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Revista Austral de Ciencias Sociales

ISSN: 0717-3202
revistaustral@uach.cl
Universidad Austral de Chile
Chile

Godoy, Marcelo
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu
Revista Austral de Ciencias Sociales, núm. 27, julio-diciembre, 2014, pp. 45-69
Universidad Austral de Chile
Valdivia, Chile

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=45955898003

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Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 45-69, 2014

Abstract

The following article relieves the ethno-


graphic results of the project FONDECYT
1060216/1130730. Specifically, we refer to re-
search focused in the characterization of the
mobility on the roads covered by the area bet-
weeen Sollipulli - Villarrica. We were able to tra-
vel, register and characterize some routes, as
well as relieve important oral issues related with
practices and knowledge associated to the trip.

Key words: pathways, landscape, practices,


Las rutas del Sollipulli knowledge, Araucanía Andina.

hacia el Puel Mapu


1. Introducción
Sollipulli routes towards Puel Mapu
“En la medida que se dejan de transitar dejan
Marcelo Godoy * de ser caminos”, ésa es la sentencia con la que
el lonco del sector de Chocol, en el Valle de Rei-
Resumen golil, resume su experiencia en torno a la mo-
vilidad por las tierras altas de la Araucanía, en
El presente artículo da cuenta de los resultados el derrotero que ha sido descrito como una de
etnográficos del proyecto FONDECYT las áreas de acceso al Puel Mapu, camino de
1060216/1130730, en particular, nos maloqueros y conchavadores de distintos gru-
referimos a una investigación centrada en la pos étnicos, camino de funcionarios coloniales,
caracterización de la movilidad por los caminos militares y comerciantes, quienes desplazán-
transcordilleranos de la zona de Sollipulli - dose por angostas huellas o caminos de carre-
Villarrica. Allí pudimos recorrer, registrar y tas, fueron configurando un territorio que, lejos
caracterizar algunas de sus rutas, así como de ser un obstáculo, es y ha sido un espacio
también relevar la importante tradición oral altamente apetecido por las bondades de sus
mapuche que existe en torno a las prácticas y recursos alimenticios y materias primas para
saberes asociados al viaje. aplicaciones tecnológicas, además del alto
valor simbólico que representa para el mundo
Palabras clave: rutas, paisaje, prácticas, mapuche los mawida o cerros. La cordillera no
saberes, Araucanía Andina implica una barrera infranqueable, sino que re-
presenta el acceso a nuevos nichos ecológicos,
a nuevos paisajes, y representa un área de alto
* Dirección Museológica, Universidad Austral de Chile. Casilla 586.
Correo electrónico: marcelogodoy@uach.cl contacto intercultural y paso obligado desde la 45
selva valdiviana a la estepa patagónica.
Fecha de recepción: 14-03-14
Fecha de aceptación: 08-07-14 ARTÍCULO
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Lo que a continuación presentamos es un ejer- Panguipulli (Los Ríos), Villarrica, Pucón, Cunco
cicio preliminar que pretende comprender la ló- y Curarrehue (Araucanía), donde se agrupan
gica de la movilidad por esos caminos cordille- los lagos Villarrica, Caburgua, Colico y Calaf-
ranos, mediante la experiencia vivida del viaje quén, y los volcanes Villarrica (2.840 m.s.n.m.)
pedestre, la caracterización de dichas rutas a y Nevados del Sollipulli (2.282 m.s.n.m.). A nivel
través de su registro en notas de campo, SIG, específico, el registro cartográfico detallado se
y en el repertorio de testimonios recogidos con concentró en el eje Caburgua - Reigolil. Esta
diferentes comuneros que se han desplazado área se caracteriza por la presencia de los cur-
por dichos derroteros, y que amablemente nos sos de agua Maichín (baja en dirección norte
han compartido, para conocer las prácticas de sur hacia Curarrehue tributando con el Trancu-
movilidad por la Araucanía Andina en la zona ra), Sollipulli y Río Blanco (ambos desembocan
que comprende los Nevados del Sollipulli hasta en el Caburgua). El área tratada incluye también
el Volcán Villarrica. el valle alto y longitudinal de Reigolil y Cura-
rrehue, y los boquetes cordilleranos allí asen-
tados, particularmente el paso Reigolil - Pilhue.
1.1. Área de investigación En el área descrita predomina el bosque cadu-
cifolio mixto de la Cordillera de los Andes, dado
El trabajo se concentró principalmente en el por la asociación del bosque de raulí (nothofa-
área del Villarrica - Sollipulli, en las comunas de gus alpina) y coihue (nothofagus dombeyi) y del

Imagen 1. Mapa del área general de la investigación con cotas y tipos forestales

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Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

bosque laurifolio de los lagos, donde prevalece base a un acuerdo preliminar y de consenti-
el ulmo (eucryphia cordifolia), la tepa (laurelia miento informado. Por lo general, la modalidad
philippiana) y el tineo (weinmannia trichosper- comprendía el desarrollo de varias jornadas de
ma), y por sobre la cota de 800 m.s.n.m. pre- entrevistas, algunas de ellas registradas en au-
ponderan los bosques de araucaria (araucaria dio y otras en notas de campo. Las temáticas
araucana) y el ciprés de la cordillera (austroce- abordadas hacían alusión a las antiguas rutas,
drus chilensis). prácticas tecnológicas, y conocimientos aso-
ciados a la movilidad y la estacionalidad. Dada
la edad de los entrevistados, no participaron de
1.2. Metodología las caminatas, pero ellos dieron referencias de
las huellas y rutas que después fueron transita-
Para caracterizar y comprender la movilidad de das y registradas.
esta zona se trabajó con herramientas cualita-
tivas propias del método etnográfico, además Para el trabajo de reconocimiento y mapeo de
del uso de tecnología SIG para el modelado de las rutas de tránsito terrestres y borde lacustre
las rutas. La recolección de datos se organizó identificadas a partir de la tradición oral, se utili-
bajo dos modalidades: a) rondas y prospeccio- zaron los GPS Trimble GeoXM y Trimble Recon
nes etnográficas para el desarrollo de las en- Handheld + Pathfinder XC Receiver, además se
trevistas a colaboradores locales, y b) recorrido trabajó con GPS Garmin Etrex HCX. Mediante
por senderos para su descripción en notas de el programa GPS Pathfinder Office versión 4.0
campo, registro fotográfico y GPS. se implementó un diccionario de datos, moda-
lidad que posibilitó el diseño y captura de una
En lo que se refiere al trabajo etnográfico, se base de datos geo-referenciada en terreno. Los
asumió una mirada que permitiera relevar infor- datos tabulados permitieron el análisis y mode-
mación sobre la movilidad en torno a las expe- lado gráfico de la información.
riencias cotidianas de los habitantes mapuche
del área y que, a su vez, nos permitiera des-
cribir la experiencia del investigador al experi- 2. Discusión teórica
mentar las condiciones de desplazamiento por
la accidentada geografía lacustre cordillerana Alvarado y Mera (2004) señalan que toda ocu-
mediante su tránsito a pie. Los testimonios pación de territorio implica una construcción
fueron recolectados mediante el uso de entre- simbólica del espacio y del paisaje, entendien-
vistas semiestructuradas, mientras que para el do que el espacio “es también una construc-
registro y documentación de las rutas se utili- ción social imaginaria, en movimiento continuo
zaron notas de campo y pautas de observación y enraizada con la cultura” (Criado 1991: 8). El
en el recorrido de los tramos. paisaje posee una connotación existencial don-
de se realizan “acciones e influencias recípro-
En lo que se refiere al trabajo con los colabora- cas” entre los seres humanos, la topografía, la
dores locales, las entrevistas fueron realizadas vegetación y el clima. En palabras de Pimentel,
en sus propias localidades, en las comunas de el espacio posee una dimensión física (ecoló- 47
Panguipulli, Pucón y Curarrehue. Se trabajó en gica y geomorfológica) y social (económica y
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Imagen 2. Mapa de las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

