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El Estudio de Las Relaciones Internacionales Eduardo Ortiz
El Estudio de Las Relaciones Internacionales Eduardo Ortiz
P O L ÍT IC A Y D ER EC H O
Sección de Obras de Política y Derecho
EL ESTUDIO DE
LAS RELACIONES
INTERNACIONALES
Ortiz, Eduardo
El estudio de las Relaciones Internacionales / Eduardo Ortiz
Chile: FCE, 2011
248 p.; 13,5 x 21 cm. (Colee. Política y Derecho)
ISBN 978-956-289-091-5
I. Objeto de estudio 19
III. Teoría 61
IV. Paradigmas 89
El paradigma idealista 94
El paradigma realista 118
El paradigma conductista 159
Bibliografía 239
Prefacio
9
10 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
13
14 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Objeto de estudio
19
20 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Quienes han asumido que este símil es válido, dividen sus aguas
entre los que estiman que así como el caos hobbesiano termina, en
lo interno, por la imposición del príncipe soberano, el estado de
naturaleza internacional deberá terminar por el establecimiento de
un gobierno universal; y entre aquellos otros que consideran que tal
8 Kant, Sobre la paz perpetua, Sección Segunda, Segundo artículo definitivo para la
paz perpetua, Tecnos, Madrid, 1994. Traducción de J. Abellán.
I. OBJETO DE ESTUDIO 27
29
30 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
10 Transtebere, “del otro lado del Tíber”, ios conflictos entre ciudadanos romanos y
extranjeros se resolvían de acuerdo al Jus Gentium, por un juez especial llamado Praetor
Peregrinas.
II. OTRAS DISCIPLINAS 31
Historia
15 Los Anales fue una revista en la que L. Febvre, M. Bloch y E Braudel dirigieron
una crítica a la escuela anterior y en especial a su atención exclusiva a los documentos
escritos por sobre los no escritos, su preferencia por el evento antes que por el gran ciclo
o tiempo largo, el privilegio de los hechos políticos, diplomáticos y militares, el temor a
la crítica, al debate y a la síntesis.
38 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
25 Ibíd., p. 42.
26 Arnold Toynbee, “El estudio de la historia contemporánea”, Estudios Internaciona
les, Año I, N° 1, Santiago, abril de 1967.
42 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
27 Eric Hobsbawm, The Age ofExtremes. A History ofthe World 1914-1991, Vintage,
Nueva York, 1994. Versión castellana, Historia del siglo XX, Crítica, Grijalbo Mondadori,
Barcelona, 1995.
II. OTRAS DISCIPLINAS 43
Derecho Internacional
Sociología
En el siglo XIX tuvo lugar, entre muchas otras, una revolución del
conocimiento como fue la aparición de la Sociología. En Francia,
Augusto Comte y Emilio Durkheim dieron vida a la nueva ciencia
de la sociedad. En Alemania, Weber también enfocó con nuevos
criterios el fenómeno burocrático del Estado moderno y enfrentó
específicamente el arquetipo burocrático del funcionario de rela
ciones exteriores.30 El centro de atención de la nueva ciencia fue
la sociedad humana; ella y los fenómenos a que da lugar pueden
desenvolverse en el campo interno o internacional. Esto repercutió
muy poderosamente en las ciencias ya constituidas, las que fueron
Economía
37 John Kenneth Galbraith, A History ofEconomics. The Past as the Present, Hamish
Hamikon, Londres, 1987.
% EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
61
62 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
43 Celestino del Arenal señala que una teoría es un conjunto coherente y en princi
pio sistemático de generalizaciones sobre un fenómeno o fenómenos sociales, obtenida
a partir de ciertos postulados o inducida de la realidad que explican lógicamente o dan
sentido a esa realidad que es objeto de consideración. Op. cit., p. 452.
III. TEORÍA 63
52 En torno a estas cuestiones ver “Social Science and the Philosophy of Science”, en
Bernard Susser, Approaches to the Study ofPolitics, Macmillan, Nueva York, 1992.
53 yer “prom Burguess to Behavioralism and Beyond”, en op. cit.
78 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
60 Ver Popper, La lógica de la investigación científica, op. cit., capítulo IV, p. 75.
III. TEORÍA 81
62 Ibíd.
III. TEORÍA 83
63 “Las tareas de una teoría científica son abstraer, generalizar y conectar”, Martin
Hollis y Steve Smith, op. cit., p. 61. (Traducción nuestra.)
