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CAPITULO 6 TEORIA CRITICA E HISTORIA SOCIAL: LA “CIENCIA SOCIAL HISTORICA” EN LA REPUBLICA FEDERAL DE ALEMANIA +2 distinci6n tajante de Lawrence Stone, proclamada en 1978,5° ©atre una ciencia social analitica que busca explicaciones co- Serentes y una historia narrativa que busca comprender las in- senciones y las acciones de hombres y mujeres inscribiéndolos = un relato, es mucho menos aplicable a Ja historiografia de = Europa continental. También alli observamos el surgimiento 2 una orientacién cientifico-social en las décadas de 1950 y 1260, pero las concepciones de la ciencia social permanecieron mas preocupadas de la cultura que de los modelos econémicos. Este sigue siendo el caso y, como veremos, también en Ia histo- sografia marxista reciente. Quiz4s en ninguna época desde la Mustracion las discusiones histéricas hayan cruzado las fronte- vas nacionales tanto como en las ultimas décadas; ni tampoco ‘es historiadores de varios paises occidentales han estado tan conscientes de sus respectivas obras. No obstante, a pesar de su caracter internacional, estas discusiones reflejan diferencias smportantes tanto al interior de las culturas nacionales como dentro de las tradiciones historiograficas. Los estudios histéricos en Alemania en la década de 1960 no son comprensibles sin tomar en cuenta dos factores: 1) el le- gado intelectual del pensamiento aleman en las ciencias socia- les, con sus raices en la cultura alemana clasica y en la filosofia 50 Véase mds abajo, p. 161. 109 LA HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX idealista; y 2) el curso catastr6fico de la politica alemana en I primera mitad del siglo XX. Como en otros paises, los historia dores germanos, o al menos de Ia parte occidental de Al nia, en las décadas de 1960 y 1970 recurrieron con frecuencie a los modelos cientifico-sociales y en la de 1980 comenzaroi a abandonarlos. Pero habia diferencias significativas entre los paises. Mientras que en Francia, Estados Unidos, Italia, Polo nia y otros paises la importancia de las ciencias sociales par la investigacion histérica se encontraba bien establecida par la década de 1960, varios historiadores alemanes todavia aferraban a tradiciones antiguas de investigacién y modos dé pensamiento histérico que resistian la innovaci6n. Las razone para ello residfan en parte en la historia politica alemana, pecialmente en su dolorosa y tardia democratizacion. Ademds como ya hemos senalado, la historia se habia transformado e1 una disciplina profesional en Alemania en la primera mitad de siglo XIX, es decir, antes de que se sintieran las consecuencia sociales de la industrializacién. Los patrones de pensamient hist6rico que reflejaban las realidades de una era preindustria y predemocratica permanecian firmemente establecidas en instituciones académicas alemanas del ultimo tercio de en circunstancias de que la disciplina moderna de la historia y, estaba siendo introducida en otros paises. El curso de la histori alemana después del fracaso de la revolucién de 1848, y el p. terior abandono de las convicciones liberales por parte de historiadores alemanes durante el proceso de unificacién baj Bismarck, reforzaron su énfasis en la centralidad del Estado; en las relaciones internacionales a expensas de la historia de] sociedad. Como hemos visto, la historia social era considerad con sospecha en Alemania y a menudo se la identificaba con marxismo. Es por eso que cuando a comienzos del siglo XX le historiadores en Francia, Bélgica, Estados Unidos y otros p. estaban aproximdndose a las ciencias sociales para ampliar comprensi6n hist6rica de una sociedad moderna, industrial 110 Teorfa CR{TICA E HISTORIA SOCIAL éemocratica -en Estados Unidos, particularmente a la econo- mia, la sociologia y la psicologia; en Francia, a estas mismas disciplinas, pero también a la geografia humana y la antropolo- @a-, la profesién histérica alemana casi en su totalidad se re- sistié a la innovacién. La historia social qued6 confinada en los departamentos de economia, que en Alemania mantenian un enfoque histérico mas fuerte que en los paises angloparlantes © que en Austria. Esta oposici6n a la historia social y a las cien- Gas sociales persisti6 durante la Republica de Weimar, cuando jos historiadores, que habian sido entrenados y socializados politicamente antes de 1914, miraban con nostalgia los afios la monarquia Hohenzollern®! y la oposici6n continué hasta entrada la década de 1960. El intenso interés por las ciencias sociales en la Alemania eecidental de la década de 1960 estaba ligado al deseo, por parte de una nueva generacién de historiadores nacidos hacia Ses de la Reptiblica de Weimar, 0 incluso después de 1933, pero entrenados académicamente después de 1945, de enfren- sr criticamente el pasado aleman y también el compromiso pera instaurar una sociedad democratica. Para ellos, la pregun- seacerca de cémo habia sido posible la dictadura nazi, con toda == barbarie, era central para comprender la historia alemana moderna. En contraste con Francia, en donde los historiadores greferian concentrarse, como en la tradicién de los Annales, == un mundo premoderno y preindustrial, frecuentemente espolitizado, la nueva generacién de historiadores sociales q@iemanes puso la politica en