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Eneas Segun Las Alegorias de Lo Libre de
Eneas Segun Las Alegorias de Lo Libre de
2018
Aceptado: 27.2.2019
Análisis de las alegorías de Francesc Alegre sobre Eneas, en las que más que
comentar el personaje según las Metamorfosis de Ovidio se ocupa del virgi-
liano y cómo ha sido interpretado por comentaristas e intérpretes, basándose,
aunque no siempre, en la Genealogia Deorum de Boccaccio en los datos que
le aporta el manual mitográfico.
Palabras clave: Francesc Alegre, Eneas, Ovidio, Virgilio, Alegorías, Boc-
caccio.
L
a primera traducción en España de las Metamorfosis es Lo
libre de les transformacions del poeta Ovidi, una muy cuidada
versión catalana en prosa de Francesc Alegre que se conserva
en incunable impreso en Barcelona en 1494, pero quizá iniciado en
1479 y finalizado en 1482; está dedicada “Alla illustrissima senyora la
*
Facultad de Letras. Universidad de Murcia.
Correspondencia: Universidad de Murcia. Facultad de Letras. Campus de la Merced.
30071 Murcia. España.
e-mail: calvarez@um.es & iglesias@um.es
senyora dona Joana de Arago filla del molt alt e potentissim senyor don
Ferrando”. Va acompañada de unas “allegories” en las que, basándose
en lo que ha leído en autores admirados por él, bien directamente,
bien a través de la Genealogia deorum de Boccaccio, explica el conteni-
do de su interpretación de las Metamorfosis de Ovidio.
En estas líneas dedicadas a rendir homenaje a nuestro dilecto José Luis
Vidal, admirador de Virgilio y admirado a su vez por sus profundos
saberes sobre el vate de Mantua, nos ha parecido oportuno tratar sobre
los comentarios que Francesc Alegre (= FA) dedica a Eneas de las car-
tas CCxxviii v a CCxxxvii v sobre met. 13.626–14.609, sin detenernos
en los episodios en los que está ausente el dardanio. Queda patente que
la preocupación de FA no es una comparación literaria ni una revisión
de las técnicas de que se vale Ovidio para alejarse de Virgilio, comple-
tarlo o matizarlo en su descripción del viaje de Eneas (Álvarez–Iglesias
2006) sino que su objetivo es dar la más completa información que
sobre el héroe le proporcionan las fuentes a su disposición.
Los comentarios se inician en el “Capitol sise tractant la allegoria de
moltes coses so es de Eneas e deles filles del rey Anio: deles filles de
Orion: y del iouens transformats en coronas e la questio de Enbracia e
de les fills de Moloso” (cart. CCxxviii v) y tienen como finalidad ex-
plicar met. 13.626–721: la navegación de Eneas desde Antandro hasta
Butroto. Mas, cuando enuncia las cuatro partes en que organiza el
capítulo e indica que en la primera va a hablar de la navegación de
Eneas “fins al loch on regnave Eleno e Andromeda (sic)”, confiesa
implícitamente que transciende los versos de Ovidio y tiene en cuenta
Aen. 3.315–336, donde Andrómaca, ausente en las Metamorfosis, re-
fiere a Eneas sus desventuras desde la muerte de Héctor hasta su boda
con Héleno.
Lo relativo a las hijas de Anio y las figuras cinceladas en el cratero
que el rey de Delos regala a Eneas, con el protagonismo de las hijas
de Orión y los jóvenes Coronas, nada tiene que ver con la figura y la
leyenda de Eneas, aunque le dedicaremos parte de nuestra atención.