84 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
89
90 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
El PARADIGMA IDEALISTA
Entre las obras que se conservan de Platón, están sus cartas. Aquella
que sus comentaristas identifican como “Carta Séptima” contiene
en pocas palabras el tema de La República. La carta fue escrita cuan
do el filósofo era un hombre viejo que recordaba sus experiencias de
72 Ibíd.
73 Ibíd.
98 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
74 Ibíd.
75 Cicerón, La República, traducción de Rafael Pérez Delgado, Aguilar, Madrid,
1979.
IV. PARADIGMAS 99
78 Marcel Merle, Sociologie des Relations Internacionales, Dalloz, París, 1974; Theorie
Genérale des Relations Internationales Instituí d’Etudes Poiitiques de París, Les cours de
Droit, París, 1973-1974, mimeo. (Traducción nuestra.)
IV. PARADIGMAS 101
84 Francisco de Vitoria, “De Indis Posterior”, Relección II, Obras, T. Urdanoz, ed.,
Editorial Católica, Madrid, 1960.
IV. PARADIGMAS 103
91 Kant, op. cit.: “Los pueblos pueden considerarse, en cuanto Estados, como in
dividuos, que en su estado de naturaleza (es decir independiente de leyes externas) se
perjudican unos a otros por su mera coexistencia y cada uno, en aras de su seguridad,
puede y debe exigir del otro que entre con él en una Constitución civil, en la que se
pueda garantizar a cada uno su derecho”.
92 Rousseau, Juicio sobre la paz perpetua., citado por Merle, op. cit. (Traduccción
nuestra.)
108 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
internacional que llegan a nuestros días y entre los que están los
del Abate Saint Pierre, que acabamos de mencionar, y el de Jere-
my Bentham. Corresponde a su idea de una historia universal y a
su sistema ético expuesto en la Metafísica de las costumbres. Según
Kant, la paz debe conquistarse. Salir del Estado de naturaleza —que
para él al igual que para Hobbes- es un imperativo de la razón, un
deber. La razón práctico-formal formula entre nosotros el mandato
“no debe haber guerra”.
El paradigma idealista se configuró con las contribuciones de
otras ideas y otros autores, además de las del Derecho Natural, es
tado de naturaleza y pacto o contrato social. Contribuyeron a su
configuración el pensamiento sobre derechos individuales, la idea
liberal del progreso material como sinónimo de bienestar, la utopía
socialista y el nacionalismo.
Los derechos naturales, derechos del hombre, derechos huma
nos o de la persona humana, como se les ha llamado más reciente
mente, son aquellos que pertenecen a los individuos por naturaleza,
con independencia de la ley positiva. La revaloración de los dere
chos naturales se encuentra en el fundamento de la filosofía política
liberal surgida de la Ilustración y adoptada por la Revolución Fran
cesa. Como son comunes a todos los hombres, muchos filósofos
vieron en ellos la base real para la constitución de una comunidad
universal de naciones que los comparten. Locke sugirió que estos
derechos se materializaban en la vida, la integridad física, la libertad
y la propiedad, y que poseían el carácter de inalienables; en especial,
el primero de ellos. En la actualidad hemos presenciado un resurgi
miento de la lucha por la protección de los derechos naturales -en
el concepto de los derechos humanos, donde quiera que estos se
encuentren amenazados, autorizando incluso la intervención y la
excepción a la soberanía.
Asimismo, el pensamiento político liberal del siglo XIX tuvo
un gran desarrollo en Inglaterra, después del predominio y ocaso
de Francia revolucionaria. Allí fructificó la idea de progreso en el
triunfo magnífico de la revolución industrial y el desarrollo fabril.
Jeremy Bentham encarnó el liderazgo del pensamiento británico
de esa época. Su alegato partía de la base de que los seres humanos
IV. PARADIGMAS 109
96 George B. Tindall y David E. Ski, America, W.W. Norton and Company, Nueva
York, 1989, p. 625.
IV. PARADIGMAS 113
97 Ibíd.
114 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
102 Judith Goldstein y Robert O. Keohane, Ideas and Foreign Policy, Cornell,
EE.UU., 1993.
