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Y CONDUCTA (Quinta edicién) Robert H. Frank ‘Comell University Traducci6n: Esther Rabasco Licenciada en Filologta Hispénica Luis Toharia Catedritico de Fundamentos del Andilisis Eeondmico Universidad de Alcalé MADRID « BOGOTA » BUENOS AIRES * CARACAS * GUATEMALA + LISBOA + MEXICO NUEVA YORK = PANAMA « SAN JUAN + SANTIAGO « SAO PAULO AUCKLAND * HAMBURGO + LONDRES - MILAN » MONTREAL » NUEVA DELHI PARIS ‘SAN FRANCISCO SIDNEY * SINGAPUR # ST. LOUIS + TOKIO » TORONTO MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA. Quinta edicion ‘No ena pestis ta eproducciGa total o parsal de este Vito, st tratamiento orev kf transniice ce ninguna forma o por caalguler medic. ya Soa slectnico, meccnico, po fotncap 2, por resto u etcos metodo, sine permso brevio y por escita de los tolares det Conytih. DERECHOS RESERVADOS © 2005, respecto ata quia edicion en espaol, por -MeGRAW-HILLINTERAMERICANA DE ESPANA.S. AU Eaitiio Naleaty, 14 planta Basu 17 28023 Aravaca (Madrid) “Trnfacido de la quite edienSn en ings do MICROECONOMICS AND BEHAVIOR Copysight © MMII pox McGrai-Hill. Comparies fn. Isans 0.072342 ISBN: 84-481. 9648-4 epdsio lege M11 246.2008 tore: Ana Navarro Asst editorial: Amelia Nicva Cahiers: CD-Foxm ‘Compuesto eimpreso en Femniade: Ciudaé, S. L. IMPRESO EN ESPASA - PRINTED IN SPAIN EL AUTOR OBERT H. Frank obiuvo su thlo de B.S. en mateméticas en Georgia Tech en 1966 y posterionmente cnscfié matemétices y ciencias Gurante dos afios come voluntario del Pea ce Coms en las zonas rurales d# Nepal. Obtuvo un Master en estadistica en la Univer Sidad de California en Berkeley en 1971 y se doctord en economia en 1972, en esa misma uni versidad. Actualmente ocupa la citedra H.1. Lewis de economia en la Johnson Graduate ‘School of Management de la Universidad de Comell, donde también enseft principios de mi- croeconomia en el College of Arts of Sciences. Durante sus excedencias en Comell, ha traba- {ado como econemista jefe de Ia Civil Aeronautics Board (1978-1980), ha sido Fellow del Cea ter for Advances Study in the Behavioral Sciences (1992-1993) y profesor de civilizacién americana en I'Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Peris (2000-2001). El profs- sor Frank ha escrito sobre toda una variedad de temas, entre los que se encuentran la discri- minacion de precios y salarios, Ia fijaclén de los precios de los servicios piblicos, la medicién de la duraci6n de los periodos de desempleo y las consecuencias distributivas de la inversién, exterior directa, En los dltimos aftos, sus investigaciones hin girado en torno a Ja rivalidad y Ia cooperaciéa en la conducta economica y social, Entre sus libros sobre estos temas se encuen- tran Choosing the Right Pond: Haan Behavior and the Quest for Status, Passions Within Reo son. The Strategic Rote of the Emotions ¥ Laxury Fever. £1 3 Philip Cook son coautores dc ‘The Winner-Take-All Soctety, que recibi6 el premio Critics Choice Award y apareci6 tanto en la Insta de libros notables cel New: York Tirnes como en ia lista de los diez mejores libros de Bu- siness Week de 1995, El profesor Frank tambign es conutor ¢on Ben Bernanke de Principles of Economics. Sus libros se han traducido a ocho lenguas, Ma sido presidente de la Eastern Eco- nomic Association y titular de la cétedra Andrew W, Mellon (1987-1990) y se le ha distingui- do con el Kenan Enterprise Award (1993) y el Memnill Scholars Progra Outstanding Educator Citation (1991). wu Complements tu obra de teoria con... ejereicios; problemas y précticas | B4-48 4238-1 — SANCHEZ, = Exkectcios pe mmcrorconoutia ¥ CONDUCTA, 2004) + Teoria del caso con aplicaciones sociales, *+ No aplica as matemiticas eomo base para solucién de problemas. + 10 ejereicios introduciorios, + 1S qercivios intermadtios y avanzedos, + Diferentes soluciones + Los recursos y la teenologi + Las posibilidades de producci + Sistemas de asignacidn cle recursos + Empresa/Consamidor y Mercadas vempetitivos + Impuestos y regulaciones. 3. 84-481-3837-6 ~ DE LA [GLESIA ~ Mickorcoyontls 1vreRueDi. wa PROBLEMAS ¥ CUESTIONES, (2002) + La woria Gel consumidor, + Aplicaciones de la teoria del consurniior. + Produccién, costes y empresa. + Mereados de eompetencia imperfecta ‘+ Equilibrio general compottivo, Otros titulos de interés relacionadas °°" 84-481-4182.2 — HEY ~ MICROECONowia nvrenMeora. 2004) + Evonomizs sin producciéa, + Fconomias con produceién, Interiudio, * Aplicaciones e implicaciones de las herramientas bisieas + Ineficiencia Ge mereados de diverses tipos. is hp iirc i agiarane area k i PRIMERA PARTE: INTRODUCCION 1.0... seo Capitulo 1. CONTENIDO PREFACIO PENSAR COMO UN ECONOMISTA Enfoque de Tas decisiones hasaco en el andlisis coste-heneficio Exeri 1.1: ;Debemes bajar el volumen del tocadiscos E! papel de la teorfa econémica ‘Algunas trampas habituales en la toma de decisiones BILAPLO | 2: ;Dlehemes i hoy a esquiar’o a trabajar come ayudanter te imvestigaci6n? soe IEMPLD 1.3: ;Debemos ir hoy a esquiar a a tavar platos? Biewpio | 4: ;Debemos ponersias a trabajar nade mas terminar los estudios secundarios 0 ir a La yniversidad? Exeumo 1.5: :Er justo cobrar intoreces cuando #2 prose ‘dinero a un anige 0 a um Familicr? Einswri 1.6: :Por qué pogan inrereses fos bancos? Ener. 1-7: ;Debemes ir a Bosion en automdvid 0 en autobais? Emano L8: El ewerinento