Como bien sabemos desde la revolución industrial del siglo XVIII, la migración del

campo a la ciudad, como respuesta inminente a la industrialización de las ciudades y

búsqueda de nuevas y mejores oportunidades, es un fenómeno que solo se fue acrecentando
a lo largo de los años, por lo que las ciudades vienen experimentando un crecimiento urbano
sin precedentes.

Para mantener este numero creciente de habitantes en las ciudades, de modo a que
las mismas sigan siendo una fuente de empleos y calidad de vida, es inevitable pensar en la
planificación y gestión urbana de las mismas. El principal factor de cambio de densidad es la
mayor o menor disponibilidad de suelo urbano. Sin embargo, toda ciudad tiene sus límites
físicos naturales, así como limites morfológicos, por ende, los recursos y espacios habitables
son limitados, especialmente si hablamos de un crecimiento horizontal de la ciudad.

El concepto de densidad urbana puede ser comprendido como “el conjunto de

políticas de aprovechamiento y utilización del suelo urbano de manera mas intensiva y
eficiente, de manera a concentrar mayor cantidad de actividades y ciudadanos”. Con esto se
busca limitar este desarrollo en horizontal de la ciudad, crecimiento que genera ciudades
distantes y desconectadas, además de tratarse de un modelo de ciudad que representa un
gran costo en la prestación de servicios básicos y además mayores tiempos y dificultad de
desplazamiento de un lugar a otro.

En respuesta a estos problemas generados por el crecimiento en horizontal y

expansión física descontrolada de la ciudad, surge el concepto de densificación de las
manzanas. Esta densificación se traduce en las propuestas de soluciones en altura.

La verticalización de las edificaciones como respuesta a la necesidad de vivienda, trae

como beneficio una mayor concentración de ciudadanos en un mismo lugar, lo que fomenta
la integración social urbana frente a un inminente aislamiento que genera una zona
residencial de baja densidad. Además, al concentrar un mayor numero de actividades en una
misma zona urbana se genera una economía de desarrollo.

Al concentrar una mayor cantidad de actividades en un mismo punto se reducen las

distancias tiempos de llegada y por ende la emisión de gases contaminantes tanto para la
atmosfera como parra los propios habitantes de la ciudad, ya que se espera una menor
dependencia del uso del automóvil o si bien no una total independencia del mismo una menor
frecuencia de uso y menores tiempos de movilidad.

En términos del mantenimiento de la ciudad por parte del municipio, la verticalización

de las ciudades permite disminuir las áreas de mantenimiento y la cantidad de recursos que
son utilizados para este fin. Así como una menor cantidad de infraestructura municipal y
costos de provisión de las mismas.

Sin embargo, así como todo fenómeno urbano trae sus ventajas también vienen con
estos los cambios y comienzan a surgir los problemas. Bien conocemos las restricciones de
altura en cada zona urbana; sin embargo, muchas veces estos limites de crecimiento en altura
no son respetados por las autoridades municipales, es ahí cuando comienzan los problemas
en cuestiones de altura. Muchas veces cuando un edificio supera altamente en altura a otros
vecinos comienzan a generar molestias a su entorno, en cuestiones de visuales,
predominancia y dirección de los vientos, y también la construcción de los mismos, si no se
toman las precauciones necesarias, pueden representar un riesgo hacia la integridad y salud
tanto de los habitantes del entorno como de sus propias edificaciones (caída de materiales,
derrumbes, etc.).

Además, al concentrar un mayor numero de actividades y personas en un solo lugar,

se necesita una mayor cantidad de espacio público verde y servicios básicos por habitante.
Al no existir políticas claras acerca de esto, los agentes inmobiliarios siguen contribuyendo a
la aglomeración de personas y aprovechamiento de los espacios sin pensar en el desarrollo
de espacios de esparcimiento, áreas verdes que funcionen como pulmón de la ciudad,
además del correcto suministro de las redes hidráulicas, servicios de recolección de basuras,
desagües cloacales o pluviales ineficientes o inexistentes en ciertas zonas de la ciudad y ni
hablar de las redes de transporte público y la accesibilidad a las mismas.

Si no se tienen en cuenta todos estos aspectos sustanciales en el desarrollo de las

ciudades, la densificación urbana y verticalización de las mismas, las ciudades será incapaces
de sostener poblaciones crecientes.