Está en la página 1de 7
Trabajo de revision www.medigraphic.org.mx Anales Médicas ges ABC, Vet st, Nie a et ble 2018 Bioética y psicologia clinica: reflexiones Joaquin Ocampo Martinez* RESUMEN La biogtca oa un reflexion dice sobre maltiples problemas ‘morales propios de la sociedad plural contemporinea; entre tllos esti oe que se iescriben en el mbito del eercico de as profeiones dela atencda de a salud, tal como la paola el ‘lc, la cual comparte con catas la dimension moral de a ele ‘in con los sues sanoso enfermos que requieren de sus sor- ‘icios Hay que hacor un énfass en la necesided impostergable (e orientr la reflexion bidtiea del profesional dele pxcaiogta linea ante los dilemas éicos que Ie plantea su quehacer r= fesional, desde un enfoque de principio étiens —mis que de ‘uno do cardctor normative, por les soegos quo ello conleva—, «5 ‘decir, desde el marco del prinipalismo secular como Io eon os principios de aulonomis, entieeneia, no mleficencs, usin, permis, tolerancia, preonucién, entre otros; as ome desde el Aiscurco do los derechos humancs,considerando los derechos de los pacientes, on su calidad de sujetos particularmente vul- ‘erablen La reflxiény anissético permanente sobre la di- ‘mension moral de la relacin psidlogo-pacente, debe ser ‘a, (que asumicndo la diversidad moral ota conduc a establci- ‘lento de low limites de accion y compromiso entre desigusles como parte esencal del papel que en esa dimensién ddesempedan quienes, como ls pieslogos cinco, se esfuerzan por logrr el lenestar isco y pecosoial de los sees humanos, nal, psicolga clnica, Palabras clave: Biostica, ica profe bumanidadee en sala Nivel de evideneia: 1 * Profesor Tava B Detiio, Tego Compu Facial de Weta Uni sida Nacional Aénoma de xe elo para pubeacén: 1102209, Aeoptad: 25072018. ‘Conaspendenci Doct en Cencas Joaquin Ocampo Martinez (fans Ni. 14 Lomas Esvela, 888, Mio, DF. Tol oUS5.27468105y 55288121 Esra ararkeA6hotral.com Esato puade ser consutade on vrs compat on hpiwnmediraphie.comlanalesmedicos Bioethis and cniol paychology: Reflections ABSTRACT Bioethics isan ethical thought over the multiple marl problems lherent in a contemporaneous plural society: among which are {he ones involved inthe practic of ealth care such ax elinial peychology which shares with thom the moral dimension ofthe Felatonshtp with healthy or sic people who require their seat fe It te important to highlight the nea to address the Bioeth al thought of the elintealpaychology expert bore the ethical dilemma arisen by hes doing; from the secular principialstc ‘point of view, rather than from a normative character du the Inherited bias, this means, from a secular prinelpalism: aul rnomg,beneicence and non-maleicence, justice allowance, fle. ‘ance eaution, among others as wel as From the human rights ‘tpeech, taking under consideration the patent's rights in ther ‘ate of partiulary oulneable subject: The permanent ethical thought and analysis ever the moral dimension of the paycholo- {iarpatien relationship must be such that, assuming the moral Aiverity, leads to the etablishment of action and commitment limits Betceen moral unequals as an essential part ofthe role tha in that dimension carry out those who as clinical peycho- logiats make an effort to achieve the physical and prychosocal velfare of human beings. Key words: Bioethics, professional ethics, olinica peychotogy, humanistic heath care Level of evidence: INTRODUCCION La toma de consciencia acerca de las violaciones de las que han sido objeto los derechos humanos por parte de algunos cientificos y profesionales de la atencién de la salud, asi como las repercusiones po- sitivas y negativas de los avances de la biomedicina en la vida humana, asi come el dafio que la sociedad industrial ha provocado en los ecosistemas, han dado lugar, desde hace varias décadas, a la construecién de una nueva drea de interés académica dentro de campo Mi. Biodtea ypecooga einen 2 ‘an Med (ex) 2010; 58 4: 250258, 1a ética general, Hamada bioétiea."? La definicién de la bioética no es univoca, dada la multiplicidad de orientaciones que hasta hoy le sirven de soporte con- ceptual para el andlisis de las probleméticas que han Justificado su aparicin. Aun con estas consideracio- nes se puede asumir que, en lo general, la bioétiea ha sido un drea de reflexién ética acerea de las miltiples implicaciones de las relaciones del hombre con el fe- némeno de la vida en general y con el fenémeno de la vida humana en particular.