El Príncipe Feliz, es un cuento cuyo autor es Oscar Wilde.
Este nació en Dublín, Irlanda, el 16 de octubre de 1854 y
murió en París, exiliado, el 30 de noviembre de 1900. El género al que pertenece este cuento es narrativo. Presenta una cruda caricatura de la vida en Inglaterra a fines del siglo XIX, donde las diferencias sociales eran muy marcadas: la nobleza vivía en sus palacios rodeados de lujo y riquezas mientras el pueblo sufría hambre y frío. Con la llegada de una golondrina decepcionada del amor y retrasada en emprender su viaje al Nilo llega a la ciudad del príncipe y creyendo que está lloviendo descubre que el príncipe está llorando, Al príncipe feliz lo halagan por su belleza y por la felicidad que demuestra, pero en realidad el príncipe no es feliz, nunca se había dado cuenta de la vida de su pueblo así que le pide a la golondrina que no le deje sólo con su sufrimiento. Luego de suplicarle el príncipe feliz a la golondrina que se quede una noche y otra noche más, le pide que le arranque todas sus piedras preciosas y el oro que lo hacía bello y se los entregara a toda la gente que viera que sufriera por ser pobres para que así pudieran ser felices. Al quedarse ciego el príncipe le pide a la golondrina que ella vea por él a su pueblo, ésta al ver su sufrimiento decide quedarse para siempre con él. Después de la llegada del invierno la golondrina empieza a sentirse cada vez más mal hasta morir, pero antes de su muerte le confiesa al príncipe que lo ama y él también a ella. Perdiendo su belleza física el príncipe es catalogado por el alcalde como pordiosero. Ya para finalizar un ángel enviado por Dios que tenía como misión llevar las dos cosas más valiosas de la ciudad, estas fueron el corazón de plomo del príncipe feliz y la golondrina muerta, éste les concede la vida eterna en el Paraíso. Dios lo felicitó por su elección y dispuso que el pajarillo cantara para siempre en el jardín del Paraíso y el Príncipe Feliz ensalzara su ciudad de oro.