materialidad. Por lo tanto, aunque pueden y deben
tener la protección de la ley, no son cosas"[85]. A eso se suma la opinión de Núñez, cuando considera al bitcoin
"como activo intangible o bien inmaterial"[86]. A su vez, Eraso Lomaquiz se suma a esa postura "señalando que
compartimos la postura que sostiene que las monedas virtuales son bienes inmateriales"[87]. Finalmente, Mora
expone que "entendemos que a lo sumo podría encuadrarse a los bitcoins 'como bienes que no son cosas, en los
términos de los artículos 15, 16, y 764, del Código Civil y Comercial...", agregando que, "en esta línea, se ha
dicho que los bitcoins son una forma de propiedad privada intangible, un artefacto digital de valor, tal como -por
ejemplo- la música digital, las licencias, las marcas, y los nombres de dominio; pero que a diferencia de los casos
anteriores, no tienen uso alternativo (no sirven de nada más que como sistema de pago), ni están protegidos por
tratados internacionales o legislación doméstica"[88].
Concluiremos este apartado, señalando que las criptomonedas "son lo que son", pero el Derecho las interpreta
no en función de lo que "son en sí" como moneda descentralizada sino en función de su interacción a través de
las personas que operan con ellas y sobre todo las evalúa en su convertibilidad con las monedas fiduciarias o en
la asignación, cuando le resulte conveniente, a las criptomonedas de las mismas funciones que el dinero

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fiduciario tiene, en especial si ve en ello un hecho imponible y un tributo que recaudar. Hemos visto que hay
mucho por aprender aún y poca legislación en sentido estricto para interpretar.

IV. Criptomonedas y sanciones penales, pág. 220

Nos adentramos en el aspecto más delicado del presente trabajo. Llegamos hasta aquí en el claro marco de una
falta de uniformidad de textos legales o normas en general que puedan decirnos sin duda qué son las
criptomonedas para el Derecho. Creemos que si hay intención de incorporar esta realidad al sistema jurídico, no
para prohibirlas sino para regular su uso lícito y los enormes beneficios que traen con sus inevitables riesgos, la
legislación es necesaria.
Si además vamos a tipificar delitos penales, para perseguir eventuales infractores y proteger víctimas, es
imprescindible normativizar la naturaleza y el uso de las criptomonedas, con la claridad que el caso requiere. La
carencia de una normativa clara en el plano local ha sido advertida y explicitada por muchos como un problema a
resolver con la urgencia que requiere el caso[89]. La expresión más concreta por su poder de síntesis la
encontramos en Eraso Lomaquiz al afirmar: "consideramos que las particularidades propias de un bien que
posee la única finalidad de funcionar como una moneda, y que de hecho es utilizado para ello tanto a nivel local
como global al tiempo que experimenta un crecimiento exponencial respecto de los sujetos y las operaciones que
involucra, ameritan y requieren un régimen jurídico adecuado que contemple sus especiales características"[90].

a) Bien inmaterial no cosa, pág. 221

En la concepción aquí propuesta de las criptomonedas como "bien inmaterial", ellas podrán intervenir como
instrumento o modalidad comisiva en cualquier delito que ya prevea a otros bienes inmateriales en su
formulación típica. Sin embargo al no ser "cosa" no podrán ser objeto del hurto o robo o cualquier otro delito que
tipifique a la cosa (bien material susceptible de apreciación económica) como integrante del tipo penal[91].

b) Anonimato y falta de trazabilidad de las criptomonedas, pág. 221

Hemos sido alertados demasiadas veces, por diferentes organismos descentralizados, que las criptomonedas
son usadas por criminales por el beneficio que su pseudoanonimidad les podría reputar. La cuestión del
anonimato no es nueva para el Derecho Penal, no representa acá nada nuevo bajo el sol. A modo de ejemplo
puede recordarse que en el caso de las amenazas tipificadas en el artículo 149 bis del Código Penal (CP) se
señala: "Será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que hiciere uso de amenazas para alarmar o
amedrentar a una o más personas. En este caso la pena será de uno a tres años de prisión si se emplearen
armas «o si las amenazas fueren anónimas»". Si el anonimato ya fue considerado como una causa del agravante
desde antaño[92], en todo caso podría ser incorporado en un tipo penal que prevea el uso de criptomonedas
como modalidad comisiva y agravar la conducta por el anonimato que su uso le supone al autor.
Respecto a la falta de trazabilidad de las criptomonedas y su uso en el comercio de la Deep Web (Internet
profunda) y la más compleja Dark Web (Internet oscura) mencionaremos que las técnicas de investigación para
lograr dar con los autores que operan en esos espacios informáticos mediante el uso de técnicas de
anonimización como los navegadores especiales (TOR[93] por su caso) y otras técnicas de ocultamiento han
sido difundidas ampliamente[94]. Quienes se han especializado en ellas no dejan de decir que "es importante
aclarar en este punto que tanto TOR como el bitcoin no fueron creados como herramienta para llevar a cabo
actividades relacionadas con el crimen organizado, sino que son herramientas funcionales que tienen un fin
noble y totalmente válido. La herramienta en sí misma no tiene ninguna intencionalidad, sino que ésta es dada
por el uso que cada persona le da"[95]. Para desterrar por completo el mito estigmatizante de que el uso de las
criptomonedas otorga una suerte de anonimato que garantiza la impunidad se señaló hace ya dos año que "una
investigación académica llevada a cabo por la Universidad de California identificó en base a la información de
344 transacciones a los propietarios de millones de billeteras digitales, es por este motivo que el bitcoin no
provee de servicios de anonimato en su totalidad, sino que esto depende de la forma en que se llevan a cabo las
transacciones, el tiempo entre éstas y la cantidad de billeteras involucradas"[96]. Sin ser un investigador,
cualquier persona puede ver las transacciones de la blockchain de bitcoin en cualquier momento[97].

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Por otra parte, sobre el uso de las criptomonedas como medio para el lavado de activos de origen ilícito y el
financiamiento del terrorismo, se ha explicado que no son los únicos medios y que hay otra tanta cantidad de
medios digitales o virtuales diversos que también son utilizados para tal fin[98].

