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Guía Técnica de Producción Ovina Y Caprina: V. Manejo Y Control Sanitario
Guía Técnica de Producción Ovina Y Caprina: V. Manejo Y Control Sanitario
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HENRY A. GRAJALES L.
Zootecnista. MSc. PhD.
DIANA C. MORENO V.
Zootecnista
1
Esta guía se produce dentro del Programa: “Desarrollo e implementación de un Sistema de Gestión
Tecnológica, en la Cadena Ovino-Caprina (SIGETEC) para el mejoramiento de su competitividad
en Colombia”. Programa de investigación financiado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo
Rural bajo el Programa Transición de la Agricultura.
TABLA DE CONTENIDO
Capítulo
Página
Introducción 6
1. Componentes del sistema que inciden en la problemática 7
sanitaria
1.1 Medioambiente y manejo 8
1.2 Nutrición 9
1. 1.3 Reproducción 10
1.4 Genética 13
1.5 Prevención y tratamiento de la salud ovina y caprina 13
1.6 Economía 14
1.7 Mercado 14
2.Detección de problemas sanitarios y evaluación de impacto 14
2.1 Nacimiento 15
2.2 Mantenimiento 16
2.3 Cuarentena 17
3.Mecanismos de comprobación, criterios de control y evaluación 18
de la eficiencia de los programas de manejo sanitario
4.Principales problemáticas sanitarias 22
22
4.1 Problemáticas sanitarias ocasionadas por agentes bacterianos
4.2..Problemáticas sanitarias de origen genético 43
48
4.3 Problemáticas sanitarias de origen parasitario
61
4.4 Problemáticas sanitarias de origen viral
3
LISTADO DE TABLAS
Tabla
Página
Tabla 1. Causas de morbilidad en cabras (%) en dos zonas ecoclimáticas en el distrito de 8
Morogo, Tanzania
Tabla 2. Causas de mortalidad en cabras (%) en dos zonas ecoclimáticas en el distrito de 9
Morogo, Tanzania
Tabla 3. Porcentajes de mortalidad de corderos acumulados durante el período perinatal 10
y postnatal en el ganado ovino de Muzaffarnagari
Tabla 7. Métodos para determinar las condiciones de bienestar y las enfermedades en los 20
pequeños rumiantes
Tabla 8. Observaciones clínicas básicas en ovejas y sus valores normales 20
Tabla 9. Valores de algunos parámetros sanguíneos en laboratorio (hematológicos y 21
bioquímicos), medidos en sangre ovina (datos de tres laboratorios comerciales diferentes,
tomados el mismo día
4
LISTADO DE FIGURAS
Figura Página
LISTADO DE FIGURAS
Figura Página
Introducción.
La productividad y rentabilidad de las empresas ovinas y caprinas, depende en gran medida
de la mejora en el manejo sanitario. Una buena gestión de la salud en los rebaños ovinos y
caprinos es un prerrequisito fundamental para la sostenibilidad económica de la producción
y la eficiencia productiva. La gestión sanitaria se desarrolla con el fin de optimizar la
eficiencia de conversión del forraje y los cultivos de cereales en productos
comercializables.
Dentro de los principios fundamentales que se deben tener en cuenta para la planeación del
componente sanitario, se encuentra el análisis del cumplimiento de los objetivos de
producción a través de indicadores: porcentaje de partos, tasas de crecimiento y mortalidad
y condición corporal, en las diferentes categorías animales. Hacen parte integral de la
planeación sanitaria, la utilización de un enfoque racional de diagnóstico para identificar
los posibles factores limitantes del desempeño productivo, poner en práctica estrategias de
gestión para superar dichos factores o para garantizar el mantenimiento de las metas
proyectadas de producción, reevaluar los objetivos de producción y aplicar técnicas de
diagnóstico para supervisar los efectos de tal acción y modificar las prácticas preventivas
de la gestión racional y sus posibles consecuencias.
Estos principios de gestión sanitaria pueden ser aplicados en los sistemas de producción de
ovinos y caprinos, a nivel regional y nacional, siendo importantes para determinar la
condición de las enfermedades endémicas y la reducción a la mínima expresión de los
riesgos en bioseguridad de la importación o exportación de enfermedades exóticas.
7
SOCIEDAD
Organización Socioeconómica
Actividades Productivas
Factores Productivos
INTERACCIÓN PRODUCTIVA
Ambiente
EFECTOS
Población animal (Huésped)
DESEABLE INDESEABLE
Desde este punto de vista, cuando se pone en peligro la salud y el bienestar de los ovinos y
caprinos a causa de una etiología determinada, la productividad se deteriora dando lugar a
bajos rendimientos productivos y reproductivos (Coop et al., 1982).
Por otro lado, la resistencia al uso de fármacos (Jackson & Coop, 2000; Kaplan, 2004;
Wolstenholme et al., 2004), el análisis de los residuos de medicamentos, que
potencialmente entran en la cadena alimentaria y son perjudiciales para el medio ambiente
(McKelar, 1997), han creado la necesidad de desarrollar intervenciones desde otros
componentes del sistema.
Farquharson (2009), Maiga (1992), Voh et al. (1993), reportan que la sanidad ovina y
caprina, debe abordarse desde un enfoque holístico, donde el incremento de la
productividad, depende de la interacción entre las siguientes disciplinas:
1.1 Medioambiente y manejo
Kusiluka et al. (1997), llevaron a cabo una investigación sobre las causas de morbilidad y
mortalidad en tres clases de sistemas productivos: cabras atadas, cabras con alimentación
intensiva y cabras en pastoreo, en las tierras altas tropicales y las zonas semiáridas del
distrito de Morogoro en Tanzania. Los problemas de salud, encontrados en las cabras
manejadas bajo diferentes formas de producción se muestran en la Tabla 1.
Semintensivo 2298 9.72 ± 1.05 13.22 ± 1.21 14.88 ± 1.20 16.09 ± 1.23
Especies Estatus sanitario de las Media de intervalo entre Media del número de
hembras adultas partos (meses) nacidos/parto
La época de nacimiento de los corderos, no tuvo ningún efecto significativo, sobre la tasa
de mortalidad de los corderos en los diferentes grupos. Los corderos machos, presentaron
mayores tasas de mortalidad que las hembras de tres meses de edad en adelante, y no
existieron diferencias significativas en la mortalidad de corderos provenientes de partos
múltiples o simples (Mandal et al., 2007).
1.4 Genética
La implementación de programas de selección, deben incluir la mejora de la resistencia a
las enfermedades, siendo de gran importancia, ya que se obtienen estimaciones fiables de
las heredabilidades, correlaciones genéticas y fenotípicas de la enfermedad y los rasgos de
producción lechera, carníca o de fibra (Nielsen et al., 1996).
En los últimos años ha habido un enorme incremento en la investigación y aplicación de la
genética de la enfermedad en ovejas y cabras. Esto se ha debido a una serie de factores que
incluyen el papel que la genética del huésped puede jugar en el control de la enfermedad, el
aumento de la variación genética del huésped en la resistencia a enfermedades y la
implementación de programas de selección basados en la resistencia a enfermedades
infecciosas y metabólicas (Bishop & Morris,2007).
Kahn et al. (2003,ab) reportaron los efectos combinados de la suplementación nutricional y
los programas de selección genética, sobre la resistencia de ovejas durante el periparto; las
ovejas de las líneas seleccionadas por resistencia genética, excretaron menos huevos de
nemátodos que las ovejas del tratamiento control, pero los suplementos proteínicos, no
parecen tener ningún beneficio adicional en las ovejas resistentes. La mayoría de estudios,
han cuantificado dentro de las heredabilidades de las diferentes razas, los recuentos de
huevos fecales. En casi todos los casos (e.j. Bishop et al., 2004; Gruner, 2004; Morris et al.,
2000) los recuentos de huevos fecales, una vez debidamente transformados, son un rasgo
heredable en los corderos y responde a los procesos de selección.
1.5 Prevención y tratamiento de la salud ovina y caprina
La prevención y tratamiento de enfermedades en ovinos y caprinos, se basa en la
comprensión de la etiología de la enfermedad y sobre dos metodologías. La primera
metodología hace referencia a que la resistencia específica, se puede dar en el grupo de
animales o a nivel individual y la segunda, cuando existe una interrupción en el desarrollo y
propagación de las enfermedades dentro de los grupos animales o a nivel individual (Roger,
2008).
La prevención y tratamiento puede lograrse mediante una serie de herramientas precisas y
fiables que incluyen, la vacunación contra enfermedades específicas, el bajo uso de
vacunación contra enfermedades específicas, la exposición previa a bajos niveles de
enfermedad, que puede permitir un desarrollo de la inmunidad (por ejemplo, la exposición
de corderos jóvenes con bajos niveles de coccidia, puede establecer una inmunidad natural),
medicamentos específicos, que pueden prevenir la propagación de enfermedades
infecciosas (por ejemplo los baños de pezuñas con anitibióticos, pueden ayudar en el
control de la dermatitis digital contagiosa ovina), la implementación de prácticas de gestión
y una nutrición adecuada, llegando a prevenir enfermedades metabólicas como la
hipocalcemia o toxemia de la preñez (Roger, 2008).