* El objetivo central de este trabajo es presentar un panorama general acerca del vinculo entre la psicolo- fay la bioética —considerando, desde luego, la his- toria reciente que ha existido entre la psicologia y la ética— con el propésito de hacer algunas reflexiones que permitan al psieélogo, como miembro del equi- po de atencién a la salud, contar con un punto de partida para el enriquecimiento de sus anzlisis éticos sobre la importancia de la dimensién moral del ejer- cicio profesional en el érea de la psicologia clinica y el campo de la investigacin, en las diversas institucio- nes de atencién a la salud. La psicologia y Ia ética tienen su origen en la filo- sofia; mientras que la primera procede formalmente de la refloxién aristotélica, sobre las raices y la es tructura de la psique abordadas en el discurso acer- ca del alma,® la ética como filosofia de la moral nace tiempo atrés, cuando Sécrates sefalé que antes de explorar el universo, el hombre debe conocorse a si mismo, porque toda vida sin reflexién no es digna de ser vivida, en tanto que el ser humano tiene la facul- tad de dirigir su propio destino.’ La psicologia por su parte, so constituyé en una ciencia positiva apar- ‘ndose paulatinamente de la filosofia desde fines del siglo XIX, con los trabajos de Herbart, Fechner, Ribot ¥ otros; particularmente con los estudios de Wilhelm Wunat on el terreno de Ia investigacién experimon- tal en psicologia. Durante el siglo XX, la psicologia se diversities en multiples subdiseiplinas, entre ellas Ta psicologia de la ateneién de la salud, también llama- da psicologia eliniea.S* El vinculo entre la ética y 1a psicologiay @ partir de Ja toma de conseiencia sobre Ta dimensién moral de 1a psicologia como préctica profesional a lo largo del siglo XX, ha dado lugar a la formulacién de eédigos de ética profesional en ese campo, como el estable- cimiento hecho por la Asociacién Americana de Psi- cologia (APA) en lo referente a los principios éticos fundamentales que deben regir Ia préctica profesio- nal de la psicologia y en donde es evidente la influen- cia de la bioétiea, en lo que concierne al discurso del prineipialismo secular, como se veré mas adelante Este e6digo ha sido la base para eédigos similares en otros paises. PRINCIPIOS ETICOS DE LOS PSICOLOGOS, Y CODIGO DE CONDUCTA. AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION (APA) Enmiendas 2010! En su preémbulo, este cédigo sefiala, entre otras co- sas, que «Los psicélogos estan comprometidos a in- crementar su conocimiento cientifico y profesional sobre la conducta y la comprensién de las personas sobre si mismas y sobre otros y al uso de ese cono- cimiento para mejorar las condiciones de los indivi- duos, las organizaciones y la sociedad. Los psicélogos respetan y protegen los derechos humanos y civiles, y la importancia fundamental de la libertad de ex- presién y de indagacién en la investigacién, docencia y publicacién. Se esfuerzan por ayudar al pablico a desarrollar juicios y elecciones con informacién sobre el comportamiento humano. Para ello, se desempe- Aan en distintos roles, tales como investigador, do- cente, evaluador diagnéstico, terapeuta, supervisor, consultor, administrador, interventor social y testigo experto». ‘A continuacién se anota el texto integro corres- pondiente a los principios generales: «Prineipio A. Beneficencia y no maleficencia, Los psicdlogos se esfuerzan por hacer el bien a aquéllos, con quienes interactiian profesionalmente y asumen 1a responsabilidad de no hacer daiio. En sus acciones profosionales, tratan de salvaguardar el bienestar y Jos derechos de aquéllos con quienes interactdan pro- fesionalmente y de otras personas afectadas, como el bienestar de animales utilizados en la investigacién. Cuando aparecen conflictos entre las obligaciones © intereses de los psic6logos, intentan resolverlos de una manera responsable que evite o minimice el dafio ya que los juicios y aeciones cientificos y profe- sidnales de los psicélogos pueden afectar la vida de otros, éstén atentos a y se cuidan de factores perso- nales, financieros, sociales, institucionales o politicos que pudieran llevar al mal uso de su influencia. Los psicélogos se esfuerzan por