103 Ibid.t p. 29.
118 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
El PARADIGMA REALISTA
105 Katilya, Arthasastra, traducción del sánscrito por el Dr. R. Shamasastry Padan
Printers, Mysore, India, 1988, 9na. edición.
106 Ibid., p. 459.
IV. PARADIGMAS 121
107 Parmar Aradhana, A Study ofKautilya’s Arthasastra, Atma Ram and Sons, Delhi-
Lucknow, India, 1987, p. 8.
108 K. D. Nag, Diplomatic Theories in Ancient India, París, 1923, y B. Mukherjee,
Kautilyas Concept of Diplomacy, Calcuta, 1976, citado por Parmar, op. cit, p. 21.
109 Kautilya, op. cit., p. 30. (Traducción nuestra.)
122 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Por pacto los hombres llegan a poner fin a: “esa miserable con
dición de guerra que, tal como hemos manifestado, es consecuencia
necesaria de las pasiones naturales de los hombres, cuando no existe
poder visible que los tenga a raya y los sujete, por temor al castigo,
a la realización de sus pactos y a la observancia de las leyes de la
naturaleza...”.117
Para ello es imprescindible la constitución de un Estado que
Hobbes estima establecido:
1,8 Ibíd.
119 Ibíd., capítulo XVII.
126 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
Ibíd.
156 Política entre las naciones, ver Supra.
IV. PARADIGMAS 135
138 Ver George F. Kennan, “A Letter on Germany”, en The New York Review ofBooks,
volumen XLV, Nueva York, 1998.
139 George F. Kennan, At a Centurys Ending, Norton, Nueva York, 1996. Versión en
castellano, Alfinal de un siglo, Fondo de Cultura Económica, México D.E, 1998.
138 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
140 Kennan, American Diplomacy. 1900-1950, New American Library, Nueva York,
1963, p. 87.
141 George Kennan, Russia and the West under Lenin and Stalin, New American
Library, Nueva York, 1960, p. 367.
IV. PARADIGMAS 139
143 William Bundy, A Tangled Web. The Making of Foreign Policy in the Nixon Presi-
dency, I.B. Tauris, Londres-Nueva York, 1998.
144 Stefano Guzzini, op. cit.
145 Kenneth N. Waltz, Teoría de la Política Internacional, Grupo Editor Latinoame
ricano, Buenos Aires, 1988.
142 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
148 Ibid.
149 Teoría vinculada al análisis conductista de las Relaciones Internacionales cuya
premisa es la existencia de actores racionales buscando el máximo de beneficio.
IV. PARADIGMAS 145
150 Charles P. Kindleberger, The World in Depression 1929-1939, Alien Lañe, Londres
(1973), 1977; Robert Gilpin, War and Change in World Politics, Cambridge University
Press, 1981; Robert O. Keohane, After the Hegemony, Princeton University Press, 1984.
IV. PARADIGMAS 147
155 Karl Marx, Manifiesto Comunista, Ediciones Progreso, Moscú, traducción de Sar-
pe, Madrid, 1983, pp. 29-32.
IV. PARADIGMAS 151
156 J. A. Hobson, The War in South Africa. Its Causes and Effects, J. Nisbet, Londres,
1900.
157 J. A. Hobson, Imperialism: A Study, George Alien and Unwin, Londres (1902),
1938.
158 Ibíd., p. 85. (Traducción nuestra.)
152 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
159 Rosa Luxemburgo, La acumulación de capital, Grijalbo, México D.E, 1967: “El
Imperialismo es la expresión política del proceso de acumulación del capital en su lucha
por conquistar los medios no capitalistas que no se hallen todavía agotados. Geográfica
mente, estos medios abarcan, aun hoy, los más amplios territorios de la tierra”, p. 346.
160 Rudolf Hilferding, El capitalfinanciero, Tecnos, Madrid, 1963.
161 Stephen E Cohén, Bukharin and the Bolshevik Revolution, Oxford University
Press, Oxford, 1980; N. Boukharine, L’économie mondiale et l’imperialisme, Anthropos,
París, 1969.
162 V. I. Lenin, El imperialismo fase superior del capitalismo, Progreso, Moscú, 1966.
IV. PARADIGMAS 153
164 Harry Magdoff, “The Age of Imperialism”, Monthly Review Press, Nueva York,
1969.
