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 Anatomopatológica.

Alteraciones en las vértebras: En casos de hipercifosis estructural, las vértebras pueden presentar
malformaciones, como cuñas o deformidades en forma de cuerno. Estos cambios en la forma de
las vértebras contribuyen a la curva excesiva hacia adelante de la columna vertebral.

Degeneración de los discos intervertebrales: Los discos intervertebrales pueden mostrar signos de
deshidratación, degeneración y adelgazamiento en casos de hipercifosis. Esto puede resultar en
una menor capacidad de amortiguación y absorción de impactos, lo que contribuye a la curva
exagerada y al desgaste prematuro de las articulaciones.

Cambios en los ligamentos y tejidos conectivos: Los ligamentos que mantienen las vértebras en su
lugar pueden volverse laxos o tensos de manera anormal en la hipercifosis, lo que afecta la
estabilidad de la columna vertebral. Además, los tejidos conectivos circundantes pueden mostrar
signos de inflamación o fibrosis.

Alteraciones musculares: Los músculos de la espalda y el torso pueden presentar desequilibrios,


acortamiento o debilidad en casos de hipercifosis. Esto puede deberse a la tensión excesiva en
algunos músculos y la falta de fortaleza en otros, lo que contribuye a la curva anormal y puede
causar dolor o limitación en el movimiento.

 Tratamiento.

La corrección de los vicios posturales y el ejercicio adecuado, adaptado por el médico al caso
específico de cada paciente, suele ser suficiente para corregir la hipercifosis y prevenir o tratar los
dolores que puedan existir. Excepcionalmente, algunos médicos recomiendan un corsé en casos
especialmente deformantes o progresivos de la enfermedad de Scheuermann detectados antes de
que termine el crecimiento. En esos casos, es necesario evitar la atrofia muscular que conlleva el
uso constante del corsé, por lo que hay que quitarlo con la periodicidad que prescriba el médico
para que paciente haga ejercicios o natación.

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