14
1.6 Economía
Las pérdidas debidas a la mortalidad y morbilidad, por enfermedades en los sistemas de
producción ovinos y caprinos, ponen una pesada carga a los productores y grandes pérdidas
a la economía pecuaria (Kumar et al., 2003).
Para una adecuada estimación de las pérdidas productivas, por presencia de enfermedades,
es importante evaluar su prevalencia e incidencia a través de la implementación de
categorías poblacionales, y toma de registros de control que describan el promedio del valor
de los animales muertos, pérdidas de producción promedio y gastos en tratamientos (Kumar
et al., 2003).
1.7 Mercado
Los brotes de enfermedades tales como la fiebre aftosa, han afectado la forma en la que la
mayoría de la gente percibe la seguridad de los productos ovinos y caprinos, especialmente
la carne, para el consumo humano. Los efectos a largo plazo, sobre la sociedad humana y el
sector ovino y caprino, aún no están del todo claros, aunque se han medido los efectos a
corto plazo en la gestión de la salud de los animales, procesamiento de carne, la industria
del cuero, venta al por mayor y venta al por menor de carne ovina, el comercio nacional e
internacional y movimiento de animales y sus productos (Salhu & Goetsch, 2005).
La sociedad está cuestionando la seguridad y aceptabilidad de alimentos procedentes de los
sistemas intensivos de producción ovina y caprina, aunque el debate continúa. Las
implicaciones de este tema, para la industria caprina en los países en desarrollo, donde la
producción es principalmente extensiva, no son claros (EAAP, 2001).
Hoy en día, el consumidor no sólo está interesado en la salubridad del producto, sino
también cómo, dónde y bajo que condiciones el elemento fue producido. Mientras que las
preocupaciones tradicionales, como el contenido de grasa, colesterol y los residuos de
medicamentos, permanecen en la cima de la lista, hay un interés reciente, en si los animales
fueron criados en pastoreo o bajo sistemas “orgánicos de producción”, incluyendo la
preocupación por el bienestar animal (Salhu & Goetsch, 2005).
Aunque una gran cantidad de leche y carne, sigue siendo comercializada de forma informal,
la necesidad de la inocuidad de los alimentos, ha llevado al desarrollo de normas de
calidad. El CODEX alimentario y la FAO, han elegido el método HACCP, como método
de referencia para el control de calidad de la leche y de la carne (Dubeuf, 2005).
2. Detección de problemas sanitarios y evaluación de impacto.
La importancia de la implementación de un plan de manejo sanitario idóneo, para la
detección de problemas sanitarios y evaluación de impacto, en los sistemas de producción
ovinos y caprinos, radica en la generación de menores tasas de mortalidad, mayores tasas
de crecimiento, mejores índices de conversión alimenticia, mayor producción de
kilogramos de carne y litros de leche por hectárea, mayor productividad y productos de
mejor calidad ofertados en el mercado.
La planeación sanitaria, es un componente importante de los sistemas de producción ovinos
y caprinos, desarrollada para lograr la detección de problemas sanitarios y una mayor
15
Estrategia Efecto
(1) No hay seguridad en el rebaño Las enfermedades infecciosas son comunes y costosas, con
opciones de control que comprenden la vacunación, el
tratamiento o el sacrificio.
(2) Seguridad sanitaria en el rebaño Reducción general de la introducción de enfermedades
infecciosas, dependiendo de la extensión de las medidas
adoptadas y el grado de aplicación.
(3) Seguridad sanitaria del rebaño, Igual que en el ítem 2, sumando la prevención de
con el desarrollo de programas enfermedades infecciosas específicas, con miras a su
de control de enfermedades erradicación.
específicas.
(4) Régimen de salud del rebaño, a Igual que en el ítem 3, sumando un plan estructurado de
través de la delegación de erradicación, control y certificación, de la granja bajo la
funciones, que sigan de forma condición de libre de enfermedad, para enfermedades
estricta los planes y normas específicas.
sanitarias implementadas.
(5) Rebaños libres de patógenos Rebaños de alto mérito genético, con valiosos animales en
específicos experimientación, que se mantengan libres de patógenos
específicos.
Tabla 6. Los cinco niveles de seguridad sanitaria del rebaño y control de enfermedades infecciosas
(Hosie & Clark, 2007).
19
Las condiciones que favorecen la propagación de una enfermedad, por lo general tienen un
efecto adverso sobre el bienestar animal (por ejemplo la higiene en confinamiento, rápidos
cambios en las condiciones de temperatura o clima, instalaciones inadecuadas).
Hindson (1982), dividió los patrones de enfermedad en dos grupos de manejo: lo escencial
y lo opcional. El primer grupo comprende las vacunas clostridiales, control de parásitos y
enfermedades infecciosas, además de las condiciones particulares que se producen en una
unidad específica. En los países africanos y asiáticos, otras enfermedades como ántrax,
viruela y lengua azul, son considerados dentro de los planes sanitarios, para la vigilancia o
vacunación (Kumar et al., 2003).
El segundo grupo opcional, incluye las condiciones que, a pesar de tener gran importancia
económica, no se han identificado en los sistemas de producción, en este grupo se puede
incluir el aborto enzoótico y la dermatitis pustular infecciosa. Los sistemas de monitoreo
sanitario, en los sistemas de producción ovinos y caprinos, se basan en los criterios de
diseño, que comprenden elementos estructurales y técnicos (espacio disponible,
instalaciones para la alimentación, etc), la calidad de la relación humano-animal, los
factores relacionados con la gestión (prácticas agrícolas de higiene, condiciones de manejo
y condiciones climáticas), variables de origen animal (criterios de desempeño) que tienen
que ver con la salud y la fisiología de los animales o una combinación de criterios que
incluyen los recursos y el rendimiento, para obtener una evaluación válida de bienestar de
los animales (Johnsen et al., 2001).
Los datos del monitoreo sanitario, pueden y deben ser obtenidos de los registros sanitarios,
tratamientos, crecimiento de los corderos, producción de leche, de los datos de vigilancia
(por ejemplo, recuentos de células somáticas, grasa y proteína en leche), inspección de la
carne, peso, conformación de la canal y proyectos de investigación epidemiológica
(Lindqvist, 2002). Las pérdidas en los ovinos adultos, se pueden calcular en la mayoría de
los casos, por los protocolos sanitarios implementados en las plantas de procesamiento,
pero en la mayoría de las granjas no hay datos o existen sólo estimaciones aproximadas, de
la mortalidad perinatal de los corderos.
Las especulaciones de los productores y trabajadores, sobre las causas de muertes,
dependen de su experiencia y formación académica. Por lo tanto no solo los animales
muertos con una historia de caso inusual, deben ser enviados para un examen postmortem,
sino también los que tienen hallazgos “normales” antemortem (Ganter, 2008). Por otro
lado, la producción ecológica promueve altos niveles de bienestar animal, como un medio
para aumentar la salud y la longevidad de los animales y cumplir con las necesidades éticas
de consumo (Napolitano et al., 2009).
Se han producido numerosas normas de bienestar, tanto para los sistemas de producción
ovinos y caprinos convencionales, como para los ecológicos, con el fin de satifacer la
demanda de los consumidores por la transparencia en los procesos de producción de
alimentos (El Balaa & Marie, 2006). El bienestar animal, debe ser considerado como un
atributo, que incluye condiciones físicas, conductuales, fisiológicas, bioquímicas y
patológicas (Tablas 7 y 9).
20
Figura 7. Hemorragia y daño hepático grave por fasciola hepática (Scott, 2007).
4.1.3.2 Patología
Cuando las formas juveniles del parásito son liberadas en el duodeno y yeyuno del huésped,
no producen lesiones significativas al emigrar a través de la pared del intestino a la cavidad
peritoneal, pero si provocan eosinofilia importante. En el peritoneo se encuentran focos
necróticos y fibrosos relacionados con la migración de las larvas y se pueden producir
28
Figura 8. Footrot, afecta más a menudo los cuartos anterirores, obligando al animal a pararse sobre
sus rodillas (Wenger, 2007- Alberta sheep & Wool commission).
4.1.4.1 Patogénesis y transmisión
La enfermedad de Footrot en cabras y ovejas, es causada por una gran bacteria Gram-
negativa, Bacteroides nodosus, la cual es comúnmente asociada con Treponema penortha.
Fusobacterium necrophorum y otras bacterias aeróbicas y anaeróbicas, pueden ser aisladas
con B. nodosus de lesiones por footrot. Existen tres serotipos de B. nodosus A, B y C. Los
serotipos A y B, son de reacción cruzada, mientras que el serotipo C es antigénicamente
distinto.