IV. PARADIGMAS 155
165 Heraldo Muñoz, ed., From Dependence to Development, Westview Press, Boulder
Colorado, 1981; Enzo Faletto, “De la teoría de la dependencia ai proyecto neoliberal: el
caso chileno”, en Revista de Sociología, N° 13, 1999, p. 127.
156 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
167 Susan Strange, “What about International Relations?”, en Susan Strange (editora),
Paths to International Political Economy, Francés Pinter, Londres, 1984, pp. 183-198.
168 Guzzini, op. cit., p. 178.
158 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
El paradigma conductista
170 Una verdadera pléyade de autores desarrolló las llamadas teorías neomarxistas
del imperialismo en los años sesenta. Sin ánimo de ser exhaustivos podemos mencionar
aquí a Maurice Dobb, Capitalismo, crecimiento económico y subdesarrollo (Oikos, España,
1964); Celso Furtado, La economía latinoamericana desde la Conquista Ibérica hasta la Re
volución Cubana (Universitaria, Santiago, 1969); Harry Magdoff, La era del imperialismo
(Nuestro Tiempo, México D.E, 1969); Immanuel Wallerstein, Elfuturo de la civilización
capitalista (Icaria-Antrazyt, Barcelona, 1997).
160 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
175 Almond y Powell, Comparative Politics, Little Brown y Co, Boston, 1966, p. 18.
176 David Easton, “Categories fot the Systems Analysis of Politics”, en Bernard Susser
(editor), op. cit., pp. 189 y ss.
IV. PARADIGMAS 165
177 Morton Kaplan, System and Process in International Politics, Nueva York, Wiley
and Sons, 1962. Un segmento importante de este libro es reproducido por Stanley HofF-
mann en Teorías contemporáneas sobre relaciones internacionales, Tecnos, Madrid, 1979,
pp. 141-161.
166 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
elites internas están satisfechas con el statu quo. También existen los
inestables en los que la situación es la opuesta. El análisis histórico
concreto lleva a este autor a estimar que los sistemas multipolares o,
al menos, tripolares, son estables.
K. S. Holsti, de la Universidad de British Columbia180 define
un sistema internacional como: “cualquier colección de entidades
políticas independiente -ciudades-estados, naciones o imperios—
que interactúan con considable frecuencia y de acuerdo a procesos
regulares”.181
También usa este instrumento analítico para enfrentar períodos
históricos reales o experiencias ocurridas en concreto. Cada siste
ma histórica nos dice, debe ser analizado desde cinco aspectos: lí
mites; características de las unidades políticas (tipos de gobierno y
administración, papel del súbdito o sujeto medio en las relaciones
externas de la unidad política, métodos por los cuales los recursos
de la unidad fueron movilizados para alcanzar objetivos externos);
estructura (configuración característica del poder e influencia de
formas persistentes de dominación); interacción entre las unidades
componentes del sistema (contactos diplomáticos, comercio, tipo
de rivalidades y violencia organizada o guerra); y reglas o costum
bres explícitas e implícitas (técnicas e instituciones) aplicadas para
resolver conflictos mayores.
Lo anterior es usado por Holsti para estudiar sistemas históri
cos relevantes, como la Política Internacional de la dinastía Chou
en China entre 1122 a. de C. y 221 a. de C.; la Política Interna
cional de la Italia del Renacimiento; y el sistema de Estados de
Occidente (el siglo XVIII, el siglo XIX y Sistema Internacional
Contemporáneo).
Visto de esta manera, el análisis de sistemas se convierte en un
instrumento realmente efectivo para la ordenación del material his
tórico que se trata de comprender y presta un servicio admirable al
estudio de las relaciones internacionales.
180 K. J. Holsti, International Politics. A Framework for Analysis, Prentice Hall Inter
national, Londres, 1974.
181 Ibíd., p. 29. (Traducción nuestra.)
168 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
184 Geoffrey Blainley, The Causes ofWar, The Free Press, Nueva York, 1973.
IV. PARADIGMAS 175
181
182 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
El cambio histórico
189 Karl Deutsh usó en forma integrada una combinación de la teoría de comunica
ciones y de la teoría de sistemas, empleando elementos teóricos de la cibernética y de las
matemáticas para describir todo complejo político como una construcción que permite
a un grupo pensar, ver y actuar en conjunto. Esto, llevado en la hora actual a una escala
universal, es una buena descripción de lo que comentamos. Karl Deutsh, The Nerves of
Government, The Free Press, Nueva York, 1964.
