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(Papá,) he matado a mi madre,

la he matado lentamente,
más lento que la vida;
vacié el alma de sus ojos
en una copa y la bebí.

Solo porque entre todas ellas fui la más dulce;


cuando mis ojos no estaban listos
para ver lo que vieron,
y mi piel sentir lo que mi piel sintió;
pude matarla de la manera más cruel.

Debí haber muerto yo con el veneno


de mis alas, porque
fui una crisálida envuelta en espinas, cuando
ella se habría puesto mi piel
para salvarme del dolor

Necesité morir yo también,


vacié la inocencia de mis ojos,
y se la di a él para que bebiera,
en una copa de metal.

Fui robada antes de tiempo


y aún así me preguntas:
Por qué no me arrepiento
la he matado, la he matado
y si pudiese lo haría otra vez.

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