ser conscientes de los po- sibles efectos de su propia salud fisica y mental sobre su habilidad para ayudar a aquéllos con quienes tra- bajan» «Principio B. Fidelidad y responsabilidad. Los psi- célogos establecen relaciones de confianza con aqué- los con quienes trabajan. Son conscientes de sus res- campo MM. Bost y sioogi clin ponsabilidades profesionales y cientificas con la so- ciedad y las comunidades especificas donde interac- ‘aan. Los psicélogos apoyan las normas de conducta, profesional, determinan sus roles y obligaciones profesionales, aceptan la adecuada responsabilidad por sus acciones y procuran manejar los conflictos, de intereses que puedan llevar a explotacién o dafo. Los psicdlogos consultan, se dirigen, o cooperan con otros profesionales e instituciones segiin sea necesa- rio para servir los mejores intereses de aquéllos con quienes trabajan. Se preocupan por el cumplimiento 6tico de las conductas cientificas y profesionales de sus colegas. Los psicdlogos se esfuerzan por aportar una parte de su dedicacién profesional a cambio de una compensacién o beneficio personal muy bajos 0 nuulos.» «Principio C. Integridad. Los psicélogos buscan promover la exactitud, honestidad y veracidad en la, ciencia, docencia, y préctica de la psicologia. En estas, actividades, los psicélogos no roban, ni engafan, ni se involucran en fraude, subterfugio, o tergiversacién, intencional de hechos. Los psicélogos se esfuerzan por mantener sus promesas y evitan asumir compro misos poco claros o imprudentes. En situaciones en. las cuales el engafio pueda ser éticamente justificable para maximizar los beneficios y minimizar el daio, los psicélogos tienen la obligacién seria de considerar Ia necesidad, las posibles consecuencias y la respon- sabilidad de corregir cualquier pérdida de confianza, resultante u otros efectos nocives que surjan por el uso de tales téenicas.» «Principio D. Justicia. Los psieélogos reconocen que la imparcialidad y la justicia permiten que todas, las personas accedan y se beneficien de los aportes. de la psicologia, y que se equipare la calidad de los, procesos, procedimientos y servicios llevados a eabo por los psicélogos. Los psiedlogos ejercen un juicio razonable y toman las preeauciones necesarias para, asegurar que sus potenciales prejuicios, los limites de su competencia y las limitaciones de su pericia no los, conduzean ni les permitan aprobar practicas injus- tas.» «Principio B, Respeto por los derechos y Ta digni- dad de las personas. Los psicdlogos respetan la dig- nidad y el valor de todas las personas y el derecho a la privacidad, a la confidencialidad y a la autode- terminacién de los individuos. Los psicélogos tienen conocimiento de que puede ser necesario proteger los derechos y el bienestar de las personas y las comuni- dades cuya vulnerabilidad afecte la toma de decisio- nes de manera auténoma. Los psicélogos conocen y respetan las diferencias de roles, culturales e indivi- ‘An Mod (Mex) 2013 58 (4): 259-250 duales, incluso las relacionadas con la edad, el géne- ro, la raza, el origen étnico, la cultura, la nacionali- dad, la religién, la identidad u orientacién sexual, la discapacidad, el idioma y el nivel socioeconémico y consideran estos factores al trabajar con miembros de estos grupos. Los psicélogos intentan climinar el efecto que pueda producir en su trabajo cualquier tipo de prejuicio basado en estos factores y no parti- cipan ni permiten actividades de terceros basadas en dichos prejuicios a sabiendas.»! Es indudable, en cédigos como el anteriormente sefialado, que el vinculo reciente entre la ética y la, psicologia clinica es de dos tipos: uno de caracter cog- noscitiva y otro de orden bioético. El primero de ellos, se refiere a que la psicologia clinica puede contribuir en gran medida al conocimiento de la conducta moral de los enfermos a partir de su actitud ante la enfer- medad y ante su entorno familiar y social; ademas, atendiendo que la moral es un sistema de normas, principios y valores morales que emergen de la cule ‘tura de los pueblos, y conforme al cual se regulan las relaciones entre los individuos,? muchas de las ac- titudes de los sujetos ante los programas de fomento a la salud en el area de la planificacién familiar, la educacién sexual, o acerca de la idea que cada pacien- te tiene sobre las repercusiones de una enfermedad incurable en su proyecto de vida, o bien las actitudes, alrededor del significado de su propia muerte, poseen invariablemente un fondo de cardeter moral, deter- ‘minado por su cosmovisién y por el ambiente social, donde el sujeto se desenvuelve, Las motivaciones ¢ ‘impulsos humanos al ser analizados por la psicologia clinica permiten conocer cudndo una aceién humana puede escapar 0 no a una valoracién moral y ética, El segundo vineulo es de orden biostico y tiene lugar dentro de un ejereicio racional libre de pre- Juicios y emociones, propia de la reflexién, y que analiza las implicaciones étieas que conlleva el ejercicio profesional del psic6logo elinico, en euan- to a las relaciones personales y profesionales con la institucién y sus colegas, y basieamente con los in- dividuos sanosy enfermos que acuden a él buscan- do su spoyo profesional, o participando como su- Jetos de estudio en sus proyectos de investigacién. La orientacién biologicista de las profesiones de la atencién de la salud, entre ellas la psicologia clini- ea y el fenémeno del mercantilismo en la sociedad tecnoerstica de las dltimas décadas, contribuyeron paulatinamente a que la dimensién moral y ética del ejercicio profesional pasara desapercibida, con- siderando al paciente s6lo como un cuerpo 0 una, mente a los que hay que reparar, igual que a una ‘campo Mi. Biodtea ypacooga einen 2 ‘an Med (ex) 2010; 58 4 250258, miquina que ha perdido su eficiencia, concentran- dose solamente en aspectos de cardcter cuantitati- vo e instrumental. Este panorama, preocupante de suyo, obliga a re- tomar la reflexién ética, propia de la bioética ~en vir- tud de que los cédigos de ética son insuficientes- con el objeto de buscar caminos que permitan una ree- laboracién del pensamiento en torno a la dimension, 6tica de la relacién psicdlogo-paciente, antes que los efectos de los problemas éticos rebasen la posibilidad de toda capacidad reflexiva, REFLEXIONES BIOETICAS Es claro que el vinculo entre la ética y la psicologia clinica a través de la bioética se establece en una pri- mera aproximacién con las tesis del prineipialismo secular"? el cual formula varios principios desde los que es posible enfocar el anélisis y sobre todo, imple- mentar una estrategia para la superacién de los dile- mas étieas que enfrenta el ejercicio de las profesiones, de la atencién de la salud. Algunos de estos dilemas surgen cuando el psieélogo clinico adopta actitudes morales cuestionables, con fines terapéuticos o de in- vestigacién cientifica. En el contexto de la investigacién psicolégica, puede ocurrir que para contar con el numero de su- |jetos requeridos, el investigador recurra al engafo, senalando a los participantes, que el estudio tiene objetivos distintos a los reales, como sucedié en los conocidos experimentos disefiados por el psicélogo Stanley Milgram sobre la obediencia a la autoridad, realizados a principios de la década de los aiios se- senta del siglo XX y que omitié derechos humanos fundamentales. El experimento realizado por Milgram es un paradigma acerea del vinculo indisoluble entre la biostiea y la psicologia. Tal experimento consistié en una serie de estudios disefiados para determi- nar el grado en que un sujeto puede obedecer vo- luntariamente las instrucciones de una autoridad, aun ante la posibilidad de causarle dao-a otro, La, motivacién de Milgram para desarrollar este pro- recto, fue el impacto que le causaron los abusos de médicos militares en la Alemania nazi, los cuales infligieron todo tipo de sufrimientos a sujetos sélo por obedecer la orden de un superior. La natura- leza del estudio de Milgram y sus resultados, asi como los problemas éticos que implies la metodo- logia utilizada, dieron lugar a una de las investiga ciones mas discutidas y controvertidas de la histo- ria de la ciencia contemporénea. Se presentaron varios adultos al laboratorio de ‘Milgram en la Universidad de Yale, atendiendo a una convocatoria publicada en medios periodisticos para participar en un supuesto estudio sobre memo- ria y aprendizaje. Cada uno de ellos fue recibido por un investigador, acompafiado de otro individuo que también participaria en la sesién. El investigador explicaba el estudio consistente en determinar los efectos del castigo sobre el aprendizaje de un sujeto. Posteriormente se asignaba el papel de «alumno» al