de lo TseNO 19: rch cA —_ | SO | perce nxvl | den ‘mite a los estudiantes abordarlos con mayor confianza. Las respuestas detalladas de todos es | cho {os problemas se encuentran en el manual del profesor. | ad los | ‘en, CAMBIOS DE LA QUINTA EDICION se que Muchos manuales universitarios son demasiado extensos, Parece que la solucién lgiea es pu- blicar libros de texto mas breves. Sin embargo, los libros breves suelen fracasar porque muctas de las pesonas que padrian optar por ellos no encuentran sus ternas favorites. Los libros que tie- nen éxito normalmente son grandes y casi siempre eumentan de tamafio con cada edicién. Al fin al eabo, hay que incluit quevas euestiones y es cusi imposible eliminar aguelfas a Tas que se han acostumbrado los lectores Por ese motivo, rasladé una parte significative de Ia ervera edicin a la pagina web de Mi- croecamom y comdiacea, Por rexoncs qu tas investi ‘bre la-economia dea conduc- ta deberfan habernos llevado a prever, ese experimento fue un estrepitoso fracaso, Somos ani- tales de costumbres, Después de realizar enormes esfuerzos para integrar sus notas de clase y la materia de Ia tervera edicién, 2 muchas usuarios les angustiaba fener que easciiar a sus es tndiantes a descargar mucho material de la web, Aunque nuestra infencicn al trasladar parte de Ja materia a la web noera en absoluto reducir la integnidad del texto publicado, entendimos e| mensaje. En la quinta edicion de Microcconomia y conducta, los apérdices que aparecian en las Den tres primeras ediciones se han restablecido casi intactos, al igual que alganos apartados que se os suprimieron en la cus ele. Sin embargo, el principal objetivo de la quinta edicién era tener en cuenta los extensos c0- sin- ‘mentarios de los evaluadores en tn intento de afinar tanto la cobertura de 1os terms como la cla- plo, ridac de la presentacién, Por ejemplo, el Capitulo 12 dedicado al monopolio ahora conticne die ‘mds materia sobre las economfas de red y sobre la importancia de la inversion fija en el sector wa de la informacidn. Y el Capitulo 13 dedicado a la competencia imperfecta ahora comienza con tuna introduccién sobre los principios generales de la teoria de los juegos antes de pasar a exa- minar modelos especificos de oligopolio como casos especiales, Ea Ja nueva edicidn también, he abandonado la practica de las anteriores de lamar . ¥ la mejor manera de hacerlo es nalizar uo serie de proble- mas que nos resul:an familiares por la experiencia real ENFOQUE DE LAS DECISIONES BASADO EN EL ANALISIS COSTE-BENEFICIO EJEMPLO 1.1 Muchas de las decisiones que estudian los economistas puccen formularse de la siguiente ma- era: {Debo hacer la uctividad 3? En el caso de la persona que esta considerando La posibilidad de ir al cine, «...hacer Ia ac- tividad x?» podefa ser, por ejemplo, «;,.Ver Casablanca esta noche». En el e280 de la person: ‘que va @ desayunar a un bufet, podria ser «,..comer otra tostada?». Los economistas resporiden ‘esas preguntas comparando los costes y los bencticios de realizar la actividad en cuestiém. La regla que utilizan es de una sencillez que desarma, pues si C(x) representa el coste de hacer xy BL.) los beneficios, a regia es: Si B(x) > C&x), dode hacerse x; en caso contrario, no Para aplicar esta regla, ¢s necesario defini y medir de alguna manera los costes y los be- neficios. Los valores monetarios constituyen un util comdn denominador par este fin, incluso ‘cuando la uctivided no tiene ralaci6n alguna con el dinero. (2) es la cantidad monetaria ma- -xima que estarfamos dispuestos a pagar por hacer x. A menudo se trata de una magnitud hipo- tética, la cantidad de dinero que estariamos dispuestas a pagar si tuvi€ramos que hacerlo, in- ‘clus aunque ef dinero no camble en realidad de manos. C(x), por etra parte, es el valor de todos los recursos a los que debemos renunciar para hacer x En este caso, tampoco tiene por qué entrafar una transferencia explicita de dinero. En la mayoria de lus decisiones, no es facil expresar algunos de los beneficios 0 de los cos- tesen tecminos monetarios. Para ver qué se hace en esos casos, examinemos kx sencitta decisiit siguiente. gDebemos bajar el volumen del tocadiscos? Nos hemos senlado en una ¢6mods silla y estamos escuchando un disco cuando nos damos cuenta de que les dos canciones siguientes no nos gustan. Si tuviéramos un reproductor cle dis c9s compactos programable, lo programariamos para que sc las saltara, pero como no Io tene- NIST, ycRoRCONOMIA Y CONDUCTA 5 curso mos, debemos decidir si nos levantamos y bajamos La misica 0 pos estamos quictos y espers nde mos 2 que acabe. «08 El bencficio de bajar el volumen es no tener que aguontar les canciones que no nos gustan. uc en El coste os la molestia de tenor gue leventamor de la sila, Si estamos muy e6modoa y 1a mi on, sica s6l0 es algo molesta, probablemente no nos moveremos. Pero si no Hlevamos mucho ees la tiempo sentadlos o sila misica es realmente molesta, es ms probable que nos levantemos. siones Incluso cuando se trata de seneillas decisiones como ésta, es posible expresar los costes y Sicién Jos beneficios relevantes en térmiinos monetarios. Consideremos, en primer Iigar, el coste de 12~ sidad, vantarse de Ia sila. Si una persona nos offeciera } centavo por fevantamnos de una comoda silla ten yy si no hubiera ninguna otra raz6n para hacerlo, ;aceptarfamos