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Savio, Karina

La argumentación en la defensa
de tesis: El tesista como sujeto
en formación y el tesista como
sujeto formado
III Coloquio Argentino de la IADA

28 al 30 de mayo de 2007

Savio, K. (2007). La argumentación en la defensa de tesis: El tesista como sujeto en


formación y el tesista como sujeto formado. III Coloquio Argentino de la IADA, 28 al 30 de
mayo de 2007, La Plata, Argentina. Diálogo y contexto. EN: L. Granato y M.L. Móccero
(Comps.). Actas del III Coloquio Argentino de la IADA : Diálogo y contexto. La Plata :
Universidad Nacional de La Plata. En Memoria Académica. Disponible en:
https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.14325/ev.14325.pdf

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ACTAS DEL III COLOQUIO ARGENTINO DE LA IADA
Diálogo y contexto
La Plata, Argentina | 28, 29 y 30 de mayo de 2007

PONENCIA COORDINADA | DISCURSO ACADÉMICO Y ORALIDAD

LA ARGUMENTACIÓN EN LA DEFENSA DE TESIS


El tesista como sujeto en formación y el tesista como sujeto formado

A. Karina Savio
Instituto de Lingüística, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires │ Argentina
karinasavio@fibertel.com.ar

Resumen

El propósito de esta comunicación es describir y analizar comparativamente defensas de tesis de maes-


tría y de doctorado con el objetivo de rastrear no solo las técnicas argumentativas que se observan en
dichas defensas sino también reflexionar sobre aquello que se está defendiendo, es decir, sobre la cues-
tión argumentativa puesta en juego. El corpus del trabajo está formado por dos defensas de maestría y
dos defensas de doctorado; todas ellas pertenecientes al campo de las Letras. El enfoque que utilizamos
proviene de los estudios sobre la argumentación retórica que se inician en la antigua Grecia y que, mu-
chos siglos después, fueron revalorizados y reformulados por autores tales como Ch. Perelman y Ol-
brechts-Tyteca. En tal sentido, trabajamos desde el análisis de la argumentación en el discurso, en tanto
que las teorías que se enmarcan dentro de esta propuesta se proponen estudiar la eficacia de la palabra
dentro de sus dimensiones institucionales, sociales y culturales en una situación comunicativa concreta.
Esta ponencia se inscribe en el marco de una investigación que presenta como finalidad describir y analizar
este género de posgrado. El corpus de esta investigación está conformado por defensas de tesis tanto de
maestrías como de doctorados, las que son concebidas desde una doble vertiente: por un lado, el material
de análisis es abordado desde una mirada discursiva a partir de algunas de las herramientas que provee el
análisis del discurso; por el otro, la defensa de tesis es considerada un rito de iniciación propio de la institu-
ción académica.

El propósito de esta comunicación es describir y analizar comparativamente defensas de


tesis de maestría y de doctorado con el objetivo de rastrear no sólo las técnicas argu-
mentativas que se observan en dichas defensas sino también reflexionar sobre aquello
que se está defendiendo, es decir, sobre la cuestión argumentativa puesta en juego. El
corpus del trabajo está formado por dos defensas de maestría y dos defensas de doctora-
do; todas ellas pertenecientes al campo de las Letras. El enfoque que utilizamos provie-
ne de los estudios sobre la argumentación que integran la tradición retórica. En tal sen-
tido, trabajamos desde el análisis de la argumentación en el discurso, en tanto que las
teorías que se enmarcan en esta propuesta se proponen estudiar la eficacia de la palabra
dentro de sus dimensiones institucionales, sociales y culturales en una situación comu-
nicativa concreta (Amossy 2000).

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0. INTRODUCCIÓN
El género defensa de tesis es un género académico que ha permanecido olvidado dentro
de los estudios lingüísticos y antropológicos, 1 y su práctica responde, por lo general, a
observaciones que el tesista realiza de defensas previas o al asesoramiento brindado por
el director. Nosotros creemos, sin embargo, que el análisis de los géneros académicos
permite desnaturalizar prácticas discursivas que se encuentran instituidas dentro del
ámbito académico para aprehender, de esta manera, los mecanismos que subyacen en
ellas. Si consideramos que los discursos son indisociables de las instituciones de las
cuales emergen, el estudio de los mismos permite indagar acerca de las condiciones
institucionales de legitimación de la enunciación. Desde esta perspectiva, el espacio de
enunciación no es pensado como un simple soporte contingente, un marco exterior al
discurso, sino que, por el contrario, atraviesa las prácticas que allí se inscriben.
En esta comunicación nos proponemos describir y analizar comparativamente defen-
sas de tesis de maestría y de doctorado con el objetivo de reflexionar no sólo sobre las
técnicas argumentativas que se observan en dichas defensas sino también sobre aquello
que se está defendiendo, es decir, sobre la cuestión argumentativa puesta en juego. El
enfoque que utilizamos proviene de los estudios sobre la argumentación que integran la
tradición retórica. En tal sentido, trabajamos desde el análisis de la argumentación en el
discurso, en tanto las teorías que se enmarcan en esta propuesta procuran estudiar la
eficacia de la palabra dentro de sus dimensiones institucionales, sociales y culturales en
una situación comunicativa concreta (Amossy 2000).
El corpus está conformado por dos defensas de maestría y dos defensas de doctorado
que fueron realizadas entre el 2004 y el 2006; 2 todas ellas pertenecen al campo de las
Letras: 3
- defensa de tesis de la Maestría en Ciencias del Lenguaje, Instituto Superior del
Profesorado “Dr. Joaquín V.González”
- defensa de tesis de la Maestría en Análisis del Discurso, Facultad de Filosofía y
Letras, UBA
- defensa de tesis del doctorado de letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación, Universidad Nacional de La Plata
- defensa de tesis del doctorado de letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación, Universidad Nacional de La Plata

1. LA DEFENSA DE TESIS
Desde un enfoque comunicacional, podemos definir a la defensa de tesis como una reu-
nión de carácter oral y público en la que el tesista expone ante un jurado o tribunal los
lineamientos fundamentales de su tesis, tratando de anticipar en su discurso las posibles
objeciones de aquel. Finalizada la exposición, los miembros del jurado pueden interro-
gar al orador sobre diferentes puntos de la tesis –ya sea para aclarar dudas o para mani-
1
Dentro de la bibliografía reciente podemos citar el trabajo que han realizado Maingueneau, Dardy y
Ducard (2002) en Francia en el que se estudian diferentes actas de defensas de tesis desde una perspectiva
lingüística y antropológica. El estudio de las defensas de tesis se aborda allí de manera tangencial.
2
Nota aclaratoria: en este trabajo analizamos el discurso de los tesistas en sus defensas de tesis y no in-
cluimos el intercambio posterior que se realiza entre los tesistas y el jurado.
3
Las defensas presentes en nuestro corpus pertenecen a la misma disciplina en tanto consideramos que
las defensas de tesis presentan variaciones de acuerdo al campo del saber al que refieren.

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festar desacuerdos– o realizar una apreciación global del trabajo. Por último, el tribunal
delibera y redacta en un acta los aportes de la tesis, una evaluación de la defensa y su
valoración final. Esta instancia supone, entonces, el pasaje del soporte escrito a la orali-
dad propia de la defensa.
Desde el punto de vista discursivo, podemos destacar que uno de los rasgos esencia-
les de la defensa de tesis es la presencia de una orientación argumentativa fuerte, dado
que el discurso del tesista se encuentra orientado a lograr, como diría Perelman (1997,
2000), la adhesión del tribunal evaluador a la tesis presentada por él con el objetivo de
aprobar el trabajo de investigación desarrollado a lo largo de su carrera de posgrado y,
de esta manera, obtener el reconocimiento simbólico (entiéndase prestigio, competencia,
autoridad) de la comunidad académica que aparece representada en esta instancia por el
jurado 4 . En este sentido, la defensa de tesis constituye una situación argumentativa que
se realiza en un lugar institucionalizado –el ámbito académico– y en la que el maestran-
do o doctorando elabora una estrategia discursiva que no se reduce en principio a un
resumen del trabajo o a una mera repetición de las premisas centrales de la investigación
y de sus correspondientes argumentaciones. Tomando en cuenta que los términos “de-
fensa”, “tribunal”, “dictamen”, “jurado” corresponden al discurso jurídico, se desprende
que el acto consiste en juzgar un saber y que los encargados de juzgarlo son aquellos
que lo poseen. Por lo tanto, la argumentación ocupa un lugar fundamental en la defensa
de la tesis y, por este motivo, el discurso requiere del empleo de elementos retóricos y
de estrategias argumentativas destinados a producir un resultado: la aprobación de los
miembros del jurado sobre lo que se expone.
Desde el modelo dialogal triádico que propone Plantin (2005), se puede afirmar que
los discursos argumentativos se construyen bajo una doble constricción: se orientan a
partir de una pregunta y se enuncian por la presión de un discurso opuesto. En este sen-
tido, el discurso, el contra-discurso y la pregunta se constituyen como elementos fun-
damentales de la argumentación cuya presencia o ausencia y cuyo modo de articulación
permiten una evaluación de la situación argumentativa. Los roles institucionales ejerci-
dos durante la defensa de tesis pueden ser articulados con los roles argumentativos que
propone el autor. Por un lado, el tesista es el proponente, es decir, es el que presenta un
discurso de propuesta, que se vincula con su trabajo de investigación, y es quien tiene,
entonces, la carga de la prueba. Por el otro, el jurado representa la duda y ocupa el lugar
del tercero, quien debe juzgar la pertinencia de las argumentaciones. Sin embargo, seña-
la Plantin, un mismo actor puede ejercer diferentes posiciones argumentativas dentro de
una interacción concreta. De esta manera, el mismo tesista puede incluir discursos ad-
versos en su exposición y discutir con ellos. En este trabajo, nos interesa analizar cómo
aparece en escena la relación entre el discurso y el contra-discurso en diferentes defen-
sas tomando en cuenta solamente la exposición del tesista. Nos interesa observar si el
tesista incluye el contra-discurso en su defensa, qué estatuto le concede, y en el caso de
que no aparezca, pensar cuál es la incidencia de esta ausencia en el desarrollo de la ar-
gumentación. La articulación entre el discurso y el contra-discurso permite, asimismo,
revelar aquello que verdaderamente se está defendiendo en una defensa de tesis y apre-
hender cuál es la cuestión retórica que allí subyace.

4
Pierre Bourdieu (2006) entiende a la comunidad científica como un campo de luchas donde hay inter-
eses en juego, en el que el trabajo del estudiante o del investigador se orienta hacia la adquisición del
reconocimiento de sus pares y hacia la acumulación del capital simbólico a través de emblemas y de sig-
nos avalados por la comunidad.

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2. LAS DEFENSAS DE TESIS DE MAESTRÍA: EL TESISTA COMO SUJETO EN FORMACIÓN


2.1. Primera defensa de tesis
La primer defensa de tesis que analizamos se inicia mediante un exordio en el que la
tesista introduce y puntualiza el propósito de su investigación: el estudio de las políticas
lingüístico-pedagógicas, la planificación lingüística oficial e intervenciones glotopolíti-
cas que se llevaron a cabo en el ámbito de la enseñanza media en la República Argenti-
na entre 1863 y 1898 y los manuales de estudio que se emplearon en la puesta en prácti-
ca de dicha planificación.
El primer tramo de la defensa remite a la trayectoria profesional de la maestranda y a
su formación lingüística, que la condujo, según su decir, a la formulación del proyecto
de la tesis defendida. En esta primera sección, la maestranda narra con cierto tinte litera-
rio sus orígenes en la profesión, por lo que emplea numerosos subjetivemas que se co-
rresponden con el carácter narrativo y biográfico de este apartado: “entusiasmo”, “ilu-
siones”, “entusiasmo juvenil”, “tono militante”, etc. Relata su recorrido por la maestría,
los seminarios cursados y las monografías presentadas como trabajo final. Luego, enu-
mera los equipos de investigación en los que participó y las investigaciones realizadas.
La segunda sección se centra en lo que la maestranda considera son los aportes esen-
ciales de su trabajo de investigación. Es decir, la afirmación que atraviesa todo este tra-
mo es que la tesis presentada y defendida en esta instancia realiza numerosas contribu-
ciones al campo del saber lingüístico, que son enumeradas y desarrolladas detallada-
mente por la locutora.
Por último, en el epílogo, la tesista opta por cerrar su defensa mencionando aquellos
trayectos aún no recorridos, que serán estudiados con miras a futuras investigaciones, y
que prolongarán el trabajo realizado en la tesis defendida.
Ahora bien, podría pensarse que la primera sección de la defensa de tesis, en la que
la tesista sintetiza su carrera profesional, está en función de legitimar la voz de la maes-
tranda que se presenta como investigadora calificada. Si tomamos en cuenta que destina
gran parte de su exposición a sus memorias profesionales (1936 palabras de un total de
4615), podemos deducir que este apartado es central para el desarrollo argumentativo de
esta defensa. Dentro de la retórica aristotélica (Aristóteles, 1990), el ethos contribuye a
la eficacia del discurso y, en tal sentido, está vinculado con el buen carácter del orador
para establecer su credibilidad. Por este motivo, se encuentra incluido dentro de lo que
Aristóteles denomina pruebas artísticas. Esta imagen del orador se forma dentro del
discurso mismo a partir de premisas acerca de sus virtudes y está relacionado según
Barthes con lo que el sujeto quiere ser “para el otro” (1982: 63). De esta manera, la
maestranda apela a su sólida y larga formación con el propósito de garantizar el trabajo
de investigación presentado.
Luego de este primer apartado, la tesista se encuentra habilitada para exponer los
aportes de su trabajo, a partir de una enumeración clara y detallada de aquellas contri-
buciones que su tesis realiza al campo del saber investigado. Dentro de los argumentos
basados en la estructura de lo real, Perelman (1997: 115) ubica el argumento pragmáti-
co. Este argumento consiste en apreciar un acto o un acontecimiento a partir de sus con-
secuencias favorables o desfavorables, transfiriendo en la causa el valor de las conse-
cuencias. En nuestro caso, podemos pensar que la tesista al mencionar los logros de su
investigación emplea esta técnica argumentativa, logrando que el valor de los aportes se

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traslade al valor de la tesis. En otras palabras, en la defensa no se profundiza sobre los


resultados de la investigación, sino que se destaca y enfatiza las consecuencias favora-
bles del trabajo.
Asimismo, es interesante mencionar que del análisis de la defensa se desprende el
uso de cierta estructura sintáctica que es frecuente y que se repite a lo largo de todos los
apartados: “Las explicaciones que encontraba (...) me condujeron...”, “Esta investiga-
ción me permitió...”, “Las gramáticas normativas me condujeron..”, “Esta investiga-
ción me ha permitido sostener...”, “El estudio de los manuales de enseñanza (...) me
condujo de manera ineludible...”. En estas estructuras sintácticas los sintagmas nomi-
nales cuyos núcleos llevan el rasgo [- humano] ocupan la posición de sujeto sintáctico y
el sujeto investigador aparece en el lugar de objeto (ya sea directo como indirecto). En
este sentido, tanto el estudio como los resultados actúan como agentes de la acción, des-
alojando al tesista a un lugar de mayor pasividad. Esta imagen aparece claramente al
finalizar el segundo apartado:

“...a medida que esta tesis iba adquiriendo una forma propia se hizo cada vez
más evidente para mí...”
“Mientras que mi objeto de estudio me revelaba un Estado que...”

En estas citas, la investigación se presenta como emancipada de quién la realiza. Es


el objeto de estudio el que revela a la tesista, el que descubre sus secretos, y no la inves-
tigadora la que lee allí. El saber producido se presenta como independiente de la subje-
tividad del investigador y del enfoque empleado. Este recurso discursivo no es más que
un intento de apelar a la objetividad a la que se aspira en las ciencias y a la construcción
de un saber verdadero.
Considerando el modelo dialogal que propone Plantin que mencionamos anterior-
mente, podemos señalar que durante esta defensa la tesista no le presta la voz a ningún
contra-discurso y, por lo tanto, la duda no aparece incluida durante la exposición. De lo
que se trata en esta defensa es de defender la tesis, en primero lugar, mediante la legiti-
mación de la voz de la maestranda, avalando así el trabajo de investigación. En un se-
gundo momento, se defiende la tesis a través de la valoración positiva de los aportes. En
tal sentido, podría pensarse que el contradiscurso implícito con el que la tesista discute
es aquel que sostiene que la glotopolítica es una disciplina meramente descriptiva que
hace aportes menores al campo del conocimiento científico.

