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Légica Juridica 107 UNIDAD V ERRORES EN LA ARGUMENTACION 1. DEFINICION Para el estudiante de Derecho, por el cardcter ampliamente argumentativo de su area de ejercicio, es indispensable revisar el analisis légico de los razonamientos falaces, por el riesgo que ellos representan, puesto que, los mismos siempre llevan implicita la intencién de engajiar, en virtud del manejo perverso que se hace del lenguaje, aspecto que le es caracteristico. Su estudio satisface la necesidad de conocer el sentido cientifico del argumento, para estar mejor preparado a la hora de enfrentarse a él, por contar con el conocimiento necesario que permita reconocerlo y, en consecuencia, defenderse. Los errores en la argumentacidn o falacias se pueden estudiar de dos formas diferentes: en primer lugar, como aquel argumento falso, que por no llevar implicita por parte de quien lo emite, la intencién de enganar, no se le considera un argumento manipulador, sino el producto de una idea equivocada, aun de una confusidn y en segundo lugar, como el argumento deliberadamente mentiroso, que si lleva implicita la intencién de presentarle una trampa lingiistica al contrincante. En el primer caso, se conforman los llamados paralogismos o falacias en sentido amplio y en el segundo caso, los sofismas 0 falacias en sentido estricto, argumentos estos de interés para la ldgica. En virtud de ello, el estudio de la falacia se reserva para los argumentos que llevan en si mismos un fin manipulador, para los argumentos que configuran el sofisma. En este sentido, Perdomo, R. (2007: 163) expresa que la falacia se caracteriza por llevar implicita la intencion de engafiar y se elaboran, como afirma Garcia, N. (2004: 173) consciente y deliberadamente para atrapar lingiiistica y emocionalmente al receptor o contrincante, quien resulta persuadido psicolégicamente por aquellos. Tal resultado es posible, gracias al manejo de las funciones prescriptiva y expresiva del lenguaje, que permiten camuflar las emociones o sentimientos que dirigen la manipulacién, los cuales recorren toda la gama de posibilidades conocidas, como: esperanza, vanidad, avaricia, odio, miedo, piedad 0 ldstima, entusiasmo, alegria, resentimiento, entre otras. Asimismo, las falacias pudieran ser estudiadas por la psicologia en lugar de la légica, pero la sustitucién de la razén por la manipulacién emocional al relacionar premisas y conclusidn, hacen pertinente su estudio por parte de ésta. 108 Alice Lida Valbuena Padrén De alli, que en la presente unidad se estudiaran diecisiete tipos diferentes de falacias, no porque constituyen el ntimero preciso de falacias estudiadas hasta el momento, sino porque tal como expresan Copi, I. y Cohen, C. (2008: 126), representan: “Los errores mas comunes y engafosos del razonamiento”; en tal sentido, acotan que se clasifican en falacias formales y falacias no formales o informales, sub clasificandose estas ultimas en falacias de atinencia y falacias de ambigiiedad. Como complemento, aunque las falacias formales integran la parte practica de la Unidad IV, es pertinente mencionarlas ahora como elementos que integran el contexto general de la clasificacién de falacias, por ser el resultado de errores de construccién en el argumento, debido a la inobservancia de las reglas ldgicas exigidas. Un ejemplo indiscutible es el generado por los vicios en la elaboracién de un silogismo, cuando no se observan los requerimientos establecidos para la combinacién de los términos y/o en la obtencién de los juicios, tal como puede evidenciarse en el siguiente razonamiento: PM: Todos los hombres son mortales Pm: Sécrates es hombre C: Luego, Este mortal es Sécrates En el ejemplo mostrado anteriormente, la falacia formal se evidencia en la falta de cumplimiento de las reglas de los términos del silogismo, por cuanto la posicién del mayor (mortal) y del menor (Sécrates), aparecen invertidos en la conclusién. Recuérdese el contenido presentado en la Unidad I. 1.1. Falacias no formales Permite resaltar la vinculacién emocional existente entre los elementos de un razonamiento falaz, es decir, entre sus premisas y su respectiva conclusién, encaminada en todo momento a persuadir al contrincante, no por la via de la razén, sino de la