simbólica), puesto “que se construye a partir de La movilidad supone el viaje como un fenóme-
la relación recursiva entre el ser humano y el no social donde los individuos se desplazan en
medio, o en otras palabras, de tipo recíproco la búsqueda de respuestas a diferentes necesi-
entre el comportamiento cultural y el medio cir- dades, en el que las rutas facilitan la conexión
cunscrito (Hodder y Orton 1990 [1976])” (2004: entre diferentes puntos geográficos y/o asen-
45). Al respecto, Castro señala –a partir de su tamientos. Así, el territorio se construye en la
experiencia en el norte de Chile- que: medida que se camina, el viaje implica una ex-
periencia para el viajante donde se significa o
los seres humanos han otorgado a su pai- resignifica el entorno en el andar:
saje una toponimia propia, llena de senti-
do, que constituye un conjunto de lugares La acción de atravesar el espacio nace de
relacionados e integrados por caminos, la necesidad natural de moverse con el fin
poblaciones móviles y narrativas, donde de encontrar alimentos e informaciones
expresan sus percepciones y emociones. indispensables para la propia superviven-
Es una topografía a la que se le ha con- cia. Sin embargo, una vez satisfechas las
ferido humanidad, transformándola en un exigencias primarias, el hecho de andar
48 código cultural relacionado con la vida se convirtió en una acción simbólica que
(2004: 42). permitió que el hombre habitara el mundo.
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

Al modificar los significados del espacio do, estaba compuesto de una quinta de
atravesado, el recorrido se convirtió en la árboles frutales domesticados, vertientes
primera acción estética que penetró en o surtidores de agua para beber, cursos
los territorios del caos, construyendo un de agua para limpieza, corrales para el ga-
nuevo orden sobre cuyas bases se desa- nado, potreros para sembradíos vincula-
rrolló la arquitectura de los objetos colo- dos exclusivamente a las necesidades de
cados en él (Careri 2002: 20). consumo doméstico. Los terrenos usados
para mantener la variable masa ganadera
De este modo, diferentes marcas y gestos se de los dueños de casa, no necesariamen-
expresan en el paisaje, hitos culturales como te estaban aledaños a la “puebla”, salvo
sitios de arte rupestre, paradores, miradores, respecto al ganado destinado al consumo
etc., dan cuenta de este hecho simbólico, así (2002: 133).
como también las connotaciones que se le en-
tregan a determinados componentes del paisa- El segundo nivel hace referencia a los “espa-
je, tales como volcanes, cerros o cuerpos de cios de uso cultural”, distinguiendo zonas de
agua. uso público “asociadas a elementos naturales
como árboles, aguas y tierra, en sus distintos y
Desde una mirada mapuche, las concepciones mutables estados” (2002: 133) de uso colecti-
sobre espacio y territorio poseen particulari- vo rotatorio (zonas de pastoreo, cultivo), zonas
dades que han sido analizadas y descritas por de uso cultural no productivo (zonas de agua y
Ancán (2002), quien resalta que la concepción alturas), y zonas de uso público y carácter co-
predominante del espacio mapuche se da en lectivo abierto (cementerios, canchas de ngui-
un eje oeste-este, a diferencia del eje norte- llatun y paliwe). El tercer nivel corresponde “a
sur que caracteriza occidente. Para Alvarado, aquellas tierras con todos sus accidentes ale-
“el mapu es el lugar de residencia y al cual [se] daños, (…) siendo parte de la jurisdicción de
está ligado por lazos parentales y de linaje vin- algún lonko o ñidol lonko” (2002: 133).
culados a los antepasados” (2004: 567).
Además, la concepción del espacio considera
En este contexto, resulta contundente la clasi- otros niveles del mundo que superan lo terre-
ficación de los lugares que conforman el mapu nal. Al respecto, Dillehay señala que en la cos-
realizada por Ancán (2002). Este autor distin- movisión mapuche “cada punto cardinal repre-
gue tres niveles, que abarcan desde el espacio senta un grado menor de lo bueno, partiendo
doméstico a las grandes extensiones de territo- del este como punto de referencia inicial” (Cit.
rio. Señala que: en Foerster y Gundermann 1996: 191). En este
sentido, el rewe es un punto de encuentro entre
el espacio doméstico [estaba] constitui- el mapu humano y el mapu divino, hito coloca-
do por las agrupaciones de rukas de un do en un lugar específico para funcionar como
lofche o “puebla”, la unidad familiar bá- un ordenador del paisaje, en que la disposición
sica mapuche, caseríos separados a una del Nguillatwe mirando al este, reproduce el or-
distancia no menor de 500 metros. Su den cosmogónico horizontal cuatripartito, pre- 49
entorno circundante, el paisaje humaniza- sente en el mundo viviente y el kultrung (Grebe,
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Pacheco y Segura 1972). Vale decir que este construcción obedece a criterios de una
hito cultural constituye un elemento ordenador administración del territorio. Tienden a
del paisaje, ya que de su condición simbólica ser vías preferentemente rectas y superan
se refleja también una dimensión ecológica, obstáculos geomorfológicos que optimi-
geomorfológica y social. zan el transporte entre los puntos que co-
necta.
Por lo tanto, el viaje hacia el Puel Mapu, hacia
las tierras del este más allá de las montañas, a • El sendero se trata de un “trazado in-
través de los boquetes cordilleranos, significó formal, redundante y más geomórfico que
para los antiguos mapuche una experiencia ini- un camino y que impresionará más como
ciática. En este sentido, el prestigio no sólo era producto del simple y reiterado trajín de
fruto de los logros económicos, sino también personas y animales, que de la planifica-
de un desarrollo espiritual y personal, al que se ción o la inversión de trabajo” (2005: 14).
ha sometido el viajante al superar las dificulta-
des que entrañaba el viaje a esas tierras desco- • La senda se define, finalmente, como
nocidas del Chawneguechen. “una huella de trazado informal redundan-
te y geomórfico de aproximadamente 30
Para tratar la noción de ruta, tomaremos las a 50 centímetros de ancho que resulta del
definiciones desarrolladas por Berenguer et al. recurrente paso de transeúntes” (2005:
(2005) en los trabajos que realizan en torno al 14).
Qapaqñam (norte de Chile), obviamente guar-
dando las diferencias que supone el tratamien- Las vías reflejan las particularidades culturales
to de la movilidad en las rutas de la Araucanía, de los grupos que las utilizan. Para Pimentel,
donde también se observa una burocracia que los caminos son una expresión de las redes
implementa un sistema de conexiones viales, sociales que configuran “una relación espacial
lacustres y fluviales, en torno a los lugares de física y social con el entorno” (2004: 7). Por lo
administración colonial, a partir de la fundación tanto, los caminos son variados en la medida
de Villarrica y Valdivia en el año 1552. Berenguer que cada grupo étnico ha desarrollado sus pro-
et al. (2005) desarrollan su propuesta teórica a pios recorridos, marcando de manera particular
partir de la presencia de rutas que conectaban el territorio, en virtud del itinerario cultural con
la administración inca. Al respecto, proponen el que ha rotulado ese paisaje en su andar.
uso del concepto de vía “para referirse genéri-
camente a cualquier curso de tránsito humano La documentación histórica (León 1991) da
físicamente visible en el terreno (Hyslop 1984: cuenta de una variabilidad étnica del área del
13), con independencia de su ancho, funcio- Sollipulli - Villarrica, por lo tanto, las antiguas
nalidad específica y características constructi- rutas constituyeron un mosaico de prácticas
vas” (2005: 14). Además, proponen tres tipos que trataremos de entender mediante su reco-
de vías: caminos, senderos y sendas. rrido y testimonios. En este sentido, las rutas
representan un sistema de relaciones y signi-
50 • El camino se trata de una vía formal que ficados que se construyen desde el cotidiano
presenta evidencia de planificación y su y desde la cosmovisión, por ello es que tam-
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

bién resulta interesante incluir las categorías de bornoz y Hajduk 2003), donde se “refleja una
movilidad que hacen referencia a modalidades convergencia de rasgos materiales de diverso
que presentan evidencia de cultura material, origen, confirmando lo que expresan las cró-
como las que se expresan en la tradición oral nicas escritas (…) de ser esta región un área
de la cosmovisión mapuche y que trataremos a de intenso contacto e intercambio cultural”
lo largo de este trabajo. (2003: 2).

