Carta N.2 1!"
Queridisimo Leén Ostrov:
Todavia me contemplo, asombrada de estar
viva. Hubiera querido esperar varios dias y
después escribirle una hermosa y —dentro de lo
posible— poética carta. Pero ahora no quisiera
otra cosa que llorar y que usted me pregunte por
qué. La verdad es que acd me muero de miedo.
No sé si ello responderd a mi inmensa capacidad
de temer o si la realidad contiene
verdaderamente causas que lo desaten. No
estamos en el pueblo sino en un paraje desolado
donde no hay més que sonidos, ruidos informes
que imitan todo lo que fantasea el miedo. Nos
pueden violar por la noche? Enseguida se
encuentran ramas serviciales que remedan a la
perfeccién ruidos de pasos. (Siempre que hayan
sido las ramas). Es excesivamente solitario este
lugar y de noche es una cosa horrenda que me
enmudece de terror. Y siempre la voz del mar,
una voz desgarradora. Mientras escribo
contemplo millares de hormigas que caminan a
mis pies. Algunas me escalan. Me muero de
nduseas. En verdad, pronto sonreiré, tal vez, de
mi estado actual. (Ahora hay una mosca verde
que bebe de mi frente). Pero ahora estoy muy
42desamparada, muy angustiada. Aunque me
extrafie sobremanera no interesarme por el
aspecto de aventura que presenta la cosa.
Anoche cref estar en mi cuarto, sufti mucho al
despertar. Ademas me empez6 a molestar la
columna vertebral, tal vez porque duermo en el
suelo, no sé... Ayer me dije que debo volver —
creo que no hay pasajes hasta fin de mes— y
que no me importaria viajar de pie, necesito
estar en mi cuarto, lejos de esta monstruosa
naturaleza. He visto los médanos. Parecen
monstruos de un planeta
«Ne me dites plus rien: pour vous
perdu!» (Le Cid)
tout
desconocido. Estoy tan mal que nada me
parece valido ya. Creo que voy a irme. {Acaso
las demés tienen menos miedo que yo? En
realidad también estan asustadas pero no como.
yo... {Para qué todo esto? Y si me violan, si me
asesinan —Io creo probable e imposible a la
vez—; lamento estar aqui, lo lamento mucho. Si
me ocurre algo y no vuelvo mas me gustaria que
usted le pidiera mis poemas a mi madre. (Para
mas referencias: estan en la biblioteca, bajo
llave). Ayer pensé en usted pero no pude
determinar si lo que prefiere es que me quede
aqui y luche con el miedo 0 que me vaya.
También cuando viajaba pensé en usted, pero
estaba euférica y todo era muy bueno. Recuerdo
que estuve mucho tiempo pensando en Kafka,
B£ ieee ona Coin ates de
aque habia empezadg
atrds, Cartas a Milena. Cuando ao Megas"
impresionada por la lectura, se m, oe
la diferencia entre Kafka y yo es quea te
extraordinaria libertad de pensamienty tenia ing
horrenda inhibici6n para actuar mmient, tna
mf me sucede lo contrario. De cualquier Que a
me impresionéd mucho, especialmente ee
dice frases como ésta: «Y en verdad es hasta S
cierto punto una blasfemia construir tanto sobre
una persona». (Acaba de pasar Gregorio Samsa
ya metamorfoseado).
iOh perdén por esta monotonia, perdén
por esta carta espantosa, perdén por haberlo
conocido, y por haber nacido! Pero ya se
arreglaré —siempre que se me pasen los
dolores, apenas puedo escribirle— de cualquier
modo todo seguird igual.
(He interrumpido la carta y ahora vuelvo
més calmada). Creo que serfa una verdadera
cobardia volver. Pero al mismo tiempo este vile
es una temeridad gratuita. Solo me calmaré
rare si logro leer los libros que he
sido, Pero la literatura estélejanisima. (Hay dos
ines mi mano. Esta naturaleza es obra
ine amargado. Pero usted ha
inexplicable’ ellas se han ido
Viento que ee Hay un viento atroz, un
Sume mis deseos, no puedo
ttmeditar ni imaginar nada, he cerrado las puertas
de mi ser y solo queda una receptibilidad
ansiosa y desconfiada. éIrfa a ser algin mal
presagio este viento? Tal vez me diga que usted
me olvidé y que nada me queda sino este estar
aqui, roida por insectos engendrados por mi
culpa. Tal vez ellos busquen redimirse por
medio de mi miedo. 2Y si esta carta fuera
nuestra Ultima comunicacién? No tengo miedo
de morir, tengo miedo de esta tierra ajena,
agresiva, tengo miedo del viento (yo que dije
que chay que salvar al viento» ahora digo que
chay que salvarme del viento»), tengo miedo de
los Arboles salvajes, nacidos porque si y para
nada. Ahora comprendo que no es posible
volver a la era en que se hacfa fuego con
madera y piedras (como hacemos nosotros)
porque tal vez la naturaleza esté agraviada de
nuestra huida y cada uno que retomna a ella se
ve objeto de su odio causado por el desamparo
en que la hemos dejado. Hace siglos que me fui
de Bs. As. y hace siglos que lo via usted. Y esto
Gltimo me hace doler el corazén. No puede
hacer algo para que el viento se tranquilice? ¢Por
qué no les dice a los arboles que soy inocente?
2 al mar que no ruja? &Y a la noche que no
construya complots contra mi miedo? Estoy
segura que ser bondadoso y hard todo lo que le
Tuego. Solo que no puedo retribuirle con otra
cosa que con mi miedo, con mi falsedad... ys
le interesa con mi total adhesi6n. Estoy en otro
Bt)Heb eo eee
nk
planeta y nada en é| me enamora, Suya,
Alejandra
Martes 9 hs,
Resumen texto 6(Valenzuela, J., Silva P.(2011) Admisibilidad y valoración de la prueba pericial en el proceso penal. Memoria para optar al grado de licenciado en ciencias jurídicas y sociales. Universidad de Chile. Pag. 26 – 29, 52-54, 158-165)