el centro de sus estudios. Sin em- bergo, estos historiadores se diferenciaban de sus colegas an- ‘eiores en que vinculaban la politica con las fuerzas sociales y ‘es problemas de la modernizaci6n. También trabajaban dentro *! Véase Berndt Faulenbach, Ideologie des deutschen Weges: Die @eatsche Geschichte in der Historiographie zwischen Kaiserreich und | SeSonalsozialismus (Miinich, 1980). iat LA HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX de una tradicién cientifico-social que estaba profundament influida por la sociologfa politica de Max Weber, y a través d Weber por Marx, y era sensible a la cercana relacién entre politica y la sociedad. Un punto de partida importante para las discusiones critica: del pasado alemdn en la Reptiblica Federal fue la obra de Frit Fischer, Germany's War Aims in the First War,>* publicado e1 1961. Nacido en 1908, Fischer pertenecia a una generaci6n trenada durante la Reptblica de Weimar que se habia enfoca en los temas histéricos tradicionales. De hecho, como joven vestigador, habia escrito para el Reichsinstitut fiir Geschichte Neuen Deutschlands, la institucién nazi de Walter Frank.5° obstante, el libro de Fischer constituia un quiebre radical coi la interpretacién convencional de la historia alemana modet na. Aunque su dependencia en las fuentes gubernamentale era metodolégicamente convencional, sus conclusiones no It eran. A partir de esas fuentes, Fischer Ileg6 a la conclusi6n d que en el verano de 1914 el gobierno imperial se habia arries gado deliberadamente a llevar a cabo una guerra preventive El gobierno habia cedido ante un amplio consenso entre gru pos economicos de interés, desde la industria y la agricultur hasta los sindicatos, que favorecian la extension de la hege monia politica y econémica alemana sobre gran parte de Ew ropa, particularmente la del Este, y querfan suplantar a Gi Bretafia y Francia como uno los grandes poderes coloniales Fischer estaba consciente de que, para validar su argument acerca de la estrecha relaci6n entre los grupos econdémicos d presi6n y el liderazgo politico, la investigacién posterior debi extenderse mas alla de los archivos que documentaban las to mas de decisién, cosa que ya habia hecho, para examinar ma °2 Fritz Fischer, Griff nach der Weltmacht (Diisseldorf, 1961). 53 Una historia del instituto se encuentra en Helmut Heiber, Wa Frank und sein Reichsinstitut fiir Geschichte des Neuen Deutschlai (Stuttgart, 1966). 112 TEORIA CRITICA E HISTORIA SOCIAL =mpliamente el contexto estructural en que esas decisiones se habian tomado. Fischer planteé la pregunta en torno a la eontinuidad entre las politicas expansionistas alemanas desde <1 periodo guillermino al nazi, lo que a su vez planted otra pregunta: éhasta qué punto se debia entender el imperialismo gleman en el contexto de las instituciones alemanas proceden- tes del siglo XIX? Fischer no era el tinico en hacerse estas preguntas. Histo- siadores como Arthur Rosenberg, Hans Rosenberg y Hajo Hol- bor, quienes habian iniciado sus carreras en la Reptiblica de Weimar y habian sido forzados a emigrar después de 1933, las habian planteado antes. Una nueva generacion replante6 es- tas preguntas en la década de 1960. Muy importante para esta discusién fue la publicacién de los ensayos de Eckart Kehr, de Snales del periodo Weimar,** por parte de Hans Ulrich Wehler en 1965 y la reimpresion, en 1966, de la tesis doctoral de Kehr, Schlachiflottenbau und Parteipolitik 1894-1901: Versuch eines Querschnitts durch die innenpolitischen, sozialen und ideologis- chen Voraussetzungen des deutschen Imperialismus® publicada originalmente en 1930. En su tesis, Kehr habia argumentado gue la decisién del gobierno imperial, en la década de 1890, de iniciar una carrera armamentista naval estaba motivada, no por consideraciones de seguridad nacional, sino por presiones politicas y sociales domésticas que buscaban mantener la base de poder de las elites industriales y agrarias para asi frenar la democratizacién y las reformas sociales. Tanto Kehr como Wehler vefan a la industrializaci6n alemana como moldeada por el contexto autoritario de la Alemania imperial dentro de la cual se habia desarrollado, y cuyos ideales y valores perte- necian a una sociedad y cultura preindustrial de larga data. 54 Eckart Kehr, Der Primat der Innenpolitik, ed. Hans Ulrich Wehler (Berlin, 1965). 59 Eckart Kehr, Schlachtflottenbau und Parteipolitik 1894-1901 (Berlin, 1930, 1966). 113 LA HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX De alli pasaron a argumentar que las politicas alemanas qi condujeron a la Primera Guerra Mundial eran el resultado las contradicciones entre la modernizaci6n social y econém por una parte, y el atraso politico, por la otra. Tanto para Kehr como para Wehler los estudios hist6: proporcionaban los medios para examinar criticamente el sado nacional aleman. Los escritos de Wehler de finales de 1 década de 1960 y aquellos de la década de 1970, en los qu buscaba establecer los fundamentos de una “Ciencia Soci Histérica’, desarrollaron una concepcién de la ciencia soci estrechamente ligada a la “Teoria Critica’ de la Escuela ¢ Frankfurt (representada por Max Horkheimer y Theodor Ad no), endeudada con Marx pero libre de los aspectos especula vos y autoritarios de la doctrina marxista. Wehler desafié