En el trabajo de Stern et al. (2009) se da cuenta


3. Las rutas del Puel Mapu de una amplia movilidad desde y hacia ambos
lados de la cordillera, a partir del análisis de
3.1. Antecedentes material lítico, estudiando 35 muestras de obsi-
diana, de las cuales 20 son adscritas a la fuente
Para el ámbito lacustre cordillerano, en traba- o veta ubicada en los Nevados del Sollipulli, las
jos arqueológicos recientes, la movilidad se que se distribuirían ampliamente desde la este-
refleja en diversas expresiones de cultura ma- pa argentina hasta la costa y sección media de
terial. Bellelli, Scheinshon y Mercedes (2008) Chile septentrional. Las muestras de obsidia-
indican que los pasos o rutas transcordillera- na gris se adscribirían al Volcán Chaitén y las
nas se caracterizan por la presencia de pasos muestras transparentes y rojas (N=9) proven-
cordilleranos de baja altura, lo que ha permitido drían de la zona cordillerana de Neuquén. Los
entender la lógica de la movilidad de Argentina autores señalan que el tránsito de la obsidiana
a Chile. A partir de sus estudios en la zona del hacia ambos lados de la cordillera se dio por el
Manso - Paso El León, concluyen que el ras- paso de Icalma (1.300 m.s.n.m.), sin embargo,
go diagnóstico más evidente de movilidad está esta afirmación debiera cotejarse en virtud de
representado por las regularidades estilísticas la presencia de numerosos pasos en la propia
encontradas en sitios arqueológicos asenta- zona del Sollipulli, como ocurre con el paso de
dos en el sistema fluvial que conecta Argentina Reigolil - Pilhue, paso ostensiblemente menos
y Chile, conformando indicadores de circuito. alto y menos complejo en su movilidad en cual-
Al respecto, señalan que “los sitios con arte quier estación del año, y mucho más cercano
rupestre podrían funcionar como hitos idiosin- para acceder a la veta presente en los Nevados
cráticos para demarcar una ruta previamente del Sollipulli. En la Tabla 1 podemos apreciar
reconocida (wayfinding) (Golledge 2003), que las muestras de material lítico, que dan cuenta
sólo son significativos para un individuo o un del uso de la materia prima adscrita a las rutas
grupo sociocultural” (Bellelli, Scheinshon y en el sector Sollipulli - Villarrica.
Mercedes 2008: 51). Para Albornoz y Hajduk
(2003), la Cordillera de los Andes no constitu- Otro aspecto que da cuenta del tránsito fre-
yó una barrera para los humanos que habitan cuente en la zona cordillerana lo podemos
y habitaron ambas vertientes cordilleranas, constatar a través de las investigaciones ar-
esta afirmación la realizan a partir de la inves- queológicas realizadas por Mera et al. (2004)
tigación llevada a cabo en Puerto Tranquilo 1 en la zona del Villarrica para los tiempos de la
(1.310 D.C.), Isla Victoria, Lago Nahuelhuapi, Colonia Temprana. En este trabajo se informa 51
Bariloche, Argentina (Hajduk 1990 Cit. en Al- y caracteriza una red de 11 fortines, cuyos fe-
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Tabla 1. Distribución de sitios con presencia de obsidiana analizados por Stern et al. (2009)

chados proponen una ocupación que abarca do ésta una extensa red de surcos o zanjas que
un periodo entre los años 1.340 al 1.605 D.C. cruzaban las pampas, reflejando físicamente
La distribución de los sitios se concentra en la los movimientos periódicos de los maloqueros
zona oriental del Villarrica (8), mientras que los entre Chile y Argentina” (1991: 70). De hecho,
restantes se concentran en la ribera norte del la zona cordillerana Villarrica - Sollipulli era
Lago Calafquén (2) y ribera sur del Toltén (1). parte de la red de caminos que comunicaban
Mera et al. (2004) sugieren también un uso indí- Valdivia con Buenos Aires. León describe que
gena de este tipo de sitios, y lo definen en torno “el padre Cardiel había discurrido que los usua-
a una estrategia de control territorial, ya que las rios de aquel camino “eran Indios Araucanos,
fuentes históricas, los detalles arquitectónicos o algunos vecinos a éstos, que habitaban en
de los mismos y el fechado pareciera así indi- la costa de Chile, y á tiempos hacían sus viajes
carlo. En consecuencia, se evidencia un control para llevar de las lagunas de San Julián algu-
territorial en la zona de los pasos transandinos, nas cargas de sal”1 (1991: 71). Treinta años más
probablemente por los conflictos que se dieron tarde, José de Orejuela propuso a la corona la
entre los diferentes grupos indígenas aposta- ocupación de estas rutas para inaugurar un sis-
dos a ambos lados de la cordillera. tema de comunicaciones entre Buenos Aires y
Valdivia, utilizando el paso situado al interior de
Según León (1991), era habitual el tránsito por Villarrica que estaba abierto todo el año y que
la Cordillera de los Andes hacia la pampa ar- era “camino de carretas”2 . Otro misionero, que
gentina de parte de numerosos grupos étnicos actuó como capellán de la expedición que se
abocados a la guerra del malón, principalmen-
te huilliches, pehuenches, aucas, tehuelches 1
Joseph Quiroga: “Relación Diaria, que hace al rey Nuestro
y otros grupos menores, como tehuelches del Señor el p. Joseph Quiroga de la Compañía de Jesús, de el viage
Río Negro y los chiquillanes de los valles intra- que hizo de orden de S.M. a la costa de Patagones en el navío San
Antonio, mandado por Don Joaquín de Olivares, que salió del Río de
cordilleranos durante el siglo XVIII. León sos- la Plata siendo capitán y Gobernador General de esta Provincia Don
tiene que la movilidad se manifestaba a través José de Andonaegui el año de 1745”. B. L., Add. Mss. 17.607, f. 132.
Joseph de Orejuela: “Memorial presentado al Rey sobre la
del uso de rutas que eran conocidas como “el
2
52
Reconquista y Descubrimiento de la ciudad de Osorno, 28 de junio
“Camino de los chilenos” o “Rastrilladas”, sien- de 1775”. B. L., Add. Mss. 15.795, f. 84.
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