190 Fred Halliday, “The End of the Coid War and International Relations: Some
Analytic and Theoretical Conclusions”, en International Relations Theory, Ken Booth y
Steve Smith (editores), op. cit., p. 38.
184 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
191 Eric Hobsbawm, The Age of Extremes, Vintage, Nueva York, 1994. Versión en
Castellano bajo el título Historia del siglo XX (1914-1991), Crítica, Barcelona, 1996.
mIbíd., p. 491.
193 Ibíd., p. 496.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 185
Continuidad y cambio en
las Relaciones Internacionales
202 La influencia de Wight es notable considerando que es un autor que escribió muy
poco en su vida. Sus influyentes puntos de vista están contenidos en un panfleto de 68
páginas, y en media docena de capítulos y artículos. Steve Smith, “The self image of a dis
cipline”, en Booth y Smith, op. cit., p. 11. Una edición de las lecciones de Martin Wight
ha sido hecha por Gabriele Wight y Brian Porter bajo el título de International Theory.
The Three Traditions, Leicester University Press para el Royal Institute of International
Affairs, Londres, 1991, con un ensayo introductorio de Hedley Bull.
192 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
203 John Vásquez, The Power ofPowerPolitics:A Critique, Francés Pinter, Londres, 1983.
204 Steve Smith, op. cit., p. 14.
205 L. Knutsen Torbjorn, A History of International Relations Theory, Manchester
University Press, Manchester, 1997, p. 252.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 193
respecto de que existe una vía óptima y tal vez única, hacia el pro
greso y la razón. La ciencia y la tecnología revelarán esa vía. El pos
modernismo desmiente a la Ilustración en dos órdenes de cosas. Pri
mero, no hay progreso, más bien hay discontinuidades.209 Segundo,
no sólo no hay progreso sino que el pretendido fin de la Ilustración,
lo moderno como perfección de la humanidad, no es tal. Para el
posmodernismo no hay vías óptimas de hacer las cosas. Hay mu
chas maneras de hacer las cosas y una no es necesariamente mejor
que otra. De la misma manera, no hay una sola verdad, sino mu
chas verdades. El posmodernista considera que “nada está escrito”
y de esa manera niega la economía moderna, tanto en su versión
liberal como fórmula de resolver el problema de techo y comida,
y que desprecia toda otra fórmula posible, como la marxista, que
sostiene una sucesión de modos de producción que corresponden a
ciertos períodos de la historia. La modernidad es sólo un producto
entre muchos posibles. No fue ni inevitable, ni necesaria. Cual
quier otra cosa pudo poder ocurrido. Asimismo, es el producto de
una realidad geográfica y temporal: la historia europea occidental.
Una consecuencia importante que fluye de la crítica posmoderna
a la modernidad es que hay una negación de la uniformidad u ho
mogeneidad entre los Estados que permitiría el logro de un solo
sistema mundial o de una cultura global. Para el posmodernismo,
el modernismo no es sinónimo de progreso, no es óptimo, ni es
superior. Es cultural y éticamente arbitrario. Una vez desvanecidas
las ilusiones de la Ilustración termina una era y comienza otra. El
posmodernismo no es sólo una propuesta filosófica, es también una
era histórica.
La segunda contribución del posmodernismo es el hallazgo de
que lo que existe como verdad es sólo una elección que posa como
verdad. Las construcciones de la cultura, la Política, la Historia, el
Derecho, la Metafísica no provienen ni de Dios ni de la Razón. Son
simples elecciones de entre muchas otras posibilidades que tienen
los seres humanos y que el período que se inicia con la Ilustración
codificó como descubrimientos de la ciencia moderna, añadiéndoles
209 Foucault, Michel, The Archaelogy ofKnowledge, Pantheon, Nueva York, 1972.
196 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
212 Zaki Laídi, Un mundo sin sentido, Fondo de Cultura Económica, México D.F.,
1997.
198 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
213 Andrew Linktaker, “Neorealism in Theory and Practice”, en Ken Booth y Steve
Smith, op. cit., pp. 241 y ss.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 199
215 Steve Smith, “The Self Images of a Discipline”, en Booth y Smith, op. cit., p. 10.
216 IbüL
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 201
estiman que las comunidades (los Estados) son los auténticos de
positarios de los derechos y deberes de la sociedad internacional.
