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trabajo comunal de las tierras (tanto las del pueblo mismo como las del Estado); las grandes

obras públicas (caminos, puentes, templos); el servicio militar y otras actividades.

La propiedad de la tierra y el trabajo en el Imperio incaico se desenvolvió en base del sentido


comunitario o interés colectivo. Las tierras eran repartidas por el Estado (se dividían en tierras
del Sol, tierras del Inca y tierras del pueblo). El trabajo era obligatorio. Existió un amplio sentido
de cooperación y ayuda mutua: se trabajaba en la comunidad o ayllu (ayni); en las tierras del
Inca y del Sol (minka); y cuando lo requería el estado, en obras públicas, en las minas, en las
plantaciones de coca, etc. (mita). Existía el sentido de reciprocidad, según el cual, el hombre o la
mujer “debían” al Estado una parte de su trabajo que entregaban cuando les era requerido. Por
su parte, el Estado “debía” recíprocamente a cada productor una serie de beneficios que iban
desde la protección y los servicios públicos, hasta los regalos y concesiones especiales.

La sociedad estuvo organizada a base de clases sociales. Existían dos clases muy
diferenciadas: la Nobleza y el Pueblo. En cada una de estas clases había diversos niveles. La
nobleza se dividía en nobleza de sangre (la familia del inca, conformada por el auqui o el
príncipe heredero, la coya u esposa del Inca, entre otros) y nobleza de privilegio (integrada por
gente recompensada por sus meritorios servicios, ya fuesen militares o de otra índole). El pueblo
estaba integrado por los hatunrunas (la gran masa de campesinos), los mitmaqkunas o mitimaes
(grupos étnicos trasladados de un lugar a otro, según conveniencia del Estado) y los yanacunas
o yanaconas (personas asignadas a tareas especiales, como el servicio doméstico).

Uncu o poncho inca. Representación con más de 150 diseños geométricos o tocapus.
Probablemente perteneció a algún noble cuzqueño.
La economía inca se basó en la agricultura que desarrollaron mediante técnicas avanzadas,
como las terrazas de cultivo llamados andenes para aprovechar las laderas de los cerros, así
como sistemas de riego heredados de las culturas preincas. Los incas cultivaron maíz, yuca,
papa, frijoles, algodón, tabaco, coca, etc. Las tierras eran propiedad comunal y se trabajaban en
forma colectiva. Desarrollaron también una ganadería de camélidos sudamericanos (llama y
alpaca). Por los excelentes caminos incas (Cápac Ñan) transitaban todo tipo de mercancías
desde pescado y conchas del Pacífico hasta sal y artesanías del interior.

La arquitectura se cuenta entre las expresiones artísticas más impresionantes de esta civilización
incaica. Destacan templos como los de Sacsayhuamán (mal llamada fortaleza) y Coricancha, los
palacios de los Incas en el Cusco y los complejos estratégicamente emplazados, como Machu
Picchu, Ollantaytambo y Písac.

La ciudadela de Machu Picchu, considerada una de las siete maravillas del mundo, fue
descubierta científicamente en 1911 por el estadounidense Hiram Bingham. Está ubicada a casi

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