envió en busca de la fabulosa Ciudad de los la tradición oral, y que fueron cartografiadas y
Césares, manifestaba en 1778 que los caciques caracterizadas mediante su viaje y registro SIG.
de Osorno rehusaron entregar noticias sobre la Al final, se plantea una discusión sobre la natu-
ubicación del camino de Villarrica, porque te- raleza de las vías estudiadas.
mían que los españoles lo usaran en el futuro
para “maloquearlos”3.
3.2.1. Discusión de rutas a partir de los da-
Por su parte, Ancán (2002), luego de realizar el tos etnográficos
rescate de testimonios sobre el viaje a las pam-
pas, señala que el paso de Villarrica (actual Ma- La tradición oral presente en el área Sollipulli
müll Malal) es reconocido por sus entrevistados - Villarrica da cuenta de prácticas sociales y
como el más antiguo y reputado dada su tran- tecnológicas que permitieron recorrer, catego-
sitabilidad casi ininterrumpida durante todo el rizar y usar el territorio mapuche; los itinerarios
año. A ellos se sumaban los pasos de los lagos de movilidad se expresan a través de un am-
Lacar y Pirihueico (actual paso Huahum), los de plio sistema de vías, a través de las cuales se
Ranco y Riñihue, junto a una gran cantidad de puede acceder a distintos puntos del territorio,
pasos menores que mantenían un permanen- siguiendo variadas opciones por tierra firme
te flujo transcordillerano: “Testimonios como y cuerpos de agua. En la Araucanía Andina,
los de Pascual Koña y otros muchos, certifican para el mundo mapuche, el futarepu o sende-
que a lo largo de todo el recorrido de ese río ro principal, y el chekerrepu o senda vecinal,
[Toltén], por su orilla sur, iba adosada una huella están orientados a resolver las necesidades de
que se prolongaba desde la costa del lago Budi transporte y comunicación cotidianas, para la
hasta los pasos cordilleranos de Villarrica, Pai- recolección estacional, visitas a familiares, para
mún y Carrerriñe” (2002: 116). realizar trafkin o intercambio con poblaciones
de otros sectores.

3.2. Resultados de la investigación Las hazañas de los antiguos habitantes han


quedado estampadas en dichos paisajes y ru-
A continuación se presentan los resultados de tas, ejemplo de ello es lo que recuerda Don Fer-
la investigación, los cuales se dividen en dos mín4, del sector Los Traros-Flor del Valle, a los
bloques. En el primero de ellos se aborda el pies de los Nevados del Sollipulli, quien señala
corpus de datos etnográficos relevados en el que “de esa descendencia somos nosotros, de
área de trabajo, y que da cuenta del profundo esos viejos bravos de antes, ésos que iban a la
conocimiento del territorio y de las soluciones Patagonia a guerrear con los españoles hacia
tecnológicas aplicadas en el desplazamiento sus trincheras”. Este testimonio da cuenta de
pedestre y por cuerpos de agua fluvial o lacus- prácticas de movilidad hacia ambas vertientes
tre. En el segundo bloque se presentan los re- de la cordillera, de hecho, en la zona se recuer-
sultados de las rutas que fueron relevadas por da que los caminos más usados para viajar ha-
cia Argentina eran el paso a Coloco, Pilhue y
3
Benito Delgado: “Diario del capellán de la expedición que 53
se hizo para el descubrimiento de la Ciudad de los Césares, 12 de 4
Fermín Quintunahuel (78), sector Flor del Valle, Reigolil,
marzo de 1778”. Gay, vol. 1, p. 481. comuna de Curarrehue.
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Moquehue, y desde el sector cordillerano a los se utilizaba una u otra opción de ruta, con la di-
valles de interior chileno eran el camino vía Cu- ferencia de que sobre el caballo el viaje era más
rarrehue-Itrapulli-Pucón y otra vía Río Blanco- descansado y posibilitaba el traslado de carga.
Caburgua-Pucón o Río Blanco-Caburgua-Cun-
co. Para el tránsito hacia el lado argentino, los En los relatos también se da cuenta de los viajes
testimonios hacen referencia al uso permanente hacia el interior, se recuerdan rutas que prácti-
de los pasos de Coloco, Pilhue y Moquehue, sin camente conectaban el sector Sollipulli - Villa-
embargo, el más preciado es el de Pilhue, que rrica con Valdivia. Un ejemplo lo constituye un
conectaba ambas vertientes a través de un por- relato de actividades de comercio entre Reigolil
tezuelo bajo, y desde allí se accedía a las loca- y San José de la Mariquina: “por Caburgua por-
lidades de Moquehue y Aluminé en Argentina. que había camino, si era malo el camino, para
andar de caballo nada más, por orilla de playa
Testimonios recabados en el sector de Quel- hasta para el lado izquierdo de aquí para allá,
hue dan cuenta del traslado y relocalización del se iba para abajo hasta despuntar el Caburgua,
ganado en zonas de veranadas para el talaje. hasta llegar a Pucón y así pegando para allá”
Sobre las actividades de comercio, se descri- hasta San José de la Mariquina. Otros relatos,
ben viajes de caballo y carretas para comerciar recogidos en la localidad de Quelhue, en las
productos provenientes de ambos lados, des- cercanías de Pucón, dan cuenta de los viajes
de Chile se comerciaba tejidos, harina y vino, que realizaba la gente del interior hacia la zona
mientras que desde Argentina traían ganado y de pinalerías para la extracción de piñón en los
yerba mate. Al respecto, don Alberto Colipe5 re- meses de su recolección (abril-mayo), princi-
cuerda que las cargas “salían de Pucón, pasa- palmente de gente avecindada en las cercanías
ban a Curarrehue y de ahí pasaban por Mamuil de Loncoche.
Malal (…). Ahí en Quillelhue pasaban en una bal-
sa empujada por una lanchita también”. Según Otro componente significativo en las prácti-
don José Paredes6, por el lado este del Lago cas de movilidad son las zonas de descanso
Caburgua se realizaba todo el movimiento de y/o refugio. Hasta el día de hoy se utilizan ale-
ganado, recuerda que “a este lado estaba todo ros o reparos rocosos para el abrigo, algunos
el movimiento, por el otro lado no había mucho de ellos constituyen lugares de poder para el
movimiento, era todo para este lado en el fon- mundo indígena y, por ende, presentan un uso
do, para el lado de Argentina y se partía des- de carácter ritual, como ocurre con las casas
de abajo desde (…) Renahue (…) y habían dos de piedra del sector de Chocol. Los testimo-
opciones para subir animales: por Río Blanco nios también señalan que los mismos aleros
directamente y la otra por Renahue”. En aque- o reparos rocosos fueron utilizados para que
llos viajes, el itinerario comenzaba al despun- las familias se refugiaran en el contexto de la
tar el alba, se prefería viajar de mañana, a pie Guerra del Desierto y en la “Pacificación de la
o caballo, y la proporción de horas destinadas Araucanía”, por lo tanto, para muchas familias,
para cubrir los tramos era bastante parecida si esos lugares representan parte de la historia fa-
miliar. Otros testimonios refieren el uso de parte
5
Alberto Colipe (83), sector Quelhue, comuna de Pucón.
54 6
Juan Paredes Quintuman (75), sector Renahue, Lago Ca-
de trabajadores forestales, como ocurre con el
burgua, comuna de Pucón. Alero Cabeza de Indio en la comuna de Meli-
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

