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COLECCION GRANDES CLASICOS

Oscar Wilde
Tlustrado por Alberio Pez

Fartasrmade

herale
COLECCION GRANDES CLASICOS

El Fantasma de
Canterville

Oscar Wilde
lustrado por Alberto Pez
El Fantasma de Canterville

Oscar Wilde, El FantasmadeCanteryille

Capitulo 1
Numerosa
pruebas
certifican que
se trata de
un fantasma..
Una familia bractica
familiar."
uando únministro de1os Estalos
nidos,
mister Hira Otis, decidióomprar eB
castillo deCanterville, leadvirtieron que era
una
tonteria yaque sesábía que estaba
6
embrujadadesde haia siglos. Su propio
dueño, lord Canterville, le aclaró:
La última vez que tuvimosnoticias de los fenómenos
extraños que suceden alli, fue cudhdo nuestra
querida tía abuela
la duquesa viuda de Bolton,
comtrajo insomnio a causa del teror
que le provocó sentir las manosde un.esqueleto.posándose sobre
sushombros, cierta vez en que pe vestia para laicena. Luego de
ese
episodio, los sirvientes huyeron para no volvel La pobre
lady Canterville no pudo conciiar el sueño jamás debidoa los
misteriosos ruidos que surgían de la biblioteca y galería Eso
nos convenció de que èra imposiblevivir alll nchs el párroco
del pueblo lo ha visto..
"iQué ha visto?", interrumpio gteresadel ministro.
"Al fantasma, distinguido señor.
Nlmërosas priuebas
certifican que trata de
se
fahtäsmafamiliaf"
un

"Milord", lo interrumpió l
minist,porelinismo precio
compraré el castillo con el fantama Vengo de un' país
moderno, donde estamos acosturhbrados à obtener todo lo
que se pueda adquirir con dinerotoy seguro de que, si
existe un verdadero fantasma enasitopa,
vendrán a
buscarlo para exhibirlo en algúine o público opara
presentarlo en una feria de fenó Sería un éxito!"
El Fantasma de Canterville

"Sin duda que existe el fantasma", agregó lord Canterville,


con cierto aire ofendido por lo que creyó una burla del ministro.t
Se le conoce desde hace más de tres siglos, exactamente desde el
Yaparece
año mil quinientos ochenta y cuatro. Y aparece siempre un tiempo
siempre un

tiempo antes
ntes de alguna defunción en la familia."

de alguna "Mi querido lord, también los médicos aparecen en ese


defunción momento. Yo sé que los fantasmas no existen, y la naturaleza no
en la familia." hará excepciones con los ingleses..", dijo el ministro.
Lord Canterville, que no había entendido esta broma,
respondió:

Ctis family

Ortuit
"Por cierto, ustedes, los norteamericanos, son decididos
partidarios de lo natural y lógico, de manera que puedo
comprender que les agrade tener un fantasma en casa. No soy
".el ministro
quién para oponerme. Pero recuerde que se lo advertí."
Otis, su esposa
Unas semanas después, finalizados los trámites de la venta, ysus cuatro

el ministro Otis, su
esposa y sus cuatro hijos se trasladaron al hijos e

castillo de Canterville. trasladaron


La señora Lucrecia Otis era una mujer muy bella y vital, que alcastillo
estaba realmente entusiasmada con la idea de una nueva vida en
Inglaterra. El primogénito de los Otis, llamado Washington, odiaba
el nombre que le habían
inferido sus padres en un
arranque de patriotismo; era
9
rubio, buen mozo y
candidato a la diplomacia.j
Sentía debilidad por las
gardenias y la nobleza, y
tenía dotes de bailarín/Miss
Virginia E. Otis, esbelta y
graciosa, era la hija que le
seguía. Tenía quince años, y
una dulce mirada ingenua
resplandecía en sus grandes
ojos azules. Era muy buena
amazona y en una

competencia de saltos
ecuestres había logrado que
el duquesito de Cheshire se
enamorara perdidamente de
ella. Y ahora, él la perseguía
por todos los sitios que
frecuentaba.
Los menores de los
Otis eran gemelos, y su
El Fantasma de Canterville