Las pezuñas afectadas, contaminan con exudados, los pastos o camas. La infección, se
produce por el contacto con material infectado y el microorganismo entra a través de la piel
lesionada. La humectación prolongada de la piel, rasguños, moretones o heridas
30
Figura 9. Footrot se inica en el espacio interdigital, causando separación de las pezuñas (Wenger,
2007- Alberta sheep & Wool commission).
4.1.4.2 Patología
Los signos de infección, varían de un leve enrojecimiento (inflamación) de la piel
interdigital (piel entre los dedos) para completar la separación del cuerno de la pezuña. La
infección comienza, cuando las bacterias colonizan la piel interdigital, causando
inflamación, erosión de la unión del cuerno a la piel. Desde este punto, la bacteria se
mueve en el contorno del cuerno, causando su separación entorno al talón, piel de la pezuña
y finalmente a la pared externa. Los pequeños rumiantes infectados con Footrot, muestran
síntomas progresivos como inflamación, piel roja y húmeda entre los dedos, pus de color
gris, levantamiento interdigital de la unión de la piel al cuerno, separación del cuerno
entorno al talón, pezuña y pared del casco exterior. Para describir Footrot en sus diferentes
etapas, se ha desarrollado una modificación a la escala de Egerton en sus diferentes etapas.
0 1 2
3 4
Figura 10. Estados progresivos y puntuación en Footrot (Glynn, 2009- Department of Primary
Industries. Melbourne, Victoria).
31
El grado 0, corresponde a una pezuña normal, sin ningún tipo de lesión (signo de
enfermedad); el grado 1, corresponde a una leve dermatitis interdigital (quemaduras); el
grado 2, corresponde a dermatitis interdigital más extensa; el grado 3, corresponde a
dermatitis interdigital severa y levantamiento del cuerno y la planta; el grado 4,
corresponde a dermatitis interdigital severa, levantamiento del cuerno y la planta, extendida
hacia las paredes de la suela del casco (Glynn, 2009).
Figura 11. Caso de Footrot en Colombia (Archivo Fotográfico proyecto SIGETEC, 2011).
4.1.4.3 Tratamiento y control
La eliminación de Footrot, requiere una dedicación continua, a un programa de tratamiento
sistemático. Se deben examinar las pezuñas de todos los animales y mover los infectados a
un área de cuarentena, con previo baño de pezuñas. Una vez se encuentren los animales en
el área de cuarentena, se realiza un corte de pezuñas, dejando las áreas afectadas expuestas,
para evitar el progreso de la enfermedad. Después de haber completado el recorte de
pezuñas, se realiza la aplicación directa de medicamentos tópicos, en áreas secas donde se
incrementa la eficacia de un 60 a un 80% (Fitch, 2001). Los productos más utilizados en el
tratamiento de Footrot son sulfato de zinc al 10% (1 kg / 9 L de agua), formol al 5 %,
vacunas con refuerzo cada 10 a 12 semanas (mientras persistan las condiciones de
propagación), aplicación de antibióticos prescritos (Glynn, 2009).
4.1.4.4 Implicaciones en producción animal
La laminitis, se asocia con pérdidas en la producción debido a los altos porcentajes de
morbilidad y a veces, con la mortalidad por inanición. La enfermedad de Footrot, resulta en
la reducción de ganancia de peso, disminución de la producción de leche y lana y de la
capacidad reproductiva. Animales gravemente infectados disminuyen su consumo
voluntario. Estas condiciones, resultan en pérdidas de producción, tratamientos costosos,
eliminación prematura y reducción en el valor de venta de los animales infectados (Neary,
2009).
4.1.5 Leptospirosis
La leptospirosis, es una enfermedad aguda febril septicémica de importancia zoonótica,
causada por espiroquetas de la especie Leptospira interrogans, que tiene un amplio
espectro de la gama de huéspedes, incluidos los animales salvajes.
32
Figura 14. Absceso en los ganglios linfáticos de la parótida, ocasionado por linfadenitis caseosa
(Fontaine & Baird, 2008).
35
Figura 15. Absceso cutáneo superficial por linfadenitis caseosa en Colombia (Archivo Fotográfico
proyecto SIGETEC, 2011).
La segunda forma de manifestación de la linfadenitis caseosa, es la forma visceral,
caracterizada por el desarrollo de lesiones internas en los ovinos y caprinos, que no se
pueden observar desde el exterior. La localización de estas lesiones, suele ser el interior de
los ganglios linfáticos (sobre todo los ganglios linfáticos del mediastino) o los pulmones (
aunque otros tejidos también pueden ser afectados).
Estas incluyen principalmente el hígado, los riñones o las glándulas mamarias y con menor
frecuencia el corazón, el cerebro, la médula espinal, los testículos, el útero y las
articulaciones (Vali & Perry, 1993). Las lesiones pulmonares, pueden ser encontradas
dentro de las paredes de las vías repiratorias, lo que lleva a la hipótesis que la ruptura de los
abscesos, puede resultar en la producción de aerosoles infecciosos (Stoops et al., 1984;
Pepin et al., 1994).
36
Figura 16. Lesiones caseosas múltiples en pulmones (Fontaine & Baird, 2008).
En animales con abscesos pulmonares, las lesiones, pueden encontrarse dentro de los nodos
de los ganglios linfáticos y mediastínicos bronquiales, lo que implica la migración desde el
parénquima pulmonar. Significativamente, los abscesos en los nodos de los ganglios del
mediastino, pueden ejercer presión sobre el esófago adyacente a medida que crecen,
interfiriendo a lo largo de la deglución normal y rumia, lo que resulta en enfermedades
crónicas colaterales (Paton et al., 2005).
Adicionalmente a la ruta intratraqueal descrita, las ovejas pueden infectarse con C.
pseudotuberculosis por inoculación del organismo vía intradermal, subcutánea,
intralinfática, intravenosa, e intravaginal (Nagy, 1976; Burrell, 1978; Pepin et al., 1994;
Fontaine et al., 2006). En muchos países, la esquila se considera un factor de riesgo
importante, en la propagación de la infección entre los animales (Nagy, 1976; Al
Rawashdeh & Al Qudah, 2000), debido particularmente a las heridas que surgen durante el
proceso de esquila, donde C. pseudotuberculosis puede ser transmitido en el equipo de
esquila (Paton et al., 1988). Heridas iatrogénicas (como resultado de la castración) y el
ombligo en neonatos, son rutas por las cuales puede ingresar C. pseudotuberculosis, al
hospedero (Valli & Parry, 1993). Además las lesiones de cabeza y cuello, presentadas más
frecuentemente en cabras, se cree que se derivan de bacterias que entran a través de la
cavidad oral (Ashfaq & Campbell, 1979).
Otra de las manifestaciones más frecuentemente encontradas de C. pseudotuberculosis, es
que de vez en cuando, puede ser uno de los agentes causantes de la mastitis. Esta condición,
es probable que surja como resultado de la progresión de la infección de los ganglios
linfáticos supra- mamarios y puede manifestarse como mastitis supurativa aguda, o como
abscesos crónicos encapsulados dentro de la glándula mamaria. Además, en raras
ocasiones, se ha identificado dentro del contenido del estómago y los tejidos de los fetos
ovinos y se ha implicado como causa de aborto (Dennis & Bamford, 1966).
4.1.6.2 Patología
Después de su entrada al hospedero a través de la piel, C. pseudotuberculosis migra
normalmente a nivel local, al ganglio de drenaje linfático, para formar piogranulomas
microscópicos, que gradualmente aumentan de tamaño y que con el tiempo se combinan
37
para formar grandes abscesos (Fontaine & Baird, 2008). Se ha sugerido que el transporte
dentro de los fagocitos, es el medio por el que el agente etiológico llega a los ganglios
linfáticos a través del drenaje linfático (Pepin et al., 1994).
La difusión de la infección, también puede ocurrir, por la transferencia del organismo, a
través de la sangre o el sistema linfático, lo que puede dar lugar a la formación de lesiones
entre otros loci, dentro del hospedero. La capacidad del organismo para resistir la respuesta
inmunológica del hospedero y su capacidad de difusión más allá del lugar primario de
infección, se debe en parte a la capacidad de replicarse dentro de los macrófagos
(Williamson, 2001). Las bacterias viables “rutinarias”, pueden ser recuperadas de los
abscesos, varios años después de la infección inicial y la enfermedad, puede llegar a ser
“reactivada” como consecuencia de la difusión de C. pseudotuberculosis, después de un
período significativo de latencia aparente.
La respuesta celular del hospedero, a la infección por C. pseudotuberculosis, ha sido
descrita en detalle. En los estudios, se encontró que las ovejas infectadas por vía
subcutánea, produjeron un gran número de neutrófilos, en las primeras horas de infección y
de ahí comenzaron a trasladarse hacia el drenaje local de los ganglios linfáticos, dentro de
las primeras 24 h. Los neutrófilos, disminuyeron después de tres días, mientras que el
número de macrófagos en el sitio de inoculación, incrementó significativamente (Pepin et
al., 1992). Un período de inflamación generalizada, de los ganglios linfáticos, demostró que
el período de infección continúa, con el desarrollo de micro-abscesos dentro de la región
cortical del nodo, dentro de las 24 horas de inoculación (Pepin et al., 1991); los cuales se
hicieron más numerosos, después de aproximadamente seis días, donde se ampliaron y
unieron, para formar focos purulentos importantes.