la oferta? Si somos como la mna- Yyorfa de las personas. no la aceptariamos, Pero Si nos ofrecieran 1.0008, nos levantariamos al Smvica precio de reserva instante. Nuestro precio de reserva, es decir, la cantided rminima por la que nos levantariamos wsque —-delsactividadx do la silla, se encuentra enire 1 ventavo y 1.0008. made | plecoalcue aun Para ver dénci se encuentra csa cantidad minima, imaginemos que realizamos una subas- Fesyalede y oftn| se mnues murals gp sarer nblewtere epee ete sama aa aoe por | eentavo hasta que llegamos a un punto en af que apenas merece la pena levantarse, E Ly em. la ace onden in. La ercy ‘gar en el que se encuentre ese punto dependerd, evidentemente, de las circunstancias. Si somos Ficos, tender a encontrarse en uit lugar mas alto que si somos pobres. ya que en exe Caso una cantidad dada de dincro parece menos importante; si nos sentimos con fuerzas, se hallaré en un lugar mas bajo que si estamos cansados; y as sueesivamente, Supongamos, para facilitar el ana- lisis, que nvestro precio de reserva por levantamos de la sila es de 18. Podemos realizar una si basta menial parecida para averiguar la camtidad méxinva que estarfamos dispuestow a pagar a ung persona para quia hajara la misica, Este precio de reserva mide los hencficios de hajar la ‘miisica, Supongamios que es de 75 centavos. Segiin nuestra regla formal de decisin, tenemos que = ebajar el yolumen del tocadiscos» que Bs) = 0.758 < C(x) = 1S, lo cual significa que debemos queslamos sentaskos. Escuchar las dos canciones siguientes sera dosagradable, pero menos que levantarse. Si fuera al contrario, tendeiamos que levantarnes y bajar la musica, Si B(x) y Cx) fueran iguales, nos darfa igual cualquiera de !as dos posibilidades. EL PAPEL DE LA TEORIA ECONOMICA os be- ‘cluso ami hipo- 0, in or de 1c por cisicin amos e diss lene Tal ver parerca algo extraia, por no decir absurda, la idea de que todo el mundo puede calcu lar realmente los costes y los beneficios de bajar el tocadiscos. Los economnistas han sido objeto. de duras eriticas por postalar supuestos poco realistas sobre el comportamiento de tos indivi- duos, y los profanos en seguida se preguntan de qué sirve imaginar a una persona tratando de averighar eudnto estarfa dispuesta & pagar por no tener que levantarse de fa silla Esta critica tiene dos respuestas. En primer lugar, los economistas no suponen en modo al- guano que los individuos realizan explicitamente caleulos de este tipo, Se trata, mis bien, de que ‘muchos ezonomistas sostiznen que podemos hacer wiles prediceiones si suponemos que senin ‘como si los realizaran, Esta idea ha sido expresada convincentemente por e| Premio Nobel Mil- ton Fricdmaa, quien Ia explica analrzando las técnieas que utiliran los buenos jugadores de bi lar! Sostiene que los golpes que eligen y fa manera especifica en que intentan realizarlos pue- den predecirse extruordinariumente bien suponiencio que tienen muy en cuenta tocas las leyes relevantes dk la fisica newtoniana, Naturalmente, muy paces buenos jugedores han estudiado fi sica y casi ningune es capaz de recitarnos leyes como «el éngulo de incidencia es igual al én- gulo de reflexion». Tampoce es probable que conozcan las deliniciones de «colisiones elds Milion Teicdmas, «The Mcthodology of Positive Economics», sity of Chicnzo Pres. 1935, mys bn Positive Economics, Chicago, Univer 6 CAFITULG 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTA, ‘cay y de «momento angular. Friedman sostiene que, aun asi. nunca habrian Megado a ser bus nos jiigadores si no huberan jugado siguiendo los dictados de las leyes dela fisica, Nuestra teo- rfa del jugador de billar parte del supuesto, poco realista, de que los jugadores conocen 1as le yes dela fisica. Friedman nos insta a juzgar esta teorfa no por lo preciso que sea su supuesto esencial, sino por lo bien que predice el comportamiente. Y en ese sentido, sus resultados son 4 realmente satisfactorios. “Todos nosotros también debemos adquirir, al igual que los jugadores de billar, la eapacidad necesaria para abordar las distintas situaciones. Muchos economistas, entre los que se encuentra Friedman, ereen que podrfamos comprender mejor nuestro comporiamiento si supusiranos {que actuamos siguiendo las teglas de decisién racional, Piensa que tanteando acabamos asi- ilando estas reglas, lo mismo que tos jugadores de billar asimilan las leyes de Ia fisica, ‘La segunda respuesta a la acusacion de que los economistas postulan supuestos poco rea- listas es admitir que la conducta real suele diferir de las predicciones de los modelos econs- mucus, Asi, comu setiata el economista Richard Thaler, « menudo nos compertanmos come ne- vatos mas que como experios jugadores de billar, sin Saber qué golpes vamos a dar ni como debemos picar la bolu correctamente para que quede en buena posicion para el siguiente golpe. Veremos abundanies datos que confirman esta idea | ero incluso cuando los modelos econsmicos fracasan desde cl punto de vista deseriptiv, suelen ofrecer orientaciones muy iitiles para tomar mejores decisiones. Es decir, aunque no siempre predigan cémo nos comportames en la realidad, a menudo pueden aportames utiles ideas para conseguir nuestros objetivos de una manera més eficiente, Si los jugadores novatos _ de bilar no han interralizado sain las leyes pertinentes de Ia fisica, pueden