c) La teoría y la práctica, cómo se puede condenar con prueba válida, pág. 223

Si todos los intentos realizados por explicar lo que las criptomonedas son desde el punto de vista técnico, las
aplicaciones prácticas lícitas e innovadoras que ofrece en diferentes ámbitos, las múltiples interpretaciones que
fueron recibiendo desde los más diversos órganos que procuraron sin éxito (al menos aún) lograr un consenso
pero que sólo en escasos casos fueron prohibidas sin éxito, si todo ello no alcanza para demostrar que no tiene
sentido estigmatizarlas como criminales o prohibirlas más allá del riesgo que implica su uso en manos de
personas con intenciones delictivas, vamos ahora a demostrar al exhibir un caso real cómo las criptomonedas no
garantizan impunidad ni siquiera para los que se aventuren a los hechos más delictivos y aberrantes.
El día 16 de octubre de 2019, a través de su sitio de Internet, el Departamento de Justicia de los EE. UU. emitió
un comunicado titulado Un ciudadano de Corea del Sur y cientos de otros detenidos y acusados en el mundo
entero en la eliminación del sitio "web" más grande de pornografía infantil de la "Darknet", que fue financiado por
"Bitcoin"[99]. El comunicado y sus anexos tienen una amplia cantidad de información que incluyen los números
de la investigación: 1) un detallado relato desde su inicio hasta el operativo que concluyó en la detención de 330
personas de diferentes nacionalidades alrededor del mundo, la liberación del cautiverio que padecían 23
menores de edad que fueron rescatados; 2) el secuestro de más de 250.000 videos individuales no repetidos con
imágenes de graves abusos sexuales cometidos contra menores de edad de los cuales se estimó que el 45%
nunca antes habían sido objeto de investigación o siquiera conocidos; 3) el trabajo en conjunto coordinado de la
investigación a cargo de agencias del Reino Unido, EE. UU., Alemania y Corea del Sur con la cooperación
internacional de 14 gobiernos de diferentes países de casi los cinco continentes a excepción de África que no se
vio involucrado y tareas de investigación en 38 países diversos, y 4) se da cuenta de que 2 usuarios de la
Darknet se quitaron la vida en la ejecución del allanamiento que se les practicó.
En lo que aquí resulta de mayor interés, en el cuerpo del comunicado se explica que lo que permitió dar con la
ubicación física del servidor donde se alojaban los videos secuestrados fue "el seguimiento sofisticado de las
transacciones de bitcoin hecho por los agentes especiales del IRS-CI que pudieron determinar la ubicación del
servidor Darknet, identificar al administrador del sitio web y finalmente rastrear la ubicación física del servidor del
sitio web en Corea del Sur", logrando su detención y encarcelamiento.
También se refleja el libramiento de órdenes que dan cuenta de que la policía pudo rastrear los pagos de
bitcoin al sitio Darknet siguiendo el flujo de fondos en la cadena de bloques. Las cuentas en moneda virtual
identificadas en la orden fueron supuestamente utilizadas por 24 personas en cinco países para financiar el sitio
web y promover la explotación de niños. La orden de decomiso busca recuperar los fondos intercambiados y, en
última instancia, a través de un proceso de indemnización, devolver los fondos ilícitos a las víctimas del delito.
Además de contener una captura de pantalla ejemplificativa de las direcciones IP del sitio que fue "cerrado", en
los anexos del comunicado hay una pormenorizada descripción de las direcciones de las billeteras de
bitcoin utilizadas para realizar pagos a cambio del intercambio de videos a través del sitio. También se cuenta
con copias de las piezas procesales más relevantes sobre las personas involucradas, testando las partes que
resultan de interés para tareas que se encontraban aún en curso al momento de la declaración. El comunicado
indica que las personas arrestadas enfrentarán los cargos que se describen.
Este detallado informe de la cuestión buscó explicitar de manera clara que no son válidos los argumentos que se
ensayan contra las criptomonedas en cuanto a que su uso impide la identificación y trazabilidad de aquellos que
las usen con fines delictivos. Tampoco se demuestra como válido el argumento de que el uso de las
criptomonedas permite la actividad delictiva transnacional y que su investigación plantea dificultades de
jurisdicción y procedimientos que ponen en riesgo el sometimiento del crimen organizado a los órganos
jurisdiccionales encargados de investigar, juzgar y condenar delitos graves y aberrantes. No deben dejarse
confundir quienes se desempeñen en la sociedad civil, el ambiente académico o los operadores del sistema de
enjuiciamiento penal en cuanto a que las criptomonedas son las culpables del delito, lo serán en todo caso
quienes hagan un uso delictivo de las mismas conforme se demuestre en un proceso penal.

V. Algunas pocas interpretaciones judiciales locales, pág. 225

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El poco tiempo que las criptomonedas llevan desarrollándose en nuestro país en forma cada vez más frecuente
no permite contar con muchos casos judiciales que hayan llegado a las últimas instancias del proceso penal y de
esa manera ver tanto cómo se desarrolló la investigación, la imputación penal y cómo se sustentó una eventual
condena, para saber de esa manera cómo interpretan los jueces qué son las criptomonedas desde la perspectiva
del Derecho Penal y su relación en la comisión de delitos. Expondremos someramente los antecedentes
judiciales con los que se cuenta con especial foco dado al tratamiento bajo estudio. Hasta ahora ha habido poco
para condenar.

a) Un fallo de una Cámara Federal sobre "bobinas blancas" de luces poco claras, pág. 226

El 27 de noviembre de 2017 la sala I, Secretaría Penal N° 3, de la Cámara Federal de San Martín (Provincia de
Buenos Aires)[100] resolvió un recurso de apelación interpuesto contra el procesamiento de nueve imputados,
dictado por el Juzgado Federal de Campana el 6 de julio de 2017 en el marco de la causa 7130/2017 caratulada
"R. C., M. y otros p/Tráfico de estupefacientes y otros".
El caso fue difundido periodísticamente como "Bobinas Blancas"[101] destacándose en su momento que el juez
federal de Campana interviniente dispuso el procesamiento de diez imputados, ocho de ellos con prisión
preventiva, en una causa por tráfico de estupefacientes y ordenó embargos por sumas de hasta 100 millones de
pesos.
Dentro de los hechos se mencionó que la causa se inició el 14 de marzo de 2017, a raíz de la nota remitida a la
División Operaciones Federales de la Policía Federal Argentina, como consecuencia de lo informado por el
agregado de la Drug Enforcement Administration (DEA) de los EE. UU., sobre la posible existencia de una
organización narcocriminal de gran escala vinculada con maniobras de contrabando y/o tráfico ilícito de
sustancias estupefacientes, vinculada a actividades de exportación de estupefacientes a Barcelona utilizando el
puerto de la ciudad de Campana en la Provincia de Buenos Aires, y bajo la cobertura del envío de bobinas de
láminas de acero, de allí el nombre de color para la historia periodística.
En lo que aquí interesa se analizará particularmente la situación del imputado identificado por sus iniciales "E. G."
en cuanto en el propio procesamiento[102] se resolvió procesarlo por el delito tipificado en el artículo 303, inciso
1°, del CP [103], pues recibió diferentes transferencias de criptomonedas a las que el auto de mérito califica
indistintamente de "monedas virtuales -criptomonedas o criptodivisas-, siendo en la actualidad la más conocida la
llamada bitcoin, las que en nuestro país carecen de regulación específica" y a cambio de ello entregó dinero
fiduciario en efectivo (dólares) a una persona con la que se encontró personalmente en diferentes oportunidades.
El monto de las entregas superó los $ 300.000 exigidos por el tipo penal. Por lo pronto, del auto de
procesamiento sólo diremos que el estudio de la criptomoneda en cuestión no parece profundo, en tanto no se
citó algunas de las normas nacionales que parecerían de aplicación al caso y en especial la resolución de la UIF
300/2014.
Nos detendremos en el análisis del fallo de Cámara puesto que resulta de mayor jerarquía e interés a los fines
aquí estudiados. El planteo de la defensa de "E. G." se centra en considerar que la acción por él desplegada
resulta atípica dado que "la operación que se le cuestiona no ha significado ni perseguido transmitirle apariencia
lícita a las sumas de dinero que entregó en la operación de compraventa de bitcoins [...] Resaltó que por el hecho
de la ausencia de regulación específica, no puede calificarse como ilegal «una operación empleando 'bitcoins'»".
Señaló que el dinero debe ser de origen ilegal y que aquí, ello no se ha establecido, en tanto "se trata de sumas
de dinero ingresadas mediante una operación no regulada legalmente" y resaltó que "la prueba sobre la ilicitud
de las sumas de dinero no está dada en el origen de los fondos sino en su destino para el contrabando
investigado y frustrado, cuestión ajena a G."[104]
Al iniciar el estudio de la situación del procesamiento de "E. G."[105], se destaca que el propio imputado en su
indagatoria manifiesta comercializar con bitcoins desde una página web que el mismo identifica, haber realizado
entre 6 a 8 operaciones de recibir transacciones bitcoins a cambio de entregar una suma aproximada que osciló
entre 250 a 400 mil dólares[106], montos a los que reconoce como habituales en su negocio por lo que no le
pareció raro. Respondió respecto de una suma de dinero en dólares secuestrada en un allanamiento en su
domicilio manifestando que es habitual que maneje efectivo porque su actividad a veces consistía en recibir
dólares a cambio de transferir bitcoins y que el año anterior había hecho un blanqueo de capitales.
Por su parte, a diferencia del auto de procesamiento, el fallo de Cámara describe al bitcoin primero como
"moneda virtual" y luego como "la primera criptomoneda" con cita de la resolución de la UIF 300/2014 y de un
informe de la FATF-GAFI de junio de 2015, del cual transcribe gran parte de su contenido en forma textual.