La cuarta parte, sobre las etapas por la costa occidental de Grecia, está
más ligada a los errores del troyano.
del hijo de aquella; pero no se limita a esto sino que, teniendo muy en
cuenta los versos de Virgilio, Aen. 3.315–336, mezcla todas las infor-
maciones para recordar que Pirro le estaba agradecido a Héleno porque
sus profecías le salvaron, que por eso (sin mencionar que Pirro se unió
a Hermíone) lo casó con Andrómaca y le confió a su hijo, y que, una
vez muerto Pirro, Héleno llamó a la tierra Caonia y edificó una nueva
Troya, donde acogió a Eneas como amigo y le advirtió de lo que le ocu-
rriría en la guerra de Turno, “segons que volen Virgili e Ovidi”.
Si las explicaciones de FA de los versos del libro xiii han tenido a Eneas
como simple hilo conductor de los relatos a los que el propio Ovidio
daba más importancia que al héroe, también en las alegorías correspon-
dientes a met. 14.79–82 (que recuerdan cómo Dido acoge a Eneas y se
suicida cuando se ve abandonada) queda obscurecida la figura del hé-
roe, pues la atención del comentarista se centra en la reina de Cartago,
como indica ya desde el comienzo del título del “capitol segon trac-
tant tres allegories so es de Dido...” y desarrolla en las cartas CCxxxii–
CCxxxiii. La primera anotación consiste en destacar que Petrarca piensa
distinto de Virgilio y Ovidio para lo que reproduce los versos 158–159
del Triunfo de la castidad: “cui studio d’onestate a morte spinse,/ non
vano amor com’è ’l publico grido”, del cortejo de personajes castos,
porque para Petrarca Dido nunca tuvo amores con Eneas.
Es significativo que FA haga creer que Boccaccio dice que “no ignora
lo enginy divinal de Petrarcha insigne maestro meo lo ver dels fets de
Dido ni es de creure que fos ignorat dels dos romans poets”, afirma-
ción que no está explícitamente indicada de este modo en ninguna de
las obras en las que el Certaldés habla de la opinión del Aretino sobre
Dido. A nuestro juicio está implícito que la publicación de los Triunfos
en 1352, casi dos años después de que Boccaccio tuviera el primer
contacto personal con su admirado maestro, motivó que Boccaccio
que, en sus obras en volgare seguía literalmente la versión virgiliana
sobre Dido y Eneas, en sus obras latinas, varios capítulos de la GD y en
su De mulieribus claris 42, dedicado a Dido, defendiera la castidad de la
reina y en GD compaginara las dos versiones. Por esa razón, FA repro-
duce todas las opiniones que encontramos recogidas por Boccaccio en
la GD y ofrece cuatro explicaciones de por qué Virgilio y Ovidio, no
cias de los dos poetas romanos, el traductor sigue lo dicho por el mi-
tógrafo y tan solo indica que, según Ovidio, el río Numico le arrebata
a Eneas su parte mortal; y, al igual que el Certaldés, cita a Juvenal,
11.63, que unía a Eneas y a Rómulo (uno llevado a los astros por las
aguas, otro por las llamas). FA finaliza la alegoría, del mismo modo en
que Boccaccio cierra el capítulo (6.53), señalando que la conversión
en dios de Eneas es una invención de los poetas, ya que Eneas murió
en el río Numico y fue comido por los peces de aquel río, matizando
las palabras de Boccaccio quien decía que, una vez arrojado al mar, fue
alimento para los peces etruscos o los de Laurento.
Debemos señalar que el Eneas de FA está muy desdibujado, posible-
mente porque también lo está en las Metamorfosis, ya que Ovidio se
limita a destacar aquellos episodios, paralelos al vagar de Eneas y a sus
vicisitudes en el Lacio, en los que lo importante es el cambio de forma.
Sin embargo, dado el conocimiento de Virgilio que FA deja traslucir,
se echa en falta un mayor uso de la Eneida para hablar del héroe troya-
no. Sin duda sacrifica la epopeya virgiliana porque para sus alegorías le
es de mayor interés seguir a los comentaristas, intérpretes y mitógra-
fos, en especial a su mayor guía, Boccaccio y su GD, y los datos que
encuentra en el manual mitográfico.
Bibliografía
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