consultarlas para me- jorar, Los modelos econimicos suclen desempciiar un papel pacocido cn las decisiones ordi | natias de los consumidores y de las empresas. De hecho, este papel es por si solo un convin- cente motivo para aprender economfa, | ALGUNAS TRAMPAS HABITUALES EN LA TOMA DE DECISIONES ‘Algunos economistas se sienten ineémorlos si un profano les dice que lo que hacen se reduce en ‘gran parte a aplicar el principio de que debemos realizar una actividad si y sélo si sus beneficies son superiores a sus castes. jNo parece que eso sea suficiente para mantener alareada {odo el Ba), debernos quediamos y trahajar para nuestro profesor. Una persona qu no tuviera en cuenta el coste de oportunidad! de los ingresos perdidos. tomaria In decisién incorrecta de ire esqui “Tal ve7 se pregunte €! lector por qué hemos inttoducido en el Fjemplo 1.2 mucstras ideas so- bre el trabajo de investigacién. El hecho de que éste nos guste lo suficiente para que estemos dispuestos « hacerlo gratuitamente no es sino otra forma de decir que no tiene costes psiquicos. Eso es importante, ya que significa que sino lo hiciéramos, no estarfanos librindonos de algo desagradable, Naturalmeate, no todos los trabajos entran Centro de esta categoria. Supongamos, pos cl contrario, que el trabajo consistiera en laver platos en el comedor de fa universidad por el ‘mismo dinero, 45S al dia, y que fuera tan desgradable que no estuviéramos dispuestos a hacerlo por menos de 30S al dis. Si el encargado del comedor nos permitizra tomarnos un dfa libre ‘cuando quisiérarios, revisariames nuestra decisién de ir no a esquiar gDebemos ir hoy a esquiar o a lavar platos? Existen dos manctas equivalentes de examinar esta decisién. Una es decir que uno de los be- neficios de ira esquiar es no tener que lavar platos. Dado que nunca estarfamos dispuestos a ha- cer ese trabajo por menos de 308 al dis, para nosotros evitar esa tarea tiene ese valor. Por lo tan- to, ir a esquiar tiene el beneficio indirecto de no lavar platos. Si fo sumatos al beneficio ditecto de 608 de ir esquiar, tenemos que B(x] = 90S, Desde este punto de vista, C(x) tiene el mismo valor que antes, @ stber, los 405 que cuesta esquiar mais los 45$ del coste de oportunidad de lo que dejamcs de ganar, es decir, 858, Por lo tanto, ators B(x) > C(x), lo cual significa que debemos imnos a esquiar tra forma de Hegar af misrno resultado consistiria en sopesac los aspectos desagradabies del trabajo de Lavar platos y el sueldo, Segon este enfoque, restarlamos os 30$ diarios que valen para nosots estos axpecios de los 458 diarios que pereibinfamos si lo hiciéramos y diriamos que el coste de oportunidad de 10 trabajar erie] comedor es de 158 diarios solamente. En ese caso, Cx) = 405 + 155 = 555 < B(x) = 60S, y la conclusién es, de nuevo. que debemos imos a esquiar Da lo mismo la manera en que valoremos los aspectes desagradebles de lavar platos. Es ox ‘raordinatiamente importante, sin embargo, que lo hagamos solamente de una de Las dos for- mas. ;No los contabilicemos dos veces! {Porque ia rayorla de les exnudiantes nade més ‘erminar fos studios secuudarios? (CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMISTS EL Ejemplo 1.3 onuestra claramente que existe una relacisn recfproca entre fos costes ¥ los beneficios. No incurir en un coste es lo mismo que obtener ur beneficio. Por la misma razon, no obtener un beneficio es lo mismo que incurni en un coste, Con todo lo evidente que parece, a menudo se pasa por alto. Consiclereios, por jemplo, el caso de un estudiante extranjero de doctorado que ha recibido hace poco el titulo y que etd a punto de volver a su pais de origen. La legistacién de sw pais permite a las personas que re- presan det extrenjero introducir un automdvil nuevo sin tener que pagar el arancel normal de SQ por ciento. El suegro del estudiamte le pide que le Neve un Chevrolet nuevo de 10,0008 y le en- ‘via. un talon por esa Cantidad, jo que pone en aprietas al estuciante. ‘Tenia pensado comprar an Chevrote: para venderlo en su pafs. Dado que, como hemes sefialade, normatmente hay que po gar por los auteméviles nuevos un impuesto sobre las importaciones de un 30 por cient, un 3 Tomdvil de ese tipo se venderfa en un concesionario de su pafs por 15.0008, FI estudiante tima que é1 podria venderlo ficilmente por 14.0008, to quc le reportarfa un beneficio de 4.0008. Porlo tanto, el coste de oportunidad de Hevar el automévil au suegro por 10.0008 ce ria de 4.6008, No obtener este elevado beneficio seris un elevade coste. Al inal, es lx decision ‘que torna, ya que para él tiene mis vaior levarse bien con su familia. Incluso desde un punto de vista estrictamente econémico, la mejor deciskén no siempre es la que nos reporta mas dinero. gBebamos ponernos a trabajar nada mas terminar los estudios secundarios 0 ir a la uni- versidad? ‘Los castes de ir a la universidad no son meramente los gastos de matricula, alojamiento, co- ‘miula, libros, material, ets. También comprenden el coste de oportunidad de los ingresos que de. jamos de percibir mientras estamos estudiando, La cantidad gue ganamos aumenta conforme ids experiencia tenemos. Cuanto mayor es ésta, mas elevades son los ingresos a los que de- bemos renunciar para ir a la universidad, Por lo tanto, cuando menor es este coste de oportu- nidad es al terminar los estudios secundarios. Por Jo