a Mi Weber y su imperativo de neutralidad valérica para las cien¢ sociales, postulado que Weber mismo, en tanto investigad altamente politico, violaba en la practica. Aunque Wehler, contraste con Kehr, se distancié enfaticamente de Marx, puso que el desarrollo de la sociedad alemana estaba dete nado por la persistencia de las desigualdades estructurales j sociales. Sin embargo, rechazé junto a Kehr la nocién de sobre la primacia de las fuerzas econdémicas y la reemplaz con el concepto weberiano tripartita de “politica [Herrschaff] economia y cultura” que daba mejor cuenta de las fuerza interrelacionadas que determinaban a toda sociedad.5¢ En fuerte contraste con la critica de la modernidad que im peraba en la historiografia occidental de la década de 196( Wehler interpretaba positivamente el proceso de moderni cién, que consideraba irreversible, y lo hizo con mas esperan za que Weber, quien estaba muy consciente de la naturalez contradictoria de tal proceso. Para Wehler, el curso catastréfice , Deutsch Gesellschafisgeschichte (Munich, 1987-2008), 6-31. Hasta el momento han publicado 5 tomos. 56 Véase el “Einleitung’ de Wehler al tomo |, 114 TEOR{A CRITICA E HISTORIA SOCIAL é la historia alemana moderna tenia sus raices en la moder- sizacién incompleta del pais; por lo tanto, afirm6é que su eva- juaciOn de esta historia descansaba en el supuesto de que “la modernizaci6n econdmica progresiva de la sociedad alemana debié estar acompafiada por la modernizacién de las relaciones sociales y de la politica. La industrializaci6n, con su revolucién secnolégica permanente, debid traer consigo una orientacién hacia el desarrollo de una sociedad de ciudadanos libres en lo ‘egal y politicamente responsables, capaces de tomar sus pro- pias decisiones’, lo que claramente no habia ocurrido en el caso aleman.” Estaconcepciéndeun‘“camino [aleman] especial” (Sonderweg) 2 la modernidad fue severamente criticada®® por sus detracto- ses porque no solo simplificaba los desarrollos politicos y so- Gales de Occidente en general, y de Alemania en particular, sino que ademas fracasaba en entender que habia mas de un camino hacia la modernidad. El elemento crucial en el concep- eo de Wehler de la modernizacién, empero, se encuentra en su mensaje polftico, es decir, en su repudio de las tradiciones au- socrdticas alemanas y en su afirmacién del legado democratico eccidental asumido por la Alemania Federal después de 1945 = especificamente, de una socialdemocracia que combinara la democracia politica con un sentido profundo de responsabili- dad social. La investigacién de Wehler y la de los historiadores sociales sercanos a su postura, la asi denominada “Escuela de Bielefeld” —mo exactamente una escuela sino mas bien un circulo de Ssstoriadores afines, varios de los cuales pertenecian a la * Hans Ulrich Wehler, Das Deutsche Kaisserreich (Géttingen, 1973), 17. =e inglés, The German Empire, 1871-1918 (Leamington Spa, 1985). * Véase Geoff Eley y David Blackbourn, The Peculiarities of German “Sxtory: Bourgeois Culture in 19th-Century Germany (Oxford, 1984); tam- ‘een Thomas Nipperdey, Deutsche Geschichte 1800-1866 (Munich, 1983) y Deutsche Geschichte 1866-1918, 2 tomos (Munich, 1993). 115 LA HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX Universidad de Bielefeld- procedia a partir de dos supuest centrales. El primero es que la historia debe adoptar la for- ma de una ciencia social, pero de una ciencia social histéri (Historische Sozialwissenschaft), como la lama Wehler,>? la que, contrariamente a las ciencias sociales conductuales de la tradi- cion norteamericana, se aproxima a la sociedad con preguntas claramente formuladas acerca del cambio social. El segundo e que existe una estrecha conexi6n entre la investigaci6n cientt fica y la practica social. El concepto de ciencia social histérica de Wehler toma de Weber la expansi6n del concepto marxista de formaciones sociales, por la cual es posible entender sociedad y una época como una totalidad determinada por fa tores tanto politicos y socioculturales como econdémicos. Tam bién toma de Marx el supuesto de que la historia de Occidente puede entenderse como un proceso unitario y continuo desde sus origenes prehistéricos. La historia social 0, como prefiere lamarla Wehler, la ciencia social histérica, comprende asi tanto los fenémenos sociales, politicos y econémicos, como tambié1 los socioculturales e intelectuales en el sentido mas amplio El tema central de los estudios histéricos es la transformaci6n progresiva de las estructuras sociales. Al mismo tiempo, Wehler piensa que el historiador tiene responsabilidad politica y ve esta responsabilidad a través las categorias de la Teoria Critica, tal como la interpretan Horkheimer y mas recientemente Jiirgen Habermas; esto es, k piensa en términos de una sociedad a la cual deben ir dirigido nuestros esfuerzos intelectuales, y que deberia ser organi da de acuerdo a criterios humanitarios razonables (verniinftig que permitan vivir con dignidad a seres humanos auténomo: y capaces de forjar sus propios destinos. Este ideal, con sus rai ces en la Ilustracién, le sirve a Wehler como criterio para é 59 Véase Hans Ulrich Wehler, Historische Sozialwissenschaft Geschichtsschreibung (Gottingen, 1980). 