14 / 30
A los fines de este trabajo, señalaremos que la imputación dirigida contra "E. G." en el fallo reconoce que: 1)
"efectivamente su actividad no se encuentre regulada"; 2) "ello no parece a esta altura como una condición que
obstruya verificar que su conducta consistió en ingresar, dentro del circuito económico local, dinero del exterior
que, es evidente, no aparece como viable de haber sido fácilmente introducido por los canales legales, sin que
implicara 'una alerta de operación sospechosa', con las exigencias que ello conlleva"; 3) se le asigna a "E. G." el
rol de "intercambiador" y que la forma en que se intercambiaron bitcoins por dólares "evidencia una abierta
improvisación y falta de recaudos impropios de operaciones dinerarias importantes, mostrando así un lado oscuro
inadecuado para lo que deberían ser transacciones de flujos de dinero de origen lícito que implicaban grandes
sumas de dinero como las que, adujo 'G.', manejaba".
Por no contar con más datos del caso fuera de lo que figura en la resolución y por no tratarse de una sentencia
definitiva o cosa juzgada, nos limitaremos a decir que la imputación parece afirmada sólo en reconocer, sobre
una actividad no regulada, el delito de lavado de activos (cfr. art. 303, inc. 1°, del CP) a una persona física "E.
G." por ser "intercambiador" de criptomonedas, endilgándole una "abierta improvisación y falta de recaudos" a
una persona física que no figura dentro de los sujetos obligados de la ley 25.246. No parece que la imputación
reúna las condiciones subjetivas de punibilidad, no hay mayor desarrollo del dolo o conocimiento que
supuestamente debía tener "E. G." y no se demuestra cómo tenía conocimiento (si es que los tenía) del origen
supuestamente ilícito de los bitcoins que le fueron transferidos y a cambio de los cuales entregó dinero en
efectivo. Parece un avance punitivo fundado en una interpretación forzada, reconociendo que la actividad
desplegada no se encuentra regulada e imponiéndole al procesado por vía de un fallo judicial requisitos que la
ley previamente no le impuso. Es una imputación poco clara y no sólida, más allá de lo anecdótico de las
"bobinas blancas".

b) ¿Apropiación de criptomoneda o su transferencia por técnicas de manipulación informática?, pág. 229

En la ciudad de Resistencia, Provincia del Chaco, el 21 de noviembre del 2018, la sala III de la Cámara Tercera
en lo Criminal dictó una sentencia en la causa "P., H. M. s/Defraudación informática en concurso real con
violación de secretos y de la privacidad"[107] a la que se arribó por la modalidad de juicio abreviado en donde el
imputado reconoció el hecho que se le imputaba y su participación como autor en el mismo, recibiendo una
condena de 2 años de prisión como autor penalmente responsable del delito de "defraudación informática en
concurso real con violación de secretos y de la privacidad (acceso ilegítimo a un sistema informático)".
Lo que vale la pena destacar de los hechos del caso es que el imputado realizó un ataque informático a un tipo
de exchange denominado "Mercury Cash" por el cual logró acceder ilegítimamente al sistema informático de la
empresa tomando control de "billeteras" y transferir unidades de la criptomoneda Ether (asociada a la
blockchain de Ethereum, arriba mencionada) que no le pertenecían a cuentas que el imputado mantenía en otras
plataformas y luego enviarlas a una billetera distinta de su titularidad que controlaba desde su celular. Las
unidades de la criptomoneda fueron 636,61 Ethereum que al momento del hecho se valuaron en 434.352,63
dólares.
Lo interesante del caso es que, si bien se logró hackear los sistemas del servidor del exchange, por las medidas
de seguridad que tenía el sistema la empresa tenía un programa denominado "Lucky Orange" que registró todos
los movimientos del atacante, los cuales fueron pormenorizadamente descriptos en un peritaje realizado por la
empresa damnificada y querellante, permitiendo en última instancia identificar al acusado. En este punto, vuelven
a derribarse los mitos de la falsamente alegada dificultad probatoria de los delitos cometidos en entornos
digitales, demostrándose que una vez más la prueba obtenida depende de los esfuerzos puestos en la
investigación o la inversión en los sistemas de seguridad para proteger datos.
En lo ateniente al hecho, se opinó si lo realizado fue una "apropiación" y si las criptomonedas fueron
consideradas cosas[108]. El tribunal aplicó al caso las figuras de defraudación informática en concurso real con
violación de secretos y de la privacidad, y acceso ilegítimo a sistemas informáticos (art. 173, inc. 16[109]; art. 153
bis, 2° supuesto) y compartimos la apreciación del tribunal que consideró que en el hecho se produjo una
alteración o manipulación de los registros informáticos. Otro caso en donde se prueba que las criptomonedas son
inmateriales pero probables.

