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ca see Fan 650 Aca Lai Fanon Frantz, Los condenados del tierra. (1961), México: FCE, 2001 Piel negre, mdscarasblancas. (1952). Buenos Aires: Abraxas, 7. ‘Femandes, Flresin. Circuito fechado. Quatro ensaios sobre o poder Is ttucionl, Sao Palo: Globo, 2010, Gandarilla, José Guadalupe. América Latina en ta conformacién de fa ‘economia-mundo capitalsa, México: UNAM, 200. GGrosfoguel, Ramo, “La detcolonzacion dela economia polteay los stios postcoloniales: tansmadernidad, pensamiento froneizo Yy coloniaidad global" Trad, Marfa Luisa Valencia. Table Rasa 4 (2006): 17-48, Haya de Ia Tore, Victor. El antiimperialismo y el APRA. (1928), Lim Fondo Editorial del Congreso del Peri, 2010. ‘Valdimir lich. E! imperalismo, fase superior del captalismo. (916) Pekin: Editorial del Pueblo, 1966 Marchant, Paticio, “Discurso contra los ingleses”. (1980), Bscritura 'ytemblor. Eds, Pablo Oyarzin y Willy Thayer. Sango: editorial Cuatto Propio, 1998.27, Mignolo, Walter. Historias localesDisefs lobales.Coloniaidad,cono- ‘cinients subaltemos y pensamentofrotrico. Maid: Akal, 2008, [Néiez Roman, gas "Presentaciones” El antinperialismo y ef APRA. ‘ietor Haya de In Tore. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Peri, 2010. ‘Nussbaum, Martha C, Las lites del patroromo, Mentidad, pertenencia 'y“ciudadania mundial”. Barcelona: Paidés, 199. Seid, Edvard, Orienalizmo, Barcelona: RamJom House Mondadori, 2008, Sate, Jean-Paul, "Prefaci”. Los condenados dela era (1961). Frantz Fanon, México: FCE, 2001. 7-28, Lexi LUGARES FANONIANOS DE LA POLITICA: DELA LENGUA AL CUERPO Y DEL CUERPO A LA CULTURA NACIONAL, ‘AtsiaxoR0 De O70 Introduccion Ba spies de isons aac aces soe nobiemaconcpil ohana Seles aon ap teen texto gu eden ayudar frm patos is procs de ujctvacon Lert det perused se ase poser esr fn ome coms “tol nee traps ln sinus insane nexpeninccecontemorian aa ha pr don da tn ie ne fe od ufc: tora usec de ns vay de a deri gu, patton el lenge sta pa evar ail ston Eee em go ae {emer sith Oy gran parte neat ee Sitereciseycalesy elles mtu ee reese exc de Pn Fanon sido une eae nce oe proce ds nese cls rene peli Se lec Hstico inmedatamente postr a Segunda Guers Mundi "si damon pst d tng pa in pcs year des pes corps en st oes os y races Seas ‘roca como lesen Emin crocabocaa de oa itr qu sgl conan re sings 6 ere Fae es Anca Lara 1a teorfa social y ellos son los del Estado y los de Ia subjtividad?. Laeseritura fanoniana intersecta a ambas y lo hace menos desde los aspectos normativos que presuponen (teria del Estado, una teo- ria de la subjetividad) y més desde Ia dimensién que propone Ia préetica politica entendida en tsrminos accionales. Al hacer esto, el rol desempefado por el colonialismo en sus distintas aticulaciones histicas y espaciales es un material crucial para dart otra textu- ray densidad a conceptos que son centrales en la teorfa poltica, ‘como por ejemplo, el de subalternidad. Los textos de Fanon son un ‘erreno apropiado para observar estas dindmicas y ver ls posibles seties que se organizan referidas a los modos pricticos en que la paracién con el problema del tiempo en la historiografia sino como précticas que configuran percepciones del tiempo, de la sociedad, fe. La racializacién presupone entonces lo que podsfamos lamar ‘un fundamento negativo del euerpo colonial que lo anclaa sus tes- pponsabilidades, al tiempo que ellas funcionan como el mecanismo propio del estatuto de los condenados: son cuerpos dafiados que no pueden sino mostrar su incapacidad de recuperarse. Y asi, otra Vez, [Ta lssarin vob e coscept de comiuldd, Foca se asa en a ri teas bstogopscns de Amul pers esorar uta dferecicin ene Lo qe {enomina ans stra loa, ogunizad sop el rite de un pic ue ‘tong coninaisd netergenedad strc y ais