manipulacién psicoldgica implicita en el argumento. Siguiendo a Perdomo, R. (2007: 213), se entienden por falacias no formales: “Los razonamientos invalidos que no tienen forma de silogismo”. Como su nombre lo indica, las falacias no formales no obedecen a la inadecuada disposicién de los elementos estructurales del argumento, sino al contenido persuasivo que éste presenta, es decir, que el vicio esta en su contenido no en su forma. Légica Juridica Cabe sefialar, que su estudio reviste gran interés para el estudiante de Derecho, pues le provee de herramientas intelectuales idéneas para el andlisis de argumentos manipuladores, que camuflados bajo una trampa lingiiistica, gracias al manejo perverso de las funciones expresiva y prescriptiva del lenguaje, buscan persuadir psicolégicamente para que se acepten conclusiones que de otra manera serian rechazadas. Ahora bien, aunque el repertorio de los errores en la argumentacién 0 falacias analizadas cientificamente es extenso, su estudio no abarca la totalidad de posibilidades falaces generadas en la practica. Sin embargo, se considerara un recurrente grupo de argumentos utilizados en la vida cotidiana, destacando los vicios implicitos en ellos y poniendo en evidencia los riesgos que representan. Estas falacias se generan de dos formas diferentes, conformando la sub clasificacién conocida como falacias no formales de atinencia y falacias no formales de ambigiiedad, también denominadas por Ramis, P. (2006: 211) como sofismas de contenido y sofismas verbales, respectivamente. Las falacias de atinencia presentan el elemento psicolégico, como vinculacién entre premisas y conclusién. Las de ambigiiedad, errores seméanticos. Veamos los diferentes grupos sefialados y precisemos sus alcances. 1.1.1. Clases Se procedera en la presente clasificacién, a la agrupacién de los argumentos falaces, dependiendo de la nota distintiva que los caracteriza. En primer lugar, las falacias no formales de atinencia, que se distinguen por la ausencia de razén ldgica entre premisas y conclusién, al no permitir derivar expresamente esta Ultima de las primeras. En segundo lugar, las falacias no formales de ambigiiedad, caracterizadas por los errores seméanticos que presentan. 1.1.1.1. Falacias no formales de atinencia Recoge una variedad de diez argumentos diferentes, dos de los cuales se subdividen a su vez, pero todos ellos con vicios que buscan solapar las intenciones tramposas del autor, cuyo objetivo es confundir o inducir a error al adversario. A. Definicion La atinencia presenta en el estudio de la falacia, un significado muy particular, pues esta referida a los vicios de argumentacién, que buscan hacer pasar inadvertida la falsedad con la apariencia de verdad que los 110 Alice Lida Valbuena Padrén caracteriza. Segtin Copi, I. y Cohen, C. (2008: 19) desde el punto de vista semantico especificamente, se entiende por atinencia o atingencia la conexién 0 correspondencia existente entre los componentes de un asunto, es decir, la coherente relacién de los diferentes elementos que conforman un todo. Ahora bien, en el caso de los argumentos ldgicamente correctos, sus elementos premisas y conclusién generan la inferencia correspondiente, pues la segunda se deriva de las primeras. En el caso de los argumentos falaces por atinencia, por el contrario, no se presenta tal inferencia, pues no existe relacion ldgica entre premisas y conclusion, por no estar fundamentada esta ultima en razones, sino en nexos emocionales o psicoldgicos, dandose lugar en consecuencia, a las llamadas falacias de atinencia mencionadas por los precitados autores. Por su parte, Perdomo, R. (2007: 213) explica el caracter de no formal de las falacias de atinencia, cuando dice que son aquellos: "Razonamientos invalidos que no tienen forma de silogismo”; de alli, que se les conozca también como sofismas por ser: “Los argumentos predilectos de los sofistas”. La finalidad de las falacias no formales de atinencia, es manejar el contenido de los pensamientos del contrincante, por ello son consideradas psicoldgicamente persuasivas, caracteristica esencial de los argumentos manipuladores, a los cuales se llega de diferentes formas, entre ellas: * — Utilizacién de un lenguaje ambiguo, que deliberadamente tiende a provocar en la