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a Capitulo YOK nn 1. Vida y obras de Tomas de Aquino “s Tomnés ncié en Roccasecca en 1221. A pesar de la oposicién de su familia ingre~ sé en la orden de los dominicos y entre 1248 y 1252 fue discipulo de Alberto Magno. A Continuacién enseft6 en Paris y iuego en las principales universidades europeas (Colonia, Bolonia, Roma, Népoles), como era costumbre de os La vida» § 1 dominicos. Murié en.1274 en el monasterio de Fossanova. ‘= Santo Toms es él maximo representante de la Escoléstica. Su filosoffa ‘es considerada como preambulum fidel, esto es, come prepa- racion para la fe, y precisemente por esto goza de autonomia propia. ‘ademés, la filosofia de Tomas tiene una funcién apologétice, puesto que La filosofia como preambulum Fidei + 62 permite discutir con quien no acepta ninguna fe. Tomas, uno de los mas grandes pensadores de todos los tiempos 1B] més grande de los escolésticos, au- téntico genio metafisico y uno de los mas grandes pensadares de todos los tiempos, To- més de Aquino elabora un sistema de saber Ge indole més aristotélica que platénico-agus: tiniana, admirable por su transparencia logi- cay por la organica conexion de sus partes. Italiano por parte de padre, Landolfo —conde de Aquino— y normando por parte de madre, Teodora, Tomas nacié en Rocca secea (Lacio meridional), en 1221. Recibi6 ‘su primera educacién en la abadia de Monte- casino, adonde fue llevado con la esperanza. de que contribuyese ala honra de su estirpe. Bn efecto, e! abad de Montecassino era un poderoso Seftor feudal. Sin embargo, debido a las continuas guerras entre el papa y el emperador, la abadia pronto se vio reducida aun estado de abandiono desolador y de tris- te decadencia, Bn consecuencia, prosiguié gus estudios en Napoles, en la universidad gue habia sido recientemente fundada por Federico I ‘Alli entré en contacto con la orden dominicana, rauchos de cuyos miembros s€ nabjan dedicado al estudio y a la enseftanza universitaria, Decidié ingresar en Ja orden, atrafdo por esta nueva forma de vida religio- sa, abierta a las nuevas realidades sociales, ‘que tomaba parte en el debate cultural y que se hallaba exenta de intereses mundanos. Su decision fue firme e irrevocable, a pesar de la oposicién que su familia le manifest6 de mo- dos diversos. Entre 1248 y 1252 fue discfpulo de Alberto Magno en Colonia, donde mostré su talento especulative muy rapidamente. Invitado por su maestro a exponer su punto de vista sobre una quastio discutida, To- mas —-que era llamado el 54 discurso sobre los modos del ser que son, para nuestro fildsofo, las diez categorias. * Todo ente contiene en sf lo uno, lo verdadero y lo bueno (los tes llamados trascendentales del set), por lo que puede decirse que el ser es trascendentales uno, verdadero y bueno. del ser> 85 « Decir que el ser es uno significa afirmar que es intrinsecamente no contradictorio; pero también en este caso la unidad se predica de Dios, y del hombre Ome ens S6lo por analagia. En efecto, Dios es verdaderamente simple, en cambio est unum el hombre es una unidad por composicion (esencla + actus essen). S551 © Lo verdadero es un trascendental det ente en el sentido de que todo ente es inte- ligible. Pero esto puede decirse en dos sentidos: por un lado, para afirmar que existe, una verdad ontolégica (todo ente es verdadero porque se adecua al intelecto divino que lo piensa) y, por otro, para atirmar quie existe una verdad l6gica que €5 12 Omne ens |decuacion de nuestra mente humaria al objeto. La verdad de un ente - est verum depende del grado. de ser que posee; en este sentido, Dios, que es sumo 5 §5.2 ente, es también suma verdad. + Por ditimo, todo lo que es, &s también bueno porque es fruto Ome ens de la bondad difusiva de Dios. A