c) Trazabilidad, peritaje y obligación de informar a la UIF, pág. 231

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En un breve fallo, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional con asiento en la CABA, con
fecha 11 de julio de 2019, en la causa 72645/2018 caratulada "G., N. y otros s/Sobreseimiento", revocó un
sobreseimiento de un juzgado de primera instancia en un caso en donde los imputados habrían pactado con los
querellantes una inversión bajo promesa de una ganancia y que los imputados aseguran haber acreditado con la
"adquisición y puesta en funcionamiento de los equipos de informática necesarios para la obtención de bitcoins".
Se dispuso resolver la discrepancia mediante un peritaje informático contable para determinar "la trazabilidad del
aporte de los querellantes y la consecuente generación de bitcoins por parte de la firma a cargo de los imputados
y la correspondiente devolución o pago de dividendos hacia las cuentas o 'billeteras virtuales' de titularidad de los
nombrados". Se destaca que "la actividad de captación de bitcoins no demandaría dificultades en tanto surgiría
de datos que obran en Internet, respecto de los cuales no rige el secreto propio de algunas prácticas bancarias,
de modo que sería factible materializar la pesquisa sin necesidad alguna de traslado de los expertos hasta el sitio
en que se emplaza la maquinaria dedicada". Hasta aquí es un fallo que maneja una precisión técnica sintética y
envidiable en lo que se presume como la explicación del funcionamiento de la blockchain y la capacidad de
probar la generación de los bitcoins.
Sin embargo, los jueces advierten además que "no podemos soslayar que al hacerse alusión a toda la operatoria
en su conjunto, se dio cuenta de la materialización de operaciones que conllevaron el movimiento de moneda
extranjera por un total de 18 millones de dólares hacia y desde el exterior del país, para ser aplicados a la
obtención de una especie de moneda digital que era abonada por un medio electrónico" y como no surgen datos
que "hubieran adoptado los recaudos propios del control del origen de los fondos, o su conversión,
especialmente por el tipo de operación mencionada, en concordancia con los estándares internacionales
definidos por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), del cual la República Argentina es miembro
permanente. En función de ello, deberá desde la primera instancia remitir testimonios de lo actuado a la Unidad
de Información Financiera, a sus fines específicos". En este último podría entenderse que lo requerido al juez de
primera instancia es una sugerencia fuera de la materia del recurso y lo es en función de un deber general que le
cabe como funcionario público ante la posible comisión de un delito (lavado de activos).

VI. Conclusión, pág. 232

Se ha intentado demostrar que las criptomonedas descentralizadas basadas en la criptografía asimétrica han
nacido con la vocación no sólo de sustituir a las monedas de curso legal sino de generar un cambio
paradigmático en la forma en la cual la sociedad se organiza y progresa, intensificando abruptamente el proceso
de desmaterialización del dinero que se vive como producto de la Industria 4.0.
Las criptomonedas y la tecnología blockchain han venido al mundo para enaltecer a la libertad y la privacidad. El
hecho de que una minoría siempre indeseable use ese arte para delinquir los hace en todo caso rufianes dignos
de castigo, pero el arte no se tiñe de delito.
No resultaría saludable que los organismos centralizados de gobierno o de poder frenen el avance de los
ciudadanos hacia un modelo descentralizado que no dependa de la confianza de terceros sino de la cooperación
de los hombres de buena voluntad para dirigir sus vidas en la forma que lo deseen por consenso. La ley debe
proteger a los ciudadanos responsables contra aquellos que denigran todo instrumento por su empleo para lo
ilícito y lo deconstructivo.
Se ha dicho que "la principal tarea del Derecho y, sobre todo, del Derecho Penal consiste en asegurar la
aspiración de que todos puedan conducir su vida según su propia visión de las cosas"[110]. Estigmatizar avances
tecnológicos que permiten que el poder resida en la ciudadanía donde se originó no contribuye a los fines del
Derecho Penal y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales.
Un Derecho Penal que no reciba favorablemente y no brinde protección a los avances tecnológicos que trae
aparejado el empleo del arte de la criptografía para recuperar la privacidad y una manera más libre y
autodeterminada de comunicarse será un Derecho legal pero cada vez menos humano.

Bibliografía, pág. 233

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https://www.cij.gov.ar/nota-26599-Procesaron-a-diezimputados-en-el-marco-de-la-causa-Bobinas-Blancas-.html,
accedido el 2-11-19. La noticia tiene acceso al auto de procesamiento del Juzgado Federal de Campana del
6-7-2017.
CNCCorr., sala IV, 11-7-2019, "G., N. y otros s/Sobreseimiento", causa 72645/ 2018.
JFed. de Campana, Secr. Pen. N° 3, 27-11-2019, carátula "Legajo N° 34: Rodríguez Córdova, Max y otros
s/Legajo de apelación", causa 7130/2017/34/CA5 (8162), registro de Cámara 8193, disponible en
https://www.cij.gov.ar/scp/include/ showFile.php?acc=showFAR&tipo=fallo&id=194484402&origen=SGU,
accedido el 2-11-2019.

18 / 30
[*]

Para visualizar curriculum vitae, haga click en el nombre del autor.

[1]

Breve aclaración sobre la terminología a utilizar: criptomonedas, criptoactivos, activos digitales, monedas
virtuales y unidades electrónicas de valor son diversos nombres para definir esta realidad. Optamos por el
término "criptomonedas" porque en él se hace alusión a dos realidades esenciales aquí tratadas, el uso de la
criptografía para aplicarlo al concepto o intercambio de moneda, lo que resulta más abarcativo y específico para
el presente estudio que los restantes términos habitualmente empleados.

[2]

En el mes de agosto de 2018 en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA) se presentó el libro Industria 4.0.
Fabricando el futuro, editado en julio de ese mismo año. En la página 26 se afirma: "La Cuarta Revolución
Industrial es la fase de la digitalización del sector manufacturero y está impulsada por el aumento de los
volúmenes de datos, la potencia en los sistemas computacionales y la conectividad". Su descarga es posible en
el siguiente link: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Industria-40-Fabricando-el-
Futuro.pdf.

[3]

"Nihil novum sub sole". El origen de este proverbio se encuentra en la Biblia, en concreto en Eclesiastés
(Capítulo 1, versículo 9), y se le atribuye al rey Salomón: "¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo
que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol".

[4]

Ver definición de la RAE en https://dle.rae.es/?id=BHcfHjo (consultada el 2310-2019).

[5]

Sobre el origen, historia y uso de la criptografía aplicada a las criptomonedas ver en detalle RYBNIK, Daniel,
Una aproximación a la tributación de las criptomonedas, en Tributación de la economía digital, 1ª ed., dir. por
Mariano F. Braccia, La Ley, Buenos Aires, 2019, Cap. 18, pp. 579 a 615.

[6]

RYBNIK, ob. cit., aps. 1.1 a 1.3. El autor explica allí que "De hecho, si cada una de los 7 mil millones de
personas en la Tierra tuviera 10 computadoras que probaran 1 mil millones de combinaciones de teclas por
segundo, ¡a la población entera le llevaría 77.000.000.000.000.000.000.000 años encontrar una sola clave AES
de 128 bits!"

[7]

Hash, como término en inglés puede ser literalmente traducido como "plato de carne cocida y papas mezclados
y luego fritos". Ver https://www.ldoceonline.com/es-LA/dictionary/english-spanish/hash. El uso que se le da
habitualmente en el contexto tecnológico es el de una función matemática.