geberal,confor Inna con ae un trabajo de corel Seve, cores, especiales [Sonos ee. Li ie en juego ra pore oco ea is coreacones de ‘eves par adage contacton de lo qo nna espacos de dispersion Gs. [Lous tonnes La PRTICA BB La NGL A Como, ‘Reruseno Deon 8 cl deslizamiento es hacia la zona del no ser, hacia donde nose cons: tituye resistencia ontol6giea alguna. Repasemos brevemnente el an _gumento aguf. Anotamos que no hay siquieracabida para pensar el expo colonial por medio del tiempo de larepresentacion porque 4e hecho su configuracién ocurre come daifo, como condena, que no le permite estar en la historia de forma alguna posible. $i no acontece en el presente todo rasgo de su historicidad se desvanece, ‘deviene en tikima instancia en un stock disponible que prefiguea ‘muchas de las discusiones actuales en toro del problema biopolti- co. Al mismo tiempo, la representacién como mado de conocimien- to ptvilegiad sitda ese cuerpo en el espacio de las responsabilida- des que se deben asumir por ser un cuerpo fallid, Ahora bien, el problema es que I dimensién de la responsabilidad es equivalente ‘la oclusiu que se produce sobre el sujeto figurado dete de ella, Para decilo de otro modo, la responsabilidad remite a un sujeto que es negado porelestatuto dela condenay por ello el funcionamiento de la representacion que circulaen la lengua colonial y en los dis- ‘cursos que le son soidarios aleja los cuerpos de Ins performances, ero también del deseo y de la politica, Cuando nos referimos a una ‘condicién subalterna y a las posibiidades de hablar 0 no que se ar- ticulan allt el euerpo es, paradgjicamente, quien tiene ms para de- cit, Fanon estaba muy consciente de ello y por eso imagin6 que el, primer teritorio de disputa con el colonialismo era el de los euer- os. Veamos esto en detalle. En la critica del colonialismo organiza ‘un regreso ala historia, no la de las grandes citas sino Ia de las ‘emporalidades diferenciales en las cuales la subjetivdad se trama, y ala pa, organiza un retorno a la politica como espacio de la ima inacién cultural y social. Tal regreso esti marcado por el hecho ‘Que debe acontecer en teritorios concretos, ya que no hay ainguna posibilidad de ofrecer un relato descolonizador sin que me medic ‘una configuraci6n del espacio de ocurrencia de ese reato, lo cual ‘iene como consecuencia, ademés de pensar la historia enearnada, en précticas, el reorganizar el modo en que conocemos esas préct- cas, En ese proceso, el cuerpo es clave porque tiene todas las carac- Py uae Fan pesoe Ase Lao, {eristicas disponibles para ue ambas cosas comicncen a ocurre. Ea principio, porque hay un relato del cuerpo colonial que To constita- ye desde un doble rasero: al mismo tiempo que es el cuerpo de la ‘ondena, al que subyacen distintos esquemas, es el euerpo de la responsabilidad, asignada en un primer momento por los mismos relatos de la condena, peo luego asumida como forma trigica desu constitucin poscolonial. En un trabajo reciente seRalgbamos Ia ca- racterstica trigica de la eflexién fanoniana frente ala diléctica de Ia historia en el modo, por ejemplo, de Jean Paul Satte (De Oto, ‘Quintana, “Frantz Fanon. Los especttos y lo trgico”)- En efecto en la larga relacin intelectual, afectiva y politica entre Fanon y Sarre, ‘uno de los rasgos mis atractivos ha sido que imaginaron de manera diferente el proceso histrico descolonizador. Mientras que Sartee bonaba el terreno de una dialéetica de la historia de marcas hege- lianas profundas, Fanon enfrentaba el dilema de plegarse a ella 0 ‘maginar que la historia y la politica se onganizan con areglo a si- twaciones menos precisas y més contingentes. Como resultado, si se ‘evisa la relacisn entre ambos, lo que se puede veriicares que hay ‘dos modos dle comprensinhistéricos en el que, para usar un