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BEIGNETS

1 sobre de levadura seca activa


¾ tazas de agua caliente
¼ tazas de azúcar
½ cucharadita de sal
1 huevo batido
½ taza de leche condensada/en polvo
3 ½ para 4 tazas de harina todo uso
1/8 taza de manteca blanda
Aceite para freír
Montones de azúcar en polvo (usa un tamiz, si consigues uno)

En un gran tazón, disuelve la levadura en el agua y déjala reposar 5 minutos (hasta que burbujee).
Agrega azúcar, sal, el huevo batido, la leche condensada o en polvo. Agrega la mitad de
la harina, luego la manteca, después mezcla gradualmente la harina restante hasta que la masa
este suave, pero no pegajosa. Puede ser más fácil terminar de mezclar con tus manos.
No te mentiré, esto es un lío. Y aún no he llegado a la parte de freír todavía o la del azúcar.
Deja la mezcla reposar toda la noche, en un tazón anti adherente o engrasado. A la mañana
siguiente, habrá crecido dos veces su tamaño original. Saca la masa y córtala en cuadrados.
(también puede ser pre cortada en este momento y ser congelada y usada después). Deja los
beignets separados una media hora porque vuelven a crecer (esta vez a temperatura ambiente o en
un horno tibio). Fríe en aceite abundante por 2 a 3 minutos hasta que estén dorados ambos lados.
Déjalos escurrir en un papel de cocina absorbente y rocíalos con abundante azúcar en polvo.
Asegúrate de haber hecho primero tu café au lait, porque vas a querer comerte esos perritos
calientes. Ah, y es una buena idea no comer beignets mientras llevas tus pantalones de cuero
favoritos. Confía en mí.

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