2.2. Segunda defensa de tesis


En esta defensa, el exordio comprende dos momentos. En primer lugar, la maestranda
señala que su investigación se centra en el análisis de la voz de Perón en la etapa funda-
cional del movimiento y los modos de contacto del peronismo. Luego, narra brevemente
los motivos que la llevaron a escribir su tesis, que están relacionados con los recuerdos
de su infancia. Este segundo momento constituye lo que se denomina captatio benevo-
lentiae, o sea, el intento de seducir al auditorio. Aquí habla de “pasiones”, “extraordi-
naria voz”, “sentimientos intensos”, “fascinación”, aludiendo a la intensidad que des-
pierta el tema investigado y, a su vez, captando la atención de sus oyentes.

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Al finalizar el exordio, la maestranda realiza una historia de su investigación. Allí


ella se pregunta: “¿Qué nuevo conocimiento podía aportar yo a un tema tan abordado
desde los más diversos puntos de vista de las ciencias sociales?”. Este interrogante pre-
senta una doble lectura: por un lado, se pregunta sobre los nuevos conocimientos, lo que
la lleva a dar cuenta de los conocimientos anteriores vinculados a su tema de investiga-
ción; por el otro, la pregunta se dirige al “yo” que enuncia. Es decir, la pregunta recae
sobre esta tensión entre un “yo” que se inicia en la investigación y un “yo” que debe
producir nuevos conocimientos. Esta pregunta retórica funciona como disparadora del
discurso y es contestada no solo a partir de la mención de los antecedentes de su trabajo
sino también describiendo el recorrido de la tesista por la maestría y narrando el proceso
de investigación.
En primer lugar, la tesista realiza una síntesis de los antecedentes de su tesis que tra-
bajan sobre el discurso peronista y aclara que los mismos fueron “productivos puntos de
partida” para sus reflexiones. Posteriormente, nombra a los profesores y los seminarios
cursados que le han sido útiles en su trabajo y la manera en que resolvió la definición
del problema central, el armado del corpus y la periodización de la etapa fundacional
del discurso peronista. En estos apartados, describe los obstáculos que se le fueron pre-
sentando, las reformulaciones del problema, las dificultades en la búsqueda del corpus.
En un segundo momento, la tesista realiza una síntesis de su tesis, destacando los
resultados obtenidos en ella. Expone las características de la voz de Perón, los núcleos
principales de su matriz discursiva –la preeminencia de la prescripción, la pedagogía
con complicidad y el adversario como extranjero– y los modos de contacto entre el
líder y los trabajadores. En esta segunda etapa, abundan las citas y las definiciones. A
partir de estos recursos la tesista no solo da cuenta del saber producido sino también
del saber aprendido. De esta manera, muestra y demuestra los conocimientos adquiri-
dos y las lecturas realizadas durante su investigación. Pero, también, utiliza estas citas
como argumentos de autoridad; argumentos que se definen como aquellos que se dan
a favor de una afirmación y que han sido enunciados por un locutor particular autori-
zado, que funciona, entonces, como garante del decir (Plantin, 1998: 145). Estos ar-
gumentos le sirven a la tesista para apoyar sus afirmaciones y refugiarse así en un sa-
ber reconocido y legitimado.
En el epílogo, la maestranda finaliza su discurso refiriéndose a la continuación de su
trabajo de investigación. Señala que seguirá analizando otros momentos críticos del
peronismo a partir de la matriz discursiva y de los tipos de dispositivos de comunicación
que ha desarrollado en su trabajo.
En esta defensa no se menciona ningún contra-discurso y, al igual que en la defensa
anterior, el ethos discursivo aparece como prueba con el propósito de persuadir al audi-
torio. La tesista nombra profesores prestigiosos dentro del ámbito académico y los co-
nocimientos, teorías o conceptos que de ellos ha aprendido y que le han permitido ela-
borar su tesis. Asimismo, describe el proceso de investigación, recordando los tropiezos,
obstáculos y problemas que tuvo que sortear como sujeto investigador en formación.
Luego de legitimar el lugar de enunciación, la maestranda expone el conocimiento pro-
ducido a partir de diferentes voces autorizadas del saber. En este momento el “yo” pre-
sente en la primera parte se diluye, para dar lugar a la tercera persona que es la encarga-
da de transmitir el análisis realizado. Lo que aparece en escena es, entonces, la forma-
ción de la tesista.

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3. LAS DEFENSAS DE TESIS DE DOCTORADO: EL TESISTA COMO SUJETO FORMADO


3.1. Primera defensa de tesis
En esta defensa el exordio se encuentra reducido al primer enunciado del discurso en el
que el tesista menciona que el tema de su investigación es la edición crítica del libro
primero de Amadías de Gaula.
El doctorando continúa su exposición desarrollando las diferentes fases de su trabajo
y justificando cada una de las elecciones realizadas en ellas. En un primer momento,
realiza una breve historia sobre las diferentes versiones editadas del Amadís de Gaula y
fundamenta la elección del corpus a partir del cual trabaja para elaborar su propia edi-
ción crítica. Luego, menciona los resultados de su trabajo y la metodología empleada.
Por último, con respecto al epílogo podemos señalar que el tesista no realiza un cie-
rre de su discurso, ya sea para sintetizar, retomar o destacar lo desplegado en la defensa.
Por el contrario, su defensa concluye de manera repentina.
En relación con los recursos retóricos empleados, se puede señalar la existencia de
un campo semántico que se encuentra presente a lo largo de todo el discurso y que está
vinculado al valor de lo puro. En este sentido, el léxico empleado remite a un ideal de
pureza al que está asociado lo arcaico y, por ende, al arquetipo que el tesista pretende
editar. Expresiones tales como “edición correcta”, “evaluación exacta”, “forma lingüís-
tica original”, están enlazadas con esta representación; mientras que “errores”, “efectos
de contaminación”, “confusión”, “equívocos notables”, están relacionadas con las edi-
ciones posteriores al arquetipo y que, a su vez, se corresponden con la tradición moder-
na del texto. Los argumentos giran en torno a un alejamiento o a un acercamiento a esta
forma lingüística original, al aspecto lingüístico más arcaico del Amadís de Gaula. La
premisa que subyace, entonces, en el discurso es la siguiente: “cuanto más cercana a la
forma originaria, más pura es la edición que se alcanza, y, por lo tanto, más precisa”. Y,
por el contrario, “cuanto más alejada de ella, más contaminada e impura es la edición”.
Por lo tanto, la edición crítica que el tesista elabora en su tesis aspira así a recuperar la
pureza del texto amadisiano.
Sin embargo, reconstruir el texto en su forma originaria tiene un carácter hipotético.
El doctorando debe, entonces, precisar y especificar la metodología empleada, detallan-
do los procedimientos y justificando las elecciones metodológicas tomadas durante la
investigación, para probar así la rigurosidad de su trabajo. Siguiendo este propósito, el
tesista apela permanentemente al enfoque adoptado enfatizando que su investigación se
ciñe a lo que los estudios filológicos de los textos consideran que “debe” hacerse. Esta
estrategia argumentativa está relacionada con lo que Perelman (1997, 2000) denomina
argumentación por el modelo. En su defensa, el doctorando apela a un modelo recono-
cido para la elaboración de su trabajo, a las reglas que propone la crítica textual, y se
apega a ellas.
A diferencia de las defensas anteriores, el tesista incluye discursos adversos. En
este sentido, menciona algunas decisiones que fueron tomadas durante la investiga-
ción y que se apartan de algunos de los procedimientos empleados habitualmente por
la crítica textual.

