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Sede Chicureo
Departamento de Lenguaje
Taller Habilidades lectoras
Miss Daniela Yañez
Nombre
Sabías que…
La vida en la pampa salitrera era dura y precaria. Los trabajadores, conocidos como pampinos, vivían en
campamentos mineros controlados por las compañías salitreras.
Trabajaban largas horas bajo el sol ardiente extrayendo y procesando el salitre. Las condiciones de trabajo eran
peligrosas y la salud de los pampinos se veía afectada por la exposición al polvo y al frío.
Las viviendas eran precarias, construidas con materiales ligeros como madera y calamina. Las familias vivían en
hacinamiento y carecían de servicios básicos como agua potable y alcantarillado.
La vida social giraba en torno a la pulpería, donde los pampinos podían comprar alimentos, bebidas y otros
artículos básicos. También era un lugar de encuentro para socializar y escuchar música.
El biógrafo era una fuente de entretenimiento importante en la pampa. Se proyectaban películas mudas que
narraban historias de amor, aventuras y vaqueros.
“Invitación al biógrafo”
Era domingo, era verano, era la hora de la función vespertina. La hora en que los últimos rayos del
sol volvían de oro las calaminas del campamento, mientras el disco de moda chicharreaba
neurálgico desde los parlantes del biógrafo, y a sus puertas comenzaba a juntarse, alegre, toda la
gente de la oficina, ellas recién perfumaditas, ellos lustrados y embrillantinados hasta el esplendor.
Trewhela’s School
Sede Chicureo
Departamento de Lenguaje
Taller Habilidades lectoras
Miss Daniela Yañez
Era 1a hora de la vespertina y yo venía llegando de mataperrear por las calicheras
abandonadas. Con mis cerriles once años, el desierto me atraía como imán. Despeinado y a pata
pelada me detuve a ver qué película exhibían.
En las afueras del biógrafo, junto al carrito de los embelecos, la Daisy conversaba con otras niñas
de su edad. Con su vestido de organza rosada, sus cintas en el pelo y sus doce años a toda vela, la
Daisy —hija de los dueños de la única tienda de la oficina— era la niña más hermosa que yo había
visto.
Al verme se me acercó y, sonriendo, me invitó a ver la película. «Yo te hago la entrada», me dijo.
Quedé mudo. Luego, con una vocecita prometedora, oí que me decía que fuera a ponerme zapatos
y volviera rapidito, antes de que empezara la función.
Al dar la media vuelta para partir, la Daisy me tomó de un brazo y me hizo una pregunta que
rebalsó mi cuerpo de una sensación nueva:
Hasta la esquina caminé lo más normal que pude. Pero apenas la doblé y me perdí de vista
emprendí una veloz carrera. No me lo podía creer: ella, la Daisy, la niña que más me gustaba —y
que más le gustaba a mis amigos—, además de hacerme la entrada, iba a comprar los chicles a mi
gusto.
Al llegar a casa comencé a desesperarme. No encontraba mis zapatos por ninguna parte. Y es que
solo los usaba en ocasiones especiales. «Duende de porquería», refunfuñaba mientras revolvía y
zarandeaba todo frenéticamente, seguro cien por ciento de que él me los había escondido.
Luego de unos minutos que fueron eternos, ya a punto de llorar, hallé un par de zapatos viejos
dentro de un cajón de té arrumbado en un rincón de la cocina. Eran de mi padre. Sin pensarlo dos
veces, y sin perder más tiempo, me las envelé de vuelta con ellos bajo el brazo. Allá me los
pondría.
Soñando que en la penumbra del biógrafo le tomaba la mano a la Daisy, corría por el medio de la
calle a todo lo que daban mis talones. A lo mejor, mientras Jorge Negrete le cantaba una ranchera
a la María Félix, hasta le podía robar un beso.
Y es que de un tiempo a esa parte, varios de los niños con los que veíamos la función sentados en
el pasillo —riendo a gritos en los cortos de Carlitos Chaplin que ofrecían antes de la película—
habían pasado a instalarse en las lunetas, junto a alguna muchacha. Esos niños eran la envidia y la
admiración de los que seguíamos amontonados en el piso de tablas baldeadas con petróleo. Y
ahora me iba a tocar a mí. Pasaría del pasillo a una luneta.
Llegué a la esquina del biógrafo resollando. Llegué cuando ya se oían los últimos acordes de la
Marcha sobre el río Kwai, que indicaba el comienzo de la función. Llegué justo a tiempo para ver,
entre la gente que ingresaba apresurada, un copón de organza rosa entrando junto al hijo del
sargento.
«¡Daisy!», alcancé a gritar con el corazón en la boca. Pero ella no me oyó. O no quiso volver la
cabeza.
Con una sensación rara en el pecho —nueva también para mí—, una sensación parecida al
aturdimiento, me senté en la vereda con los zapatos en la mano.
Léxico
Función vespertina Eventos o funciones de cine/teatro que se dan por la tarde.
Calaminas Techumbre, material de construcción que se pone en los techos.
Mataperrear Matar el tiempo vagando por las calles sin hacer nada productivo.
Calicheras Relacionado con el mundo de las salitreras. Lugar de extracción de la
piedra caliza, piedra que es utilizada para obtener el salitre.
Balbuceé/balbucear Decir las cosas de manera imperfecta, a penas.
Emprendí/emprender Iniciar, comenzar.
Penumbra Sombras. En este caso en la oscuridad del cine.
Lunetas En los teatros antiguos, cada uno de los asientos preferentes que
estaban colocados en filas frente al escenario en la planta baja, en zona
diferenciada del patio.