la luz de esto, Dios se presenta como est porum sumo Bien. 4553 218 Semejanza y desermejanzo entre Dios lo creado: fe relctn de anatogta 1a teofogia negative +867 wl; El concepto de ente "Tomés expone las Ifneas fundamen- tales de su metafisica en la obra juvenil EL ente y ta esencia, donde explicita los con- ceptos de §2 ley natural de dos modos: 0 por deduccion (y tenemos el ius gentium) 0 por especificacion (y entonces tenemos el ius cvle) Pot ejemplo, forma parte del is gen Fium i2 prohibicion del homicidio, mientras que formaria parte del jus civil la sancién que hay que imponer al homicida Si para la ley humana es esencial su derivaci6n de fa natural, entonces también es evidente que no puede contradecirla. Una norma que contradijera ta ley natural no seria justa y, por tanto, no serfa ley: hay que des hay que tebelarse contra el titano como ag} cuenta la ley divina del hombre, o sea, la beatitud eterna. bre abit Bl hombre, para Tomés, es natura- lez racional, capaz de conocer: ratio est potissima hominis natura. Precisamente ésta es la concepci6n del hombre que en- contramos en Ta base de la ética y de la polé- tice del Aquimate. Antes que nada el hombre conoce el fin hacia el cual todas las cosas tienden por naturaleza, conoce un orden de Jas cosas, cuya cima est4 ocupada por Dios como Bien supremo. indudablemente, si el intelecto pudiese olrecer la vision bealffica de Dios, fa voluntad humana no podria no quererla, Pero, agui abajo, esto no es posi- ble. Durante la vida terrena el intelecto sélo conoce el bien y el mal de cosas y acciones gue no son Dies y, en consecuencia, la vo- sobedecer la ley injusta, del mismo modo que jente del mal. Por encima de estas leyes se en- Io revelada en el Evangelio—, que esté vinculada al fin sobrenatural luntad es libre de quererlas 0 no quererlas ‘Bate es el sentido de la formula ratio causa, tibertatis. En el libre arbitrio, en Ja libertad humana (en absoluto menoseabada por la presciencia de Dios, que prevé lo necesa- Ho y lo que sera libre, es decir, debido ex- clusivamente a la libertad humana), Tors ve la rafa del real, concebido —al igual que ‘Agustin— como carencia de bien. «El hom- bre, por su propia naturaleza, posee libre arbittiow: no esté dirigido hacia un fin como Jaflecha que lanza el arquero; por lo contra- rio, se dirige libremente hacia wn fin. ¥ ‘al igual que existe en él un habitus natural que le sirve para captar los principios del co- nocimiento, también hay siempre en él una disposicion o habitus natural —la sindé- resis — que Jo lleva a comprender aquelios k 230 principios que guian las buenas acciones. Comprender, sin embargo, no significa ac- tuar. Yel horabre, precisamente porque es bre, peca cuando se aleja deliberadamente e infringe aquelias leyes universales que la rag6n le da a conocer y la ley que Dios le revela. aby Lex acterna, lex naturals, lex humana, lex dlivina ‘Tomés distingue tres tips de leyes: la lee aoternay la ler natweratis y la lex: heema- ‘na. Y por encima de éstas coloca la lax divt- ‘na, la ley revelada por Dios. La le aeternas es ¢l plan racional de Dios, el orden de todo el universo a través del cual la sabiduria di- vvina dirige todas las cosas hacia su fin. Es el plan de la providencia, que tnicamente conocen Dios y los bienaventurados. Sin em- Dargo, el horibre como naturaleza racional es participe de una parte de esta ley eterna. ‘Tal partictpatio lagis aeternae in rationa- i creatura se lama ley natural. En resumen: los hombres, en la medi- da en que son seres racionales, conocen la ley natural, cuyo niicleo esencial reside en la norma que prescribe «hay que hacer el bien y evitar el mab», Para el hombre, como pa- ra cualquier ente, Ja propia conservacién es un bien; como para cualquier animal, es un bien para el