[8]

Sobre la función o valor hash, su generación y aplicación a las criptomonedas ver FALIERO, Johanna Caterina,
E-lavado de activos: aristas y perspectivas, en AP/ DOC/259/2017, y MORA, Santiago J., La tecnología
"blockchain". Contratos inteligentes, ofertas iniciales de monedas y demás casos de uso, en L. L. 2019-B, del

19 / 30
1-4-2019, Año LXXXIII, N° 62.

[9]

RUBÍN, Miguel Eduardo, Las criptomonedas vistas desde el Derecho, en E. D. del 7-6-2019, N° 14.646, Año
LVII, 283.

[10]

Se piensa también en el avance a la transparencia que podría otorgar la aplicación de esta tecnología a diversas
cuestiones de interés público. Ver sobre presupuesto por ejemplo: BATISTA, Alejandro, "Bitcoin", "blockchain" y
presupuesto público: ¿Y si hubiera alguna manera de saber exactamente a dónde van nuestros impuestos?, en
elDial -DC2293, del 22-2-2017.

[11]

Sobre las diversas posturas ver las menciones hechas en RUBÍN, ob. cit., ap. 3.

[12]

Para más información del contenido y uso ingresar a https://bfa.ar (accedida el 29-10-2019).

[13]

El término white paper (papel blanco) alude a una publicación que busca formular un reporte o una guía sobre un
determinado tema o asunto de cierta complejidad, ofreciendo las bases o ideas filosóficas del mismo con la
finalidad de servir de ayuda a su lector para comprender el asunto, resolver un problema o tomar una decisión.

[14]

Se verá que la identidad real o física del autor, individual o colectivo, poco importa teniendo en cuenta que el
sistema que propuso cobró vida y funciona sobre premisas que por su utilidad y carácter de open sourece
(código abierto) han tornado irrelevante la identificación de su autoría.

[15]

Satoshi Nakamoto, "Bitcoin": un sistema de dinero en efectivo electrónico usuario-a-usuario, versión disponible
en español latinoamericano en https://bitcoin.org/fi-les/bitcoin-paper/bitcoin_es_latam.pdf, accedido el
29-10-2019.

[16]

Su página contiene numerosa información: http://www.weidai.com/, accedida el 30-10-2019.

[17]

El trabajo se títuló B-money, y puede ser consultado en su original en http:// www.weidai.com/bmoney.txt,


accedido con fecha 30-10-2019. Ver además LANÚS OCAMPO, María Cecilia, Las monedas virtuales o
criptomonedas. Reseña corta sobre "bitcoin", en L. L. del 9-6-2014, y LANÚS OCAMPO, María Cecilia,
Actualidad en Derecho Bancario y Financiero, en L. L. del 9-6-2014; L. L. 2014-C-982; Enfoques 2014 (julio), p.
102; AR/DOC/1699/2014.

[18]

Ver en https://www.lesswrong.com/posts/ijr8rsyvJci2edxot/making-money-with-

20 / 30
bitcoin?commentId=hbEu9ue9eymNzaF2J, accedido el 30-10-2019.

[19]

Son 9 páginas con 8 citas, de lenguaje técnico pero comprensible y ayudado por gráficos.

[20]

Ver al respecto el resumen del dinero hecho en MORA, Santiago J., Monedas virtuales. Una primera
aproximación al "bitcoin", en L. L. del 31-12-2015.

[21]

Satoshi Nakamoto, "Bitcoin"... cit., 1. Introducción.

[22]

Ver MORA, Monedas virtuales... cit., ap. II, pto. 3.

[23]

Satoshi Nakamoto, "Bitcoin"... cit., 7. Reclamando espacio en disco.

[24]

Ídem, 10. Privacidad.

[25]

Ídem, 11. Cálculos.

[26]

Ver los detalles de la firma digital aplicada al protocolo "bitcoin" en RYBNIK, ob. cit., ap. 1.3, Firma digital.

[27]

MORA, ob. cit., ap. 4.

[28]

RYBNIK, ob. cit. En similar sentido se expresa ERASO LOMAQUIZ, Santiago E., Las monedas virtuales en el
Derecho argentino. Los "bitcoins", en L. L. del 31-12-2015, al afirmar: "los bitcoins como monedas en realidad no
existen sino como un valor representado por un asiento en el registro público del sistema", en el apartado III.c, El
registro público.

[29]

Un exchange es una suerte de prestador que ofrece servicios de intercambio a los usuarios, fijando tasas de
cambio contra distintas monedas por las cuales transferirán o adquirirán bitcoins. MORA, ob. cit., ap. 4.

[30]

SHILPA, Lama, A $5 BTC-USD Transaction on This Day 10 Years Ago Officially Made Bitcoin an Economic
Good, disponible en https://beincrypto.com/a-5-btcusd-transaction-on-this-day-10-years-ago-officially-made-

21 / 30
bitcoin-an-economic-good/, accedido el 30-10-2019.

[31]

Para más detalle ver BELLO PÉREZ, Yessi, Bitcoin Pizza Day: How a Hungry Florida Man Made Cryptocurrency
History, disponible en https://thenextweb.com/har-dfork/2019/05/22/bitcoin-pizza-day-how-a-hungry-florida-man-
made-cryptocurrency -history/, accedido el 30-10-2019.

[32]

Por aquello de ser cerrado como sistema y en su diferenciación con el entorno. Ver como ejemplo ARAGÓN
PALACIOS, J. Milton, La teoría de sistemas autopoiéticos. Una breve introducción a una teoría radical de la
sociedad, Colegio de Sociología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Nuevo León, México,
junio 2011, disponible en https://www.researchgate.net/publication/277275025_La_teoria_de_sistemas_autopoieti
cos_Una_breve_introduccion_a_una_teoria_radical_ de_la_sociedad. AGÜERO, Juan Omar, Niklas Luhmann y
los sistemas autopoiéticos, en las VI Jornadas de Sociología de la UNLP, Universidad Nacional de La Plata,
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Departamento de Sociología, La Plata, 2010, disponible
en https://www.aacademica.org/000-027/38.

[33]

Por todos y a modo de resumen ver MORA, ob. cit., ap. III, Ventajas, desventajas y riesgos; FALIERO, E-
lavado... cit., ap. V, Enfrentando el anonimato, y NÚÑEZ, Javier F., Implicancias legales del "bitcoin", en J. A.
2018-II, del 2-5-2018, N° 201, pp. 2-21, en especial el ap. IV.2, Desventajas.

[34]

Para una mera enunciación de los posibles usos actuales de bitcoin, ver LANÚS OCAMPO, ob. cit., ap. 2.

[35]

Para más detalle de cada una puede consultarse FALIERO, Johanna Caterina, El derecho al anonimato, Ad-
Hoc, Buenos Aires, 2019, pp. 191 a 210, y BAJPAI, Prableen, The 10 Most Important Cryptocurrencies Other
Than Bitcoin, del 25-6-2019, disponible en https://www.investopedia.com/tech/most-important-cryptocurrencies-
otherthan-bitcoin/, accedido el 31-10-2019. Para ver una lista exhaustiva según la capita-lización del mercado:
https://coinmarketcap.com/all/views/all/, accedido el 31-10-2019.