padre les había puesto los sobrenombres "Estrellas" y "Rayas", en

otro arrebato patriótico. Ellos no dejaban de exhibir esos


elementos de la bandera norteamericana en sus ropas. Por ser los
..el cielo
más pequeños, gozaban de extraordinarios privilegios.
se cubris
La familia llegó al castillo una tarde de verano
repentinamente verdaderamente deliciosa: el intenso aroma de pino inundaba el
de nubes aire, las dulces palomas se arrullaban en las ramas, los dorados
y toado
faisanes decoraban los inmensos helechos que bordeaban el
enmudecis
camino.Sin embargo, no bien el coche descapotable que
transportaba a los Otis tomó la avenida que desembocaba en la

mansión, el cielo se cubrió repentinamente de nubes y todo


enmudeció. Unas gruesas gotas de lluvia comenzaron a caer.
LEn la escalinata del castillo, los esperaba la señora Umney,
el ama de llavesj una anciana vestida de seda negra, cofia y
delantal blancos. Hizo una profunda reverencia, les dio la
bienvenida y los condujo a través de un enorme vestíbulo hacia la
biblioteca, donde ya estaba preparado el servicio de té.
Los Otis curiosearon todo, mientras la señora Umney les
servía el té en respetuoso silencio. Todo estaba absolutamente
limpio y ordenado, pero la señora Otis descubrió una mancha roja
en el piso. Le preguntó a la señora Umney qué podía ser aquello, y
ella, con su voz susurrante, contestó: "Su cadáver

"Allí se ha vertido sangre". nunca fue

encontrado,
"Oh, qué horror!", dijo la señora Otis. "Es necesario
pero su alma en
limpiarla."
pena continúa
La anciana sonrió y, con voz muy
baja y misteriosa, agregó: en elcastillo."
Es la sangre de lady Leonor de Canterville,
que fue
asesinada en este mismo sitio por su marido, sir Simon de

Canterville, en el año mil quinientos setenta y cinco. Nueve años


más tarde, sir Simon desapareció misteriosamente. Su cadáver

nunca fue encontrado, pero su alma en pena continúa en el


castillo. Y la mancha de sangre no puede quitarse

"Tonterías!", exclamó Washington. "El quitamanchas


rival." |
Campeón la hará desaparecer en un instante. No tiene
El joven sacó una barrita de un bolso de mano, se agachó y
comenzó a frotar con energía. La mancha desapareció por completo.
El Fantasma de Canterville

iYa sabía que funcionaría!", dijo,


orgulloso de sí mismo,el muchacho,| Pero
no bien terminó de pronunciar la frase,
un terrible relámpago iluminó la
por la
sala y un trueno fortísimo los hizo
mañana
cuando fueron saltar en sus asientos mientras la
a desayunar, señora Umney se desmayaba.
vieron que "Oh, qué clima más
la mancha horrible!", exclamó el ministro,
de sangre habia mientras encendía un igarro.
reaparecido "Querido Hiram, qué puede
hacerse con una mujer desmayada?",
12 preguntó la señora Otis.
"Descontárselo de su salario",
spondió el ministro. "Te aseguro que no volverá
a desmayarse."
La señora Umney reaccionó a los pocos segundos. Yles
dijo a los Otis que debía esperarse en el castillo alguna desdicha.
También les dijo que muchas noches ella no podía conciliar el
sueño debido a los terribles hechos que allí sucedían.
"No tememos al fantasma",
respondió el ministro.
La señora Umney, luego de murmurar
algo acerca de un
aumento de salario, se retiró a su habitación.
La tormenta duró toda la noche, pero no sucedió nada
extraño. Sin embargo, por la mañana, cuando
fuerona desayunar,
vieron que la mancha de sangre había reaparecido.
"Imposible!",exclamó Washington. "El quitamanchas
sin rival puede fallar. Lo tengo probado sobre todo tipo de
no

superficie.. Debe de ser cosa del fantasma!"


Y volvió a limpiar la mancha. Esa noche, la señora Otis cerrò
la biblioteca con llave;
pero, a la mañana siguiente, la mancha habia
reaparecido. Toda la familia estaba muy interesada en el fenómeno,
y comenzaron a sospechar que tal vez el fantasma existiera en
realidad. Debatieron un poco el tema y sus dudas se
disiparon.
15

Capttuto 2

La batalla de
un alma en pena
1segundo día de los Otis en Canterville estuvo

E enteramente dedicadoa un paseo por la comarca Hablaron


de cosas completamente intrascendentes y, de noche,
tomaron una cena livianalNadie volvió a mencionar alfantasma
i