Estos pianogranulomas tempranos, son contenidos en grupos de bacterias, restos celulares y
una alta proporción de eosinofilos, dando un color verde característico del material
purulento. Al mismo tiempo, de la respuesta celular en el sitio de la inoculación, disminuye
la infiltración de neutrófilos, mientras que los monocitos/macrófagos, se convierten en el
tipo celular predominante, dentro de los nodos infectados (Pepin et al, 1994). La lesión se
encapsúla, poco después, resultando finalmente en una reducción de la respuesta
inflamatoria en el parénquima del ganglio linfático.
Una vez, que la infección ha sido establecida, se presenta una expansión gradual de los
ganglios linfáticos, dependiendo de su ubicación y de si se presenta ruptura para descargar
su contenido. La ampliación de los ganglios linfáticos, se produce a través de un proceso de
necrosis repetida de la cápsula de la lesión, seguida de la recuperación de su forma.
Inicialmente el pus, dentro de los abscesos, es suave y semilíquido, sin embargo, con el
tiempo este material purulento, se vuelve más sólido y se pueden observar grupos de
bacterias dispersas en su interior.
Pequeños nódulos de mineralización, de material purulento, pueden causar un color más
pálido. Además, estos focos calcificados, tienden a formarse en capas concéntricas, dando
una apariencia laminar a las lesiones, que a menudo, son descritas como similares al corte
transversal de una cebolla. Este “anillo de cebolla”, es característico, de los países, donde la
enfermedad ha sido endémica durante un período significativo de tiempo.
38
4.1.6.3 Control
La forma más eficaz de control de la Linfadenitis caseosa, sigue siendo un tema de debate.
La vacunación, es el medio principal de control de la enfermedad en varios países, por lo
que la inmunización, reduce la propagación de la infección, dando lugar a una disminución
gradual, de la prevalencias de la enfermedad. No existe una vacuna específica, contra C.
pseudotuberculosis, por lo tanto, la enfermedad continuará manifestándose, aunque en un
nivel reducido. Esto se evidencia, por un informe de Australia, que indica, que a pesar del
uso generalizado de una vacuna comercial en ese país, desde 1983, la prevalencia de la
enfermedad se mantuvo en aproximadamente el 20% en el año 2002 (Paton et al., 2003).
Como alternativa a la vacunación, el diagnóstico serológico, ofrece un medio poderoso para
la lucha contra la enfermedad, a través del descarte de animales infectados.
4.1.6.4 Implicaciones en la producción animal
Las pérdidas económicas de la linfadenitis caseosa son variadas, pero a veces mal
evaluadas, por el hecho de que no provoca una alta mortalidad y no provoca síntomas
clínicos alarmantes (Ruíz et al., 2008). Burell (1978), reportó como las principales
implicaciones de la linfadenitis caseosa los nacimientos de crías débiles, la disminución de
la eficiencia reproductiva, de la producción láctea y de la ganancia de peso, provocando
disminución de peso progresivo.
Batey (1986) & Sutherlan et al., 1987 afirmaron que Corynebacterium pseudotuberculosis
es el responsable de la mayoría del decomiso de carne ovina en los frigoríficos de Australia,
produciendo pérdidas estimadas en 2 millones de dólares para la industria ovina (Batey,
1986; Burell, 1978; Sutherlan et al., 1987). En Québec Canadá Arsenault et al. (2003),
realizaron un trabajo en canales de ovinos sacrificados, hallando una prevalencia de
Linfadenitis caseosa del 21%, planteando además, que el riesgo de rechazo o decomiso de
las canales está asociado con la región del cuerpo y el número de abscesos presentándose la
mayor prevalencia en la cavidad torácica (Arsenault et al. (2003).
En cuanto al componente reproductivo, Alonso et al (1992), resumieron, que conduce a una
posible transmisión vertical, manifestada en desórdenes reproductivos como abortos,
mortalidad neonatal y reducción de la tasa de crecimiento de los corderos. Los principales
impactos económicos causados por la enfermedad son el decomiso de las carnes afectadas,
los sacrificios sanitarios para su control, los problemas con la venta de leche de cabra y la
devaluación de las pieles (Alonso et al., 1992).
4.1.7 Mastitis
La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria (ubre) que causa una reacción
química y física en la leche producida por los ovinos y caprinos. Es más frecuente en
sistemas de producción lecheros y cárnicos, que desarrollan prácticas de manejo intensivo y
semi-intensivo. Dependiendo de la severidad de la enfermedad, la mastitis puede resultar en
disminución de ingresos para los productores (Leite-Browning, 2008).
39
Figura 18. Cuadro de mastís en hembra caprina (Archivo Fotográfico proyecto SIGETEC, 2011
derecha y centro; Deineria, 2009 izquierda).
4.1.7.2 Patología
La forma sistémica de la mastitis aguda, aparece repentinamnete con una fiebre elevada por
encima de los 40 º C y un pulso acelerado (hasta 144 por minuto) y la frecuencia
respiratoria (hasta 80 por minuto, Kusiluka & Dominic, 1996). La hembra puede moverse
lentamente, sufren de depresión y pérdida de apetito. Normalmente, la glándula mamaria es
dura, hinchada y de color rojizo, pudiendo ser caliente y sensible al tacto. La secreción de
la glándula mamaria, son acuosas y de color amarillento. La leche de una cabra, puede
contener escamas y coágulos. En la mayoría de los casos graves, la mastitis puede ser fatal.
La forma aguda, sin embargo, puede ser fácilmente diagnósticada por los signos y la
presencia de glóbulos blancos en la leche (Leite-Browning, 2008).
Leite-Browning (2008), reporta que la forma crónica de la mastitis, se presenta como una
infección persistente e incurable. La ubre puede tener bultos duros, como consecuencia de
las bacterias que forman colonias y las reacciones que ocurren en los tejidos mamarios. En
cuartos crónicamente afectados, se puede producir falta de leche o agalaxia.
La mastitis subclínica causa mayor preocupación entre los productores, debido a que no
existen signos visibles de la enfermedad, no hay inflamación de la ubre o anormalidades
detectables en la leche, que indiquen la presencia de mastitis. La forma subclínica, con el
tiempo puede convertirse en la forma crónica de la mastitis clínica (Leite-Browning, 2008).
4.1.7.3 Tratamiento y control
El tratamiento, debe basarse en los resultados de los cultivos microbiológicos, obtenidos de
las muestras de leche. La mastitis bacteriana se puede tratar con penicilina, estreptomicina,
gentamicina y oxitetraciclina, bien sea por infusión intramamaria o parental en los casos
sistémicos. La combinación con antibióticos sistémicos e intramamarios, es beneficiosa
cuando haya afectación sistémica. Algunas cepas de S. aureus, son resistentes a las
penicilinas, por lo tanto, se recomienda una prueba de sensibilidad a los fármacos, antes de
su uso en el tratamiento de la mastitis (Kusiluka & Dominic, 1996).
41
Figura 20. La paratuberculosis se puede confundir con otras enfermedades de desgaste. La oveja en
el primer plano presenta un cuadro de paratuberculosis, la oveja Black face presenta linfadenitis
caseosa (Shulaw, 2000).
43
Figura 21. Intestino delgado ovino con paratuberculosis, mostrando el engrosamiento clásico que
caracteriza la enfermedad (Shulaw, 2000).
4.4.1.2 Tratamiento y control
El trabajo de tratamiento y control comienza por la socialización a los productores del
manejo de la enfermedad, debido a su baja formación técnica y a la producción a pequeña
escala, que hacen difícil ajustar la gestión de los rebaños, para poner en práctica la mayor
parte de las medidas profilácticas sanitarias, priorizando dentro de los protocolos a los
animales jóvenes (Mendes et al, 2004).
Los casos de paratuberculosis pueden ser manejados y eliminados de los rebaños (caprinos)
con una gestión rigurosa que incluye la combinación de pruebas frecuentes a la presencia
de enfermedad y descarte. Se debe evitar a través del manejo animal, la transmisión fecal
oral, separando a los animales jóvenes de los adultos. La frecuencia de las pruebas y el
nivel de intervención en el manejo, serán determinados por la capacidad de cada finca, las
prioridades y el estado financiero (Stehman & Shulaw, 2002).
4.4.1.3 Implicaciones en producción animal
La enfermedad conduce a pérdidas económicas (Valentin-Weigand & Goethe, 1999;
Winterhoff et al, 2002; Wiszniewska & Szteyn, 2002) debido a la disminución relevante en
la producción de leche, los costos en el proceso de diagnóstico y control de la enfermedad,
el sacrificio temprano de los animales infectados y el bajo costo de la canal al sacrificio.
