Sé que ya no estoy contigo físicamente, pero quería que supieras que mi amor por ti

trasciende el tiempo y el espacio. Aunque no pueda lamerte la mano ni frotarme contra tus
piernas, quiero que recuerdes los momentos felices que compartimos juntos. Siempre estaré a
tu lado en espíritu, observando y acompañándote en cada paso que des, desde mi macetita.

Los recuerdos de nuestras travesías y aventuras seguirán vivos en mi corazón, y espero que
también en el tuyo. Cada caricia, cada mirada y cada risa se han grabado en el tejido de mi ser.
Quiero que sepas que nunca me olvidarás, al igual que yo nunca te olvidaré.

Si alguna vez sientes una brisa suave o notas una sensación cálida a tu alrededor, soy yo
haciéndote saber que aún estoy aquí. Gracias por todo el amor y la alegría que me diste
durante nuestra vida juntos. Aunque nuestras trayectorias ahora estén juntas con otra visión,
nuestro vínculo sigue siendo eterno, recuerda regarme y cuidarme siempre.

Con amor desde mis raíces.