Como a las once de la noche, ya estaban todos durmiendo. A eso de


la una, el ministro Otis se despertó a causa de un extraño ruido que
sugería hierros viejos y muy pesados, arrastrados lentamente Se
evantó, tranquilo, se puso las zapatillas y tomó un pequeño frasco
El Fantasma de Canterville

del armario.Abrió la puerta y vio frente a él, a la luz de la Luna.a


un anciano de aspecto verdaderamente aterrador. Los ojos
parecían
de fuego; el cabello gris, largo, sucio y revuelto, le
llegaba hasta
".vio frente a los hombros.|Las ropas que usaba eran
éla la luzde La
andrajos de un viejo traje,
muy sucios. Sus tobillos y muñecas estaban rodeados por unos
Luna, a un
grilletes de los que colgaban unas cadenas totalmente
anciano de
herrumbradas\Sin alterarse en lo más mínimo, el señor Otis lo
aspecto
miró y le dijo:)
verdaderamente
aterrador." "Distinguido señor, permítame que le sugiera que engrase
sus cadenas. Le ofrezco
gentilmente este frasco de lubricante
Sol Naciente
que/según aseguranren la etiqueta, con una sola
aplicación puede solucionar su problemá. Si llegara a necesitar
14 más, sólo deberá pedírmelo y se lo daré con mucho
placer."
El fantasma de Canterville permanecióunos minutos
inmóvil. Sintiendo que la furia lo
invadía, estrelló el frasco en el
piso y huyó emitiendo gritos espantosos y envuelto en una
luz extraña
verde}Corrió unos metros pero, cuando se acercaba a la
gran
de roble, se abrio una puerta y aparecieron dos
nlera
esca
niños
ostidos de blanco... ,que. le arrojaron una almohada por la cabeza!
vestidos

Evidentemente, no había tiempo que perder. El fantasma


Luó atravesando la pared para refugiarse en un secreto
desván "El fantasma
del castillo;
allí se recosto sobre un
rayo de Luna para recuperarse. huyó
En toda su fantasmal existencia, jamás había sido
insultado de tal atravesando
modo.Recapituló las ocasiones en que había sembrado el terror en la pared para
la gente. Recordó a la Duquesa viuda, a
la que hizo refuglarse en
desmayarse
aterrada cuando estaba por ponerse un collar de diamantes; evocó un secreto

también a las cuatro doncellas que enloquecieron al descubrir su desván..."

nresencia detrás de una cortina; y al cura párroco, a quien


apagó
la vela de un soplo y que, desde entonces,
padeció todo tipo de
ataques de nervios. Y aquella gloriosa noche en que lord
Canterville apareció casi astixiado, con un naipe metido en la 15
garganta, por lo que tuvo que confesar, antes de morir, que con
aquella carta había estafado a Charles Fox en cincuenta mil libras.
Oh, qué hermosas hazañas! Ni hablar de cuando apareció

Sunrise
hd
Ac
El Fantasma de Canterville

como un esqueleto ante lady Stuffiel, que se ahogó en


una pileta cercana al castillo. O de tantas Ocasiones en que asumió

el papel del Niño Estrangulado o el del Vampiro del Pantano

o el del Esqueleto Gibeón. /Todo eso para qué? /Para que


unos odiosos norteamericanos le dieran un lubricante y le tiraran

almohadas por la cabeza? Un fantasma respetable no


podia permitir semejante maltrato. La situación exigía venganza..
a...
iy de las peores!
Al día siguiente, la familia Otis se reunió para deliberar
sobre la aparición. El señor Otis estaba indignado por el insolente
rechazo del fantasma a su lubricante/y si bien admitió que no era
de buen gusto arrojarle almohadas, afirmó que, de proseguir con
esos ruidos, sería necesario sacarle sus cadenas de algún modo.
Toda esa semana no.hubo nuevos incidentes, salvo con
la insistente mancha de sangre, que cada mañana reaparecía en su
lugar. Despertaron la curiosidad de toda la familia sus cambios
nstantes de color: rojo oscuro, morado, bermellóny hasta
de brillante. Esto provocó los más apasionados comentarios,
todos, excepto Virginia, proponían distintas
y
hipótesis que "Ya estaban
orasionaban discusiones interminables. Reciénel domingo por la todos
noche el fantasma hizo su segunda aparición acostados,