4.5 Problemáticas sanitarias de origen genético
4.2.1 Malformaciones mandibulares
Las malformaciones de la mandibula, están presentes en casi todas las razas, y se asocian
con insuficiencia de los dientes incisivos para satifacer adecuadamente la almohadilla
dental (Aitken, 2007).
Se presenta en dos formas, prognatismo, cuando los dientes incisivos se extendien hacia
adelante, más allá de la almohadilla dentaria y rebasamiento, cuando la mandíbula superior
rebasa la posición de los incisivos; aparecen ocasionalmente como anormalidades genéticas
de los pequeños rumiantes (McNeal, 1998).
44
Figura 26. Pérdida simétrica bilateral de pelo junto a la cola, en una cabra con scrapie (TSE EU
Community Reference Laboratory, 2007).
Los cambios en el comportamiento, son generalmente los primeros síntomas y pueden
incluir separación de la manada, desorientación, agresividad, hiperexcitabilidad o apatía,
rechinar de dientes, expresión facial fija o balido anormal y canibalismo.
4.2.2.3 Tratamiento y control
No existe un tratamiento conocido para scrapie, no obstante, se han desarrollado
mecanismos de control que abordan la identificación de pruebas preclínicas de los ovinos y
caprinos infectados, el seguimiento a los descartes, el rastreo de los animales infectados a
su rebaño de origen (siendo importante el proceso de identificación) y proporcionando
nuevas estrategias eficaces de limpieza, que permitirán a los productores mantenerse en el
negocio, conservar los rebaños y seguir siendo económicamente viables (Hutchens, 2002).
4.2.2.4 Implicaciones en producción animal
Los ovinos y caprinos con scrapie, tienen dificultad para pastorear, producir leche o carne y
generalmente son sacrificados, lo que implica altas pérdidas económicas.
4.3 Problemáticas sanitarias de origen parasitario
4.3.1 Ectoparásitos
4.3.1.1 Falsa garrapata
Melophagus ovinus, es un miembro de la familia de los ectoparásitos dípteros
Hippoboscidae, que parasita principalmente a los ovinos y de aparición esporádica en
cabras (Small, 2005), se alimenta de sangre ovina en los países templados y las montañas
más frias ubicadas en los trópicos. No se encuentra distribuida en los trópicos cálidos y
húmedos (Aitken, 2007).
49
Figura 27. Melophagus ovis (Prof. Dr. H. Mehlhorn, Heinrich-Heine-Universität Düsseldorf, 2010)
4.3.1.1.1 Patogenesis y transmisión
Los melófagos son parásitos obligados y permanentes, sin evolución fuera del huésped y
con escasa capacidad de supervivencia en el medio exterior, por lo que la transmisión se
produce fundamentalmente por contacto directo con animales parasitados (Olaecha &
Romero, 2005). Aunque el hábitat de estos parásitos está restringido a la superficie del
huésped específico, la superficie tegumentaria y el manto de lana de cada huésped tiene
condiciones variables debido al estado fisiológico e inmunitario, la esquila, radiación solar,
temperatura, humedad, etc. Estas variaciones son algunos de los factores que modifican el
ambiente donde estos parásitos viven y se reproducen (James, 1999). En general, se asume
que hay mayor actividad parasitaria (mayores poblaciones y mayor daño provocado),
durante los meses de lluvia, y que casi desaparecen en épocas cálidas y con lana corta
(MacLeod, 1948; Johnson, 1988).
Los adultos presentan una capa de color que va de marrón a rojo, con una longitud de 4 a 6
mm, mostrando una cabeza ancha y gruesa (Aitken, 2007). Las falsas garrapatas
(Melophagus ovinus) pasan su ciclo de vida completo en las ovejas.
La hembra es vivípara y retiene la larva dentro del oviducto modificado, hasta que se
desarrolla completamente. Una vez la hembra alcanza la edad de 13 – 14 días se considera
como desarrollada y deposita una pre – pupa inmóvil o larva cada 7-8 días, que se
convierte en pupa, una vez entra en contacto con la lana (Aitken, 2007). Se considera que
en un período de 4 – 5 meses, una hembra puede producir alrededor de 15 larvas (tasa
relativamente lenta de crecimiento, Aitken, 2007).
La deposición de pupas, tiene un período de duración de seis horas, mientras que el estado
de pupa va desde las 20 a las 26 horas (Aitken, 2007). El desarrollo de las pupas, se da en
un rango relativamente estrecho de temperatura, que va de 25 a 34 º C, teniendo un óptimo
desarrollo a los 30 º C. Las pupas generalmente se encuentran adheridas a la lana, y se
trasladan a la piel, cuando la lana se encuentra en período de crecimiento. La temperatura
en la piel, está cerca de los 37 º C, siendo más fresca, a medida que se aleja hacia las puntas
externas de los mechones de lana (Aitken, 2007).
50
Según Aitken (2007), la ubicación de la deposición de las pupas, varia dependiendo del
lugar del cuerpo que presente óptimas temperaturas y la edad del animal, durante las tres
semanas de desarrollo pupal.
En borregas, más del 50% de las pupas, se encuentran en la región del cuello, mientras que
el 60 % de los adultos de M. ovis, se encuentran en el tren anterior y el flanco. En los
corderos, las pupas se concentran en el tren posterior, cuello y abdomen, aunque un número
considerable de adultos, se encuentran en los flancos y tren posterior.
La supervivencia fuera del huésped, dependiendo de las condiciones ambientales, es entre 5
a 9 días (Olaechea, datos inéditos). Trabajos previos (Strickman et al. 1984) demostraron
que en pequeños corrales artificialmente infectados con melófagos, el 10% de ellos tuvo
capacidad de reinfestar otro ovino. Esto se considera altamente improbable en condiciones
extensivas de pastoreo, por lo que las reinfestaciones o rebrotes de los rebaños, se adjudican
a tratamientos mal efectuados (Olaecha & Romero, 2005).
casos más avanzados, se ven por efecto del rascado, mechas de lana “quebradas”, alopecias
con escarificaciones irregulares y costras (Olaechea & Romero, 2005).
Las excretas de las falsas garrapatas, pueden manchar la lana y el vellón, reduciendo el
grado de suavidad. Se pueden causar daños mecánicos al vellón, debido a que la respuesta
de los animales es morder, patear y frotar las zonas afectadas (Aitken, 2007).
Las falsas garrapatas, también transmiten Melophagium cruzi, un protozoo parásito, no
patógeno de las ovejas de lana (Merck & Co., Inc, 2008).
4.3.1.1.3 Tratamiento y Control
La esquila, elimina muchas pupas y adultos, debe realizarse antes del tratamiento y
posterior al parto de las ovejas, reduciendo la posibilidad de generar corderos infestados. Su
efectividad dependerá del manejo de los animales, si entran muy agitados se pierden más
parásitos (hasta el 97%) ya que estos se alejan de la piel generadora de calor hacia la
superficie del vellón y la tijera de esquila separa el vellón con gran cantidad de parásitos
(Olaecha & Romero, 2005).
Si el manejo es más “tranquilo”, y el ovino no se agita o la esquila se hace en un ambiento
frío, quedan más parásitos sobre el animal (se pierde hasta el 34 % de los melófagos con el
vellón) pués al no incrementarse la temperatura corporal, estos quedan cercanos a la piel y
la tijera corta por encima de muchos de ellos (Olaecha & Romero, 2005).
Como regla general, las ovejas deben ser tratadas después de la esquila, cuando el clima es
más cálido y las pupas están más expuestas, (Kaufman & Rutz, 2010) obteniendo mejores
resultados con productos de actividad residual con duración de 3-4 semanas, asegurano el
control de larvas (Merck & Co., Inc, 2008).
La imnersión y la pulverización, son métodos eficaces de tratamiento, asegurando el control
de M. ovinus, en algunas zonas (Merck & Co., Inc, 2008).
Si los animales están muy infestados en época lluviosa, es aconsejable emprender
tratamientos, seleccionando un día cálido y soleado, preferiblemente en las mañanas y
mantenerlos a la interperie hasta que estén secos. Para reducir las probabilidades de
enfermedad, se deben secar correctamente los animales, debido a que, de lo contrario
tenderán a aglomerarse para generar calor (Kaufman & Rutz, 2010). Los nuevos animales,
machos y hembras, deben ser tratados antes de unirlas con el resto del rebaño, donde el
tratamiento control debe implementarse cada año.
El equipo de aplicación que proporciona una presión de boquilla de al menos 50, es
adecuada para el control de M. ovinus. Las dosis adecuadas, debe garantizarse de una
forma exaustiva, haciendo un manejo de no más de 10 animales a la vez. En la jornada de
aplicación del tratamiento, se recomienda, limitar a las ovejas en un área relativamente
pequeña, para que se rocen entre sí y maximizar la efectividad de los materiales que se
pulverizan (Kaufman & Rutz, 2010).
Las picaduras de M. ovinus para su alimentación, causan una condición conocida como
“Cizaña” en las pieles curtidas, lo que ocasiona una disminución de los precios, ya que
genera debilitamiento y decoloración del producto (Kaufman & Rutz, 2010).
