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John F.

McArthur

SERMONES
TEMÁTICOS

PERMANECIENDO EN CRISTO
Desatando la verdad de
Dios, un versículo a la vez
___________________________________

Permaneciendo en Cristo
Series por Tema Juan 15:1–25

Imagine escoger vivir cada día de su vida en la pobreza


absoluta, sin dinero y sin contacto con amigos y familiares -
y todo esto mientras que tiene a su disposición seres queridos
y una herencia colosal a su nombre.

Por sorprendente que parezca, así es como muchos


cristianos se encuentran hoy en día - viviendo en un estado
innecesario de pobreza espiritual autoimpuesta. La pregunta
es si usted está sacando provecho de las riquezas vitales que
Cristo ofrece y provee. Peor aún, ¿podría estar usted entre
aquellos acerca de los cuales Cristo advirtió - aquellos que
creen que están bajo Su cuidado cuando en realidad no lo
están?

El estudio reconfortante y de convicción Permaneciendo en


Cristo de John MacArthur proporciona una visión rica, vívida
de las últimas palabras de Jesús a Sus discípulos mientras
estuvo con ellos. Ofrece instrucciones claras acerca de la
provisión del Señor para producir fruto espiritual. Usted
también descubrirá ambos: los beneficios y el costo de estar
conectado con Cristo.
Yo Soy la vid verdadera
Juan 15:1-6

La Biblia es la autoridad, la única autoridad. El único libro que


Dios escribió. Contiene 66 libros, 39 libros en el Antiguo
Testamento, el cual es la revelación de Dios antes de Cristo.
27 libros en el Nuevo Testamento, la revelación de Dios desde
la venida de Cristo. Juntos constituyen los 66 libros de la
Biblia. En la Biblia Dios habla, es Su Palabra. Cuando nos
congregamos, no nos congregamos para oír a hombres
hablar, venimos a oír a Dios hablar. La responsabilidad
entonces del pastor y del predicador es tomar el mensaje de
Dios y traérselo a la gente. Siempre me he visto a mí mismo
no como un chef, sino como un mesero. Mi responsabilidad
no es crear la comida, sino tratar de llevarla a la mesa sin
echarla a perder. Esa es la responsabilidad que trato de
cumplir, como todo lo hacemos cada vez que abrimos las
Escrituras.

Entonces al llegar al capítulo 15 de Juan, como a cualquier


otro lugar en la Biblia, estamos escuchando a Dios. El escritor
es el apóstol Juan, pero el escritor también es Dios el Espíritu
Santo, quien inspiró toda palabra que Juan escribió. Debido a
esto, la Biblia no tiene errores, es precisa, y tiene autoridad.
Cuando la Biblia habla, Dios habla y cuando Dios habla
escuchamos, porque Dios nos dice lo que nosotros debemos
saber. La Biblia debe dominar toda vida, y toda la sociedad
humana, ya que en ella se contiene toda verdad necesaria
para la vida en el tiempo y la eternidad. Y cuando una nación,
o una persona rechaza la Biblia, han rechazado a Dios, y las
consecuencias son terribles, terribles. Aquellos que escuchan
a Dios a través de Su Palabra, se les da vida y bendición, ahora
y para siempre.

Y entonces llegamos al capítulo 15 de Juan. Simplemente


para explicar el contexto un poco, el escenario, comenzando
en el capítulo 13 y hasta el capítulo 16, nos encontramos el
jueves por la noche de la Semana de la Pasión, la última
semana del ministerio de nuestro Señor. La noche del jueves
fue una noche importante. Él se reunió con los doce discípulos
para celebrar la Pascua en esa noche del jueves, cuando los
judíos galileos la celebraban. Se reunían en una especie de
lugar secreto que llamamos el Aposento alto, y nuestro Señor
pasó esa noche hablándole de muchas cosas maravillosas,
dándoles muchas, muchas promesas. Conforme esa noche
avanzó, nuestro Señor exhibió a Judas como el traidor y lo
despidió. Y Judas se fue para reunirse con los líderes de Israel,
para preparar el arresto y la crucifixión subsecuente del Señor
Jesús.

Cuando llegamos al capítulo 15, Judas ya se fue. Y


únicamente los once quedan, y son los discípulos verdaderos.
Pero al llegar al capítulo 15, ya no están en el Aposento alto,
están en la profundidad de la oscuridad de la noche. Pero el
capítulo 14 termina con Jesús diciendo esto, “Levantaos,
vayámonos de aquí”. Aparentemente en ese momento se
fueron del Aposento alto, Jesús y los once. Y comenzaron a
caminar por el medio de Jerusalén, dirigiéndose por la parte
este de la ciudad, a un jardín en donde nuestro Señor oraría
en una oración tan agonizante, que él sudó como si fueran
gotas de sangre. Y mientras que él estaba orando, se
quedaron dormidos. Y a ese jardín más tarde llegaría Judas y
los soldados romanos, y los líderes judíos para arrestarlo. Y
ahí Judas lo besaría, se llevaría a cabo la traición, y al día
siguiente él sería crucificado.

Conforme se va del Aposento alto y caminan por el medio de


la oscuridad de Jerusalén, nuestro Señor continúa
hablándoles. Y lo que él les dice está registrado en los
capítulos 15 y 16. De todas estas cosas que él dice, nada es
más definitivo que los primeros ocho versículos del capítulo
15. Nuestro Señor aquí, realmente no da una parábola, aunque
creo que en el sentido más amplio podría ser considerada una
parábola, porque es una ilustración. Realmente es un retrato
de palabras, una metáfora, un símil. Escuche lo que dice, voy
a leer los versículos 1 al 8.

“Yo soy la vida verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo


pámpano que en mí no lleva fruto lo quitará; y todo aquel que
lleva fruto lo limpiará para que lleve más fruto. Ya vosotros
estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced
en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar
fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva
mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El
que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano,
y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego y arden. Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es
glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así
mis discípulos.”
Ahora, debe ser bastante obvio, a partir de esa oración final,
cual es el punto de esta analogía. Esto es acerca de una vid y
pámpanos y dar fruto que prueba que alguien es un discípulo
verdadero. Esto entonces, trata de la naturaleza de la
salvación genuina. Esto es acerca de la naturaleza de la
salvación genuina. Esta es una preocupación para nuestro
Señor, una preocupación para todos los escritores de la Biblia,
y una preocupación para todos los cristianos fieles, y lo ha
sido a lo largo de la historia. ¿Cómo sabe uno, que, uno es un
discípulo verdadero? ¿Cómo sabe uno, que, uno de manera
genuina se dirige al cielo? ¿Cómo sabe uno, que, él o ella va a
escapar del infierno? ¿Cómo sabemos? Nada es más
importante que esto, nada es más importante que la
salvación. Nada es más importante que la vida eterna, nada
es más importante que el cielo. ¿Cómo sabe usted? En este
retrato de palabras, tenemos todo lo que necesitamos saber.

Pero antes de que veamos la naturaleza de la salvación,


simplemente un recordatorio. También en los versículos que
le acabo de leer, hay afirmaciones que apuntan a la naturaleza
de Cristo. Antes de que lleguemos a la naturaleza de la
salvación, la realidad esencial de la salvación, tenemos que
reconocer la naturaleza de Cristo, la realidad esencial de
Cristo. La naturaleza divina del Señor Jesucristo está aquí
declarada en el versículo 1. “Yo soy la vid verdadera” dice él.
Y en el versículo 5 de nuevo, “Yo soy la vid”. ¿Cómo es esta
una declaración de deidad? Debido al verbo, “Yo soy”.

Ahí atrás en Éxodo capítulo 3, cuando Moisés vino delante de


Dios en el desierto, y le preguntó su nombre, Dios dijo, “Mi
nombre es YO SOY EL QUE SOY”. El tetragramatón, el que
existe eternamente. El Ser eterno, el que siempre es, y siempre
fue y siempre será”. Los teólogos la llaman la “aseidad” de
Dios, el Ser eterno de Dios. Él es el YO SOY. A lo largo de su
predicación, enseñanza, sanidades, ministerio de discipulado,
Jesús continuamente declaró que él es Dios. Él es Dios. Él dijo
cosas como, “mi Padre trabaja hasta ahora, y yo mismo estoy
trabajando”. En un contexto de discusión acerca del día de
reposo, él les recuerda que el día de reposo no se aplica a Dios,
porque Dios está trabajando todo el tiempo. Y el día de reposo
no se aplica tampoco a mí, porque yo como Dios estoy
trabajando todo el tiempo. Estaban llenos de furia porque él
hiciera una afirmación como esa. Eso estuvo en el capítulo 5
del evangelio de Juan.

Más adelante en el capítulo 8 Jesús dijo, “Si yo me glorifico a


mí mismo, mi gloria no es nada. Es el Padre quien me glorifica,
de quien vosotros decís, ‘él es nuestro Dios’, y por lo tanto si
Dios quien es su Dios me glorifica como Dios, también
deberían glorificarme a mí.” Y de nuevo estaban ofendidos
por una blasfemia percibida como tal. En el capítulo 10,
inclusive él lo dijo en manera más concisa, “Yo y el Padre uno
somos”; Uno en naturaleza y en esencia. En ese mismo
capítulo, capítulo 10, versículo 38, él dijo, “Aunque no creáis
en mí creed las obras para que sepáis que el Padre está en mí,
y yo en el Padre.”

A lo largo de su vida y ministerio, él afirmó que él es Dios. Cada


vez que Jesús dijo, ‘mi Padre’, lo cual él dijo muchas, muchas
veces, cada vez que él dijo ‘mi Padre’, él estaba afirmando que
él tenía la misma naturaleza que Dios. Y su audiencia judía,
entendió lo que dijo. No estaban en absoluto confundidos. De
hecho, en el capítulo 5, versículo 18, esto es lo que leemos,
“Por esta causa, por tanto, los judíos estaban buscando aún
más matarlo, porque él no solo estaba quebrantando el día de
reposo, sino que también estaba llamando a Dios, su Padre,
haciéndose igual a Dios. Ellos entendieron que eso es
exactamente lo que él estaba haciendo, exactamente.

Y una de las maneras en las que él hizo eso, fue al tomar para
sí mismo el nombre de Dios, YO SOY, y aplicárselo a sí mismo.
Hay una serie de esas afirmaciones a lo largo del evangelio de
Juan. Él dice, Yo soy el pan de vida, Yo soy el pan viviente que
descendió del cielo, Yo soy la luz del mundo, Yo soy la puerta,
Yo soy el pastor, el buen pastor, Yo soy la resurrección y la
vida, Yo soy el camino, la verdad y la vida. Y después él hace
la afirmación asombrosa, inescapable, capítulo 8, versículo
58, “Antes que Abraham fuese, YO SOY”, Yo estoy existiendo
eternamente. Jesús no es ningún otro que el gran YO SOY, el
Dios eterno en carne humana. ¿Es importante creer eso?
Escuche esto, Juan 8:24, “A menos de que creáis que YO SOY,
en vuestros pecados moriréis”. ¿Puedo decir eso de otra
manera? Si usted no cree en la deidad del Señor Jesús, usted
se irá al infierno. Así de simple.

No importa cuán religioso sea usted, cuan moral sea usted,


cuan buenas intenciones tenga usted, a la luz de lo mejor de
la humanidad. Si usted no cree que Jesús es Dios, usted se irá
al infierno. Si usted cree que él es un ser creado, de cualquier
tipo, sin importar cuan noble o cuan elevado, usted se irá al
infierno. Usted morirá en sus pecados, lo cual significa que
usted morirá sin perdón. La paga es castigo eterno. Los judíos
entendieron exactamente lo que él estaba diciendo. Es un
ataque devastador, devastador, en contra de la teología judía.
Su teología se había desviado de las Escrituras en el Antiguo
Testamento, pero era un sistema que habían desarrollado
bien. Y Jesús atacó esa teología. Él atacó su entendimiento
de Dios, él atacó su entendimiento de la ley, él atacó su
entendimiento de la justicia, él atacó su perspectiva de las
obras y la fe y la gracia. Él atacó todos los elementos de su
teología, y después como si eso no fuera lo suficientemente
malo, eso hizo que lo odiaran. Después él afirma ser Dios, lo
cual ellos ven como la blasfemia definitiva y eso se convierte
en la razón por la que lo quieren muerto.

Entonces aquí está, en la noche final con sus discípulos, y él


revela otra declaración poderosa de su naturaleza divina y
dice, “Yo soy la vid verdadera, Yo soy la vid”. Habiendo visto
eso, quiero llevarlo a la parte más importante del pasaje. Y
esa es la naturaleza de la salvación, la naturaleza de la
salvación. Creo que esto no es entendido de manera clara por
muchas personas, pero no hay excusa, dadas estas palabras
simples. El drama que se desarrolla en esta analogía es
simple. Hay una vid, hay alguien que cuida la vid, y hay dos
tipos de ramas o pámpanos. Pámpanos que dan frutos y que
son podadas para dar más fruto, pámpanos que no dan fruto
y son cortadas, se secan y quemadas. Así de simple.

Cómo usted bien sabe nuestro Señor podía decir cosas


profundas en las maneras más simples, y eso es exactamente
lo que usted tiene aquí. Sabemos que los primeros dos
personajes, Jesús dijo, “Yo soy la vid”, versículo 1. Y después
él dijo, “Mi Padre es el que cuida de la vid”. Entonces sabemos
que la vid es Cristo y el granjero que plantó la vid y cuida de la
vid es el Padre. Pero la pregunta aquí es, ¿quiénes son los
pámpanos? ¿quiénes son los pámpanos? Hay pámpanos que
están pegados a él, están todos pegados todos los pámpanos
las ramas están pegadas, pero, los que no dan frutos son
cortados, se secan y son quemados.

Entonces, ¿quiénes son? Permítame recordarle el contexto,


todo esto comienzo ahí atrás en el capítulo 13, en el Aposento
alto. Y es bastante claro que hay dos tipos de discípulos en
ese aposento alto. Jesús está ahí, versículo 1, muy consciente
de que su hora de muerte está por llegar. Y dice, “Él amó a los
suyos que estaban en el mundo, y los amó al máximo, él amó
a los suyos que estaban en el mundo y los amó al máximo,
hasta los límites eternos de su capacidad para amar. No
obstante, había alguien más ahí, versículo 2, uno de esos
discípulos que se pegó a Jesús. “Judas Iscariote, el hijo de
Simón, (dice en el versículo 2), el diablo ya había puesto en su
corazón, traicionarlo.”

Realmente no creo que hay mucho misterio acerca de las dos


ramas. ¿Qué es lo que Jesús tuvo en su mente esa noche?
Acababan de dejar el Aposento alto, el drama que se llevó a
cabo ahí por Jesús, el hecho de que Judas fue exhibido a los
discípulos, cuando Jesús dijo, “uno de ustedes me va a
traicionar”, y ellos dijeron, ‘¿soy yo?, ¿soy yo?, ¿soy yo? lo cual
quiere decir que no tenían ni idea de que era Judas, no había
nada que era obvio de manera manifiesta en la vida y virtud y
conducta de Judas que lo habría distinguido como un
discípulo falso. Él estaba apegado de manera visible, y se veía
para efecto de toda situación, como el resto de ellos. Hacía lo
que todos los demás hacían. Pero de manera clara, habían
dos tipos de personas en ese lugar, esa noche. Estaban
aquellos que daban fruto, y estaba el que no dio fruto. Estaban
aquellos que permanecieron, se apegaron a la vid, y estuvo
aquel que fue cortado.

He tenido algunas discusiones con personas alrededor del


mundo, acerca de este pasaje. Y personas que me han dicho,
bueno, esto es prueba de que puedes estar en Cristo, puedes
estar apegado a Cristo y puedes perder tu salvación. La Biblia
no enseña eso, y las palabras de nuestro Señor Jesús en el
evangelio de Juan son muy explicitas, “mis ovejas oyen mi
voz”, usando otra metáfora, “y yo las conozco y me siguen. Y
yo les doy vida eterna, y no perecerán. Y nadie las arrebatará
de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos y
nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el
Padre, uno somos”. Juntos sostenemos a aquellos que
pertenecen a nuestro rebaño. En Juan 6, Jesús dijo, “todo lo
que el Padre me da vendrá a mí, y no perderé ninguno”.

Esto no está hablando de creyentes, pámpanos que dan fruto


que de pronto son cortados y arrojados al infierno. Esto está
hablando de personas que están pegadas, pero no hay vida,
porque no hay fruto. Esa misma noche, Judas, apenas unas
cuantas horas antes de que dejara a Jesús de manera
terminal, final, definitiva. Él es lo que la Biblia llamaría una
apóstata, un desertor definitivo. Él durante tres años había
estado cercano, tan cercano que ni siquiera la gente sabía que
no había vida. Judas ahora iba camino a los líderes de Israel,
para establecer el acuerdo para arrestar a Jesús para recibir
sus treinta piezas de plata, y para ir de ahí a ahorcarse, y
terminar en el infierno.
Esta es la realidad de esa noche, y esto tiene que ser lo que
está en el pensamiento de nuestro Señor y en lo que está
hablando aquí. Él necesita explicarles a estos hombres, a
Judas. ¿No le parecería natural para usted que en esta platica
íntima con los amados once, que todavía están con él, que
todos todavía están tratando de procesar a Judas? Él tenía un
perfil alto. Él era el que cuidaba el dinero, aquel en quien
confiaban. Estaban tratando de entender simplemente ¿cómo
sucedió?, ¿quién es él?, ¿cómo encaja?, ¿qué está pasando?
Y nuestro Señor nos da una explicación. Él dice, hay
pámpanos que tienen una apariencia externa de apego, pero
no dan fruto. Son quitados y son quemados. Y él tiene que
estar pensando en Judas, Judas quien había estado en
conexión cercana a él, él se ha ido para terminar en el infierno
eterno. Y, de hecho, la Biblia dice que se fue a su propio lugar,
dice que hubiera sido mejor para él si no hubiera nacido.
Marcos 14.

Entonces, nuestro Señor nos ayuda a entender los elementos


de la parábola, él es la vid, el Padre es el granjero, los
pámpanos que dan frutos son los discípulos verdaderos, el
pámpano que no da fruto, que es cortado y quemado es un
discípulo falso. Esta es la manera en la que entendemos sus
palabras. En el reino de Dios existen poseedores de vida y
profesantes. No todo el que me dice Señor, Señor entrará a mi
reino, Jesús dijo en el Sermón del Monte. Hay gente que
edifica, que construye una casa religiosa, pero la construyen
sobre la arena y no la construyen sobre la roca.

Entonces Jesús realmente ha tomado todas las figuras en la


noche final del drama, y las ha incorporado en una analogía
fuerte, llena de significado. Conforme vemos esta metáfora
muchas verdades se desarrollan para que las consideremos,
y tenemos que tomar tiempo para verlas a cierto nivel. Pero
creo que ahora puede ver cuán simple es el entendimiento, y
vamos a llenar los espacios. Comencemos con la vid, el primer
personaje en esta ilustración. La vid, Cristo mismo, “Yo soy la
vid verdadera”, versículo 1; versículo 5, “Yo soy la vid”. Él
escogió verse a sí mismo como una vid, presentarse a sí
mismo como una vid. Él antes en el capítulo 10 se había
presentado a sí mismo como un pastor con un rebaño. Antes
se había presentado a sí mismo como luz. Antes se había
presentado a sí mismo a través del Espíritu Santo como agua.

Entonces, él extrajo a partir de analogías familiares,


conocidas. Y estad podrá decir, ‘Bueno, él se refirió a sí mismo
como una vid, porque una vid es humilde, y una vid, está en la
tierra y está en humildad, con un perfil bajo. La vid, si no fuera
levantado con algún tipo de alambre o algo, simplemente
seguiría por el suelo. Y esto habla de su humildad’. Es una
buena metáfora para hablar de su humildad. Alguien más
podrá decir que es una buena metáfora porque habla de unión,
habla de cercanía y comunión de aquellos que son de Cristo
con él, la misma vida fluyendo a través de la vid, fluyendo a
través de los pámpanos. Otros podrían decir, es un bien
símbolo, es un buen retrato de palabras porque habla de dar
fruto de ser fructífero, el resultado de estar en Cristo, siendo
manifiesto. Otros dirían, ilustra dependencia, como dijo
nuestro Señor, “Apartaos de mí, nada podéis hacer”. Ilustra
ese tipo de dependencia, toda la vida viene de la vid. Enfatiza
pertenencia, si usted está conectado, usted pertenece.
Y creo que todo eso es verdad, pero hay otra razón que es
mucho más importante por la que él dice, “Yo soy la vid
verdadera”. Y eso es porque hubo una vid defectuosa, hubo
una vid corrupta, hubo una vid degenerada, hubo una vid que
no dio fruto, hubo una vid vacía, ¿Quién? Israel, Israel. Es
correcto. El pueblo del pacto de Dios, el pueblo judío, Israel.
Israel es la vid de Dios en el Antiguo Testamento. En Isaías 5,
Israel es presentada como una vid. Dios dice, “Yo planté mi
vid, mi vid en un monte muy fértil.” Isaías 5, y ese capítulo,
versículos 1 al 7 procede hablar acerca de todo lo que Dios
hizo para darles todo lo que era necesario para que ellos
produjeran uvas. Produjeron, beushim uvas agrias, que no se
podían comer, inútiles.

Israel fue esa vid, y esa metáfora siguió a lo largo de la historia


de Israel durante el periodo macabeo, entre el Antiguo y Nuevo
Testamento. Los macabeos produjeron monedas y en la
moneda estaba una vid, ilustrando a Israel. Y en el mismo
templo, ese templo enorme de Herodes, había una gran vid,
que literalmente había sido esculpida. Y había sido cubierta
con oro, hablando de Israel como la vid de Dios. La vida de
Dios fluye a través de la nación, ese fue un símbolo de Israel.
Hay tanto en el Antiguo Testamento, Salmo 80, en algún
momento puede leer el Salmo 80, en su totalidad. Pero el
Salmo 80 nos habla de la tragedia del desvío de Israel como
una vid. Simplemente escuche unas cuantas de las palabras
del Salmo 80, “Dios quitó una vid de Egipto”, sacando a Israel
de la esclavitud en Egipto, “sacó a la nación, plantó la vid,
como en Isaías 5, “limpió el suelo ante ella, estableció raíces
profundas, lleno la tierra, los montes fueron cubiertos con su
sombra, los cedros de Dios con sus arcos estaban enviando
sus ramas, sus vástagos al rio”. Después esto, “¿Por qué has
roto su muro de tal manera que todos los que pasan por ahí
toman su fruto? Del bosque se la comen, y todo lo que se
mueve en el campo se alimenta de ella.”

Dios plantó a Israel y después se volvió en contra de Israel en


juicio. Después el Salmo 80 dice, “Oh, Jehová de los ejércitos,
vuélvete ahora, te rogamos. Mira desde el cielo y ve, y cuida
de esta vid. Inclusive el pámpano que tu diestra ha plantado,
está quemado con fuego, está derribado”. Sí, eso es Israel,
eso es Israel. Ezequiel dijo, “es una vid vacía, sin fruto”. Isaías
dice, produce una especie de resultados tóxicos, inútiles, que
no se pueden comer. Israel había sido el tronco de bendición.
Israel había sido plantada por Dios. La vida de Dios vendría a
través de Israel, para todos los que estuvieran pegados a
Israel. Pero Israel fue infiel, idolatra, inmoral, y Dios trajo juicio.
Eso es lo que el Antiguo Testamento nos presenta.

Los discípulos, como el resto de los judíos pensaban, ‘mmm,


soy judío. Estoy conectado a Dios. Israel, el pueblo de Dios, el
pueblo judío, son la fuente de bendición divina. Yo soy un
judío, yo nací como judío, soy la cimiente de Abraham, estoy
conectado a Dios.” No es así, nuestro Señor viene y dice, si
quieren estar conectados a Dios deben estar conectados no
a Israel, sino a mí. Yo soy la vid verdadera, alethinos, Yo soy
la vid verdadera. Yo soy la vid perfecta. A través de mí la vida
de Dios fluye. Pablo entendió eso, él dijo, ‘Israel tiene todos
los privilegios en el libro de Romanos. Tienen una forma de
piedad, pero no tienen vida, no conocen a Dios, están aislados
de Dios. Él es la vid verdadera.
Simplemente, para darle una comparación en el octavo
capítulo de Hebreos. El escritor de Hebreos dice, “Jesús es el
tabernáculo verdadero”. Él es el tabernáculo verdadero. Él es
la vid verdadera, él es el tabernáculo verdadero, él es el templo
verdadero. Es mediante él que la vida de Dios fluye.
Colosenses 2:7 dice, nosotros estamos arraigados y somos
edificados en él. Estos discípulos saben que Israel va a ser
destruida, saben que el templo va a ser destruido, él ya les dijo
eso, apenas horas antes de esto, saben que todo va a
desmoronarse. Apenas horas antes de esto, saben que todo
va a desmoronarse. Se acabó, él pronunció juicio sobre ellos,
ninguna piedra quedará sobre otra, la furia de Dios va a ser
desatada. Lo importante es que entendamos que el tronco de
bendición no es Israel. No todo Israel, es Israel, dijo Pablo.
Cristo es la vid verdadera, así como él dijo en Juan 1, él es la
luz verdadera, en Juan 6, el pan verdadero, él es la vid
verdadera.

Cualquier persona que va a conocer la vida de Dios, tiene que


estar conectado a él, y tiene que conectarse a él,
genuinamente como Dios, como el YO SOY. Todas las demás
vides son vides falsas. Israel es una vid degenerada, muerta.
Cristo es la vid verdadera, y viva. Isaías dice, “Israel, como vid,
se ha vuelto salvaje.” Jeremías dice, “Israel se ha convertido
en una planta degenerada, una vid extraña.” Es como si Jesús
le estuviera diciendo a esos hombres, ¿creen que, porque le
pertenecen a la nación de Israel, están seguros en su conexión
con Dios? No es así, ¿creen que simplemente porque eres un
judío y un miembro de la raza escogida estás conectado a la
bendición de Dios?, no es así. Yo soy la vid, y la vid fluye
únicamente a través de mí, y Yo soy el camino y la verdad, y la
vida.

Entonces él es la vid. Ahora, el segundo personaje en este


retrato, es el labrador. Versículo 1, “mi Padre es el labrador”.
Ese es el granjero, la persona que cuida de la vid, Cristo se
presenta a sí mismo como habiendo sido plantado por Dios y
eso es verdad, el Padre estuvo detrás de todo lo que Jesús
hizo. El Padre envió al hijo al mundo, ¿verdad? eso es lo que
las Escrituras dicen. El Padre estableció el plan, Jesús dijo,
‘Yo solo hago la voluntad de mi Padre, yo solo hago lo que el
Padre me dice que haga, me muestra que haga, me manda
que haga. Únicamente hago aquello que agrada al Padre’. El
Padre cuidó de él, el Padre proveyó a una virgen para que él
pudiera nacer de una virgen. El Padre proveyó todo para él. El
Padre proveyó al Espíritu Santo para capacitarlo a lo largo de
su ministerio. El Padre proveyó todo lo que él jamás necesito.

Entonces fue el Padre cuidando del Hijo, y es el Hijo aquel


quien es aquel que posee vida verdadera, divina. Ahora, el
versículo 2, entonces, presenta a los pámpanos, los
pámpanos. Y hay dos tipos de pámpanos. Todos aparecen en
mí, todo pámpano en mí, todos están pegados, así como hubo
muchas personas pegados a Israel en el pasado, pero no todo
Israel es Israel. Y no toda persona que es un judío, realmente
está conectado a la bendición. Estaban pegados, estaban
conectados. Pero hubo pámpanos, lo dice al principio del
versículo 2, que no dan fruto. Y él quita esas, el Padre las quita,
el Padre es el Juez. Y después hubo pámpanos que dan fruto,
y él podó esas para que dieran más fruto. El Padre está
trabajando, y él está haciendo dos cosas, dos obras muy
divinas. Él está juzgando a los pámpanos falsos, cortándolos,
secándolos y enviándolos al infierno. Y él está podando a los
pámpanos verdaderos que dan fruto. Esta es la obra del Padre.

Ahora, veamos estos pámpanos y simplemente consideremos


lo que esto está diciendo. La vid está floreciendo, creciendo
mucho, pero algunos pasos serios son tomados por el
labrador, el granjero. En primer lugar, cuando él ve un
pámpano que no tiene fruto, él lo quita. Él lo quita. Ahí en el
versículo 6, él lo hecha fuera, se seca, y esos pámpanos se
recogen y los echan en el fuego y arden. Eso es, juicio drástico
por parte de Dios en contra de creyentes falsos, creyentes
falsos. No hay fruto.

Dice usted, ¿acaso todo cristiano tiene fruto? Sí, todo cristiano
tiene fruto. Así es como usted sabe que usted es un cristiano.
¿Qué es fruto? Actitudes justas, anhelos justos, deseos justos,
afectos justos, virtudes justas, conductas justas. Esa es la
manifestación de la vida, y en donde la vida de Dios existe, el
fruto debe de estar ahí, esa es la razón por la que Efesios 2:10
dice que “hemos sido salvos por gracia, mediante la fe, para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas”. No puede ser de esa manera, porque
en dónde está la vida de Dios y el alma del hombre, se vuelve
evidente. Eso es lo que dice al final del versículo 8, cuando
usted da mucho fruto, usted prueba ser un discípulo
verdadero.

Santiago dijo, “la fe sin obras” es qué? está muerta.” Es una


afirmación inútil. La única manera en la que usted sabe que la
fe es real, que la salvación es real, es por la evidencia. Mateo
7, Jesús dijo, “por sus frutos los conoceréis” Y eso es repetido
varias veces en los evangelios. Pablo en Romanos 6 dice,
“eran esclavos del pecado, y ahora en Cristo se han convertido
en esclavos de la justicia”. Somos conocidos por nuestro
fruto, somos conocidos por la evidencia manifiesta de la
transformación. Esa es la única manera en la que usted puede
identificar que una persona es cristiana. No por recordar un
acontecimiento, no por recordar una oración, no por desear y
esperar, la manera en la que usted sabe que alguien ha sido
transformado y regenerado y nacido de nuevo, es porque el
fruto de justicia es manifiesto en esa vida. No es perfección,
pero es una dirección dominante.

Hay personas que se pegan a Cristo y no tienen fruto. Mire, la


nación entera de Israel es vista en el capítulo 11 de Romanos,
como una rama pegada a Dios, pero fueron cortados debido
a la incredulidad y al pecado, y una nueva rama, la iglesia fue
injertada. Tenían un apego a Dios, pero no daba fruto, no tenía
fruto. Hay muchas personas que están pegados al
cristianismo, hay muchas personas que están pegadas al
cristianismo, pegadas a la iglesia, pegadas de alguna manera
a Cristo, pero el tiempo y la verdad van de la mano. Con
suficiente tiempo la verdad saldrá y en últimas, o en esta vida,
o en la próxima, con toda seguridad en la próxima, el Padre
los enviará al fuego.

Esta es una preocupación a lo largo del evangelio de Juan. De


hecho, en el capítulo 6, muchos de sus discípulos ya no
andaban más con él, ¿se acuerda de eso? Es un llamado al
discipulado verdadero. Hay pámpanos Judas, en toda época,
pegados superficialmente. Pero veamos a los pámpanos que
poseen la realidad, en el capítulo 2. “Todo aquel que lleva
fruto”, evidenciando la vida de Dios, él lo limpiará para que
lleve más fruto.

Entonces el Padre lleva a cabo un trabajo duro. Él corta de


manera total al pámpano entero que no da fruto. De tal manera
que no toma la energía de la vid, de manera inútil. Son
recogidos y quemados. Pero el regresa a los pámpanos
fructíferos y él los limpia, los purifica. De hecho, es un verbo,
katairó, que significa ‘limpiar’, pero era usado en la agricultura,
para podar. Podría significar, quitar desperdicio después del
grano que se avienta. Podría significar limpiar arbustos de la
tierra antes de plantar grano, pero también podría significar
cualquier cosa que limpia la planta para hacerla más
productiva.

Filón, el teólogo judío en el tiempo de los principios del Nuevo


Testamento, dijo esto, “Conforme los vástagos superfluos
crecen en las plantas, los cuales son un gran daño para los
vástagos genuinos, en los que él labrador limpia, (y él usa
katairó, esta misma palabra), y poda porque él sabe que es
necesario. Entonces, Dios corta algunos pámpanos
completamente, creyentes falsos que pasan la eternidad en el
infierno. Pero para el resto de nosotros, Dios va a trabajar en
nosotros con un cuchillo, con un cuchillo.

En tiempos antiguos, he leído que algunas veces había un


proceso en el que arrancaban las cosas, inclusive comenzaba
con la mano, entre el primer dedo y el pulgar, literalmente
pellizcaban el extremo de un vástago que estaba creciendo,
que podía causar que muriera. Había una especie de quitar,
una especie de el extremo muerto de una rama. Y después
adelgazaban todos los pedazos que estaban saliendo de ese
pámpano, esos pedazos, esas ramas que quitaban la vida de
esa rama. Muchas maneras de hacer eso, pero todas tenían
el mismo propósito en mente. Y eso era para que la rama fuera
más productiva.

Ese es el trabajo del Padre, para lo que él hace. El Padre viene


a nuestras vidas con un cuchillo para cortar el pecado, y quita
lo superfluo. En Hebreos 12:1 dice, “desechando el peso”, es
correcto, “el peso y el pecado”. Todos tenemos pecado en
nuestras vidas, debería ser cortado. Pero también tenemos
cosas que no necesariamente se caracterizan como pecado,
simplemente es innecesario, desperdicio, superfluo, son
vástagos que quitan la vida de la vid. El Padre viene a nuestras
vidas con un cuchillo, es doloroso y él corta, él corta el pecado.
Él corta conducta inútil que desperdicia, preocupación con
cosas que no importan.

¿Cómo hace él eso? Él puede hacerlo a través de enfermedad,


él puede hacerlo a través de dificultad. Él puede hacerlo a
través de la pérdida de un trabajo, o la pérdida de un amigo, o
la pérdida de un ser querido, la pérdida de bienes materiales.
Él podría hacerlo a través de la pérdida de la reputación, la
calumnia. Él podría hacerlo a través del fracaso, algo en lo que
usted trabajó realmente mucho para lograrlo. Y él puede
hacerlo a través de la persecución de la gente de afuera, y la
gente que usted conoce inclusive, ama. Él podría hacerlo a
través de la tristeza, él podría hacerlo a través de la decepción.
Podría ser extremadamente doloroso emocionalmente, podría
ser extremadamente doloroso físicamente. Dios ordena el
problema. Este es Dios providencialmente usando el cuchillo,
Dios ordena el problema.
Lo mejor que nos puede pasar para limpiarnos, son los
problemas. 2da Corintios 12, “porque cuando soy débil”, la
Biblia, Pablo dice, “entonces soy” ¿qué? “fuerte”. Prefiero estar
contento con aflicciones, dificultades, debilidades, pruebas,
porque en mi debilidad la fortaleza de Dios es perfeccionada.
Santiago 1, “Tened por sumo gozo cuando os halléis en
diversas pruebas, porque la prueba de nuestra fe produce
paciencia. Más tenga la paciencia una obra perfecta.” Y Pedro
lo dijo así, “Después de que habéis sufrido, por un poco de
tiempo, el Señor os perfecciona.” Ese es el cuchillo, usted debe
darle la bienvenida a eso, porque usted debe querer ser más
fructífero.

Usted puede quejarse en autocompasión y estarse revolcando


en decepción, quejándose, lleno de ansiedad. Cuando las
cosas no salen como usted cree que deben salir, usted puede
ver hacia el cielo y decir, “Dios, te agradezco. Gracias por llevar
a cabo tu obra en mí, para dar más fruto, más fruto. Usted
podrá decir, ‘¿Por qué yo, Dios? ¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por
qué esto me pasó a mí? ¿cómo es que esto podría ser?’ O
usted podría decir, ‘Gracias, gracias Señor. Gracias, abrazo
esto, como el apóstol Pablo. Abrazo esto como Santiago,
‘tened por sumo gozo’. Abrazo esto porque esta limpieza,
quiere decir que Dios quiere que yo de mucho fruto.

Otra manera de ver esto es en el lenguaje del escritor de


Hebreos, en el capítulo 12. Escuche lo que él dice. “Hijo mío,
no tengas en poco la disciplina, ni desmayes cuando eres
reprendido por él. Porque a los que el Señor ama él disciplina
y azota todo hijo a quien él recibe. Es por disciplina que
soportáis. Dios os trata como a hijos porque, ¿qué hijo es
aquel al que su padre no disciplina? Pero si estáis en
disciplina, de la cual todos habéis sido hechos participantes,
entonces sois hijos ilegítimos, y no hijos. Además, tuvimos
padres terrenales que nos disciplinaban, y los
reverenciábamos, ¿acaso no estaremos sujetos al Padre de
los espíritus y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por
un tiempo, como ellos mejor lo consideraban. Pero el nos
disciplina para nuestro bien, para que compartamos en su
santidad. Toda disciplina por el momento no parece ser causa
de gozo, sino de tristeza. Sin embargo, para aquellos que han
sido ejercitados por ella, después del fruto de justicia”.

Mas fruto, mas justicia es el producto de la disciplina divina.


Pruebas, tribulación, problemas, el creyente debe esperar esto
para ser fructífero. Y quiero añadir algo aquí. El labrador tiene
un cuchillo, ¿qué es precisamente ese cuchillo? El versículo 3
responde a eso, “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que
os he hablado” Ya han sido salvos, y fueron salvos por la
palabra, ¿verdad? La fe viene por el oír la palabra. Ustedes
fueron salvos por creer la palabra, fue la palabra que llevó a
cabo esta obra en ustedes. Renacidos por la palabra de
verdad, dice en las Escrituras. Y serán limpiados por la
palabra. En el análisis final, no son las aflicciones en sí las que
son el cuchillo, es la Palabra de Dios, la que es el cuchillo.

Ahora, permítame explicar eso. No es la aflicción en sí misma


lo que es el cuchillo, es la Palabra de Dios lo que es el cuchillo.
Ahora, debemos entender que la Palabra de Dios es un
cuchillo a partir de Hebreos 4:12. “La palabra de Dios es más
filosa que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el
alma y el espíritu, y las coyunturas y los tuétanos, y discierne
los pensamientos y las intenciones del corazón”. Es un
cuchillo de doble filo, y corta en toda dirección, la Palabra lo
hace, la verdad de Dios.

Entonces, aquí está la idea, el Padre es el disciplinador, el


Padre es el que en su providencia trae las pruebas, los
problemas que nos traen preocupación. La palabra se
convierte, no obstante, en el instrumento en sí que corta,
porque cuando la prueba viene y reaccionamos mal, la Palabra
nos convence de pecado. La palabra corta, y nuestra falta de
respeto por los propósitos de Dios. La palabra corta en
nuestra hostilidad. La palabra corta en nuestro enojo. La
palabra corta en nuestros cuestionamientos, y nos condena.
Las pruebas son el mango del cuchillo, la Palabra de Dios es
la hoja del cuchillo. El Padre trae la prueba, y la hoja es la
Palabra de Dios. La palabra es el cuchillo.

Escuche como Spurgeon explicó esto: “Es la palabra la que


limpia al cristiano, es la verdad la que lo purifica. La Escritura,
hecha viva y poderosa por el Espíritu Santo eventualmente y
de manera eficaz, limpia al cristiano”. Él dice, “la aflicción es
el mango del cuchillo, la aflicción es la piedra que afila el
cuchillo, pero el cuchillo es la palabra”. “La aflicción es el que
viste”, él dice, “la aflicción es el que viste, el que quita nuestra
vestimenta suave y desnuda la carne enferma para que el
cuchillo pueda llegar ahí.” La aflicción nos prepara para el
cuchillo para sentir la Palabra de Dios.

El verdadero labrador es Dios, la aflicción es el mango y la


ocasión, pero la limpieza, la Escritura es el cuchillo que corta.
¿Por qué? Para que demos más fruto. Entre más conoce usted
la palabra, más ama usted la palabra, mejor reacciona a las
pruebas, ¿verdad? Más permite usted que el cuchillo lleve a
cabo su obra. Y ¿sabe una cosa? debemos estar alabando a
Dios todo el tiempo aquí porque como una iglesia somos tan
sumisos a la Palabra de Dios, la conocemos tan bien, que
cuando entramos en estos problemas de la vida que nos
rodean, sea lo que sea, estas decepciones, estos elementos
de sufrimiento y prueba que son una parte tan importante de
la vida, conocemos la Palabra de Dios. Y no solo la
conocemos, confiamos en ella. No solo confiamos en ella,
sino que la amamos. No solo la amamos, queremos que lleve
a cabo su obra. Y entonces nos sometemos al cuchillo.

Y yo creo que esta es la razón por la que esta iglesia es tan


fructífera. Esta es la razón por la que el fruto de esta iglesia
rodea el globo terráqueo. Ustedes dan mucho fruto porque
han sufrido y permiten que la Palabra lleve a cabo su obra,
trayendo convicción, cortando el pecado y las cosas que no
importan. Así es en el reino, hay muchas personas pegadas a
Cristo, algunos serán cortados y serán quemados. Algunos
darán fruto, y aquellos que dan fruto el Padre lleva a cabo su
obra en ellos, para que den más fruto, mucho fruto. Ese es el
reino. Estamos agradecidos, ¿no es cierto? porque sabemos
que somos pámpanos que dan fruto. Si usted no conoce eso,
usted está en una situación muy peligrosa. Escuche la
advertencia de este pasaje. Venga en verdad a Cristo, de
manera genuina.

Padre, de nuevo en esta mañana estamos tan bendecidos,


juntos, tan agradecidos. Pedimos ahora que tú confirmes a
nuestros corazones la verdad y la desates en toda vida para
cumplir tu propósito. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
Los beneficios de permanecer en Cristo, 1ª
Parte
Juan 15:4-11

Abra su Biblia al capítulo 15 de Juan, Juan capítulo 15. Es


bastante popular referirse a la relación de uno con Jesús
como una relación personal. Esa parece ser una expresión
que es contemporánea, común y corriente de manera
coloquial en términos evangélicos. De hecho, podría ser como
usted ve la distinción entre algún tipo de cristiano nominal y
un cristiano genuino. Usted podrá decirle a alguien, ‘Bueno,
puedes ir a la iglesia y puedes cumplir con algunas de las
ordenanzas, pero ¿tienes una relación personal con
Jesucristo? Ese es el lenguaje que es bastante común. De
hecho, se ha vuelto una especie de enfoque típico para la
gente. ¿Tienes una relación personal con Jesucristo?
Simplemente quiero aclarar eso, si puedo por un momento.

Todo humano que jamás ha vivido tiene una relación personal


con Jesucristo, y para la mayoría de ellos no es una buena. Es
una relación entre uno que es juzgado, y el Juez. Jesús conoce
a todo ser humano de manera personal e íntima. Aunque todo
pensamiento que jamás han tenido, toda palabra que jamás
han hablado, toda obra que jamás han hecho, toda relación en
la que jamás han estado involucrados, todo eso está en el
cielo. Y en base a eso vendrá el juicio eterno, porque fuera de
creer en él, el registro de sus pensamientos y motivos y obras
y palabras y relaciones, únicamente los consigna al infierno
eterno. Es muy personal. Toda persona será juzgada a nivel
personal e individual por el juez, quien es el Señor Jesucristo.
Quizás habría una mejor manera entonces de referirse a la
legitimidad de una relación genuina con Cristo, que decir,
¿tienes una relación personal con Él? Entiendo lo que usted
quiere decir con eso, pero necesitamos ir más allá de eso. Ese
no es un término bíblico.

Usted no va a encontrar ese tipo de frase usado en las


Escrituras. Pero entonces presenta la pregunta, ¿cuál es la
naturaleza verdadera de la relación de un cristiano con Cristo?
¿cuál es la naturaleza verdadera de la relación de un cristiano
con Cristo? ¿cómo entendemos la realidad espiritual de
nuestra unión con Dios, nuestra unión con Cristo? ¿cómo
entendemos eso?

La Biblia nos ayuda al darnos una serie de analogías. La Biblia


se refiere a la relación entre un creyente y el Señor, como la
relación de una oveja con un pastor. La Biblia también se
refiere a esa relación como la relación entre un hijo y su padre,
entre un súbito y su rey, entre un esclavo y un amo. E inclusive
se refiere a esa relación como la relación entre un cuerpo y su
cabeza. Y las Escrituras delinean estas cosas, en particular el
Nuevo Testamento se concentra en la metáfora del cuerpo,
pero todas las demás aparecen tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo Testamento, y todas expresan
algún aspecto de nuestra relación con el Señor. Una vida
compartida, características compartidas, poder soberano,
control, dirección, obediencia, provisión, protección,
alimentación, todas esas cosas se encuentran encerradas en
esas metáforas.

Ahora, frente a nosotros el día de hoy, en el capítulo 15 de


Juan, es otra de esas metáforas que son muy instructivas,
retratos, imágenes, para que podamos definir nuestra relación
con Jesucristo en terminología bíblica. Y es la relación entre
los pámpanos y una vid. Quiero que regrese al capítulo 15, voy
a leer los versículos 1 al 11, aunque ya hemos cubierto los
primeros tres versículos, eso fue hace unas cuantas semanas
atrás, y quiero que esté todo claro en su mente.

Capítulo 15, versículo 1, Jesús dice, “Yo soy la vid verdadera


y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto lo limpiará para
que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra
que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como
el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, sino
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis
en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece
en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de
mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado
fuera como pámpano y se secará, y lo recogen y los echan en
el fuego y arde. Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho
fruto y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado,
así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si
guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor;
así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y
permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que
mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

Diez veces en esos versículos que le acabo de leer, realmente


comenzando en el versículo 4, usted ve la palabra
‘permaneced’. Entonces estamos hablando de lo que es
permanecer en Cristo, permaneced en Cristo. Ese es un
término conocido para gente que ha sido cristiana por mucho
tiempo, es un término que ha sido usado mucho. Se le ha dado
muchas connotaciones espirituales, pero, vamos a escarbar
en profundidad en este texto, y vamos a descubrir
precisamente lo que nuestro Señor quiere decir por esto.

Pero retrocedamos a los tres versículos de apertura, y en


cierta manera entendamos la escena. Hay cuatro identidades
aquí: hay una vid, hay un labrador, y hay dos tipos de
pámpanos. No hay misterio acerca de quién es la vid, nuestro
Señor Jesús dice “Yo soy la vid verdadera”; versículo 1 y de
nuevo en el versículo 5. No hay duda acerca de quién es el
labrador, el que cuida de la vid y sus pámpanos, versículo 1,
“mi Padre, es el labrador”. Esto acerca de Dios mediante
Cristo, operando o trabajando con la gente. La pregunta es
acerca de los pámpanos. Y en el versículo 5 nuestro Señor
dijo, “vosotros, los pámpanos”. Él estaba hablando
esencialmente a sus apóstoles, “vosotros sois los
pámpanos”. Pero hay dos tipos de pámpanos, hay pámpanos
que permanecen y producen fruto, y hay pámpanos que no
permanecen, no producen fruto, son cortados, se secan, y son
quemados, arden.

La pregunta es, ¿cómo debemos entender a estos pámpanos?


¿Quiénes son los pámpanos sin fruto? mencionados en el
versículo 2, el pámpano que no da fruto. Y después en el
versículo 6 el que es echado, se seca, es recogido, arrojado al
fuego y arde. ¿Quiénes son los pámpanos sin fruto y el otro?
¿Quiénes son los pámpanos que dan fruto, versículo 2,
versículo 5 y versículo 8? ¿Quiénes son? Bueno, permítame
recrearle el contexto. El contexto es un contexto muy simple.
Este no es nuestro Señor entre muchas personas, este no es
nuestro Señor en el medio de una multitud. Cuando él dice
vosotros, él está dirigiendo sus palabras a los doce. De hecho,
en particular en este punto, él está dirigiendo sus palabras a
los once que permanecen. Judas ha sido despedido.

Ahora, ¿en donde estamos en la vida de nuestro Señor en


Juan 15? Es jueves por la noche, en el aposento alto,
celebrando la Pascua con sus discípulos la noche antes de
que él es crucificado, y en esa noche el da muchas promesas
a sus discípulos. Comienzan en el capítulo 13 y siguen hasta
el capítulo 16. Después en el capítulo 17, él ora al Padre una
oración para que el Padre cumpla todas las promesas que él
ha hecho en esos capítulos previos. Es una sección
significativa, realmente una sección incomparable, sin
paralelos de las Escrituras. Nada en ningún otro lugar en la
Biblia, porque está cargada de promesas para el pueblo de
nuestro Señor. Eso significa nosotros.

Ahora, conforme él llega al capítulo 15, el drama de Judas ya


se ha llevado a cabo. Judas ha sido expuesto, Judas ha sido
exhibido, Satanás ha entrado a Judas, eso es lo que el texto
dice. Y Judas se ha ido, ha sido despedido por el Señor, él se
ha ido para preparar los detalles para la traición de Jesús, el
arresto de Jesús a la mitad de la noche, lo cual lleva a la
ejecución de Jesús en la cruz al día siguiente. Los once se
quedaron, uno ha desertado, es una deserción masiva. Judas
es el pámpano que no se queda. Judas es el pámpano que no
permanece. Judas es el pámpano que no permanece.
Ahora, con toda honestidad, si usted viera a los doce
apóstoles hasta este punto, y alguien le dijera que uno de ellos
no da fruto, que no produce nada, que va a ser cortado, se va
a secar y va a arder, ¿quién es? Si usted tan solo estuviera
viendo la conducta de los doce, usted podría asumir que
podría, posiblemente ser Pedro. Pedro parecía tropezar más
que el resto, por lo menos hay más revelación acerca de sus
tropiezos que cualquier otro. Pedro parece tener una especie
de confianza dominante en sí mismo, que le hace decirle al
Señor, el Señor no va a ser cosas que él dice que va a hacer.
Pedro afirma de manera excesiva su afecto, afirma de manera
excesiva su fortaleza, afirma de manera excesiva su
compromiso. ¿Podría ser que Pedro es el que es el pámpano
sin fruto?

El punto es que, usted necesariamente no habría escogido a


ninguno de los otros, fue Judas, siempre fue Judas. Pero
desde el punto de vista superficial, inclusive de los otros,
todos dijeron cuando esto fue anunciado, ¿soy yo? ¿soy yo?
¿soy yo? ¿soy yo? No había nada en Judas que manifestara el
hecho de que él no daba fruto y se dirigía al infierno. Pero así
es con algunos pámpanos porque, se percibe que están
pegados. Judas estaba visiblemente pegado a Jesús. Fue un
apego superficial, fue un apego sin vida, y eso se volvió obvio
cuando él ya no estaba permaneciendo en Cristo. Ahora, esta
es una realidad muy común, y creo que usted lo sabe en la
actualidad. Usted sabe que hay personas en la iglesia, con
nosotros esta mañana que son pámpanos sin fruto, que están
aquí, que hacen alguna profesión de interés en Cristo a un
grado u otro, pero sus vidas no manifiestan su poder y Su
vida. Usted sabe eso.
Y usted podría salir de aquí, el microcosmos, al macrocosmos
de otras iglesias, y denominaciones y comuniones a la iglesia
en general, y usted sabe que el cristianismo es este tipo de
realidad masiva en el mundo, que está llena de todo tipo de
personas, muchas de las cuales no tienen un poder genuino
que da fruto. Esta es una preocupación de nuestro Señor.

Regrese a Juan capítulo 2. Usted se acuerda en el capítulo 2,


versículo 23, él estaba en Jerusalén, en la Pascua y durante la
fiesta él estaba haciendo todo tipo de señales, maravillas y
milagros. Y dice en el versículo 23, “muchos creyeron en Su
nombre”. Eso se oye con un tono de esperanza, se oye bien.
Pero Jesús, versículo 24, por parte de él, “no se encomendaba
a ellos, porque él conocía a todos los hombres, porque él no
necesitaba que nadie le diera testimonio acerca del hombre,
porque él mismo sabía lo que estaba en el hombre”. Él sabía
que era una fe falsa. Él sabía que era una fe superficial.
Creyeron en él pero únicamente superficialmente. En ese
punto uno de esos hombres, uno de esa especie de cuasi-
creyentes interesados superficialmente, fue un hombre
llamado Nicodemo, quien entonces le presenta preguntas en
el capítulo 3, y más tarde llego a ser un seguidor verdadero.

Pero hubieron muchos seguidores superficiales de Jesús,


muchos que se pegaron externamente, vaya al capítulo 6, en
el punto en donde Jesús hace este milagro masivo
alimentando a tantos como a veinte mil, veinticinco mil
personas, al crear alimento. Esta es una maravilla que es
inescapable, como un acto de Dios. Y hubieron muchos
seguidores que Jesús atrajo a este punto, y a partir de este
acontecimiento. Pero en el versículo 66, Jesús estaba
hablando, y en respuestas a las palabras que dijo, no los
milagros que él hizo, sino las palabras que él dijo, muchos de
discípulos se retiraron y ya no andaban más con él. Se fueron,
no permanecieron, no permanecieron, no se quedaron.

Entonces Jesús les dijo a los doce, “¿Acaso no queréis iros


también vosotros?” Simón Pedro le respondió, “Señor, ¿a
quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Hemos
creído y hemos conocido que tú eres el Santo de Dios.” Sin
embargo, Jesús respondió, “¿Acaso yo mismo no os elegí a
vosotros los doce, y uno de vosotros es un diablo? Ahora, él
se refirió a Judas, quien lo iba a traicionar. Estaban ahí en
medio de ellos, no solo habían muchos que habían desertado
abiertamente, sino que estaba Judas, cuyo deserción no había
sucedido.

En el octavo capítulo y versículo 30, conforme el habló de


nuevo, muchos llegaron a creer. Muchos hicieron algún tipo
de profesión que permite que haya algún tipo de apego a
Jesús, al cual respondió en el versículo 31, Jesús le estaba
diciendo a aquellos judíos que habían creído en él. Si
permanecieres en mi palabra, entonces, verdaderamente
seréis mis discípulos, mathétés aléthós, estudiantes
genuinos, aprendices genuinos, discípulos genuinos. Y
después, “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. No
habían llegado aún a conocer la verdad, no habían aun sido
liberados de la búsqueda por la verdad y de la esclavitud al
pecado. Fueran o no discípulos verdaderos se manifestaría
porque continuarían obedeciendo su palabra. Habían muchos
seguidores superficiales que desertaron.
En el capítulo doce hay un grupo muy interesante mencionado
en el versículo 42. “Muchos de los principales creyeron en él,
pero debido a los fariseos no lo estaban confesando, por
temor que fueran sacados de la sinagoga”, porque amaban la
aprobación de los hombres en lugar de la aprobación de Dios.
Escuchen, la superficialidad arrastró a Jesús a lo largo de su
ministerio entero, cómo lo hace en la actualidad, cómo lo hace
en la actualidad. Capítulo 13 de nuevo, en el incidente del
lavamiento de los pies. Versículo 10, Jesús le dice a Pedro, “el
que ha sido lavado, únicamente necesita lavarse sus pies. Y
está totalmente limpio, y vosotros estáis limpios, pero no
todos vosotros.” Porque él sabía el que lo estaba traicionando,
por esta razón él dijo, ‘no todos vosotros estáis limpios”. Y de
nuevo, ellos no tenían ni idea de quien era este. Judas no había
sido exhibido.

Ahora, simplemente una referencia de nuevo, algo más que


Juan escribió ahí en 1ra de Juan capítulo 2, versículo 19. Una
afirmación muy importante hablando de gente que deserta,
que no permanece, que no se queda. “Salieron de nosotros,
pero, realmente no eran de nosotros”. Juan sabe esto ahora,
a partir de lo que él aprendió de las palabras de nuestro Señor
en Juan 15, y la experiencia de Judas y otros. Salieron de
nosotros, y todavía está sucediendo esta experiencia como
apóstol, pero realmente no eran de nosotros, porque si
hubieran sido de nosotros habrían permanecido con nosotros,
pero salieron de nosotros para que se manifestase que no
todos son de nosotros.

Y después, en el versículo 24, “en cuanto a vosotros”, él


escribe, él ahora dice lo mismo que nuestro Señor les dijo a
los discípulos esa noche, en cuanto a vosotros permanezca
en vosotros aquello que habéis oído desde un principio. Si
aquello que oíste desde un principio permanece en vosotros,
también permaneceréis en el Hijo, y en el Padre, y esta es la
promesa que él mismo nos hizo, vida eterna. Permanecéis en
mí, y yo permaneceré en vosotros. Juan está reiterando lo que
él oyó ese jueves por la noche. Y está registrado para nosotros
en Juan 15.

El mandato, entonces, que quiero que observe, está en el


versículo 4, “Permaneced en mí, permaneced en mí”. No nos
volvamos demasiado místicos, por esto, demasiado
espirituales, por esto. Es simplemente la palabra griega
‘meno’, la cual significa quedarse, permanecer. No se vayan,
no me dejen, no se alejen. Esto podría hablar del asunto de lo
que los teólogos llaman la perseverancia de los santos.
Quédense, no hagan lo que Judas hizo. No hagan lo que
muchas personas como Judas hacen. Hebreos 4:14, Hebreos,
el libro de Hebreos escrito a una comunidad judía de
creyentes, y pegados a esa comunidad judía de creyentes,
habían algunos no-creyentes que estaban ahí, sentándose al
borde, que estaban atraídos a Cristo. Estaban asociándose
con esos judíos creyentes, pero no estaban haciendo un
compromiso completo con Cristo.

Y entonces, en Hebreos 4:14, el escritor de Hebreos dice,


“Aferrémonos a nuestra profesión”. Si usted hizo una
profesión a Cristo, si usted hizo alguna profesión de Cristo,
aférrese a ella. Y a lo largo de Hebreos, hay advertencias a
este grupo de judíos pegados a los creyentes verdaderos que
no han llegado a Cristo, en realidad. Usted es advertido una y
otra, y otra vez. Capítulo 2, capitulo 3, capitulo 4, capitulo 6,
capitulo 10, advertencia, advertencia, advertencia,
advertencia, no se vayan, no se alejen, no deserten, no
apostaten, sosténganse, aférrense a esa profesión,
mantengan esa profesión. Ahora, eso es todo lo que nuestro
Señor está diciendo aquí en el versículo 4, quédense, han
hecho una profesión, han hecho una asociación, quédense,
permanezcan, sigan, no se vayan.

Hay un momento en el Antiguo Testamento, que creo expande


esto, pase a Deuteronomio 31, Deuteronomio 31, versículo 14,
esta es una palabra final de Moisés, realmente al pueblo,
conforme el liderazgo de Israel ya ha pasado por una
transición de Moisés, quien no puede entrar a la tierra
prometida, por lo que él hizo, y Josué, quien los va a enviar a
la tierra prometida. Moisés ha sido su líder por cuarenta años.
El Señor viene y le dice a Moisés, Deuteronomio 31:14, “He
aquí el tiempo para que mueras se ha acercado. Llama a
Josué y preséntense en el tabernáculo de reunión para que
pueda comisionarlos.” Entonces, Josué y Moisés fueron, y se
presentaron a sí mismos en el tabernáculo de reunión. El
Señor se apareció en el tabernáculo de reunión, en una
columna de nube, y la columna de nube estuvo ahí a la puerta
del tabernáculo. Este es el tabernáculo.

El Señor le dijo a Moisés, he aquí estas por irte con tus padres,
y escuchen esto, ‘este pueblo se levantará y jugará la ramera
con los dioses extraños de la tierra. Han estado dando vueltas
por cuarenta años, están por entrar a la tierra y Dios dice que
van a jugar a la ramera con los dioses extraños de la tierra.
Van a entrar a idolatría, en medio de los cuales van, y van a
dejarle y van a romper mi pacto que he hecho con ellos.
Entonces mi enojo se encenderá en contra de ellos en aquel
día, y los dejaré y esconderé mi rostro de ellos, y serán
consumidos y muchos males y problemas vendrán sobre
ellos, de tal manera que dirán en aquel día, ¿no es porque
nuestros Dios no está entre nosotros que estos males han
venido sobre nosotros? Pero ciertamente esconderé mi rostro
en aquel día, debido a toda la maldad que harán, porque se
volverán a otros dioses.

Y lo hicieron, una deserción masiva. Estaban apegados al


pueblo del pacto, Israel, únicamente apegados
superficialmente al pueblo del pacto, Israel. Eso se volvió
manifiesto cuando no permanecieron, cuando no
permanecieron fieles, cuando no continuaron, cuando no
perseveraron. ¡No sean como ellos! El apóstol Pablo al
escribirle a los corintios, le advierte a los corintios que no
hagan eso. No sean como aquellos que estuvieron en el
desierto, que desertaron. Hay todo tipo de advertencias a lo
largo del Nuevo Testamento a ser fieles, a permanecer, a
quedarse, eso es lo que está pasando aquí. Quédense. Todos
conocemos a gente que estuvieron aquí por un rato, y después
se fueron. Y no fue porque se fueron de la ciudad, dejaron a
Dios. Dejaron a Su pueblo, dejaron las Escrituras. No hagan
eso, permanezcan. Quédense.

¿Por qué? Comenzando en el versículo 4, hay un desarrollo de


las bendiciones de permanecer, las promesas de permanecer,
bendiciones profundas que vienen para aquellos que se
quedan. Bendición número uno, salvación, salvación.
Salvación eterna.
Ahora, ¿cómo describiría usted su salvación? Si alguien le
dice a usted, ¿eres cristiano, no es cierto? Y dicen, ‘Bueno,
¿qué significa eso?’ ¿qué dice usted? Dice usted, voy a la
iglesia. Mucha gente hace eso. Dice usted, ‘bueno, tú sabes,
yo adoro, voy a un estudio bíblico, creo en la Biblia’. ¿Es eso lo
que usted diría? Permítame darle, la medula, el meollo, el
mínimo irreducible, el cual al mismo tiempo es el máximo
eterno, infinito. Si usted es cristiano, esto es lo que usted dice,
“permaneced en mí y yo en vosotros”.

¿Qué significa ser un cristiano? Significa, escuche, Dios vive


en usted, sí, el Dios creador del universo, el Dios infinito Trino,
Santo, vive en usted. Esa es la esencia de lo significa tener
una relación con Dios en la salvación. Dios vive en mí. Y esa
podría ser la mejor manera en la que podríamos explicar
nuestras propias vidas y nuestras propias identidades. En
lugar de decir, tengo una relación personal con Jesús, lo cual
se oye como si usted es alguien especial. Usted estaría mejor
diciendo, ‘Bueno, Dios, el Dios eterno, el Dios Santo, el Dios
creador, Padre, Hijo y Espíritu Santo viven en mí.’ ¿Qué? pero
eso es esencialmente, exactamente lo que nuestro Señor está
diciendo. Y es una presencia trinitaria, una realidad
asombrosa.

Ahora, reconozco que la manifestación gloriosa de los hijos


de Dios, en Romanos 8, aún no ha sido manifestada, aún no
ha sido hecha visible, eso no sucederá hasta que seamos
glorificados. Entonces, mientras tanto, estamos velados,
¿verdad? estamos velados. El mundo no nos ve. Es importante
saber quiénes somos. Entonces, yo soy, yo soy literalmente
un cuerpo en el que Dios vive. Él vive en mí. El Señor ha venido
a vivir en mí. En el capítulo 14, nuestro Señor estaba
hablándole a los discípulos en esa misma noche. En el
versículo 23 él dice, “si alguno me ama, si su amor es real, van
a obedecer.” El amor y la obediencia van de la mano. El
guardará su palabra, y mi Padre lo amará. ¿Y cuánto lo amará?
Él lo amará de tal manera que vendremos a él, y haremos
nuestro hogar con él. Esto es lo que somos. Esto es
absolutamente quienes somos. Simplemente, es una verdad
que se repite y se repite.

Regrese al versículo 17 de Juan 14. Hablando del Espíritu de


verdad, el Espíritu Santo, “vosotros lo conocéis porque él
permanece con vosotros y estará”, ¿en dónde? “en vosotros”.
Entonces, versículo 23 dice, “nosotros, (el Hijo y el Padre),
haremos nuestro hogar con él”. Y versículo 17 dice, “el Espíritu
Santo hará su hogar en nosotros”. Y versículo 20, “en aquel
día, sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo
en vosotros.” La Trinidad vive en un creyente. Es realmente
sorprendente, y nuestro Señor afirma esto en su oración Sumo
Sacerdotal en Juan 17:23, “Yo en ellos, y Tú en Mí. Para que
sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que
tú me enviaste, y los amaste, así como tú me has amado a
mí.” Lo que manifiesta nuestra transformación al mundo es la
presencia de Dios en nosotros. Realmente, algo sorprendente.
Absolutamente una realidad sorprendente.

Si usted se queda, es evidencia de que su fe es real. Y si lo es,


entonces Dios establece residencia en usted. Romanos 8:10
dice que “Cristo está en vosotros”, Cristo está en usted.

1 Corintios, capítulo 3, versículo 16, Pablo amaba esta verdad,


“¿no sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios
mora en vosotros? Después en el capítulo 6, versículos 19 y
20, “¿no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no
sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio.”
Una verdad tremendamente asombrosa.

2 Corintios 6:16, “nosotros somos el templo del Dios viviente”.


Gálatas 2:20, “con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya
no vivo yo, más Cristo vive en mí”. Cristo vive en mí. Efesios
2:22, “vosotros sois edificados juntos en una morada de Dios
en el espíritu”. Colosenses 1:27, “Cristo en vosotros, la
esperanza de gloria”. ¿Cómo habla de usted como creyente?
Usted habla de usted como la residencia de Dios, el templo de
Dios. Escuche lo que Juan dice ahí en 1 Juan, “edificando
sobre estas verdades, vosotrois sois de Dios hijitos”, versículo
4, 1 Juan 4:4, “y los habéis vencido”, escuche esto, “porque
mayor es el que está en vosotros, que el que está en el
mundo”. ¿Se preocupa usted acerca de Satanás en el mundo?
No se preocupe por Satanás en el mundo, “mayor es el que
está en vosotros, que el que está en el mundo”.

Versículo 13. “Por esto sabemos que permanecemos en él, y


él en nosotros.” ¿Cómo sabemos eso? “porque nos ha dado
de su Espíritu, hemos visto y testificamos que el Padre ha
enviado al Hijo para ser el salvador del mundo. Todo aquel
que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en
él”, versículo 16. “Hemos llegado a conocer y hemos creído el
amor que Dios tiene por nosotros. Dios es amor, y el que
permanece en amor permanece en Dios, y Dios permanece en
él”. Me gustaría que comenzáramos a hablar así, ¿verdad?
Permanecer es quedarse, es permanecer. Y para todos los
que permanecen, dan evidencia de una salvación genuina, y
¿cómo es eso definido? Es definido como Dios viviendo en
nosotros. Dios viviendo en nosotros, estableciendo
residencia.

Colosenses 1:21 dice, “antes estabais alejados de Dios,


hostiles, involucrados en obras malas. Él ahora, os ha
reconciliado en su cuerpo de carne mediante la muerte, para
presentaros delante de él, santos y sin mancha, irreprensibles,
si en realidad continúan en la fe, firmemente establecidos y
estables y no alejándose de la esperanza del evangelio”. Si
usted permanece, si usted se queda, si usted permanece, él
permanece en usted. Esta es una realidad increíble,
asombrosa. Usted piensa en la condescención de nuestro
Señor en tomar un cuerpo humano, pero él tomó un cuerpo
humano sin pecado. Qué tipo de condescención es para Dios
Trino, establecer residencia en un cuerpo de pecado en
nosotros.

Ahora, quiero que vea 1 Pedro capítulo 1, 1 Pedro capítulo 1,


versículo 3. Esta es una doxología realmente, “Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su
grande misericordia nos ha hecho renacer a una esperanza
viva, mediante la resurrección de Jesucristo de los muertos”.
Muy bien, somos nacidos de nuevo, lo cual significa que
tenemos vida nueva, que tenemos vida divina. Hemos
obtenido, versículo 4, “una herencia incorruptible,
incontaminada, inmarcesible, guardada en el cielo para
nosotros. Y somos protegidos por el poder de Dios mediante
la fe para una salvación lista para ser revelada en el tiempo
postrero”. Por un lado, perseveramos, y seguimos y nos
quedamos y soportamos, por otro lado, Dios nos guarda.

Y después esta sección tan significativa, versículo 6, “en lo


cual vosotros os alegráis”, ¿qué? ¿por qué se están
regocijando? “aunque por un poco de tiempo si es necesario,
tengáis que ser afligidos por diversas pruebas. ¿Por qué? ¿Por
qué nos vamos a regocijar en las pruebas? ¿Por qué es que
Santiago nos está diciendo, “Tened por sumo gozo cuando os
halléis en diversas pruebas”? ¿Por qué es que Pedro está
diciendo esto? porque, esa es la prueba de su fe. Su fe no
manifiesta ser genuina hasta que es probada cuando algo
sale mal.

¿Qué pasó en la parábola de las tierras? Tribulación, aflicción,


la planta se murió, sin fruto. Engaño de la riqueza,
preocupaciones del mundo, dificultad con los problemas, esa
es la prueba. Lo mejor que podría pasar en su vida como
creyente, es que su fe sea probada. Porque cuando es
probada, permanece. Esto prueba su realidad. Lo mejor que
podría pasar es que haya un desastre que va más allá del
control de usted, algo que está fuera del poder de usted que
es una prueba de dificultad grave, porque eso es lo que revela
lo falso. La fe de ellos no puede sobrevivir, se colapsa. Pero
cuando usted es afligido, aquellos de ustedes que tienen una
fe verdadera, su fe prueba ser más preciosa que el oro, el cual
es perecedero y aunque es probado por fuego, para que sea
hallada en alabanza, y gloria y honra en la revelación de
Jesucristo. A quien, aunque no lo veáis, lo amáis.

Lo mejor que le podría pasar a un creyente es que algo salga


mal en la vida, algo este mal, y entre más cosas van mal, más
veces hay cosas que van mal y más los años que usted
experimenta las cosas que salen mal que van mal, más su fe
es probada. Entre más su fe es probada, más fuerte se vuelve.
Si es una fe falsa se colapsa. Entonces, me encanta esa frase,
la prueba de vuestra fe, la cual es más preciosa que el oro fino.
El regalo más grande que usted podría tener es saber que su
fe es real, ¿verdad? Eso mantiene la esperanza del cielo,
brillante. Eso mantiene el conocimiento del perdón, claro. Eso
trae gozo a su vida. Eso quita el temor.

Los nuevos cristianos luchan con eso. Usted lleva a alguien a


Cristo, son nuevos en el Señor, quizás días, meses, años, la
vida va bastante bien, no tienen muchos problemas, no tienen
muchas luchas, su fe no ha sido probada. Quizás se sienten
inseguros, “Señor, sálvame. No sé si soy salvo, me pregunto
si soy salvo. Quizás debería volver a orar, tratar de asegurarme
que esto es real, la gente puede hacer eso con frecuencia.
Después viene una prueba seria la cual podría despedazar
una fe falsa, una confianza superficial en Dios, y pasan
volando eso y su fe no es más débil, es ¿qué?, es más fuerte.
Y eso se convierte en la prueba de que es una fe salvadora,
que permanece.

Entonces, el primer beneficio de permanecer es la salvación


eterna. Usted va camino al cielo. Usted va camino a ser
hallado, 1 Pedro 1:7 en alabanza, gloria, y honra en la
revelación de Jesucristo. Versículo 9, usted obtendrá como el
resultado de su fe, la salvación de sus almas. No quiero vivir
la vida preocupándome si soy salvo o no, pero no
necesariamente puedo obtener esa confianza por mí mismo,
algo de ella viene de leer las Escrituras, lo cual me dice que
una fe verdadera es una fe duradera, pero, ¿cómo se si tengo
una fe verdadera? Usted sabe que tiene una fe verdadera
cuando usted tiene una fe probada. Y entre más su fe es
probada, y entre más tiene pruebas, más fuerte su fe se vuelve,
y usted obtiene este regalo de oro puro de conocimiento pleno
de que usted va camino al cielo.

Entonces dice, usted, “permaneced en mí”, ¿por qué? porque


si permaneces en mí, yo permanezco en ti. Así es como usted
debe definirse a sí mismo. Soy cristiano. Bueno, ¿qué significa
eso? Dios vive en mí, Padre, Hijo, Espíritu Santo viven en mí.
No solo en mí, sino en todos los cristianos, pero en mí,
personalmente en mí. Esto es más allá de la comprensión,
esto es una condescención que va inclusive más allá de la
condescención de nuestro Señor en un cuerpo perfecto sin
pecado. Si no fuera por gracia, esto no sucedería.

Entonces, ese es el primer beneficio. El segundo, y únicamente


vamos a poder presentar este, es dar fruto. Manteniéndonos
con la metáfora, dar fruto, fructífero. Regrese al versículo 4.
“Permaneced en mí y yo en vosotros, como el pámpano no
puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros sino permanecéis en mí. Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos”, no olviden eso, “el que permanece
en mí, y Yo en él”, ahí está de nuevo, en él, Yo en él, Yo en él,
“este lleva mucho fruto. Porque separados de mí, nada podéis
hacer”. Muy bien, esto es secuencial, ¿no es cierto? Si usted
es un creyente verdadero, si usted es un pámpano que
permanece, entonces Cristo está en usted. Él está en usted, él
vive en usted, y el resultado de eso es fruto manifiesto. Usted
va a dar fruto, versículo 2, usted va a dar más fruto cuando
usted es limpiado. ¿Qué es eso? Pruebas providenciales,
dificultades, tribulaciones, de los que hablamos. Usted dará
fruto, usted dará más fruto, versículo 5, usted dará mucho
fruto. Versículo 8, el Padre es glorificado cuando usted da
mucho fruto, y vea el versículo 8, “Y seáis así mis discípulos”.

Entonces, cual es la prueba de que usted es un pámpano


verdadero. Fruto. Parte de ese fruto es el fruto de la
permanencia, paciencia a lo largo de las pruebas. Hay un
negativo en el versículo 4, “como el pámpano no puede llevar
fruto por sí mismo sino permanece en la vid, así tampoco
vosotros, sino permanecéis en mí”. Eso es afirmarlo de
manera negativa, después es afirmado de manera positiva, lo
mismo en el versículo 5. “Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos. Él que permanece en mí y yo en él, este lleva
mucho fruto”. Y después de regreso al negativo, como una
advertencia, “porque separados de mí, nada podéis”, ¿qué?
“hacer”, porque usted no puede cumplir la obra de Dios en la
fortaleza humana. Las armas de nuestra milicia no son
carnales.

Romanos 7, Pablo retoma esta misma idea, en el versículo 4,


“Por tanto, hermanos míos, vosotros también fuiste hechos
para morir a la ley a través del cuerpo de Cristo, para que
fueseis unidos a otros a aquel que fue resucitado de los
muertos, para que podamos dar fruto para Dios, para que
demos fruto para Dios. Porque mientras que estábamos en la
carne, en las pasiones pecaminosas que eran incitadas por la
ley, operaban en los miembros de nuestro cuerpo para dar
fruto para muerte”. Si usted está en Cristo, usted da fruto para
Dios. Si usted no está en Cristo, usted da fruto muerto, sin
vida, inútil. El fruto está en todos lados en la vida, hay una
especie de afirmación de resumen en Filipenses 1:11, creo,
que le dice a usted lo que es. Pablo habla de vivir vidas que
están abundando más en conocimiento real y discernimiento
y probando cosas que son excelentes, siendo sinceros,
irreprensibles.

Y después en el versículo 11 dice, “habiendo sido llenos con


el fruto de justicia, el cual vino mediante Jesucristo quien es
la vid, para gloria y alabanza de Dios, quien es el labrador.
Entonces, ¿qué es fruto? Es justicia, es justicia. No puede
hacer eso sin la presencia de Dios. En mi carne no puedo hacer
nada bueno, inclusive mis justicias son trapos de inmundicia.
El fruto es justicia, y cuando la Trinidad establece su
residencia en nosotros, de manera necesaria, el fruto será
producido. La justicia se manifestará a sí misma porque la
justicia se ha establecido en el interior. Oseas 14:8 dice, Dios
dice, “De mí se encuentra su fruto”, a partir de mí se encuentra
el fruto de ustedes. Lucas 6:43-44, nuestro Señor dijo, “un
árbol bueno no produce fruto malo, un árbol malo no produce
fruto bueno. Por sus frutos”, ¿qué? “los conoceréis”. ¿Cómo
prueba usted ser un discípulo? Vaya al versículo 8, ¿cómo
prueba usted ser un versículo verdadero? ¿cómo prueba usted
que no es un farsante? ¿cómo prueba usted que no es un
charlatán, un fraude? Bueno, vimos uno, usted permanece
inclusive a través de las pruebas, pero dos, usted da mucho
fruto, usted da mucho fruto. Fruto si; más fruto, versículo 2;
mucho fruto, versículos 5 y 8.

Ahora, permítame mover esa idea de permanecer en Cristo,


permanecer en Cristo de la salvación a la santificación, por un
momento. Y permítame tan solo expandirlo un poco, usted, es
un hecho está permaneciendo en Cristo, y él está en usted.
Pero si vemos en mayor profundidad esa relación desde el
punto de vista de santificación, de un aspecto santificador,
entre más permanece usted en la presencia de ella, el
conocimiento de ella, el amor y la obediencia a Cristo, más
fructífero se vuelve usted. Nuestro Señor reconoció esto en la
parábola de las tierras. La tierra buena, la semilla cayó y
produjo fruto, pero no todo mundo tuvo el mismo fruto,
¿verdad? Algunos a treinta, otros a sesenta, otros a ciento por
uno. Podríamos todos decir, ‘bueno, mira la Trinidad vive en
mí, la Trinidad vive en mí. Poseo la vida de Dios, y Dios de
manera manifiesta demuestra el fruto de justicia.’

Y eso sería verdad de todos nosotros, pero no al mismo grado.


Esa es la razón por la que hay tantos mandatos en la Biblia.
Porque la suposición es que podemos desobedecer, podemos
cesar de guardar la Palabra, cesar de amar al Señor, cesar de
honrar al Señor, cesar de hacer su voluntad, en puntos en
nuestras vidas que registren el hecho de que damos fruto. Sí,
todos damos los frutos de justicia, pero no todos tenemos
mucho fruto, y todos necesitamos tener más fruto. Decimos,
¿cómo haces eso? Bueno, no es cuestión de esfuerzo humano.
Tiene que ver con permanecer en Cristo.

Ahora, permítame presentarle un punto simple en esto. Entre


más se concentre usted en Cristo más fructífero se vuelve.
Entre más se concentre usted en sí mismo, menos fructífero
se vuelve. Piérdase a sí mismo en la gloria de Cristo, eso es 2
Corintios 3:18, conforme usted mira su gloria, usted se mueve
de un nivel de gloria al siguiente, al siguiente, al siguiente, por
el Espíritu Santo, hasta que literalmente se convierte como él.
Sí, sí, batallamos contra el pecado. Sí, estamos en guerra
contra la carne. Sí, golpeamos nuestro cuerpo y lo ponemos
en servidumbre para que no seamos descalificados. Sí, somos
celosos por la virtud y la santidad, y la pureza, pero todo eso
es en respuesta a la visión de Cristo, que se mantiene
expandiendo y se vuelve más grande y más rica y más
gloriosa.

Simplemente no sé cómo los cristianos, sentándose en


iglesias en donde Cristo no es exaltado constantemente,
simplemente no sé cómo sobreviven los niveles superficiales
de sus experiencias santificadoras. El fruto viene por
permanecer, todos los cristianos verdaderos permanecen,
todos los que permanecen tiene a Cristo y a Dios y al Espíritu
permaneciendo en ellos, todos entonces se vuelven árboles
que dan fruto, producen obras de justicia, actitudes de justicia,
palabras de justicia, pero no todos al mismo grado. El grado
depende de nuestro nivel de compromiso, lo cual depende de
nuestro afecto por entender de Cristo.

Oremos. Señor, estamos tan agradecidos por la oportunidad


de estar juntos en esta mañana y adorarte y de tener
comunión unos con otros, tan agradecido, tan agradecidos
por nuestra iglesia, agradecidos por todo lo que estás
haciendo aquí, por los niños, los jóvenes, adultos, adultos
mayores, familias, personas solteras, por toda la verdad que
resuena por toda esta iglesia, día tras día, y especialmente en
este día. Y Señor, oramos porque todo exalte a Cristo, que
todo exalte a Cristo, que hallemos nuestro todo en todo en Él.
Que podamos decir, Cristo es todo en todo para nosotros. Ahí
está la clave para más fruto. Mucho fruto es estar perdido en
asombro, amor, y alabanza, al ver la visión de Cristo en toda
su belleza y gloria. Y al despegar ese fruto, aseguramos
nuestros propios corazones, de salvación, y aseguramos a
otros de tu poder transformador.

Oramos porque podamos ser un pueblo de mucho fruto,


mucho fruto, para que el mundo pueda ver y conocerte a ti, y
glorificarte a ti. Enriquecemos con tu Palabra, conforme se
establece en nuestros corazones. Padre, ayúdanos, ayúdanos
a permanecer de tal manera que damos mucho fruto, para que
tu recibas la gloria. Estas cosas pedimos por causa de aquel
que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, esto es
Cristo. Amén.

Los beneficios de permanecer en Cristo, 2ª


Parte
Juan 15:4-11

Abra su Biblia en el capítulo 15 del Evangelio de Juan. Juan


capítulo 15. Este sería nuestro tercer mensaje en los once
versículos de apertura de este capítulo. Ciertamente sería
posible ir más rápido de lo que vamos, pero este es un texto
elemental y definitivo. Sé que muchos de ustedes han estado
en nuestra iglesia por mucho tiempo, han caminado con el
Señor mucho tiempo, conocen las Escrituras, pero para
creyentes nuevos, para aquellos que acaban de llegar a
conocer a Cristo, que están comenzando a entender las
Escrituras, y para aquellos que quizás por fuera están viendo
y diciendo, ‘estoy tratando de entender lo que es cristianismo’,
esta es una porción critica de las Escrituras.
Entonces, he reducido la velocidad del tren, aquí un poco en el
capítulo 15, porque quiero que entienda esto. Este es un
capitulo definitivo, particularmente estos once versículos de
apertura. Y simplemente para recordarle en donde estamos,
llegamos a Juan 13, llegamos a la Pascua el jueves por la
noche de la semana de la Pasión, y claro Cristo es crucificado
el viernes. Entonces, esta es la última noche antes de su
crucifixión y él celebra la Pascua con los doce discípulos. Y
en esa comida de Pascua, la cual se estira hasta horas más
tardes de esa misma noche, y durante una caminata
subsecuente después que dejaron el aposento alto y se
dirigieron al jardín, en donde sería llamados a orar con él, y
donde el seria arrestado y llevado a un juicio falso y
crucificado al día siguiente. Todas esas horas que el pasó con
esos hombres fueron horas críticas para él, para que
depositara promesas en ellos.

Del 13 al 16 del Evangelio de Juan, es el relato compuesto de


todo lo que él les prometió, y para nosotros también. No hay
nada como esto en las Escrituras. Es el legado más rico,
maravilloso de Jesús a su propio pueblo amado. Pero hubo
en esa noche, una realidad sobresaliente de la presencia de
un discípulo falso, un hipócrita, quien aún no había sido
descubierto por los otros once discípulos. El Señor siempre
había sabido acerca de Judas, pero los otros no. De hecho, no
había razones aparentes dadas por Judas ni en su lenguaje ni
en su conducta, que les indicara a ellos que él era falso, que él
era un desertor y un apostata, y se alejaría y traicionaría a
Jesús. No había razones obvias para creer que él era una
herramienta de Satanás, que Satanás de hecho, entraría en él,
y saldría para perpetrar la venta del Salvador. Él estaba bien
incrustado entre los otros once.

Y cuando nuestro Señor dijo, “uno de ustedes me traicionará”,


todos tuvieron la tendencia de pensar aún más de que serían
ellos, que él. Pero conforme esta noche avanza, el drama de
Judas, claro, se desarrolla. Conforme usted comienza en esta
sección, regrese al capítulo 13 por un momento. En esa noche
de jueves, antes de celebrar la fiesta de la Pascua, Jesús
sabiendo que su hora, la hora de su muerte había llegado, que
el partiría de este mundo al Padre, habiendo amado a los
suyos que estaban en el mundo, él los amó hasta el máximo.
Y él expresa ese amor en el legado de promesas que él les da,
en estos capítulos subsecuentes a lo largo de estos capítulos,
hasta el capítulo 16, y después en la oración al Padre en el 17,
en la cual él le pide al Padre que cumpla todas las promesas.

Este es un conjunto increíble de promesas, producidas a partir


del amor de Cristo por los suyos. Pero inmediatamente en el
versículo 2 leemos, “durante la cena, el diablo, habiendo ya
puesto en el corazón de Judas Iscariote, el hijo de Simón,
traicionarlo”. Estamos apenas a un versículo de haber entrado
en esta noche increíble y conocemos a Judas. Pedro le
pregunta al Señor, en una pregunta en el versículo 9 acerca de
limpieza, Jesús le dijo, versículo 10, “él que ha sido lavado
solo necesita lavar sus pies, pero está completamente limpio.
Ya vosotros estáis limpios, pero no todos vosotros”, porque él
sabía él que le iba a traicionar. Por esta razón él dijo, “no todos
ustedes están limpios”.

Ahí en el versículo 17, él dijo, “si conocéis estas cosas, son


bienaventurados si las hacen. No hablo de todos vosotros,
conozco a los que he escogido, pero esto es para que la
Escritura se cumpla. El que come mi pan, ha levantado su
talón en contra de mí”. Y de nuevo, él se refiere a Judas, el
traidor. Ahí en el versículo 26, nuestro Señor respondió a la
pregunta, ¿quién es este traidor?, “este es a quien entregue el
pan mojado”. Entonces, “después de que él había mojado el
pan, él lo tomó y se lo dio a Judas, el hijo de Simón Iscariote,
después del pan Satanás entonces entró en él. Por tanto,
Jesús le dijo, lo que vas a hacer hazlo pronto”. Versículo 30,
“él recibió el pan, salió inmediatamente y era la noche”.

Este es el trasfondo del capítulo 15. Entonces, veamos los


once versículos de apertura del capítulo 15. Y usted verá en lo
que nuestro Señor dice aquí, dos tipos de pámpanos, dos
tipos de discípulos. Aquellos que permanecen y dan fruto, y
aquellos que se van y son quemados. Y en el trasfondo, está
Judas. Nuestro Señor dice, “Yo soy la vid verdadera y mi Padre
es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo
quitará. Y todo aquel que lleva fruto lo limpiará para que lleve
más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he
hablado”. Él puede decir eso, por cierto, porque Judas ya se
había ido. Los once que quedaban estaban limpios.

Y después él los instruye, “permaneced en mí, y yo en


vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí
mismo, sino permanece en la vid, así tampoco vosotros si no
permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos, el
que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto, porque
separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no
permanece, será echado fuera como pámpano y se secará, y
lo recogen y los echan en el fuego y arden. Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, que
llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos. Como el Padre
me ha amado, así también yo os he amado, permaneced en
mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en
mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi
Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado,
para que mi gozo esté en vosotros y vuestro gozo sea
cumplido”.

Estamos hablando acerca de permanecer en Cristo, y estamos


viendo esta metáfora muy vívida que es una ilustración, un
retrato de palabras. Jesús se asemeja a sí mismo a una vid, y
el Padre es el que cuida de la vid. Como usted sabe, el Padre
fue el que cuidó de Jesús. Ciertamente Él cuidó de él en el
tiempo de su tentación cuando Él envió a ángeles del cielo
para ministrarle. Pero Él satisfizo toda necesidad que él tuvo
a través y a lo largo de su encarnación y su humillación. Él
únicamente hizo lo que el Padre le mostró que hiciera, le dijo
que hiciera, se sometió completamente al Padre, el Padre
cuidó de la vid verdadera. En la vid verdadera hay pámpanos,
hay pámpanos, según el versículo 2 que dan fruto y hay
pámpanos que no dan fruto. Los pámpanos que dan fruto son
limpiados, podados, para dar más fruto, los pámpanos que no
dan fruto, son quitados. Y el versículo 6 dice, “arrojados,
secados, recogidos, y arrojados en el fuego y arden”.

Esto nos lleva a contemplar la pregunta, a la que se hace


referencia de manera esencial en el versículo 8, “Y seáis así
mis discípulos”. ¿Cómo prueba usted ser un discípulo
verdadero? ¿Cómo prueba usted ser un discípulo verdadero?
Bueno, ¿cuál es la naturaleza de una relación verdadera con
Jesucristo? ¿cuál es la naturaleza de eso? ¿cómo define usted
eso? ¿cómo debemos entender lo que significa, estar
conectado a Cristo? ¿cómo debemos entender la realidad
espiritual de nuestra unión con Dios? ¿qué dice la Escritura
acerca de la relación del cristiano con el Señor? Ahora, esto
es muy, muy importante. Tiene una importancia crítica, porque
en Mateo 7 Jesús dijo, “muchos me dirán, Señor, Señor,
hicimos esto en tu nombre, y aquello en tu nombre, y Yo le
diré, ‘Apartaos de mí, nunca os conocí’”

Y después siguió en ese sermón del monte, para concluir y


decir, hay gente que construye una casa religiosa, en la arena,
y cuando viene el juicio se colapsa. En Mateo 3, un poco más
adelante, Jesús dijo, la semilla de la verdad del evangelio será
sembrada, y parte de esa semilla caerá en tierra, que se cómo
que está recibiendo la semilla, pero debajo de la superficie
hay una cama de roca, y entonces antes de que pueda dar
algún fruto, se seca y muere. Y otra semilla caerá en tierra que
está llena de arbustos y van a ahogar su vida antes de que
puedan dar frutos. Y lo que nuestro Señor está diciendo es,
necesita usted esperar que algunas personas den una especie
de manifestación especial de que pertenecen a Dios y de que
pertenecen a Cristo.

Y después en Mateo 13, el Señor dijo, “Habrá en el reino trigo,


y habrá cizaña’, y será muy difícil para ustedes separarlos.
Habrá en el reino un tiempo cuando la red es arrojada, la red
es aventada y todo el reino es metido, y después tiene que ser
separado. El reino es como una semilla pequeña, la semilla de
mostaza que se convierte en un arbusto enorme, tan grande
que los pájaros pueden construir sus nidos en ella. Lo cual
significa que el reino será enorme, pero no necesariamente
todos serán genuinos. Y vivimos una época en la que vemos
eso. Cuando nuestro Señor dio esas afirmaciones a los
discípulos, claro, la iglesia ni siquiera había nacido. Y ahora
aquí estamos, y vemos un mundo en donde el cristianismo es
masivo, por lo menos lo que dice ser cristianismo es masivo.

Siempre van a haber cristianos falsos, entonces la pregunta


es, ¿cómo prueba usted ser un discípulo verdadero? No solo,
como es que otros saben que usted es un discípulo verdadero,
pero, lo que es más importante, ¿cómo sabe usted? Esta es
una pregunta critica, critica. La pregunta más crítica que
puede hacerse. Y es respondida aquí. Y vamos a retomarla en
el versículo 4. “Permaneced en mí, permaneced en mí”. La
palabra ‘permaneced es usada diez veces en este pasaje.
Juan la vuelve a usar en 1 Juan 4, 1 Juan 5, quizás tengamos
tiempo de ver esas en tan solo un minuto.

Permaneced. Sé que es una especie de palabra antigua, en


cierta manera tiene tonos espirituales. Simplemente es la
palabra griega ‘meno’, quedarse, permanecer, no se vayan. De
hecho, no hagan lo que Judas hizo. No se vayan, no se alejen
de Cristo. Quédense, permanezcan. No se vayan. No deserten.
No se desvíen. No se conviertan en un apóstata. Esta es su
palabra a los once discípulos que quedan, “continúen
creyendo”, “continúen siendo fieles”. Este es un llamado a
cualquier persona y a toda persona que está pegada al
cristianismo, y podría estar en peligro de dejarlo, de
abandonar. Si sucede, 1 Juan 2:19, “Salieron de nosotros
porque no eran de nosotros”. No hagan eso. No deserten.
Hebreos 10 dice, el castigo más severo en el infierno
pertenecerá a aquellos que estuvieron cercanos a Cristo, y le
dieron su espalda a él, porque pisaron la sangre del pacto, y lo
consideraron como algo no santo. Si usted en algún sentido
es como Judas, conectado al cristianismo, no se aleje.
Muchos han hecho eso, capítulo 6. Hubo un éxodo entero de
personas que eran llamadas ‘discípulos’, que ya no andaban
más con él. Judas no es un personaje solitario, inclusive en el
evangelio de Juan, pero él es el prototipo de desertor. Todos
hemos vivido lo suficiente como cristianos, probablemente,
como para ver a alguien que profesó una fe en Cristo, y que le
dio la espalda y se alejó. Nuestro Señor dice,” no hagan eso”.
“No hagan eso”.

Y después, él da promesas, “aquellos que se quedan”. ¿Cuál


es el valor de permanecer? ¿Por qué debo quedarme? Bueno,
el pasaje comenzando en el versículo 4, y hasta el versículo
11, enlista una serie de promesas para aquellos que
permanecen, que se quedan. Y son básicas. Esto es
simplemente un estudio bíblico básico y lo que le voy a dar en
esta mañana, realmente es elemental. Esto en cierta manera
es cristianismo 101. El primer beneficio del que le hablé la
semana pasada es ‘salvación’, ‘salvación’, ‘vida eterna’.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a Su Hijo
unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, más
tenga” ¿qué? “vida eterna”. ¿Qué es la vida eterna? No es algo
que usted va a recibir en el futuro, es algo que usted posee
ahora. Tendrá vida eterna. ¿Qué es la vida eterna? La vida
eterna debe ser la vida de Dios, porque no puede ser la vida
del hombre, o de ningún otro ser creado, entonces, la vida
eterna es la vida de Dios.
Entonces, crea en el Señor Jesucristo y usted tendrá vida,
usted vivirá. “El que tiene al Hijo, tiene la vida”. Juan 14:6, “Yo
soy el camino, la verdad, y la vida”. ¿Qué es la salvación? es
tener la vida de Dios en usted, la vida eterna de Dios. La vida
eterna de Dios no está separada de Dios y entonces la
salvación es afirmada en ese cuarto versículo en estas
palabras, “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Y yo en
vosotros”. Bueno, el versículo 5, el pámpano que permanece,
“Yo en él. Yo en vosotros”. ¿Cómo define usted a un cristiano?
No alguien que cree algo, únicamente, aunque hay una
necesidad de creer. No alguien que está conectado a doctrina
sana, aunque eso es esencial. No es alguien que pertenece a
una iglesia, aunque eso ciertamente es importante. La mejor
manera de definir a un cristiano es que Cristo vive en esa
persona, que él posee esa vida eterna que pertenece
únicamente a Dios.

Y vimos eso la semana pasada, entonces, no voy a repetirlo


de nuevo. Pero, vimos la semana pasada que la Trinidad vive
en un creyente. La Trinidad establece su residencia en un
creyente. 2 Corintios 4:10 dice, “La vida de Jesús es
manifestada en nuestro cuerpo”. Es una afirmación
asombrosa. Escuche 1 Juan 4, versículo 12, “Nadie ha visto a
Dios en ningún momento, si nos amamos los unos a otros,
Dios permanece en nosotros”. Y después, versículo 13, “Él nos
ha dado Su Espíritu”. Y después, versículo 15, “Todo aquel que
confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él,
y él en Dios”. Y después, versículo 16, “Hemos llegado a
conocer y creer el amor que Dios tiene por nosotros, Dios es
amor y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios
permanece en él”. Una y otra vez. Lo mismo en el capítulo 5,
versículo 11, “Este es el testimonio que Dios nos ha dado, vida
eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la
vida, él que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”.

Entonces, en esa área simple, esa categoría de 1ra de Juan


que le leí, rebotamos un poco en el capítulo 4 y 5, Dios está en
nosotros, el Espíritu está en nosotros, y Cristo está en
nosotros. El Dios Trino reside en un creyente verdadero. Si
usted tiene una fe verdadera, si a usted le ha concedido Dios
una fe verdadera salvadora, que como leímos en 1 Pedro, va
a llegar hasta la gloria, hasta la revelación de Jesucristo,
entonces, usted es el lugar en donde vive el Dios Trino. Eso es
lo que significa ser un creyente, ser un cristiano, y nada menos
que eso. El hecho de que usted posee vida eterna, no nada
más significa que usted vivirá para siempre, los incrédulos
vivirán para siempre en una especie de muerte eterna. Tener
vida eterna, es tener al que es vida eterna.

Entonces, cuando alguien le pregunta a usted, ¿qué significa


ser un cristiano? Usted dígale, significa que el Dios Trino del
universo, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, ha establecido su
residencia en mí. Ahora, usted tiene la responsabilidad de
convencer a la persona de que eso es verdad, por la
manifestación de Dios mediante su vida, la vida de usted. Y
eso nos llevó a la segunda cosa que vimos la última vez, la
segunda promesa. La primera es salvación, Dios establece
residencia en usted. La segunda es ‘fruto’. Versículo 4, de
nuevo, “como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo,
sino permanece en la vid”, es la ilustración agricultural, así
tampoco vosotros sino permanecéis en mí. Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos, el que permanece en mí y yo en él,
este lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis
hacer.”

Comienza negativo en el versículo 4, después se vuelve


positivo en el versículo 5, después regresa a negativo al final
del versículo 5. El meollo, únicamente conforme usted
permanece en él, y él permanece en usted, usted puede dar
mucho fruto, mucho fruto. Este fruto, entonces, según el
versículo 8 se convierte en la prueba de que usted es un
discípulo, eso es lo que el versículo 8 dice, “en esto es
glorificado mi Padre, que llevéis mucho fruto y seáis así mis
discípulos.”

Entonces, esa es la única manera en la que sabemos que


somos discípulos de Cristo, que somos genuinos, que somos
pámpanos conectados a la vid. Nuestro Señor dijo en otra
ocasión, por sus frutos los conoceréis. Un buen árbol no
produce fruto malo, un árbol no produce fruto bueno. Árbol
bueno, fruto bueno. Fue Juan el Bautista, no es cierto, en el
tercer capítulo de Mateo, quien vio a los fariseos y a los
saduceos que venían, querían un bautismo. Y él les dijo,
“generación de víboras, ¿quién os advirtió que huyereis de la
ira venidera? Por tanto, da fruto que muestre arrepentimiento”.
Y después él dijo, “el hacha ya está a la raíz de los árboles, por
lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado
al fuego”. Mismo lenguaje. Si usted es un pámpano sin fruto,
o un árbol sin fruto, usted va a ser cortado y va a ser quemado.
Dar fruto que manifieste, en primer lugar, entonces,
arrepentimiento.
Entonces, hablemos de lo que es el fruto. En primer lugar, el
fruto es arrepentimiento genuino, en base a Mateo 3:8. El fruto
es arrepentimiento genuino. Una penitencia genuina, honesta,
acerca del pecado, tristeza por el pecado. No tristeza por las
consecuencias del pecado, existe ese tipo de tristeza, pero
tristeza por la realidad del pecado. Una verdadera tristeza que
es real por el pecar, la tristeza del arrepentimiento. Eso claro
es un fruto elemental que está en la raíz. Si el Señor está
operando en usted, si usted está conectado a Cristo, si su vida
está fluyendo a través de usted, habrá un arrepentimiento
honesto.

En 2 Corintios 7, Pablo dice, “ahora, me regocijo, no porque


habéis sido contristados, sino que habéis sido contristados al
punto de arrepentimiento. Porque fuisteis contristados según
la voluntad de Dios, para que no sufrieseis, no padecieseis
perdida en nada a través de nosotros, porque la tristeza que
es según la voluntad de Dios, produce un arrepentimiento sin
remordimiento, llevando a la salvación, pero la tristeza del
mundo produce muerte”. Sabe una cosa, la gente vive en el
mundo y están tristes, lamentan la manera en la que su vida
va, eso simplemente lleva a la muerte. La tristeza puede
abrumar a un pecador, pero es una tristeza que lleva a la
muerte. Quita todo de la vida, quizá lleva al suicidio, pero una
tristeza piadosa lleva al arrepentimiento, que lleva a la
salvación que es vida.

Entonces, cuando hablamos de fruto y vemos nuestras vidas,


y preguntamos, ¿qué es fruto? En primer lugar, es,
arrepentimiento, es arrepentimiento. Ese es un buen lugar
donde comenzar. Es un arrepentimiento continuo, es una
tristeza continua, no por las consecuencias del pecado, sino
por el pecado mismo. Hay una gran diferencia. La mayoría de
la gente, está triste, lamenta las consecuencias del pecado,
pero no el pecado en sí mismo. Ahora, se nos dice que demos
fruto en esta sección, que demos más fruto, y que Dios es
glorificado cuando damos mucho fruto. Hay una progresión
aquí que es muy importante que entendamos. Hay una
progresión en nuestras vidas, una progresión relacionada con
permanecer y quedarse. Quizás es ilustrada bien en un par de
pasajes que le voy a mostrar, de manera más notable,
Colosenses 1:9.

Pablo dice esto, “Por esta razón desde el día que lo oímos, no
hemos cesado de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos
de conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y
entendimiento espiritual, para que andéis de una manera que
es digna del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda
buena obra, e incrementando en el conocimiento de Dios”.
Incrementando. Sabe una cosa, es realmente importante que
haya un incremento. Regrese al versículo 5 de Colosenses 1,
“la esperanza que está establecida para vosotros en el cielo,
que tiene que ver con la verdad, el evangelio ha venido a
vosotros”, versículo 6, así como todo el mundo también, está
constantemente dando fruto, e incrementando inclusive como
ha estado incrementando en vosotros desde el día que lo
oísteis”. Eso simplemente conecta con la idea de que hay
fruto, más fruto, mucho fruto. Pablo está diciéndole a los
colosenses, que, ahora han comenzado a producir fruto, y
está incrementándose. Nunca al punto de satisfacción.
Filipenses, capítulo 3, palabras conocidas, el testimonio de
Pablo quien ciertamente fue fructífero, pero él dijo, “no que lo
haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto, sino que prosigo
para que pueda alcanzar aquello para lo cual también fui
alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, no me considero
habiéndolo ya alcanzado, pero una cosa hago, olvidando lo
que queda atrás, y extendiéndome a lo que está por delante,
prosigo a la meta al premio del supremo llamamiento de Dios
en Cristo Jesús”. Conforme permanecemos en Cristo, y
conforme cedemos a Cristo, y conforme incrementamos en el
conocimiento de Cristo, nuestro fruto se incrementa. Por todo
medio de gracia, por todo medio de gracia, nuestra
permanencia más profunda y más amplia y más elevada y
más rica, y nos volvemos más fructíferos.

Algunas personas han sugerido que en cierta manera no


hacemos nada. Estas son las personas ‘Deja a Dios, no hagas
nada’. Deja a Dios, los silenciosos, solían ser llamados. Que
usted no debe hacer nada, si usted hace algo eso es la carne,
usted simplemente en cierta manera se sienta ahí, y deja que
Dios lo haga a través de usted. Ciertamente eso no estuvo en
la mente de Pablo. En el mismo texto de Colosenses 1:29, en
donde dice, “a quien proclamamos, a Cristo, amonestando a
todo hombre y enseñando a todo hombre, en toda sabiduría,
para que, a fin de presentar a todo hombre completo en Cristo,
por esta causa también yo, trabajo al punto de sudar y quedar
exhausto, agonizando según su poder el cual opera
poderosamente en mí”. Fue el poder de Dios, pero Pablo
estaba trabajando al punto del sudor y quedar exhausto. Él
estaba agonizando, usando todo poder en él, toda
oportunidad, toda fibra de su ser. Sí, es confiar en el poder
actual de Cristo, pero también es obedecer todo mandato,
buscando toda disciplina espiritual.

Pablo dice en 1 Corintios 9, “golpeo mi cuerpo y lo pongo en


servidumbre”. Es una batalla, es una lucha. Esa es siempre la
imagen, no corremos como la gente que está corriendo sin
dirección, corremos como aquellos que corren para ganar el
premio. Entonces, debe haber en nuestra permanencia, un
compromiso que se incrementa con Cristo, el cual entonces
nos hace más fructíferos. Aplicado al arrepentimiento,
significa que nuestro arrepentimiento viene, conforme
crecemos en la gracia y el conocimiento de Cristo. Nuestro
arrepentimiento viene con mayor prontitud, mayor rapidez,
viene con más frecuencia, es una marca de madurez espiritual
ser alguien que se arrepiente continuamente. Si damos
evidencia, 1 Juan 1:9, si damos evidencia de que nos
arrepentimos al confesar nuestros pecados, demostramos
que él es fiel y justo para estar perdonando nuestros pecados,
tiempo presente. Si somos los que estamos confesando,
somos los que estamos dando evidencia de que estamos
siendo perdonados.

Entonces, la primera cosa que le señalaría con respecto al


fruto, es que es una actitud que básicamente domina nuestra
vida. Una tristeza por el pecado que está en nosotros, no la
consecuencia, sino la realidad, sino la realidad del pecado.
Eso es fruto que prueba que usted es un discípulo verdadero.
En segundo lugar, actitudes espirituales. Otro tipo de fruto,
primero arrepentimiento, otro tipo de fruto, actitudes
espirituales. Gálatas 5:22, “El fruto del Espíritu es, el fruto del
Espíritu quien mora en nosotros, este es el producto, esta es
la manifestación de la vida de la Trinidad en nosotros, amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza. Esas son actitudes, ¿no es cierto? Esas son
actitudes. Esos no son actos, esos no son conductas, es lo
que está detrás de las conductas.

Entonces, aquí de manera clara, el fruto son actitudes


espirituales virtuosas. Y, por cierto, todas ellas, todas ellas,
fueron manifestadas de manera perfecta en Jesucristo.
Entonces, podríamos decir que es fruto en nosotros, en
manifestar las características mismas de Cristo. No en la
perfección en la que él las poseyó, pero esas mismas virtudes
son las que buscamos. En Efesios 5:9, dice, “fruto es toda
bondad y justicia, y verdad”. Eso es interno, un amor por la
bondad, ser bueno con la gente. Un amor por la justicia, honrar
a Dios. Un amor por la verdad, como es revelada en las
Escrituras. ¿Cómo sabe usted si es cristiano? Usted ama la
bondad, usted ama la justicia, usted ama la verdad. Esas son
actitudes. Esas son las actitudes que están detrás de las
conductas.

Entonces, hay una actitud de arrepentimiento hacia el pecado,


podríamos decir que el primer fruto es resentir el pecado, y
confesarlo, y darle la espalda. El segundo fruto es el fruto de
actitud. Actitudes que son virtuosas, como es indicado en
Gálatas 5. En tercer lugar, otro tipo de fruto y simplemente lo
estoy llevando a usted a Escrituras que demuestran esto. Un
tercer aspecto, y uno muy importante de fruto, vaya al capítulo
13 de Hebreos por tan solo un momento. Hebreos capítulo 13,
versículo 15. Aquí hay instrucción que, mediante él, esto es a
través de Cristo, sin el no podemos hacer nada, ¿verdad? De
nuevo es a través de él, él es mencionado en el versículo 12
como el que santificó a su pueblo a través de su propia sangre.
A través de él, quien vive en nosotros, la vid verdadera, de la
cual extraemos nuestra vida, a través de él entonces, nosotros
¿de vez en cuando?, ¿todo domingo?, continuamente
ofrezcamos un sacrificio de alabanza a Dios, esto es el fruto
de labios que dan gracias a Su nombre. Eso es adoración.

Y, por cierto, ese es el lenguaje que es tomado del capítulo 14,


de la profecía de Oseas. Oseas dice, en el capítulo 14, “Volveos
oh Israel, a Jehová vuestro Dios, porque habéis tropezado
debido a vuestra iniquidad. Tomen palabras con vosotros y
regresen al Señor, regresen al Señor y estén listos para hablar.
Estén listos para hablar. Díganle a Él, quita toda la iniquidad y
recíbenos en tu gracia”. Estas son las palabras de
arrepentimiento, salvación, esto está viendo la conversión de
un futuro de Israel. Y después, al hacer eso, presentan el fruto
de nuestros labios, el fruto de nuestros labios. Quita nuestro
pecado, recíbenos en tu gracia, para que presentemos el fruto
de nuestros labios. Usted no puede adorar, hasta que usted
haya sido redimido. Usted no puede adorar hasta que usted
sea arrepentido y ha sido salvo. Eso es lo que Oseas está
diciendo.

Va a venir un tiempo en el futuro cuando Israel va a venir y se


va a arrepentir, van a llevar de regreso palabras a Dios. Dios
no quiere oír esas palabras y adoración, a menos que haya
habido arrepentimiento verdadero y salvación verdadera.
Entonces, ofrezcamos continuamente, sacrificios de alabanza
a Dios, esto es, frutos de labios que agradecen a su nombre.
Vio usted esa pequeña frase, ‘da gracias’, esa probablemente
no es la mejor traducción del griego. El griego es la palabra,
homologe, logeo es un verbo griego que significa hablar, o
decir, de lo cual obtenemos ‘logos’. Homo, H O M O significa
‘lo mismo’, ‘lo mismo’, homogéneo, lo mismo.

Entonces, lo que está diciendo es esto, ofrezcan a Dios un


sacrificio de alabanza, el fruto de labios que dicen lo mismo a
Su nombre. ¿Qué significa eso? ¿Qué hacemos en la
adoración? Le devolvemos a Dios las mismas cosas que Él
nos ha revelado acerca de Sí mismo. Esto es la adoración, es
decirle de regreso a Dios, todo lo que Él nos ha revelado a
nosotros como algo que es verdad acerca de sí mismo. Todo
eso en las Escrituras, no inventamos cosas, la alabanza
verdadera, entonces es, decirle de regreso a Dios, todos sus
atributos, como son revelados en las Escrituras. Usted va a lo
largo de las Escrituras de principio a fin, los atributos de Dios
están esparcidos por todas las páginas de las Sagradas
Escrituras.

Entre más conoce usted la Biblia, más conoce usted la


naturaleza y virtud y ser esencial de Dios. Entre más conoce
usted quien es Él, y cuáles son sus atributos, más puede usted
decirle de regreso a Él, ‘Dios, tu eres el creador, tu eres el
sustentador, tu eres el redentor, tu eres el sabio, tú lo sabes
todo, todo suficiente, todopoderoso, tu eres incambiable, tu
eres un Dios de gracia, amoroso, bueno, tu eres justo, santo,
puro. ¿Qué es la adoración? Es decir, las mismas cosas de
regreso a Dios, que Él ha dicho que son verdad acerca de Él.
Y esa es la única adoración que Dios acepta. Él no quiere que
usted esté inventándolo a Él, recreándolo a Él, inventando su
propia noción de Dios, sino que más bien, le diga de regreso
a Él lo que es verdad acerca de Él, como es revelado por Él.

La segunda cosa es decir de regreso a Dios, no solo lo que Él


ha revelado acerca de su naturaleza, sino lo que Él ha revelado
acerca de Sus obras. Entonces, cuando usted ve los Salmos,
usted lee cosas como “tú eres el Dios que hizo esto”, “tú eres
el Dios que sacó al pueblo de Egipto”, “tú eres el Dios que
partió el Mar Rojo”, “tú eres el Dios que guió a Israel a lo largo
del desierto”, “tú eres el Dios que nos trajo a la tierra
prometida”, “tú eres el Dios que nos protegió en la Pascua”,
etc., etc., etc. Usted llega al Nuevo Testamento, “tú eres el
Dios que nos ha redimido a través de la ofrenda de Tu Hijo, el
Señor Jesucristo, a quien tu colocaste en la cruz, y después
resucitaste de los muertos”. En otras palabras, esa es la suma
y sustancia de la alabanza. Es decirle de regreso a Dios, con
un corazón agradecido, todo lo que Dios ha revelado que Él
es, y todo lo que Él ha revelado que Él ha hecho, eso es
alabanza.

Entonces, su alabanza, esencialmente está confinada por la


revelación divina. Entre más conoce usted acerca de la
Palabra de Dios, más conoce usted acerca de Dios y de lo que
Él ha hecho. Y entre más conoce usted acerca de lo que Él es,
y lo que Él ha hecho, más pura es su alabanza. Eso es fruto,
ese el fruto de sus labios, adoración. ¿Cuál es el fruto entonces
de su vida que manifiesta que la Trinidad está en usted? Uno,
es arrepentimiento continuo. Dos, son actitudes que son
actitudes semejantes a Cristo. Amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Y es
alabanza que realmente le devuelve a Dios, una
representación verdadera de quien es Él, como Dios revelado
en el Antiguo Testamento y como el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo revelado en el Nuevo, el Dios Trino. Y
alabándolo, y agradeciéndole, y glorificándolo por todo lo que
Él es y todo lo que Él ha hecho.

Permítame darle a usted otro componente. Un cuarto,


Filipenses capítulo 4. Y esto en cierta manera va en mayor
profundidad de una manera más específica. En Filipenses
capítulo 4, el apóstol Pablo obviamente estaba en necesidad,
en tiempos muy difíciles para él, y amigos queridos le enviaron
ofrendas. Le enviaron provisiones, alimentos, y él estaba
extremadamente agradecido. De hecho, en el versículo 16 de
Filipenses 4, él les recuerda que cuando él estuvo en
Tesalónica le enviaron una ofrenda, más de una vez, para su
necesidad. Ellos fueron muy, muy generosos y amorosos
hacia él. En el versículo 17 él dice esto, “No que busque la
ofrenda”. Este es el corazón puro de Pablo, “no que busque la
ofrenda misma, sino que busco la utilidad”, dice una versión,
“la utilidad que incrementa para la cuenta de ustedes”.

Esa palabra utilidad no es la palabra para utilidad, en griego


es karpón, es la palabra ‘fruto’. Es la palabra karpón, la cual es
simplemente la palabra griega para fruto. Gracias por la
ofrenda, estoy tan contento porque enviaron la ofrenda, no
porque quiero la ofrenda, sino que quiero el fruto que
incrementa su cuenta, la cuenta de ustedes. Él vio esa ofrenda,
esa expresión de amor como fruto espiritual producido a
través de ellos, por el Dios que vivía en ellos. Es la importancia
semejante del capítulo 15 de Romanos. Macedonia y Acaya,
15:26, han tenido a bien hacer una contribución para los
pobres entre los santos en Jerusalén. Estas iglesias gentiles
estaban enviando dinero para Jerusalén, para creyentes
pobres. Tuvieron a bien hacer esto, estaban endeudados a
ellos, porque si los gentiles han compartido en sus cosas
espirituales, están endeudados a ministrarles también, cosas
materiales.

En otras palabras, el evangelio vino a través de los judíos, vino


primero a ellos y después a través de ellos. Entonces los
gentiles están enviando una ofrenda. Versículo 28, “por tanto,
cuando haya terminado esto, voy a colocar mi sello en este
fruto de ellos e iré camino a España”. Él vio a los gentiles
enviándole dinero a los judíos pobres en Jerusalén, como
fruto espiritual. Entonces, podríamos añadir algo más a la
lista. Fruto espiritual es contribuciones a aquellos que están
en necesidad, contribuciones a aquellos que están en
necesidad. 2 Corintios 9 veo esto como “semillas sembradas
que producen fruto”, el que siembra escasamente, recogerá
escasamente. Una ofrenda de dinero.

Entonces, ¿qué es fruto? Es arrepentimiento, es virtud


espiritual, es alabanza y adoración. Y son expresiones de
amor satisfaciendo necesidades. De hecho, Juan pregunta en
1 Juan, “si ves a tu hermano tener necesidad, y no satisfaces
su necesidad, ¿cómo mora el amor de Dios en ti? ¿cómo
puedes probar que eres un cristiano, si no amas a tu hermano?
Esa es una gran parte de 1 Juan.

Entonces, ahora le damos un quinto elemento de fruto, 1


Corintios 14, 1 Corintios 14, si, y usted sabe lo que está
pasando en 1 Corintios 14, algunos de ustedes lo saben. Caos
en la iglesia corintia con las lenguas y todo tipo de caos.
Conforme todo mundo estaba haciendo lo que quería en los
servicios, el paganismo se había infiltrado en la adoración. Y
entonces Pablo, quiere detener toda esta plática sin
significado, todo esto que es absurdo. Entonces él dice en el
versículo 14, “Si oro en lenguaje u otro lenguaje, mi espíritu
ora, mi mente queda sin fruto si estoy orando en un idioma
que no conozco, mi mente no está involucrada. Entonces,
¿cuál es el resultado? Oraré con el espíritu y oraré con la
mente también. Cantaré con el espíritu y cantaré con la mente
también. No voy a estar involucrado en cosas que no entiendo
y ustedes no entienden, ¿cuál es el punto? De otra manera, si
bendicen solo en el espíritu, ¿cómo es que el que llene el lugar
de los no dotados dirá el amén ante su gratitud?, debido a que
él no sabe lo que ustedes están diciendo. Esto sería, según el
versículo 14, sin fruto, sin fruto.

Entonces, usted debe ser fructífero diga cosas que edifican.


Ese es otro tipo de fruto. Comunicación que edifica,
comunicación que bendice, comunicación que instruye.
Podría ser en una oración, podría ser en un ambiente de
enseñanza, podría ser en una conversación, podría ser en un
contexto de consejería, o discipulado. Lo que estaban
haciendo es lo que la gente hace en la actualidad, se va a un
rincón y pronuncia un balbuceo para sí mismo, en algún tipo
de idioma absurdo, incoherente, que no conocían, no les ayudó
a ellos, ciertamente no le ayudó a nadie más, fue egoísta, y les
daba algún tipo de gratificación carnal sin edificar a nadie,
incluyendo a ellos.

Ahora, si el don real era usado y existía el don real en la era


apostólica, entonces el versículo 13 dice, ‘si de hecho van a
hablar en idioma dado por Dios, entonces, oren porque sea
interpretado, nunca dejen que sucedan si no es interpretado,
porque el entendimiento es todo’. Entonces, cuando usted
comunica verdad a alguien, eso es fruto. Cuando yo les
predico, les enseño, ese es el fruto de la vida en mí. Ahora,
otro, voy a dar dos mas rápidamente. Conducta pura,
conducta pura. Tenemos que llegar a la conducta, ¿verdad?
Hemos hablado del arrepentimiento, es interno, y hemos
hablado de virtudes internas, hemos hablado de la adoración
que comienza en el corazón y sale.

Ahora comenzamos a extendernos, una comunicación que


bendice a otros, y después conducta pura, simplemente
conducta pura. Conducta justa, Filipenses 1:11, “siendo llenos
del fruto de justicia que viene a través de Jesucristo”. O
Colosenses 1:9-10, dice esencialemente lo mismo, “Para que
andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando
fruto en toda buena obra. Dando fruto en toda buena obra”.
Hebreos 11:12 esencialmente dice lo mismo. Conducta
general. Entonces, ahora hemos hablado de arrepentimiento,
hemos hablado de la idea de manifestar virtudes semejantes
a Cristo, a nivel interior, adoración, contribuciones de amor a
la gente en necesidad, comunicación que bendice a otros, una
vida de conducta justa, esto es fruto. Y así es como usted
prueba que usted es un discípulo real.

Un final. Traer gente a Cristo. Eso es fruto, eso es fruto, traer


gente a Cristo. Juan 4, cuando Jesús estaba hablando con la
mujer en el pozo de Samaria, él le estaba hablando a los
discípulos, conforme los samaritanos estaban saliendo de la
aldea hacia él, en el versículo 34, él dijo, “mi comida es hacer
la voluntad del que me envió, y hacer su voluntad. No digáis,
hay cuatro meses y después viene la cosecha”, eso habría
sido el calendario agricultural, no digan miren, levanten sus
ojos, miren los campos están blancos para la siega”. Y creo
que él vio a los samaritanos caminando por el campo, ya él
que cosecha está recibiendo su paga y está congregando,
está recogiendo fruto para vida eterna de tal manera que el
que siembra y el que cosecha puedan regocijarse juntos.

Algunas veces usted siembra, algunas veces usted cosecha,


algunas veces usted siembra y cosecha, ¿verdad? Bueno, el
lenguaje de 1 Corintios, uno siembra, uno riega y Dios es el
que da ¿el qué? el crecimiento. Esto es fruto, esto es fruto. El
apóstol Pablo quería ir a Roma en el capítulo 1 de Romanos
con un propósito en mente. Romanos 1:13, “para que pueda
obtener algo de fruto entre vosotros, así como entre el resto
de los gentiles. Y estoy en obligación a los gentiles, barbaros,
sabios, necios. Por mi parte estoy dispuesto a predicarles el
evangelio a ustedes que están en Roma. Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree, al judío, primeramente, y
también al griego.” Quiero venir y tener algo de fruto, ¿Qué
quiso decir? Algunas personas que habían venido a Cristo, por
el poder de Dios a través del apóstol Pablo, fruto espiritual,
fruto espiritual.

En Romanos 15:18 él dijo, “Porque no me atrevo a hablar de


algo fuera de lo que Cristo ha hecho a través de mí, resultando
en la obediencia de los gentiles por palabra y obra”. Eso es
fruto espiritual, fruto espiritual. Eso es, creo, el fruto más
maravilloso, porque es el producto final de todo lo demás. Si
usted vive una vida que resiente y se resiste al pecado, si
usted vive una vida que busca la santidad, si usted vive una
vida en oración, si usted vive una vida con el tipo correcto de
actitudes espirituales, si usted vive una vida que le hace bien
a otros, demuestra amor a ellos y se manifiesta justicia
general, su vida tendrá un testimonio poderoso, y cuando
usted dice que el Dios Trino vive en usted, habrá algo que
respalde esa afirmación. Eso hace que el evangelio sea
atractivo y el Señor lo usará a usted para llevar a otros a la
salvación.

Pablo escribió en 1 Corintios 16:15, “Os exhorto hermanos,


vosotros conocéis a la casa de Estéfanas, ellos fueron los
primeros frutos de Acaya. Él vio a la gente que vino a Cristo
bajo su ministerio, su fruto. Arrepentimiento, semejanza a
Cristo, virtudes espirituales, adoración, expresiones de amor,
conducta justa, y ganar almas para Cristo. Y como leemos de
lo que Pedro dijo, si ves estas cosas, sabrás que eres un
discípulo verdadero. “Si estas cualidades son tuyas” 2 Pedro
1:8, “y están incrementándose, os harán que no estéis ociosos,
ni sin fruto en el conocimiento verdadero de nuestro Señor
Jesucristo”. Si usted “carece estas cosas, está ciego, ha
olvidado la purificación de sus pecados anteriores. Entonces,
sean diligentes hermanos, mucho más para asegurarse de su
llamado al escogerlos a ustedes. Y mientras que practiquen
estas cosas, nunca tropezarán. Sino que sabrán que una
entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo
será provista abundantemente a ustedes”.

Ahora, hay muchos otros beneficios por permanecer, pero eso


es para la semana próxima.
Señor, gracias de nuevo por las riquezas de tu Palabra y
verdad. Gracias por bendecirnos, con este regalo, sobre todo
los regalos más preciados que cualquier cosa. Gracias por
darnos la oportunidad de adorarte hoy, de levantar tu
alabanza. Ahora, que vayamos y vivamos las cosas que
sabemos que son verdad, para tu honra y gloria. Oramos en el
nombre de Cristo. Amén.

Los beneficios de permanecer en Cristo, 3ª


Parte
Juan 15:4-11

Realmente he quedado asombrado, creo yo, por ver una


paradoja extraña en nuestro tiempo, en la actualidad. El
cristianismo está siendo atacado, creo que todos sabemos
eso, los cristianos están siendo perseguidos, la Biblia está
siendo hecha a un lado, está siendo sacada del foro público,
pero al mismo tiempo en el que la iglesia está siendo hecha a
un lado y la Biblia está siendo hecha a un lado, los cristianos
están siendo perseguidos, es interesante que se ha convertido
popular entre la gente mundana y pecaminosa, decir ser
cristianos.

Simplemente me sorprende. Inclusive decir que son


evangélicos. Deportistas, actores, políticos, personalidades
de televisión, personajes de programas de realidad, todo tipo
de gente que tienen un perfil muy público, dicen ser cristianos
mientras que sus vidas y conducta no se asemejan a lo que
es el cristiano, parecen tener poca consideración hacia Dios,
o Cristo, en términos de un papel o un lugar dominante en sus
vidas. Poco respeto hacia la Biblia, en términos de obedecer
sus mandatos, y vivir bajo sus principios.

Sin embargo, es popular decir que usted es seguidor de


Jesucristo. Estaba leyendo la semana pasada, un artículo
escrito por un hombre que dijo que era el pastor de Bruce
Jenner. Y entonces, el escribió un artículo titulado “Fui a la
iglesia con Bruce Jenner; esto es lo que me enseño acerca de
Jesús.” Hay bastantes pseudo-pastores que son
celebridades, que buscan hacer sentir bien a la gente que de
manera falsa dicen ser cristiana, especialmente, gente
prominente. Es algo muy extraño. De hecho, es peligroso ser
un cristiano verdadero, pero está de moda ser uno falso. Ese
pensamiento nos lleva a nuestro texto, en Juan 15.

Juan 15, es claro, la enseñanza del Señor Jesús. Estas son las
palabras mismas de nuestro Señor. Y claro, sus palabras
dominan los capítulos 13, 14, 15, 16 y 17. Todas esas son
palabras de nuestro Señor en el jueves por la noche de la
semana de la Pasión, la noche antes de su crucifixión, su
última noche en el aposento alto celebrando la Pascua con
sus discípulos. Y durante ese tiempo, él exhibió a Judas como
el traidor. Y dice en el capítulo 13, versículo 30, que “Judas
salió inmediatamente”.

Entonces, a partir de ese punto en el capítulo 13, versículo 30


y en adelante, él le está hablando a los once discípulos que
quedaron, que no se fueron. Eso está en su mente en esta
noche final. El contraste entre Judas, el seguidor falso, el
discípulo falso, el apóstol falso, el cristiano falso, por así
decirlo, y los once que eran genuinos. Nuestro Señor presenta
esa distinción entre Judas y los otros, en una perspectiva muy
clara, y muy bien definida, en los once versículos de apertura
del capítulo 15.

Permítame recordarle estos versículos al leerlos. Él dice, “Yo


soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano
que en mí no lleva fruto, lo quitará, y todo aquel que lleva fruto
lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis
limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí,
y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por
sí mismo sino permanece en la vid, así tampoco vosotros sino
permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos. El
que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto, porque
separados de mí, nada podéis hacer. El que en mí no
permanece será echado fuera como pámpano, y se secará y
lo recogen y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en
mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en
que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el
Padre me ha amado, así también yo os he amado.
Permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Estas
cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros y
vuestro gozo sea cumplido.”

Ahora, las preguntas que son respondidas en este texto, son


estas: ¿Cuál es la naturaleza del cristianismo verdadero?
¿Qué distingue a un discípulo verdadero? ¿Cómo distinguimos
a los cristianos verdaderos de los cristianos falsos? ¿Cómo
debemos entender y explicar nuestra relación actual con Dios
a través de Jesucristo? Estas son preguntas básicas, básicas,
las preguntas más básicas de todas las preguntas.
Obviamente hay muchos que dicen que creen en Jesús,
inclusive lo llaman Señor, inclusive van a la iglesia. Les podría
gustar la Biblia, pero Jesús advirtió acerca de la fe superficial.
En Mateo 7, él dijo, “Muchos me dirán en el día del juicio,
“Señor, Señor, hicimos esto y aquello en tu nombre”. Y yo les
diré, “Apartaos de mí, hacedores de maldad. Nunca os
conocí””

En el capítulo 13 él dijo que hay gente que dan algún tipo de


señal de que hay vida real, pero nunca dan fruto, debido al
amor a las riquezas, a las preocupaciones del mundo, la
persecución que ser un cristiano traen. Se secan y mueren.
Jesús dijo que van a haber cristianos falsos creciendo al lado
de los cristianos verdaderos, en ese mismo capítulo 13 de
Mateo. No podrán ser distinguidos hasta el juicio cuando los
ángeles hagan la separación. Jesús hizo que se alejaran
personas que supuestamente vinieron creyendo en él, y
siguiéndolo. Él lo hizo en Juan 2, él lo hizo en Juan 6, él lo hizo
en Juan 8, él lo volvió a hacer en Juan 12, como usted
recuerda. Él lo hizo con el joven rico que vino haciendo la
pregunta, ¿qué hago para recibir la vida eterna? Y el hombre
se fue triste, en lugar de salvo.

Y cuando hubo gente que quiso seguirlo como discípulos, él


dijo cosas a ellos como, “a menos que estéis dispuestos a
dejar padre y madre, y odiar a madre y padre, y odiar su propia
vida, y dejar todo lo que tienen y tomar su cruz y seguirme, no
pueden ser mi discípulo. Él le dijo a la gente que calculara el
costo y entendiera lo que realmente estaban haciendo. Y
después les dijo a sus propios discípulos, que es difícil
convertirse en un seguidor verdadero, que es difícil porque es
el fin de ti. Niégate a ti mismo. Podría costarte la vida, toma tu
cruz y es una vida de obediencia. Sígueme.

No obstante, siempre hubieron, y todavía hay gente que se


pegan a Jesús de alguna manera superficial. Judas es su
prototipo. Él en cierta manera es el personaje principal, el
modelo principal o ejemplo de un creyente falso, nadie desde
ese entonces podría estar tan cercano a Jesús como él lo
estuvo, debido a que él ya no está aquí. Durante tres años él
siguió a Cristo y después, como dije, a partir del capítulo 13,
versículo 30, él se fue, él salió. Y salió a perpetrar el crimen
más horrendo en la historia humana, la traición del Hijo de
Dios, llevando a su ejecución.

Al llegar al capítulo 15, el Señor ha estado diciendo muchas


cosas esa noche, a sus discípulos, muchas cosas desde que
Judas se fue, muchas promesas maravillosas él les ha dado
y a nosotros, muchas advertencias, él les ha hablado de lo que
vendrá, él les ha hecho promesas, él ha descrito lo que deben
esperar de hostilidad y persecución en el futuro. Y eso va para
todos nosotros, después de ellos. Él dijo mucho. Pero aquí en
el capítulo 15, tenemos esta afirmación definitiva acerca de
distinguir a un pámpano Judas, de un pámpano verdadero.
Un discípulo falso, de un discípulo verdadero, un cristiano
falso, de un cristiano verdadero. Él lo hace con esta analogía
de una vid y pámpanos. Dios es el labrador, Dios es el granjero,
Cristo es la vid, la vid verdadera, es Cristo, quien obviamente
está trabajando en su encarnación bajo el liderazgo y el
cuidado del Padre, él lo dice a lo largo de su ministerio entero.
Él se sometió al Padre en todo lo que él hizo. El Padre es el que
está cuidando de la vid. Hay dos tipos de pámpanos. Hay
pámpanos fructíferos, creyentes verdaderos como los once
que permanecieron, y pámpanos sin fruto, como Judas quien
se fue.

Ahora que Judas se fue, nuestro Señor habla en el versículo 4.


Y ahí es donde queremos retomarlo. A los once que quedan,
y a los demás que todavía dicen ser seguidores de Cristo,
“Permaneced en mí”. Ese es el mandato. La palabra es
quédense, permanezcan, no hagan lo que Judas hizo. No se
vayan, no salgan, quédense, permanezcan. Este es un
mandato simple, pero realmente domina el resto de este texto.
La palabra ‘permanecer’ es usada diez veces. Quédense,
quédense. Simplemente, yo haría un eco de eso a ustedes. Si
usted hizo una profesión de fe en Cristo, si usted se ha
apegado a Cristo por lo menos desde la perspectiva humana,
de lo que podemos ver y experimentar, no se vaya, quédese,
quédese, de evidencia de que su fe es real. ¡Quédese!

Si usted se va, usted demuestra que usted es un pámpano sin


fruto. Nunca tuvo vida eterna, y será cortado, se secará y
quemará, arderá. Le sigo recordando a usted de 1 Juan 2,
“Salieron de nosotros, porque no eran de nosotros. Si hubieran
sido de nosotros, habría continuado con nosotros, pero
salieron de nosotros para que se manifestase que nunca
fueron de nosotros”. Pero al que permanece nuestro Señor
hace promesas increíbles. Y eso es lo que hemos estado
viendo.

Regrese al versículo 4, la primera promesa es la salvación,


vida eterna. Eso se contiene en sus palabras, “Yo en vosotros”.
Permanezcan en mí, quédense, y permanezcan y yo en
vosotros. Así es como usted define lo que significa ser un
cristiano. Significa ser morado por Dios, morado por Dios, ahí
en el versículo 5 dice lo mismo. “El que en mí permanece, Yo
en él”. De regreso en el capítulo 14, él hizo promesas que son
igualmente sorprendentes. Capítulo 14, versículo 16, “Pediré
al Padre y él os dará otro Ayudador, para que Él esté con
vosotros para siempre. Este es el Espíritu de verdad, a quien
el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce. Pero
ustedes lo conocen porque Él permanece con vosotros, y
estará en vosotros, en vosotros. Ahí se nos promete que el
Espíritu Santo estará en nosotros como creyentes verdaderos.
Verdad increíble.

Ahí en el versículo 20, “En aquel día sabréis que Yo estoy en


mi Padre, y vosotros en mí, y Yo en vosotros”. No solo el
Espíritu, sino el Hijo. Y ahí en el versículo 23, “Si alguno me
ama, él guardará mi Palabra, y mi Padre le amará. Y
vendremos a él, y haremos nuestra morada con él.” El Espíritu
Santo, el Hijo, y el Padre, el Dios Trino establece Su residencia
en la vida de un creyente. Eso es lo que la salvación es. Esa
vida eterna que recibimos en la presencia misma de Dios. Nos
volvemos, como Pedro dice, “participantes de la naturaleza
divina”.

Entonces, le recordamos que cuando usted se describe a sí


mismo, y dice, “Soy cristiano”, y alguien dice, “¿qué significa
eso?”, es mucho más de que usted crea ciertas cosas, o que
vaya a ciertos lugares, o cumpla con ciertas ceremonias
religiosas, significa que la Trinidad vive en usted. Dios ha
establecido residencia en usted. Usted es el lugar donde Él
vive. Usted es Su templo. Juan, usted recordará esto, dijo lo
mismo en su primera epístola, 1 Juan 4, “Si nos amamos unos
a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor es
perfeccionado en nosotros. Por esto sabemos que
permanecemos en él, y él en nosotros, porque él nos ha dado
de su Espíritu. Hemos visto y testificamos que el Padre ha
enviado al Hijo para ser el Salvador del mundo. Todo aquel
que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en
él, y él en Dios. Y hemos llegado a conocer, y creemos el amor
que Dios tiene por nosotros, Dios es amor y el que permanece
en amor, permanece en Dios, y Dios permanece en él.”

Usted lo tiene de nuevo, al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,


todos permaneciendo en el creyente. Eso es la salvación,
usted es una nueva criatura, porque usted se convirtió en un
participante de la naturaleza divina. Usted en la actualidad es
el poseedor de la vida misma de Dios, la cual es tan eterna
como Dios es. Usted nunca morirá, usted únicamente irá a la
gloria eterna. Otra manera de entender, es que su salvación,
la salvación de usted, fue un cambio más grande de lo que es
su resurrección, porque a usted se le dio la naturaleza divina.
Usted únicamente está esperando la totalidad de su
expresión. Eso es la salvación. Entonces, lo primero que viene
a uno que permanece es la salvación.

La segunda cosa es justicia, o santificación, santificación.


Versículo 4, de nuevo, “Cómo el pámpano no puede llevar fruto
por sí mismo sino permanece en la vid, así tampoco vosotros
sino permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos.
El que permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto,
porque separados de mí, nada podéis hacer.” Usando la
metáfora agricultural, un pámpano, una rama que está ahí en
el suelo, no va a dar ningún fruto, porque el fruto viene de la
raíz a través de la vid, y se extiende a las ramas. No obstante,
si están conectados darán fruto, darán fruto. Ustedes van a
dar, según el versículo 5, “mucho fruto”. ¿Qué es esto?
hablamos de esto la última vez, básicamente es justicia,
justicia. Lo cual es otra manera de hablar de santificación, la
justica es ser separado del pecado y eso es la santificación.

Entonces, si usted es un creyente verdadero, entonces Dios


ha establecido residencia en usted. Esa presencia de Dios,
esa naturaleza divina que mora en usted, se manifestará por
sus propias características. Y su vida, dará una demostración
de justicia. Eso es santificación. Filipenses 1:11, habla del
‘fruto de justicia’. Romanos 6:22, habla del ‘fruto de santidad’.
Romanos 7:4, ‘fruto para Dios’. Santiago 3:17, ‘buen fruto’. 2
Corintios 9:10, ‘justicia’. Colosenses 9:10, ‘el fruto de toda
buena obra’. Efesios 5:9, ‘toda piedad, justicia y verdad’. El
fruto de justicia, piedad, verdad. Hebreos 12:11, ‘el fruto
apacible de justicia’.

En otras palabras, si usted está conectado a la vid, la vida de


Dios, la cual es pura y santa, se manifestará a sí misma a
través de usted. Usted será caracterizado por justicia, por
pensamientos justos, palabras justas, y obras justas. No
perfecto, porque esa naturaleza divina todavía está
encarcelada en la carne humana no redimida. Y no será, sino
hasta que se deshaga de este cuerpo pecaminoso, que la
expresión será perfecta. No obstante, está ahí.

¿Y que es este fruto justo? Lo cubrimos la última vez.


Arrepentimiento hacia el pecado, un arrepentimiento
verdadero, y un arrepentimiento de por vida. Ese es fruto justo.
Juan el Bautista dijo eso. Actitudes santas, el fruto del
Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre. Alabanza y adoración, el fruto de nuestros
labios dándole alabanza a Dios. Dando para la necesidad de
la gente, Filipenses 4, Romanos 15, eso es fruto.
Comunicación de la verdad que bendice a otros, eso es fruto.
1 Corintios 14. Conducta pura. Filipenses 1, Colosenses 1. Y
después, finalmente dijimos, cuando usted trae a alguien al
conocimiento de Cristo, a través del evangelio, eso es fruto.
Romanos 1, 1 Corintios 16. Cualquier obra justa que viene
como resultado de una naturaleza justa, y una actitud justa.
Entonces, ¿qué recibe usted si se queda? Salvación.
Santificación. Salvación, santificación. Justicia.

Ahora, permítame llevarlo a la tercera, y le voy a dar seis antes


de que acabemos esta mañana. Un total de seis. Número tres:
oración respondida, oración contestada, oración contestada.
Vea el versículo 7, “Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho”. Esa es una promesa sorprendente, ¿no es cierto?
“Pedid todo lo que queréis y os será hecho”. Si permanecen
en mí. Hay dos requisitos aquí. Requisito número uno: si
permanecen en mí. Si usted es un creyente verdadero. Si usted
es un pámpano verdadero. Si usted tiene una unión
permanente con Jesucristo, en la que su vida está viniendo a
través de usted.

Permítame verlo desde el otro lado. Si usted no es un


pámpano verdadero, usted está solo, amigo mío, usted está
solo. Dios no garantiza que responderá sus oraciones. Ningún
involucramiento en su vida. Usted no tiene promesas, usted
no tiene certezas. Usted no puede reclamarle nada a él. Él no
tiene ninguna obligación para con usted. Dios nunca promete
responder la oración de un incrédulo, o de un creyente falso.
Él no tiene obligación alguna de hacer eso. Si usted es un
pámpano Judas, usted no tiene que demandarle a Dios. Creo
que es importante recordarle eso, porque hay muchas,
“oraciones” flotando en el aire, pronunciadas por personas
que oran a Dios sin ninguna relación verdadera con Él. Y de
alguna manera esperan una respuesta. Dios puede, si Él
escoge, claro, responder una oración para cumplir sus propios
propósitos, pero Él no tiene obligación alguna.

Pienso en eso, cuando hay algún tipo de ‘Día nacional de


oración’. O cuando oigo a la gente, en cierta manera, a la ligera
decir, ‘estamos orando por ti’. Y quiero preguntar, ¿a quién, y
en base a qué, y por qué? Dios no tiene obligación alguna para
con los hijos de Satanás de responder sus oraciones, excepto
una oración, arrepentimiento y fe en Cristo, y un clamor por
salvación. Cualquier otra oración, usted está solo. Bueno,
usted está solo, pero usted realmente no está solo, porque
usted es de su padre el diablo, usted está en el reino de las
tinieblas, no el reino de la luz. Usted está bajo el poder del
príncipe del aire que opera en los hijos de desobediencia, para
cumplir con su propia voluntad. Usted es parte del reino del
cual los creyentes son librados. Entonces, no está solo. Usted
tiene a Satanás y a sus demonios moviéndose en el reino de
usted, y cumpliendo los propósitos de ellos.

Pero, por otro lado, versículo 7, “Si permanecéis en mí”. Si


usted es un pámpano que permanece, un poseedor de vida
eterna verdadera, si estáis permaneciendo en mí, todo cambia.
Puede pedir todo lo que queréis y os será hecho. Ahora, eso
se oye como un cheque en blanco. Algunas personas, creen
que debería ser que lo que la gente decide que quiere, Dios
tiene que dárselos, como si fuera algún tipo de genio, que sale
de una lámpara y lo frotan y les da lo que quieran. Pero hay un
segundo requisito. El primer requisito, “si permanecéis en mí”.
Segundo requisito, versículo 7, “y mis palabras permanecen
en vosotros”. “Y mis palabras permanecen en vosotros”.

Ahora, eso no está hablando de las letras rojas en su Biblia.


No está hablando de las cosas en sí que Jesús dijo. No me
gustan las Biblias de letras rojas por esa razón misma. Todo
es de Dios. Pero eso simplemente está diciendo, sí la verdad
de Dios permanece en usted. ¿Por qué dice él eso? porque al
ser un creyente, usted tiene acceso a Dios. Al ser un creyente,
usted tiene la promesa que sus oraciones serán respondidas,
pero también para saber que su oración va a ser respondida
usted tiene que conocer algo acerca de Dios. Usted tiene que
orar dentro del marco de la revelación de Dios.

Entonces Jesús dice, ese segundo requisito es que, tomando


las palabras de Pablo en Colosenses 3, “que la Palabra de
Cristo more en abundancia en vosotros”. Usted entiende de
las Escrituras quien es Dios, lo que Él desea, usted entiende
quien es Cristo, lo que él desea, usted entiende quien es el
Espíritu Santo y lo que Él desea. Puede imaginarse sin ese
requisito, si Dios tan solo dijera, “Si permaneces en mí, pide lo
que quieras, y Yo lo haré”, nosotros estaríamos a cargo de
todo. Si Dios simplemente fuera un genio que saliera de la
lámpara pequeña y nos diera todo lo que queremos, todos
estaríamos en una dirección de destrucción personal, de
auto-destrucción. Santiago dice, ‘miren, este es el problema.
Sus oraciones no son respondidas porque piden para
consumir cosas en sus propios deseos pecaminosos. En
otras palabras, ustedes están pidiendo desde su propia
perspectiva. Ustedes quieren lo que quieren.

Mire, hay gente que se llama a sí misma cristiana, que cree


que podemos pedir lo que sea, y Dios tiene la obligación de
dárnoslo. No, si usted es un creyente, un creyente verdadero,
usted cumple con el requisito número uno, pero el requisito
número dos es que usted ore dentro del marco de las palabras
que han sido reveladas de Dios a usted, que le dicen a usted
acerca de Dios, y de Su voluntad, y de Su camino, y de Su reino,
y Su propósito. Ahora, los discípulos, ahí atrás en Mateo 6
dijeron, “Señor, ¿cómo debemos orar?” Y Jesús dijo, “Van a
orar así. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre. Hágase tu voluntad, y venga tu reino”. Muy
bien, entonces, llegarán a mí. Toda la oración legitima,
comienza con el reconocimiento del nombre de Dios, esto es
lo que es coherente con Su Persona gloriosa, la voluntad de
Dios, lo que es coherente con Su propósito glorioso, y Su reino,
lo que es coherente con Su plan glorioso que se está
desarrollando. Persona, propósito y plan.

Entonces, necesito tener las palabras de las Escrituras, las


palabras de la revelación, las palabras que me hablan acerca
de Dios, y Cristo y el Espíritu Santo y el reino de los cielos, y la
voluntad de Dios. Necesito tener esas palabras,
permaneciendo en mí, para que controlen mis peticiones.
Regrese al capítulo 14, por un minuto. Vimos esto hace meses
atrás. Versículo 13, “Todo lo que pidieres en mi nombre, lo
haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si piden algo
en mi nombre lo haré”. Acaso eso significa que, si usted tan
solo incluye ‘en el nombre de Jesús, Amén’, al final ¿usted va
a recibir lo que quiere? No. No es algún tipo de formula. Si
pides algo coherente con Mi nombre. ¿Cuál es mi nombre?
Señor Jesucristo. Cualquiera cosa coherente con mi señorío
soberano, cualquier cosa coherente con mi propósito
salvador, cualquier cosa coherente con mi dominio mesiánico
sobre mi reino glorioso. Ustedes están pidiendo en el marco
del nombre de Cristo, el nombre de Dios, los propósitos de
Dios.

Observe el capítulo 16, por un minuto, el versículo 23. Va a


volver a salir en esta misma noche de jueves, en el aposento
alto, o camino al huerto en este caso. Versículo 23, “En aquel
dia no me preguntareis nada. De cierto de cierto os digo, si le
pidiereis al Padre lo que fuere”, aquí viene el requisito de
nuevo, “en mi nombre. Él os lo dará. Hasta ahora, no habéis
pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro
gozo sea cumplido”. Versículo 26, “En aquel día, pediréis en
mi nombre, y no os digo que pediré al Padre a favor de
vosotros, porque el Padre mismo os ama, porque vosotros me
habéis amado a mí.” En otras palabras, todo lo que pidiereis
en mi nombre, coherente con mi propósito, y mi gloria, y mi
reino, lo que cual es equivalente a la gloria del Padre y su reino.
El Padre lo hará para mostrar Su gloria. Pero siempre es en mi
nombre, en mi nombre, en mi nombre. Es repetido una y otra
vez.

Entonces, le recuerdo que esta es una promesa increíble,


increíble, por parte del Señor, que todo lo que usted le pida de
manera coherente con Su persona, propósito y plan, Él lo hará.
La oración de usted debe demostrar, 2 Corintios 10:5, que
todo pensamiento ha sido llevado cautivo a la obediencia de
Cristo. Usted ora dentro del marco del propósito divino. Usted
inclusive podría decir esto, ‘Padre, esto pido, porque esto
podría ser lo que tu deseas para tu gloria. Esto podría ser lo
que tu deseas para tu reino. Esto podría ser lo que tu deseas
para exaltar a tu Hijo. Esto podría ser lo que tu deseas para
mostrar el poder de tu Espíritu Santo. Este es el principio,
siempre con la mira en el nombre divino, en el plan divino, en
el propósito divino, en la persona divina.

Esto es lo que Santiago llama, la oración de un justo. Y


Santiago dice en el 5:16, Santiago 5:16, esa oración es eficaz,
“la oración eficaz del justo”. Porque él ora a partir de 1
Corintios 2:16, “tenemos la mente de Cristo”. Si usted tiene
una relación rica, amorosa, obediente con la vid, y si la vida
verdadera de Dios corre por su vida, sus deseos van a ser los
deseos de Él. los amores de usted van a ser los de Él, los
anhelos de usted van a ser los anhelos de Él, y usted pedirá
siempre en ese marco. Sus oraciones siempre serán,
‘glorifícate a Ti mismo, extiende Tu nombre, extiende Tu reino,
extiende Tu evangelio’.

Ahora, Juan entendió esto, él estaba ahí escuchando esto, y él


escribió 1 Juan 3:22, estas palabras. “Todo lo que pidiéremos,
lo recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos,
y hacemos las cosas que son agradables a sus ojos. Este es
su mandamiento, que creamos en el nombre de su Hijo
Jesucristo, y nos amemos unos a otros, así como Él nos
manda. El que guarda sus mandamientos, permanece en Él, y
Él en él.” Todo está ligado, permanecer, obedecer, amar, orar.
Judas 20 tiene una pequeña frase interesante, “orando en el
Espíritu”.

Algunas personas creen que orar en el Espíritu, es caerse


desmayado. Usted lo ha visto en la televisión, estoy seguro.
Orar en el Espíritu es mirar hacia arriba en su cabeza y
pronunciar algún tipo de balbuceo, ¡No! Orando el Espíritu.
¿Qué quieres decir, orando en el Espíritu? ¿Cómo es que el
Espíritu ora? Romanos 8, el Espíritu ora conforme a la voluntad
de Dios. El Espíritu ora conforme a la voluntad de Dios. El
Espíritu conoce la mente del Padre, el Padre conoce la mente
del Espíritu. El Espíritu ora de manera coherente con la
voluntad de Dios, con la voluntad divina en mente. Orando en
el Espíritu no es alguna experiencia estática, de manera
absurda. Es orar específicamente, y de manera particular
dentro del marco de la voluntad y propósito de la Persona de
Dios, como es revelado en las Escrituras.

Ahora, cuando usted ora así, y cuando usted ora desde el


punto de vista de que usted no solo conoce esas cosas, sino
que es un creyente obediente, usted ha cumplido los
requisitos para que sus oraciones sean respondidas. Dios
será fiel en responder a las oraciones de usted. Ahora, hay
mucho que decir más de eso, y quizás un poco más adelante
en nuestro estudio de esta sección.

Permítame darle una cuarta bendición, una cuarta bendición.


Si usted permanece, el Señor le promete a usted certeza,
certeza. Versículo 8, “En esto es glorificado mi Padre, en que
llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”. El labrador
que trabaja duro encuentra su gloria en la vid fructífera. El
labrador que trabaja duro, encuentra su gloria en la vid
fructífera. Me acuerdo, conocí a un caballero, un caballero de
casi noventa años de edad, que cultivaba uvas en la parte
central de valle y él quería mostrarme su operación. Una de
las empresas más grandes de cultivo de uvas en California. Y
pensé que mi iba a llevar a una oficina y me iba mostrar algo.
Llegué ahí, me subí a una camioneta pick up, rebotamos por
algunos caminos, y terminamos en tierra que nos cubría los
pies hasta los tobillos, caminando de hilera en hilera, en hilera,
mientras que él metía la mano y sacaba las uvas. Él me mostró
el fruto de su labor al mostrarme las uvas. Y me explicó todo
tipo de uva. Él descubrió que si yo quería saber acerca de él,
no necesitaba ver su camioneta pick up, y no necesitaba ver
su oficina, necesitaba ver su fruto. Y después necesitaban
comerlo, lo cual fue una experiencia increíblemente
maravillosa.

Esto es lo que el Padre hace. El Padre es glorificado cuando Él


camina de las hileras de Sus hijos, y cuando Él ve el fruto, la
gloria de Dios está en el despliegue de Su propio fruto a través
de nosotros. Dios es glorificado cuando damos fruto, es como
Mateo 5:16, “Así brille vuestra luz delante de los hombres”, es
una metáfora diferente, misma idea. “Así brille vuestra luz
delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras,
y hagan” ¿qué? “glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos”. Esa gloria va para Dios. Es tan simple como esto, para
un creyente, un creyente verdadero, usted no es la explicación
de su vida, usted no es la explicación. La gente podría estar
ahí tratando de entender porque es usted como es, no hay una
respuesta humana, no hay una respuesta humana. No hay
explicación humana que explique quien soy. Yo no soy la
explicación de mi vida. Dios en mí es la explicación de mi vida.

Si hay algún amor en mí, es el amor de Cristo que ha sido


derramado en mi corazón. Cualquier amor trascendente, más
allá del amor humano, más allá del amor normal, es el amor
de Cristo derramado en mi corazón. Si hay algún gozo en mí,
cualquier gozo inalterable, cualquier gozo que nunca es
tocado, cualquier gozo que trasciende todos los gozos
terrenales, es el gozo de Cristo en mí. Si hay alguna paz en mí,
cualquier paz en medio de asuntos horrendos, si hay alguna
tranquilidad en mí, que es inexplicable, es la paz de Cristo que
sobrepasa todo entendimiento. Si hay alguna gentileza o
mansedumbre en mí, si hay alguna humildad en mí, es la
gentileza y la mansedumbre de Cristo en mí. Si hay alguna
verdad en mí, es la verdad de Cristo en mí. Cualquier sabiduría
en mí, es la sabiduría de Cristo en mí. Yo no soy la explicación
de mi vida, Él lo es.

Ahora, el beneficio de esto, beneficio increíble, simplemente


un beneficio increíble. De regreso a ese mismo versículo,
versículo 8, “Y seáis así, mis discípulos”. El beneficio es que
sé que soy un creyente. ¿Cómo sé que soy un creyente?
¿Cómo sé eso? porque yo no puedo explicar mi vida. Yo no
puedo explicar mi amor, no puedo explicar mi paz, mi gozo, mi
conocimiento, mi sabiduría, mi entendimiento, mi utilidad. No
puedo explicarme a mí mismo a nivel humano. No puedo, no
puedo. Algo está pasando en mí que no tiene explicación a
nivel humano. Entonces, veo mi vida y tengo certeza de que
soy un pámpano verdadero porque veo todo este fruto. Todo
el fruto del que hablamos la semana pasada.
Vaya a 2 Pedro 1. Pedro habla de virtud aquí, en primer lugar,
en el versículo 4. 2 Pedro 1:4, él dice, “Hemos llegado a ser
participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la
corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia.” Entonces, hemos sido transformados,
salimos de lo corrupto a lo incorruptible. Nos hemos
convertido en participantes de la naturaleza divina, eso es
Dios en nosotros, la vida eterna en nosotros. Y como resultado
de eso, como resultado de eso, hemos sido librados de la
corrupción en el mundo a causa de la concupiscencia. Ahora
que estamos permaneciendo, ¿qué hacemos? ¿simplemente
nos sentamos ahí? No. Nos ocupamos, y profundizamos esa
permanencia.

¿Cómo hacemos eso? poniendo toda diligencia, versículo 5,


toda diligencia. “Añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud,
conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio
propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto
fraternal; y al afecto fraternal, amor.” ¿Qué hacemos?
Cultivamos eso en nosotros. Y el resultado, si eso sucede,
“porque si estas cosas”, vean el versículo 8, “están en
vosotros y abundan”, más fruto, mucho fruto, “no os dejarán
estar ociosos ni sin fruto, en cuanto al conocimiento de
nuestro Señor Jesucristo.”

Usted ve su vida y usted sale y hace ministerio; y es diligente,


en probar su fe; y saliendo en fe; y siendo moralmente puro, y
excelente; y teniendo conocimiento sano, y ejerciendo
dominio propio; y perseverando en la verdad; y la obediencia
y la piedad; y el amor fraternal; y el amor. Si usted busca esas
cosas, usted no estará ocioso ni sin fruto. Y entonces verá a
su vida, y dirá, ¡Mira mi vida! ¡Mira la utilidad! ¡Mira el fruto! Si
usted no hace eso, el versículo 9 dice, “Pero el que no tiene
estas cosas, tiene la vista muy corta, es ciego”, y usted va
olvidar la purificación de sus antiguos pecados. Usted va a
perder el toque con su condición o estado verdadero. Un
creyente desobediente, un creyente pecaminoso, un creyente
irresponsable puede ser un pámpano verdadero, pero perder
toque con esa realidad.

“Por lo cual”, versículo 10, “Hermanos, tanto más procurad,


haced firme vuestra vocación y elección”, no estar cierto, para
Él, él sabe, pero ¿cómo sabe usted? bueno, mientras usted
practica estas cosas, usted nunca va a tropezar en la duda.
Nunca. Usted va a salir rugiendo, entrando al reino eterno de
nuestro Señor Jesucristo, en el futuro. Sea diligente, sea
diligente. Si usted es diligente en ser fructífero, usted va a
tener certeza, y usted va a vivir con lo que Pedro dice en 1
Pedro 1, “lo que es más precioso que el oro, la prueba de su
fe”.

Entonces, el pámpano verdadero, es bendecido con salvación,


santificación, provisión mediante oración respondida, y
certeza. Dos más. Número cinco: amor. Esto va a ser rápido,
va a ser rápido. Amor, versículos 9 y 10. Nuestro Señor usa
palabras que nos son conocidas, “Como el Padre me ha
amado, así también yo os he amado, permaneced en mi amor.
Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor,
así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y
permanezco en Su amor”. Para nosotros, una afirmación en el
versículo 9, “Permaneced en mi amor, permaneced en mi
amor. Quédense en el lugar de mi amor.”
Judas lo expresó de esta manera, Judas 21. “Conservaos en
el amor de Dios”. ¿Qué quiere decir con eso? quédense en
donde puedan ser bañados con el amor de Él. Quédense en
donde puedan ser bañados con su amor. No se salgan del
círculo, en donde su amor es derramado. Bueno, ¿cómo se
queda usted en ese círculo? ¿cómo hace eso? Usted lo ama
de regreso. ¿Cómo demuestra ese amor? Regrese al 14:15, “Si
me amáis, guardad mis mandamientos”. Versículo 21,
capítulo 14, “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, es
el que me ama. Entonces, es bastante claro, y lo volvemos a
ver en el versículo 10 del capítulo 15, “Si guardareis mis
mandamientos, permaneceréis en mi amor”.

Entonces, ¿cómo se queda usted en el lugar en donde usted


puede recibir abundantemente el amor divino? ¿Siendo, qué?
obediente. Sea obediente. Usted es un pámpano que
permanece. Usted está conectado. Usted tiene esa vida eterna
viviendo en usted. Quédese en el lugar en donde usted pueda
recibir la máxima cantidad de amor. Sale usted de ese círculo,
y usted va a ser disciplinado, usted va a recibir disciplina, va
a tener problemas, pruebas, todo hijo que el Señor ama ¿qué?
Él disciplina. Capítulo 17, al final, conforme Jesús hizo esa
gran oración, versículos 25, 26 él dijo, “Oh Padre Justo, aunque
el mundo no te ha conocido, yo te he conocido. Y estos han
conocido que Tú me enviaste, y les he dado a conocer Tu
nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con el que
me has amado esté en ellos, y yo en ellos.”

Esta es una cosa increíble, que el amor mismo que el Padre


tiene por el Señor Jesucristo, es el amor que Jesús ora que el
Padre ponga en nosotros. Esto es amor más allá de la
comprensión. Capítulo 13, versículo 1 dice, “Habiendo amado
los suyos que estaban en el mundo, él los amó hasta el
máximo nivel”, al máximo. Él los amó tan infinitamente como
Dios es infinito. Su amor hacia nosotros es sorprendente, es
perfecto, es incondicional, es soberano, en que lo amamos
porque Él nos amó primero, no falla, es eterno, es sacrificial,
es de gracia, es misericordioso, es generoso, es abundante, y
es inquebrantable, “nada jamás nos separará del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús”. Romanos 8.

Su amor es derramado en nosotros y el diluvio básicamente


está conectado a nuestra obediencia. Entre más obedece
usted, más usted es inundado con amor divino. ¿Y quien es el
ejemplo de obediencia? Versículo 10, “Así como yo he
guardado los mandamientos de mi Padre, permanezco en su
amor.” Jesús obedeció perfectamente al Padre, y el Padre
derramó amor divino, perfecto en el él. Entre más somos como
Cristo, más del amor de Dios experimentamos. Entre más
seguimos la obediencia de Cristo, más abundante el amor de
Dios se vuelve en nosotros.

Es algo sorprendente vivir una vida cristiana por mucho


tiempo y simplemente vivir en las realidades abundantes de
las que estamos hablando, tener salvación. Algunos
beneficios de tener la edad que tengo, haber tenido salvación
y ver santificación, y ver oraciones respondidas, y entender
que soy un pámpano verdadero, permaneciendo en la vid
verdadera, que la Trinidad vive en mí, debido al fruto. Y,
después, a ver que he vivido tantos años en el amor de Dios,
simplemente derramado en mí. Increíble.
Entonces, esto es un pámpano verdadero. Este es un creyente
verdadero. Salvo, santificado, con una conexión directa a Dios,
para lo que está en el corazón de Él, de Dios, certeza, e
inundado de amor. Hay una bendición de beneficio final. Y ese
es gozo. Versículo 11. Gozo. “Estas cosas” refiriéndose a todo
lo que acaba de decir en los diez versículos anteriores, “estas
cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y
vuestro gozo sea cumplido”. Si hay algún amor en mí, es el
amor de Cristo. Si hay alguna paz en mí, es su paz. Si alguno
gozo en mí, es su gozo. Porque yo soy un participante de la
naturaleza divina. Les estoy diciendo todas estas cosas a
ustedes, para que ustedes tengan mi gozo, y que el gozo de
ustedes pueda ser cumplido. Estas son buenas noticias para
los once. Escuchen, la vida cristiana no es una vida de rigidez,
restricción, refreno, privación, esto no es legalismo infeliz,
esto no es algún tipo de experiencia horrenda de tener que
producir, hacer lo que tenemos que hacer, sin gozo. Esto es
vivir como las Escrituras dicen, “gozo inefable”, “gozo
inefable”. Gozo que ni siquiera puede ser expresado. Él dice
en el capítulo 16, versículo 22, “ahora tienen tristeza, pero los
volveré a ver, y su corazón se regocijará y nadie les va a quitar
su gozo”.

Todas estas cosas son permanentes. Una salvación


permanente, una santificación permanente, acceso
permanente al trono de Dios, para todo lo que es necesario.
Certeza permanente, amor permanente, gozo permanente.
Juan retomó esto cuando él escribió su primera epístola.
Capítulo 1, versículo 4, él dijo, “Estas cosas os he escrito para
que vuestro gozo sea cumplido”. Usted tiene una alternativa,
usted puede darse la vuelta y hacer lo que Judas hizo, usted
puede alejarse, alejarse de la salvación, alejarse de la
santificación, de la justicia. Alejarse de la oración respondida,
usted puede alejarse de la seguridad y la certeza de saber que
usted pertenece al Señor. Usted puede alejarse del amor
abundante, divino. Y usted se puede alejar del gozo eterno.
Usted puede hacer eso.

Usted puede alejarse de que todo eso sea perfeccionado en el


cielo, y un día oír las palabras del Señor, “Entra en el gozo de
tu Señor”, cuando usted entre en el gozo eterno. Usted puede
alejarse de todo eso, Judas lo hizo, Judas lo hizo. Pero si usted
se aleja, hay advertencias, vea el versículo 2. “Todo pámpano
que en mí no lleva fruto, lo quitará”. Y después, versículo 6, “El
que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano,
y se secará y lo recogen, y los echan en el fuego, y arden”.
Jesús dijo mucho más del infierno, de arder eternamente en
el infierno, de lo que él habló del cielo.

Usted puede alejarse, Judas se alejó, y Jesús dijo que se fue


a su propio lugar. Su propio lugar fue el infierno. Él se alejó de
la presencia de Dios, y él está ahí, y estará ahí para siempre.
Esa es la opción, no hay punto medio. “Los echan en el fuego
y arden”, no necesitamos explicar eso. El Nuevo Testamento
describe el infierno, tinieblas eternas, lloro, crujir de dientes,
fuego, remordimiento, quemar, arder, lugar horrible. Podemos
tomar esa decisión. Pedro obviamente entendió esto y
escribió estas palabras, “Si después que han escapado las
contaminaciones del mundo mediante el conocimiento del
Señor y Salvador Jesucristo”, él tiene que estar pensando en
Judas. “Escapan la contaminación”, se refiere, se han salido
del mundo, han entrado a la esfera de Cristo, se han metido en
su mundo, al mundo de Cristo. Si han hecho eso, y se enredan
otra vez en ellas, son vencidos, su postrer estado viene a ser
peor que el primero. ¡Wow!

“Porque mejor les hubiera sido, no haber conocido el camino


de la justicia, y después de haberlo conocido, volverse atrás
del santo mandamiento que les fue dado. Es como un perro
que vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el
cieno”. No se vaya, quédese. Todas las promesas son para
aquellos que permanecen.

Padre, te damos gracias porque nos has dado Tu palabra.


Gracias por su aliento para nuestros corazones, como
también su advertencia. Entendemos la seriedad de Tu
palabra. Gracias Señor, por la claridad inescapable con la que
has hablado de un asunto que es más importante que
cualquier otro, tanto en el tiempo como en la eternidad. Señor,
toma esta verdad y aplícala a corazones, que lleve a cabo tu
obra, a tu manera, para tu gloria, tu honra, tu reino, ese es
nuestra oración. Habla a los corazones de aquellos que quizás
únicamente estén conectados superficialmente, y Señor,
concédeles una fe verdadera y salvadora, arrepentimiento
verdadero, y vida verdadera y eterna.

Esclavos y amigos de Jesús, 1ª Parte


Juan 15:12-17

Hemos estado en el capítulo 15 de Juan, entonces,


regresemos ahí. Juan capítulo 15, llegamos a una conclusión
de los once versículos de apertura de este capítulo, y ahora
llegamos a los versículos 12 al 17. Versículos 12 al 17. Esta
es una porción maravillosa de las Escrituras, está llena de
instrucción significativa para nosotros. Mientras, que usted
en cierta manera está llegando a ese texto en particular, y
antes de que se lo léalo. ¿Qué pensaría a usted, si alguien
viniera a usted y le dijera, puedes ser mi amigo? Puedes ser
mi amigo, quiero invitarte a que seas mi amigo, pero hay una
condición, para que seas mi amigo tienes que hacer todo lo
que yo te pido que hagas. ¡En serio!

Ni siquiera usted puede imaginarse que alguien trate de iniciar


una amistad con un comentario así. Cuando pensamos en
amistad pensamos en igualdad, pensamos en una especie de
comunicación cara a cara. No pensamos en jerarquía, no
pensamos en demandas y mandatos, y sumisión y autoridad.
No pensamos en la amistad de esa manera. Pero esa realidad
más bien extraña, de que puedes ser mi amigo si haces todo
lo que te digo, es exactamente lo que Jesús dice en este
pasaje. Quiero que seas mi amigo, pero si esperas ser mi
amigo, entonces debes hacer todo lo que pido de ti.

Veamos el texto en el versículo 12. “Este es mi mandamiento,


que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene
mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya
no os llamaréis siervos, porque el siervo no sabe lo que hace
su señor, pero os he llamado amigos. Porque todas las cosas
que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis
vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y es puesto para
que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca, para
que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo de.
Esto os mando, que os améis unos a otros”.
Parece extraño, al llamar a la gente amigos, seguir, repetirles
mandatos. Pero eso es exactamente lo que nuestro Señor
hace. Ahora, simplemente para que usted sepa en donde
estamos en este texto en particular, nos encontramos de
nuevo en una noche como ninguna otra. Es la noche del jueves
de la última semana de la vida de nuestro Señor, el viernes
moriría en la cruz. Este es el jueves. La tarde entera ha sido
pasada con los discípulos, todos estuvieron ahí al principio,
todos los doce, para la comida de la Pascua en el aposento
alto. Ahora que esa comida ha terminado, Judas ha sido
despedido. Satanás habiendo entrado en él, él ahora se ha ido
para reunir a la fuerza que vendrá al huerto, para arrestar a
Jesús y colocarlo en la cruz al día siguiente. Los once
permanecen.

Han dejado el aposento alto donde comenzaron en el capítulo


13, y ahora, van caminando por la oscuridad dirigiéndose al
huerto, en donde él pasará algún tiempo en oración, y después
será arrestado. Es una noche sorprendente. Fue la última
comida oficial, legitima, autorizada, la noche fue marcada por
la realidad horrible de Satanás y Judas. Pero más allá de eso,
nuestro Señor durante todas las horas, como se ha registrado
en los capítulos 13, 14, 15 y 16, ha estado haciendo promesas
sorprendentes, asombrosas, a sus discípulos. Él les ha estado
algunas advertencias a lo largo de este proceso, pero
primordialmente estas son palabras de grandes, grandes
promesas. Conforme caminan, el Señor una vez más, les da
una promesa sorprendente. “Si hacen lo que digo, pueden ser
mis amigos.”
Realmente, hay una realidad que domina esta noche entera.
Está registrada en los capítulos 13, 14, 15 y 16. Y después, su
oración esa noche, en el 17. Entonces, es un bloque enorme
del Nuevo Testamento que distingue esta noche, pero lo que
realmente distingue esta noche es amor. Realmente es una
noche de amor incomparable, sin paralelos, que culmina el día
siguiente en el acto más grande de amor, el Señor entregando
su vida por los suyos. Y él lo dijo, ¿no es cierto? Ningún
hombre tiene mayor amor que este, que un hombre ponga su
vida por sus amigos. Realmente, es una noche de amor.

Si usted regresa al capítulo 13, donde todo comenzó, ellos


llegaron a ese aposento alto, y Jesús sabía que su hora había
llegado, la hora de su muerte, y que él estaría partiendo del
mundo al Padre, y dice el versículo 1, “Habiendo amado a los
suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el límite. Él los
amó al máximo nivel, los amó por así decirlo, al límite de la
capacidad de Dios de amar, lo cual es ilimitado. Todo tiene
que ver con amor. Y el amor entonces se convierte en la
realidad que está detrás de todas sus promesas, todas sus
advertencias. El amor es lo que es caracterizado aquí. Ahí en
el versículo 23, Juan inclusive se identifica a sí mismo, como
el discípulo a quien Jesús amaba. Y en ese capítulo 13, en el
versículo 34, leímos que nuestro Señor dijo, “Un mandamiento
nuevo os doy, que os améis unos a otros, así como yo os he
amado a vosotros. Que os améis unos a otros. Por esto todos
los hombres sabrán que son mis discípulos, si os amáis unos
a otros.

Y después en el capítulo 14 de nuevo, en el versículo 21, “El


que tiene mis mandamientos y los guarda, él es el que me
ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré
a él, y me descubriré a él.” Y de nuevo en el versículo 23, “Si
alguno viene a mí, él guardará mi palabra, y mi Padre le amará,
y vendremos a él, y haremos nuestra morada con él”. Y de
nuevo en el versículo 28, “Si me habéis amado, os habréis
regocijado porque voy al Padre”. Todo tiene que ver con el
amor. Después, en el capítulo 15, recuerde el versículo 9, “Así
como el Padre me ha amado, también os he amado”.
“Permanecer en mi amor”, en el versículo 10, “Si guardáis mis
mandamientos permaneceréis en mi amor, así como yo he
guardado los mandamientos de mi Padre, y he permanecido
en Su amor”.

Y nuestro Señor, entonces, en el capítulo 17 ora esta oración


porque Dios Padre cumpla todas las promesas que él ha
hecho, y las concluye al final del 17, en los versículos 25 y 26
con esta afirmación final, “Oh Padre Justo, aunque el mundo
no te ha conocido, yo te he conocido. Y estos han sabido que
tú me has enviado. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo
daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado,
esté en ellos y yo en ellos”. Esta es una noche de amor. Esta
es una noche de amor, como ninguna otra noche jamás. Aquí
es en donde el amor de Dios es prometido a través de Cristo,
a todos los que le pertenecen a él. El amor está detrás de todas
las promesas.

El amor está detrás de todas las advertencias. El amor está


detrás de todos los mandamientos. El compartió su amor al
lavar sus pies sucios de una manera humilde. El compartió su
amor al bañarlos con la promesa de vida eterna, paz, gozo,
presencia divina para siempre, justicia, oración respondida,
certeza, todo lo que jamás necesitarían, su enfoque está en el
amor, pero el amor llega a su punto más elevado en los
versículos que acabo de leer, 12 al 17. Y el punto elevado,
claro, es el versículo 13. “Nadie tiene mayor amor que este,
que uno ponga su vida por sus amigos”.

En este párrafo, que acabamos de leer, el Señor expresa su


amor y manda a sus discípulos a amarlo y amar a otros, a vivir
en amor. El Padre ama al Hijo, el Hijo ama al Padre, el Padre y
el Hijo nos aman. Debemos amarlos y amarnos unos a otros.
El amor define esta relación. Pero es un tipo de amor
excepcional, y hay una manera extraña más bien extraña en
la que esta relación es descrita aquí. Porque en el versículo
14, leemos, “Nosotros sois mis amigos”, pero en el versículo
15, dice, “Ya no os llamaré siervos”. Ya no meramente, o
únicamente los llamaré siervos o esclavos, porque el esclavo
no sabe lo que hace su señor, pero os he llamado amigos,
porque todas las cosas que he oído de mi Padre, os las he
dado a conocer. Él identifica a los discípulos como esclavos
que también son amigos.

Ahora, esto podría parecerle algo extraño para usted porque


no tenemos ningún esclavo en Estados Unidos, y en el mundo
moderno la esclavitud es una especie de realidad horrenda
que rechazamos. No estamos acostumbrados a ese tipo de
concepto, ese tipo de estructura social. Sabemos de amigos,
y los amigos, de manera típica en nuestra sociedad son
personas que normalmente tienen una relación algo torpe y
frívola, algunas veces profundiza en algo que va más allá de
eso. pero esta es una nueva realidad dinámica. ¿Esclavos, que
también son amigos? Por cierto, la Biblia en ningún lugar
condena la esclavitud como una estructura social, en ningún
lugar, condena todo abuso de la esclavitud, así como condena
todo abuso de toda estructura social. Todo pecado. Todo acto
malo. Todo maltrato es condenado, pero la esclavitud en sí
misma, no solo no es condenada, es elevada como una
estructura espiritual en la que entendemos nuestra relación
con el Señor. Somos esclavos que nos hemos convertido en
amigos.

Ahora, dice usted. ¿Cómo es posible que eso pueda ser así?
Bueno, permítame ayudarle. En las cortes romanas, y en las
cortes orientales, como también ahí en el mundo antiguo, la
esclavitud era común. No tenía que ser mala. Para algunas
personas la esclavitud era la mejor de todas las posibilidades,
porque eran cuidados juntos con su familia durante toda su
vida. Muchos de ellos eran tan amados y tan bien cuidados
que podían acercarse a su amo, y decir, ‘me gustaría servirte
de por vida’. En el Antiguo Testamento retrata, colocaban su
oído en contra de un poste, y lo que hacían es que perforaban
el oído, y eso indicaba que este era un esclavo voluntario de
por vida.

Bueno, en la corte de los emperadores romanos, digamos,


habían muchos, muchos esclavos. Habían tanto como doce
millones de esclavos, y ese podía ser un numero bajo en el
mundo antiguo. Y los esclavos hacia todo. No nada más
hacían tareas insignificantes, hacían todo, toda profesión,
toda tarea, todo que podía ser hecho por esclavos,
literalmente estaban en todos los niveles de la sociedad en
términos de función. Eran excepcionales, porque eran
poseídos por alguien. Pero habían algunos esclavos que
habían llegado a un nivel muy elevado, y se habían convertido
en amigos del rey. Amigos del Emperador, amigos del Cesar,
todo mundo entendía eso. Mire, los reyes necesitan esclavos,
habían esclavos que tenían acceso al rey, porque confiaban
tanto en ellos, porque eran tan fieles, tenían tanta fidelidad,
eran tan responsables, estaban tan preocupados por hacer lo
que se les decía que hicieran, habían subido por la escalera
social. Se habían ganado la confianza a tal grado, de sus
amos, que se habían convertido en amigos íntimos del rey.

Leemos acerca de estos esclavos que tenían el derecho de


entrar al aposento de la cama del rey, de tal manera que eran
los últimos que lo veían de noche, y los primeros que lo veían
en la mañana. Cuidaban de sus necesidades más íntimas, a
un nivel muy personal. Estaban tan bien familiarizados con él
que literalmente se les confiaba la vida de él, de él. Se habían
convertido en protectores de su vida, conocían sus temores
porque estaban familiarizados de manera íntima con él, en
toda situación informal. Conocían sus pensamientos,
conocían sus esperanzas, sus gozos, sus ambiciones, Es muy
probable que conocían sus planes. Conocían mucho más
acerca de este rey que cualquier otra persona que lo conocía
o se reunía con él a un nivel formal.

Cualquier estadista, cualquier político, cualquier noble,


cualquier general, no conocía lo que estos amigos íntimos del
rey conocían. Estos esclavos que le quitaban sus sandalias, y
le vestían de su atuendo para dormir, y estaban ahí en la
mañana para sacarlo de la cama, para ayudarle para
prepararse para el día, conocían más de lo que sus esposas
conocían, porque el matrimonio era una conveniencia y las
concubinas únicamente eran para placer sexual. Y a los hijos
no necesariamente se les daba la atención de sus padres,
importante, de cualquier manera. Uno podría decir que estas
eran las personas intimas en la vida de un monarca. Eran las
personas más cercanas, más personales, más privadas en su
mundo. Y tenían que ser dignas de confianza. Tenían que
confiarle su vida, tenían que confiarle sus pensamientos,
tenían que confiarle sus planes, tenían que confiarle sus
metas y objetivos. Y si usted era un amigo del rey, si usted era
un esclavo que era un amigo, usted era de todos los hombres,
de los más favorecidos. Y usted puede entender por qué.

Por cierto, la palabra amigo, en el griego es philos, es el del


verbo griego phileo lo cual significa ‘amar’. Amar, tener afecto
por, Jesús dice, “vosotros sois mis amigos”, esclavos que son
amados. Ustedes son esclavos que me conocen de manera
intima. Regrese al versículo 15, “los llamo amigos, aunque
son esclavos porque todas las cosas que oí de mi Padre, os
las he dado a conocer”. No hay secretos, no hay secretos, les
contaré todo. Todo lo que el Padre ha revelado, se los cuento
a ustedes. Ustedes me conocen mejor de lo que cualquier
persona me conoce. Ustedes me conocen al nivel más íntimo.
Es un retrato magnífico del creyente, quien es un esclavo, pero
elevado a un nivel íntimo de ser amado de manera única, y de
confiar en él.

Y a nosotros, el Señor nos ha dado todo lo que el Padre le ha


contado. Él no guarda secretos de nosotros. Qué manera tan
sorprendente de entender nuestras vidas cristianas. Dice
usted, ‘Espera un minuto, ¿no hay secreto?’ No. Usted tiene la
mente de Cristo. Él ha revelado todo aquí, no ha retenido nada.
Cuan bendecido soy yo, de poder decir, ‘Soy amigo, del Rey de
reyes, y el Señor de señores. Y él no me ha guardado ningún
secreto. Todo lo que el Padre ha revelado él me lo ha dado.
¡Qué privilegiado soy!’ Esta es una amistad real, esta es una
relación verdadera.

Ahora, cuando hablamos de esclavos que son amigos.


Estamos entrando en un concepto que es extraño inclusive
para el mundo evangélico. Fue en el año 2010, que escribí un
libro y el título del libro fue “Esclavo”. Algunos de ustedes han
visto el libro, algunos de ustedes lo han visto, Esclavo. Tuve
dificultades con que la casa de publicaciones aceptara el
título, y tuve aún más dificultades con que aceptaran el hecho
de que iba a exhibir algo que se había encubierto por mucho
tiempo, algo que se había encubierto por siglos tratando de
cubrir el hecho de que los cristianos son esclavos. Escribí el
libro para exhibir aquello que se había encubierto, el esfuerzo
que se había llevado a cabo por siglos para esconder esta
realidad esencial de que como cristianos somos esclavos de
Cristo. Esclavos que somos amigos muy íntimos del rey.

Ahora, permítame ayudarle a entender, quiero presentarle dos


puntos esta mañana, va a tomarme un rato, pero únicamente
voy a presentarle dos. Punto uno, Jesús es Señor, punto dos,
usted es su esclavo. Eso es lo único que quiero decir. Punto
uno, Jesús es Señor. Esa es la confesión básica, sustancial
del cristianismo. Si usted dice que es cristiano, entonces
usted inmediatamente usted diría Jesús es Señor. Eso es lo
que aparta a un cristiano, Cesar no es señor, y por cierto en el
mundo antiguo todo mundo estaba confesando que Cesar es
señor, Cesar es señor, Cesar es señor. Y vinieron estas otras
personas diciendo, ‘No, Cesar no es señor. Jesús es Señor y
somos esclavos de Jesús. Y somos amigos íntimos de él.’

Usted inclusive, ni siquiera puede ser un cristiano, a menos


que confiese que Jesús es Señor. Romanos 10:9-10, “Que, si
confesares con tu boca que Jesús es Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo”,
¿verdad? Y usted no puede hacer eso solo. 1 Corintios 12:3,
“Ninguno puede llamar a Jesús, Señor, excepto por el poder
del Espíritu Santo”. Esa es una realidad absoluta, esa es una
confesión y creencia esencial, demandada, requerida y
demanda sumisión de corazón. Usted quizás no haya
entendido eso antes, pero permítame ayudarle con eso. La
realidad del señorío de Cristo ha sido oscurecida y eclipsada
a lo largo de los siglos, por los traductores del Nuevo
Testamento, inclusive el Antiguo, que han alterado la palabra
‘esclavo’. Realmente es un encubrimiento sorprendente,
sorprendente, ¡sorprendente!

Pero comencemos con Jesús es Señor, esa es la confesión


cristiana. Es la palabra kurios, kurios. Esa es la palabra ‘señor’.
Significa, uno que tiene poder, posesión y autoridad absoluta.
Ese es un señor. Es usada setecientos cincuenta veces en el
Nuevo Testamento, y su significado no se cuestiona. Hay un
sinónimo de kurios, el sinónimo es despotes. Despotes, lo
cual significa gobernante absoluto, de lo cual usted obtiene la
palabra en inglés, déspota. Lo usamos como adjetivo, alguien
que es un gobernante déspota. Cuando decimos eso, nos
referimos a alguien que es un gobernador unilateral. Eso es lo
que déspota significa.
Jesús, en el pequeño libro de Judas es llamado, “Amo y Señor”,
versículo 4. Despotes y Kurios. Cuando el Nuevo Testamento
se refiere a Jesús, primordialmente, se refiere a él como
Kurios, Señor. Por ejemplo, se hace referencia a nuestro Señor
noventa y cuatro veces en el libro de los Hechos. Noventa y
dos de las noventa y cuatro, él es llamado Señor. En dos, él es
llamado Soter, Salvador. El señorío de Cristo, es declarado
claramente a lo largo del Nuevo Testamento entero. Él es
Kurios, gobernante soberano, él es Despotes, gobernante
absoluto.

Entonces, cuando usted dice, Jesús es Señor, usted no lo está


identificando solamente como deidad, aunque él es eso. Usted
no lo está identificando en una especie de manera abstracta,
como la figura religiosa más importante, cuando usted dice
Señor, esa es terminología de esclavos. Esas son palabras de
esclavos, usted está diciendo, ‘él es el amo con poder absoluto
y dominio absoluto’. Esa palabra seria usada para describir a
un dueño de esclavos, él es señor. Es algo tan raro, conforme
miro hacia atrás en mi vida, darme cuenta que he estado
tratando durante décadas de hacer que los cristianos
evangélicos entiendan que Jesús es Señor.

Por mucho tiempo fue una teología del señorío y estaba


escribiendo libros, “El Evangelio según Jesucristo”, “El
Evangelio según Los Apóstoles”, tratando de mostrar que
teológicamente y bíblicamente Jesús es Señor. Pero ahora la
iglesia es mucho más informal, y esta menos interesada en
teología. Y hablando en términos prácticos, en los
evangélicos, hay un sentido muy débil en el que confiesan que
Jesús es Señor, realmente tiene que ver conmigo. Realmente
le han quitado el aire de la cultura. La iglesia es una asamblea
de personas que creen que están ahí para decirle a Dios lo que
Él necesita hacer por ellos, o para ellos, lo que Él necesita
darles a ellos. Es una especie de algo así como, ‘Yo soy señor,
y tú eres el genio. Yo froto la lámpara mágica, tú actúas’. No
creo que hay un esfuerzo para probar esto escrituralmente,
pero simplemente hay una indiferencia hacia la teología. Es
una especie de, no reconocer en términos prácticos a Cristo
como Señor, Soberano absoluto.

Digo, Jesús lo dijo de esta manera, “¿Por qué me llamáis


Señor, y no hacéis lo que yo digo?” Esto es ridículo. No me
puedes llamar Señor y después no hacer lo que te digo que
hagas. Y esa es la razón por la que, por ejemplo, en Lucas 9,
usted se acuerda de ese texto conocido, también aparece en
Mateo. Lo vemos mucho, Lucas 9:23, “Si alguno quiere venir
en pos de mí, debe negarse a sí mismo.” Usted ya acabó con
usted, usted no está a cargo, sus ambiciones, sus planes, sus
deseos, sus metas, sus posesiones, sus relaciones, todas son
hechas a un lado. Usted se niega a sí mismo.

Podría significar que usted odie a su padre, su madre,


hermano, hermana, u odie a su propia vida. Podría significar
abandonar sus posesiones, dejar todo. Usted quizás no puede
llegar a casa y decir adiós a la familia. Ir a casa y cuidar de
todas las cosas, como los discípulos en Lucas querían
hacerlo. Más vale que calcule el costo, más vale que entienda
lo que él está diciendo. Usted está diciendo, ‘Tú eres Señor’.
Eso significa, tú eres el gobernante absoluto de mi vida.

Entonces, el significado obvio de seguir a Cristo, es debe


negarse a sí mismo. Otra manera de decirlo está en el
versículo 24 de Lucas 9, “Todo aquel que quiera salvar su
vida…”, ¿qué? “…la perderá.” Usted la deja en su totalidad.
Usted ya no está a cargo, usted no está control, eso es lo más
básico. Señor, Despotes. Amo, Señor, Gobernante. Palabras
muy fuertes, muy osadas. Un amo y un soberano, con dominio
absoluto, esas son palabras de esclavo. Y, por cierto, en donde
quiera que había un kurios, habían esclavos. En donde quiera
que había un despotes, un amo, habían esclavos. Si usted era
señor, entonces era señor porque usted tenía esclavos. Y si
usted era un esclavo, usted era un esclavo porque tenía un
señor, o un amo. Uno, de manera axiomática, implica el otro.
Nadie es señor sobre nadie, y nadie es un esclavo de nadie.

Si Jesús es Señor, y usted lo llama ‘Señor’, entonces él tiene


un derecho de hacerle la pregunta de Lucas 6:46, “¿Por qué
me llamáis Señor, y no hacéis lo que digo?” porque Señor
significa, monarca absoluto. Entonces, punto número uno,
Jesús es Señor. Kurios. Setecientas cincuenta veces de
nuevo, eso es usado en el Nuevo Testamento, es inescapable
lo que significa, significa que él está a cargo. Ese es el punto
uno.

Punto dos. Los cristianos son esclavos. Los cristianos son


esclavos, somos esclavos de nuestro Señor. De nuevo le
recuerdo, la Biblia no aprueba la esclavitud, no establece la
esclavitud, no condena la esclavitud, reconoce que es y ha
sido una estructura social y ataca todo abuso injusto de todo
tipo de relación, incluyendo esa. No obstante, el
reconocimiento que esa podría ser para algunas personas, la
mejor relación posible, porque usted es comprado, y poseído
y cuidado, y protegido, y provisto y recompensado y amado.
Hay una seguridad en esa relación, que no existe afuera de
ella. Pero en el caso de la realidad espiritual, Jesús es el Señor,
Kurios, nosotros somos esclavos, Dulos.

Ha oído usted eso, dulos, ¿qué significa dulos? esclavo. Es lo


único que significa, por favor, eso es lo único que significa.
Dulos significa esclavo. Aparece ciento treinta veces en el
Nuevo Testamento, ciento treinta veces la palabra esclavo
aparece en el Nuevo Testamento. Ahora, sé que usted va a
correr a su Nuevo Testamento, usted va a buscar las ciento
treinta, quiero advertirle, ‘No las va a encontrar, no las va
encontrar’. Puede sacar su concordancia y no las va a
encontrar, ¿por qué? Porque casi en todas esas ocasiones,
son traducidas por una palabra diferente. Son traducidas,
siervo, o consiervo. ¿Por qué? la palabra significa ‘esclavo’.

Eso es lo único que significa, eso es lo único que siempre ha


significado.

Un esclavo es alguien que es comprado y poseído. Un esclavo


era alguien que no tenía derechos personales, no tenía
posición legal, no podía ir a la corte, no podía poseer
propiedad, no tenía libertad, no tenía autonomía. Eso es muy
diferente de ser un siervo. Un siervo es alguien que hace algo,
sirve. Un esclavo es alguien que es algo. Hay seis palabras en
el idioma griego para siervo, y describen todo tipo de
funciones que la gente hace. Un no esclavo podía servir, un
esclavo podía servir. El servicio no habla de la realidad de su
situación, únicamente habla de su función. Pero cuando usted
usa dulos, si querían traducir siervo en el Nuevo Testamento
en Biblias en inglés o en cualquier otro idioma, podrían
traducir siervo de seis maneras diferentes, por la manera en
la que la palabra es usada para describir su naturaleza.

Una palabra para siervo es ‘diácono’, lo cual significa


‘mesero’. Otra palabra para siervo es ‘huperete’ lo cual
significa un remero de abajo, alguien que jalaba los remos en
un barco. Podía ser usado metafóricamente para gente que
servía. Pero dulos no describe ninguna función, describe una
relación. Quizás el diccionario más extensivo y más respetado
de palabras griegas es Kittel, es así de grueso, está ahí en mi
repisa, varios centímetros de explicación de palabras griegas.
Esto es lo que el artículo de dulos dice, “el significado es tan
inequívoco y tan contenido en sí mismo, que es superfluo dar
ejemplos y rastrear su historia.”

Normalmente, cuando hay una palabra griega, escriben por


treinta páginas para describir todos los matices que alimentas
a una definición establecida. No con dulos. Todo mundo
siempre ha sabido lo que significaba. Lo que significó es un
esclavo. Un esclavo es alguien que es dependiente, que está
obligado, sujeto a una voluntad que no era la suya. No era la
palabra siervo, no describe una función. Pero lo que es triste
decir, sea cual sea la versión que usted tenga de la Biblia,
comenzando desde atrás con la Biblia de Ginebra, desde atrás
de la Biblia de Ginebra, desde la edad media, hubo cierto
estigma acerca de la esclavitud. Entonces, los traductores en
cierta manera, se alejaron de ‘esclavo’ a ‘siervo’, tuvo menos
estigma.

Un artículo muy interesante en una publicación teológica,


remontándose a 1966, dice esto, “Al final del siglo XIII la
esclavitud desapareció de la parte noroeste de Europa. Por lo
tanto, la esclavitud fue conocida para los hombres ingleses
del siglo XVII, por lo menos al principio de ese siglo, no como
una institución intima aceptada, sino más bien como un
fenómeno remoto. La esclavitud en sus mentes, producía el
caso extremo de un cautivo en cadenas, o cuerdas. Entonces,
sin duda alguna, quisieron evitar la implicación de crueldad
inherente en esa imagen. Pero al hacer eso, han disminuido
sin querer, la fuerza del termino bíblico en sí.

Entonces, decidieron tratar a la ligera, una palabra que


significa esclavo, y usted encontrará dulos, traducido esclavo
en algunas versiones, como lo encontramos aquí en Juan 15,
porque aquí se está refiriendo a un esclavo en sí, como una
ilustración. Cuando se refiere a un esclavo en sí, a una
ilustración de esclavo, o a un tipo inanimado de esclavitud,
como esclavitud al pecado, o a esclavitud a Dios, Romanos 6,
la traducen ‘esclavo’. Cuando se refiere a un creyente, no
hacen eso y terminan siendo normalmente traducido con
alguna forma de siervo. Algunas veces algunos lo han
traducido siervo. Pero todo es arbitrario, entonces lo que ha
sucedido es que usted lee a lo largo de su Nuevo Testamento
y usted termina con la idea de que somos siervos de Dios,
somos siervos del Señor, somos siervos del esclavo, así
pensamos. La verdad es que somos, ¿qué? esclavos,
esclavos.

Hice mi mejor esfuerzo, con un ruego largo con los traductores


de una traducción en inglés, la traducción más nueva, la
traducción estándar en inglés, para que por favor tradujeran
dulos, ‘esclavo’, de manera simple. Para mostrarle cuan
incrustada está esta idea en el Antiguo Testamento, el cual
está en hebreo, hay una palabra hebrea ebed. Es una palabra
para esclavo, aparece ochocientas veces en el Antiguo
Testamento, ochocientas veces. En una versión en inglés,
King James, una vez es traducida esclavo. Simplemente está
este alejamiento de la realidad de la idea de esclavitud. Pero
la esclavitud es lo que Dios quiso comunicar mediante esas
palabras, porque describen nuestra relación con Cristo. No
estoy libre bajo Cristo, o ¿sí? Mis libertades son definidas por
él, mis deberes son definidos por él, mis convicciones son
definidas por él, mis palabras son definidas por él, mis
acciones son definidas por él, mis relaciones son definidas
por él, todo en mi vida es definido por él.

Yo he entregado, cuando dije Jesús es Señor, he entregado


una sumisión sin aclaraciones, sin reservas, al control y
mandatos del Señor. Un siervo trabaja para alguien, un
esclavo es poseído por alguien. Y yo soy poseído, y usted
también si usted es cristiano. Yo soy propiedad de alguien,
usted es poseído por alguien, porque usted fue escogido del
mercado de la esclavitud del pecado. Y después usted fue
comprado, con el precio de su sangre preciada. Es lo que
significa seguir a Cristo. Y usted tiene que verlo así. Cualquier
cosa menos que eso, le da a usted demasiada libertad para
controlar su vida. Usted tiene que estar totalmente sometido
al que es su amo. Esta es la razón por la que es difícil entrar
al reino. Esta es la razón por la que Jesús dijo, ‘es difícil, es
difícil porque usted tiene que negarse a sí mismo.’

1 Corintios 6, Pablo dice, “No sois vuestros, por precio habéis


sido comprados”. Hechos 20, lo dice otra vez, “La iglesia de
Dios, que él compró por su propia sangre”. Está por todas las
Escrituras, 2 Pedro 2, se refiere al amo que los compró. El amo
que los compró. Me encanta lo que dice en Apocalipsis 5,
cuando vemos ese retrato de adoración en el cielo, cuando el
Hijo de Dios, el Cordero que viene y toma el libro, y toda
criatura en el cielo se postra delante del Cordero y cantan un
cantico nuevo en el versículo 9, “Digno eres de tomar el libro
y abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado y compraste para
Dios con tu sangre, hombres de toda tribu, lengua y nación”.
Tú nos compraste, tú nos compraste.

Esto no es algo fácil de comunicar. Pablo le escribió a los


Corintios, “No nos predicamos a nosotros mismos, sino a
Cristo Jesús como Señor. Y a nosotros mismos como vuestro
siervo”. No solo de él, sino esclavos de ustedes. Somos
esclavos. E imagínese que usted es un cristiano en Jerusalén,
y usted quiere predicar el evangelio. Entonces, usted va a los
judíos que no tienen esclavos y usted dice, ‘¿Sabes que, el
Jesús que tu nación rechazó y los romanos ejecutaron en una
cruz? Necesitas confesarlo como Señor, necesitas confesarlo
como Señor, y necesitas confesar que eres su esclavo,
necesitas confesar que él es el soberano, el amo soberano de
tu vida, deshacerte de tu propia voluntad, tus deseos, tus
posesiones, tus relaciones, y seguirlo, entregar absolutamente
todo, y someterte de manera total al que murió en una cruz
para pagar por tus pecados’. ‘¿Qué?, ¿debo hacer eso por
alguien que la nación rechazó y los romanos ejecutaron? Y,
por cierto, ¿él es Dios?

Imagínese que a usted ahora se le da la responsabilidad de ir


con los apóstoles al mundo gentil, y a dondequiera que usted
va, en donde la esclavitud es reconocida, pero en donde hay
un estigma, no obstante, de la esclavitud entre los libres. Y
muchos de los esclavos quieren su libertad. Y esa es la razón
por la que hubieron rebeliones de esclavos, porque había tanta
opresión, había personas que no querían nada más que
libertad, y entonces su mensaje es, ‘Los estoy llamando a ser
esclavos, de un judío crucificado, ejecutado por los romanos,
y rechazado por su pueblo’. ¿Qué tipo de mensaje es ese?

Esa es la razón por la que usted va al Circo Máximo en Roma,


he estado ahí unas cuantas veces. Usted encuentra una
pequeña estatua, y las letras se están desvaneciendo, pero, si
usted va ahí, y la ve, usted básicamente ve ahí, grabado ahí, a
un hombre con la cabeza de un asno y después postrándose
al hombre, con la cabeza de un asno y un hombre adorando y
el letrero dice, “Alexamenos, adora a su dios”. Esta es la
ridiculez del cristianismo. ¿Quién adoraría a un hombre
crucificado? Es como adorar a un burro. Fue un mensaje difícil
de propagar, en el mundo, en el mundo de Roma. Y el mensaje
no fue recibido con favor.

Y usted conoce la historia, y hablamos de manera tan


superficial del cristianismo. ¿Qué significa ser un cristiano?
Oh Jesús quiere entrar a tu vida y arreglar todo, hacerte feliz
y darte lo que quieras. Puedes tener lo que quieras, puedes
tener tu mejor vida ahora, puedes hacer lo que quieras, Dios
es tu genio. El salta y dice, ‘Te voy a dar lo que quieras’, ‘te voy
a dar todo lo que has esperado, todo lo que has soñado’. Esa
es una mentira absoluta. Es la misma cosa que el diablo le
promete a la gente. Ese es el diablo hablando. El mensaje de
la cruz es, Jesús es Señor y Amo, y si quieres seguirlo y recibir
perdón de pecados y salvación, lo confiesas como Señor, y te
conviertes en su esclavo. Y no podría haber una vida más
maravillosa que la vida de un esclavo escogido, comprado,
cuidado, amado, protegido, provisto, asegurado y
recompensado por un Amo perfecto.

Entonces, lo que la primera iglesia estaba haciendo,


básicamente era, dando invitaciones a la esclavitud. Eso
estaba pasando en el libro de los Hechos. Al principio mismo,
conforme Pedro predicó su primer sermón en Pentecostés, él
cita de Joel acerca del Espíritu Santo siendo derramado en
toda la humanidad, Hechos 2:17, “Vuestros hijos y vuestras
hijas profetizarán, jóvenes verán visiones, hombres mayores
soñarán sueños.” Inclusive, mis esclavos, tanto hombres
como mujeres, en esos días voy a derramar mi Espíritu.
Inclusive en el Antiguo Testamento, los creyentes fueron
esclavos de Dios. Y conforme predicaron el evangelio, siempre
fue ese tipo de mensaje de esclavos.

Jesús es Señor, somos sus esclavos, Hechos 4:29, “Y ahora,


observa sus amenazas, y concede que tus esclavos puedan
hablar tu palabra con todo denuedo.” Y eso es lo que usted
encuentra en las epístolas. Conforme el apóstol Pablo y los
otros escritores escribieron las epístolas, hablaron de gente
como Epafras, nuestro amado esclavo, quien también es un
siervo de Cristo. Timoteo habla de ser un esclavo. Pedro habla
de ser un esclavo. El libro de Apocalipsis llama a los creyentes
esclavos, desde el principio en el 1:1 Juan, ‘esclavo’. Hasta el
capítulo 22, al final mismo de Apocalipsis, el cual,
básicamente es lo que vamos a estar haciendo en el cielo, y
quiero que entienda esto.
Escuche Apocalipsis 22:3, este es el cielo, este es el estado
eterno, todos estamos ahí. Y dice esto, “Ya no habrá más
maldición, el trono de Dios y el Cordero estará ahí, y sus
esclavos le servirán.” Nunca vamos a hacer nada más que
esclavos. Vamos a ser esclavos perfectos, vamos a estar en
obediencia perfecta y adoración perfecta a un Señor perfecto,
en la situación más perfecta en donde él provee todo para
nosotros. Versículo 6, “Estas palabras son fieles y verdaderas,
y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado
a su ángel para mostrar a sus esclavos las cosas que deben
suceder pronto.” Entonces, el libro de Apocalipsis fue escrito
‘esclavos,’ en el primer siglo, que todavía serán esclavos en la
eternidad.

Cuando Pablo escribió sus cartas, Romanos, Filipenses, Tito,


“Pablo, esclavo de Jesucristo,” “Pablo, esclavo de Jesucristo.”
Santiago escribe, Santiago, hermano de nuestro Señor.
Santiago, él no dice “el hermano del Señor,” él dice, “un esclavo
del Señor Jesucristo.” Pedro dice, “un esclavo del Señor
Jesucristo.” Judas, “un esclavo,” Juan, Apocalipsis 1 “un
esclavo.” De nuevo, le recuerdo, todo esto es lenguaje de
esclavos, el Nuevo Testamento entero está basado en esto.
Somos escogidos, ve lo que él dijo en el versículo 16, “No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os escogí a vosotros.”
‘Fui al mercado de esclavitud del pecado, yo los escogí, los
compré, soy su dueño, cuidé de ustedes, dependen de mí, los
disciplino, los recompenso, los protejo, y me obedecen. Y me
obedecen con tanta disposición porque su corazón ha sido
cambiado, que no solo son esclavos, también son ¿qué?
amigos.’
Y no he retenido nada de ustedes, no he encubierto nada de
ustedes. Todo lo que el Padre me ha revelado, se los he dado
a ustedes. No hay secretos. ¡Wow! Digo, ¿no es esto básico?
¿acaso Jesús no dijo en Mateo 10, “un esclavo no está por
encima de su amo?” ¿cree usted que debemos decirle a Dios
que hacer? ¿usted debe decirle al Señor que hacer? Ese es el
diablo. Toda esta ridiculez podría ser entendida fácilmente, si
la Biblia de todo mundo dijera ‘esclavo’ en donde debería
decirlo. Usted puede tomar las veinte o veinte, veintidós,
veintitrés traducciones en inglés, únicamente hay dos que
traducen ‘dulos’ ‘esclavo.’ Una es la Biblia Cristiana Estándar
de Holman, producida recientemente por los Bautistas del
Sur. Y la otra es una antigua, llamada la Traducción de
Goodspeed. El resto enlodan el agua.

Cuando usted entiende kurios y dulos, entonces usted


entiende que mentira es el evangelio de la prosperidad, que
mentira es el asunto de ‘nómbralo y reclámalo’, que mentira
es la filosofía motivada por la mercadotecnia que usted viene
con lo que usted quiere y Jesús satisface sus necesidades.
Todas esas nociones, son extrañas al concepto bíblico de
confesar a Jesús como Señor. Soy feliz, bendecido, más allá
de cualquier descripción, ser su esclavo, ser elegido,
comprado, poseído, objeto de su provisión, todas mis
necesidades protegidas de todo daño. Y un día, escuche, un
día seré más que un amigo, seré un hijo con una herencia
completa. Seré un coheredero.

Apocalipsis dice que estaré en el cielo, sentado en el trono


con Cristo, mi hermano, y heredando todo lo que Dios tiene.
Dice usted, ‘Sabes una cosa, esto en cierta manera es un golpe
en contra de la dignidad humana.’ ¿En serio? ¿en serio? De
cualquier manera, ¿qué tiene el hombre por lo cual pueda ser
dignificado? Permítame ayudarle con eso. Pase a Filipenses
2. Dice usted, ‘Esto me molesta, esto está por debajo de mí’.
Filipenses 2, versículo 5, “Haya pues en vosotros este mismo
sentir” ¿Tiene usted un problema con esto? “haya pues este
mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús.” Usted
necesita ser más como Cristo. Si esto le molesta, usted
necesita ser más como Cristo. ¿Qué quieres decir? “Porque,
aunque él existió en la morfe de Dios,” teniendo igualdad con
Dios, “él no vio eso,” o consideró eso como “algo a que
aferrarse,” algo que no dejaría, “sino que se despojó a sí
mismo.” Se despojó a sí mismo, “tomando la forma…” ¿adivine
de qué? “de esclavo.” Y siendo hecho en semejanza de
hombre, siendo hallado en apariencia como hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente al punto de la
muerte, inclusive muerte de cruz. ¡Wow!

Usted es un esclavo que se convirtió en un hijo. Él es un Hijo


que se convirtió en un esclavo. Usted es un esclavo, que
recibirá todas las glorias del cielo, cuando su naturaleza de
hijo sea cumplida. Él fue un Hijo que poseyó todas las glorias
del cielo, y se vació a sí mismo de ellas, para convertirse en un
esclavo. ¿Qué definió su esclavitud? Se despojó a sí mismo,
versículo 7, todo aspecto personal. Él dice a lo largo de su vida
entera, “Hago lo que el Padre me muestra que hago. Hago lo
que el Padre quiere que haga. Hago lo que el Padre me dice
que haga. Siempre obedezco al Padre.” Él fue un esclavo de
Dios, en su encarnación. Él nos muestra lo que es la
esclavitud, “No mi voluntad, sino la tuya se haga. Hasta la
cruz, si significa la muerte.”
Eso es tomar su cruz, ¿no es cierto? Vacíate a ti mismo,
niégate a ti mismo, toma tu cruz, sígueme hasta la muerte.
Cristo nos mostró como se ve esa esclavitud. Y como
resultado, me encanta esto, versículo 9, Dios le exaltó hasta
lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre. Ese es
el nombre Señor, ese es el nombre Señor. Entonces, Él lo elevó,
debido a que él fue un esclavo fiel, Él lo elevó y le dio un
nombre nuevo, Señor. Simplemente, una palabra interesante,
a partir de esta noche, para aquellos de nosotros que nos
convertimos en esclavos de Cristo, Apocalipsis 2 dice,
“Cuando seamos exaltados al cielo, a nosotros también se
nos dará un nombre nuevo, un nombre de honor. Un nombre
que nos pertenece únicamente a nosotros. Un nombre que ni
siquiera podemos conocer ahora.

Seremos esclavos eternos, pero en ese entonces, estaremos


tan profundamente conectados al Dios eterno, como amigos
de Dios, en tal perfección, que literalmente tendremos un
nombre personal que Dios nos da en nuestra condición
exaltada. Realmente, lo único que usted quiere anhelar al final
de su vida es oír esto, Mateo 25:21, “Bien hecho, buen esclavo
fiel. Bien hecho, buen esclavo y fiel”. Ahora, si esto está por
debajo de usted, no debería ser. No estuvo por debajo de
Cristo. Dice usted, ‘Bueno, no, de hecho, me siento bastante
importante ahora, me acabas de elevar. Estoy en el grupo
interior, yo soy un amigo del rey. Yo soy un amigo íntimo del
rey. Tengo acceso completo a él, él no me retiene ningún
secreto, estamos tan cercanos. Esto es maravillosamente
elevador, esta responsabilidad, este privilegio”.
Eso es bueno, pero escuche esto, Lucas 17, versículo 7. “Quien
de vosotros teniendo un esclavo cuidando de ovejas y arando,
le dirá cuando él viene del campo, ven inmediatamente y
siéntate a comer. No, lo que él le dirá es, prepárame algo de
comer y vístete de manera apropiada y sírveme, mientras que
yo como y bebo. Y después puedes comer y beber.” Él no le
agradece al esclavo porque él hizo las cosas que le fueron
mandadas, ¿o sí? Así también vosotros, cuando halláis hecho
todo lo que se os ha mandado, decid esto, “Esclavos indignos
somos, hemos hecho únicamente aquello que deberíamos
haber hecho.” Simplemente en caso de que usted tendiera a
elevarse un poco por la manera en la que he descrito la
esclavitud de usted, cuando usted ha hecho todo lo que se le
pidió que haga, cuando usted ha obedecido todo mandato,
usted únicamente ha hecho lo que debería haber hecho, y aun
así es un esclavo indigno, experimentando el amor y la gracia
eternos de Dios.

Padre, te agradecemos de nuevo por el poder y la claridad de


tu verdad. Estamos tan agradecidos, por toda realidad nueva
que llega a nuestro entendimiento, cautiva nuestros
corazones, necesitamos vernos a nosotros mismos por
quienes somos. Esto es esencial para definir cómo vivimos,
¿qué podemos decir? Estamos abrumados porque nos has
escogido, has pagado de manera completa el precio por
nuestros pecados. Nos has comprado, nos has hecho tuyos,
tu nos protegerás y proveerás para nosotros, y nos usaras
para tu gloria por los siglos de los siglos. Y un día nos harás
esclavos perfectos de nuestro Señor perfecto.
Pero ahora confesamos, somos indignos y estamos
asombrados por tu misericordia hacia nosotros. La cual
produce en nuestros corazones gratitud y adoración. Que
nunca haya una duda acerca de nuestra esclavitud porque
somos obedientes, de manera fiel a todo lo que de manera tan
generosa nos has revelado. Gracias porque tenemos tu
mente. Conocemos tu voluntad. Que lo hagamos para que
nos volvamos amigos aún más, y más, y más cercanos, e hijos
e hijas más fieles. Señor, ayúdanos ahora a ser amigos fieles,
esclavos, esclavos gozosos, esclavos agradecidos, en donde
tú nos has arrancado del mercado de la esclavitud del pecado.
Tu nos escogiste, a nosotros que somos tan indignos.
Llénanos de gratitud que se manifieste en obediencia.

Oramos en el nombre de nuestro Salvador. Amén.


Esclavos y amigos de Jesús, 2ª Parte
Juan 15:12-17

Quiero que abra su Biblia en el capítulo 15 del evangelio de


Juan. Estamos en algunas verdades maravillosas en esta
sección del evangelio de Juan. Como usted sabe comenzando
en el capítulo 13, y hasta el capítulo 16, esos cuatro capítulos
simplemente están cargados de promesas. Promesas,
compromisos, para aquellos que pertenecen a Cristo. Primero,
claro, como usted sabe, este es, este es un tiempo registrado
entre nuestro Señor y los apóstoles, la noche de la última
pascua, durante la semana de la pasión, esa la noche del
jueves. Al día siguiente, el viernes, él será crucificado.

Y aquí, en cierta manera, tenemos el último testamento de


Jesús dado a sus hombres antes de que él va a la cruz. Es
simplemente un párrafo, tras párrafo, tras párrafo de
bendiciones, de gracias, que son las más maravillosas e
impresionantes que son dadas a sus discípulos indignos. Y
extendidas para nosotros también, a todos los que creen.
Entonces, hemos amado cada porción de este texto. Hemos
llegado al capítulo 15, versículos 12 al 17, y es un punto
elevado. Y si usted puede tener un punto elevado, cuando
todo es un punto elevado, este podría ser. Creo que, de manera
breve, quiero recordarle que cuando usted llega a la Biblia,
usted está oyendo las palabras mismas de Dios. usted está
oyendo las palabras mismas de Dios.

En este caso, debido a que estamos en los evangelios, y Jesús


es el orador, usted está oyendo las palabras de Dios, de los
labios mismos del Hijo de Dios. Y, debido a que han sido
escritas por el apóstol Pablo, usted está oyendo las palabras
mismas de Dios en los labios mismos de Jesucristo, a través
de la pluma misma de un escritor inspirado por el Espíritu.
Entonces, todo miembro de la Trinidad está involucrado. La
palabra de Dios en los labios del Hijo, inspirado en la Escritura
por el Espíritu Santo, “Toda Escritura es inspirada por Dios,”
toda Escritura viene de Dios, no es un libro humano. Es la
Palabra de Dios. Entendemos eso, sabemos eso. De tal
manera, que todo lo que vemos aquí, para nosotros es una
revelación de Dios, quien se está revelando a sí mismo y su
verdad, y su voluntad, a nosotros.

Entonces, permítame leer los versículos 12 al 17, simplemente


para presentar el texto, y después hacer unos cuantos
comentarios antes de venir juntos a la mesa del Señor. “Este
es mi mandamiento, que os améis unos a otros, como yo os
he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga
su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis
lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo
no sabe lo que hace su Señor. Pero os he llamado amigos,
porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a
conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí
a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto y
vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidiereis al
Padre en mi nombre, Él os lo de. Esto os mando, que os améis
unos a otros.”

Verdad poderosa aquí. Y vamos a verla de nuevo como lo


hicimos la última vez. Pero simplemente para recordarle,
somos esclavos y amigos. Somos esclavos que se han
convertido en amigos, somos esclavos en el hecho de que
estamos bajo el señorío de Dios, bajo el señorío de Jesucristo,
que él es nuestro amo y le obedecemos. Hemos cedido
nuestra voluntad, nuestra propia ambición, nuestros propios
deseos, nuestros propios planes, negándonos a nosotros
mismos, rechazando todo lo que se impone sobre nosotros, y
únicamente hacemos la voluntad del que es nuestro Señor y
Amo. Somos esclavos.

Pero somos esclavos que nos hemos convertido en amigos.


En otras palabras, hemos sido elevados como esclavos,
todavía se demanda de nosotros que seamos obedientes,
pero, hemos sido elevados al nivel de intimidad con nuestro
Señor, de tal manera que como el versículo 15 dice, somos
amigos porque todo lo que el Padre ha revelado al Hijo, el Hijo
nos lo ha dado a conocer a nosotros. No hay secretos. Somos
esclavos en el sentido más verdadero de la palabra, bajo el
amo más maravilloso, incomparable, perfecto. Y al mismo
tiempo, hemos sido elevados a la amistad, porque no solo
somos esclavos que se nos dice que hagamos, somos
íntimamente involucrados con toda la revelación. Todo lo que
Dios le ha revelado a Cristo, él nos lo ha descubierto. Eso es
lo que es la amistad, conocer todo lo que hay que conocer
acerca de alguien.

Entonces, somos esclavos que somos amigos. ¿Cómo


llegamos a ser esto? ¿Cómo es que esto nos llegó a pasar? La
respuesta viene del pasaje que acaba de leer. Probablemente
lo vio y quizá no lo vio. Es afirmado de manera simple. Vaya al
versículo 16, “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os
elegí a vosotros.” Eso tiene sentido, ¿no es cierto? No creo que
usted se podría ofrecer como voluntario para ser el esclavo
del Cesar. No creo que usted podría ofrecerse como voluntario
para que fuera el amigo íntimo, personal de cualquier monarca
en el mundo antiguo, o simplemente en el mundo actual.

Y hubieron grandes gobernantes y reyes, de autoridades, y


amos y señores por todo el mundo romano, y por todo el
mundo del oriente medio, en la parte oriental. Esa no fue una
posición para voluntarios. Eso no solo estuvo abierto para
cualquier persona. Esa fue una posición para lo que usted era
elegido. Usted era elegido para ser un esclavo, como todos
los esclavos lo eran. Eran elegidos, y eran comprados. Usted
entonces fue elegido para ser elevado como un esclavo, al
nivel de amistad personal, íntima y conocido.

Y hablamos de eso, que la gente que probablemente conocía


más acerca del gobernante eran los esclavos más íntimos, los
que estaban ahí al lado de su cama cuando él se iba a acostar
en la noche. Y estaban ahí en la mañana cuando se
despertaban, los que lo veían llorar y reírse, y los que veían
todas las imaginaciones internas de sus decepciones, y
éxitos, los que conocían lo que él amaba y lo que él odiaba, lo
que él temía, y lo que él buscaba. Esos eran los más íntimos
de él. Y, ese es el tipo de amigo que somos de Cristo. Somos
sus esclavos, hacemos todo lo que él nos manda, pero él
literalmente nos ha dado acceso a los secretos de su propio
corazón.

Las cosas que están escondidas de los sabios y prudentes, la


Biblia nos dice, que son reveladas a nosotros, porque somos
esclavos que somos amigos íntimos. No alcanzamos esta
posición al ofrecernos como voluntarios. No comenzó con
nosotros. Y eso es lo que nuestro Señor le está diciendo en el
versículo 16. Y simplemente quiero que vea eso, en cierta
manera es el enfoque primordial en esta mañana. “No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros.”
Ahora, sé que hay cosas en la Biblia que la gente no entiende,
muchas de ellas. Hay algunas cosas que no entendemos,
porque no podemos. Porque hay una realidad infinita en ellas,
y tenemos mentes finitas, estamos confinados. Hay
realidades eternas que no podemos entender, hay muchas de
ellas. Simplemente trate de pensar en la eternidad, y vea cómo
funciona eso.

Entonces, hay cosas que no podemos entender porque somos


finitos. Hay cosas que no podemos entender porque
simplemente no tenemos suficiente trasfondo en términos de
historia, para que en cierta manera podamos reconstruir la
escena entera. Entonces, vemos algo en la Biblia y no lo
podemos entender de manera completa, y cosas que no
entendemos porque somos ignorantes. Hay cosas que no
entendemos porque tendemos a ser tendenciosos hacia
nuestra propia condición caída.

Entonces, cuando vamos a la Palabra de Dios tenemos que


decir, ‘Mira, hay cosas que no entendemos.’ Y hay esas cosas
que le pertenecen al Señor, dicen las Escrituras. Los escritores
del Antiguo Testamento de hecho estaban escribiendo
conforme el Espíritu de Dios les habló, y escribieron. Y
después Pedro dice, que leyeron lo que escribieron para tratar
de entender lo que estaban diciendo, porque estaban
hablando del futuro. Querían saber qué tiempo, que persona,
quien era de quien estaban escribiendo. El Mesías no había
venido, no había vivido, ni había pasado por su vida, muerte,
resurrección, ministerio y todo eso. Entonces, no estaban del
todo seguros de que estaban escribiendo, o de quien estaban
escribiendo. Entonces, los escritores del Antiguo Testamento
no entendieron el significado completo, inclusive de las cosas
que escribieron.

Y lo mismo sería el caso con los escritores del Nuevo


Testamento. Aunque entendieron a Cristo, y entendieron las
realidades de todo el cumplimiento de las profecías del
Antiguo Testamento acerca de Cristo, relacionadas con su
primera venida, hubieron muchas cosas acerca de su segunda
venida que no entendieron. Y después hubieron cosas que
una apóstol dice, que simplemente fueron difíciles de
entender. Simplemente fueron difíciles. Quizás difíciles
porque no conocemos el futuro. Quizás difíciles porque no
tenemos mentes infinitas. Quizás difíciles porque no tenemos
toda la información de trasfondo.

Pero quiero admitirle como alguien que ha estudiado la Biblia


por mucho, mucho tiempo, hay cosas que son desafiantes de
entender, por las razones de no poder reconstruir el contexto
para entenderlo de manera precisa, por el hecho de que tengo
una mente finita, una mente muy limitada, no puedo entender
lo que es infinito, lo que va más allá de mí. Por cierto, me
encantan las cosas que no puedo entender, porque me prueba
que la Biblia no fue escrita por hombres, es una de las marcas
de su divinidad.

No obstante, paradójicamente, hay algunas cosas que la


gente cree que son difíciles de entender que no los son. Una
de esas cosas es la doctrina de la elección divina, o de la
selección divina. Hay gente que cree que eso es algo muy
difícil de aceptar, que es una noción muy confusa, que Dios
elige a personas, que Dios escoge a personas, predestina a
personas a salvación, escribió sus nombres en un libro desde
antes de la fundación del mundo, y llama a los suyos a sí
mismo y cumple su propia voluntad al congregar a la gente
que ya ordenó, y nombró y escogió. Hay gente que tiene
problemas con eso, que quiere discutir en contra de eso,
debatir eso, esa no es una de las cosas que no es clara. Esa
no es. Esa es totalmente clara. Eso está en alta definición.

Muy bien, vea el versículo 16. No sé de qué otra manera lo


puede decir. No me elegisteis vosotros a mí. ¿Alguien está
confundido? No me elegisteis vosotros a mí. Ese es el
negativo. Digo, podríamos extender eso para que dijera, esta
no es una organización de voluntarios. Ustedes no decidieron
convertirse en parte de ella. No me elegisteis vosotros a mí.
Ese es el negativo, sin ambigüedad. No hay ambigüedad aquí.
El positivo es, “Yo, os elegí a vosotros”. Ese tampoco es
ambiguo. Y entonces, usted tiene la afirmación negativa,
simple, no ambigua, seguida por una afirmación positiva,
simple, no ambigua, que no lo deja a usted con confusión en
absoluto. Si usted es un esclavo del Señor Jesucristo, que ha
sido elevado a ser un amigo íntimo, no es debido a que usted
eligió, es porque él eligió.

Ahora, a quien le dice el Señor esto. Bueno, sabemos eso


directamente en ese contexto, él está hablando a sus
discípulos, sus apóstoles. Judas ya se fue, han quedado once,
los creyentes verdaderos. Y entonces, les está hablando a
ellos. Él les está diciendo, ‘Sí, ustedes no me eligieron a mí,
sino que yo los elegí a ustedes’. Entonces alguien podría decir,
‘Bueno, sí, eso es verdad de los apóstoles. Y es verdad de los
apóstoles, realmente no sabemos que estos apóstoles
estaban buscando conectarse al Mesías, estaban interesados,
estaban fascinados. Algunos de ellos estaban siguiendo el
ministerio de Juan el Bautista. Pero él los eligió.

Y usted puede regresar al registro del evangelio y usted puede


seguir la historia de cómo él los encontró, y los eligió. Pero
fueron los primeros, con respecto a lo que él dice aquí, pero
no los últimos. Todas las palabras preciadas de esperanza
que él les da en los capítulos 13 al 16, en esa noche. Todas las
promesas sorprendentes se extienden a través de ellos a toda
persona que jamás creerá. De tal manera que cuando dice,
“No me elegisteis vosotros a mí, sino yo os elegí a vosotros,
es tan relevante para usted como lo fue para Pedro. Es tan
relevante para usted como lo fue para Santiago, o para
cualquiera de los otros once apóstoles. Porque esto se
extiende a todos los que son los esclavos de Cristo, todos los
que son esclavos de Cristo que se convierten en amigos. Toda
promesa, toda identificación aquí es extendida a todo
creyente a lo largo de la historia humana entera.

Ahora, dice usted, ‘Bueno, ¿cómo puedes estar seguro de eso?


Bueno, si estuviéramos tiempo, simplemente podríamos
pasar por el 13, 14, 15 y 16 y podría mostrarle como
afirmación, tras afirmación, tras afirmación extiende todas las
promesas, extiende todos los compromisos, y extiende todas
las identificaciones mucho más allá de los once a quien
nuestro Señor está hablando. Usted ve eso a lo largo de esto.
Usted ve todo eso aquí, pero específicamente, permítame
mostrárselo en el capítulo 17. En el capítulo 17, el Señor acabó
de hablar, muy bien, él ha dicho todo en el capítulo 13, 14, 15
y 16, todas las promesas, todos los compromisos.

Capítulo 17 comienza, Jesús habló estas cosas. “Y levantando


sus ojos al cielo”, ahora él va a orar. Y su oración es, misma
noche, “Padre, por favor ahora cumple todas estas promesas,”
cumple todas estas promesas. Recuerde, él aún está en la
encarnación, él se ha despojado a sí mismo, él ha adoptado la
forma de un siervo, él está sujeto al Padre, y entonces él está
pidiendo al Padre que cumpla todo lo que él ha prometido.
Todo lo que él ha prometido.

Ahora, observe el versículo 2, él dice, “La hora ha llegado para


que el Hijo te glorifique”. Después en el versículo 2, así como
le has dado autoridad sobre toda carne, para que a todo lo que
tú le has dado, él le de vida eterna. Muy bien, ahora la oración
es, Señor, estoy orando esto Padre, por todos que me serán
dados para recibir vida eterna. Ahora hemos ido mucho más
allá de los once, estamos abarcando toda la historia
redentora. A todos que serán dados por el Padre, al Hijo, para
recibir vida eterna. Y después si usted pasa al versículo 6 él
dice, “Les he dado a conocer tu nombre a los hombres que me
distes”. Estos once hombres. “Me los diste del mundo, eran
tuyos y tú me los diste. Y han guardado tu Palabra. Ahora han
llegado a conocer que todo lo que me has dado es de ti, porque
las palabras que me diste se las he dado. Y las recibieron, y
han entendido verdaderamente que vine de ti, y creyeron que
me enviaste.” Y después esto, “Yo pido por ellos, pero no pido
por el mundo, sino por aquellos que me has dado. Porque,
tuyos son.” Yo estoy orando por todo lo que me has dado.
Todo lo que me has dado.
¿Son únicamente los once? No, no. De regreso en el capítulo
6, leemos estas palabras tan poderosas. Nuestro Señor dice,
“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí.” Juan 6:37. Después
Juan 6:44, “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió
no le trajere.” El Padre está trayendo, el Padre está trayendo.
Están viniendo, están viniendo a lo largo de toda la historia
redentora, “Todo lo que el Padre me da, todo lo que el Padre
me da.” Esa es una designación de todo creyente verdadero,
todos somos regalos de amor del Padre, al Hijo, regalos de
amor del Padre al Hijo, conforme el Padre congrega una novia
para Su Hijo, para una gran boda en el cielo. Una novia que lo
va a honrar y glorificar, y servir y manifestar su alabanza por
los siglos de los siglos. Eso es lo que la historia redentora es,
el Padre consiguiendo una novia para Su Hijo. Y dándosela,
uno por uno. La imagen es poderosa.

Entonces, él está orando. ‘Sí estoy orando por estos hombres


que me diste. Pero no solo estoy orando por estos hombres
que me diste, estoy orando por todos los que me serán dados
en el futuro, que serán los destinatarios de vida eterna. No
estoy orando por el mundo, sino que estoy orando por
aquellos que tú me das.’ Después ahí en el versículo 20,
capítulo 17, “No pido únicamente por estos, sino también por
aquellos que van a creer en mí a través de la palabra de ellos.”

Ahora, ¿cómo es que alguien cree? Usted no puede creer al


menos que usted oiga el evangelio. Y ¿a donde va usted a
conseguir el evangelio? usted va a las Escrituras. Usted va al
Nuevo Testamento, el cual es escrito por los apóstoles, y los
asociados de los apóstoles. Entonces, nuestro Señor está
orando, no solo porque toda esta voluntad sea cumplida para
estos once hombres, sino para todos aquellos que creerán
mediante su testimonio, el cual esencialmente está registrado
en las Escrituras del Nuevo Testamento. “Estoy pidiendo por
todas los que creerán en mí, mediante su palabra, para que
todos sean uno.” El ve colectivamente a todos los redimidos
de todas las épocas, como uno. “Así como tu Padre estás en
mí y yo en ti, para que ellos también estén con nosotros, para
que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me has
dado se las he dado, para que sean uno, así como nosotros,
yo en ellos, y Tú en mí, para que sean perfectos en unidad,
para que el mundo sepa que tú me enviaste y los amaste, así
como tú me amaste a mí. Padre, deseo que ellos también, a
los que me diste, estén conmigo donde yo estoy. Tráelos a
todos a la gloria, tráelos a todos al cielo para que vean mi
gloria que tú me diste, porque tú me amaste desde antes de la
fundación del mundo.”

Él está haciendo una oración que literalmente se adelanta y


abarca a todo lo que el Padre le dará para salvación, conforme
el Padre congrega una novia para Su Hijo. El retrato es un
retrato increíblemente poderoso. Entonces, todos nosotros,
estamos en la categoría del capítulo 15, versículo 16, “No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo los elegí a vosotros.”
Usted fue esclavo para ser un esclavo y el precio fue pagado.
El precio fue la sangre preciada de Cristo quien mediante su
muerte lo compró a usted del mercado de esclavos del
pecado, ahora él es su Señor y Amo y estoy lo obedece, usted
lo obedece.

No obstante, no solo se han convertido en esclavos, han sido


elevados a ser amigos, y de manera característica se aman
los unos a otros. Entonces, esto en cierta manera, es ampliar
esto un poco más, somos esclavos que nos convertimos en
amigos, somos esclavos que obedecemos a nuestro amo con
gozo y gratitud, somos amigos que amamos a nuestro amo,
y también, de manera característica al amar a nuestro amo,
nos amamos los unos a otros. Esos son los versículos 12 al
17. Somos conocidos por nuestro amor. Obedecemos, y
amamos. Eso realmente es todo. Así es como usted define
quienes somos. Obedecemos a nuestro amo, a quien
amamos, y amamos a otros que son nuestros amigos
esclavos.

Ahora, permítame estirarlo un poco más. Nuestra esclavitud,


es extrema. Nuestra esclavitud es extrema. Esta esclavitud
espiritual es tan extrema como puede ser. No tenemos
libertades, no tenemos un gobierno independiente.
Obedecemos todos sus mandamientos, él provee todo para
nosotros, él nos compró, él es nuestro dueño, él nos asegura,
él provee para nosotros, él nos protege, su voluntad es nuestra
voluntad. Es un tipo de obediencia extrema, es un tipo de
esclavitud extrema, que le damos a nuestro amo, amado,
perfecto, glorioso, amoroso, santo. Nuestra esclavitud es
extrema.

Pero, en segundo lugar, nuestra amistad es extrema. Esta es


una amistad extrema, es una amistad extrema. Dice usted,
‘¿porque definición?’ Por la definición del versículo 13.
Obsérvelo, “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga
su vida por sus amigos.” Eso es extremo. Dice usted, ‘¿soy tu
amigo? Muy bien, veamos qué tan lejos llevas eso. ¿vas a
morir por mí? ¿vas a empujarme de las vías y vas a dejar que
el tren te aplaste? ¿es ese tipo de amistad?’

Estoy leyendo un libro interesante, parte de este libro es de un


hombre que he conocido a lo largo de los años, quien fue un
‘boina verde’ en Vietnam, y quería leer más de su historia. Y al
leer este libro, uno de los personajes principales en el libro
nos lleva de regreso a la guerra de Vietnam y los horrores, y
las matanzas que se estaban llevando ahí. Hay una historia
de un hombre llamado Benavidez, que, por todos los relatos,
parecía ser un hombre, un individuo muy insignificante, pero
cuyo heroísmo fue absolutamente más allá de la
comprensión. En una ocasión cuando sus amigos, quienes
eran parte de su unidad, estaban atrapados en la jungla,
atrapados por una fuerza masiva del Viet Cong, y cuando
todos los intentos de rescate habían sido hechos y los
helicópteros habían chocado y hombres estaban muriendo
por todos lados, él pidió si podía saltar en un esfuerzo final
para entrar.

Y no tenía un arma, nada más que una pequeña daga. Y este


tipo de hombre insignificante, no descriptivo de Texas,
únicamente tomó una cosa y el oyó que sus amigos, algunos
de ellos, había doce de ellos para comenzar, cinco estaban
muertos, quedaban siete, y todos estaban heridos. Y él había
oído que estaban heridos porque un reporte de radio salió y él
tomó lo que estaba más cerca de él, lo cual fue un paquete
médico. No podían hacer que bajara, porque tenían miedo de
bajar el helicóptero hasta el punto en el que estuviera en un
punto que pudiera ser blanco del fuego enemigo. Entonces, él
dijo, ‘Está bien’. Y el lado del helicóptero con la puerta abierta,
de ahí él aventó la bolsa y después él saltó totalmente solo,
sin un arma, y fue a buscar a sus amigos para entregarles
ayuda médica, en medio de una pelea de fuego, increíble.

El resto de la historia usted la va a tener que leer. El heroísmo


es épico, obviamente. Entendemos eso, honramos eso,
respetamos eso, y sabemos que eso es lo que nuestro Señor
está diciendo. Esto es axiomático, ¿verdad? Nadie tiene mayor
amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Entendemos eso. Esa no es una verdad espiritual, eso es
simplemente realidad, ¿verdad? Eso es axiomático, eso es una
verdad auto-evidente. Eso es lo más que usted puede hacer
por alguien, es entregar su vida. Digo, nos emocionamos
cuando oímos que alguien quien quiere entregar un órgano
vital para salvar la vida de alguien más. Entendemos ese
sacrificio. Leímos de este tipo de cosas a lo largo de la
historia, temo decir que leemos acerca de ellas aparentemente
menos y menos en el mundo en el que vivimos, pero
entendemos eso. Esa es una forma extrema de amistad.

Entonces, una cosa es que usted diga, que es mi amigo. Usted


sabe, soy tu amigo. Pero no me pidas, usted sabe, cambiar mi
agenda. En serio. Muy bien. Hay un tipo de amistad, acepto
eso, puedo entender eso, usted sabe. Envíeme una tarjeta de
Navidad. Está bien. No va más allá de eso. Pero, estamos
hablando de terminología extrema aquí. Esta es una
esclavitud extrema en donde hacemos todo lo que nuestro
comandante nos dice que hagamos. Lo hacemos con gozo.
Este es un tipo extremo de amistad, en donde, literalmente
estamos dispuestos a dar nuestras vidas. Mire, eso es lo que
Jesús dijo, ¿verdad? “Si alguno va a venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo y tome su…” ¿qué? “…su cruz.” Esa es
una ejecución, podría ser eso.

Pablo dijo, en mi vida muero diario. Cada día podría ser el


último día al llevar el evangelio a la gente. Mi vida siempre
está en juego. Entonces, el Señor dice que esta es una relación
extrema que tenemos con él. Es un tipo extremo de esclavitud
en donde obedecemos todo, un tipo de amistad extrema en
donde entregamos nuestras vidas. Y él es nuestro modelo,
regrese al versículo 10: “Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.” Él es
el modelo de obediencia perfecta. Él hizo todo lo que el Padre
quiso que él hiciera. Él es el modelo perfecto de obediencia.

Él también es el modelo perfecto de sacrificio. Pase al


versículo 13, “Nadie tiene mayor amor que este que uno ponga
sus vidas por sus amigos.” Y eso es exactamente lo que él
hace. Eso es exactamente lo que él hace. Él da su vida por
nosotros. Él es nuestro modelo. Él no dio su vida únicamente
como un ejemplo, él dio su vida como una expiación, pero fue
un ejemplo. Pedro dice que él nos dio un ejemplo, también, de
amor sacrificial. Entonces, escuche, si usted es un esclavo y
un amigo, y usted tiene el privilegio de tener esta esclavitud
extrema, y esta amistad extrema, permítame decirle algo,
usted no eligió esto. Va en contra de todo lo que hay en la
naturaleza de usted, todo. En contra de todo.

No es una organización de voluntarios. Y esa es la razón por


la que en el versículo 16, usted lee de manera tan clara, y no
ambigua, “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí
a vosotros.” Ahora, alguien que no entiende eso, no está
tratando. Eso no es oscuro, y es muy extensivo. ¿Qué quieres
decir, que me eligió para qué? lo eligió para que fuera esclavo
y amigo. Eligió revelar todo lo que oí de mi Padre, para que
seas un amigo íntimo y no te guardes secretos. En otras
palabras, la salvación. “Yo os elegí,” ese es el verbo griego
‘eklego’ del cual obtenemos la palabra ‘elegido’, es la doctrina
de la elección. Los elegí para fueran mis esclavos que son
amigos, y les di a conocer toda la verdad. Eso es salvación.

Pero no termina ahí. Después él dice esto: “Os he puesto para


que vayáis.” Esto no es solo salvación, esto es una comisión.
Esto es una comisión. “Y os he puesto para que vayáis.” Es el
verbo griego, tithemi, ‘establecer’, ‘fijar’, ‘ordenar’, ‘designar’.
Muy fuerte. En otras palabras, cuando usted fue elegido para
ser un esclavo, quien es un amigo íntimo, cuando usted fue
elegido para esta esclavitud extrema, esta amistad extrema,
fue con miras a cumplir una comisión. Y es una comisión a ir.
Esto es como una probada de la gran comisión, ¿no es cierto?
un adelanto de la gran comisión. “Id por todo el mundo y
predicarle el evangelio a toda criatura.” Os he puesto para que
vayáis.

Y después también, para asegurarse que usted tiene todo lo


que necesita, al final del versículo 16: “Todo lo que pidiereis al
Padre en mi nombre, él os lo de.” Entonces, los he elegido para
salvación, los he elegido para una comisión, los he elegido
para una provisión. Y con esa salvación y esa comisión, y esa
provisión, su vida tendrá un impacto eterno. Por favor, regrese
al versículo 16 de nuevo: “Los elegí, y os he puesto para que
vayáis y llevéis fruto, llevéis fruto.” Para que su vida importe,
para que su vida tenga influencia espiritual, para que produzca
justicia, todas las cosas que vimos cuando hablamos de
frutos, ¿se acuerda, en los once versículos de apertura en
Juan 15? Fruto es justicia en toda forma, pero particularmente
fruto es añadir gente al reino, ganar pecadores a Cristo,
predicar el evangelio.

Son designados para ir y dar fruto, ¿qué quieres decir con ir y


dar fruto? Vaya, ve, y lleve el evangelio. Vaya y traiga gente al
conocimiento de Cristo. Y me encanta esto, “Y vuestro fruto
permanezca.” La palabra permanezca es el verbo meno, es
permanecer de nuevo, regresemos a la palabra permanecer,
“Si permaneciereis en mí, y mi palabra permanece en vosotros,
van a tener una vida poderosa, y van a ir, y van a dar fruto, y el
fruto que sale de la vida de usted también va a permanecer, y
va a seguir, y seguir, y seguir.” Habla usted de una vida que
importa, esto es increíble.

Pablo dice, en 2 Corintios, esto significa que somos olor de


vida para vida. Nuestras vidas importan. Mire, su vida importa
más de la de cualquier otro incrédulo en el mundo, no me
importa cuál sea su cargo o méritos, porque no importa lo que
alguien más haga, es temporal ¿verdad? Se acaba en la tumba,
se acabó, se cierra. Su vida importa para siempre, usted es un
olor de vida para vida, vida para vida, para vida, como si fuera
interminable en términos eternos. Usted da fruto que
permanece. Hay muchas personas que hacen cosas y
obviamente, sino conocen al Señor, y no lo han hecho por
causa del reino, todas se queman, todas mueren, todas se
acaban. Esto es algo asombroso.

Este es un privilegio más allá de cualquier calculo, más allá de


la comprensión. Pecadores indignos que somos, hemos sido
elegidos para tener una influencia tan eterna. Literalmente,
nuestras vidas importan para siempre, somos los que,
recuerde, que estamos comprando amigos para la eternidad,
que nos van a dar la bienvenida en el cielo cuando lleguemos.
Es una paradoja extraña, ¿no es cierto? que el rey elige
esclavos para sean sus amigos, para tener este tipo de
influencia eterna. Pero él los elige de entre los no aptos, y los
inmerecedores. ¿Por qué? porque eso es lo único que hay, no
hay otro tipo de personas.

Pero él nos eligió y nos colocó en un privilegio tan elevado y


con tal dignidad, con tal impacto para la eternidad. Ustedes
no eligieron esto, ustedes no hicieron esto. Esto estuvo mucho
más allá de su capacidad, mucho más allá de su voluntad,
mucho más allá de su plan y su diseño y muy lejos de sus
capacidades naturales, como un pecado muerto, caído, ciego.
Él nos eligió, es así de simple. Esa es la verdad. Él nos eligió,
él nos eligió. Dice usted, ‘Pero yo estuve dispuesto.’ Usted
estuvo dispuesto, porque él hizo que usted estuviera
dispuesto, usted creyó porque él abrió los ojos de usted, usted
recibió vida porque él le dio vida a usted. Esto no es difícil de
entender. El Antiguo Testamento es claro en esto en
Deuteronomio 10:14-15: “He aquí, a Jehová vuestro Dios
pertenecen el cielo y los cielos más altos, la tierra y todo lo
que en ellos hay. Sin embargo, en vuestros padres, el Señor
puso su amor para amarlos, y eligió sus descendientes
después de ellos, inclusive a ustedes, por encima de todas las
demás naciones.” Ese es Israel, Él los eligió a ustedes.

Israel no eligió a Dios, Israel no eligió a Dios, Abraham no


eligió a Dios, Dios eligió a Abraham, lo sacó de Ur de los
caldeos. Él eligió a Israel, esa es la razón por la que el Salmo
105:43 dice que los judíos son sus elegidos. Salmos 135:4,
“Jehová ha escogido a Jacob.” Él escogió a los patriarcas, Él
escogió a la nación. Deuteronomio 7:14, “Jehová vuestro Dios
os ha elegido a vosotros, para que seáis su pueblo para su
propia posesión, de todos los pueblos sobre la faz de la tierra.”
Él os eligió a ustedes. Esa es la historia entera del Antiguo
Testamento.

Nunca he conocido a alguien que diría, ‘Bueno, sabes una


cosa, todas las naciones del mundo tuvieron alternativas, e
Israel simplemente escogió a Dios.’ ¿En serio? Usted no puede
encontrar eso en el Antiguo Testamento, así no es cómo Dios
opera. ¿Y en donde estaban buscando para encontrarle a Él?
de cualquier manera. No. Israel mis elegidos dice la Biblia.
Israel mis escogidos, Israel mi elegido, esto es coherente con
Dios, Dios llama a Cristo mi elegido, mi escogido.

Usted llega al Nuevo Testamento y el mismo patrón. Muchos


son llamados, pero pocos escogidos. Marcos 13 dice que Dios
va a hacer algunas cosas en el futuro, por causa de los
escogidos, por causa de los escogidos, los elegidos. Juan 3
dice que el Espíritu Santo salva a quien Él quiere, cuando Él
quiere, y esta es una obra divina. Le leí Efesios 1, “Elegidos en
él desde antes de la fundación del mundo,” predestinados
para ser redimidos, todo es decisión divina. “Porque por gracia
sois salvos,” Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe, y eso ni siquiera es de ustedes, es un regalo de
Dios.”

2 Timoteo 2:10 dice esto, el testimonio de Pablo, “Todo lo


soporto por causa de aquellos que son elegidos.” Soporto
todas las cosas por causa de los elegidos, para que puedan
obtener la salvación que es en Cristo Jesús, y con ella gloria
eterna. Todo lo que él hizo en el ministerio fue por causa de
alcanzar a los elegidos. Tito 1 lo mismo, predicar a los
elegidos para que puedan oír y creer. Santiago 1:18, “Él de su
voluntad, nos hizo nacer, nos regeneró por la palabra de
verdad.” Somos nacidos de arriba. Somos renacidos.

Santiago 2:5, “escuchen hermanos amados, ¿acaso Dios no


escogió a los pobres de este mundo para que fueran ricos en
fe y herederos del reino?” Claro, Él eligió, así como Él eligió a
Israel, así como Él eligió a Cristo, así como el eligió a los
patriarcas, así como Él eligió a los apóstoles, Él continúa
eligiendo a su pueblo. 1 Pedro 1, Pedro escribe a aquellos que
son elegidos, Apocalipsis 13, aquellos cuyos nombres fueron
escritos desde la fundación de la tierra, en el libro de la vida
del Cordero. Es claro, aquellos que son de Dios y de Cristo,
esclavos que son amigos, son elegidos. Somos elegidos para
esta realidad sorprendente de salvación, comisión, provisión,
e impacto eterno.

¿Por qué es que Dios elige? Bueno, porque ningún hombre por
sí mismo busca a Dios, no podríamos hacer eso. Y, lo que es
más importante, lo hace porque Él es Dios y es para Su gloria.
Escuche a Romanos 11:33, “Oh profundidad de las riquezas
de la sabiduría y el conocimiento de Dios, cuan insondables
son sus juicios, e inescrutables sus caminos.” Acuérdese de
eso, no va a poder entenderlo todo. ¿Quién ha conocido la
mente del Señor? O ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le dio a
Él primero para que le fuera devuelto? ¿Cree usted que usted
hizo algo que obligó a Dios para que Él hiciera algo por usted?
¿Quién ha llegado a hacer eso? ¿Quién se ha ganado esto?
¿Quién en algún momento ha escogido esto y Dios tuvo que
responderle? ¿Quién le dio primero a Él para que Él tuviera que
volverle a pagar, se lo devolviera? No, porque de Él, por Él, y
para Él son todas las cosas, a Él sea la gloria por los siglos de
los siglos. Amén.

Ahora, usted es un creyente. Usted no se dice a sí mismo,


‘Felicidades por tu arrepentimiento y tu fe’ ‘Felicidades por tu
sabiduría, felicidades por tu virtud moral, tu fortaleza.’ ¿En
serio? Si usted es un creyente verdadero, usted le da gracias
a Dios, ¿no es cierto? desde lo más profundo de su corazón,
porque usted entiende que es un milagro que usted es lo que
es. Cuando usted quiere que alguien sea salvo, usted va a
Dios y ora. Y usted ora, ‘Señor, concede vida, concede fe,
concede arrepentimiento. Salva a esta persona, Señor. Por
favor, muestra tu gracia, salva a esta persona.’

Y en su mente usted no está diciendo, yo sé que esto


realmente es malo Dios, por favor perdóname, porque estoy
violando sus libertades personales. ¿Qué? usted nunca ha
tenido ese pensamiento en su vida entera. Usted nunca ha
tratado de evitar esa especie de cortar libertades personales,
de un pecador condenado. Saben que no tienen ninguna
libertad, excepto por escoger el pecado. Digo, estoy hablando
en términos instintivos, sabemos esto de manera instintiva,
entendemos que Él salva, Él nos salva, viene de Él. y venimos
y creímos y nos arrepentimos, y recibimos a Cristo con
corazones humildes, con temor, quebrantados por nuestro
pecado y con hambre de justicia porque Él nos hizo querer
eso. Entonces oramos.
1 Corintios 1, este es un gran tema, pero usted puede ver como
hay una simplicidad magnifica aquí, “Considerad vuestra
vocación y llamado.” 1 Corintios 1:26, “Considerad vuestra
vocación hermanos,” simplemente piensen en eso. Su
llamado divino de Dios. Él eligió, y Él llamó, “no muchos sabios
según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles.”
Dios tomó decisiones, Él eligió. Y Él escogió a los pobres del
mundo, como le leí antes, y no muchos nobles, no muchos
poderosos, etc. Versículo 27, “Dios ha elegido las cosas necias
del mundo para avergonzar a los sabios. Dios ha elegido a las
cosas débiles del mundo para avergonzar a lo que es fuerte.
Y las cosas bajas del mundo, y lo menospreciado, Él ha
escogido lo que no es, para que Él pueda invalidar las cosas
que son.”

Aquí está Dios eligiendo a todo lo bajo, lo más bajo de lo bajo


¿para qué? versículo 29, ninguno ¿qué? “se gloríe ante Dios”
porque “por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, quien nos ha
sido hecho por Dios sabiduría de Dios, justicia, santificación
y redención. Para que como está escrito, él que se gloria,
gloríese en el Señor.” El punto entero es que Dios escogió
todo para que Él recibiera toda la gloria. Ahora, si usted cree
que usted eligió, entonces ese texto es absurdo. Más vale que
lo corte de su Biblia. Es ridículo. Si la decisión es de usted y
no de Dios, ¿cómo es que eso termina con la jactancia
humana? ¿cómo es que eso detiene la jactancia humana?
Hace que sea ridículo eso.

De nuevo, es tan obvio. Otro pasaje, Romanos 9. Y en


Romanos 9, Pablo admite que algunas personas creen que
esta idea de Dios escogiendo es injusta, porque escuche,
nuestro cerebro, nuestras mentes, nuestro pensamiento está
caído junto con el resto de nosotros. Entonces, tenemos
nuestro propio sentido caído de lo que es correcto. Entonces,
algunas veces la gente concluye que, si Dios elige, eso viola la
libertad humana, y eso está mal, entonces, versículo 14, “¿Hay
injusticia con Dios ¿hay injusticia en Dios? ¿acaso Dios está
siendo injusto, porque él amó a Jacob y aborreció a Esaú,
porque Él escogió a cuál de los dos el escogería antes de que
inclusive naciera? Porque como le dijo a Moisés, versículo 15,
“Él tiene misericordia de quien tiene misericordia, y compasión
de quien tiene compasión. Así que no depende del que quiere,
ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia,” Y él
decidió lo que él haría con Faraón. Él decide en quien tendrá
misericordia, versículo 18, de quien él desea, y él endurece
quien él desea.

Y entonces, usted va a decir, ‘Bueno, ¿por qué entonces eres


responsable por resistirlo? ¿quién podrá resistir su voluntad?
Por el contrario, más antes hombre, quien responde a Dios,
cállate. El fondo es este, si Dios no toma la decisión, entonces,
¿por qué estas acusaciones son dadas en contra de esto?
prueban que es claro que él tomó la decisión. Y no es una
afrenta para la independencia humana caída. Ese texto
tampoco tiene sentido si la gente escoge. Si Faraón escogió,
y Jacob escogió, y Esaú escogió, y todo mundo escoge, pero
entonces, ¿de dónde vienen las acusaciones?

Si Pablo está diciendo que Dios escogió, entonces esas


acusaciones van a levantarse, y se levantan. La salvación es
su elección, en toda su totalidad. Y no es de manera
independiente de nuestra fe, no es independiente de nuestra
respuesta, pero Él escoge hacernos estar dispuestos. Y
después nos hace suyos. Esta es la doctrina que más aplasta
el orgullo, que más exalta a Dios, que más gozo produce, que
más honra concede, que motiva más la santidad en toda la
Biblia. Y que más esperanza da en toda la Biblia.

Padre, entendemos que todo lo que acabamos de estar


diciendo, es solo una realidad debido a la muerte de Cristo en
la cruz, que fue su sacrificio en la cruz, porque no podríamos
haber sido elegidos y aceptados, a menos de que nuestros
pecados hubieran sido pagados de manera completa. Y
entonces, venimos con este sentido abrumador de gratitud,
con este sentido abrumador, asombroso de la realidad de la
identidad como tus amigos esclavos, que hemos sido
elegidos a realidades tan sublimes, como la salvación,
comisión, provisión, influencia eterna. Te damos toda la gloria
y toda la alabanza, pero sabemos que es la cruz, y esa es la
razón por la que hemos estado cantando toda la mañana de
la cruz, fue ahí que nuestros pecados fueron pagados para
que pudiéramos ser elegidos. Gracias por eso.

Padre, haz más de lo que lo podemos pedir o entender, según


ese poder que resucitó a Cristo de los muertos, pedimos en el
nombre de Cristo. Amén.
Por qué el mundo odia a los cristianos,
1ª Parte
Juan 15:17-25

Juan 15, comenzaremos con el versículo 17 ahora, no voy a


terminar este pasaje entero, es demasiado importante, pero
vamos a iniciar. Se lo voy a leer en su totalidad, versículos 17
al 25.

“Esto os mando, que os améis unos a otros. Si el mundo os


aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a
vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero
porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por
eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os
he dicho, el siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han
perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si hay
guardado mi palabra, también guardaran la vuestra. Mas todo
esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al
que me ha enviado. Si yo no hubiera venido, ni les hubiera
hablado, no tendrían pecado. Pero ahora no tienen excusa por
su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre
aborrece. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún
otro ha hecho, no tendrían pecado. Pero ahora han visto, y han
aborrecido a mí y a mí Padre, pero esto es para que se cumpla
la palabra que está escrita en su ley, ‘Sin causa me
aborrecieron’.”

Le he estado diciendo que esta noche, esta noche de jueves,


la última noche que nuestro Señor pasó con sus discípulos
celebrando la pascua, está ha sido una noche como ninguna
otra y hasta ahora ha sido una noche de amor. Comenzó con
una expresión por Juan, que habiendo a los suyos que estaban
en el mundo, los amó hasta la perfección. Ha sido dominada
por amor y ha sido un tiempo increíblemente maravilloso que
nuestro Señor ha pasado con sus discípulos. Pero ahora, de
pronto, en un cambio dramático, cambia de amor a odio.
Y la palabra aborrecer es usada de manera repetida en este
pasaje, una y otra y otra vez. Y entiendo que es una palabra
fuerte y tiene la intención de ser una palabra fuerte. Esta es
una porción muy incisiva, muy poderosa de las Escrituras.
Esencialmente, nuestro Señor les promete persecución como
resultado del odio. Les dice, y a todos los que lo seguirán, que
en el nombre de Cristo serán aborrecidos por el mundo.
Obviamente, esto comenzó con el odio hacia Cristo mismo, lo
odiaron tanto que lo mataron. Y no pasó mucho tiempo para
que ese odie se transfiriera a sus seguidores. La iglesia nació
en el segundo capítulo de Hechos, en el capítulo 3 Pedro
predica un sermón, y para el capítulo 4 los apóstoles son
arrestados, y encarcelados por la autoridad judía. En el
capítulo 5, son encarcelados de nuevo, en el capítulo 6
comenzamos a conocer algunos de los creyentes en la
primera iglesia, por nombre, y uno de ellos es Esteban. Y en el
capítulo 7, él es apedreado hasta la muerte, por una multitud,
después de un juicio falso, ante la corte alta judía, el Sanedrín.

Para el capítulo 8, la persecución general se desata en contra


de todos los creyentes, dirigida por un hombre llamado Saulo.
Para el capítulo 12, el primer apóstol es asesinado. Es
Santiago, es Jacobo el hermano de Juan y él es matado por
Herodes. En el mismo capítulo 12, Herodes encarcela a Pedro,
encerrándolo hasta que encontrara el tiempo apropiado para
ejecutar a Pedro, pero Pedro fue liberado por un ángel. La
persecución continuó, para que supiéramos a partir de la
historia que todos los apóstoles fueron martirizados, excepto
por Juan que fue exiliado a Patmos.
Llegamos al capítulo 9, y tenemos la conversión de Saulo, en
Pablo, e inmediatamente después de su conversión, enfrenta
amenazas y persecución por parte de los judíos mismos en
Damasco, en donde él fue convertido. Comenzando en el
capítulo 9, él enfrenta persecución y eso sigue hasta el final
del libro de los Hechos, en el capítulo 28, todo tiene que ver
con Pablo predicando el evangelio, plantando iglesias,
estableciendo líderes y siendo perseguido. Su vida estuvo al
filo de la muerte diariamente a partir de complots de los judíos
y los enemigos de la cruz entre los gentiles. Los primeros
perseguidores de los cristianos fueron los judíos, que vieron
a los cristianos como herejes, y en el capítulo 16 de Juan,
versículo 2, Jesús les dijo a sus discípulos que esperaran esto,
‘Os expulsarán de las sinagogas. Una hora vendrá en la que
toda persona que os mate, pensará que está ofreciendo
servicio a Dios.

Esta fue la actitud de los judíos. Los expulsaron de la sinagoga


y pensaban que estaban sirviendo a Dios cuando los
ejecutaron. Los judíos entonces fueron los primeros
perseguidores de los cristianos, fueron los que mataron a
Cristo, y fueron los que siguieron con la persecución de sus
seguidores. En el libro de los Hechos, el evangelio comenzó a
esparcirse en el mundo mediterráneo. Y en el mundo
mediterráneo, obviamente los gentiles estaban en control. No
paso mucho tiempo después de que los gentiles continuaron
con la persecución, y comenzaron a usar la espada en contra
de los cristianos. Los romanos continuaron con esa
persecución, esencialmente por casi trescientos años.
Los romanos pensaron que tenían razón de deshacerse de
estos cristianos, estos seguidores de Cristo, pero hubieron
razones políticas, los cristianos decían, ‘Jesús es Señor’, y no
decían ‘Cesar es señor’. La lealtad a Jesús como Señor
produjo una sospecha fuerte de deslealtad a Cesar, y de esta
manera deslealtad al estado romano. Y para ellos era una
especie de traición. Los cristianos también se rehusaron a
ofrecer sacrificios a Cesar, en esas ocasiones en las que se
les demandaba. Eran vistos como traidores. También eran
vistos como revolucionarios porque seguían hablando de otro
rey y otro reino. Su rey era Jesús, y su reino era el reino de
Dios.

Y después para empeorar las cosas, evitaron la molestia de


los romanos al reunirse en lugares secretos por la noche, y
sus reuniones clandestinas únicamente alimentaron más la
sospecha de su lealtad, y el hecho de que quizás estaban
tratando de comenzar con algún tipo de revolución,
particularmente entre los esclavos. Y después, los cristianos
predicaron un Dios, mientras que los romanos creían en
muchos. Y entonces los romanos pensaron que los cristianos
eran una especie de grupo ateo, quien negaba a los dioses.
Esto tuvo ramificaciones políticas porque no había separación
entre la iglesia y el estado, no. No hasta Estados Unidos
ciertamente, no en tiempo romano.

También tuvieron razones sociales. Los romanos estaban


aterrados porque los cristianos estaban teniendo una
influencia fuerte entre las clases bajas, la gente pobre, y eso
encaja con lo que la Biblia dice, ‘no muchos poderosos, no
muchos nobles. Dios ha elegido a los pobres y a los débiles,
y a los nadie, y a los nada.’ 1 Corintios capítulo 1. Y estaban
escuchando, y estaban oyendo, también temían que esto se
extendería a los esclavos, y podría haber una revolución de
esclavos. Y después, todos los acontecimientos sociales del
mundo romano, todos los festivales sociales que conducían
también, estaban ligados a la adoración de ídolos, eran
inseparables. Los cristianos se rehusaron a participar en la
adoración idolatra en el templo, y entonces se aislaron a sí
mismos de la vida social.

Entonces, estaban aislados de la vida política, aislados de la


vida social, y para añadir a eso, estaban viviendo vidas puras
y justas las cuales eran una reprensión constante, personal,
para la vida libertina del mundo romano. Inclusive
económicamente, los cristianos eran malos para los
negocios. Los predicadores cristianos y maestros, y testigos,
trajeron el evangelio y el evangelio libraba a la gente de los
demonios, y eso era malo para el negocio de los demonios. Y
los medios poseídos por demonios, y brujas y adivinos, hacían
mucho dinero al expulsar demonios, y al tener a gente librada
de demonios, eso era malo para el negocio de los demonios.
Usted ve eso en Hechos 16, y en Hechos 19 usted ve que fue
malo para el negocio de los ídolos, porque la gente quemaba
a sus ídolos, y eso hacía que las ventas de ídolos, se
desplomara.

Los cristianos eran, por todas estas razones y muchas más,


una amenaza. Era un grupo de personas extranjeras, viviendo
en el mundo romano. No absorbían, no se integraban, no se
mezclaban. Existieron en aislamiento total del sistema, pero
lo afectaron. A principios del siglo segundo, Plinio, el
gobernador romano de Bitinia, lamentó en una carta que él
escribió a Trajano, el emperador, que el esparcimiento del
cristianismo había causado que los templos paganos
quedaran desiertos, y la venta de los animales sacrificiales se
desplomaran significativamente.

Los cristianos, entonces, fueron culpados por todo, todas las


plagas, todas las hambres, desastres naturales, incluyendo el
incendio de Roma. Por estas y más razones, los cristianos
llegaron a ser aborrecidos en el imperio romano. Fueron
aborrecidos comenzando por los judíos, y continuamente por
los judíos, y ahora para añadir a eso eran aborrecidos también
por los gentiles. Ahora, esto no era nada más personal, aunque
era personal, iba a haber un precio por venir a Cristo, usted iba
a tener que ser aislado de padre, madre, hermana, hermano,
usted sabe que Jesús dijo todas esas cosas, él vino a traer
espada para separar a la gente de su familia y sus amigos,
porque eso es lo que el evangelio hace.

Definitivamente existía ese aislamiento personal, y


persecución personal que los individuos sintieron, pero fue
más que eso de lo que nuestro Señor estaba hablando aquí.
Hay algo oficial en esto, y la persecución oficial de los
romanos comenzó en el 64, esa fue la primera bajo Nerón, el
emperador Nerón. Los cristianos fueron arrestados, en todos
lados fueron torturados, fueron crucificados, fueron arrojados
a los animales salvajes, fueron quemados como antorchas
para las fiestas en el jardín de Nerón. Pedro y Pablo
probablemente fueron capturados en el periodo de la
persecución de Nerón. Y ese fue el tiempo en el que fueron
matados.
Tres décadas después, conforme esa persecución bajo Nerón
se desvaneció, tres décadas más tarde en los noventas, otro
gobernante vino, llamado Domiciano, y el lanzó otra
persecución oficial que se extendió más allá de Roma,
llegando hasta Asia Menor, inclusive fue más extensiva que la
anterior y es en ese periodo de persecución bajo Domiciano
que Juan fue expulsado a la isla de Patmos, y Antipas, que
conoció a Juan fue martirizado. La persecución esporádica
por parte de los romanos continuó en el siglo segundo, y en el
siglo tercero. Justino Mártir, por ejemplo, un líder cristiano,
fue ejecutado en ese periodo de tiempo.

Otra persecución que cubrió todo el imperio, vino en el año


250 AD bajo el emperador Decio. Quizás la más violenta de
todas las persecuciones, vino bajo Diocleciano comenzando
en el año 303. Las iglesias fueron destruidas, rollos de las
Escrituras fueron quemados, los cristianos fueron
masacrados, esto siguió hasta el 324 cuando Constantino
llegó al poder y estableció al cristianismo como una religión
del estado. Y ese fue el precursor del sistema católico romano,
el cual continuó siendo el archi-perseguidor de la iglesia
verdadera.

Durante mil años, después de eso y más, el sistema romano


persiguió a los cristianos verdaderos en todos lados. El
catolicismo romano floreció y creció hasta la edad media, y
fue el perseguidor primordial de los creyentes verdaderos. La
reforma vino, todos sabemos eso, los reformadores fueron
perseguidos, los del pacto fueron matados, todos conocemos
esas historias. Estuve de pie en un pequeño cementerio en
Edimburgo, y vi el interior de una pequeña cárcel donde los del
pacto fueron encerrados, todavía está ahí, antes de que fueran
quemados en la estaca o decapitados.

Esto ha continuado a lo largo de la historia. Es interesante,


que una fuente católica romana dice que, ‘en toda la historia
de la iglesia, alrededor de setenta millones de cristianos han
sido matados por su fe.’ Setenta millones, probablemente un
número conservador. Y después este articulo dice esto, ‘Dos
terceras partes de ellos, después del comienzo del siglo
veinte.’ Este articulo continúa diciendo que cientos de miles
han sido matados desde 1990 y todavía están siendo
matados.’ Toda esa historia es exactamente lo que Jesús dijo
en el pasaje que les leí. Nos aborrecen, nos aborrecen. Y
debido a que nos aborrecen, nos perseguirán.

Es una profecía que es absolutamente precisa. Jesús dijo eso,


y eso es exactamente lo que ha sucedido. Quizás usted nunca
pensó en eso como una profecía, pero eso es lo que es, y una
muy precisa. Nos dice lo que iba a venir, y eso es lo que la
historia ha registrado. Y el Señor dijo todo esto en la noche
antes de su muerte, con los once, conforme caminó al huerto
de Getsemaní, en donde él sería arrestado, y él mismo sería
ejecutado al día siguiente y comenzó la hostilidad que todavía
se lleva a cabo, inclusive en la actualidad.

Los asesinos masivos de cristianos en la actualidad son


musulmanes, y no parece haber ninguna tregua en contra de
los cristianos. Ni siquiera en contra de los cristianos
verdaderos, simplemente aquellos que se llaman a sí mismos
cristianos, no pueden entender la diferencia. Ahora, las
palabras de Jesús hasta este punto, que hemos estado viendo
en los capítulos 13 y 14, y la primera parte del 15, han sido
palabras de promesa y palabras de consuelo, y palabras de
aliento, y palabras de esperanza. Usted podría decir que han
sido palabras de bendición celestial. Han sido palabras de
amor, pero ahora son palabras no de bendición celestial, sino
de persecución terrenal.

Él les dio tantas promesas para alentarlos, él iba a preparar


un lugar para ellos en la casa del padre y regresaría y se los
llevaría al cielo. Iban a estar mejor con él, si él se fuera, porque
él enviaría al Espíritu Santo, y el Espíritu Santo estaría en ellos.
Él dijo que lo que pidieran en su nombre él lo haría, todos los
recursos del cielo estarían a su disposición mientras que
estuvieran en la tierra. Les dijo que poseerían al Padre, Hijo y
al Espíritu Santo, y establecerían su residencia en ellos
permanentemente. Serían capacitados por, amados por la
Trinidad. Les dijo que se les daría paz, se les daría gozo, que
serían fructíferos, y que su fruto permanecería eternamente.
Y después, todos serían llevados a la gloria.

Todo tenía que ver con el amor y promesa, y esperanza, y


consuelo, y después este cambio dramático de amor al odio.
Con todas las bendiciones celestiales, ahora viene la
hostilidad terrenal, aborrecimiento y persecución. El mundo,
dice él, será hostil hacia ustedes. Eso es verdad, lo ha sido, lo
es y siempre será. Y, por cierto, ser perseguido es el costo del
discipulado, “Toma tu cruz, y sígueme.” Para algunos hay
muerte en esto, para todos hay una medida de persecución.
Esa medida de persecución está relacionada a la fidelidad de
usted, a su fidelidad.

El Señor les había dado, a todos, las pruebas de su amor hacia


ellos y ahora él les advierte del odio del mundo. Cuando
alguien me dice, ¿qué crees lo que debemos hacer acerca de
la persecución de cristianos alrededor del mundo? Y de nuevo
digo, acéptala. De hecho, quizás si fuéramos más fieles habría
más de ella, no menos. Y él, conforme comienza a hablar de
esto en el versículo 18, el versículo 17 nos sirve como una
muy buena transición. Observe el versículo 17, “Esto os
mando, que os améis unos a otros.” Él dijo eso ahí atrás en el
versículo 12, él lo vuelve a decir, “Esto os mando, que os améis
unos a otros.”

Ahí atrás en el capítulo 13:34-35 él dijo, “Por esto conocerán


todos los hombres, que son mis discípulos, si os amáis unos
a otros.” Él les dijo, ‘ámense unos a otros, como yo los he
amado.’ Ahora él dice, ‘les mando que se amen unos a otros,
se sigan amando unos a otros, lo van a necesitar, lo van a
necesitar.’ Es como si dijera ‘Ámense unos a otros
profundamente, ámense unos a otros humildemente, ámense
unos a otros lealmente, ámense unos a otros fervientemente,
ámense unos a otros de manera devota, ámense unos a otros
sacrificialmente, como yo los he amado, porque lo único que
tienen son el uno y el otro. Lo único que tienen son el uno y el
otro. No van a recibir eso del mundo, van a recibir odio del
mundo.’

Entonces, ámense el uno al otro. Pedro más tarde en su


epístola él dice, “Amen a los hermanos.” Pedro dice, “Tened
amor ferviente el uno por el otro.” Pablo describe como es ese
amor en 1 Corintios 13, nos necesitamos el uno al otro.
Necesitamos amor fraternal, necesitamos la comunión de los
santos, en amor. El amor es el vínculo perfecto que nos
mantiene unidos, necesitamos esto porque no vamos a
recibirlo del mundo. ¿Por qué es que el mundo nos aborrece
tanto? ¿Por qué? Bueno, en este pasaje nuestro Señor da tres
razones por lo menos. Le voy a decir la primera, y únicamente
mencionar la segunda. El resto las cubriremos la próxima vez.

Razón número uno, viene del versículo 18 y 19. Versículo 18,


únicamente vamos a leer la primera parte. “Si el mundo os
aborrece”. Si el mundo os aborrece, y esa es una clausula
condicional que espera una respuesta positiva. Entonces
podría ser: “Debido a que el mundo os aborrece”. Después
pase al versículo 19, “Si fuerais del mundo, el mundo amaría
lo suyo, pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del
mundo, por eso el mundo os aborrece.” Entonces, si usted
pregunta porque nos aborrecen, ¿cuál es la respuesta? Porque
no somos parte del sistema. Existimos como una entidad no
absorbida. Somos un problema.

Hay un libro interesante, un libro secular, del porque los judíos


son liberales. Usted puede hacerse la pregunta, cuando los
estadounidenses han sido tan buenos con el pueblo judío,
cuando las raíces de la bondad estadounidense, básicamente
se encuentran en el cristianismo, ¿por qué los judíos son tan
liberales políticamente? La respuesta es porque la experiencia
pasada con el cristianismo en Europa, los hizo estar en contra
del cristianismo, porque supuestos cristianos hicieron la vida
miserable para los judíos. Fueron perseguidos en el nombre
del cristianismo en Europa.

Y cuando usted lee el libro, “Porque los judíos son liberales”,


y usted comienza a ver lo que el autor dice que estaba detrás
de esa persecución, el asunto predominante con las naciones
de Europa, por los judíos, fue que no podían hacer que se
integraran. No podían hacer que ellos absorbieran la cultura,
entonces se sentaron ahí como una entidad extranjera, y no
hicieron lo que el resto de la gente hicieron, y entonces se
volvieron una amenaza para ellos. Tenían diferentes leyes
para vestirse, diferentes leyes alimenticias, diferentes rutinas,
una religión diferente, una tradición diferente, costumbres
diferentes, y fueron objetos de la persecución debido a que no
se integraban.

Las culturas de Europa trataron de forzarlos para que se


integraran, y nunca lo hicieron. Y tenían pequeñas unidades
en las que existían juntos, comenzaban con negocios y
artesanías, y todos estaban contenidos en la esfera de su
propia vida y nacionalidad y religión. Esto generó mucha
hostilidad y odio y temor, dice el autor de ese libro. Bueno, esa
es una especie de microcosmos de cómo el mundo nos ve.
Somos un problema, porque simplemente no somos parte del
mundo. El mundo va en cierta dirección y no vamos en esa
dirección. El mundo cree ciertas cosas y nosotros no. El
mundo acepta ciertas cosas y nosotros no. El mundo dice que
ciertas cosas están bien, y nosotros no creemos eso. Somos
una entidad extranjera, aislada, existiendo dentro de otro
sistema, y no nos integramos.

El mundo, kosmos, ¿qué significa eso? básicamente en las


Escrituras significa los malos caídos. Y permítame decirlo de
otra manera, caído y cayendo, porque la raza humana no ha
acabado de caer. Si, en Génesis 3 cayó, pero ha estado
cayendo desde ese entonces. Comenzó la caída y continúa
cayendo. Hombres malos, van de mal en peor, en peor, en
peor, el mundo, el sistema de humanidad gobernado por la
maldad, todavía está cayendo. Entonces, ¿qué es el mundo?
es el sistema malo, caído y cayendo de gente no regenerada
controlado por Satanás.

En el evangelio de Juan, capítulos 12, 14, 16, nuestro Señor


dice, “Satanás es el gobernante de este kosmos.” Juan 8, “Se
están en el kosmos, en el sistema, sois de vuestro padre el
diablo.” Hay dos reinos existiendo en el mundo, está el reino
de Satanás y el reino de Dios, y no se mezclan, no se
combinan. No aplaudimos a aquellos que hace maldad, como
el sistema lo hace, Romanos 1:32. Saben que las cosas están
mal pero aún aprueban a los que las hacen. No hacemos eso,
no hacemos eso. Proverbios 29:27 dice, “El que es recto en el
camino es abominable al impío.” El que es recto en el camino
es abominable para el impío. El sistema impío odia la justicia.

“Si fuerais del mundo…”, y no los son, si fuerais del mundo,


“…el mundo amaría lo suyo.” Filéo, eso simplemente está
hablando de afecto natural. Si están en el mundo tienen un
afecto natural hacia ellos, y ellos hacia ustedes. Pero, me
encanta esto, “Antes, Yo los elegí del mundo.” Cuando usted
se convirtió en cristiano, usted fue elegido por Dios para salir
del mundo. Usted no es del mundo, a la mitad del versículo 19,
usted no es del mundo, ¿por qué? “Porque yo os elegí del
mundo.” Usted ahora es una reprensión viviente para el
mundo. Nos convertimos en la conciencia del mundo, nos
odian por eso. Y, oh, por cierto, les encanta ver a alguien que
se dice cristiano, caerse y arder en un desastre moral. Les
encanta ver eso. Se alimentan de eso.

2 Corintios 4, el apóstol Pablo dice, “Nosotros, quienes damos


manifestación de la verdad, nos recomendamos a nosotros
mismos a la conciencia de todo hombre. Hay una ley de Dios
escrita en el corazón de toda persona, los no regenerados
como también nosotros, la ley de Dios está en el corazón. Y
nosotros predicamos la verdad, agarra su corazón, alumbra
su conciencia y o los acusa o los justifica. Somos la
conciencia del mundo, y nos aborrecen por ello. Cuando usted
se convirtió en cristiano su relación con el mundo cambió. “Yo
os elegí.” Usted ve eso, de regreso, lo que él dijo en el versículo
16, “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a
vosotros, y os he puesto para que vayáis y lleved fruto, y
vuestro fruto permanezca.” Esto simplemente está reiterando
la elección divina, soberana para salvación. “Yo os elegí,
cuando yo los arranqué del mundo. Y los hice míos. Hubo una
desconexión total.”

Escuche a Gálatas 6:14, cuan dramático es, “El mundo me ha


sido crucificado a mí, y yo al mundo.” Esa parte de mi
existencia se acabó, está muerta. Soy un ciudadano del cielo,
mi Padre está ahí, y mi herencia está ahí, mi Salvador está ahí,
mi iglesia triunfal está ahí, mi recompensa está ahí. Somos
extranjeros y peregrinos, dicen las Escrituras, en este mundo.
Filipenses 2:15 lo describe bien, “Mostrándose ser hijos
irreprensibles, inocentes de Dios en medio de una generación
maligna y perversa, entre la cual aparecen como luminares en
el mundo.” entonces, aquí estamos, en el reino de las tinieblas
y somos las luces. ¿Y qué hace la luz? Efesios 5:11, “exhibe la
oscuridad”. Brillamos en la oscuridad y la exhibimos, y nos
odian por ello.

Santiago 4:4 invierte eso y dice, “La amistad con el mundo es


hostilidad hacia Dios.” Si es amigo del mundo, usted es hostil
hacia Dios. 1 Juan 2 dice, “Si alguno ama al mundo, el amor
del Padre no está en él.” Entonces, nos aborrecen porque no
somos parte de ellos. Literalmente hemos sido arrancados,
“Yo os elegí a vosotros.” Ese es un reflexivo medio, se
traduciría de manera precisa, “Yo os elegí para mí mismo.”
“Yo los recogí, yo los saqué del reino de las tinieblas.’ Dicho
en Colosenses 1, “Es trasladé del reino de las tinieblas al reino
del Hijo amado de Dios.”

Ahora, el gobernante del reino de las tinieblas no está contento


por ello. Él odia a Dios, él odia a Cristo, él odia al Espíritu Santo,
él odia a la iglesia, él odia a los creyentes, él odia a la verdad.
1 Pedro 5:8 dice, “que el anda alrededor como león rugiente,
buscando a quien devorar.” El odia a los justos, la iglesia sale,
predica pecado, juicio, infierno, salvación, evangelio, gracia, el
mundo lo aborrece. Dice usted, ‘Bueno, no parezco ser tan
aborrecido por el sistema.’ ¿Puedo elevar eso, rápidamente,
para usted? Si usted quiere ser fiel, como un creyente, intente
esto. Pase a 1 Juan 3:11.

1 Juan 3:11, “Este es mensaje que habéis oído desde el


principio, que nos amemos unos a otros. No como Caín, que
era del maligno.” Wow. ¿Por qué es que Caín hizo lo que hizo?
Él era del maligno, Satanás. El mató a su hermano. ¿Por qué
ese joven tomó una pistola y le disparó a gente? No creo que
una explicación psicológica es la respuesta. Creo que una
explicación teológica es la respuesta. Él está controlado por
Satanás. Satanás es un mentiroso y un homicida, Juan 8. Ese
joven era del maligno.

Cualquier persona que aborrece el cristianismo, que persigue


a cristianos, es del maligno. Caín mató a su hermano, no
porque únicamente estaba celoso, seguro estaba celoso. No
porque tuvo algún tipo de crisis psicológica, no porque se
sintió rechazado e insatisfecho, sino porque su vida y su
pensamiento estaba controlado por Satanás. Eso es lo que
dice. ¿Por qué razón lo mató? Porque sus obras eran malas,
y las de su hermano eran justas. Permítame decirle como
puede usted elevar la hostilidad. Comience identificando la
maldad como maldad. No queremos hacer eso.

Permítame ayudarlo. El Papa es malo, él es del reino de las


tinieblas. Él es anticristo. Cualquier persona que diga que los
ateos se van al cielo, es anticristo. Jesús dijo, “En vuestros
pecados moriréis, y adonde yo voy nunca podréis venir,
porque no creen en mí.” No solo necesita creer en Dios, sino
en Jesucristo.

La homosexualidad es mala, alterar la identidad de género es


mala, el adulterio es malo, la fornicación es mala, la mentira
es mala, la soberbia es mala, el vivir centrado en uno mismo
es malo, la justicia personal es malo, esa es la razón por la
que mataron a Jesús, porque él dijo que su religión era mala.
Sus vidas eran sepulcros blanqueados, pulidos por fuera con
religión, pero adentro estaban lleno de huesos apestosos,
muertos. Si usted regresa al capítulo 7 de Juan, y el versículo
7, Jesús dijo, él está hablando al pueblo, él dijo, “El mundo no
os aborrece…” simplemente a la gente a la que le está
hablando, caminando en Galilea. “…pero me aborrece a mí.
¿Por qué me aborrece a mí? Porque yo doy testimonio de que
sus obras son…” ¿qué? “…son malas.” Si no decimos eso,
estamos pecando. Usted puede decirlo en amor, pero tiene
que ser dicho.
Nos aborrecen porque no somos parte del sistema, porque
mediante nuestra vida, reprendemos al sistema, y por nuestro
mensaje condenamos lo que es el sistema. Condenamos todo
en él, condenamos su filosofía, su religión, sus ideologías, sus
metas, sus objetivos, todo. Y eso significa que la hostilidad
viene de individuos, pero también se incrementa y viene
colectivamente, primordialmente de la religión organizada.
Quizás está resumido en las palabras de 2 Timoteo 3:12,
Pablo dice, “Y también, todos los que quieren vivir
piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución.”

No todos hemos enfrentado el mismo nivel de persecución,


nadie nos está quemando en la estaca, aún. Pero en algún, en
el mundo, los creyentes están siendo matados, decapitados,
se les está disparando. El reino de las tinieblas, me parece, se
está apoderando más y más y más de manera más agresiva
de esta cultura. El mundo nos aborrece, simplemente, porque
no pertenecemos al mundo. Y somos una reprensión viva y
verbal para esta cultura. Lo que esta cultura afirma, lo
rechazamos. Su estándar de bondad y maldad lo rechazamos.
Sus tolerancias las rechazamos. Sus metas y objetivos lo
rechazamos. Seguimos la Palabra de Dios, el mundo no.

No obstante, es interesante, no es cierto, que tantas personas


que están en el mundo ahora, les gusta llamarse a sí mismas,
cristianas. Pero eso debe esperarse, Jesús dijo, “Satanás va
a sembrar cizaña entre el trigo.” Esta es la historia de la iglesia,
esta es la historia del cristianismo, somos aborrecidos porque
no somos del mundo. Somos una entidad extraña que
reprende en medio de este sistema. Satanás nos odia, los
demonios nos odian, y todos los súbditos del reino de las
tinieblas están en contra de nosotros. Así es.

Hay una segunda razón, únicamente la voy a presentar. Nos


aborrecen porque no somos parte del mundo y nos aborrecen
porque aborrecieron a nuestro Señor Jesús. Regrese al
versículo 18, “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha
aborrecido antes que a vosotros.” Cualquier persona que
aborrece a Cristo es mala, porque no hay nada en Cristo que
deba ser aborrecido. Simplemente es maldad. Pero si lo
aborrecieron a él, dijo él, “Y si los aborrecen a ustedes, me
aborrecieron a mí antes de que los llegaron a aborrecer a
ustedes.” Después, versículo 20, “Acordaos de la palabra que
yo os he dicho.” Esto está ahí atrás en Mateo 10:24, “El siervo
no es mayor que su Señor. Si a mí me han perseguido, también
a vosotros os perseguirán. Si han guardado mi palabra,
también guardaran la vuestra.”

Punto simple: Nos van a tratar como trataron a Cristo. El


mismo Satanás, los mismos demonios, el mismo reino de las
tinieblas, el mismo odio hacia Dios, hacia la justicia, bondad,
la verdad que existe. Lo aborrecieron a él, nos aborrecerán a
nosotros. Esa es la razón por la que mataron a Esteban, esa
es la razón por la que mataron a Jacobo, y porque la matanza
ha seguido desde ese entonces. Y realmente creo que,
tenemos que aceptar esa realidad, y creo que debemos ser
más fieles en hablar la verdad, lo cual podría inclusive elevar
la persecución. Pero es necesario, es necesario. Debemos ser
fieles.

Mateo 5, Jesús dijo, “Van a ser perseguidos.” “Pero


bienaventurados son cuando son perseguidos por causa de
mí.” Usted no espera ser tratado mejor que su Señor. Si él, el
perfecto, fue tratado de esa manera, ¿cómo es que nosotros
los imperfectos, esperamos ser tratados diferente? Y si somos
cristianos, identificados con Cristo, esperamos que el mundo
que está a cargo de Satanás, tenga exactamente la misma
actitud hacia nosotros, que tuvieron hacia él. No me
sorprende, y usted tampoco debería estar sorprendido. Y si
usted no ha experimentado nada de eso, quizás usted está
tratando de ser un discípulo secreto. Quizá usted necesita
más valiente acerca de lo que usted dice. Y no solo acerca del
buen lado de conocer a Cristo, sino acerca de la realidad de la
muerte y el juicio y el infierno. El infierno, el castigo eterno, el
pecado. Esas cosas necesitan ser proclamadas, y
necesitamos decir, “Sus obras son malas. Y la maldad tiene
una consecuencia, y es divina, y es eterna, a menos de que
sean perdonados mediante el evangelio de Jesucristo.’

Una porción muy importante de las Escrituras. Oh tengo


mucho más que decir del punto dos, y mucho más que decir
del punto tres, la próxima vez.

Señor, de nuevo, estamos abrumados por la seriedad de esto,


tu nos has explicado el mundo a nosotros. Lo entendemos, lo
vemos, tu Palabra abre nuestros ojos, entendemos porque es
como es. Esto es tan útil. Ayúdanos también ha saber que
somos bienaventurados cuando somos perseguidos por
causa de la justicia. Somos bienaventurados cuando la gente
habla mal de nosotros, debido a Cristo. El cielo se abre y nos
bendice, inclusive en medio del sufrimiento. Hay testimonio
de eso a lo largo de toda la historia, de la bendición que viene,
inclusive en la hora de la muerte para aquellos que sufrieron
el martirio en manos de pecadores.

Señor, no tenemos algún tipo de problema que nos hace


anhelar eso, algún tipo de idea torcida de heroísmo, pero
queremos ser fieles en proclamar la verdad, de hablar abierta
y honestamente acerca de la maldad y el pecado, y el juicio y
el infierno, para que los pecadores puedan huir a Cristo.
Ayúdanos a ser fieles, a recordar que en este mundo
tendremos problemas, a recordar que en este mundo
tendremos aflicción, pero tú has vencido al mundo entonces
podemos tener ánimo, siempre triunfamos en Cristo. Y si
tenemos fruto que permanece, si vamos a tener fruto, si
vamos a ser usados para congregar a los elegidos a la
salvación, tenemos que hablar la verdad. Ayúdanos a
confrontar el pecado en nuestro mundo, y a nuestro alrededor
y a los pecadores y a mostrarles el camino del perdón en
Cristo.

Y Señor, oro por aquellos creyentes alrededor del mundo que


ahora están sufriendo, que están encarcelados, que son
perseguidos, que están bajo la amenaza de la muerte. Y
algunos de ellos quizás, ni siquiera sean cristianos reales,
porque de alguna manera en las circunstancias extremas en
las que están, tengan suficiente conocimiento del
cristianismo para venir a un conocimiento verdadero del
Salvador. Oro Señor, porque tú le des a tu iglesia poder en
medio de la persecución, conforme la persecución escala, que
tu iglesia sea purificada por ella, que los falsos huyan porque
no quieren sufrir. Que la iglesia que es verdadera y genuina,
redimida sea conocida, y sea fiel en proclamar el evangelio,
por el alto llamado que nos has dado escogiéndonos del
mundo, estamos tan agradecidos.

Hemos muerto al mundo y el mundo a nosotros. Somos


ciudadanos del cielo, aquí somos peregrinos y extranjeros,
pero también somos embajadores. Se nos ha dado el
ministerio de la reconciliación para predicar el evangelio de la
muerte sustitutiva, y la resurrección de Cristo. Que seamos
fieles y útiles a ti, en esa tarea que es la más sublime de todas
las tareas en el mundo. Pedimos en el nombre de Cristo.
Amén.
Por qué el mundo odia a los cristianos,
2ª Parte
Juan 15:17-25

Estamos estudiando el evangelio de Juan, y quiero que


regrese al capítulo 15. Juan 15. Y hemos estado viendo los
versículos 17 al 25. Hicimos eso la semana pasada, y vamos
a concluirlo esta mañana. Es una porción muy interesante de
las Escrituras, es una que debe ser entendida por los
creyentes, es una que creo que en la actualidad es pertinente,
porque nos dice que esperar como creyentes en el mundo. Y
lo estamos viendo por todo el globo, inclusive en la actualidad.
Es una profecía que nuestro Señor dio, y siempre ha sido
cumplida y está siendo cumplida frente a nosotros en este
momento.

El texto comienza en el versículo 17, retomémoslo ahí. “Esto


os mando, que os améis unos a otros. Si el mundo os
aborrece, ñ que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo amaría a lo suyo, pero porque
nos sois del mundo antes yo os elegí del mundo, por eso el
mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he
dicho. El siervo no es mayor que su Señor. Si a mí me han
perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si han
guardado mi palabra, también guardaran la vuestra. Mas todo
esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al
que me ha enviado. Si yo no hubiera venido ni les hubiera
hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa por
su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre
aborrece. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún
otro ha hecho, no tendrían pecado, pero ahora han visto y han
aborrecido a mí y a mi Padre. Pero esto es para que se cumpla
la palabra que está escrita en su ley, ‘Sin causa me
aborrecieron.’”

Un grupo de investigación, recientemente estimó que unos


cien millones de personas, que se llaman a sí mismas
cristianas, están bajo persecución en el mundo, en la
actualidad. Alrededor de cien millones, probablemente un
número bajo. La persecución por parte del islam, es la
persecución más abierta en contra de cristianos, comenzó
desde el siglo siete, y todavía se lleva a cabo por lo menos en
41 países musulmanes. Pero los cristianos no solo han sido
el objeto del odio musulmán. Los cristianos han sido a lo largo
de toda la historia de la iglesia, la gente más odiada y
perseguida en el mundo, particularmente, los cristianos
verdaderos. Pero inclusive los cristianos nominales en
nombre, han sido perseguidos, los cristianos han sido
perseguidos por muchas naciones, y muchos gobiernos a lo
largo de la historia.

No lo voy a arrastrar por todo, hicimos un poco de eso la última


vez, pero, regrese al siglo diecinueve y usted encontrará que
los otomanos mataron a dos y medio de millones de
cristianos. Regrese al siglo veinte, y se estima que los
soviéticos mataron a medio millón de cristianos y los
alemanes, a otro cuarto de millón. Los cristianos han sido
perseguidos por decenas de miles por todo el planeta, desde
Madagascar a España, desde México a China, desde Japón a
India, desde Alemania a Rusia, desde Francia a todo tipo de
países en el medio oriente.
¿Por qué es esto? la respuesta simple nos es dada en el texto
que le acabo de leer. Nuestro Señor, de manera explícita
predice odio por parte del mundo para los cristianos. Inclusive
nos dice por qué. Pero debería ser obvio, antes de que veamos
ese texto que el cristianismo es odiado porque es verdad, es
verdadero. Y el mundo entero yace bajo el poder del maligno,
de Satanás quien es un mentiroso. El cristianismo le dice la
verdad acerca de todo, la verdad acerca de Dios, la verdad
acerca del hombre, la verdad acerca del pecado, la verdad
acerca del tiempo, la verdad acerca de la eternidad, la verdad
acerca de la creación, la verdad acerca de la consumación, la
verdad acerca del infierno, la verdad acerca del cielo, la verdad
acerca del pecado, la verdad acerca de la justicia, la verdad
acerca de la vida, la verdad acerca de la muerte, la verdad
acerca de la vida después de la muerte.

El cristianismo dice la verdad porque la Biblia dice la verdad.


Satanás es un mentiroso, y el domina el reino del mundo, él y
sus demonios. Están en guerra con Dios, están en guerra con
Cristo, están en guerra con el Espíritu Santo, y están en guerra,
por lo tanto, con la revelación de Dios que es la Biblia. Satanás
y sus huestes están en guerra con el evangelio, están en
guerra con la iglesia. No debería sorprendernos que, en la
actualidad de nuestro propio país, el cual ha tenido cierto
respiro durante su breve historia, no nos debería sorprender
ahora, que, en lugar de seguridad para los cristianos, que en
un tiempo fue parte de Estados Unidos, se está desvaneciendo
rápidamente.

Nuestro sentido de libertad y seguridad está amenazado


seriamente. Las persecuciones de cristianos continuaran
escalando. No hemos sufrido aún hasta la sangre, como
algunos en todo el mundo, donde leemos casi diariamente
acerca de cristianos que están siendo matados y decapitados.
Pero esto no es sorprendente para nosotros, y le dije la
semana pasada. Cuando la gente me dice, ¿qué hacemos
acerca de que los cristianos están siendo perseguidos
alrededor del mundo? mi respuesta es, “nada’. Porque eso es
exactamente lo que el Señor dijo que sucedería. Estamos
comenzando a experimentar lo que cristianos a lo largo de la
historia de la iglesia han experimentado. No nos debería
sorprender. Eso es exactamente lo que nuestro Señor dijo. Y
claro, él lo predijo y es preciso, como cualquiera otra cosa que
él dijo, es preciso.

Ahora, en las palabras que le leí, en el capítulo 15 de Juan,


fueron dadas por nuestro Señor a sus once discípulos,
después de que Judas se había ido para preparar la traición.
Fueron dadas a esos once discípulos que quedaron, en la
noche, antes de la crucifixión de Jesús. Hasta este punto la
conversación había sido acerca del amor. Comenzó en el
capítulo 13, siguió a lo largo del capítulo 14, hasta la primera
parte del capítulo 15. Y le dije que en cierta manera fue una
noche de amor. Él estaba mostrando su amor a ellos, él estaba
haciendo todo tipo de promesas abundantes para ellos,
acerca del gozo, y la paz, y la venida del Espíritu Santo, y fruto
y bendición, y oración respondida y todos los recursos del
cielo que estarían disponibles para ellos. Y él les estaba
diciendo que tendrían el Espíritu Santo, el Consolador, y
poseerían todo lo que necesitaran, fue una noche de amor.
Fue una noche en la que él estaba bañándoles con el amor del
cielo. Él se iba y estaban en una especie de pánico porque él
se iba, y entonces él los alienta y los consuela con todas estas
promesas, que salen de su amor por ellos, y son promesas
que se extienden más allá de esos once, a los creyentes a lo
largo de toda la historia.

Pero esa noche de amor cambió dramáticamente en el


versículo 18. En el versículo 18, la palabra aborreciere aparece
tres veces, por lo menos tres veces en la traducción en inglés,
dos veces en el griego. Y después vuelve a aparecer. Y otra
vez, y otra vez, y otra vez a lo largo de los versículos que le leí.
Y de pronto una noche de amor se convierte en una noche de
odio. Es un cambio dramático. Los discípulos que han estado
de entender todas estas promesas de amor, ahora son
confrontados con el hecho de que mientras que serán amados
por Dios, serán odiados por el mundo. Usted podría resumirlo
al decir esto. Los cristianos son las personas más amadas
por Dios, y de todas las personas, son las más odiadas por
Satanás. Somos las amadas por Dios y por lo tanto bañadas
con todas las bendiciones del cielo, somos las más odiadas
por Satanás y por lo tanto acosadas con lo peor del infierno.

Y vivimos en ese mundo, los amados y los más aborrecidos.


Los más bendecidos y los más atacados. Tenemos el tesoro
espiritual más grande, y tenemos la mayor probabilidad de
perder el tesoro terrenal más grande. Así es como vivimos,
esa es la razón por la que Jesús dijo, ‘Más vale que calcules
el costo antes de que te conviertas en cristiano. Serás amado
por Dios, pero serás odiado por el mundo.” Esta es una
profecía de persecución. Usted ve en el versículo 20, la palabra
‘perseguir’. Sabemos lo que eso significa, significa atacar con
el deseo de dañar a alguien.
Y la historia del cristianismo es una historia de persecución
basada en odio. Eso no va a cambiar, porque Satanás es el
dios de este mundo, el príncipe de la potestad del aire, quien
opera en los hijos de desobediencia. Él manipula a su fuerza
demoniaca, mediante seres humanos que son pecaminosos
y no han venido a la fe en Cristo, y no han sido transformados.
Entonces son súbditos del reino de las tinieblas, cumplen sus
objetivos y sus objetivos son odiar a Dios, Cristo, el Espíritu
Santo, la Biblia, el evangelio, y los cristianos. Y como dije la
semana pasada, hemos tenido una especie de respiro en
Estados Unidos, debido a la influencia fuerte del cristianismo
al principio de nuestro país, pero, eso está disminuyendo con
mucha rapidez.

Nuestro Señor, predice entonces que los cristianos van a ser


odiados, van a ser odiados severamente. Capítulo 16,
versículo 12 dice, “El tiempo va a venir cuando la gente os
mate, y piense que están ofreciendo servicio a Dios.” Esto es
serio. Van a ser perseguidos, van a ser matados, van a ser
matados. Y esa ha sido la historia de la iglesia. Muchos casos,
los predicadores más nobles, más elevados, los más
sublimes, los predicadores más fieles de la verdad fueron
perseguidos, encarcelados y ejecutados. Entonces, nuestro
Señor hace una transición en el versículo 17 y dice, “Esto os
mando, que os améis…” literalmente, que se sigan amando
unos a otros, “…así como yo los he amado.”

¿Por qué dice eso él en este contexto? Porque esto es tan


importante, somos lo único que tenemos. El mundo es nuestro
enemigo, el mundo es hostil hacia nosotros. El mundo odia
nuestro mensaje, odia nuestro evangelio, odia nuestra
santificación, odia nuestra influencia. Nosotros somos todo
lo que tenemos, y nuestro Señor dice, ‘Van a tener que amarse
el uno al otro.’ Ahí es de donde el único amor verdadero va a
venir, lo más probable es que no venga de su familia. Jesús
dijo voy a traer una espada para separar a gente, en una
familia cuando alguien cree el evangelio, terminan odiando a
su padre, su madre, a su hermana, su hermano, hay un
aislamiento, el odio toma el lugar del amor normal. Entonces,
deben amarse el uno al otro, y ese debe ser un amor extensivo,
él dice, ‘Ámense como yo los he amado.’

¿Cómo los había amado a ellos? Humildemente, los había


amado al servir sus necesidades, él los había amado al
bañarlos con todos los recursos que él tenía. Él los amó
sacrificialmente, versículo 13 dice, “Nadie tiene mayor amor
que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Y Jesús los
amó lo suficiente como para morir por ellos, así es como
debemos amar. Debemos amar sacrificialmente,
humildemente, generosamente, misericordiosamente, en
gracia, amablemente, perdonándonos. Nos amamos unos a
otros, tenemos que vivir el uno con el otro. Somos lo único
que tenemos en el mundo. Hay un sentido en el que rodeamos
los vagones, y el cuerpo de Cristo se convierte en la esfera en
la que vivimos, y amamos, porque es difícil en el mundo.

Y después en esta sección nuestro Señor, comenzando en el


versículo 18, les da varias razones por las que el mundo nos
odia. Comenzamos la semana pasada, entonces, únicamente
voy a repasar brevemente.

Razón número uno: No somos del mundo. Retómalo en el


versículo 18. “Si el mundo os aborrece…” debido al que el
mundo os aborrece, “…sabéis que a mí me ha aborrecido antes
que a vosotros.” Si fuerais del mundo, el mundo amaría a lo
suyo. Pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del
mundo, por eso el mundo os aborrece. Entonces, razón
número uno por al que el mundo nos odia, es que no somos
parte del mundo. ¿Qué queremos decir por el mundo? No
queremos decir el ambiente físico, no queremos decir el
planeta, no queremos decir eso. Bueno, ¿qué es lo que mundo
significa en un contexto bíblico? Mundo es kosmos, kosmos
es un sistema ordenado. Lo opuesto de kosmos en el griego
es caos, caos es una realidad desordenada. El mundo es un
sistema ordenado, es un kosmos. Hablamos de cosmología,
inclusive hablamos de cosméticos, los cuales ordenan donde
hay desorden, como ustedes damas, todas entienden.

Entonces, kosmos es un sistema ordenado. Ahora, el mundo,


como un sistema ordenado, es un sistema ordenado de
maldad, caído y cayendo. Continúa cayendo. Es un sistema
de gente no regenerada, controlada por Satanás y demonios.
Es un sistema de mentiras y engaño, e ideas equivocadas e
ingenio humano y entendimiento humano, levantado en
contra del conocimiento de Dios, ideas anti-Dios,
pensamientos anti-Dios. Este es el mundo, es un sistema de
mentiras satánicas y engaño. Y opera en la esfera moral e
espiritual.

Una buena definición 1 Juan 3:11 casi un contexto parecido


en donde Juan el apóstol le dice a los creyentes, “Este es el
mensaje que oísteis desde el principio. Que os améis unos a
otros.” Y él está regresando al texto de Juan 15, el Señor dijo,
“Ámense unos a otros”, van a necesitar hacerlo porque son
todo lo que tienen. “Y no como Caín, quien era del maligno.”
Y debido a que él era del maligno, quien es Satanás, y el
maligno es un homicida y un mentiroso, él mató a su hermano.
“¿Y porque razón lo mató?” ¿porqué es que Caín mató a Abel?
“porque sus obras eran malas y las de su hermano eran
justas.”

Entonces, “no os sorprendáis hermanos, si el mundo os


aborrece.” ¿Por qué nos aborrece? Sus obras son malas y las
nuestras justas. Ese es un problema para el mundo. Somos
como una conciencia para el mundo. Hay tantos puntos
obvios en los que usted podría demostrar esto en el mundo
en la actualidad. Simplemente póngase de pie y diga, ‘La
homosexualidad es mala’, como le estaba diciendo la semana
pasada. O cualquier otro pecado es malo. La mentira es mala,
el engañar es malo, la avaricia es malo, la fornicación.
Simplemente pase por la lista de pecados, inclusive los
pecados respetables, y observe al mundo reaccionar.

La razón por la que quieren aislarnos, la razón por la que


quieren eliminarnos del discurso público es porque aman la
maldad y somos justos. Literalmente, hemos sido
transformados de tal manera que somos nuevas creaciones.
Las cosas viejas pasaron, y las nuevas cosas tiene que ver
con justicia. Amamos lo que es verdad, amamos lo que es
recto, amamos lo que es honorable. Si fueras del mundo,
Jesús dijo, “los amarían”. Usted estaba bien antes de q
ue se convirtiera en cristiano, todo mundo lo aceptaba a usted.
Lo amaban a usted, no los confrontaba usted a ellos, no los
exhibía, no los intimidaba, tenían una afinidad natural.
Por eso, “pero debido a que no sois del mundo, sino que yo os
elegí del mundo, el mundo os aborrece.” Vimos eso, hasta
cierto detalle la última vez. El mundo es un sistema de maldad,
eso incluye religión, eso incluye toda ideología que es anti-
Dios, anti-Escrituras. Incluye religión, es ateísmo, el cual es
una especie de religión que hace del hombre, Dios. Es teísmo,
creando algún otro Dios que no existe, que realmente es un
demonio, es politeísmo, teniendo muchos dioses. Es poli-
demonismo, adorando a muchos espíritus demoniacos. Es
cualquier forma de idolatría, cualquier secta, cualquier
filosofía, cualquier psicología. Lo que esté en contra de Dios,
lo que esté en contra de las Escrituras, es parte del sistema, y
odia a Dios.

Y odia a Cristo, y odia a las Escrituras, y odia la verdad, porque


es dirigido por Satanás.

De regreso en Juan, capítulo 3, al principio de este evangelio


nuestro Señor presentó esto de manera clara en el versículo
20, él dijo esto, “Todo el que hace lo malo, aborrece la luz.”
Todo el que hace lo malo aborrece la luz. ¿Por qué? él no viene
a la luz por temor que sus obras sean exhibidas. Aborrecen la
luz. Somos la luz del mundo, traemos luz en la iniquidad,
quitamos la roca y descubrimos la maldad que está abajo.
Somos odiados debido a eso. “No os sorprendáis si el mundo
os aborrece. Yo os elegí del mundo.” Ahora, literalmente
somos ciudadanos del cielo, que hemos sido transformados,
tenemos nuevas naturalezas, amamos lo que es puro y recto
y santo, y bueno. Amamos la ley de Dios, amamos a Dios,
amamos al pueblo de Dios, amamos la verdad, y somos una
reprensión para el mundo.
Entonces, como vimos la última vez, la primera razón por la
que nos odian es porque no somos parte del sistema de
maldad. Confrontamos ese sistema, convencemos de pecado
a ese sistema, intimidamos a ese sistema, tanto con nuestras
vidas como con nuestro mensaje. Ahora, en segundo lugar, y
esto en cierta manera es donde nos quedamos y hacia donde
nos dirigimos la semana pasada, el mundo nos aborrece,
primero porque no somos del mundo, en segundo lugar,
porque aborrecieron a nuestro Señor Jesucristo. Regrese al
versículo 18 por un minuto. Él dice, “Sabed que a mí me
aborrecieron antes que a vosotros”. Y después ahí, en el
versículo 20, “Acordaos de la palabra que os he dicho, el siervo
no es mayor que su señor,” él les dijo eso a ellos, sin duda
alguna, muchas veces y usted lo encuentra diciendo cosas
así, de regreso en el capítulo 10 de Mateo.

Pero esa misma noche, él había dicho eso en el capítulo 13,


versículo 16. “De cierto, de cierto os digo, un esclavo no es
mayor que su amo, ni el que es enviado es mayor que el que
lo envió. Eso es axiomático. Un esclavo no es mayor que el
amo, de lo contrario él sería el amo. Me aborrecieron a mí
antes de que llegaran a aborrecerlos a ustedes, simplemente
acuérdense, les dije, “Un esclavo no es mayor que su amo. Si
me persiguieron a mí, también a vosotros os perseguirán. Si
han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.” Los
van a tratar a ustedes de la manera en la que me trataron a
mí.

El apóstol Pablo dije esto, “Llevo en mi cuerpo las marcas de


Cristo,” al final de Gálatas 6. Llevo en mi cuerpo las marcas de
Cristo, todos los golpes, todos los azotes, todas las piedras,
todo lo que él recibió, las marcas de estar en la cárcel, todas
eran heridas que Pablo tenía, debido a que Cristo no estaba
ahí. Llevo en mi cuerpo las marcas de Cristo, las heridas de
Cristo. Lo que él simplemente estaba diciendo era, me
golpearon a mí, porque yo vengo en Su nombre. Me
aborrecieron a mí, porque yo lo represento a él. Así es. Jesús
les dijo a sus discípulos, ‘van a ser perseguidos, van a ser
aborrecidos, por causa de mí nombre.’

Esteban viene, en el libro de los Hechos, y levanta a Cristo y lo


apedrean hasta la muerte. Así como lo habían hecho con
Cristo, habían crucificado a Cristo, este predicador predica a
Cristo, lo apedrean hasta la muerte y en Hechos capítulo 8
una persecución entera se desata en Jerusalén, y la matanza
de cristianos comienza, y eventualmente alcanza al primer
apóstol y después a todos los demás. Mataron a todos los
apóstoles, y lo más probable es que fue así, excepto por Juan
que fue exiliado a la isla de Patmos. Si usted lee la carta de
Pablo a los Corintios, la primera y la segunda carta, él habla
constantemente acerca de lo que él sufrió. Simplemente
sufrimiento interminable, interminable por causa del
evangelio.

Pero hay una afirmación muy importante que él hace, en 1


Corintios capítulo 4, él dice, “Somos calumniados, nos hemos
convertido en la escoria del mundo, la basura de todas las
cosas, somos considerados como escorias, estamos en la
parte de abajo de la sartén. Somos el residuo que tiene que
ser tallado de la parte de abajo. Aquí estaba este hombre, el
más grande de los hombres que jamás había vivido, el apóstol
Pablo. Él era mayor que Juan el Bautista, quien fue el hombre
más grande que jamás haya vivido, pero todo mundo en el
reino es mayor que Juan porque estamos de este lado de
Cristo.

Y todos los que están de este lado de Cristo, difícilmente usted


podría encontrar uno más fiel y más diligente y más usado
que Pablo. Y sin embargo para el mundo él era la escoria, la
basura de la tierra. La basura, ¿por qué? Jesús dijo, “Me
aborrecieron a mí, los van a aborrecer a ustedes.” Piénselo de
esta manera, él era perfecto, nunca pecó, nunca fracasó,
nunca dijo algo equivocado, nunca hizo algo equivocado,
nunca pensó algo equivocado, no hubo nada hipócrita en él,
él era integridad absoluta, perfección absoluta, y de cualquier
manera lo aborrecieron.

Nosotros quedamos cortos de eso. Podemos ser hipócritas,


estamos luchando con el pecado, pensamos cosas que no
deberíamos pensar, decimos cosas que no deberíamos decir,
hacemos cosas que no deberíamos hacer. Nosotros
manchamos el nombre de Cristo. Nuestro Señor está diciendo,
‘Miren, si me aborrecieron a mí, sin pecado, sin falla alguna,
¿no creen que los van a aborrecer a ustedes? Y van a tener
razón de aborrecerlos porque ustedes no son perfectos.
Ustedes van a alimentar ese odio.’ Ustedes no pueden esperar
algo diferente de lo que el mundo nos está dando. Odiaron al
Señor Jesucristo perfecto, ciertamente, no van a amar a
cristianos imperfectos.

Entonces, nuestro Señor dice, ‘Espérenlo, va a ser así, van a


aborrecerlos porque no son del mundo. Los van a aborrecer
porque me aborrecieron a mí, y ustedes me pertenecen y
ustedes predican en mi nombre, y viven en mi nombre, y
proclaman mi nombre, y proclaman mi verdad, y van a
aborrecerlos de la misma manera que me aborrecen a mí. No
son mayores que su amo.

Ahora, eso nos lleva a un pensamiento final acerca de la fuente


de esto. Y realmente está detrás de todo. La tercera razón que
nuestro Señor da aquí, por el odio del mundo, es esta. Uno, no
somos del mundo. Dos, aborrecieron a nuestro Señor. Y tres,
el mundo no conoce a Dios. El mundo no conoce a Dios. Esto
necesita ser dicho y entendido de manera muy clara porque
la mayoría de la gente cree que conoce a Dios. ‘Oh, yo creo en
Dios. Yo soy una persona espiritual, ustedes saben, tengo un
lugar en mi vida para Dios. Oro a Dios.’ A pesar de todas esas
afirmaciones, por cierto, observen el versículo 21. “Más todo
esto os harán por causa de mi nombre...” toda esta
persecución, odio, “porque, no conocen al que me ha enviado.”

No conocen al que me ha enviado, ¡no conocen a Dios!


hablando de gente religiosa. Estoy hablando de líderes de
religiones, estoy hablando de teólogos, y sacerdotes, y
pastores, y gurús, y personajes religiosos, no conocen a Dios.
Es inclusive pero que eso, no solo no conocen a Dios, pase al
versículo 23, “El que me aborrece a mí, también a mi Padre
aborrece.” Pase al final del versículo 24, “Y han aborrecido a
mí y a mi Padre." Aquí está la condición de un ser humano no
regenerado, en el mundo, no conoce a Dios. Aborrece a Dios,
aborrece a Dios. La gente no ama a Dios, “si me amareis…”
¿qué harían? ¿qué? “…guardaríais mis mandamientos.”

El primero del cual es, “Este es mi Hijo amado, en quien tengo


complacencia, a él oíd.” Usted rechaza a Cristo y usted
aborrece a Dios. No conocen al que me envió, es una
afirmación fuerte de la realidad de los religiosos, no conocen
a Dios. Por cierto, esto fue algo que Jesús dijo mucho. Y
recuerde, él está circulando entre líderes judíos que creen que,
no solo conocen a Dios, sino que conocen a Dios mejor que
cualquier otra persona en el mundo. Y él les dice cosas como
esta, ahí atrás en el capítulo 7, versículo 28, él clamó en el
templo enseñando y diciendo, ambos me conocen a mí y
saben de dónde soy. Ustedes me conocen a mí y yo soy Jesús,
ustedes saben de dónde vine, Nazaret. “No he venido de mí
mismo, sino que el que me envió es verdad, a quienes vosotros
no conocéis.” Yo lo conozco, ustedes no. Esa es una
condenación del sistema religioso entero de Israel. No
conocen a Dios.

Más adelante en ese capítulo 8, versículo 19, estas personas


judías le dijeron, ‘¿Y dónde está tu Padre?’ Él dijo, “Ustedes no
me conocen ni a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí,
también conoceríais a mi Padre. Si me conocierais a mí,
también a mi Padre conoceríais.” No lo conocen a Él, y no me
conocen a mí.

Más adelante en ese capítulo 8, versículo 41, dijeron,


“Tenemos un padre Dios, Dios es nuestro padre”. Jesús dijo,
“Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais a mí, porque yo
procedí y he venido de Dios.” Pero, versículo 44, “Vosotros
sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer, quien es un homicida y él no permanece en la
verdad. No hay verdad en él. Cuando él habla mentira, de su
propia naturaleza habla, porque él es mentiroso y padre de
mentira. Porque yo hablo la verdad no me creen, ¿por qué no
me creen?” Versículo 47, “Él que es de Dios oye las palabras
de Dios. Por esta razón no la oyen ustedes porque no son de
Dios.”

Ustedes no conocen a Dios, no solo no conocen a Dios,


ustedes aborrecen a Dios, ustedes aborrecen a Dios. Ustedes
dicen ahí en el versículo 54, “Él es vuestro Dios.” Pero el
versículo 55 Jesús dice, “No han llegado a conocerle a Él, pero
yo le conozco, y si yo digo que no lo conozco sería un
mentiroso como ustedes. Pero lo conozco, prueba, yo guardo
Su palabra.” Este es el meollo, si usted no viene a Cristo para
salvación, usted no conoce a Dios. Usted está ciego, y está
sordo, y mudo, y muerto. El mundo, 1 Corintios 1, “por
sabiduría no conoció a Dios,” no puede encontrar a Dios por
usted mismo. Cuando Cristo viene, en 2 Tesalonicenses 1:8,
dando juicio y retribución, vienen a aquellos que no conocen
a Dios, que no conocen a Dios.

Ahora, no estoy diciendo que usted no conoce o sabe que un


Dios existe, porque eso es obvio. Piense en Romanos 1, por
un minuto, “Pues habiendo conocido a Dios, no lo honraron
como a Dios. ¿Qué significa eso? conocieron a Dios como una
entidad, conocieron a Dios como una fuente, conocieron a
Dios como la causa. A partir de la creación del mundo podían
ver sus atributos invisibles, su eterno poder, su naturaleza
divina. Es obvio de manera clara, siendo entendido por lo que
ha sido hecho, de tal manera que no tienen excusa. Claro que
saben que hay un Dios.

Estaba hablando con un hombre, tratando de explicarle eso.


Él había tocado el saxofón durante setenta años y yo le dije,
‘¿podría usted tomar un saxofón y tocarlo por accidente?’
‘Claro que no, claro que no.’ ‘¿Acaso las notas se podrían
arreglar, ordenar a sí mismas en una página sin tener un
compositor o alguien que lo arreglara?’ ‘No, claro que no, eso
es ridículo.’ Yo le dije, ‘entonces, si usted no puede tocar un
saxofón sin algún compromiso mental y trabajo. Y si usted no
puede ver notas que al azar se ordenan a sí mismas en una
página para tocar, para producir una pieza hermosa de
música. Usted ciertamente no podría asumir que el universo
entero es un accidente, ¿o sí?’ ‘No.’ Entonces yo le dije, ‘tiene
que haber un Dios’ y él dijo, ‘¡claro!’

Entonces, él sabe que hay un Dios, pero no conoce a Dios. Por


cierto, en Romanos 1:21, “Habiendo conocido a Dios” es el
verbo griego ‘ginosko’. Ginosko significa conocer por
observación, reconocer, darse cuenta, percibir. Sí, tiene que
haber una fuente, tiene que haber un alguien que hizo todo
esto. Eso es razonable, eso es racional. Decir que nadie lo hizo
es locura. Conocer por observación eso es ginosko, usted lo
ve, usted reconoce que es una realidad.

Pero de regreso a Juan 15, cuando nuestro Señor Jesús dice,


“No conocen al que me envió”, él usa el verbo oída, un verbo
griego diferente, que significa conocer internamente.
Entender, inclusive apreciar, respetar, considerar con honor.
Ustedes saben por observación que Dios existe, pero no lo
honran. Y eso es lo que Romanos 1 dice, no lo honran, ustedes
no lo conocen verdaderamente. Entonces Romanos 1 dice,
“los hombres se entenebrecieron en su mente, fútiles,
profesando ser sabios se volvieron necios, y cambiaron la
verdad de Dios por una mentira.” Romanos 1:28 dice, “No
consideraron apropiado reconocer ya a Dios” y el versículo
30, “se volvieron aborrecedores de Dios” Romanos 1:30.
La raza humana aborrece a Dios, no lo conoce y lo aborrecen.
¿Por qué lo aborrecen? Lo aborrecen al Dios verdadero porque
aman su pecado. Y él se siente en juicio en contra del pecado.
Esta ignorancia total de Dios es la condición de todo ser
humano, están aislados de la vida de Dios, aislados de Dios
en su totalidad, Efesios 2. Viven en oscuridad y muerte, Efesios
4. No tienen esperanza, son inútiles, están perdidos, hablan
de Dios, dicen que creen en Dios, tienen algún tipo de idea de
Dios, pero es una mentira diabólica, no conocen a Dios.

Leí esta semana una encuesta de algunas personas en


nuestro país, realizada por Ligonier, y Lifeway, la cual es el
brazo de publicaciones de la Convención Bautista del Sur. Y
estaban buscando encontrar la herejía más grande en Estados
Unidos. Una encuesta interesante. ¿Cuál pensaría usted que
sería la herejía más grande en Estados Unidos? Con lo que
terminaron fue algo muy interesante, es una negación de la
depravación humana. Es una negación de la depravación
humana. Estadísticas: 67% de la gente en este estudio, dice
que todo mundo peca por lo menos un poco, pero la mayoría
de la gente es buena por naturaleza. 67% de la gente. 40% dijo,
Dios me ama por el bien que hago.

Por otro lado, con respecto a la incapacidad humana, 16% dijo,


la gente no tiene la capacidad de volverse a Dios por su propia
iniciativa. 16% dijo, la gente no tiene la capacidad de volverse
a Dios por su propia iniciativa, 84% dijo, claro que sí,
básicamente buenos, hacen cosas buenas. 71% de los
estadounidenses están de acuerdo en que un individuo debe
contribuir a su propio esfuerzo para la salvación personal.
64% de los estadounidenses están de acuerdo en que una
persona obtiene paz con Dios, al tomar primero la iniciativa
de buscar a Dios y después Dios responde con gracia.

Entonces, resumiéndolo, la mayoría dijo, ‘Pecamos un poquito,


pero por naturaleza somos buenos. Hacemos bien y Dios
recompensa nuestras buenas obras al amarnos, tenemos la
capacidad de volvernos a Dios por nuestra propia iniciativa, y
la salvación involucra que tomemos nosotros la iniciativa, y
después Dios nos responde. Esa es una mentira enorme,
creída por la mayoría de la gente. Algunas veces alguien me
dice, ‘¿Por qué eres un calvinista? O ¿Por qué crees en las
doctrinas de la gracia o la soberanía de Dios?” Es bastante
simple, realmente es simple, se reduce a esto. ¿Está listo para
escucharlo?

Puede una persona, sin la ayuda de Dios, una persona, una


persona pecaminosa, que nace en este mundo, cualquier
persona. ¿puede un pecador, sin la ayuda de Dios, dejado a sí
mismo, escoger a Cristo, volverse del pecado, abrazar la
verdad, recibir el evangelio, creer y ser salvo? Si usted dice si,
entonces usted no entiende la naturaleza pecaminosa del
hombre. Si el hombre está ciego y está muerto y doblemente
cegado por Satanás y aislado de Dios, y en las obras de su
carne no puede hacer nada bueno, y toda su justicia es como
trapo de inmundicia, y nadie busca a Dios y todos son veneno
y corrupción. Si el hombre no puede hacer nada, entonces,
usted tiene que ser un calvinista. Porque Dios tiene que
invadir. Esta es una mentira de que hay bondad en el hombre,
es un fracaso en entender a Dios.

Pero creo que, inclusive algo peor que eso, es que la gente
aborrece a Dios y no lo sabe. La gente, en público, oigo a la
gente hablar positivamente de Dios, ‘Dios te bendiga’,
hablando de Dios, gente que aborrece a Dios. ¿Por qué digo
que aborrecen a Dios? porque aborrecen su ley, aborrecen sus
estándares morales, aborrecen las Escrituras, aborrecen la
justicia, y están cómodos con el pecado y la iniquidad. Usted
oye a gente decir, ‘Bueno, sí. Yo amo a Dios y soy cristiano y
vivo esta vida de pecado, de inmoralidad.’ Usted no ama a
Dios, usted no conoce a Dios, usted ha inventado a un dios
que tolera la iniquidad de usted, su iniquidad.

Y cuando yo le presento al Dios verdadero, que confronta su


pecado como pecado, el odio que usted tiene hacia Dios
entonces se vuelve hacia mí. Usted únicamente puede
conocer a Dios al conocer a Cristo. Él es el único camino a
Dios, nadie viene al Padre sino por mí, él dijo. Usted no puede
conocer a Dios a menos de que usted venga a Cristo, y usted
no puede venir a Cristo y confesarlo como Señor al menos que
el Espíritu Santo lo capacite para hacerlo. 1 Corintios 12:3,
“Nadie confiesa a Jesús como Señor sino por el Espíritu Santo,
es un milagro divino.”

Dice usted, ‘Bueno, ¿qué puedo hacer al respecto?’ clame a


Dios porque le muestre su gracia y le de vida. Usted no conoce
a Dios, usted nace siendo un rebelde, nace siendo hostil, nace
como enemigo, usted está aislado de Dios, hostil en su mente.
No solo usted está aislado de Dios y no conoce a Dios, sino
que usted aborrece a Dios. Usted podría amar a un dios de su
propia creación que tolera como es usted, pero no es el Dios
verdadero. Y hay aún más, de regreso al versículo 22 por tan
solo un minuto. “Si yo no hubiera venido, ni les hubiera
hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tiene excusa por
su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre
aborrece. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún
otro ha hecho, no tendrían pecado, pero ahora han visto, y han
aborrecido a mí y a mi Padre.”

¿Qué está diciendo? Bueno, aborrecen a Dios, sabemos eso,


él ha dicho eso, pero también me aborrecen a mí. Y él está
diciendo, ‘Si yo no hubiera venido y les hubiera hablado, si yo
no hubiera hecho las obras entre ellos que nadie más ha
hecho, no tendrían pecado.’ ¿Qué significa eso? no tendrían
pecado en un área específica. No significa pecado general,
claro, por cuantos todos pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios. Todos son pecadores, pero, no tendrían este
pecado. ¿Pero cuál es ese pecado? Es el pecado de rechazar
a Jesucristo. Ese es el pecado condenador. Si yo no hubiera
venido, y les hubiera hablado, no tendrían pecado.

Usted sabe, Hebreos 1, Dios habló y paso el tiempo por los


padres y los profetas, como en estos postreros días nos ha
hablado por su hijo. Cristo es la revelación completa de Dios,
él es la revelación completa de Dios, él es la gloria de Dios en
carne humana. Entonces, él es la revelación completa de Dios,
si yo no hubiera venido, no tendrían el pecado ahora de
rechazar doblemente a Dios. Rechazaron a Dios, como
revelado en la naturaleza sin excusa, Romanos 1. Rechazan a
Dios, como se rebelaron en el Antiguo Testamento, me
rechazan a mí por lo tanto han rechazado la revelación
completa, final, de Dios. Y me aborrecen a mí, y a mi Padre, a
pesar de las obras que yo he hecho.

El pecado más grande, es el rechazo de la revelación más


grande, y la revelación más grande es Cristo, y el pecado más
grande es rechazar a Cristo. Él está diciendo, ‘Si yo no hubiera
venido y hubiera revelado completamente a Dios, manifestado
a Dios, los hombres no podrían cometer el pecado más grande
de todos los pecados en contra de la revelación completa. Esa
es la razón por la que Hechos 17 dice que hubo un tiempo en
el pasado, antes de que Cristo viniera en el que Dios pasó por
alto el pecado, no significa que no le importaba a él, significó
que hubo una especie de tolerancia porque Cristo no había
venido. Pero ahora, dice Pablo, en el areópago en Hechos 17,
“Dios manda a todos los hombres que se arrepientan, porque
Él ha revelado a Cristo.”

Y Hebreos 10 lo dice de esta manera, “Cuanto más severo


será el castigo en el infierno, para la persona que tuvo por
indigno el pisar al Señor Jesucristo y su sacrificio.” Aborrecer
a Dios es ser condenado al infierno. Aborrecer a Dios en la
revelación plena de Cristo, es traer sobre usted un juicio eterno
de un grado mucho mayor, un grado mucho mayor. Cristo vino
y reveló a Dios, de una manera en la que nunca antes había
sido revelado. El pecado del hombre alcanza su cumbre
cuando rechazan a Cristo.

Tenemos una nación aquí, de personas que han sido


expuestos a la historia del Señor Jesucristo, han sido
expuestas al evangelio, y hay un rechazo masivo de
Jesucristo, y ese es el pecado más serio que cualquier ser
humano jamás cometerá. Entonces, ahí está la profecía de
nuestro Salvador que, así como el mundo aborrece a Dios, lo
aborrece a él, y nos aborrece a nosotros porque le
pertenecemos a él. todo ese odio es injustificable, es
injustificable aborrecer a Dios, Romanos 1; es injustificable
aborrecer a Cristo, Juan 15, pero lo hicieron y lo hacen.

Entonces, ¿cómo es que los once discípulos enfrentan esto


en la oscuridad de esa noche, camino al huerto en donde
Jesús va a ser arrestado y ejecutado? ¿Cómo van a responder
a esto? ¿van a decir, el plan entero se ha destruido? ¿Dios no
tiene el poder, Satanás ha ganado? ¿Cuál es su respuesta?
Esto es abrumador. No solo van a matar a Cristo, sino que nos
van a matar a nosotros. Nos van a aborrecer.

Hay una razón más, una afirmación más que Jesús hace que
es muy importante. Esta el hecho de que nos aborrecen
porque no somos del mundo, nos aborrecen porque
aborrecieron a nuestro Señor, nos aborrecen porque no
conocen a Dios, pero en cuarto lugar y muy importante, nos
aborrecen para cumplir las Escrituras, nos aborrecen para
cumplir las Escrituras. Y no solo esta Escritura, observe el
versículo 25. “Pero esto es para que se cumpla la palabra que
está escrita en su ley” Salmo 69:4. “Sin causa me
aborrecieron.”

El Salmo 69 es un salmo mesiánico, es un salmo que ve hacia


adelante al Mesías, a la venida del Mesías. Muchas cosas en
el Salmo 69 son de Cristo, y se indican en el Nuevo
Testamento. Los escritores del Nuevo Testamento regresan
al Salmo 69. Pero el Salmo 69:4 dice esto del Mesías,
“Aquellos que me aborrecen sin causa, son más que los
cabellos de mi cabeza. Aquellos que me quieren destruir son
poderosos, siendo de manera equivocada mis enemigos.”
Dios se anticipó al aborrecimiento, se anticipó a que
aborrecerían a Su Hijo, Dios se anticipó a que matarían a Su
Hijo, y eso fue parte de Su plan redentor. Matar a Cristo estuvo
en el plan de Dios. Aborrecer a Cristo fue profetizado. Matar a
Cristo fue profetizado, Isaías 53, Salmo 22, específicamente.

Pero escuche el sermón de Pedro en Pentecostés, Hechos


2:22, “Varones de Israel, escuchad estas palabras, Jesús
Nazareno, hombre certificado por Dios, para vosotros con
milagros, y maravillas, y señales que Dios hizo a través de él
en medio de vosotros, como ustedes mismos sabéis. A este
hombre entregado por el plan determinado de Dios y
anticipado conocimiento de Dios, clavasteis en una cruz, por
manos de hombres impíos y lo matasteis. Pero Dios lo
levantó.” Por el plan de Dios ustedes lo mataron, aborrecer a
Jesús estaba en el plan, aborrecer a Jesús estaba en el plan.

En el capítulo 4 del libro de los Hechos, no lo voy a leer,


versículos 23 al 31, dicen exactamente lo mismo, exactamente
lo mismo. Esta dentro del propósito de Dios, que aborrecieran
a Cristo y lo mataran. Versículo 28, “Hicieron lo que la mano
de Dios y el propósito de Dios predestinó”. Entonces, hombres,
él está diciendo a los apóstoles, este nos es el fin del plan,
este es el plan, que me aborrecieran sin causa, siguiendo el
plan. Fue necesario que él fuera aborrecido, que él fuera
crucificado, que llevara en su cuerpo nuestros pecados en la
cruz.

Estoy seguro que los discípulos se están viendo el uno al otro,


preguntándose ¿cómo sobrevivimos esto? ¿cómo
sobrevivimos esto? ¿cómo vamos a cumplir la promesa del
versículo 16, de ir y dar fruto que permanece eternamente?
¿cómo vamos a sobrevivir? Cómo vamos a ser usados?
Respuesta, los últimos dos versículos del capítulo, “Pero
cuando vengan el Consolador, a quien yo les enviaré del Padre,
el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio
también, porque habéis estado conmigo desde el principio.
“¿Cómo superarán la persecución? ¿Cómo van a superar el
odio? ¿Por el poder de quién? del Espíritu Santo, el Espíritu
Santo.

Y entonces, por el poder del Espíritu Santo, los creyentes han


entrado al mundo desde estos primeros apóstoles, y
literalmente han volteado de cabeza al mundo. Y el evangelio
se ha esparcido por todo el mundo, el Señor nos ha dado el
ministerio de la reconciliación, la persecución viene, siempre
estará ahí, el aborrecimiento siempre estará ahí, pero también
estará siempre ahí el poder del Espíritu Santo para lograr los
propósitos de Dios para congregar a su iglesia.

Padre, estamos agradecidos de nuevo, por la verdad de las


Escrituras, tan profunda, tan poderosa, tan rica. Ayúdanos
Señor, a entender como es el mundo para nosotros, ayúdanos
a elevarnos por encima de esto en el triunfo que hay en Cristo,
siempre triunfamos en Cristo Jesús, en el mundo tendremos
tribulación, pero tú has vencido al mundo. Padre, danos
oportunidad inclusive en un mundo que nos aborrece para
predicar tu verdad, proclamar el evangelio, venga lo que venga
a nuestro camino, a manera de rechazo y persecución que
continuemos siendo fieles y hagamos lo que 1 Crónicas 16
dice, que leímos antes, que prediquemos a los pueblos del
mundo, tomemos la verdad de la salvación a las naciones, la
llevemos a ellos.
Señor, continúa congregando a tu iglesia a través de
creyentes, inclusive en medio de la persecución. Edifica a tu
iglesia, y ayúdanos siempre a recordar las palabras
maravillosas de nuestro Señor Jesús en las bienaventuranzas,
cuando él dijo “Bienaventurados los que han sido perseguidos
por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los
cielos. Bienaventurados sois cuando la gente os insulta y os
persiga, y diga todo tipo de falsedades y de maldades en
contra de vosotros debido a mí. Regocijaos, y estad gozosos,
porque vuestra recompensa en el cielo es grande.”

Haz prometido recompensar a tus siervos perseguidos y


fieles, con bendiciones eternas. Que seamos fieles y veamos
hacia adelante eso. Estas cosas pedimos en el nombre de
nuestro Salvador. Amén.
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