hombre el seguir las ensefian- zas universales de Ja naturaleza: unién del varén y Ja hemabra, la proteccién y crianza de los hifos, ete. En cuanto ser racional, para el hombre es un bien el conocimiento de la verdad, el vivir en sociedad, etc. Sin embar- 0, mas que en la especificacién de cual es elbonum y cual el malum, santo Tomas considera principalmente la ley natural co- mo la forma de la racionalidad. Estrechamente ligada con la lex natu- ratis, Tomas define la lex humana. ‘Consiste en la ley juridica, el derecho positivo, laley puesta por el hombre. Ylos hombres, que son sociables por navurale- za, promulgen leyes juridieas para disuadic a los individuos de que cometan el mal. Al igual que toda ley es aliquid pertinens ad rationem (esto es, algo que perienece ala razén, dado que le corresponde a la razén el establecer los medios necesarios para los fines y el disponer el orden de los fines), Decimoteroera parte - La Escoldctica an el siglo X37 la lew huemane es el orden promulgado por la colectividad (muttitwdo) 0 por quien se halla a cargo de la comunidad (ab ¢o qué curam comienitatis habet) con vistas al bien comaim. No obstante, las leyes promulgadas por el hombre se basan, como se ha men- cionado antes, en la ley natural. Bn opinion de santo Tomés, la ley humana procede de a. ley natural de dos maneras distintas: por deducciGn, per modu conclusions, o bien por especificacién de normas mas ge- nerales, per modum determinationis, En el primer caso, est el ius gentizum, y en el segundo, el ius civile, Del dus genzinem forma parte la prohi- bicién del homicidio, pero el tipo de pena que hay que imponer al homicida forma parte del tus civile, que es una aplicacién histérica y social de una ley natural especi- ficada y fijada a través del tus gentium. Al derivarse légicamente de la lex naturalis, los preceptos del us gentéum pueden ser conocidos sin necesidad de efectuar una in- vestigacién historica sobre los diversos tipos de sociedad, cosa que —corno es evidente— no se aplica alos preceptos del ius civile, Si los preceptos de la ley humana o positiva se derivan de le ley natural, son conocides por laraz6n y estén presentes en el conocimien- to. Por tanto la sociedad podria también de- jar de fijartos a través de la ley humana o Juridica, pero a pesar de ello nos encontra- ‘mos con que el derecho los reeoge. Sucede asi porque hay «malvados e inclinados a los vicios que dificilmente pueden ser guiados por la persuasion; es, pues, necesario que sean obligados por la fuerza y el temar a evi- tar el mal, para que, absteniéndose al menos por este motivo de hacer el mal, dejen en paz.a los demés, y ellos mismos, gracias a esta costumbre de evitar el mal, acaben por hacer voluntariamente lo que antes levaban a cabo solo por miedo y ast se vuelvan vir- ‘tuosos». La coercitividad de la ley humana, pues, tiene la funcién de hacer posible la pactfica convivencia entre los hombres, pero para santo Tomés posee asimismo una fsr- cidr pedagégica, La ley humana presupo- ne hombres imperfectos. ¥ al igual que no reprime todos los vicios sino s6lo aquellos «que dafian a los otros» y que, como «los homicidios, los robos, ete», «amenazan la conservacién de la sociedad humana», «tar- Capitulo XX andar todos los actos virtuosos, poco debe necesarios para el sino sélo aquellos que son Dien comin. ‘i para la ley humana resulta esencial su derivacién de la ley natural, entonces se hace evidente que, siempre que la ley hurna~ na contradiga ala natural, deja de existir ‘coro ley. Esta es la raz6n por Ja que la ley debe ser justa. Al igual que para Agustin, para Toms «no puede haber ley si no es ley justa>. Si una ley positiva estuviese en desa~ Cuerdo con la Jey natural, entonces

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