[36]

El mismo sitio web https://bitcoin.org/es/como-empezar (accedido el 1-11-2019) es una clara muestra de acceso
a la información que brinda todas las herramientas para iniciarse en el mundo de las criptomonedas. En nuestro
país existe además una ONG integrada por personas provenientes de múltiples sectores que ofrece orientación
legal gratuita a personas que hayan sido potencialmente perjudicados en operaciones con criptoactivos, más
detalle en https://www.bitcoinargentina.org/quienes-somos/, accedido el 1-11-2019.

[37]

Compartimos las opiniones de quienes señalan que las criptomonedas erizan la piel de muchos y que no hay
medias tintas en el asunto (cfr. RUBÍN, Las criptomonedas vistas desde el Derecho cit.).

[38]

ECB (European Central Bank), Virtual Currency Schemes, Frankfurt am Main, Deutschland, October 2012,
disponible en http://www.ecb.europa.eu/pub/pdf/other/virtualcurrencyschemes201210en.pdf., accedido el
1-11-2019.

22 / 30
[39]

ECB, Virtual Currency Schemes cit., p. 21. La traducción nos pertenece.

[40]

Tres años más tarde el ECB ampliaría su informe diciendo que la moneda virtual es "una representación digital
de valor, no emitida por un banco central, institución de crédito o de dinero electrónico, las cuales, en ciertas
circunstancias, pueden ser utilizadas como una alternativa del dinero". Ver al respecto ERASO LOMAQUIZ, ob.
cit., ap. II, Concepto de moneda virtual.

[41]

FinCEN (Financial Crimes Enforcement Network), Application of FinCEN's Regulations to Persons Administering,
Exchanging, or Using Virtual Currencies, FIN-2013-G001, 18 March 2013, p. 1, disponible en
https://www.fincen.gov/sites/default/fi-les/shared/FIN-2013-G001.pdf, accedido el 1-11-2019.

[42]

Para más detalle y precisiones de los requisitos de la FinCEN, ERASO LO-MAQUIZ, ob. cit., ap. IV.a.i, Estados
Unidos.

[43]

Ver NÚÑEZ, ob. cit., c.VI.1.c, Regulación del BTC como activo intangible. Actualmente China ha anunciado el
lanzamiento de una moneda digital llamada "DCEP" que no cumple las definiciones de criptomoneda
descentralizada aquí reseñada. La reciente noticia puede leerse como China Launches its Own State
Cryptocurrency DCEP, del 29-10-2019, disponible en https://thebitcoinnews.com/china-launches-its-own-state-
cryptocurrency-dcep/, accedido el 2-11-2019.

[44]

Ver al respecto TUWINER, Jordan, Bitcoin Mining in China, del 28-1-2019, disponible en
https://www.buybitcoinworldwide.com/mining/china/, accedido el 2-11-2019.

[45]

IRS (Internal Revenue Service), Virtual Currency Guidance, en Notice 2014-21, sec. 2, p. 1, disponible en
https://www.irs.gov/pub/irs-drop/n-14-21.pdf, accedido el 1-11-2019.

[46]

ERASO LOMAQUIZ, ob. cit.

[47]

GAO (Government Accountability Office), Virtual Currencies, GAO-14-496, 29 May 2014, disponible en
https://www.gao.gov/assets/670/663678.pdf, accedido el 211-2019. Este pormenorizado estudio de 56 páginas
que incluye gráficos, esquemas y estadísticas tiene un apartado donde alerta informes y acciones de distintas
agencias federales de investigaciones criminales sobre los usos criminales que se observaron con bitcoin como
instrumento de intercambio (pp. 19 a 33).

[48]

Tal como se señala en NÚÑEZ, ob. cit., ap. IV.

23 / 30
[49]

Conviene recordar que fue primero establecida en julio de 1989 por un "G7" en París, mucho antes de que las
criptomonedas fueran un proyecto y que actualmente está integrada por 37 países, con la misión de combatir el
lavado de activos de origen ilícito y el financiamiento del terrorismo. Ver http://www.fatf-gafi.org/about/whatwedo/
(accedido el 2-11-2019).

[50]

FATF-GAFI (Financial Action Task Force), Virtual Currency Key Definitions and Potential Aml Cft Risks, Paris,
June 2014, disponible en https://www.fatf-gafi.org/ media/fatf/documents/reports/Virtual-currency-key-definitions-
and-potential-aml-cft-risks.pdf, accedido el 1-1-2019.

[51]

FATF-GAFI (Financial Action Task Force), Virtual Currency Key... cit., p. 4.

[52]

Ver en similar sentido ERASO LOMAQUIZ, ob. cit., II. Concepto de moneda virtual, p. 1, y RUBÍN, ob. cit., ap. 4,
p. 5.

[53]

Ver NÚÑEZ, ob. cit., p. 9, y BaFin, Annual Report 2014, del 29-6-2015, disponible en
https://www.bafin.de/EN/PublikationenDaten/Jahresbericht/jahresbericht_ node_en.html, accedido el 2-11-2019.

[54]

BaFin, Annual Report 2014, del 29-6-2015, p. 62.

[55]

Ver la explicitación de la aparente contradicción en ERASO LOMAQUIZ, ob. cit., p. 5, iii. Australia.

[56]

Ver la explicación detallada en RUBÍN, ob. cit., ap. 2, p. 3.

[57]

CFTC (US Commodity Futures Tradding Commission), Statement, 21 May 2018, disponible en
https://www.cftc.gov/PressRoom/PressReleases/7731-18, accedido el 2-11-2019. Ver la opinión de RUBÍN, ob.
cit.

[58]

México, Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, LRITF, Ley FinTech, 9-3-2018, disponible
en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/ LRITF_090318.pdf, accedido el 2-11-2019.

[59]

G20, 2018 Buenos Aires-Argentina Summit, Finance Ministers and Central Bank Governors Meetings,
Communique 19-20 March 2018, Buenos Aires, disponible en
http://www.g20.utoronto.ca/2018/2018-03-30-g20_finance_communique-en.pdf, acce-dido el 2-11-2019. Una nota

24 / 30
periodística da cuenta de la falta de consenso de los ministros de finanzas y autoridades de bancos centrales
para llegar a un acuerdo, ver https://www.coindesk.com/g20-calls-crypto-regulation-recommendations-july,
accedido el 2-11-2019.

[60]

G20, 2019 Fukuoka-Japan Summit, Finance Ministers and Central Bank Governors Meeting, Communique 8-9
June 2019, disponible en https://www.mof.go.jp/english/ international_policy/convention/g20/communique.pdf,
accedido el 2-11-2019, y ZMU-DZINSKI, Adrián, Líderes del G20 reafirman su posición sobre las criptomonedas,
del 1-7-2019, disponible en https://es.cointelegraph.com/news/g20-leaders-reaffirm-positionon-cryptocurrencies-in-
statement, accedido el 2-11-2019.

[61]

FATF-GAFI, Guidance por a Risk-Based Approach Virtual Assets and Virtual Assets Providers, Orlando, Florida,
USA, Plenary 21 June 2019, disponible en http://www.fatf-gafi.org/media/fatf/documents/recommendations/RBA-
VA-VASPs.pdf, accedido el 2-11-2019.