mente del receptor una doble interpretacién, dentro del contexto que se le dirige, es decir, al equivoco. Por ejemplo: decir que por haber sido un buen gerente en su empresa, sera un buen gerente en un cargo publico (porque no es lo mismo que gerenciar una empresa mercantil propia, en virtud del caracter politico de tal gestidn). * Empleo de contenidos imprecisos, que por no ofrecer un significado exacto obstaculizan (deliberadamente) la recepcién de la verdad. Por ejemplo: decir que él es un alto funcionario de Banco (cuando lo es de un Banco de Sangre y no de una entidad financiera, que en realidad es lo que se quiere hacer creer). + Cansancio 0 la confusién del contrincante, provocados para que éste no se percate de la falta de pertinencia légica entre premisas y conelusién. Por ejemplo: traiga a su mente el discurso de un vendedor o de un demagogo. Légica Juridica in + Utilizacién perversa del lenguaje, a través del manejo de sus funciones expresiva y prescriptiva, con la intencién de disfrazar las emociones que se pretenden provocar. Por ejemplo: imagine un comercial televisivo en el cual le presenten las virtudes de un perfume, identificandolo con el poder o el prestigio (sies masculino), © bien, con la elegancia o el glamour (si es femenino). B. Anal Se procedera a la enumeracién y respectiva explicacién, del grupo de falacias que permiten entender el sentido de la atinencia explicado, Es importante precisar las caracteristicas fundamentales de cada argumento, logrando distinguirlas entre si y poder reconocerlas en los diferentes ejemplos que se presentaran para su identificacién. is de falacias de atinencia usuales @ Argumentum ad baculum o apelacién a la fuerza De acuerdo con Copi, I. y Cohen, C. (2008: 140), este argumento produce en la mente del destinatario un grado de intimidacién tal, que lo lleva a aceptar la conclusion que se le presenta, en virtud del miedo que se le provoca. Respecto al contenido anterior, un ejemplo seria: cuando se le dice a alguien con el simple animo de intimidacién, que le demandaran por la clausula penal en virtud de un determinado comportamiento, si no cumple lo que se le plantea en la conclusién, haciéndole creer que corre riesgo de perder su libertad personal, cuando esta clausula no comprende tal sancidn. Se configura la falacia ad baculum, de apelacidn a la fuerza o falacia del bastén, como también se le conoce, porque el miedo a perder la libertad personal es lo que le lleva a aceptar la conclusién que se le presenta. No obstante, es oportuno advertir que el argumentum ad baculum no siempre presenta el caracter de sofisma, al perseguir como objetivo la obtencién de una conducta razonable, como en el caso de la norma juridica, la cual es impuesta por coaccién pero no es considerada como falacia, tal y como afirma Ramis, P. (2006: 220). Entre otros ejemplos tenemos: que se le diga a una persona que pague tal cantidad de dinero, porque de lo contrario se le hara sufrir un dafio; exigirle airadamente al subalterno que realice una tarea bajo la amenaza del despido y hacer creer a alguien que busca urgentemente un producto que es el Unico que queda en el mercado, para llevarlo a comprar en condiciones poco favorables. 112 Alice Lida Valbuena Padrén Concluyendo, tales argumentos son considerados falaces, porque la fuerza intimidatoria ejercida por el contenido linguiistico emocionalmente manipulador, no posee un sustrato racional, pues al no estar sustentado en la razén, sino en la emocién, es un argumento que omite la relacion légica necesaria entre premisas y conclusion. e Argumentum ad verecundiam o apelacién a la autoridad falsa Seguin Copi, I. y Cohen, C. (2008: 130), esta falacia se conforma cuando se incorpora en el argumento el nombre de una persona de prestigio, que es respetada y admirada en un campo que no tiene nada que ver con el area, tema o asunto que se ventila, con el deliberado propdsito de respaldar o fortalecer el argumento con su nombre y de esta manera, impresionar aquella persona, que por no ser especialista ni conocedora del asunto, puede resultar influenciada. Asimismo, suele configurarse la falacia de autoridad falsa, cuando se cuenta con la sola presencia fisica de la persona de prestigio para reforzar el argumento. En este sentido, Ramis, P. (2006: 