Desde el punto de vista productivo, la irritación provocada por estas parasitosis puede
causar la pérdida de estado y peso en los ovinos, con disminución de cantidad y calidad de
la lana, devaluación del cuero como subproducto, con incrementos en los costos de
producción por adquisición de medicamentos, instalaciones y mano de obra para los
tratamientos (Olaecha & Romero, 2005).
La cura de los animales afectados, depende del uso de químicos que son contaminantes y
que generan cepas resistentes de parásitos (Taylor, 2001); por lo tanto, el conocimiento de
los mecanismos de control, es esencial para la buena sanidad de los rebaños y para que la
producción sea rentable, asumiendo que en el futuro cercano las restricciones en el uso de
insecticidas serán cada vez más exigentes para la comercialización de los productos
pecuarios (Heath, 1994).
Los ensayos, sobre los efectos económicos de M. ovinus, resultan contradictorios, en
general demuestran que las infestaciones moderadas a altas (promedios mayores a 280
melófagos por grupo), no tienen influencia en la ganancia de peso y estado general del
rebaño (Bosman et al. 1950; Pfad et al. 1953; Whiting et al. 1953), pero en ovinos con bajo
nivel nutricional se detectaron diferencias en producción de lana del 11% entre animales
sanos y parasitados (Nelson y Slen, 1968).
Existen medidas objetivas de calidad para comercializar la lana, razón por la cual, el
aspecto, color y olor (generado por los excrementos de los parásitos) en los vellones, es
muy característico y predispone a devaluar el precio del comprador de la lana (Olaecha &
Romero, 2005).
4.3.1.2 Oestrosis
La oestrosis es una patología que tiene como hospederos los pequeños rumiantes. Esta
enfermedad es causada por la fase larval de la mosca Oestrus ovis y es una de las
principales patologías que afecta a la ovinocultura. El sitio más común de la infestación son
las heridas de la piel (Climeni et al., 2008). Los sitios menos comunes son ojos, nariz,
senos parasenasales, garganta y tracto urogenital (Al- Dabagh et al., 1980; Thompson et al.,
1970).
Oestrus ovis, es un insecto conocido como la mosca nasal de las ovejas. Es un parásito
cosmopolita que afecta a las cabras y a las ovejas (Murguía et al., 2000), habitando en todas
las regiones calientes, donde su forma adulta es la más activa en épocas secas, con mayor
manifestación en la mañana que en el atardecer. La fase larval de este díptero es depositada
en la nariz del animal y causa rinitis parasitaria (Climeni et al., 2008). Las larvas son
parásitos obligatorios de las cavidades nasales y senos paranasales de ovejas y cabras
(Zumpt, 1965).
Las hembras de O. ovis provocan una gran incomodidad, al depositar sus larvas en la nariz
de los hospederos. El comportamiento común de los animlaes infestados, es el reflejo de
53
esconder su nariz, contra el suelo o contra el cuerpo de otros animales del rebaño (Climeni
et al., 2008).
4.3.1.2.1 Patogenesis y transmisión
Oestrus ovis es un díptero de la familia Oestridae. Durante la fase larval en las vías nasales,
se presentan con 1 mm de longitud, coloración blanco- amarillo, su extremidad anterior es
afilada y posee una faja transversal oscura dorsal en cada segmento corporal. Las larvas se
alimentan de tejidos muertos o secreciones durante algunos días, hasta que estén
completamente grandes (Scala et al, 2002).
Figura 29. Larva de Oestrus ovis en diferentes estadíos de desarrollo, recuperadas de la cavidad
nasal y senos frontales de un ovino naturalmente infestado (Silva, 2009).
Las hembras de Oestrus ovis son de tipo larvario y depositan sus larvas del primer estadío
(50 a 60 larvas/postrura) en vuelos rápidos, alrededor de la nariz de los pequeños rumiantes
(Ylma et al., 1991).
Las larvas migran a la cavidad nasal, senos frontales y maxilares, donde realizan dos
mudas, transformándose en larvas de tercer estadío (L3, Scala et al, 2002). Las L3 vuelven
a la nariz, siendo liberadas por estornudos o por libre voluntad y caen en el suelo,
transformándose en pupa. El período de pupa se completa en tres a ocho semanas, cuando
emerge la mosca adulta, através del opérculo (Ramos, 2004).
54
.
Figura 30. Oveja con cuadro clínico de Oestrosis (Silva, 2009)
La actividad de la mosca Oestrus ovis, el desarrollo de las larvas en la cavidad nasal de los
animales, así como el período de pupa que ocurre en el suelo, está muy influenciado por las
condiciones climáticas de las épocas del año. El desarrollo de las larvas en la cavidad nasal,
lleva como mínimo 25 - 35 días en época seca, pudiendo llegar hasta los nueve meses en
regiones con clima templado (Hall & Wall, 1995).
4.3.1.2.2 Patología
Según Ramos et al. (2004), los ovinos normalmente asumen una postura de grupo muy
particular, para defenderse de las moscas, pasando a disponerse en círculo con las cabezas
en el centro y hacia abajo.
El gran problema de este parásito, se debe al hecho de su presencia dentro de la cavidad
nasal y senos paranasales, provocando una gran irritación y predisponiendo al animal al
surgimiento de infecciones secundarias (Climeni et al., 2008).
Los síntomas observados son flujo nasal mucopurulento (rinitis traumática o
sanguinolenta), animales inquietos, estornudos frecuentes, dificultad respiratoria, ceguera e
incoordinación motora. Una vez la larva llega al cerebro, el animal pierde el equilibrio y
muchas veces camina en círculos, entrando en decúbito, pudiendo llegar a la muerte. Las
larvas pueden permancer en el animal de desde dos semanas hasta 10 meses (Ribeiro,
1990).
4.3.1.2.3 Tratamiento y control
El tratamiento consiste esencialmente en administrar ivermectina a los animales, como
medida de profilaxis y tratamiento. Para la prevención de esta patología, se deben integrar
al sistema productivo los mecanismos de control sanitario (vacunas, dosificaciones de
vermífugos como ivermectina, doramectina, baños y normas de manejo, Climeni et al.,
2008). Sin embargo, el método más efectivo para un buen control sanitario, es comenzar
con ovejas sanas, asegurándose que todos los animales que entran estén libres de la
enfermedad (los animales adquiridos deben ser vacunados, bañados y dosificados antes de
ser incorporados al rebaño) y finalmente mantener un programa sanitario.
55
En cualquier tipo de lesión, los animales deben recibir curaciones frecuentes, para evitar
que las moscas se localicen. Se debe tener un cuidado extremo con las larvas de mosca
emergente, con el ombligo de los corderos recién nacidos y con las heridas provocadas por
la esquila (Oliveira et al., 1981).
El control se puede hacer difícil con el animal posinfectado, siendo más idóneo realizar la
prevención en la época de mayor ocurrencia, comenzando en la época seca y no dando paso
al desarrollo de la larva (Scala et al, 2002). Según Ramos et al (2004), el rebaño debe ser
tratado con vermífugos que combatan esta larva que ataca principalmente en épocas de
mucha lluvia y calor.
4.3.1.2.4 Implicaciones en Producción animal
Se ha demostrado que las ganancias de peso de los corderos, disminuyen con la infección.
Ilchmann et al. (1986), indicaron pérdidas de peso de 1.1 – 4.6 kg y pérdidas del 10% en la
producción de leche. Los efectos de O. ovis se extienden a pérdidads de la condición
corporal y predisposición de infecciones bacterianas secundarias (Quiroz, 1984; Martínez,
1989).
4.3.2 Edoparásitos
4.3.2.1 Helmintos
Los helmintos, se consideran una causa importante de mortalidad y del descenso del óptimo
productivo en los sistemas de producción ovinos y caprinos, ubicados en el trópico
(Kusiluka & Kambarage, 1996). Las especies más comunes de nemátodos asociados con
los parásitos gastrointestinales en perqueños rumiantes son Haemonchus y
Trichostrongylus y el principal trematodo es Fasciola spp (Kusiluka & Kambarage, 1996).
La epidemiología de la infección por nemátodos es influenciada por factores climáticos
(particularmente lluvia y temperatura), sistemas de manejo animal, factores del hospedero y
del parásito (Kusiluka & Kambarage, 1996).
4.3.2.1.1 Factores climáticos
La lluvia o la humedad, son los factores más importantes que influyen en la supervivencia,
el desarrollo, la difusión y la libre disponibilidad de las etapas de vida de los helmintos. La
humedad facilita la migración horizontal y vertical de las larvas de nemátodos en el medio
ambiente. Algunos investigadores han demostrado que los escarabajos del estiércol,
también pueden transportar larvas en los diferentes niveles del forraje.