[62]

Hemos dejado de lado los breves antecedentes judiciales de algunas Cortes de EE. UU. y del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea, por entender que resolvían casos puntuales de litigio y no el fondo de la cuestión.
En todo caso ver ERASO LOMAQUIZ, ob. cit., p. 5, sobre el TJEU; NÚÑEZ, ob. cit., p. 11, sobre el caso
particular de regulación de la BitLicense en el Estado de Nueva York, y RUBÍN, ob. cit., p. 3, sobre cómo la
jurisprudencia padece la necesidad de una adecuada regulación de las criptomonedas.

[63]

FALIERO, El derecho al anonimato cit., pp. 21 y ss., donde se tiene al derecho a la privacidad como el
antecedente del derecho al anonimato.

[64]

Ver CHOMCZYK, Andrés, Status legal actual de los "Bitcoins" en la Argentina, en elDial - DC1D79, del
9-10-2014.

[65]

Actualmente en el sitio del BCRA los comunicados de prensa no incluyen aquéllos del 2014; ver
http://www.bcra.gob.ar/Institucional/Prensa.asp, accedido el 211-2019. Es posible sin embargo conocer su
contenido por las diversas publicaciones que hacen referencia al mismo; ver CHOMCZYK, ob. cit., y RYBNIK, ob.
cit. Se lamenta que el BCRA no forme parte de la "www.bfa.ar" y deje eternizados allí sus comunicados de
prensa, comunicaciones, etc.

[66]

CHOMCZYK, ob. cit.

[67]

Como comunicado de prensa podemos aplicar aquí la idea de que "Cuando negamos un marco, evocamos el
marco", ver LAKOFF, George, No pienses en un elefante. Lenguaje y debate político, Complutense, Madrid,
2007, Cap. 1, p. 6. Al llamarlas monedas virtuales, el BCRA introduce la idea de que el bitcoin como tal, aunque
no sea emitida por autoridad centralizada, sí es moneda. Pretender alertar al público de lo que el bitcoin no era,
llevó necesariamente a pensar que podía ser moneda aunque no fuere emitida por el BCRA y dejar abierta la

25 / 30
puerta para que en el futuro sí debiera regularla.

[68]

Ver MORA, Monedas virtuales... cit., ap. 12, y CHOMCZYK, ob. cit., ap. 5, Conclusiones.

[69]

La UIF creada por ley 25.246 (13-4-2000, promulgada por el PEN el 5-5-2000, decreto 370/2000) se define como
"el organismo con autonomía y autarquía financiera a cargo del análisis, el tratamiento y la transmisión de
información a los efectos de prevenir e impedir el Lavado de Activos (LA) y la Financiación del Terrorismo (FT)".
Ver https://www.argentina.gob.ar/uif, accedido el 2-11-2019.

[70]

Que modificaba su anterior resolución 2/2012 del 6 de enero de 2012. Ver el texto de la resolución 300/2014 en
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/230000-234999/231930/norma.htm, accedido el 2-11-2019.

[71]

Para mayor detalle del concepto de dinero electrónico en nuestro país, ver ERASO LOMAQUIZ, Santiago E., El
dinero electrónico en el Derecho argentino, en L. L. del 2-1-2017.

[72]

La misma ley ya citada de creación de la UIF, llamada Ley de Encubrimiento y Lavado de Activos de Origen
Delictivo, modificó los arts. 277 a 279 introduciendo las figuras allí mencionadas.

[73]

Ver MORA, Monedas virtuales... cit., ap. 10, p. 4.

[74]

MORA, ob. cit, nota 10, donde expone su trabajo al respecto titulado Documento digital, firma electrónica y
digital, en L. L. del 31-12-2013.

[75]

CHOMCZYK, ob. cit. y NÚÑEZ, ob. cit., VII. Algunos aspectos legales del BTC considerados en Argentina, p. 11.

[76]

NÚÑEZ, ob. cit., p. 12.

[77]

Código Civil y Comercial de la Nación, ley 26.994, en vigencia desde el 1-8-2015.

[78]

NÚÑEZ, ob. cit., p. 12.

[79]

26 / 30
MIHURA ESTRADA, Ricardo, Tenencias y ganancias (y pérdidas) de criptoactivos en las declaraciones juradas.
Ante la perplejidad e incertidumbre de los tenedores de "Bitcoin", en Doctrina Tributaria, Errepar, N° 473, agosto
de 2019, pp. 831 a 838. Ver también el trabajo de FELLNER, Alejandra, Aspectos regulatorios e impositivos ante
el surgimiento de monedas virtuales como "Bitcoin", en Enfoques 2016 (diciembre); AR/DOC/3342/2016.

[80]

Véase a modo de ejemplos las últimas restricciones impuestas por la AFIP en su resolución 4614/2019, del
24-10-2019, B. O. del 25-10-2019, y cuyas imposiciones comenzaron a regir el 1-11-2019, disponible en
https://www.boletinoficial.gob.ar/de-talleAviso/primera/219709/20191025, accedido el 2-11-2019, y la
Comunicación "A" 6823 del BCRA del 31-10-2019 y en vigencia desde el 1-11-2019, disponible en
http://bcra.gov.ar/Pdfs/comytexord/A6823.pdf, accedida el 2-11-2019. Los límites im-puestos a los ciudadanos
argentinos en el uso de la moneda de curso legal ahora alcanzan también a "la adquisición de criptoactivos en
sus distintas modalidades", ya sea que se realice dentro o fuera del país.

[81]

BERGER, Mariana, La SAS le abre camino al "Bitcoin", en elDial.com -DC23E4, del 20-9-2017.

[82]

Ley 27.349, disponible en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/


270000-274999/273567/norma.htm, accedido el 2-11-2019.

[83]

DE UGARTE, Osvaldo J., ¿Puede el "bitcoin" ser considerado salario en nuestra legislación laboral?, en
AP/DOC/990/2016.

[84]

RYBNIK, ob. cit., ap. 2.2.1.1. En similar sentido se expiden PALAZZI, Pablo A. y CHOMCZYK, Andrés, Primer
caso argentino sobre "apropiación" de criptomonedas, en L. L. 2019-B, del 10-4-2019, Año LXXXIII, N° 68, al
afirmar: "una criptomoneda es un bien (arts. 15 y 16 del Cód. Civ. y Com.), de carácter patrimonial con soporte
inmaterial, creado mediante un sistema informático, de emisión privada y que suele utilizarse como medio de
pago o de intercambio".

[85]

RUBÍN, ob. cit., ap. 3, El tema en el Derecho argentino, p. 4.

[86]

NÚÑEZ, ob. cit., ap. V.3, El BTC como activo intangible o bien inmaterial, p. 9.

[87]

ERASO LOMAQUIZ, Las monedas virtuales... cit., ap. b, Derecho argentino, p. 6.

[88]

MORA, Monedas virtuales... cit., ap. 9, p. 4 y nota 38.