que se refiere a los heneficios, uno de los grandes beneficios de los estudios uni- versitarios es que permiten ganar mucho més. Cuanto antes vayamos @ Ja universidad, durante mds tiempo podremos aprovechamos de este beneficio. Otro lo constituyen los aspectos agra- dables de ir a la universidad comparados con los de trabajar. En general, Ios tipos de empleo que tiene Ia gente tienden a ser menos desagradables (o més agradables) cuanto mds alto ¢5 nivel de estudios y mayor la experiencia que tiene. Por lo tanto, estudiando en Ia universidad nada mas termina los estudios Universitarios se evita tener que realizar los trabajos meaos agra dables, Por consiguiente, para la mayorfa de las personas tiene sentido ir primeso a la urvver- sidad y después trabajar. Tiene, desde Iusgo, més sentido ir a Jos 20 aiios que a los 50, Una frecuente excepcidn a esta regla general son les personas demasiado inmaduras cuan- do terminan los estudios secundarios para recoger los beneticios de los estedios universiarios, En su caso, a menudo es mis sensato trabajar un afio o dos antes de ir la universidad. El ejemplo de la universidad constituye una ilustraci6n perfecta del argumento de Friedman sobre fa manera en que debe evaluarse uni earl. Nadie pretende decir que los estudiantes de secundaria eligen el momento de ir a la universidad haciendo complicados cdlculos sobre 10s, costes de oportunided. Le mayoria de los estudiantes van, por el contrario, ala universidad en ‘cuanto terminan los estudios secundarios, simplemente porque es Io que hace la mayoria de sus ‘compafieros. Es lo que hay que hacer. ero eso elude la cuestiGn de qué es lo que habria que hacer. Algunas costambres, como la de ir a la universidad nada mds terminar los estudios secundarios, no suzgen de la nada, Toda tuna multitud de sociedades diferentes han tenido siglos para realizar experimentos con esta ccuestion. Si hubiera una manera significativamente mejor de ordenar los periodos de aprendi- mc masta ylos aii, slo, el esta ae re de 50. een. Par un ac pa- mau. eo. io de 3 se- 2ision ao de inero, suni- xrante agra. npleo resel sided agri iver couan: les de re los aden ie sus, mola ‘Toda vesta vendi- MACROECDNOMIA Y EJEMPLO 1.5 nNDUCTA, 9 zaje y de trabajo, alzuna sociedad ya fo habia descubierto hace ticmpo. La costumbre actual probablemente ha sobrevivido poruue es eticiente, Es posible que no caculemos exolicitamente el coste de oportunidad ce lo que dejamos de ganar, pero solemos comportamas camo st io cal- cukiramos? ‘Como quedari patente en el siguiemte ejennplo, el hecho de no tener en cuenta los costes de oportunidad suete Mevarnos a juzgar ertneamente lo que esige de ciertas transacciones la justcis. 2Es justo cobrar intereses cuando se presta dinero 3 un amigo a un familiar? ‘Supongamos que wn amigo nos presta 10.0008 y que lo que mas le preocupa de la decisién de ‘cobrar 0 no intereses es sulber si es «justo» cobrarios. Podria depositar el dinero en el banco, donde obtendria, por ejemplo, un tipo de imterés de un $ por ciento, es decir, 5008 al afo. Si nos cohts S008 de intereses por cada uflo que dure. préstamo. recuperarsé meramerte el coste de. opertunidad del dinero. Si no nos cobra intereses, es Jo mismo que si n0s hiciera un regalo de 5500S al aro. Ahora bien, podria muy bien querer regalamos todos los afios esa cantidad 0, de hecho, una incluso mayor. Pero nadie dirs que serfa injusto que ne nos hiciera todos los afios, un gran regalo de clinero en efestive. ¥ tampoco tiene mAs sentide decir que injusto que reca- pere el coste de oportunidad de prestermos cl dinero, Sin embargo, en nuestra sociedad! muchas personas tienen la impresiéin de que es feo prestar dinero con intereses. Una muestra de ello cs la siguiente carta que aparecié en la co- lumna de Ann Landers: (Querida Ann Landers: ‘Tengo cuatro hijes que han terido éxito en gu matrimonio y en su carrera. Siempre he intentad tra farlos por igual en cuestiones com los gastos de matricula¥ los peéstames para comprar wna casa, Mi politica ba sido cobrarles un bajo lipo de interes por Jos préstamos para no favorecer a aimguno de alos. ‘Racienternente, mi hija mayor me pidis un prdstamo a dos aos para ayudarle a comprar una casa rds grande. Tanto ella como su marido ticnen un bucn trabajo, pero no querian lence que secusrir a activos no liquides... Le envié como siempre un cheque acompailado de une nota para que la fiemara yme lo devolviera. Le nota cra un acuerdo para pagar intereses. Incl también un plan de devolucion {el préstamo, Para mi soxpresa, cobas el cheque y me devolvi6 Ia nots con |e referencia a los intere- s¢3 tachadha, Despuss Fa estado ragindome todos les meses el principal solamente. Hince poco fui su casa y discutimos la cuestion, pero no fuimos eapaces de resolverta. Noes azonable mi politica? 