peuco y el Sitio de Arte Rupestre La Zueca, en pies para poder caminar sobre la nieve, y así, re-
el sector de Renahue, en la comuna de Pucón solver el traslado hacia diversos puntos, a pesar
(cuyo nombre se asocia a un ocupante que ha- de los obstáculos que plantea el invierno en los
cía uso de ese tipo de calzado a mitad del siglo senderos montañosos. Otra práctica recordada
XX en la explotación de madera). es el uso de troncos ahuecados como espacios
de refugio, y al igual que en las casas de piedra,
Sobre el uso de los refugios, la tradición oral para algunos troncos se recuerda un uso ritual.
también consigna el uso de tolderías hechas Un ejemplo del uso de los trincos ahuecados
de colihue en los periodos de recolección de como espacio de significación se recuerda en
piñón. Para el caso de tener que pernoctar en la zona de Tinquilco-Caburgua, la señora Hil-
un lugar poco apropiado, y sin posibilidad de de7–descendiente de colonos asentados en la
armar una toldería, se recuerda el uso de la qui- zona- recuerda que “[a] ese tronco mi papá le
la como aislante, que se extrae y se coloca a puso la iglesia porque los mapuches cuando se
modo de colchón para evitar contacto directo robaban una niña, cuando estaban pololeando
con el suelo. Don Fernando Huaquifil, lonco se robaban una niña, la tenían escondida, hasta
de la comunidad de Quelhue, señala que en la que el chucao cantaba tres veces, una semana
época de recolección de piñones, se accedía a era el plazo, podía estar perdida la niña, des-
las pinalerías de Huerquehue, por el sector de pués ya el papá mandaba gente con lanza y
la Laguna Tinquilco, viajando un día a caballo con armas a buscar a la hija, y cuando cantaba
para llegar hasta las terrazas. La faena de reco- tres veces era ley que se casaban”.
lección duraba en promedio 5 días para realizar
acopio, esperando que el viento colaborara en Desde el punto de vista tecnológico y asociado
el lanzamiento de piñones desde sus ramas. a necesidades de transporte y comunicación,
Cuando las condiciones del viento no eran las en las zonas con presencia de cuerpos de agua
óptimas, se optaba por que uno de los integran- se recuerda el uso de canoas y luego botes en
tes del grupo trepara el árbol, y con una garro- los lagos Caburgua, Villarrica y Calafquén, y en
cha de colihue desprendiera los frutos dando la zona de Quelhue, en la comuna de Pucón,
golpes sobre la mata de piñones. Durante esos se realizaba balseo haciendo uso de canoas
periodos de recolección habilitaban una rancha monóxilas para vadear el Río Trancura. Don
de dos aguas, de aproximadamente 4 m.2 por Fernando Huaquifil8 recuerda que “como ha-
2 m. de alto. Era fabricada en base a quila y co- bían palos gruesos acá, laureles, se les ocurrió
lihue con hojas, tejido de manera entrecruzada hacer una canoa a los más antiguos, a los pri-
para evitar que se filtre viento y agua, el fogón meros nativos que vivieron aquí, así que abajo
siempre estaba dispuesto en la entrada de la lo vaciaron adentro con hacha, y ahí fabricaron
tienda. Una vez realizada la recolección se de- la canoa, y con esa pasaban el río, como el río
jaba la tienda, siendo ocupada posteriormente era angosto, y después se hicieron una paleta,
por otros recolectores. como remo y ahí atravesaron el río, pasaban el
Río Trancura de Quelhue a Pucón”.
Para el desplazamiento con presencia de nieve 7
Tante Hilde (70), Lago Tinquilco, comuna de Pucón.
se desarrolló la chihua, una especie de sandalia 8
Fernando Huaiquifil Cucha (91), sector Quelhue, comuna
55
ancha hecha de colihue, y que se ajustaba a los de Pucón.
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Imagen 3. Árbol la iglesia de Caburgua

Estas canoas de tipo monóxila eran hechas en estratégicos convenidos para el avistamiento
base a una pieza en madera de laurel (laure- y llamado de balseo, así como también el uso
lia sempervirens) o lingue (persea lingue), y se del kurküll, corneta hecha en base a los cachos
utilizaban cuando las condiciones climáticas de vacuno. Lo interesante del uso de estos ins-
permitían su navegación para el traslado de trumentos y códigos de llamado da cuenta del
personas o carga entre diversos puntos de las uso sistemático y permanente de un sistema de
cuencas lacustres y fluviales. La navegación comunicaciones que facilitaba la generación de
con canoas o wampos estaba articulada por acciones a distancia.
una serie de puertos, y se recuerda que en las
zonas de atraque de las embarcaciones solía Sobre el kurküll, entendido como instrumento
existir un responsable de ella (Godoy y Lira sonoro de avisaje, los testimonios describen
2007). Cuando se requería de la embarcación, que “antes los antiguos lo hacían con sus po-
56 por lo general, se utilizaba un sistema de se- deres, (…) de ahí se comunicaban con Argen-
ñales de humo o de fütrunkütral desde puntos tina que es nuestro país vecino (…). Entonces
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