116 TEOR{A CRITICA E HISTORIA SOCIAL =xamen critico de las sociedades pasadas y presentes. Su idea de modernizaci6n es por lo tanto normativa en su base: la histo- na debe no sélo ser una ciencia social, sino también una ciencia social critica. Reafirma a la modernizacion como un proceso en permanente transformacién en el que la ciencia y la tecnologia se desarrollan al mismo tiempo que la mayor libertad, madurez polftica y responsabilidad por parte de los miembros de la socie- dad. Para Wehler la principal tarea de los historiadores sociales alemanes es preguntarse por qué la modernizaci6n ocurrié en Alemania de una manera tan diferente a Ja de otros pafses de Europa occidental, o Estados Unidos, llevando a las desastrosas consecuencias del periodo que va desde 1933 hasta 1945. Asi, mientras los valores de una sociedad moderna que combina la sociedad industrial con la democracia social esta- »an siendo sometidos a un fuerte escrutinio en Occidente, esos ssismos valores estaban siendo reafirmados por una cantidad considerable de historiadores jévenes en la Republica Federal, por razones que tenian mucho que ver con su percepcién del pasado alemdn reciente. Esta percepcién involucraba un en- Sentamiento critico con el modo en que la profesién histérica alemana habia interpretado y escrito sobre su historia nacio- sal. Si bien los historiadores que representaban un enfoque sadicional respecto de la historia y la politica alemana todavia predominaban en las universidades germanas en la década de 1950, su monopolio se rompié en la década de 1960, cuan- do empezaron a jubilarse y en momentos en que las univer- sidades alemanas continuaban su proceso de expansién, que siguid hasta comienzos de la década de 1970.5! En 1971, la °° Véase Georg G. Iggers, The German Conception of History: The Na- sonal Tradition of Historical Thought from Herder to the Present, segunda edicién (Middletown, Conn., 1983). 5! Véase Georg G. Iggers, The Social History of Politics: Critical Perspec- Sives in West German Historical Writing Since 1945 (Leamington Spa, 1985), sobre todo la Introduccién, 1-48. 117 La HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX Universidad de Bielefeld fue fundada como una instituci6n e donde los estudios interdisciplinarios recibieron una atencié especial, en la forma de un Centro de Investigaciones Inte disciplinarias. Wehler fue nombrado catedratico de historia ef 1971, y en 1972 se sum6 Jiirgen Kocha. La historia social critic adquirié de esta manera una firme base institucional. En 197 se inaugur6 una serie monografica titulada Estudios Cri de Ciencia Histérica, en la que se han publicado mas de cit tomos y en 1975 se fund6 la revista Geschichte und Gesellschay (Historia y Sociedad),°? que pas6 a ocupar un lugar en la inve: tigaci6n alemana parecido al de los Annales en Francia y and Present en Gran Bretaiia. En contraste con la mayoria de las publicaciones de Annales, y buena parte de Past and Present, el enfoque de Geschichte und Gesellschafty de la serie Estudios Criticos no et sobre la Edad Media 0 el periodo moderno temprano, sino sob1 los procesos de transformacién en las sociedades industrial modernas. Ademés, se ponia un fuerte énfasis en la interrele cin entre politica y sociedad. La nueva historia social alen na estaba dispuesta a utilizar métodos cuantitativos, pero n cautelosamente que la “Nueva Historia Social” estadounidens o la “histoire sérielle’ francesa. Los precursores intelectuales d la Ciencia Social Histérica en Alemania no eran los cientist sociales estadounidenses o los historiadores franceses de Annales, sino que alemanes: Marx mediado por Max Weber, Max Weber mismo; los historiadores anteriormente nombrade que estudiaron durante la Reptiblica de Weimar y que habia sido forzados a emigrar después de 1933 —Arthur Rosenber marxista, y Hans Rosenberg y Hajo Holborn, estudiantes d Friedrich Meinecke; Eckart Kehr, quien estaba en Estados Un dos con una beca de la Fundaci6n Rockefeller cuando falleci © El subtitulo de la revista es Zeitschrift fiir Historische Sozt wissenschaft (Revista de Ciencia Social Histérica). 118 TEORIA CRITICA E HISTORIA SOCIAL edad de 30 afios en marzo de 1933; y finalmente los fil6so- idlogos de la Escuela de Frankfurt, particularmente Max eimer. Estas influencias dieron a los historiadores de Bie- caracteristicas muy diferentes respecto de las principales ites de estudios histéricos y sociolégicos en Francia o en s Unidos, y desembocaron en una mayor concentracién las ideas y valores que forman la cultura politica. Lograron ién influir en los nuevos historiadores para que utilizaran enfoques hermenéuticos ya sea como integrales 0 comple- arios a sus andlisis empiricos. Aunque en sus declaraciones teéricas Wehler le asigna a cultura el mismo rango de la economia y la politica para definici6n de una sociedad, y aunque interpreta la cultu- antropolégicamente como un complejo de interacciones licas, se le ha acusado sin embargo de pasar por alto la Smension cultural de la historia. Los criticos han comentado ge en su historia social los individuos desaparecen dentro de ‘sas estructuras totalizadoras y que la cultura es discutida ex- jusivamente en sus expresiones institucionalizadas como las ‘iesias, las escuelas, las universidades y otras organizaciones ‘ommales. La vida cotidiana, de hecho, recibe muy poca aten- 86n. En su Deutsche Gesellschaftsgeschichte, Wehler se ocupa & la condicién de las mujeres s6lo en términos de su estatus ‘egal y econémico. De hecho, dedica menos espacio a las mu- ‘eres y a la vida cotidiana que Thomas Nipperdey, cuyos tres somos sobre historia alemana de 1800 a 1918 retornaron a i historia politica narrativa, por una parte, e inclufan amplias secciones sobre la vida cotidiana, incluyendo temas de género, por la otra. Jiirgen Kocka surgié en la década de 1970 como uno de ‘os principales expositores del enfoque critico y teérico de la 8 Thomas Nipperdey, Deutsche Geschichte 1800-1866 (Munich, 1983) y Deutsche Geschichte 1866-1918, 2 tomos (Munich, 1990-1992). 