Ahora, más de 100 años después de que el genio presentara su ecuación sobre la
gravedad, el equipo de investigación del Instituto Max Planck de Radioastronomía
(MPIfR), en Alemania, ha probado nuevamente y de manera precisa que Einstein tenía razón.
Un teoría adelantada a su tiempo
“Estudiamos un sistema de estrellas compactas, un laboratorio inigualable para probar las teorías de la gravedad en presencia de campos gravitacionales muy fuertes . Para nuestro deleite, pudimos probar una piedra angular de la teoría de Einstein, la energía transportada por ondas gravitacionales", afirma el autor del estudio Michael Kramer. Los investigadores explican que las observaciones no solo están de acuerdo con la teoría, también demostraron efectos que antes no se podían estudiar, como la llamada danza de los púlsares. “Seguimos la propagación de fotones de radio emitidos por un faro cósmico, un púlsar, y rastreamos su movimiento en el fuerte campo gravitacional de un púlsar", explica Ingrid Stairs de la Universidad de British Columbia, en Vancouver (Canadá).
Con velocidades de aproximadamente un millón de kilómetros por hora, es su
movimiento rotando entre sí lo que puede usarse "como un laboratorio de gravedad casi perfecto".