el lonco llamaba a su cona, que toque el kürküll nociendo las fuerzas de la naturaleza era capaz
para tener reuniones, entonces se escucha- de conformar kurcos y puentes wespe10. Los
ba uno a una distancia y ahí tocaba el otro el primeros eran túneles que subterráneamente
kürkül y se iba, así que en un par de horas es- permitían la conexión entre puntos apartados,
taban todos reunidos en la casa del lonco, y ahí especialmente para relacionar vertientes con-
le decía el lonco esto viene, este malón viene, o trarias de los cerros o volcanes. El segundo tipo
esta guerra viene, preparémonos, y ahí empe- corresponde a puentes que conectan diversos
zaban a fondearse en el mawida (…) entonces puntos entre las riberas lacustres, y para su
otro contestaba, el otro aunque fuera cualquie- confección también operaba el poder del lonco,
ra de la gente escuchando agarraba también su quien por su influjo, podía construir estructuras
kürküll y se iba, podía llegar en un par de minu- hechas en base a las tripas de animales de po-
tos, podía estar en Argentina o en Santiago o der (según el mito mapuche se trata de anima-
en todo Chile”9. les que nacen en los hualves, en la zona cordi-
llerana se habla del toro amarillo). Al respecto,
Este relato da cuenta de una modalidad de co- don Pedro Punoy11 recuerda que los puentes
municación ya institucionalizada, que refiere wespe “se hace[n] con cables (…) pero de tri-
a la constitución de un territorio configurado pas de estos animales del agua, pasan ellos [los
en base a alianzas de loncos, y que en caso mapuche] y atrás (…) ¡así fue como ganaron la
de conflicto con terceros, disponía de proce- guerra contra los españoles aquí en Chile”. So-
dimientos de movilidad y control del territorio, bre estos itinerarios sabemos muy poco, pero,
generando la ocupación de asentamientos en sin duda, su recuerdo da cuenta de un profundo
posiciones de altura (cerros o promontorios), conocimiento del territorio y de los accidentes
para disponer de un control visual del territorio geográficos, que facilitaron el uso de rutas o
y los desplazamientos de los eventuales ene- vías que eran conocidas por unos pocos viaje-
migos. De este modo, fortines indígenas des- ros o guías del antiguo mundo mapuche.
critos en posiciones de altura como el de Ca-
hiuncul, en el sector de Llongahue, comuna de
Panguipulli, avalan esta práctica de movilidad y 3.2.2. Registro y caracterización de rutas
control territorial.
El trabajo realizado en la zona del Villarrica -
Lo cierto es que de todas esas prácticas de Sollipulli nos permitió caracterizar y describir
movilidad, que se expresan en tanto respuestas un área en la que converge un conjunto de vías
tecnológicas y conocimientos de orden prag- que definen rutas o itinerarios al Puel Mapu y a
mático, se vinculan a formas de conocimiento zonas de acceso a recursos (rutas de acceso a
mágico-religioso. Existe un ámbito de conoci- pinalerías, zonas de veranada y zonas de acce-
miento escasamente registrado en la literatura so a materia prima lítica). A continuación, la dis-
etnográfica del pueblo mapuche, y es el que cusión se centrará en la caracterización de tres
hace referencia a aquellos caminos sagrados,
que obran sólo por el “poder lonco”, quien co- 10
Pedro Punoy (83), sector Cayumapu Alto, comuna de Pan-
guipulli.
57
9
Pedro Punoy (83), sector Cayumapu Alto, comuna de Pan- 11
Pedro Punoy (83), sector Cayumapu Alto, comuna de Pan-
guipulli. guipulli.
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rutas presentes en el área Villarrica - Sollipulli, y través de registros de Arte Rupestre ubicados
cuyo derrotero fue construido con el aporte de en el Alero La Zueca, en la ribera este del Lago
datos etnográficos recogidos de las entrevistas Caburgua (Renahue), indican pautas de mo-
a habitantes de la zona de Cayumapu, Quel- vilidad transandina desde alrededor del 1.310
hue, Caburgua, Río Blanco, Reigolil, Chocol y D.C., dado el estilo de grecas consignado por
Flor del Valle. Belleli, Scheinshon y Mercedes (2008) para si-
tios ubicados en la zona del Manso Puelo, en la
Las rutas que hasta el momento han sido iden- Región de Los Lagos.
tificadas para la zona del Villarrica - Sollipu-
lli nos permitieron reconocer al menos ocho Uno de los testimonios recogidos en la ribera
pasos. De sur a norte encontramos: Carirriñe norte del Caburgua recordaba el tránsito desde
(1.223 m.), Mamuil Malal (1.253 m.), Tromen el Valle de Reigolil, hasta las cotas más bajas
(1.316 m.), Malaco (1.525 m.), Coloco (1.417 donde se encuentra el Lago Caburgua y, desde
m.), Reigolil-Pilhue (1.120 m.), Nellocahue o allí, del sector Río Blanco a Pucón. El itinera-
Moquehue (1.444 m.) e Icalma (1.300 m.). De rio contemplaba el uso de senderos por tierra y
este total, abordamos los casos de Reigolil - trayectos por el Lago Caburgua, ambos fatigo-
Pilhue y de Nellocahue, e incluimos un tercer sos y de cuidado. Para el tránsito por el cuerpo
caso asociado a la ruta de acceso a una fuente de agua, lo que se realizaba era avanzar “cos-
de obsidiana en los Nevados del Sollipulli. En el teando” de puerto en puerto, principalmente
siguiente apartado se describen tres rutas con- por la dificultad que impone la fuerza del viento,
signadas en el área, dos que son descritas para corrientes y oleaje.
tránsito hacia Argentina, y una de acceso a la
veta de obsidiana en los Nevados del Sollipulli. Lo indicado por nuestra entrevistada fue con-
signando con la caracterización de dos huellas,
una por Renahue y otra por Caburgua, mien-
3.2.2.1. Ruta Caburgua-Reigolil (Chile) - Pil- tras que para la navegación se recorrió la red
hue (Argentina) de 7 puertos o embarcaderos en el lado oriental
del Lago Caburgua: 1) Las Pitras, 2) Piedra de
En los testimonios recogidos se habla frecuen- Águila, 3) Renahue, 4) La Siete, 5) Playa Blan-
temente del paso Pilhue como un antiguo ca- ca, 6) El Llolli-Los Osorio, y otros en el sector
mino hacia Argentina, también se le conoce norte: Borde de Piedra y Llanqui-Llanqui (Pla-
como paso Reigolil, es uno de los boquetes ya Negra). Todos estos puertos permitieron la
cordilleranos usado de manera permanente conexión de Pucón y Cunco, hacia Río Blan-
dada su baja altura, baja dificultad en su des- co, Quililche y el Valle Alto del Reigolil. En el
plazamiento (es un camino de escasa pendien- sector noreste del lago, se habilitó una bodega
te y de huella muy clara), y antiguamente de (Los Osorio) para que la gente de Río Blanco
permanente uso para traslado de ganado, rea- pudiera almacenar su carga hasta que lograra-
lizar compras de víveres y otros insumos en los ser trasladada a caballo hasta la localidad de
poblados argentinos adyacentes. Junto con los Río Blanco (punto 10), inclusive hasta el sector
58 datos consignados en la tradición oral, los tes- de Quililche, ya en cotas superiores a los 700
timonios de cultura material, principalmente a m.s.n.m. (punto 12-13). Cuando las condicio-
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

nes de navegación eran adversas se realizaba El tramo que conecta Río Blanco con Reigolil
el recorrido entre Río Blanco y Caburgua, a tra- presenta distintas condiciones geográficas que
vés de un sistema de huellas que se desplaza influyen en su desplazamiento. Al salir de Río
bordeando los ríos Blanco y Sollipulli, o bien Blanco, en la bifurcación de caminos, está la
escalando hacia Renahue por angostos cajo- opción de desplazarse por el camino de vehí-
nes cordilleranos. culos, o bien subir hasta la terraza de Quililche

Imagen 4. Mapa de la ruta Caburgua-Río Blanco-Quililche-Reigolil-Pilhue

59
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 45-69, 2014

por una antigua huella ubicada al costado nor- poblados chilenos establecidos en cotas más
te del camino, y con ello ahorrar la larga vuelta bajas, principalmente por la ruta a Río Blanco -
que hace el camino vehicular. Este camino es- Caburgua, y aún más complejo hacia el actual
cala la cota de 700-800 m.s.n.m. hacia una te- poblado de Curarrehue.
rraza donde comienzan a aparecer los primeros
bosques de araucaria, por una huella angosta El último tramo de esta ruta corresponde al bo-
donde predominan los afloramientos rocosos, quete de Reigolil - Pilhue, se accede atravesan-
huellas cavadas en el limo por el tránsito de ca- do el Río Reigolil, a través de una serie de pe-
ballos y carretas (a modo de las rastrilladas con- queños puentes de vadeo hechos con troncos o
signadas por León), avanzamos por la terraza tablones dispuestos entre las orillas por sobre el
en dirección NE hacia los Nevados del Sollipulli. cuerpo de agua, y desde allí se aborda el porte-
zuelo por un camino de ripio que avanza en di-
Luego, en las terrazas de Quililche, se avanza rección norte sur, en el cruce se toma el camino
hacia el oriente conectando con el nuevo ca- en dirección al este, hasta el Parque Nacional
mino para vehículos que abordamos a la altu- Villarrica-Hualalafquén, desde allí, por la ladera
ra de la casa de la familia Quirilao. Aunque el ubicada al sur de un estero, avanzamos hasta el
camino para vehículos se muestra en buenas hito del límite chileno-argentino. El hito está ins-
condiciones, sus constantes pendientes alcan- talado sobre un peñón alto, cuya visibilidad per-
zan hasta los 1.128 m.s.n.m. Al llegar al sector mite contemplar la variación ecotonal del bosque
de Portezuelos, se desprenden huellas que se de lenga-roble-raulí a un bosque predominante
dirigen al norte hacia la Laguna Cochor, y al sur de ñirre. Del bosque espeso damos paso a un
hacia la Laguna Isolde. Desde allí comenzamos bosque mucho más bajo por una huella angosta
a bajar y subir –al menos tres pendientes- para sobre suelo limoso. Se observan huellas de ca-
finalmente acceder al Valle de Reigolil. El valle ballos, humanos y motocicleta que dan cuenta
se presenta amplio y se despliega en una di- de un uso frecuente del sendero. El tramo fue
rección norte sur, encajonado por los cuerpos registrado hasta que salimos de la huella bosco-
montañosos y atravesado por el Río Reigolil- sa y llegamos a un valle en la cuenca del Lago
Maichín, y dispuesto como un corredor norte Pilhue. La facilidad de acceder por este paso de
sur, a los pies de los Nevados de Sollipulli. escasas pendientes y altura lo hace transitable
la mayor parte del año y, por ende, es y ha sido
En el valle se establecen comunidades indíge- utilizado como camino para el abastecimiento
nas en ambas orillas del río, algunas de las cua- permanente de las poblaciones locales.
les están allí desde tiempos antiguos, mientras
que otras comunidades están asentadas desde La ruta Carbugua - Reigolil abarca un total de 40
fines del siglo XIX, instaladas allí producto de kilómetros, presenta una variabilidad ecológica
la erradicación desde el proceso de “Pacifica- asociada a su variabilidad de altura, ya que en
ción de la Araucanía”. Son esas comunidades su punto más bajo, el Lago Caburgua, la altura
las que preferentemente han utilizado los pasos promedio es de 500 m.s.n.m. Desde allí, el trán-
hacia Argentina, dado que la conectividad por sito hacia las terrazas altas muestra un cambio
60 esos senderos hacía más efectivo el acceso abrupto entre las cotas en el tránsito entre Río
a alimentos e insumos, que desplazarse a los Blanco y Quililche. Allí el desplazamiento es di-
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