Los cosmopolitas sostienen que las relaciones internacionales tienen
como centro a los depositarios de los argumentos morales que son
los individuos o la humanidad entera.
Es importante distinguir las utopías que postulan la creación
de una Comunidad Universal de Naciones basada en la solidari
dad (compartidas por socialistas y liberales) en una concepción más
pluralista del orden mundial, abierta a la aceptación de diferencias,
que puede conducir a un entendimiento práctico y menos etnocén-
trico de la solidaridad humana. Aquí es donde surge el concepto de
sociedad internacional o asociación de comunidades fundada en el
imperio del Derecho no unida por ningún proyecto global, sino por
líneas de justicia. En síntesis, comunidades justas, vinculadas por la
ley y por la paz.217
Para elevar la idea de sociedad internacional de un plano teórico
a la eficacia práctica, existen propuestas concretas en el seno de la
teoría internacional. Ellas se refieren a orientaciones que deben seguir
los Estados en el plano de la responsabilidad internacional. Robert
H. Jackson, de la Universidad de British Columbia ha señalado que,
siguiendo las orientaciones avanzadas por Martin Wight y Hedley
Bull, en cuanto a la opción moral en Relaciones Internacionales, se
pueden distinguir tres concepciones de responsabilidad: devoción a la
nación propia y al bienestar de sus habitantes; respeto a los legítimos
intereses y derechos de otros Estados y del Derecho Internacional; y
respeto por los derechos humanos y la moralidad común.218
217 Chris Brown, “International Political Theory and the Idea of World Communi-
ty”, en Booth y Smith, op. cit., p. 90.
218 Robert H. Jackson, “The Political Theory of International Society ”, en Booth y
Smith, op. cit., p. 15.
202 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
220 Susan Strange, “Political Economy and International Relations”, en Booth y Smi
th, op. cit., p. 160.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 205
224 La OTAN se ha extendido recientemente hacia los países del centro de Europa
(Polonia, Hungría y República Checa), que anteriormente pertenecieron al Pacto de Var-
sovia, lo que se ha considerado como un acto profundamente inamistoso hacia Rusia.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 209
225 J. Ann Tickner, “Re-Visioning Security”, en Booth y Smith, op. cit., p. 175.
210 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
226 Glynne Evans, “Responding to Crises in the African Great Lakes”, Adelphi Paper
311, International Institute for Strategic Studies, Oxford, 1997.
227 La situación de los refugiados en el mundo. Un programa humanitario, ACNUR,
Barcelona, 1997.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 211
230 Hernán Montealegre, La Seguridad del Estado y los Derechos Humanos, Ediciones
de la Academia de Humanismo Cristiano, Santiago, 1979.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 213
Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se
• »
encuentran vigentes .
236 Nicholas Wheeler, “Humanitarian Intervention and World Politics”, en John
Baylis y Steve Smith (editores), The Globalization of World Politics, Oxford University
Press, Oxford, 1977.
216 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
240 Carlos López Dawson, “La Corte Penal Internacional”, en Diplomacia, N° 82,
enero/marzo de 2000, Academia Diplomática, Santiago.
241 Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, Artículo 5.
V. DESPUÉS DEL MURO DE BERLÍN 221
Por los múltiples conflictos que una situación de este tipo puede
acarrear, al chocar principios de justicia universal con reservas de los
Estados que defienden su soberanía, surgió en la comunidad inter
nacional la idea de crear una Corte Penal Internacional. El 17 de
julio de 1998, en Roma, Italia, el Estatuto de la Corte fue aprobado
por la Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de Naciones
Unidas, iniciándose el proceso de ratificación. Este será un tribunal
permanente con jurisdicción mundial, encargado de procesar a in
dividuos acusados de la comisión de los más graves crímenes contra
el Derecho Internacional Humanitario: el genocidio, los crímenes
de guerra y los crímenes de lesa humanidad. El Estatuto fija las
responsabilidades individuales y la competencia de la Corte para
proceder en contra de personas naturales. Establece normas orgá
nicas y de procedimiento y determina asimismo que se requiere de
sesenta ratificaciones para su entrada en vigencia.242
En un futuro no lejano, el estudio de las Relaciones Internacio
nales deberá incorporar esta nueva normatividad que ha venido a
modificar en forma radical los conceptos tradicionales de la sobe
ranía nacional, el dominio reservado del Estado, la inmunidad de
jurisdicción y el carácter absoluto del principio de irretroactividad
de las leyes penales internacionales.