[89]

27 / 30
Ver NÚÑEZ, ob. cit., para quien "los bitcoins no tienen una regulación específica en el Derecho Comparado,
existiendo claras lagunas normativas sobre su legalidad". En similar sentido "La utilización paralela de la moneda
tradicional y las mencionadas criptomonedas, acarrea nuevos desafíos que deben ser receptados y respondidos
desde nuestra ciencia, el Derecho, que deberá responder al fenómeno de la desnacionalización del dinero, con
respuestas no sólo teóricas sino prácticas, que requieren ser plasmadas en cuerpos normativos", en FALIERO, E-
lavado de activos... cit., p. 1.

[90]

ERASO LOMAQUIZ, Las monedas virtuales... cit., p. 9.

[91]

Aquí no compartimos la concepción contraria que establece que "Intuitivamente parece que la moneda
electrónica es sin duda análoga al dinero fiduciario emitido por los Estados, pues su función es equivalente.
Desde esta perspectiva debería ser equiparada sin más a éste en los distintos tipos penales", en IUALE, Corina
Andrea; ARRUÉ, Federico Daniel; GUTIÉRREZ IUALE, Martina y BELLO, Diego Antonio, Impacto de la sociedad
de la información en el Derecho. "Bitcoins", en elDial - DC1D4F, del 22-8-2014. Entendemos que eso equivale a
una interpretación análoga que por las especiales características de las criptomonedas opuestas al dinero de
Estados soberanos resulta imposible, más allá de que se ha explicado la negación del carácter de moneda
fiduciaria para las criptomonedas en su esencia misma.

[92]

Ver por ejemplo DONNA, Edgardo Alberto, Derecho Penal. Parte especial, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2001, t.
II-A, p. 252, quien dice: "La agravante en este caso está dada por el incremento en el temor o la alarma que se
produce en la víctima. La amenaza es anónima, de acuerdo a este criterio, cuando resulte difícil o imposible
saber quién es el autor de la misma".

[93]

The Onion Router, un navegador de Internet accesible a cualquier usuario que, para ponerlo en forma sintética,
permite navegar por la Deep Web y tiene la relativa capacidad de "enmascarar" la dirección de IP desde la cual
una computadora se conecta a la red. No es un método infalible para permanecer oculto siempre. Para más
detalle ver FALIERO, El derecho al anonimato cit., pp. 165 a 167.

[94]

Sobre todos estos conceptos de anonimato, Deep & Dark Web, TOR, ver SALLIS, Ezequiel, Desafíos de la
investigación de los delitos informáticos en la Deep & Dark Web, en DUPUY, Daniela y KIEFER, Mariana,
Cibercrimen. Aspectos de Derecho Penal y Procesal Penal, B de F, Buenos Aires, 2017, pp. 601 a 616.

[95]

SALLIS, Desafíos... cit., 6.1. El "bitcoin" y su relación con el ciberdelito, p. 614.

[96]

SALLIS, ob. cit., p. 615.

[97]

Se debe ingresar a https://www.blockchain.com/explorer, accedido el 2-11-2019.

[98]

28 / 30
Ver la minuciosa descripción y clasificación hecha en SAIN, Gustavo, Criminalidad organizada e Internet: el uso
de tecnologías digitales para el blanqueo ilícito de capitales, en DUPUY y KIEFER, Cibercrimen. Aspectos de
Derecho Penal y Procesal Penal cit., pp. 249 a 275.

[99]

El comunicado puede ser visto en https://www.justice.gov/opa/pr/south-korean-na-tional-and-hundreds-others-


charged-worldwide-takedown-largest-darknet-child, accedido el 2-11-2019. La noticia fue ampliamente difundida
en diferentes medios gráficos impresos y digitales. Tomar por ejemplo Desmantelaron la mayor red de
pornografía infantil en Internet creada con "bitcoins": más de 330 detenidos y 23 víctimas rescatadas, disponible
en https://www.infobae.com/america/eeuu/2019/10/16/desmantelaron-la-mayor-red-de-pornografia-infantil-en-
internet-creada-con-bitcoins-mas-de-330-detenidos-y23-victimas-rescatadas/, accedido el 2-11-2019.

[100]

Resolución disponible para su descarga en el Centro de Información Judicial de-pendiente de la CSJN en el sitio
https://www.cij.gov.ar/scp/include/showFile.php?acc= showFAR&tipo=fallo&id=194484402&origen=SGU,
accedido el 2-11-2019.

[101]

Verla noticia enCIJ,CSJN, Procesaron a diez imputados en el marco de la causa "Bobinas Blancas", noticia
disponible en https://www.cij.gov.ar/nota-26599-Procesaron-a-diez-imputados-en-el-marco-de-la-causa-Bobinas-
Blancas-.html, accedido el 2-11-2019. La noticia tiene acceso al auto de procesamiento del Juzgado Federal de
Campana de fecha 6-7-2017.

[102]

Se inicia a partir de fs. 321 de las 370 de la resolución.

[103]

"Artículo 303. 1) Será reprimido con prisión de tres (3) a diez (10) años y multa de dos (2) a diez (10) veces del
monto de la operación, el que convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare, disimulare o de cualquier
otro modo pusiere en circulación en el mercado, bienes provenientes de un ilícito penal, con la consecuencia
posible de que el origen de los bienes originarios o los subrogantes adquieran la apariencia de un origen lícito, y
siempre que su valor supere la suma de pesos trescientos mil ($ 300.000), sea en un solo acto o por la
reiteración de hechos diversos vinculados entre sí".

[104]

Ver p. 5 de la resolución de Cámara. Los resaltados y cursivas nos pertenecen.

[105]

El análisis comienza en la p. 57.

[106]

Debemos suponer que serían dólares norteamericanos puesto que no se aclara.

[107]

La copia íntegra de la sentencia se publicó en L. L. del 10-4-2019. La sentencia tiene un artículo a modo de nota
al fallo ya citado con anterioridad: PALAZZI y CHOMCZYK, Primer caso argentino sobre "apropiación" de

29 / 30
criptomonedas cit.

[108]

Los autores de la nota se inclinaron por considerar que si las criptomonedas "son apropiados, transferidos o
retenidos legalmente pero no devueltos a su titular en tiempo y forma legal, se deberá aplicar la norma del
Código Penal correspondiente (ej., arts. 162, 172 o 173, Cód. Pen.) y podrán ser considerados como cosas, a los
fines de hurto, o derechos, por estafa y otras defraudaciones" (PALAZZI y CHOMCZYK, Primer caso argentino
sobre "apropiación" de criptomonedas cit., p. 2). Hemos aclarado antes que, en nuestra postura, al ser bienes
inmateriales las criptomonedas no pueden ser tipificadas como "cosa". El tribunal no aplicó esa figura tampoco.

[109]

Artículo 173. Sin perjuicio de la disposición general del artículo precedente, se considerarán casos especiales de
defraudación y sufrirán la pena que él establece: inciso 16. El que defraudare a otro mediante cualquier técnica
de manipulación informática que altere el normal funcionamiento de un sistema informático o la transmisión de
datos.

[110]

PAWLICK, Michael, Ciudadanía y Derecho Penal. Fundamentos de la teoría de la pena y del delito en un Estado
de libertades, Atelier, Barcelona, 2016, p. 36.

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