Gráfico 1. Perfil de altitudinal de la ruta Caburgua - Pilhue

ficultado por la presencia de nuevas pendien- Pilhue (Argentina). La opción más antigua impli-
tes, que alcanzan alturas por sobre los 1.000 ca tomar la ruta de Río Blanco por Laguna Isol-
m.s.n.m., para posteriormente bajar hasta el de hacia Reigolil. La estimación de movilidad
Valle de Reigolil cuya altura alcanza los 800 m. por horas y a pie, planteada por Paredes, es
promedio, y de ahí se remonta el Portezuelo de la siguiente: desde Lago Caburgua a Renahue
Pilhue (entre los 900 a 1.000 m.). De acuerdo (Alero La Zueca) 2 horas, Renahue a Río Blanco
a los testimonios de don Juan Paredes12, esta 2 horas, Río Blanco a Laguna Isolde 5 horas, de
ruta fue utilizada para movimiento de ganado Laguna Isolde a Reigolil 3 horas, y desde Reigo-
entre Chile y Argentina, conectando los secto- lil a Pilhue 3 horas. En total, el tránsito de Chile
res de Renahue, Río Blanco, Quililche, Reigolil y a Argentina por esta huella es de aproximada-
mente 14 horas a pie. En nuestro caso, la expe-
12
Don Juan Paredes y familia vive en el sector de Renahue riencia de caminata requirió tres jornadas de 8
en temporada de verano, durante abril realiza traslado de sus enseres horas para poder conectar la zona de Caburgua 61
y animales para su casa de invierno que se encuentra en el sector de
Paillaco. (Chile) y Laguna Pilhue (Argentina).
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 45-69, 2014

3.2.2.2. Ruta Reigolil-Moquehue hue, en los bajos de Melipeuco. El camino está


asentado al costado este de los Nevados del
Esta ruta presenta un largo de 19 kilómetros, se Sollipulli, en una terraza fluvial que se encajona
encuentra en el Valle Alto de Reigolil, abarcan- entre los nevados y la cordillera más baja. El
do los sectores de Chocol, Reigolil, Los Traros camino se bifurca, uno en dirección a Llaima
y Pampa Chilena. El viaje se realiza caminando - Melipeuco, y el otro se dirige por huellas de
por el costado este del Río Reigolil, en camino pendientes suaves hasta una nueva bifurcación
de ripio y tierra con dirección sur norte, conec- que separa el camino a la frontera, y el otro a la
tando el Valle de Reigolil con el sector de Alpe- Laguna Huesquefilo.

Imagen 5. Mapa de la ruta Reigolil-Moquehue

62
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

Una vez tomada la huella en dirección a la fron- ceso estacional por su altura y la lejanía de los
tera con Argentina, se vadea un río y desde allí centros de abastecimiento, hace que su uso
se avanza por una angosta terraza que prece- hoy sea esporádico y no constituya un paso de
de a un conjunto de rastrilladas o huellas que abastecimiento cotidiano y permanente en la
bajan por las pronunciadas pendientes que actualidad.
anteceden la última terraza, donde el cambio
hace evidente la aparición del tipo forestal de De acuerdo al perfil de alturas que correspon-
araucaria, en cotas ubicadas sobre los 1.000 de al Paso Moquehue o Nellocahue, se observa
m.s.n.m. De acuerdo a los testimonios recaba- que el camino a orillas del Río Maichín se man-
dos, esta ruta era utilizada para la explotación tiene a una altura promedio de 850 m.s.n.m.
forestal hasta bien avanzado el siglo XX, y la para luego comenzar a elevarse hasta los 1.000
producción de madera era destinada a Argenti- m.s.n.m. en un amplio espacio de recorrido por
na. El uso forestal predominante de este paso, laderas en dirección al nororiente. En los tramos
y el hecho de que posee restricciones de ac- finales, la inclinación de las laderas se hace

Gráfico 2. Perfil de altitudinal de la ruta Reigolil-Moquehue

63
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 45-69, 2014

más pronunciada, y desde allí se accede a una la zona noroeste de los Nevados del Sollipulli, y
terraza más alta (Pampa Chilena). No se realizó se accede a ellas por el camino de ripio de 21
bajada hacia el poblado de Aluminé (Argentina). kilómetros que conecta el área urbana de Me-
lipeuco con el sector noroeste de los Nevados
del Sollipulli.
3.2.2.3. Ruta Veta de Obsidiana de los Neva-
dos del Sollipulli Para acceder se hace el recorrido que corres-
ponde a un antiguo camino maderero de 4,5
La ruta del Sollipulli para el acceso a las fuen- kilómetros, que sube serpenteando la ladera
tes de materia prima para tecnología lítica, se noroeste del Sollipulli, y se avanza por él hasta
encuentra al sur de la localidad de Melipeuco. llegar a una zona de antiguas terrazas de ve-
Para llegar a la veta de piedra obsidiana, hoy ranada, dada la abundante presencia de agua
se distinguen dos huellas, ambas ubicadas en y pastizales. En la primera se observa una pe-

Imagen 6. Mapa de la ruta de acceso a la veta obsidiana Nevados de Sollipulli

64
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

queña laguna y, muy cerca de allí, abundantes curso de agua que baja por la ladera en direc-
restos de lascas que corresponden a un sitio ción al noreste y tributa finalmente en el Río
arqueológico. Más arriba nos encontramos Alpehue. Los testimonios indican que la huella
con un valle de veranada bastante amplio, con por la que transitamos corresponde a un cami-
abundante agua, y su ubicación en la ruta hace no forestal, y que durante la década de los 80
que sea la antesala a la fuente de obsidiana. fue utilizado para el transporte de la obsidiana,
Tras atravesar la terraza, se avanza en direc- materia que se explotó comercialmente.
ción este por una pendiente escarpada con
abundante presencia de obsidiana de diversas Esta huella corresponde a la citada por Stern et
calidades y colores. Al llegar a la cumbre, se al. (2009, 2008), y a la que se adscriben piezas
distingue un mirador con cuantiosas piezas líti- líticas de los sitios del interior y de la costa de
cas, y desde allí se observa el río que se debe Chile. Desde el punto de vista de la tradición
remontar para alcanzar la veta. Finalmente, la oral, en las comunidades mapuche del área no
veta de obsidiana se dispone en relación a un se reconoce la presencia de dicha fuente de

Gráfico 3. Perfil de altitudinal de la ruta de acceso a la veta obsidiana Nevados del Sollipulli

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Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 45-69, 2014

materias primas, pero desde el punto de vista cionales. Las primeras son aquellas vías que
arqueológico, los trabajos realizados por Adán poseen un tránsito diario y que, por lo tanto,
et al. (2010) y Navarro y Pino (1995) muestran permanecen limpias para su tránsito. Aquí cabe
una amplia red de sitios arqueológicos con pre- hacer la distinción entre los caminos locales
sencia de este material lítico, distribuidos en un (senderos, huellas y caminos de carretas) y los
amplio radio que abarca desde el sitio Puente caminos que son parte de la infraestructura vial
Quilo (en la comuna de Ancud, Chiloé), hasta el (caminos de ripio y asfaltados), ambos utiliza-
sitio Chan Chan (costa de Valdivia, Chile) y el dos de manera combinada, según las condicio-
sitio Cabeza de Indio (en la comuna de Melipeu- nes de conectividad, las necesidades de trans-
co, Provincia de Cautín, región de la Araucanía). porte y la tecnología disponible en cada lugar.