téemi- no que estaba fuera de sus universos conceptules, la colonialidad tiene la mano ganadora de a partida. En los eseritos sartreanos en relacién con Fanon y el colonialism, por ejemplo Colonialismo y neocolonialismo (Situation V), no hay muchas posbilidades de ob- Serva, a pesar del apoyo manifesto y sincero de Sareea la desco- lonizacién, un movimiento que no sea el de la superacién de etapas 4e la historia, como Ia colonial, que daria lugar & nuevas sintesis historicas. En trabajos ms tempranos como Orfeo negro (Black Orpheus 1976) es muy evidente esta posicién. A su vez, si presta- mos atencidn a ese texto y lo relacionamos con el prologo de Los condenados de la terra, la misma visién permanece, s6lo que et este timo caso el libro de Fanon se vuelve el espejo para una con- cienciacrtica metropolitana. Para decirlo abieramiente, los conde- nados adems de cumplir con su misiGn histérica en términos di Iécticos cumplen la funcién de sostener el ego erftico metropo- : i Luana tons 1A PourneN De LA HAGUA A neo as ‘isieo De Oro litano!2, Una funcién excedente por cierto, y de ninguna manera ragicads en la mala fe, pero que sin embargo informa 0 vuelve evi- dente el modo de conocer, la politica que lees solidaria en trminos de produccién de sentido, de los discursos que Ia habitan y, ante todo, la tama pertinaz dela colonialidad del poder y del saber en lo {que Walter Mignolo llama diferencia colonial, En cambio, a vi sidn de Fanon de la historia, sies que se puede resumir en unas ppocas palabras, se vincula con lo que Gordon concibe como una, fenomenologia de lo concreto (Fanon and the Critic of European ‘Man... 10) y con la acciGn, como se sefials, donde las pecticas son tuna dimensién que puede incluirse en esa fenomenofogia siempre {que laentendamos como el modo en que el mundo es eonvertido en tn objeto del pensamiento sobre el que se puede intervenir (Gor- don, Disciplinary Decadence...). Una concepcién de la prictica donde la politica no s wna categoria hiperteal sino una funcién intrinseca que invoca y convoca todas las dimensiones posibles de In experiencia, entre Las cuales son la del cuerpo ls ms importan- tes, La pregunta en este punto es {por qué de este modo y no de ‘tro? En primer lugar porque lo que genéricamente se llama colo- nialismo son procesos que empujan a los cuerpos a la zona del no ser para la cual no hay disponibilidad conceptual alguna para pen- sls, o si la hay, e8 desde una exterioridad que dirime todo el Dice adh Butera respect: “ipo napa, et defenicad qu ls cle ies ycadengs dl coloizao (J hacen qu el colonia wel alle Sts ens mismo, porn ques conve en vn nsrmeat de ae Se tutoconcininto dl ures (99), {Es ifereci oni en Migooo es panead para entender quel que est «juego a elacin coon son estas desigales qu cnstiaen es mejor de lo casn un proceso dernsador de enti, No se ats de tum diferencia cual sno un eject de poder concen ue expiay a Fandanenn al oncepeo de colonia del poder Este ea a enucnea ‘patente dsc en Local Horie tlbal Designs, Colony, Sel tem Knowledge and Border Thing "eral desaollode a nein de calepra hips el aril de Dis- pest Chakrabarty, "La poscoloniniado el arlgio de Ia Histor. [Quien fn e nombre de os pasts dis"? 36 rate Foon bts Aten Lara probfema en retacién con a operaci6n representacional. En segun- do, porque la dimensién contextual requiere asumir los resultados précticos de Ia dominacién no como errores sino como datos con- retos de un desenvolvimiento histrico y social. En tercer lugar, vinculado al primero, porque no hay conocimiento disponible que pueda desandar el vinculo entre saber-poder y eso supone producit= lo. La racializacin no es solamente un modo de constitu el espa- io subjetivo en la colonialidad sino un modo de conocer, y dado ‘que Fanon es un contextualst, el cuerpo