Baldeadas Limpiar con baldes cualquier suelo, en especial las cubiertas de los
buques con el fin de refrescarlas.
Divisar Ver, percibir, aunque confusamente, un objeto.
Resollando Absorber y expeler el aire por sus órganos respiratorios. Respirar
profundo y fuerte después de correr.
2. Además del gusto que sentía por Daisy ¿qué otra razón hizo al niño aceptar la invitación al
Biógrafo? (inferir) (PREGUNTA ESTRATÉGICA PARA EVALUAR RESPUESTAS DE INFERENCIAS, EL
LECTOR DEBE RESPONDER A LA PREGUNTA ¿ES VERDADERO QUE?
3. Después de jugar en las calicheras ¿por qué el niño se detuvo en El Biógrafo? (localizar)
Era 1a hora de la vespertina y yo venía llegando de mataperrear por las calicheras abandonadas.
Con mis cerriles once años, el desierto me atraía como imán. Despeinado y a pata pelada me
detuve a ver qué película exhibían.
a) Porque había acordado ver a Deisy. (LA FRASE CLAVE QUE FALSEA, ES QUE HABÍA RECORDADO
VER A DAISY, CUANDO LO CIERTO ES QUE SE ENCUENTRA CON ELLA POR CASUALIDAD)
b) Porque se iba a juntar con los otros niños. (LOS OTROS CHICOS SON MENCIONADOS COMO
ASIDUOS A IR AL BIOGRAFO)
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Miss Daniela Yañez
c) porque quería saber qué película exhibían.
d) porque quería comprar un chicle de menta.
Llegué a la esquina del biógrafo resollando. Llegué cuando ya se oían los últimos acordes de la
Marcha sobre el río Kwai, que indicaba el comienzo de la función. Llegué justo a tiempo para
ver, entre la gente que ingresaba apresurada, un copón de organza rosa entrando junto al hijo
del sargento.
«¡Daisy!», alcancé a gritar con el corazón en la boca. Pero ella no me oyó. O no quiso volver la
cabeza.
Con una sensación rara en el pecho —nueva también para mí—, una sensación parecida al
aturdimiento, me senté en la vereda con los zapatos en la mano.
a) El comienzo de la película.
b) Un corto de Carlitos Chaplin.
c) Deisy entrando acompañada de un niño.
d) Sus amigos esperándolo en la puerta del cine.
Al llegar a casa comencé a desesperarme. No encontraba mis zapatos por ninguna parte. Y es
que solo los usaba en ocasiones especiales. «Duende de porquería», refunfuñaba mientras
revolvía y zarandeaba todo frenéticamente, seguro cien por ciento de que él me los había
escondido
Durante el verano,
Soñando que en la penumbra del biógrafo le tomaba la mano a la Daisy, corría por el medio de
la calle a todo lo que daban mis talones. A lo mejor, mientras Jorge Negrete le cantaba una
ranchera a la María Félix, hasta le podía robar un beso.
¡Cómo se pondrían de verdes mis amigos!
Para la revisión de este tipo de preguntas, es importante señalar a los alumnos que las frases
que deben interpretarse pueden presentarse en las respuestas divididas en bloques o
netamente parafraseadas. En este caso es qué se hace (ponerse verdes = sentir envidia),
quiénes lo hacen (sus amigos) y a quien (al protagonista). Este tipo de revisión se llama “uno a
uno” y los distractores pueden encontrarse en uno de los tres bloques
Quiere decir que
Ella
a) olvida, ya que no recordaba que tenía un compromiso. ES INCORRECTO PUES NO HAY MARCA
TEXTUAL QUE INDIQUE QUE ELLA TUVIERA UN COMPROMISO PREVIO.
b) se burla, porque se ríe del protagonista junto con la otra cita. EN NINGUNA PARTE DEL TEXTO
APARECE QUE SE HAYA BURLADO. EL EVALUAR DESDE EL JUICIO A LA ACCIÓN ES UN ERROR
FRECUENTE Y HACE QUE LAS PERSONAS MARQUEN ESTA ALTERNATIVA.
c) ignora, pues no responde al grito realizado por el protagonista
d) acoge, pues recibe de buena manera el llamado del protagonista. INCORRECTO PUES LO QUE
HACE DEISY ES COMPLETAMENTE LO CONTRARIO.
Como una
Soñando que en la penumbra del biógrafo le tomaba la mano a la Daisy, corría por el medio de
la calle a todo lo que daban mis talones. A lo mejor, mientras Jorge Negrete le cantaba una
ranchera a la María Félix, hasta le podía robar un beso.
Fantaseaba con
● Califica adjetivizando la actitud de Daisy y presenta una postura clara y coherente con el la
actitud del personaje.
● Entrega 1 fundamento.
● Utilizar ejemplos pertinentes y convincentes para respaldar nuestra postura asociados al
libro y a la vida real.
III) Vocabulario.
A partir del léxico presente en el texto, escribe una oración en contexto no familiar con cada una
de las palabras e incorpora un sinónimo.
- Para escribir las oraciones debes:
- Respetar la definición entregada por contexto (ya dado por la definición)
- Redactar utilizando un registro formal.
- No usar contextos familiares/personales, es decir utilizar contextos académicos, legales,
laborales, legales, noticiosos, etc.
- Las oraciones deben ser claras y precisas, evitando cualquier tipo de ambigüedad.
- Evitar la repetición de palabras.
Léxico Sinónimo Oración en contexto no familiar
Función vespertina
Calaminas
Mataperrear
Calicheras
Balbuceé/balbucear
Emprendí/
emprender
Penumbra
Lunetas
Baldeadas
Divisar
Resollando