119. LA HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX historia social o ciencia social histérica. Ya en su tesis doctor de 1969 habia aplicado modelos te6ricos al andlisis del cambi social.“+ Después, tomando como ejemplo a la gigantesca con pariia Siemens, desde sus inicios en 1847 hasta el estallido de! Primera Guerra Mundial, Kocka evalué la aplicabilidad del ti weberiano ideal de burocracia al surgimiento de un gran po de empleados en el sector privado en Alemania y en Es Unidos entre 1890 y 1940.65 Examinando la susceptibilidad los empleados alemanes ante el nacionalsocialismo, Kocka i tenté ir mAs alla de las estructuras y procesos objetivos pat comprender la conciencia politica de quienes eran parte d estos. En estudios posteriores se ocupé de la formacién de’ clase obrera desde una perspectiva muy diferente a la de E. Thompson, de quien hablaremos mas adelante. Para Kocka, I fuerzas principales en la creacién de una clase obrera moderi seguian siendo estructurales y econémicas. En su gran ob sobre la formacién de clases en el siglo XIX (1990), Kocka liz6 un concepto de modernizaci6n para explicar el desarro de la clase trabajadora moderna como el resultado del paj del salario en tanto parte de un proceso de industrializ capitalista. Paralelamente al trabajo de Kocka, otros historia¢ res sociales alemanes prestaron mas atenci6n a las condicion sociales que acompaniaban al proceso de industrializacién. Es necesario considerar que las obras de Wehler tenian u intencion de sintesis, en tanto historia social (Gesellschafisg chichte) y no historia social empirica. Sin embargo, el coneé to de Wehler de una historia social critica dio impulso a 4 Unternehmensverwaltung und Angestelltenschaft am Beispiel Sie 1847-1914: Zum Verhdltnis von Kapitalismus und Buirokratie in deutschen Industrialisierung (Stuttgart, 1969). 5 Jiirgen Kocka, White Collar Workers in America: A Social-Poli History in International Perspective (Londres, 1980). °° Weder Stand noch Klasse: Unterschichten um 1800 (Bonn, 1990). E es el primer tomo del Geschichte der Arbeiter und der Arbeiterbewegui dem Ende des 18. Jahrhunderts. 9 120 TeEoRfA CRETICA E HISTORIA SOCIAL ssultitud de investigaciones empiricas de historia social centra- as en el proceso de industrializacién y sus consecuencias para 2 estratificacién social de artesanos, trabajadores industriales, empleados y clases burguesas. El interés por las consecuencias & la industrializacién en Alemania no era nuevo: era central =n el Taller de Historia Social Moderna fundado por Werner onze en Heidelberg en 1957, que atrajo a varios historiadores sociales criticos j6venes y public6é sus trabajos. Lo que estos Sstoriadores aportaron a las investigaciones anteriores fue un mayor énfasis tedrico para explicar el proceso de transforma- a6n social que acompafié a la industrializacién en el contexto politico aleman. Gran parte de la historia social de las décadas de 1970 y 7980 en Alemania y en Europa occidental, y mas tarde en la ie! Este, cambi6 su énfasis en los factores econémicos para penerlo en los culturales. Estos enfoques no eran necesaria- mente excluyentes. La historia de la clase obrera en Alemania ‘2 pasado por varias etapas desde la década de 1950, lo que sembién ha ocurrido en otras partes de Europa occidental y en ®orteamérica. Las obras salidas del Taller de Werner Conze se sencentraban particularmente en el papel de los movimientos ebreros surgidos durante el proceso de industrializacion en la cultura politica de los siglos XIX y principios del XX en Alema- =a, y también en la integracion, o falta de integracién de estos ‘ovimientos a un consenso nacional. En los estudios sobre las condiciones de vida de los traba- -sdores de Dieter Langewiesche,*’ Franz-Josef Briiggemeier® y * Dieter Langewiesche y Klaus Schoenhorn, eds. Arbeiter in Seatschland: Studien zur Lebensweise der Arbeiterschaft im Zeitalter der Sedastrialisierung (Paderborn, 1981). = Franz-Josef Briiggemeier, Leben vor Ort. Ruhrbergleute und ebrberghau 1889-1919 (Munich, 1983). Sobre los aspectos medioambien- “aies, véase del mismo autor Blauer Himmel iiber der Ruhr: Geschichte der eevelt im Ruhrgebier, 1840-1990 (Essen, 1992). 