es siempre un cuerpo en sitiacién, tramado en procesos de larga duracién pero tambign en- frentado a sus opciones. En ese punto entonces, el cuerpo colonial fanoniano describe una trayectoria trigica de la historia, mas que dialéctica, porque asume su carter irrenunciable y con elo recon- figura la nocién de responsabilidad. Antes esa responsabilidad era negativa, en tanto describa la tara congénita que lo habitaba, de Ia cual debia hacerse cargo ese mismo cuerpo configurado por todos los males que los esquemas hist6rico racial y epidérmico racial ha- bian inserito en 61, Por el contraro, ahora es Ia advertenca extica {que obliga a considerar la tarea de la descolonizacién como una responsabilidad de la que no hay evasion posible. Entonces, es el deseo, como parte de la estructura tedigica del pensaamiento fanonia- rn, el que hace que los euerpos pasen de ser la manifestacin de una ‘ensidn muscular (una imagen frecuente en la escritura de Fanon) a ser cuerpos de la politica descolonizadora. Las manifestaciones del mismo son extensas en su escriturareferida al colonizado, pero me interesa destacars6lo algunas de sus caracteristica alos efectos de considerar el camino hacia la teritrializacion del cuerpo colonial! subaltemo. Entre Piel negra, méscaras blancas y Los condenados de larierra, se puede seguir la saga del deseo. Desde el primer tex- to ese deseo es el que se articula en Ia alienacién que supone la lengua colonial, El signifcante blanco lo anuda alrededor de las Posibilidades de diferenciacién que ocurren cuando se asume el ‘undo sostenido por la lengua colonial, Alli el deseo se mueve centre la ambivalencia del estudiante negro en Francia (Piel negra, 2m | wd Loans toes LA rune ELA ENGIN ono. 8 ‘tznteno Deore (63-78), hasta la mujer negra que desea un blanco com pareja, en la novelalautobiogratia Je suis martiniquaise de Mayotte Capécia (Piel negra. 43-61) Es un deseo que debe estar alerta, debe fie, podirfamos decir, entre ls pliegues y conforme a los esquemas cor- porales coloniales. En Los condenados de la tierra el deseo tiene ‘una mutacin crucial que ocurre cuando se vuelve pute del desaffo, 4el colonizado al colonizador, porque el colonizado quiere ef lugar del colonizador, quiere apropiarse de las cosas que invisten st po- der y estatus. En ambos casos el problema no es abstract, define teritorios precisos peto en el segundo se manifesta ya con posibi- Tidades de inscribir una aeciGn. EI primero trata acerea de una. expe- riencia subaltema clara y definida en tanto no afecta ninguno de los espacios simbélicos del mundo colonial que giran en torno del sig nifcante blanco. Sin embargo, hay algo perturbador, com lo Vio Homi Bhabha para lo que é llama el discurso colonia en el hecho 4e la proximidad de los cuerpos racalizados a una esfera, Ia de Ia mimesis, en donde, de acceder, el registro de la ambivalencia queda, cen una suerte de entredicho (111-118). El segundo, por el contraro,, eel resultado de un cuerpo en tensién, muscularmente tenso, que cuando identifica hacia dénde debe dirigir la fuerza, desata un deseo ‘que es de susttucién (Fanon, Los condenadas... 4) Es el deseo de sustituir al eolonizador por el colonizado, pero el lugar del eoloni- zador quiere su presencia, no la de-un suplemento. Por ello, en este momento la percepcisn de lo subalterno se forma en las condi- ciones colonials y produce una situacién critica para la idea misma de representacién, para el modo de conocer que ella distribuye y para sus despliegues pricticos. Creo que Fanon no resuelve esto sino que Io que hace es constituir do relatos posibles sobre lo que sobreviene en el mundo poscolonial: Ia descolonizacién o un proce ‘0 de reproduccién de la sociedad colonial mas alli de las indepen-

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