El perfil describe el comportamiento de la ruta Las vías en desuso son antiguas huellas y ca-
de acceso a la veta de obsidiana, el recorrido minos que cierran su tránsito debido a su ac-
se realiza por una ladera de pendiente pronun- tual inactividad, o bien a usos muy eventuales.
ciada, por una huella angosta que gran parte Sobre ellos permanecen testimonios sobre su
de las veces se ahonda por efecto del arrastre utilización, y principalmente lo constituyen vías
de madera y por acción de la lluvia. Al llegar a peatonales o de carretas que han dejado de ser
las zonas más altas se encuentran dos valles utilizadas por la instalación de caminos para
de veranada, uno de ellos pequeño pero con tránsito vial, o bien ante la pérdida de condición
una pequeña laguna, más arriba se extiende de bien público por la compra de privados de
una terraza alta, muy protegida del viento, con antiguas áreas de tránsito (como, por ejemplo,
pastizales y abundante agua. El último tramo se el caso del camino a la Laguna Huesquefilo,
extiende por una huella que conecta la terraza caído en desuso por cese de la actividad fores-
con el pequeño estero donde se concentra la tal y prohibición de uso forestal y/o forestal no
fuente de obsidiana. Se accede a ella vadeando maderero en los Parques Nacionales; otro caso
el río en diversos puntos, y posteriormente se se refiere a las vías que conectaban Caburgua
ingresa al cajón en el que se encuentra la veta. con Río Blanco, en la costa este del lago homó-
nimo, por la irrupción de las propiedades priva-
A partir del recorrido por estas vías, y a partir das de veraneo adquiridas por inmobiliarias o
de los testimonios recogidos en las localidades, propietarios urbanos).
podemos señalar que los repu (senderos y sen-
das) de la cordillera son vías que se constitu- Por las vías de exploración de aquellas sen-
yen en la medida que se practica la movilidad, das se pretende acceder a zonas de poco o
se conservan mediante su uso cotidiano, y se nulo acceso, y cuyo recorrido está asociado
combinan con los caminos formalmente cons- a satisfacer necesidades predominantemente
truidos, articulados, conservados y utilizados económicas (por lo general acceso a zonas de
por obra de la burocracia desde tiempos colo- recolección o de búsqueda de áreas de pasto-
niales. reo). Aquí también predomina la problemática
del acceso a predios que antiguamente eran de
66 Según los datos recogidos, podemos distinguir propiedad indígena y que hoy están en manos
vías en uso y desuso, de exploración y esta- de privados.
Las rutas del Sollipulli hacia el Puel Mapu

Por su parte, los senderos y sendas estaciona- to de conocimientos y prácticas mapuche que
les se refieren a aquellas rutas cuyo uso está se mantiene, y que en términos de movilidad,
regido por razones climáticas o geográficas da cuenta de la permanencia de sistemas de
que impiden su tránsito en todo el ciclo anual, tránsito que se alternan con espacios que son
así como aquellos caminos que son utilizados usados estacionalmente, y otros que definiti-
para la extracción de determinados recursos en vamente han desaparecido de la práctica (por
las diferentes estaciones del año, como ocurre, variadas razones, desde eventos geológicos
por ejemplo, con los caminos asociados al ac- hasta situaciones de orden económico-admi-
ceso de zonas de invernada y veranada para nistrativo), pero sobre los que se mantiene una
ganado, corte y venta de colihue, recolección frágil y significativa memoria.
de piñones, y para actividades sociales como
la de mantener contacto con familiares, o asis- Las prácticas de movilidad dan cuenta de un
tir a la celebración de nguillatunes, entre otras conocimiento de la geografía y del comporta-
(Godoy 2009). miento del clima, frente al cual se establecen
usos del territorio en virtud de la estacionali-
dad, ya sea por la disponibilidad de recursos o
4. Conclusiones por cuestiones de acceso por razones climáti-
cas. Por lo tanto, se observa la generación de
El área que comprende los Nevados del Solli- un conocimiento fundamental para interpretar
pulli hasta Villarrica debe entenderse como un y definir las actuaciones de movilidad. Parte de
espacio límite-frontera, en primer lugar, por su este este conocimiento facilita el desarrollo de
cercanía a un límite político administrativo es- tecnologías específicas a los recursos, en este
bozado en la colonia española mediante la contexto, es interesante el uso de canoas mo-
construcción de fortines indígenas y españoles nóxilas como un medio de transporte utilizado
(Mera et al. 2004), pero definido en términos po- hasta mediados del siglo, cuando fueron reem-
lítico-administrativos como tal a partir del sur- plazadas por embarcaciones de madera más
gimiento del estado republicano (Pinto 1996). livianas, y a la irrupción de vapores, que facili-
En segundo lugar, es un espacio fronterizo en taron el traslado de carga y pasajeros. Además,
el sentido que supone la existencia de una di- las aplicaciones tecnológicas de la madera dan
versidad ecosistémica definida por la presencia cuenta de su uso para variados instrumentos
de varias formaciones boscosas que permiten que facilitaron el transporte y la comunicación.
la presencia estacional de variados recursos, Del mismo modo, llama la atención la existen-
y a la cual accedieron grupos diversos, lo que cia de modalidades de comunicación institu-
eventualmente podría implicar relaciones socia- cionalizadas mediante el uso del humo y apli-
les que oscilaron entre el conflicto y las alianzas. caciones del sonido.

Es interesante observar que este territorio Finalmente, es importante recalcar los valores
complejo en su acceso -dadas las restriccio- de la cosmovisión mapuche en la construcción
nes estacionales y de accidentes geográfi- del imaginario del territorio, en el sentido de que
cos- constituye una región con una tradición se define un eje del mundo cuyas antípodas se 67
oral significativa, que da cuenta de un conjun- plantean en un eje oeste-este, a diferencia de
Revista Austral de Ciencias Sociales 27: 45-69, 2014

la actual visión occidental de norte-sur. Junto a Andina, y donde la cordillera no representa un


este ordenamiento, los testimonios evidencian obstáculo para la vida, sino más bien un conti-
un profundo conocimiento del territorio, que fa- nuo territorial del mundo mapuche, que se ex-
cilita resolver cuestiones de orden pragmático tiende desde el Océano Pacífico hasta el Océa-
en la movilidad, y también permite evidenciar no Atlántico, o mejor dicho, desde los bosques
el poder de los antiguos loncos y ngempines frondosos de la selva valdiviana hasta los soli-
para trazar caminos, donde resultaba imposible tarios paisajes de la estepa patagónica.
el tránsito de un lugar a otro.
Dedicado a la memoria de:
La experiencia de haber recorrido los caminos
Don Pedro Punoy, Don José Marifilo, Doña Rosa Anti-
y huellas aquí descritos, no sólo permitió ge- huala, Don Guillermo Reucán.
nerar una sencilla cartografía de los recorridos,
sino que permitió conocer una memoria que da Agradecimientos a:
cuenta de la existencia de un sistema de prác- Don Fermín Quintunahuel, Don Santiago Carinao, Don
Alberto Colipe, Don Fernando Huaquifil y familia, Doña
ticas y de construcción de realidad que aún Elvira Valenzuela, Doña Tante Hilde, Don José Paredes, al
sobrevive -aunque sea en el recuerdo de unos profesor Roberto León, y a todos los que han colaborado
pocos- de lo que significa vivir en la Araucanía en el desarrollo de esta investigación.

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