127 LA HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX Klaus Tenfelde® el énfasis en la politica pasé a un lugar cundario. Estos estudios difieren tanto del enfoque culturalis de Thompson sobre los trabajadores como de las perspectiv: mas pronunciadamente antropolégicas de Michelle Perrot y William Sewell,”! que estudian los aspectos rituales y sit bélicos de las protestas obreras. Las fuentes principales ¢ Langewiesche, Briiggemeier y Tenfelde continuaron siendo di tos empiricos duros antes que fuentes literarias, artisticas 0 fo cloricas. El contexto es el proceso de industrializacién y su co secuente formacién de una clase proletaria. Los tres estud a los mineros del valle del Ruhr y describen cuidadosamet la transformacién de las condiciones de trabajo en las el reclutamiento de los trabajadores (principalmente inmigrat tes polacos), las relaciones entre trabajadores y empleado y el conflicto social y econdémico. Briiggemeier, en particul diciones sociales —por ejemplo, el impacto de los allegados no turnos en la vida familiar de una comunidad empobrecida. enfermedades industriales son rigurosamente detalladas. no implica que los obreros sean sélo victimas; en gran medi¢ reaccionaban y se defendian repetidamente a través de p pero generalmente de manera menos draméatica en clubes bebedores (Schnapskasinos) —no siempre tolerados por la pd cia— que eran mds baratos que las tabernas en las que por! demés no eran bienvenidos. Una cultura étnica arraigada é la vida y la religiosidad polaca apartaba a estos obreros de pares alemanes, no sdlo en sus lugares de trabajo, sino tambié en las horas de esparcimiento, lo que redundaba en una fal de solidaridad frente a las huelgas. 6° Véase, por ejemplo, Klaus Tenfelde y Gerald D. Feldman, Workers, Owners, and Politics in Coal Mining: An International Comparis of Industrial Relations (Nueva York, 1990). j 7 Michelle Perrot, Workers on Strike: France, 1871-1890 (Nueva Yot 1987). 71 Véase mas abajo, p. 209. 122 TEoRIA CRITICA E HISTORIA SOCIAL Briiggemeier se preocupa primero de las condiciones que 2 a las poblaciones anénimas, examinando la cultura co- a en el contexto de estructuras politicas, aspectos autori- del Imperio aleman, y el temor de las clases establecidas = la amenaza politica y cultural a los valores y moralidad antes. A continuacién, se ocupa de las biografias indivi- es de los mineros e intenta reconstruir sus suefios y espe- as. A veces ocurre que la adquisicién de simples articulos vestir y calzado otorgan un sentido de estatus y prestigio. = el “honor” en el sentido de Weber, 0 el “capital simbdlico’, == el de Bourdieu, ocupa su lugar en Ja autodefinicién de hom- es modestos cuyo sentido de dignidad se encuentra constan- mente amenazado. Utilizo el término “hombres” porque en + mundo descrito por Briiggemeier los hombres constituyen samensa mayoria de la fuerza de trabajo. Las mujeres que se entran en el trasfondo son parte del calculo econémico de empleadores. Ellas proporcionan el alojamiento barato para allegados sin una remuneraci6n significativa por el traba- mvolucrado. Estas biografias proporcionan una dimensién a a lo que de otra manera seria un destino colectivo e ‘onal. Y proporcionan ademas el impulso para la historia ral como es el caso de Lutz Niethammer y sus colegas, quie- es llevaron a cabo entrevistas cualitativas a los trabajadores '» 2 sus esposas que vivian en la regi6n minera del Ruhr en la ada de 1930.” Lo realmente importante en estas entrevistas » es tanto la reconstrucci6n de lo que fue, sino lo que la gente scordaba. No importaba tanto que estos recuerdos fueran co- =ectos o no; mas bien lo era la forma en que estos hombres y sjeres experimentaban sus pasados. = Lutz Niethammer, Lebensgeschichte und Sozialkultur im Ruhrgebiet =50 bis 1960, 2 tomos (Berlin, 1983); una investigacién paralela fue sizada por Niethammer, Alexander von Plato y Dorothee Wierling, Die igne Erfahrung: Eine Archdologie des Lebens in der Industrieprovinz ® 30 biographische Eréffnungen (Berlin, 1990). 123 La HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX El traénsito desde la historia de los movimientos obreros a} historia social del trabajo con un énfasis en las experiencias d vida no se restringe a la investigacién alemana occidental. Ri fleja tendencias generales en la historia social no sdlo en otté partes de Occidente sino también en los paises llamados socia listas, en donde este transito fue mds lento. En el Este socialis paraddjicamente, la historia del trabajo tendié al elitismo pr ser escrita desde el punto de vista de los movimientos obrert organizados o de los partidos socialdemécrata y, después ¢ 1917, comunista. Un ejemplo se encuentra en la historia d movimiento obrero aleman publicada en ocho tomos en Ber del Este en 1966.7% Pero incluso en la Alemania del Este, hi la década de 1970, los historiadores estaban conscientes de necesidad de prestar mds atenci6n a la vida cotidiana de | trabajadores. En 1981, Jiirgen Kuczynski lanzé los cinco tom de su Geschichte des Alltags des Deutschen Volkes 1600-19 (Historia de la vida cotidiana del pueblo aleman, 1600-1945 con un llamado a los historiadores marxistas para que apr dieran de la historia social de los historiadores no socia de Occidente. Partiendo de los conceptos marxistas clasic clase, Hartmut Zwahr public6 en 1978 un estudio sobre la maci6n del proletariado en Leipzig, que examinaba el modo que el proceso de industrializacién y de formaci6n de clases manifestaba en las relaciones interpersonales como los "3 Geschichte der deutschen Arbeiterbewegung in acht Banden, public por el Instituto de Marxismo-Leninismo del Comité Central del Parti Unidad Socialista, 8 tomos (Berlin, 1966). 