Ya estaban todos acostados, cuando cuando oyeron


oyeron un ruido muy
Guerte en el vestíbulo. Bajaron rápidamente vieron un ruido muy
y que yacía en
el piso una vieja armadura desmembrada; a su lado, el fantasma, fuerte en
el vestibulo
se restregaba la rodilla con fuerza; Los gemelos, que iban armados
con unas cerbatanas, le arrojaron carozos de aceitunas con una
precisión que solo se logra practicando en el colegio. El señor Otis
lo encañonaba con un revólver, al mejor estilo del Lejano Oeste
El fantasma gritó, furioso, y se alejó, no sin antes 17
apagarla
vela de mister Otis, con lo cual quedaron todos en la más completa
Fantasma de Canterville
El

oscuridad. Enloalto delaescalera,avergonzado.el fantasma


retomó la calma y contraatacólanzando.sudiabólica carcajada,con
la que tantos buenos sustos habíalogrado Sedeciaque,despues de
escucharla, el peluquín de lord Racker había encanecido de repente.
Pero no bien volvió el silencio a la sala, apareció la señora
Otis, vistiendo una bata roja y azul. Y así le habló al fantasma:
Temo que padezca usted indigestión.. le traigo un jarabe
del doctor Dobell. Es maravilloso; pronto se sentirá usted
muy bien
El fantasma la miró con furor, y creyó que sería buena idea
SContarnag2
transtormarse enungran perronegro. De ese modo, una vez, había
vuelto idiota al tío de lord Canterville. Pero solo un instante
duró su
nuevoaspecto: tuvo que estumarse rápidamente en un polvo verde,
n7ando
ndo un aull
lanza
ullido sepulcral, porque los gemelos ya estaban por
arlo,mientras daban gritos como si fueran indios furiosos.
alcan "No sabla qué
IRefugiado en su tétrico cuarto, el fantasma se sentía hacer con

abrumado Los maleducados gemelos, la insoportable señora Otis, Virginia ya


el obstinado Washington con su quitamanchas... No hacían más que era muy

que ofenderlo. Pero más lo humillaba que sus huesos no dulce y nunca
lo habla
hubiesen soportado el peso de su propia armadura, la que insultado."
había lucido en sus buenos tiempos en los torneos de
caballeros. Le dolían las rodillas por el golpe sufrido al
caerse con su coraza.

| Durante varios días, el desconcertado fantasma no


pudo salir de su habitación: le costó más que lo pensado
19
recuperarse del mal momento pasado y de sus golpes, Sólo
tenía ánimos para renovar la mancha de sangre.
Finalmente, se sintió mejor, recuperó el valor y decidió que
el 17 de agosto volvería a intentar asustarlos. Para ese día, eligió
un vestuario aterrorizador y un mohoso puñal. Lo favoreció la
furiosa tormenta que sacudía las ventanas y puertas del castillo.
Era la noche ideal. Su plan consistía en introducirse muy despacio
en la habitación de Washington Otis-a quien odiaba
especialmente por su afición a limpiar su mancha-y,luego de
despertarlo, clavarle el puñal tres veces en la garganta.
Luego, entraría a la habitación del matrimonio Otis y, tras

apoyar una mano helada en el cuello de la señora, los asustaría


relatándoles espeluznantes historias de cementerio.
No sabía qué hacer con Virginia, ya que era muy dulcey
nunca lo había insultadd Tal vez sólo la asustaría desde el ropero.

Y en cuanto a los gemelos, les daría una buena lección.


En principio, se sentaría en sus tórax, para producirles
pesadillas. Después, se elevaría entre sus camas como
un cadáver verdoso y maloliente. Luego, se sacaría el viejo
vueltas
ae y, como un esqueleto descarnado, haría dar
velozmente su asqueroso ojo sanguinolento.
El Fantasma de Canterville

Capitulo 3

A las doce
se habia Fantasma
extinguido
todo ruido contra fantasma
humano."

1fantasma ya estaba listo para su Gran Noche de


Terror.
Escuchó que la familia subía para acostarse. A las
doce, se
había extinguido todo ruido humano. Sólo se oían el grito del
búho, los chillidos de los cuervos y el viento que
soplaba como alma
en pena alrededor del castillo.
La familia Otis descansaba sin
20 sQspechar nada. El fantasma se juró que los ronquidos del ministro,
más fuertes que los truenos y la lluvia, cesarían en pocos
minutos.
Con una sonrisa cruel en la
arrugada boca,
atravesó el pasillo. Refunfuñando viejas
maldiciones y levantando cada tanto su puñal,
llegó a la puerta de la habitación del joven
Washington. El fantasma apartó el mechón
de pelo pegajosoque le tapaba un ojo y
el momento. Sonrió nuevamente con malicia,
e r a el
ora mo
ecidió que pero un
extrañosonid lo hizo dar vuelta. Yahi, frente a sus ojos, vio un
monstruoso, peor que sus peores pesadillas. Su cabeza
p
S p e

