Si alguna vez me llegases a leer, sólo quiero decirte lo que ya sabes.

Nosotros vemos tan poco de lo que realmente es, se sacan conclusiones del odio y envidia. Se
sacan conclusiones de la pasión y fanatismo. Quisiera abrazarte y decirte que “todo pasa” pero
quién sino vos para saber eso.

Ése niño de pequeño que luchó por su sueño. Que tras barreras y dolores siguió peleando,
forjando su camino. Esas noches que miraste al cielo y pudiste seguir. Conteniendo el llanto,
llorando y riendo. Esas noches que tropezaste y, aunque dolió, volviste a levantarte. A ése niño
que aún vive dentro de ti le quiero decir “lo lograste”.

Agarraste cada sentimiento y los volviste tus armas, pisaste fuerte y seguiste caminando,
trotando y corriendo, como ninguno. Venciste Dioses, te volviste uno. Creciste teniendo que
soportar el peso de la vida, de la fama y los rencores. Porque a pesar de llenar de alegrías a
millones, de hacer llorar a quienes te aman con cada sonrisa tuya, a final del día duelen las
palabras de algunos que opinan. El dolor de la vida te hizo así, construiste una armadura que
tanto te criticaron, construiste tu ego y con eso te protegiste.

Por mucha gente que tengas al lado, sé que pocos te conocen realmente. Cuándo todas las
miradas te buscan algún complejo, yo disfruto verte, porque sé que llegará el momento que ya
no estés. Ése momento que me niego a pensar. No te das una idea lo que me va a doler no
volver a ilusionarme al verte recibir un pase, ni hablar cuando en tu mirada sólo está el arco.
Ya no gritar un gol tuyo será perder una parte de mi vida, algo que se me hizo natural. Algo
mágico que imaginé nunca acabaría. Todo llega, vos lo sabes y por eso luchas con más fuerza
cada día.

Me enseñaste a ser valiente, a creer en mí, a seguir adelante siempre. Me enseñaste tantas
cosas sin conocerme, sin saber mi nombre. Es verte y sentirte cercano, orgulloso de ver tu
felicidad y logros, de acompañarte a distancia en cada llanto. Sos el ejemplo de persona que
dejó todo por llegar a cumplir sus sueños. Ejemplo de persona que se volvió Inmortal, que
quedará en la historia.

El fútbol te dio el escenario perfecto, pero la estrella sos vos, brillando siempre en cualquier
momento. ¿Qué espero hoy día? Verte feliz. Verte aunque sea un minuto más cada día en
cancha. Sentir como se me acelera el corazón cuándo te llega una pelota y se te nombra.
Espero que se alargue la despedida, pero lo que más espero es que pase lo que pase: sigas
orgulloso y nunca bajes los brazos. Y aunque las nubes estén grises y el tiempo no ayude, la
vida te siga golpeando y los años sean difíciles… sigas encontrando la fuerza que te mantuvo
de pequeño para seguir corriendo por lograrlo todo.

Sí, quiero que la puedas levantar. Quiero que puedas besar una vez la Copa del Mundo, que
llores y grites de emoción al alcanzar tu objetivo. No hay merecimientos. Todas son batallas
hasta el último segundo y vos me enseñaste que el partido termina en el pitido final… mientras
tanto la esperanza se mantiene viva. Porque creo, creo en que una vez más me harás delirar de
locura gritando tu GOL con toda mi alma, festejando y paralizando mi corazón por unos
segundos.

Por cierto, soy Yo.