218) define la falacia ad verecundiam 0 falacia de respeto como: “Pretensidn de probar una tesis citando en su favor la autoridad de alguien muy amado y respetado, pero no experto en la materia”. Se hace uso de una autoridad falsa como trampa lingiiistica para lograr el engafio. De esta manera, se tiene como ejemplo: sostener el argumento alegando que como el juez fulano, considerado una autoridad en Derecho Maritimo, ha dicho (sin ser cierto) que la figura del preaviso contenida en la legislacion venezolana, es la mejor lograda de América latina, pretende valerse del nombre del juez para sustentar tal afirmacién. La falacia se configura porque el juez, siendo una autoridad prestigiosa en el érea maritima, no lo es en el campo dentro del cual se le menciona, es decir, el laboral. Por otro lado, otros ejemplos pueden ser: que en una campafa publicitaria, gracias a su caracter de actriz de telenovelas, la artista hable de las bondades financieras de tal banco e invite a invertir en el mismo y cuando se anuncia falsamente que una persona famosa en el campo de las bellas artes, estara presente en un acto politico, con el objeto de alcanzar una mayor cantidad de asistentes al evento. En el primer caso, la actriz es autoridad en las novelas, porque a ellas le debe su prestigio, pero es falsa al hablar en el campo financiero, porque no es conocida en el area de las finanzas. En el segundo ejemplo, se usa el nombre de una persona famosa en un campo diferente al publicitado. Légica Juridica 113 De los planteamientos expuestos, se puede inferir que tales argumentos no tienen cabida entre personas conocedoras del tema, es decir, entre los especialistas en el area tratada, porque el conocimiento que poseen hace imposible este tipo de manipulacién. e La causa falsa La falacia de causa falsa (non causa pro causa), se configura cuando se construye una relacién de causalidad artificial entre dos eventos, al decir que uno es causa del otro sin serlo o cuando se afirma que un evento es causa del otro por la cercania temporal o espacial existente entre ambos, en otras palabras, por haber acaecido el segundo inmediatamente después que el primero. En ese sentido, Perdomo, R. (2007: 216) explica que este argumento falaz: “Se conforma cuando se tiene por causa de un efecto algun factor que no lo es”; por ejemplo, decir que fulano ha ganado el pleito porque le hizo una promesa al santo de su devocidn o el atribuir como causa del temblor de tierra el intenso calor reinante horas previas a dicho evento. Al respecto, Copi, I. y Cohen, C. (2008: 136) presentan los siguientes ejemplos: alegar que le aplazaron la materia, porque el profesor le tiene el ojo puesto, cuando en realidad no respondié correctamente el examen; aducir la culpabilidad de una persona, porque se le encontré cerca del lugar donde se cometié un robo, alegando que Ilevaba consigo una ganziia, cuando en realidad se trata de un albafil que viene saliendo de su lugar de trabajo en una construccidn cercana. ¢ La pregunta compleja También llamada pregunta capciosa, por su intencién de engajiar, la cual es prohibida en las testimoniales juradas. Esta falacia consiste en la formulacién de dos preguntas en una, buscando obtener del contrincante una respuesta comprometedora, pues una efectivamente se hace, mientras que la otra queda implicita en la anterior. La trampa se configura cuando la victima del argumento, solo contesta la que expresamente se le hizo con un si'o con un no, dejando sin responder la que est sobreentendida. De esta manera, termina también contestandola favoreciendo los propdsitos de quien la formuld. Por ello, tal como acota Perdomo, R. (2007: 218): “Las preguntas complejas no se pueden responder con un simple sio con un simple no, porque suponen una respuesta anterior”. Alice Lida Valbuena Padrén La forma de evitar entonces esta trampa lingliistica, seguin lo afirmado por Ramis, P, (2006: 218), ya la sugirié Aristételes al proponer contestar ambas preguntas, la efectivamente formulada y la implicita o tramposa con dos respuestas o proposiciones separadas, es decir, cada una con su correspondiente sujeto y su predicado. Respecto a lo anterior, se tiene el siguiente ejemplo: ante la pregunta

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