resplandeci en la cara, redonda, carnosa, con zonas


p
elada
e l a d
"El fantasma
blancuzcasyaamarillas, se abría una boca que sonreía con una mueca
apartó el
orrenda debajo de dos ojos abominables, iuminados por una luz mechón de
oja
nunlfuego. Lo cubría un traje más sucio yharapiento que el pelo pegajoso
fantasma de que le tapab
que
llevaba el viejo
nterville y, sobre el pecho, le colgaba un pergamino escrito en una unojo."

lengua
extraña, seguramente con maldiciones y blasfemias.
Una enorme
cimitarra colgaba de su mano derecha.
El fantasma de Canterville, que nunca había visto a
otro fantasma, sintió un pánico
inconfesable y huyó 21

espantado
El Fantasma deCanterville

hacia su dormitorio, se metió en la cama y se

tapó la cabeza con la sábana. Luego de una


hora de permanecer asf escondido0,
.Su terror esforzándose por recuperar el valor de los
crecid cuando
Canterville, se destapó un poco y decidió
vio que la
que, al día siguiente, hablaría seriamente con
cabeza se
su competidor. El fantasma que aspirara
desprendiay permanecer en el castillo de los Canterville,
rodaba como
debía ser un verdadero Canterville.
si fuera
una calabaza."
Y él no sabía de otro familiar que hubiera
seguido su suerte.
Antes del amanecer, se dirigió hacia
donde había visto al intruso, pero grande fue
22
su sorpresa cuando descubrió la
transformación que había sufrido el espectro
que tanto lo había asustado: el fantasma
novato no brillaba más; la cimitarra se había
caído de su mano y estaba incómodamente
recostado sobre una pared. Conmovido, lo
tomó en sus brazos para reanimarlo, pero su
terror creció cuando vio que la cabeza se
desprendía y rodaba como una calabaza. Era
una calabaza. Y su
cuerpo, una cortina,
sostenida por una escoba. Y la cimitarra, un
burdo cuchillo de cocina. Sin
comprender
todavía de qué se trataba, leyó el cartel,
que
decía: "El fantasma Otis, el único
espectro
auténtico y verdadero. Desconfie de las imitaciones.
Todos los demás fantasmas son falsificados!".
Recién entonces, el crédulo fantasma de
Canterville se dio cuenta de la trampa. jQué
burla! ;Qué ofensa! ;Qué ultraje!
Como tocado por un
rayo, el viejo sir
Simon se paró. Con firmeza, mirando hacia el
oeste, juró vengarse de acuerdo con los preceptos de la vieja
escuela: cuando el gallo cantase por segunda vez, la Muerte, la
horripilante Muerte, saldría de su escondite para dar su merecido
alos desconsiderados Otis.
Apenas había pronunciado el terrible juramento, el gallo
cantóuna vez)El fantasma lanzó una gran risotada, lenta y
cruehy aguardó. Y aguardó. Y pasó una hora; pero, por
alguna extraña razón, el gallo no volvió a cantar. A las siete y
media, escueo ruidos en la planta baja: ya habían despertado las
criadas, por lo que su plan no podría cumplirse.
El fantasma de Canterville, el verdadero, el único, tuvo que
regresar a su
cuarto, triste, humillado y
defraudado. Se pusoa consultar unos
viejos
libros de caballería, buscando la causa de su
fracasado juramento, pero allí se afirmaba el Aquellos
que
gallo siempre canta una segunda vez. Muy insensibles
enojado con esta excepción que había malogrado americanos no
sus planes, arrojó el
libro con furia a un rincóny iban a hacer
luego se arrojó a sí mismo, desconsolado, en un que olvidara
confortable féretro de plomo, dispuesto a sus caballerosos
deberes de
esperar que, antes de la noche, una nueva idea le
diera ánimos para ejecutar su fantasma
venganza.
Pero el
impacto había sido tan fuerte, que el
fantasma necesitó cinco días para
reponerse y,
aun así, estaba tan sensible y con tanto miedo, 25

que cualquier sonido lo hacía estremecer.