2Cémo resolveria usted este problema? Carl (Akron) La respuesta de Landers contienza ilicientlo: Querido Car ara empezar, yo munca cobraria a un hijo mio intereses per un préstamo, Sin embargo, Como Se tae ta de su dinero, usced tiene todo el derecho del mundo a hacer lo que le parczca.. Bsa no signin que toc las costumes ornenten necesariammene Ia eicienci, Por ejemplo as circunstancias pueden cambise de a forma que ua costume qu2 antes Zorantaba bchicincia ya n a foment. Hea costumbre po. dria cambiar con ! tiempo, Sin embargo, muchos Habits y costurbres tara en cambiar una vez que estn fme- mente arreizados. > fhaea Journal, {Ae juliace 1992, pig. 98 10 EJEMPLO 1.6 FIGURA 1.1 Los intereses reflejan el coste de ‘oportunidad del dinero Hicne'o puede ualzarse para ‘comprar un actvo producto, por ejemplo, rbales, que auriente de aor con el paso del tempo. Prasiar ‘nero a una persona es renundiat 8 le cportunidad de recouer le ‘Ganenkie detivada Ge una siversin c Ge 256 po, Los imerases pegados por los prestamos no hacen sino _ CAPITULO 1: PENSAR COMO UN ECONOMIST $i Carl no hubiera cobrado a su hija intereses, le hubria hecko, en realidad, un regalo, do} cual tres cuartas partes se hebrian financiado con la futura herencia de sus otros tes hijos. Y, sin embargo, a Ann Landers y a otras muchas personas parece que no les tranquiliza que un eco. nomista les diga que los imeress no son mis que el coste de oportunidad en gue incuare el pres. tamista por no depositar el dinero en un banco, Quizé erean que la respuesta del economists clude la cuestién que se plantea en el siguiente ejemplo. {Por qué pagan intereses los bancos? Supongamos que somos ducfios de un banco y que una persona deposita JV,000S el | de tncro sin que fengamos que pagarie intereses. Podriamos comprar con ese dinero un activo pro- ductivo, por ejemplo, una parcela con drboles, Supongamos que éstos crecen a una tasa anal del 6 por ciento y que el precio de un arbol es proporcional a la cantidad de madera que ticne, ‘Al Emal del aio podciamos vender los érboles por 10.600$ y tener 6U0S mis que antes. ero esa misma opeién la tiene la persona que deposita el dinero en nuestto banco. {Por qué va.a darnos Los 600$ que podria ganar? Solo estars dispuesta a dejamos uttizar su dinero 5 le compensamos por el coste ce oportunidad de co emplearlo ella misma, Si le pagarnos un 55 por ciento de intereses, obtendré 5008, cantidad que probablemente le resultaré aceptable, ya {que no tendré que cuider los drboles ella misma (o prestarle el dinero a alguna persona que los cuiide). Nos quedamos con las 10S restantes por euidarlos, Si 10s interrses son realmente un reembolso por el coste de oportunidad del dinero. por ‘qué existe tanta hostilided hacia los que prestan dinero? Tal ver. pocque las personas que piden préstamos suelen ser pobres, mientras que las que los conceden suelen ser ricas. Peto es0 10 es siempre asf. El antiguo multimillonario Donald Trump pedia préstamos para financiar sus proyectos inmobiliarios y a veces el dinero procedia de los fondos de pensiones de trabajaclo- res de bajos salarios. Tampoco es nécesariamente asi en nuestro ejemplo del banco. Sin em- bargo, lo més normal es gue los intereses consistan en transferencias de dinero de personas que parecen necesitarlo desesperadamente a personas que parecen tener mas de lo que pueden gas- lar. Obsérvese, sin embargo, que incluso en este caso son las diferencias de riqueza, y no los propics intereses, Io que constituye un motivo mds iégico dz preocupaciéa. El bienestar eco: omico ue los pobres puede inejoa sive encuenie agin ioedio para auinentar su vigueza. Sin embargo, no los ayudan necesariamente las leyes y las costumbres que les ponen trabas para pe dir préstamos. ‘Con todo lo sencillo que resulta el concepto de coste ce oportunidad, es uno de los més im- portantes en microeconomifa, El arte de aplicarlo correctamemte reside en ser capaz de reco nocer ia altermativa mas valiosa que se sacrifica cuando se realiza una actividad dada, feller esle coste de oportunigad | Je enery 31 de diclembre ac, | i ' | >eaista, ©, det Y, sin econ U pres- ons Lia © pro anual tiene. _@Por fincro 10s un ale, ya ue los (pr piden no es ar sus sjndo~ wsque ngs no los reco a.Sin ripe: Ss im- rece bcROECOWOMIA Y CONRUCTA n EJEMPLO 1.7 Segunda trampa. Tener en cuenta los costes irrecuperables Un coste de oportunidad puede no parceer relevante cuando, ea realidad, Io es. En cambio, a veces un gasto parace un Coste relevante cuando, en realidad, no lo es, Es0 es lo que stele ocu- rir con los cosies irrectperahles, es decir, com los costes que no pueden recaperarse cx ol mo- rerio en que se toma una decisidn, Estos costes, a diferencia de los costes de oportunidad. 10 eben tenerse on cuenta. Tenerlos en cuenta es la segura ditieultad que se plantea cuando s2 toman decisiones. El principio segun e] cual no daben tenerse en cuenta los costes istecupera- bles se observa claramente en el Siguiente ejempia {Debomos ir a Boston en autornsvil o en autobis? Estamos planeando hacer un viaje de 250 kilometros a Boston. Nos da exactamente igual ir en sutomévil que en auotuis, salvo en lo que se tefiere al coste. El billete de autobiis cucsta 1008. No subemos cudnto cuesta ir en automévil, por lo que Lamamos a Hertz para hacernos ‘una idea. E] representante de Hertz nos dice que en el caso de un automovi de la marca del nuestro los costes de un afio normal en el que se recorran 10.000 kil6metres son los si- guientes; Segue = 000 tncereses 2000 Gatolina y aceite {000 Mantorimiento 1.000 Total ons 5.000 Supongamos que calculamos que estos costes ascienden ¢ (508 por kilémetro y que un viaje de 290 kilometros en automovil nos costara 1258. Dado que esta cantidad es mayor que los 1D0$ que cuesta el billete de autobus, decidimos ir en este altime medio de t ;mos dle esta forma, cometemos el error de contabilizar