74 Jiirgen Kuczynski, Geschichte des Alltags des Deutschen Volkes, ¥ 1945 (Berlin, 1981-1982). Una discusién sobre la historia social en la R blica Democratica Alemana en Ia década de 1980 se encuentra en Geo Iggers, ed., Marxist Historiography in Transformation: East German § History in the 1980s (Nueva York, 1991), especialmente la introduccié tomo incluye ensayos escritos en Alemania del Este a partir de la dé de 1980, y contiene una seleccién de la introduccién de Kuczynski Alltagsgeschichte. 124 TeorRIA CRITICA E HISTORIA SOCIAL “emiliares y las amistades, y también en la conciencia social.” = una seccién particularmente interesante, que utilizaba ma- ‘eciales biogrdficos provenientes de los archivos personales de “es trabajadores y de datos vitales obtenidos en las oficinas de ‘sstadisticas, Kuczynski analiz6 la seleccién de padrinos entre ‘es trabajadores. Para mediados de la década de 1980, un grupo tf etnégrafos de Alemania del Este inicié una colaboracién con sssudiosos de Austria y de la Alemania occidental para escribir sebre el uso del tiempo libre entre los trabajadores berlineses i comienzos del siglo XX. Una variante austriaca de {a ciencia social historica critica = encuentra en la obra de Michael Mitterauer (y sus colegas) ‘eego de ser contratado por la Universidad de Viena en 1971 _mmo profesor de historia social y econémica. En la linea de la Sscuela de Bielefeld, Mitterauer y sus colegas han combinado =! estudio de las estructuras sociales y de los procesos sociales cpa los de la cultura y los patrones de vida. Hay una mayor sencentracion en la familia, la sexualidad y la adolescencia en- we sus obras que en las de sus colegas en Alemania. Al mismo ‘sempo, hacen un uso bastante mds extensivo de los métodos ‘qsantitativos y muestran una mayor apertura respecto de los studios ingleses y franceses en el area de demografia histérica » reconstitucién familiar. Pero mientras que en Inglaterra los studios del Grupo de Cambridge para el Estudio de la Pobla- ‘oon y la Estructura Social, y los del circulo de demégrafos his- ‘Seicos alrededor de Louis Henry, en Francia, se han concentra- i en las sociedades premodernas y preindustriales, el grupo & Viena se ha dedicado mas intensamente a la historia de la ‘emilia y a los problemas de la pubertad y la adolescencia en sociedades que experimentan un proceso de industrializaci6n > Hartmut Zwahr, Zur Konstituierung des Proletariats als Klasse: Srukturuntersuchungen tiber das Leipziger Proletariat wihrend der ondustriellen Revolution (Berlin, 1978). 125 La HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX y modernizacién. Una importancia considerable ha sido otot gada a la historia oral y a la reconstrucci6n de las biogra individuales.” El desarrollo de la historia de los trabajadores tiene alguno paralelos con la historia de las mujeres. Esta tiltima historie también empezé, en Gran Bretafia, Estados Unidos, Francia Alemania y otros paises, a comienzos del siglo XX, como la his toria del movimiento organizado de mujeres y frecuentement sobre temas especificos como el sufragio. En las décadas di 1960 y 1970 se podia constatar una concentracion en el pape de las mujeres en el proceso de industrializaci6n. Gradualmen te, se prest6 mayor atencién a los aspectos mas existenciales ¢ la vida de las mujeres. Esto tiltimo, como discutiremos despu de combinar los conceptos y métodos de las ciencias ‘soci histéricas con el andlisis de las experiencias vitales de muje: XX.” En esa obra, la profesién de empleada doméstica es como un fenémeno de la sociedad que experimenta los ca bios relacionados con la industrializacion y la modernizaciér En esta transici6n, las empleadas domésticas jugaron un pape importante en la formaci6n de un estilo “burgués” de vida; si ellas, tal estilo no habria sido posible. Al mismo tiempo, las en pleadas domésticas adoptaron valores de la clase media y k transmitieron a la clase obrera al interior de la cual contra 76 Véase Georg G. Iggers, Marxist Historiography in Transformatie New Orientations in Recent East German History (Nueva York, 1991). 77 Wéase Joan W. Scott, “Women’s History’, en Peter Burke, Perspectives on Historical Writing (State College, Penn., 1991), 42-66. 8 Dorothee Wierling, Madchen fiir alles: Arbeitstag und Lebensgeschicl stédtischer Dienstmddchen um die Jahrhundertwende (Berlin, 1987). 126 TEOR{A CRITICA E HISTORIA SOCIAL matrimonio. El estudio de Wierling descansa en una enorme »ase de datos cuantitativos; sin embargo, al utilizar material satobiografico, como también cartas y, alli donde fue posible, eatrevistas orales, la historiadora buscé reconstruir los aspec- ~s cualitativos de situaciones reales experimentadas y recor- tadas por las empleadas domésticas. Asi, el estudio pertenece = la tradicion alemana de ciencia social historica y al mismo Sempo va mas alla de ella. 497 CAPITULO 7 LA CIENCIA HISTORICA MARKISTA DESDE EL MATERIALISMO HISTORICO ALA ANTROPOLOGIA CRITICA “2 historiografia marxista y el pensamiento marxista en general ‘en perdido gran parte de su credibilidad y prestigio luego del sslapso de la Unidn Soviética y de sus Estados satélites en Euro- =e del Este, que se consideraban a si mismos como la encarna- son de las ideas marxistas o marxistas-leninistas. Sin embargo, ‘= medida en que estos eventos fueron