242 En el marco de Naciones Unidas, 120 Estados de los 187 que forman la organiza
ción aprobaron su creación. En un proceso que duró cuatro años, 60 estados ratificaron
el tratado. Finalmente, el Estatuto entró en vigor el 1 de julio de 2002.
VI.
El paradigma de la mundialización
223
224 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
La MUNDIALIZACIÓN ACTUAL
Peligros de la mundialización
Joseph Stiglitz fue economista jefe del Banco Mundial hasta enero
de 2000. Anteriormente presidió el Consejo de Economistas Aseso
res del Presidente de Estados Unidos Bill Clinton. Actualmente es
profesor de Economía y Finanzas de la Universidad de Columbia.
Fue distinguido con el Premio Nobel de Economía en 2001. Su voz
es, sin duda, una de las más autorizadas en cuanto a diagnóstico
acerca de la globalización. Sus ideas han sido expuestas en escritos y
actuaciones de profundo contenido y extensa divulgación.246
246 Joseph Stiglitz, Globalization and its Discontents, Penguin Books, Londres, 2002.
Versión en español: El malestar en la globalización, Santillana, Madrid, 2002. Le Monde
230 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
selon Stiglitz. Perils et Promesses de la Globalisation, film de Jacques Sarasin, DVD de Arte
France Developement, Francia, 2009.
247 Manuel Castells, Globalización, desarrollo y democracia: Chile en el contexto mun
dial, Fondo de Cultura Económica, México D.E-Santiago, 2005, p. 15.
VI. EL PARADIGMA DE LA MUNDIALIZACIÓN 231
año 1929. Los gobiernos y los bancos centrales tuvieron que salir al
rescate no sólo del sistema financiero sino que también a estimular
la economía. Para estos fines se han puesto sobre la mesa cantida
des de dinero no vistas en la historia. Datos del FMI indican que
los países desarrollados han colocado cerca de de US$ 8.7 billones
(millones de millones), ya sea a través de inyecciones de capital,
compra de archivos, préstamos del Tesoro, garantías y otros ítems.
La cifra sigue en aumento. Estados Unidos ha anunciado un plan
por US$ 50 mil millones para reconstruir caminos y carreteras, y
así crear más puestos de trabajo. La crisis, originada en Estados Uni
dos, no sólo contagió al mundo entero sino que también socavó su
influencia internacional. Los países emergentes en mejor posición
económica aumentaron también su poder político. En septiembre
de 2009 se acordó que el Grupo de los Siete (G7), una vez el club
de las naciones más ricas, fuera reemplazado permanentemente por
el más amplio G20 (que incluye a China, Brasil, India y otras eco
nomías pujantes como principal foro económico mundial). Ante
el lento ritmo de la recuperación económica mundial predomina
la incertidumbre respecto del real estado de cosas en los países más
afectados por la crisis -Estados Unidos, Japón y los miembros de la
Unión Europea— y sus posibilidades de tasas de crecimiento salu
dables. Los niveles de desempleo en esos países siguen siendo altos
-en España, un caso crítico, superan el 20 por ciento y los flujos
de crédito son débiles. Las economías emergentes son las que han
resistido mejor los embates de la crisis.
La globalización y la introducción de la economía de mercado
no produjo los beneficiosos resultados prometidos en Rusia y otros
países de lo que fuera el mundo socialista. Por el contrario, en mu
chos aspectos trajo una pobreza inédita. Notable es, a este respecto,
el contraste entre la suerte de la ex Unión Soviética y China. Mien
tras aquella experimentaba un crecimiento de la pobreza, China vi
vió una sorprendente disminución de la misma. Lo propio ocurrió
con las llamadas economías capitalistas del Estado de bienestar.
Desde que terminó la Guerra Fría y se integró el bloque co
munista en el mercado mundial, cada vez aparecen con mayor
virulencia aspectos fundamentales de la dinámica capitalista que
VI. EL PARADIGMA DE LA MUNDIALIZACIÓN 233
La MUNDIALIZACIÓN DE LA VIOLENCIA
La globalización de la cultura
239
240 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES
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244 EL ESTUDIO DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES