A principios del siglo XX, México se sumió en la Revolución Mexicana, un conflicto
multifacético que buscaba transformar las estructuras políticas, sociales y económicas del país. En 1910, el descontento con la dictadura de Porfirio Díaz llevó al estallido de la revuelta. Líderes como Francisco Madero y Emiliano Zapata lucharon por la justicia social y la redistribución de tierras. La lucha armada y las distintas facciones en pugna caracterizaron esta etapa tumultuosa.
Expropiación petrolera:
En 1938, durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, México llevó a cabo la
expropiación petrolera. Ante la negativa de las compañías extranjeras, principalmente británicas y estadounidenses, de aceptar condiciones más equitativas para la explotación del petróleo, Cárdenas decretó la nacionalización de la industria petrolera mexicana. Este acto soberano marcó un hito en la historia de México, consolidando la idea de que los recursos naturales debían beneficiar al pueblo mexicano.
Tratado de Libre Comercio de América del Norte:
En 1994, México, Estados Unidos y Canadá firmaron el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte, que más tarde se transformaría en el T-MEC. Este acuerdo comercial buscaba eliminar barreras arancelarias y promover el intercambio económico entre los tres países. Aunque ha generado beneficios económicos, también ha suscitado debates sobre sus impactos en sectores específicos y en la economía mexicana en general.
Estos eventos representan momentos cruciales en la historia de México, desde la
lucha por la justicia social y la soberanía nacional durante la Revolución Mexicana hasta decisiones fundamentales como la expropiación petrolera y la participación en tratados comerciales internacionales. Cada uno dejó una marca indeleble en la evolución del país.