Las mayores cargas parásitarias y los brotes de gastroenteritis por parásitos en los ovinos y
caprinos, se encuentran inmediatamente después del final de la temporada de lluvias. La
temperatura también influye en el desarrollo de las larvas de nemátodos y la temperatura
óptima para el desarrollo de la mayoría de las trichostrongilos es de 22- 30 º C. Los
nemátodos gastrointestinales pueden sobrevivir a las duras condiciones de hypobiosis o
detención del desarrollo de las larvas (por lo general L3 y L4, tempranas) en el huésped. En
ausencia de hipobiosis, los nemátodos sobreviven en los hospederos, durante la época seca
como adultos. El clima húmedo tropical es favorable para la sobrevivencia, desarrollo y
transmisión de los nemátodos gastrointestinales a través del año.
56
Figura 32. Áreas de hemorragia difusa de la mucosa (capa interna) del estómago (Leite, 2006).
4.5.1.2 Patología
Los animales jóvenes que reciben infecciones agudas, desarrollan anemia rápidamente y
mueren mostrando otros signos de infección.
Figura 33. Cabra anémica, presencia de membrana ocular blanca (izquierda) - Cuadro de Anemia en
pequeños rumiantes (derecha) (Archivo Fotográfico proyecto SIGETEC, 2011 derecha y centro;
Deineria, 2009 derecha)
Los animales adultos, con infecciones crónicas, desarrollan anemia, frecuentemente con
inflamaciones debajo de la mandíbula (mandíbula de botella), debido a la acumulación de
líquido en el tejido submandibular, pelo áspero, depresión y baja energía. La diarrea es
poco frecuente, las heces se obtienen con dificultad y se presentan más secas de lo normal.
Con el tiempo, los ovinos y caprinos, se vuelven débiles, tienen un andar oscilante, debido
al letargo y la falta de coordinación, reducidendo significativamente el crecimiento y el
comportamiento reproductivo, presentando a su vez piel pálida y acumulación de líquido en
el abdomen, cavidad torácica y la pared intestinal. Poco antes de la muerte de los animales,
serán muy débiles y no podrán levantarse (Christensen, 2004).
59
Figura 34 .Comparación del color del párpado del cordero con la tarjeta FAMACHA, contiene fotos
de los párpados ovinos en cinco niveles de anemia (Greb, 2010)
FAMACHA también ofrece a los productores una herramienta de selección genética,
debido a que pueden identificar a los animales más susceptibles con infestación por H.
contortus, realizando planes de descarte adecuados. A su vez, los productores serán capaces
de identificar los animales con alta resistencia y resiliencia, siendo rasgos con herabilidad
marcada.
4.3.2.5.2 Plantas antihelmínticas
Estudios recientes confirman que los taninos contenidos en algunas especies de plantas
reducen la excreción de los huevos, la carga parasitaria y el desarrollo de parásitos en ovinos
y caprinos (Hoste, 2005). Se confirma la utilización de Sericea lespedeza (Min et al., 2003)
y heno de lupino común (Paolini et al., 2003).
La actividad antihelmínitica de otras leguminosas forrajeras (L. pedunculatus, L.
corniculatus, H. coronarium, y Onobrychis viciifoliae) también ha sido demostrada en los
ovinos y caprinos (Athanasiadou et al., 2001; Molan et al., 2000 (a) (b), 2002; Niezen et al.,
2002). Algunas especies de acacia como A. karoo (Kahya et al., 2003) y A. cyanophylla
(Akkari et al., 2008) reducen considerablemente la producción de huevos en ovejas y cabras.
4.5.1.4 Implicaciones en Producción animal
La mortalidad por helmintos causa pérdidas directas. Las pérdidas indirectas, se deben a la
disminución de la productividad a través de la reducción del consumo de alimento y
ganancia de peso, que deprimen la calidad de las pieles, lana y mohair.
61
Knight & Jokinen (1982); Linklater & Smith (1993), realizaron exámenes posmortem de
las articulaciones, observándose una marcada proliferación de la membrana sinovial, una
amplia formación de osteofitos, destrucción del hueso subcondral, ulceración y erosión de
los cartílagos articulares y la mineralización de los tejidos que rodean la articulación
(Figura 1).
Figura 35. Articulación de una cabra con artritis encefalitis caprina carpiana. La membrana sinovial
se engrosa y tiene una superficie vellosa (Archivo de Nohan, Universidad de Georgia en: Logan et
al., 2004).
Las radiografías de los pulmones de los animales con la forma respiratoria de artritis
encefalitis caprina, muestran los lóbulos pulmonares caudales hinchados, siendo asociado a
la inflamación de los ganglios linfáticos del mediastino (Figura 2). La histopatología revela
agregados nodulares linfoides, proliferación del músculo liso e infiltración masiva de las
paredes alveolares de las células linfoides (Knight & Jokinen, 1982; Linklater & Smith
1993).
Figura 36. Inflamación de los lóbulos del pulmón craneoventral, en una cabra con artritis encefalitis
caprina (Archivo de Nohan, Universidad de Georgia en: Logan et al., 2004).
63
4.4.1.2 Patología
La artritis encefalitis caprina, es un proceso asociado a cuadros nerviosos en los caprinos de
uno a cuatro meses de edad (leucoencefalomielitis) y a un cuadro de evolución lenta en las
cabras adultas, que puede caracterizarse por artritis, neumonía, procesos nerviosos y
mastitis (Zink et al., 1987). Los animales jóvenes, pueden tener un desorden neurológico,
caracterizado generalmente por ataxia y parálisis (Modolo et al., 2009). Su lenta pero
continua multiplicación origina una destrucción de los tejidos cada vez más intensa. Por
ello, la consecuencia final es una enfermedad crónica y progresiva (Contreras et al., 1997).
Debido al largo período de incubación, muchas cabras no manifiestan sintomatología
clínica a pesar de albergar una infección persistente y ser seropositivas (Cutlip et al., 1992).
4.4.1.3 Tratamiento y control
Las cabras infectadas son las portadoras, retrasando e impidiendo la seroconversión, en
programas de erradicación (Rowe et al., 1992; Rimstad et al., 1993). La profilaxis de la
enfermedad (incluye la precisa identificación de animales infectados), es extremadamente
importante, ya que no hay cura conocida para la artritis encefalitis (Phelps & Smtih, 1993).
No hay un tratamiento efectivo o vacuna para la atritis encefalitis, pero pueden ser
adoptadas medidas profilácticas para disminuir o eliminar, los daños causados por la
enfermedad, como baja producción de leche, sacrificio prematuro y pérdidas del potencial
genético de los animales infectados (Modolo et al., 2009).
Las medidas se basan sobre la precisa identificación de los animales infectados, a través de
un adecuado manejo de los test serológicos, segregación o sacrificio de los animales
seropositivos, el control del suministro de calostro y la leche de los animales jóvenes
(Phelps and Smith, 1993; Greenwood, 1995; Callado et al., 2001; Modolo et al., 2003). La
prevención de la infección viral de la artritis encefalitis caprina, se puede realizar a través
de un exámen cada seis meses a partir de los seis meses de edad. Los productores que no
vean el sacrificio como una opción, pueden tomar una serie de medidas para minimizar la
transmisión del virus en los apriscos (Logan et al., 2004). Las crías deben ser alimentadas
con calostro sometido a choque térmico y leche pasteurizada. Para asegurar un buen
tratamiento térmico del calostro, debe someterse a 56 º C durante una hora. El virus se
inactiva, mientras la inmunoglobulina sigue intacta (Pugh, 2002). Si la leche pasteurizada
no está disponible, las alternativas son sustituir con calostro y leche bovina o
lactorreemplazadores (Logan et al., 2004).
4.4.1.4 Implicaciones en producción animal
La artritis encefalitis caprina, causa pérdidas económicas en los rebaños infectados, se cree
que la mastitis derivada, puede reducir un 10% de la producción de leche (De Oliveira et
al., 2009). Las pérdidas afectan indirectamente la ganancia de peso de los cabritos, debido a
la baja producción de leche. Otros daños causados son el sacrificio prematuro y la pérdida
del potencial genético de los animales infectados (Modolo et al., 2009). Además de las
consecuencias económicas, puede interferir en el bienestar y la calidad de vida de los
animales afectados por la enfermedad (Peterhans et al., 2004).
64
Figura 37. Cuadro clínico de ectima contagioso en boca (Alabama A&M and Auburn Universities,
2008)
La transmisión ocurre a través del contacto directo, entre el animal infectado o elementos
contaminados y el animal susceptible. El virus del ectima contagioso, no puede penetrar a
través de la piel sana, por lo tanto, las abrasiones de la piel causada por las aristas filosas de
plantas, agujas hipodérmicas y operaciones quirúrgicas, facilita la penetración del virus
(Kusiluka & Dominic, 1996).
Figura 38. Cuadro clínico de ectima contagioso en piel (Alabama A&M and Auburn Universities,
2008)
4.4.2.2 Patología
Las lesiones más comunes se ubican en la zona bucal, corona de las pezuñas y ventanas
nasales de los pequeños rumiantes. Los signos iniciales son pápulas, pústulas y vesículas,
que se encuentran en labios, nariz, orejas y/o párpados y a veces en las pezuñas o región
perineal (CFSPH, 2007). Las lesiones también pueden ocurrir dentro de la boca, sobretodo
en los corderos jóvenes. En raras ocasiones las lesiones pueden extenderse hacia el esófago,
estómago, intestinos y varias vías respiratorias.
Los corderos en período de lactancia, pueden transmitir el virus a su madre, dando lugar a
lesiones en los pezones y en ubre. Las lesiones de la piel, con el tiempo se convierten en
gruesas costras cafés que corresponden a áreas de granulación de rápido crecimiento,
inflamación y ulceración. Las costras suelen ser disgregables y sangran fácilmente. Las
lesiones de ectima contagioso, son dolorosas y pueden dar lugar a la inanición o anorexia.
En animales jóvenes puede causar disminución de lactación y en las hembras lactantes, las
lesiones en la ubre, pueden deprimir su habilidad materna (CFSPH, 2007). El ectima
contagioso puede predisponer a los ovinos y caprinos a otras enfermedades secundarias,
como mastitis y pododermatitis infecciosa, en su forma epizoótica (Trylanda, 2005).
Las infecciones más graves, se han descrito en cabras Boer y sus cruces, donde la
presentación de la enfermedad, consiste en dermatitis multifocal proliferativa severa,
acompañada por una neumonía crónica, artritis y de moderada a severa linfadenopatía,
66
presentándose por un período de tres meses, hasta que los animales sean sacrificados
(CFSPH, 2007).
Esta enfemedad, tiende a ser más severa en cabars que en ovejas, siendo la raza más
susceptible la Boer, alcanzando tasas de mortalidad hasta del 10% por complicaciones de
infecciones secundarias (CFSPH, 2007).
La tasa de morbilidad de esta enfermedad, se encuentra alrededor del 80% en granjas sin
vacunación. En las zonas endémicas, se pueden producir brotes anuales en las granjas,
teniendo la mayoría de casos, entre los ovinos y caprinos menores a un año de edad
contagiados, debido a que los animales adultos, ya han desarrollado un grado de inmunidad
(CFSPH, 2007).
4.4.2.3 Tratamiento y control
No hay tratamiento específico para ectima contagioso. Diatermia y criocirugía, han sido
utilizadas en lesiones intraorales en corderos. Se pueden utilizar repelentes naturales y
químicos para mantener a las moscas alejadas de las heridas y se suministran antibióticos
para infecciones secundarias. Es necesario el desarrollo de un protocolo de manejo de
apoyo, incluyendo la alimentación por sondas para los animales infectados (CFSPH, 2007).
Para evitar la entrada a una granja no infectada con ectima contagioso, los nuevos animales
deben ser puestos en cuarentena, debido a que los portadores, no presentan signos clínicos,
tomando precauciones, para prevenir la introducción del virus en el equipo y otros fómites.
Los pastos o piensos presentes en los sistemas de producción, que representen un riesgo de
corte en boca y hocico, deben ser removidos.
La vacunación, se practica en algunas zonas, con virus vivos preparados de costras secas o
que se han reproducido en cultivos de tejidos. Las vacunas deben utilizarse únicamente en
las áreas donde las infecciones se han producido en el pasado, haciendo aislamiento de los
animales recientemente vacunados, de los no vacunados.
4.4.2.4 Implicaciones en Producción animal
Las implicaciones se observan en el bajo desarrollo corporal de los corderos, debido a la
disminución del consumo voluntario, por el dolor causado a través de las lesiones orales.
Las crías lactantes, infectan la piel de las glándulas mamarias de las madres, las cuales
desarrollan la enfermedad dejando de lado a su progenie y dando paso a la presentación de
diferentes grados de mastitis, causados por una amplia gama de agentes etiológicos
(Torfason & Guonadottir 2002).
4.4.3 Síndrome Diarreíco Neonatal
La etiología del síndrome diarreíco neonatal, envuelve muchos agentes infecciosos de
naturaleza viral (rotavirus, coronavirus, paratovirus y astrovirus), bacteriana (E. coli,
Salmonella spp, Cl. perfringes), parasitaria (Coccidias, Cryptosporidium spp) y protozoaria
(Cryptosporidium spp). Entre los agentes bacterianos y virales, son notables Escherichia
coli y rotavirus (Wani et al., 2004). En general E coli, juega un papel predominante durante
la primera semana y el rotavirus es más importante dentro de los 7 y 30 días de edad
(Lucchelli et al., 1992).
67
Figura 39. Cuadro clínico de la diarrea neotal en caprinos (Olcott & Dawson, 2004).
Esto resulta usualmente en atrofia de las vellosidades, en las cuales, las pérdidas de
enterocitos maduros y de los villi, resulta en una disminución en la altura de las
vellosidades (disminución de la superficie de la absorción) y en la pérdida de enzimas
digestivas (Merck & Co., Inc, 2008). La transmisión de la diarrea neonatal, es a través del
contacto oral-fecal o por la producción de aerosol fecal (Merck & Co., Inc, 2008).
4.4.3.2 Patología
Las infestaciones responsables del síndrome diarreíco neonatal, originan un cuadro clínico
común en los pequeños rumiantes neonatos, que consta de depresión, anorexia, debilidad,
dolor abdominal, diarrea y deshidratación. Las heces presentan tonalidad blanca amarillenta
a oscura y su consistencia varía de líquida a pastosa siendo a veces frecuente la presencia
68
de sangre (Méndez et al., 2003). Las complicaciones de la enfermedad, varian con la dosis
infectiva, la edad del animal y el estatus inmunitario (suministro de calostro), adquirido en
los primeros momentos de la vida (Méndez et al., 2003).
4.4.3.3 Tratamiento y control
El tratamiento incluye, reposición de líquidos y electrolítos, alteraciones de la dieta,
antibióticos, terapia de inmunoglobulina y el uso de medicamentos antidiarreícos y
absorbentes (Merck & Co., Inc, 2008). Gómez (2001), describe que para tratar los
procesos diarreícos de los neonatos ovinos y caprinos, se deben desarrollar unas
condiciones higiénicas, sanitarias y de manejo óptimas cuyo fin sea impedir la propagación
de la enfermedad a los animales sanos.
A continuación, se presentan los principales elementos del desarrollo de protocolos de
manejo y control del síndrome diarreíco neonatal propuesto por Gómez (2001).
4.4.3.3.1Manejo de neonatos
En los rebaños infectados, se recomienda manipular a los animales sanos, antes que a los
animales enfermos (utilizando diferente ropa de trabajo y utensilios), a través del desarrollo
e implementación de protoclos de limpieza en las instalaciones, una vez por semana, para
evitar la acumulación de agentes patógenos, en las camas, suelo, paredes y equipos.
4.4.3.3.2 Planeación Reproductiva
La planeación del componente reproductivo, es una medida de control para evitar el
hacinamiento, a través de la separación de las hembras, en lotes de monta y sincronización
de celos, asegurando la programación de fechas de parto y organizando la disposición de
parideras de acuerdo con el número de hembras a parir.
4.4.3.3.3 Manejo nutricional
Durante el período de gestación, se debe asegurar una correcta formulación de las raciones,
debido a que existe una relación directa entre la dieta y la fortaleza de los ovinos y caprinos
al nacimiento, así como el contenido nutricional del calostro. El suministro de calostro a los
neonatos, debe ocurrir durante las primeras horas de vida, en volumen suficiente,
incrementando de esta forma la resistencia a los cuadros diarreícos.
4.6.1.1.1 Implicaciones en Producción animal
La diarrea neonatal tiene implicaciones económicas directas, como el incremento de la
mortalidad neonatal, que llega a tomar rangos de 10 y 50% (dependiendo de la gravedad del
proceso), retraso en el crecimiento (con medias de hasta el 40 %,), aumento de la edad al
sacrificio (tomando 2 semanas más en alcanzar el peso de sacrificio) y descalificación de
canales (Gómez, 2003). Dentro de las pérdidas económicas indirectas tenemos, menor
producción láctea de las madres por atraso en la incorporación al ordeño en lactancia
natural, pérdidas de ubres por retención de leche, predisposición al desarrollo de mastitis
clínicas y subclínicas, incremento de los costos en medicamentos, exigencia de un manejo
laborioso, aumentando el honorario de trabajo en los sistemas de producción (Gómez,
2003).
69
Figura 41. Ovejas con fotosensibilización, tejido expuesto de la cara y el hocico ( Hogg et al.,
2010).
4.5.3 Patología
La susceptibilidad individual de los animales y los diferentes niveles de circulación de los
agentes fotodinámicos, pigmentos biliares y los diferentes grados de exposición a la luz,
influyen en la ocurrencia y severidad de la enfermedad (Badiei et al., 2009)
Badiei et al (2009), encontraron que los signos clínicos asociados a la fotosensibilidad
fueron hiperemia e inflamación de los párpados y la cara y edema submandibular variable,
teniendo en la últimas etapas de la intoxicación, una disminución de la temperatura corporal
rítmo cardiáco y respiratorio.
71
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