acompafante del investigador y al sujeto convocado a través de los diarios el de «profesor. Los tres entraban a un cuarto en donde el «alum- no» era sujetado a una «silla eléctrica», mientras el investigador explicaba que se utilizarian descargas, eléctricas como castigo. Luego, el «profesor» era en- viado a un cuarto aparte donde existia un panel con treinta botones correspondientes a sendas intensida- des de voltaje, desde 15 hasta 450 volts, con un in- tervalo de 15 volts entre cada una de ellas. Después, de recibir instrucciones y de una demostracién por parte del investigador, se presentaba al «alumno» un, ‘est para memoria simple. El «alumno» cometia erro- rres, intencionalmente, de acuerdo con una lista y el, investigador solicitaba al «profesor» que aplicara al, salumno» una descarga eléctriea por cada error co- ‘metido, iniciando con el voltaje menor ¢ ineremen- tando sucesivamente la intensidad del castigo, por cada respuesta equivocada. E] objetivo central era determinar hasta qué gra- do, el «profesor» podia continuar obedeciendo la or- den de castigar al «alumno», quien en realidad nunea recibia descargas eléctricas. Conforme se ineremen- taba la intonsidad del supuesto castigo, el «profesor» empezaba a protestar, eventualmente suplicando la suspensi6n de su participacién, gritando, y finalmen- ‘te negindose a continuar. Cuando el «profesor» se oponia, el investigador daba diversas érdenes para que prosiguiera, por ejemplo, «continGe». El proce- dimiento se suspendia si el «profesor» se negaba a obedecer después de cuatro érdenes, por cada nivel de intensidad de las descargas eléctricas. Los «profesores» mostraban signos evidentes de angustia ante la «dificil situacién» de los «alumnos». ‘Unos sudaban, temblaban, refan nerviosamente o presentaban otras evidencias de su tensi6n. Milgram supuso que pocos «profesores» obedecerian sus ins- trucciones bajo estas condiciones, sobre todo después de que el «alumno» magnificaba sus expresiones de dolor y sufrimiento. Sin embargo el 60% de ellos obe- decieron las érdenes hasta llegar al nivel maximo de castigo (450 valts).!9 campo MM. Bost y sioogi clin Ante las maltiples eritieas que despert6 este expe- rimento, Milgram sefial6 en su defensa que en oca- siones es necesario mentir 0 engafiar a los sujetos de una investigacién en aras de lograr la objetividad del, conocimiento.'* Al respecto, Aristételes planteé que ocultar la verdad no es malo, si el fin que se persigue con ello es bueno.'® En la época actual, esa conviecién, del fil6sofo estagirita resulta polémica, en el contexto del acceso a la informacién como un derecho inalie~ nable de todos los seres humanos sanos 0 enfermos."* Aunque no se han dado a conocer experimentos cuestionables como el de Milgram en el ambito de la psicologia clinica, en el proceso de una investigacién, psicol6gica, las motivaciones del propio investigador o de la institucién involucrada en eu desarrollo, pue- den influir de manera negativa en la actitud ética que se asuma en un estudio, como en el ejemplo aqui, citado y en muchos otros que consigna la literatu- ra.i6.7 Puede también ocurrir como expresién de un. interés mezquino de quienes programan y ejecutan la investigacién, esperando con la publicacién del es tudio, el reconocimiento profesional y prestigio con otros fines, 0 bien obedeciendo a una obsesién fran- camente patolégica por penetrar en lo desconocido. Como es evidente, los multiples problemas de ca- acter bioétieo que plantea el ejercicio de la investi- gacién cientifica en general y potencialmente en el rea de la psicologia clinica, en una sociedad en la, que hay una consciencia eada vez mayor del respoto a Ia individualidad y a los derechos humanos, el inves- tigador se enfrenta a la disyuntiva de apegarse a los, valores epistémicos que tienen como bien supremo la objetividad del conocimiento, o a valores y principios Gticos en torno al respeto irrestricto a la integridad fisica y psicosocial de los sujetos en estudio. ‘A pesar de que en las Gltimas déeadas se han for- mulado importantes eédigos para normar y regular Ia invostigacién cientifica en todas sus modalidades, priorizando los intereses individuales por encima de los colectivos, como sefiala la Declaracién de Helsin- ki IT en su Gltima eldusula: «En la investigacién en seres humanos, los intereses de la ciencia y de Ja so~ ciedad no pueden anteponerse al bienestar del indivi- duo»! es evidente que una moralidad basada en nor- ‘mas, corre el riesgo de que éstas no sean cumplidas 0 que por su condicién de universalidad, su contenido no contemple situaciones particulares muy frecuen- tes en el terreno de la préctica profesional psicol6gi- ca, clinica 0 de investigacién. ‘Asi, el desarrollo de una ética basada en principios éticos es mayormente plausible, en tanto que, a dife- rencia de las normas, los principios éticos s{ conside- 257 ‘An Mod (Mex) 2013 58 (4): 259-250 ran el contexto en el que ocurren los actos humanos y las consecuencias a que dan lugar. Bs a partir de la concepeién de la bioética como una ética aplicada ala solucién de problemas concretos, que surge hace mas de cuatro décadas, el llamado principialismo secular, el cual propone la existencia de principios éticos, des- de una perspectiva no religiosa, como fundamento para el actuar y la toma de decisiones éticas, tanto del profesional de la atencién a la salud como por parte del paciente, ambos en su condicién de sujetos morales.218 Desde la perspectiva del principialismo secular, la reflexién ética actual ha conducido, entre otras orien- taciones, a contemplar diversos principios éticos bi- sicos como la autonomia, beneficencia, no maleficen- cia, justicia, propiedad, permiso y precaucién, entre otros, estableciendo que el facultativo debe procurar el bien del paciente desde su perspectiva profesional, pero también desde lo que el paciente considera bue- zo para si mismo, siempre que el logro de este bien, no redunde en perjuicio de otros. Para el caso de la investigacién psicolégica o de otra indole que se practique en humanos, ésta se Justifica s6lo cuando da como resultado un bien. La. jinvestigacién puede resultar benéfica, pero si duran- te su desarrollo, pudiera producirse algin perjuicio a los sujetos participantes, su realizacién es moral- ‘mente inaceptable, atendiendo al principio ya men- cionado, de evitar el dato y que tiene su origen en un aforismo de Ia medicina de la antigiedad que sefiala que lo primero es no perjudicar al sujeto (primum non nocere). Cuando la investigacién conlleva un beneficio, pero su realizacién implica riesgos para los partici- pantes deudl de estos principios éticos tiene priori- dad? Si a partir del principio ético de no maleficen- cia es prioritario evitar los dafos posibles a como 6 lugar, una gran cantidad de investigaciones con un alto potencial benéfico para la colectividad ten- rian que ser suspendidas. Por otro lado, el dar prio- ridad al principio ético de beneficencia, propiciaria Ja realizacién de experimentos lamentables como los rrealizados en la “Alemania nazi, en tanto que podria argumentarse que el dafio o la muerte producida en algunos sujetos en estudio, trae como consecuencia el beneficio de un gran némero de personas. Aparen- temente hacer un balance entre el riesgo y el bene- ficio es un criterio razonable pero insuficiente en la préctica. En este sentido, habré que atender los principios 6ticos de autonomfa y propiedad del individuo, los cuales plantean que entre los derechos inalienables ‘campo Mi. Bode ypscolopa circa a ‘an Mea (ex) 2015; 58 (6) 255258 de los individuos esta el derecho a la libertad de elec cién y por ende, al de su autodeterminacién. Esto incluye el derecho que el individuo tienen a ser in- formado claramente acerca de los riesgos y beneficios de someterse a un proceso diagnéstico, terapéutico 0 rehabilitador, o bien a participar en un proyecto de investigacién, antes de dar su consentimiento 0 per- miso para ello, De esta manera, el ejercicio de la au- tonomia es la base para el manejo del consentimiento informado en la investigacién en humanos, porque coadyuva a la solucién de problemas que surgen en. la biisqueda del beneficio como tinico criterio moral. Por su lado, hay que hacer énfasis en que al mo- mento que se habla de la tarea de los psicélogos eli nicos, existe una dimensién ética y que no se hace alusién a un conjunto de normas 0 deberes profesio- nales universales que hay que memorizar y cumplir acriticamente para alcanzar un nivel de excelencia de caracter trascendente, sino que la relacién psicélogo- paciente, en su calidad de relacién intersubjetiva, plantea una dindmica peculiar y compleja. Al igual que el médico y los demas profesionales que forman, parte del equipo de atencién a la salud, el psieélogo despliega su actividad en el Ambito de tres morales: Ia que le ha sido inculeada en su seno familiar y co munitario, la llamada moral 0 «étiea profesional, que generalmente formulada en algin cédigo, y la moral de los pacientes o de los individuos a quienes, presta sus servicios profesionales, La dindmica entre estas tres morales enfrenta all psiedlogo clinico, no pocas veces, a situaciones con- tradietorias y conflietivas, debido a que cada una de ellas se sustenta en razones de diversa indole. El contenido de las tres clases de moral anteriormente citadas y la dindmiea en que se ven involuerados los, que las practican, han generado dilemas éticos mal- tiples en el ejercicio profesional, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, en que el énfasis a la observancia del respeto a los derechos humanos es cada vez mas patente. Cuando una paciente infértil solieita los métodos de fertilizacién asistida, por ejemplo, la conyeniencia de que cuente con apoyo psicolégico suficiente, antes de someterse a esta clase de metodologia, puede ge- nerar una situacién en la que el psicélogo de la salud, apelando a su moral personal, trate de convencer ala paciente de no involucrarse en la estrategia, pasando por alto el derecho de éste a la autodeterminacién, desde la perspectiva de un principio ético de autono- mia, pese a que existe la metodologia cientifica para ello, y esa haya sido la eleccién y decision de la soli- citante. Otro ejemplo del dilema generado del conflieto entre diversas morales es el respeto irrestricto a la confidencialidad como deber supremo y el que se- giin la ética profesional tradicional, debe observar todo profesional de la salud -incluyendo obviamen- te al psicélogo clinico-; éste tiene que ver en torno a los problemas personales que le refiere el pacien- te y es un deber que ha sido fuertemente cuestio- nado, debido a la posibilidad de afectar a la salud y a la seguridad de terceros cuando se cumple de ma- nera acritica. Un caso paradigmético al respecto es el de Tatiana Tarasoff, una muchacha que rechaza- ba los requerimientos y era acosada por un sujeto que, por problemas de conducta, asistia a consulta, con un psicélogo clinico y a quien le habia referido que habia decidido quitar la vida a la muchacha si insistia en rechazarlo, Atendiendo a la exigencia de la ética profesional de guardar el secreto pro- fesional, el psicélogo se abstuvo de informar a la Joven del peligro que corria, sin embargo, al final el sujeto consumé sus propésitos.!" En el caso del enfermo VIH/SIDA (virus de inmu- nodeficiencia humana/sindrome de inmunodeficien- cia adquirida), el psicélogo clinico se enfrenta den- tro de su tarea rehabilitadora al dilema de guardar Ia confidencialidad por respeto a la integridad y ala intimidad del paciente; o bien, también se enfrenta a quebrantarla, en aras de advertir a quienes han ‘mantenido relaciones sexuales con él, de un riesgo y ‘un peligro inminentes. Sin embargo, el ojercicio de la rreflexién bioétiea ante easos como los anteriormente abordados, conduee necesariamente a la conclusién de que guardar ol secreto profesional es un deber, siempre que no afecte a la salud y seguridad de otras personas, en virtud de que el psieélogo clinico, de la misma manera que el médico, no sélo tienen respon- sabilidades profesionales con los sujetos que los con- sultan, sino con todos los seres humanos. El respeto al derecho a la informacién no esta exento de situaciones problematieas como ocurre con los sujetos que son incompetentes para tomar deeisiones, y dar,su consentimiento previamente a la informacion, Esto sucede con los oligofréni. 0s congénitos 0 con individuos que habiendo sido competentes dejaron de serlo por algiin problema neurolégico 0 psiquistrico, o bien ocurre con los nifos pequefos, Cuando los riesgos son minimos, el criterio empleado a menudo es la obtencién del consentimiento informado de los padres, tutores 0 apoderados de los sujetos que no pueden ejercer su autonomia. También surgen problemas éticos com- plejos, aun siendo el sujeto competente, cuando su campo MM. Bodtis y sioogia clin consentimiento pudo ser producto de la coercién, como ha llegado a ocurrir en estudiantes de alguna, profesin de la salud, en reclusos, pacientes 0 en su- jotos con fuertes necesidades econémicas y en donde la decisién no es libremente escogida, para ser con- siderada ética, CONCLUSIONES La ética, como quehacer analitico sobre la moral, ha tratado de determinar desde hace siglos, cual es el bien supremo al que debe aspirar la humanidad yy cuales son los medios que debe procurar para lo- grarlo. La bioética, en la actualidad, agrega a estas preguntas otras que derivan del contexto de la so= ciedad contempordnea, caracterizada por una plura~ lidad de cosmovisiones, credos politicos, religiosos, grupos étnicos, niveles socioeconémicos, clases s0- ciales e inclusive preferencias sexuales. El recono- cimiento de esta pluralidad social y cultural es una responsabilidad del psicélogo clinico, en su condi- ign de sujeto moral que reflexiona sobre la dimen- sin moral de su ejercicio profesional. La afirmacién de la tolerancia como virtud cardinal y Ia aceptacién del margen de incertidumbre y riesgo, ¢ incluso de ambivalencia que conlleva su vida moral y la de los pacientes que atiende, son actitudes cuya observan- cia es de primer orden. En ese contexto, no es vélido pretender una mo- ral social o profesional que se asiente en normas uniformes ¢ inmutables y que proponga decisiones univocas ¢ inalterables, mas alla de la pluralidad y a movilidad de la existencia concreta de la humani- dad. Hoy dia, lo que se impone es una reflexién étiea permanente sobre la dimensién moral de nuestra relacién con los pacientes, una reflexién que asu- miendo la diversidad, conduzca al establecimiento de los limites de accién y compromiso entre desigua- les morales, como parte esencial del papel que en esa dimensién desempefan quienes, como los psi- -dlogos clinicos, tienen la responsabilidad de pro- mover el bienestar fisico y psivasucial de los seres humanos.2° a 22 1. 20, 259 ‘An Mod (ex) 2013 58 (0): 259-250, BIBLIOGRAFIA, Potter VE. Bioothies: Bridge to the future. New Jersey Englewwod Cis Prontion Hal; 1971 8:24 Engelhardt TH, The foundations of bioethics. New York: Oxford University Pross Inc; 2004: 53-65, ‘Ocampo Mi. Biogtie y ética médica: Un andlsis ndigpensabl, [Rov Fae Med (Mex), 2007; 60 (1): 10-74, Dibarbora E. Fundamentacign de la bodtica: bostica y pico: logia. BIOETICA-DEBAT. ORG [Focha de acceso: 25 de mayo de 2013). Disponible en: http/wwwbioetica-debat.orgimodu lesinewslarticlephp?storyid= 148 Villamil H.Biodties,psicologia y hermendutica [Richa de ace 0:25 de mayo de2013}. Disponible en: http:/redalycuaemex, rnxlarlineio/ArtPAdfRed japPiCve= 127012545011 Acerca del alma. Madrid: Bditorial Gredos; 1994 Parain B ot al. La filosofia griegs. México: Siglo XXI; 2007 34-242, Alvarez G. Historia de la psicologia, (Recha de acceso: 20 de mayo de 2018], Disponible en: http:iwww:psical.unam.mx! paf/Mistoris:20de%2014%:20Psicologia20Alvarer%20Dien Concepto e historia de la psicologia, (Fecha de acceso: 20 de ‘mayo de 2013] Disponible en: http:/evwweslideshare.net/cate lan? eoncepto-e-historia-de-l-psiclogian Principio éticos de loc psicdlogoe y cédigo de conducta de los psicslogos de In American Payehological Association (APA\, Enmiendas 2010 [Fecha de aceso: 16 de Mayo de 2013}. Dis ponible en: http:wwv:proyoctootica orgidescargas/normat vvas_deontologiea/APA®202010 pd ‘Thomas L. Living morally: A psyeology of moral character, Philadelphia, Temple University Press; 1980: 215-217 ‘Beauchamp TL, Childress JE The principles of biomodial ethics, ‘4 ed. New York Oxford University Press Ine; 2008; 20-490 Baumrid D. Somo thoughts on othies of research: After ‘Milgeam's behavioral stady of obedience. Amer Paych. 1964; 19: 421-423. Milgram S. Obe Rov, 1974: 18-178 Ariststeles, Obras ilosifias, México: Cumbre; 2005: 290, Ponce GE. Ethical options in medicine. New jersey: Medical Beonomics; 1989; 72-87, ‘Annas (J, Grodin MA. The Nazi doctors and the Nuremberg ‘ade, New York: Oxford University Press 1992; 11-108, World Medical Aseociation Inc. WMA Policy. Declaration of Helsinki 2008 [Accoso: 10 febrero de 2018), Disponible en hitp:jwwwseme.netllpoley/17-e_edhtm) Veatch RM. The pationt-phyrician relation, The pationt as part ner. Part 2. Indianspolis Indiana University Pres; 1991: 140 ‘Ribes IE, Reflexiones sobre Ia eficacia profesional del pico go. Hev Mex Pac. 2005; 22 (1) 6-14 ence to authority, New York: Harper and

También podría gustarte