responsables de la crisis #! pensamiento marxista no debe exagerarse. La filosofia mar- esta oficial de los partidos comunistas internacionales estaba ‘esacreditada desde mucho tiempo antes del colapso. Debe- mos distinguir entre esta manifestacién del marxismo y el pen- semiento marxista tal como se desarrollé independientemente = las restricciones partidistas mds alla de bloque soviético. Si wen el llamado marxismo occidental también experimenté mma crisis, especialmente luego de las rebeliones estudiantiles @ la década de 1960, las razones de esta crisis fueron muy di- ‘entes. Las ideas marxistas contribuyeron a una critica, tanto las sociedades capitalistas modernas como de la cultura mo- que fue considerada seriamente por un amplio espectro spinion. Empero, este marxismo critico también perdié gran == de su credibilidad porque los supuestos en los que se eba estaban demasiado arraigados en el siglo XIX para res- der a las inquietudes de la era postindustrial. ™o por ello debemos subestimar los aportes del marxismo = Gencia hist6rica moderna. Sin Marx, una buena parte de 129 LA HISTORIOGRAFIA DEL SIGLO XX la teoria moderna de la ciencia social, que se definié en @ sicién a Marx, como también a la obra de Max Weber, impensable. No debemos ver al marxismo, sin embargo, un movimiento unitario. Esto se observa en las ensefiai Marx y Engels, seguidas por un siglo y medio de interpi ciones respecto de sus escritos. Y, como veremos, la do misma de Marx esta repleta de ambivalencias y am des. Marx era un pensador muy dogmatico, pero de manera sisteméatico o consistente. Por ello es que operaba ¢ dos conceptos de ciencia tan diferentes entre si que ni él ni seguidores pudieron conciliar. Una de estas perspectivas § la ciencia era esencialmente positivista, compartiendo de los supuestos del periodo que va desde aproximadam 1850 a 1890, y que es muy mecanicista en su concepe la realidad. Dos conceptos eran fundamentales para esta p pectiva: 1) que el conocimiento cientifico objetivo es posi 2) que el conocimiento cientifico se expresa en declaraci generales respecto de las leyes que gobiernan a los fené nos. En cuanto a la historia esto significaba que para obt el rango de ciencia debia descubrir y formular leyes de d rrollo histérico. Marx diferia en este sentido de los posit como Thomas Henry Buckle e Hipdlito Taine al concebir ¢ fuente principal de un desarrollo histérico regido por le discernibles al conflicto social proveniente de la desigu al econ6émica. El motor principal detrés de la historia no e mundo de las ideas sino las fuerzas productivas, como Mat expres6 concisamente en el prefacio de su Una contribucii la critica de la economia politica.” Estas fuerzas, en el curse 7? En Robert C. Tucker, ed., The Marx-Engels Reader, segunda ed (Nueva York, 1978), 3-6. Sobre las discusiones recientes en torno teoria marxista de la historia, véase Chris Wickham, ed., Marxist His Writing for the Twentieth-First Century (Oxford, 2007); Paul Blackle Reflections on the Marxist Theory of History (Manchester, 2006); ta Kevin Anderson, Marx at the Margins: On Nationalism, Ethnici Non-Western Societies (Chicago, 2010). Sobre el marxismo bi 130 LA CIENCIA HISTORICA MARXISTA == desarrollo, entraban en conflicto con las condiciones socia- ‘es gue ellas mismas habian creado y en contra de las cuales = rebelaban cada vez que se transformaban en un obstaculo ==za el completo desenvolvimiento de las fuerzas productivas. en la misma inevitabilidad de una ley de la naturaleza, la hu- menidad era impulsada desde las condiciones primitivas del -emunismo originario de una sociedad nodmada de cazadores, sssando por los estadios de la antigiiedad, el feudalismo y la mmaci6n social burguesa, hasta una sociedad comunista en la gee se superaban los antagonismos inherentes en todas las so- sedades anteriores. Es significativo que para Marx, como para “= mayorfa de sus contempordneos, el progreso de Ja humani- ied se centraba en el mundo occidental, que era el tinico dina- ‘sico, mientras que Asia y Africa (y en esto estaba de acuerdo =n Hegel) eran mundos estaticos. Esta perspectiva de la ciencia y de la historia se encontraba ndamente arraigada en las corrientes principales del pen- iento occidental en el siglo XIX, diferenciandose de estas en sus propésitos revolucionarios. Durante toda su vida, embargo, Marx tuvo también una concepcién muy diferen- @e la realidad y del conocimiento, que Ileg6 a jugar un papel y importante en la historiografia y en el pensamiento mar- del siglo XX, especialmente més alla del bloque soviético. sérmino “dialéctica”, que se usa con frecuencia para referirse esta concepcion alternativa, debe ser utilizado con cuida- puesto que también contiene una contradiccién interna. una parte, la dialéctica repudia la nocién positivista de la nderancia del mundo fenoménico en la ciencia, porque Harvey Kaye, The British Marxist Historians (Cambridge, 1984).. De publicaci6n, es el ntimero especial editado por Q. Edward Wang, ‘vamente titulado “Marxist Perspectives in Historical Writing at the ig of the Twentieth-First Century Seen Globally’, que aparecera Storia della Storiografia; también Eric Hobsbawm, How to Change the ia: Reflections on Marx and Marxism (Londres, 2011). 131

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