los costes irrecuperables. El seguro y los intereses no arian con el nimero de Kildmetros que conducimos a) ano, Son cos- tes irrecuperables y son los mismos, independientemente de que vay amnos o no en automévil a Boston. De los costes cnumerados, fa gasolina, el aceite y el mantenisnicnto son los vinicos cos: tes que var‘an con el niimero de kilémeiros recomidos, Son 2,000§ por cada 10.000 lalémetros, €¢ decir, 0,20 por kilometro. A 0,20$ por kildmetro, solo nos cuesta 50S ir en aviomévil a fra es mucho menor que el billete de autobais, debernos ir en suto- Obsérvese el papel que desempefia en el Ejemplo 1.7 el supuesto segiin el cual, dejando sun lado los costes, 00s da igual cualquiera de los dos medias de transporte. Eso nos per mite decir que le Unica comparacién importante es el coste real de 10s dos. Sin embargo, si prefiriéramos uno de ios dos, también tendriamos que sopesar esa preferencia, Ast, por ejem- po, si estuviéramos dispuestos a pagar 608 por evitarnos la molestia de tener que conducir. el Coste Teal de iren automévil po serfa de 508 sino de 1108, por lo que deberfamos ir en au tobis. El lector encontrari a Lo largo de todo el libro ejercicios como el que presentames a cont nuacion gue lo ayudariin a asegurarse de que comprentie los conceptos analitices importantes. Dominara mejor la mieroeconomia si los resuelve con forme vaya avanzando, n EJEMPLO 1.8 CAPITULO 1: PENSAR COME UN ECONOHISTA EJERCICIO 1.1 {2 Variaria su respuesta a la pregunta planteada en el ejemplo 1.7 siel valor ‘que conducir fucra de 208 y si le pusieran, en promedio, una multa de tr por cada 200 kilémetros que recorriera? En caso afirmativo, gen qué varieri no tener do 285 Verifique el lector que su respuesta coincide con las que figuran al final de cada capitulo, Naturalmente, los ejercicios sersin mucho més tiles si los hace antes de consultar las respues- tas. El experimento de fa pizza En una pizzeria existe Ia posibilidad de tomar cuanta pizza se quiera por 38. Se paga al enirar y el camarero trae tentos troros de pizza como se desee. Un antiguo colega reali26 el siguten- {e experimento: puso a un ayudante a atender a un grupo de meses *, El xcamarero» saleccions al azar la mitad de las mesas y antes de tomar nota devolvio 3$ a tors las personas cue las ‘ocupaban. A la otra mitad no le devoivid nada, A continuacidn lev cuidacosamente la cuen- ta del ndmero de trozos de pizza que tomaba cada comensal. ;Qué diferencia cree usted que ha- bia entre las cantidasles que tomaron estos dos grupos? ‘Les comensales de cada erupo se preguntaron: «;Debo comer otro ozo de pizza?» En este caso, la actividad x consistia en comer otro troz0 mas. C(x) era exactamente cero para ambos ‘arupos: incluso les miembros del grupo a los que no les devolvieron 38 podian tomar tarts tr0- yos como quisieran sin pagar mAs Dace que el grupo al que se le devolvicron 38 se eligié al azar, no hay raz6n alguna para Suponer que a sus miembros les gustaba la pizza ni mds ni me- ros Que a los dems. La regia de decisiGn era para todos seguir comiendo hasta que ya no re- portara ninguin placer inds comer otro trozo. Por lo tanto, B(x) deberia ser igual para los dos grupos y lox miembros de los dos deberian seguir comiendo hasta que B(x) se redujera a cero. ‘Segtin este razonamiento, los dos grapos deberian comer, en promedio, ka mista cantidad e pizza. El precio de udmisién de 3S es un coste irrecuperable que no debe influir en la can- tidad de pizza que se coma. Sin embargo, el grupo ai que no se te devolvieron las 38 corsi6, en realidad, mucha més pizza Aunque nuestra regla de decisién basada cn cl andlisis coste-bencficie no supere la pructa de la prediccién cn este experimento, este resultado no pone en cuestiGn su mensaje para las personas que toman racionalmente sus decisiones. Los dos grupos deberfan haberse compar tado l6gicamente de la misma manera. La dnica diferencia que habia entre ellos era despues de todo que los clientes cel grupo al que se le devolvieron 35 tenfan 3$ més de renta a lo largo de toda su vida que los demas, Seguramente, nadie creerd que una diferencia tan pequenia pueda influir ea el consumo de pizza. Parece que los miemiros del grupo al que no se le devolvieron 38 querian asegurarse de que «recibfan lo que valfa su dinero». Sin embargo. es muy probable {que este motivo los Tlevara meramente a comer demasiado* 7 Véase Richard Thaler Toward a Positive Theory of Consumer Choices, faunal of Econarnc Behavior anal Or ganization, |, 1980, * Una elicmacvao esta explicasién os que 38 consiuyen une proporcinsignfiatva de a conti de dineso on fective ie tienen muchos eancmales para gasior# corto plaza. Ass por ejemplos miernbres del grupo que ce to 38 poctianhabers= seni com el inde que les queda So para cael pose ue ahr pai conga. Pas sevibear ests explicacion, mi colegepodeia haber dade un regal de 3$en feet al comien2o del dit oe Whew 08 {el grspo ol que no se Fe devolvieron 35 y vor si sega sende diferente la cantdad de pizza que consumnisn los dos grupos. asta tener te 288 aitulo, spues- entrar gui Scions ue los ue hae in este amibus 198 tto- igio al nime- no te- ps dos jeaa titidad ‘acan- wd, en seueha ra kas mpor- ues de uo de pueda vieron sbable cmd Or fr Pia embras Jos dos bu icROECONOMIA ¥ CONDUCTA . EJEMPLO 1.9 {Qué hay de malo en pretender «recibir lo que vate nuestro