Se esforzó por
mejorar. Aquellos insensibles
americanos no iban a hacer que olvidara sus
caballerosos deberes de fantasma, Tal como la
antigua tradición lo indicaba, él debía aparecer
al menos una vez por semana en el corredor
n
y, el primero y tercer viernes de cada mes,
debía murmurar
sepulcralmente bajo la
ventana del piso más alto. Era lo
mínimo para poder llamarse fantasma
con dignidad.
Decidido, pero tòmando precauciones para
no ser visto ni oído, salió varias veces de su
aposento.
Se quitaba las botas, pisaba suavemente el viejo piso de
madera, se ponía una negra capa de terciopelo para que su verde
uz no se viera y, sobre todo, engrasaba sus cadenas, para que no

hicieran ruido, con el eficaz


producto Sol Naciente. Tuvo que
reconocer los méritos del lubricante, ya que en esta
oportunidad
e Sirvió
para sus planes; sin embargo, no pudo evitar la
ndignación por haber llegado a ese extremo.
El Fantasnma de Canterville

Pero ni su convalecencia respetaban. A pesar de que él


mantenía discreción, no lo dejaban tranquilo. En efecto, los
gemelos colocaban sogas por todos lados para que se enredara y
Esta vez cayera al pisolJusto un día en que él se había vestido de Cazador
estaba seyuro Asesino, dispuesto a reconquistar de a poco su valo, tropezó en la
les daria su escalera con una soga y rodó por los escalones hasta la planta baja.
merecido y
Quedó lleno de moretones y se sintió cada vez más desgraciado!
lararia Pero no se entregó.Ya al borde de la locura, tomó una
alejar a los
decisión extrema: reaparecería caracterizado como su más
insoportables
terrible personaje: el Conde Sin Cabeza. /Ah, qué buenos
Otis
momentos había pasado vestido así! Recordó el día en que la bella
y sofisticada lady Bárbara Modish, después del pavor que su
disfraz le había producido, deshizo su compromiso con el
26
bisabuelo del actual lord Canterville para huir con el apuesto Jack
Casteltown, asegurando que no sería parte de una familia que
permitiera que ese fantasma se paseara por el corredor. Por
supuesto, lord Canterville retó a duelo al joven Jack, quien tuvola
desgracia de morir, y la dulce Bárbara murió de pena a su vez.
Todo gracias a él. jQué éxito memorable! jAquellos sí habían
sido días dorados! Cómo lord Canterville había permitido
que esos rusticos inmigrantes norteamericanos pisaran estas
tierras? Qué descuido para las tradiciones familiares! Si,
esa noche, el Conde Sin Cabeza volvería a la acción. Aunque iba a
necesitar varias horas de preparativos para lograr un efecto
verdaderamente aterrador, los resultados justificarían el
esfuerzo; esta vez, estaba seguro, les daría su merecido y lograría
alejar a los insoportables Otis definitivamente.
Se miró en un enmohecido espejo y se sintió orgulloso de
su
aspectotlas botas de montar llenas de barro, el traje
deshilachado donde despuntaba su cuello cortado, las pistolas
verdes de moho, la cabeza ensangrentada en la mano izquierda.
Escuchó la campanada que indicaba que era la una y atravesó
con elegancia y valentía la pared que daba hacia el corredor de las
habitaciones de los Otis. El plan que había tramado requería que fuera
El Fantasma de Canterville

a visitar en primer lugar al joven


más lo
Washington/que era quien
enfurecía. Hacia allíse dirigía; pero,al
vio
"Sin pensarlo, pasar frente alcuarto de los gemelos,
decidis tentadoramente
que la puerta estaba
entrar alli entornada. Imposible resistirse. Sin
primero y Hensarlo,decidið'entrary
acabar con los
gemelos."
cacabar con los genfelos: de
modoyse
aseguraría de
quelos pequeños
demonios noarruinaràri
su magistral plan.
28 Con una violenta
patada, abrióla puerta de par en par

y diódos pasosadentro,pero no

pudo
avanzar ni
un metro más: un
baldazo de agua
helada lo empapó
desde el cuello hasta los
pies, El fantasmalanzóun
grito tan pavoroso, que.se
asustó a sí mismo y huyó,
vencido, enloquecido, a su
secreto refugio. El resultado de
su última excursión fue
que
no pudo salir en dos días debido
a un fuerte catarro, y agradeció
su suerte de no haber tenido
la cabeza puesta: hubieran sido
peores las consecuencias del ataque.

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