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Concepto Actual de DI
Concepto Actual de DI
ISSN: 1132-0559
ESPACIO ABIERTO
PALABRAS CLAVE
Discapacidad intelectual, Procesos de evaluación, Diagnóstico, Clasificación, Apoyos.
ABSTRACT
This paper sets out a summary of the latest contributions on mental retardation pub-
lished by the American Association on Mental Retardation (AAMR); contributions which
centre on key issues for a more acceptable understanding of the people living with this dis-
ability, its definition, underlying concepts, evaluation processes and the implementation of
support services. Likewise, it also includes some of our own reflections on these matters.
Reference is made to the latest AAMR manual published in 2002, which continues to
use the term “mental retardation”. Despite this being a term with which we are familiar,
we prefer to use another one that is somewhat more appropriate and that, at least in
Spain, is finding greater support among people living with this disability as well as among
professionals: we are, of course, referring to “intellectual disability”.
KEY WORDS
Intellectual disability, Evaluation processes, Diagnoisis, Clasification, Supports.
1. Limitaciones significativas en el
funcionamiento intelectual 4.2. Proceso 2: Clasificación
y descripción
2. Limitaciones significativas en la
conducta adaptativa El manual del 2002 permite y recono-
personas afectadas u otras que conozcan este caso con las conductas adaptativas
bien al sujeto. Es importante seguir el y el currículo ordinario en la escuela
proceso que en el Manual propone y que (Angulo, en prensa).
se sintetiza en los siguientes pasos: 1º
identificación de las áreas relevantes de
apoyo; 2º identificación de las activida-
des de apoyo para cada una de las áreas; 4.4. Síntesis de las tres funciones
3º valoración del nivel e intensidad de que tiene la evaluación
apoyo y 4º realización del plan individua-
lizado de necesidades de apoyo. Como hemos ido viendo, se necesitan
hacer evaluaciones del sujeto para diag-
En España disponemos de materiales nosticar, clasificar y describir y prestar
y programas que nos pueden facilitar las los apoyos que se necesitan. Para ello
actividades para prestar las actividades hemos de seguir unas consideraciones
de apoyo a personas con esta discapaci- generales y además, según sea el propó-
dad, por ejemplo, los programas conduc- sito de la evaluación deberíamos utilizar
tuales alternativos (Verdugo, 1989; una serie de medidas o herramientas. El
1996; 1997; 2000) el Currículo de Des- cuadro que expone la AAMR y que apa-
trezas Adaptativas, ALCS (Gilman y cols. rece a continuación esquematiza los
2002), Programa de intervención en propósitos esenciales, las medidas o
habilidades adaptativas (Icaria, 1999, instrumentos de evaluación y las consi-
2004) y somos conocedores de algunos deraciones generales ha tener en cuen-
otros en preparación, relacionados, en ta.
modelo multidimensional explicativo del sino que las representa con una estruc-
retraso mental, lo que le acerca al Siste- tura de tres componentes factoriales
ma de Clasificación de las Discapacida- (conceptual, práctico y social).
des y del Funcionamiento de la OMS.
Cambia el proceso de tres pasos para
Parece muy oportuno que, la AAMR, el diagnóstico, clasificación y apoyos por
al definir el retraso mental como una las tres funciones de la evaluación, facili-
discapacidad, haya hecho compatible su tando con ello múltiples propósitos
modelo teórico específico con la propues- según las necesidades: servicios, investi-
ta más amplia llevada a cabo por la gación, aspectos legales, planificación,
OMS, que comprende todo el campo de evaluación...
las discapacidades. Nos parece una
buena decisión, y esperamos que en Si bien mantiene un estrecho compro-
breve tiempo el resto de discapacidades miso en la clasificación basada en los
puedan aplicar esta propuesta a sus apoyos, reconoce que se pueden utilizar
modelos conceptuales. numerosos sistemas de clasificación
para responder a las realidades de las
Mantiene los tres criterios diagnósti- familias, de la investigación, de la clíni-
cos: el funcionamiento intelectual, la ca, etc. (clasificaciones etiológicas, de
conducta adaptativa y la edad de apari- salud, de niveles de inteligencia, de
ción. intensidad de los apoyos...).
Incorpora como criterios el uso de ins- Ofrece pautas y recomendaciones
trumentos de evaluación psicométrica- para un mejor uso del juicio clínico,
mente adecuados, teniendo en cuenta la basado en unos niveles de experiencia y
desviación típica, el error de medida y pericia clínica altos, que surgen directa-
las ventajas y desventajas de las distin- mente de un gran número de datos,
tas pruebas que evalúan inteligencia y pues, sabido es, que juega un papel
conducta adaptativa. importante en el diagnóstico, y especial-
mente en la clasificación y planificación
Para representar la conducta adapta- de los apoyos,
tiva no selecciona las 10 áreas de habili-
dades adaptativas propuestas en 1992, Presenta un nuevo enfoque para la
en el eje II, pues es en este eje donde se Grandfield, 1992a, 1992b; McGrew y
consideran los trastornos de la persona- cols., 1996, Schalock, 1998, 1999a,
lidad y estos trastornos son un reflejo de 1999b, 2001; Widaman y cols, 1993;...)
los rasgos del individuo. No entendemos que abogan por la interrelación de la
muy bien cómo pueden compaginarse multidimensionalidad de la inteligencia y
ambas afirmaciones, el retraso mental es la muldimensionalidad de la conducta
o no es un trastorno mental. Pensamos adaptativa y para ello proponen el mode-
que la discapacidad intelectual es algo lo de “competencia general” o “competen-
diferente a la discapacidad mental y tan cia personal. Pero si éste puede ser un
sólo debieran de incluirse ambas altera- futuro, está en manos de los expertos e
ciones en sistemas de clasificación que investigadores y con el paso del tiempo lo
versen sobre discapacidad. iremos viendo.
Ha sorprendido también notablemente Las explicaciones y conceptualizacio-
que en esta edición no se haga referencia nes sobre la discapacidad intelectual que
(como se hacía en la edición de 1992) a disponemos en este momento abren nue-
los tipos de inteligencia. Se difumina la vos campos de estudio e investigación.
estructuración de los tres factores ante- La AAMR ha sido capaz, una vez más, de
riormente considerados (conceptual, concretar nuevos aspectos y ampliar
práctico y social). Este hecho puede lle- otros hasta configurar un sistema multi-
gar a comprenderse porque no existe dimensional de diagnóstico, clasificación
consenso entre los investigadores y y planificación de apoyos conectado con
expertos sobre la naturaleza y estructura las aportaciones de la Clasificación Inter-
de la inteligencia (Sternberg y Detter- nacional del Funcionamiento y de los
man, 1992) y, mientras no lo haya, es Estados de Salud.
muy arriesgado seguir incidiendo en algo
en lo que no hay unanimidad. Por otro Estamos convencidos que los avances
lado, en numerosos países no dispone- que esta Asociación ha proporcionado en
mos de instrumentos de uso cotidiano el 2002, facilitan mejoras en la compren-
que evalúen estos tres tipos de inteligen- sión no sólo de las personas con disca-
cia. Mientras no tengamos seguridad en pacidad intelectual, al proporcionar
lo que debemos medir y en las pruebas intervenciones de mayor calidad, sino
que hemos de utilizar puede ser preferi- que también aporta modelos y considera-
ble no dar pasos en falso. Quizá el futuro ciones de las que puede beneficiarse todo
pueda estar en la propuesta llevada a el amplio campo de personas con disca-
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