dineros? Absolutamente nada, siempre y cuando lo que nos mneva a actuar de exe modo existe antes de realizar las transac- ciones. Asi, por ejemplo, es absolutamente razomable dejarse llevar por este motivo para elegir lun testguraate frente 4 oto de las mismas caractcristices que resulta que enesta mas. Sin ert fargo, una vex everiguado el precio del almueran. debe abandonarse este motivo. La satisfacién, que: nos reporta otro troz0 de pizza debe depender dnicamente del hambre que tengamos y de 10 que nos guste la pizza, y no de lo que paguemos por ol privilegio de comer todo 1o que poda- ‘mos. Sin embargo, a menucio parece que la gente no se comport de esa manera. Tal ver la d ficultad esté en que no somos Criaturas (otslmente flexibtes. Quiz los motives que tiene sentido que inluyan en una sitwacién no son féciles de abandonar en otra EJERCICIO 1.2 Jaime gana en una emisora de radio una entrada para ir aun concierto de jazz al aire libre, Miguel ha pagado 18S por una entrada para ese mismo concierto. La tarde en ‘que va a celebrarse este estalla una tremenda tormenta. Si Jaime y Miguel tienen los ismos gustos, cual de ellos es mds probable que asista al concerto, suponiendo que ‘ada uno decide asistir o no al concierto basandose en el analisis coste-beneficio? Tercera trampa. Fijarse unicamente en algunos de los costes relevantes ‘La persona que al tomar una decisi6n c2e victima de la trampa de los costes irrecuperables tie nne ea cuenta un goste que no daberia tener en cuenta. En el easo de fa trampa ¢e Ios costes im- plicitos 0 de los costes de oportunidad, ccurre Lo contracio: se pasan por alto costes que debe- rian tenerse en Cuenta, Pero, como mostraré claramente el siguiente ejemplo, Jos costes implicitos no son los tinicos costes de los que tendemos a olyidarnos. Si somos consumidores a los que nos preocupa la conservacién de fa energia y no pode- mos alquilar un automévil nuevo, {debemos alquilar un Buick de hace 10 afios (100$ al aio, 15 litros por cada 100 kilémetros) o un Toyota de hace 10 afios (300$ af afta, 10 litros por cada 100 kilometros)? El primer impulso de muchos consumidores a los que les preocupa la conservacién de La encraia es elegir el Tayots porque consume menos gasnlina, Pero la camiidad cle Toyatas usados que hay es imitada. Supongamos que hay un total de 1,000 Buicks y 1,000 Toyotas, Si alqui- amos un Toyota cn lugar de un Buick, alguna otra persona tendré que alquilar un Buick en 1a- gor de un Tayots. Si nuestro objetivo es ahorrar energia, solo Gebemos alquilsr el Toyota st la persona que acabard alquilando el Buick adicional es una persona que hace menos kilémetros al aflo que nosotres, Pera rcémo puede nadie saber si ocurriré es0° Si las tarifes de alquiler de fos dos automs- viles se doterminan en el mercado y la gente normalmemt clige el tipo ce auromévil que reduce los gastos rotales de corsiecir, podémos decir lo siguiente: sieligimos el Toyota, sélo disminuira cl consump de cnergia de la seciedad 3i y sélo si el Toyota es mas barato para nosotros que eb Buick. Para ver cor que, obsérvese, en primer lugar, que si la gasolina cuesta 0,408 et litro, el costa anvat del Buick es KS + 1 o0s-+ = an 4 CAPITULO 1; PENSAR COMO UN ECONOMSTA donde K es el miimero de kilomeiros que recorremos al affo, El coste del Toyota es: KS c, = 300s +89 02) 10 Estos dos costes sersin exactamente iguales si resulta que hacemos exactamente 10.000 kil. metros al afio, como muestra la Figura 1.2 (para hablar esta cifra, se iguslan los primeros miembros de las Ecuaciones 1.1 y 1.2 y se despeja K), Si recorremas més de 10.000, el Toyota resuliara més barato: si recomemos menos, el Buick resaltard més barato. Por ejemplo, si re~ comremos 4,000 kilémettos all ano, debernos elegir el Buick, aunque lo tmico que nos preocupe sea la conservacién de Ia energrs. Pero, ge6mo sabemos que la persona que alquila cl Toyota que podriamos alquilar nosotros no ser ina persona que concluce ain menos que nosotros? Si todo el mundo sigue la regla de sconductr ef uulomovil mas baratO™, e8 evident que e80 no OcurTira con las tarfas de alquiler datas (si el Buick es mas barato para nosotros, también Io sera para el que cevorra menos kil6 metres al aflo que nosotros). Pero, zqué ocurre sila ita! de los conductores, includes nasotses, recorre 4.000 kilémettos al affo y tacos los demds recorren 3.000 solamente? En e3e caso, ef Buick resultaré mis barato para todo ef mundo a las tarifas de alquiler vigentes. Nadie querré al- quilar un Toyota. Las empresas de alquiler de automSviles descubcirin entonces que pueden su- bir significativamenie los precios de tos Buicks y seguir alquildndolos todos. Por la misma razén, tendrin grandes incentivos para bajar las tarifas de alquiler de los Toyotas, en lugar ce ver e6mo se cubren de polvo en el aparcamiento, AL final, las tartas de alquiler de los dos automéviles se ‘justardin de tal manera que 1os Toyotas serén més baratos en conjunto para los conductores que recorren muchos kilémetros y los Buicks seran mas baratos para los que recarren pocos. | wuenciao 13 el alquiler de los Buicks sube de 1005 al afio a 200$ en el Ejemplo 1.9, geudntos ki- fometros tendriamos que recorter al aio pare que el Toyota nos resultara'més barato que el Buick? LA MANO INVISIBLE FIGURA 12 Como varia a!

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