Los críticos [...] alertaron sobre la necesidad de contar con todos los testimonios de la tradición
directa e indirecta del texto amadisiano para la realización de una edición correcta. [...] En-

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cuentro que la tradición indirecta [...] no se ajusta a las necesidades de la colación del texto
amadisiano, en primer lugar, porque no traducen sino que resunten y recrean el texto, y, en
segundo lugar, porque el propio texto amadisiano ha tenido una tradición relativamente man-
sa... Por lo tanto, mi colación es la de los 17 testimonios del siglo XVI.

En esta extensa cita, podemos observar que el motivo de no seguir con la metodolo-
gía propuesta por algunos filólogos se vincula con la premisa que recorre la defensa: los
textos traducidos se alejan de la palabra originaria, en tanto resumen y recrean al texto,
y, por lo tanto, desvirtúan su pureza.

Así por ejemplo cabe mencionar las construcciones causales de relativo y quizás no tomadas
directamente del latín sino del francés medieval, que aparecen en el texto formadas con “co-
mo” más “pronombre”. La interpretación de estas formas dio lugar a equívocos notables; en el
estudio que hace Francisca Domingo del Campo sobre la lengua, se la clasifica como modales.
De modales no tiene absolutamente nada. [...] Hay que tener en cuenta de nuevo la confor-
matio textus para entender el sentido de la expresión.

En este fragmento, en donde polemiza con un estudio anterior, el tesista vuelve a re-
currir al procedimiento efectuado para poder dar cuenta del sentido de las construccio-
nes causales de relativo.
En otro caso, es el propio texto el que aclara el sentido:

Otra construcción problemática es la francesa, [...] construida con antecedente “tanto” y conse-
cuente “que”. Se la interpreta normalmente como consecutivas. [...] El tomar desde el punto de
vista de una consecutiva esa expresión es un disparate. El texto amadisiano no es un texto so-
bre la crianza de los niños o sobre la mortalidad infantil de la Edad Media, ni cosa por el estilo.
Simplemente nos está diciendo que don [...] crió a ese niño hasta los cinco años.”

En esta cita, a pesar de que el doctorando es quien claramente investiga, quien apare-
ce como el agente de la acción, es el objeto el que se presenta como autónomo, como
poseedor de una verdad a la que debe arribarse a partir de la rigurosidad del método. En
otras palabras, no es el doctorando quien da un sentido, quien significa, sino el texto
quien lo revela y lo descubre.
En suma, en esta defensa, de lo que se trata es de defender la tesis a partir de defen-
der el método empleado durante la investigación. La rigurosidad del método garantiza
que los resultados sean fieles al texto original. Por este motivo, los contra-discursos que
el tesista incluye se vinculan con la metodología empleada por el doctorando, permi-
tiéndole al tesista discutir con otros autores y justificar las decisiones tomadas. Lo que
está en juego es, entonces, la tesis, un aspecto de la tesis, que es la metodología utilizada.

3.2. Segunda defensa de tesis


En esta defensa, la tesista comienza su defensa problematizando el título de su tesis y
mencionando el aporte que ésta realiza: “comprender con mayor amplitud y profundi-
dad un concepto tan controvertido como el tema en la lengua”.
Luego de este breve exordio, la tesista comenta que su interés sobre el tema surge
motivado por su propio trabajo en investigación en el que se vio enfrentada con nume-
rosas categorías de las que “la articulación tema/rema” le resultó la más conflictiva. Por

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este motivo, emprende un estudio sistemático sobre ella, para lo cual se plantea varios
interrogantes que son enumerados y que luego serán contestados a lo largo de la defensa.
Posteriormente, el discurso de la tesista se centra en su formación. Al comenzar su
investigación, la tesista estaba formada principalmente dentro de la Lingüística Textual,
pero, luego, durante el desarrollo de su trabajo, comenzó a acercarse a la Pragmática y a
la Lingüística Cognitiva que complejizaron su visión sobre el objeto de estudio y enri-
quecieron su trabajo. En estos párrafos, la tesista detalla algunos conceptos teóricos que
le sirvieron como herramientas e influenciaron su trabajo y especifica que su tesis revela
un “nuevo modo de pensar el objeto de investigación”, adopta una “postura integrado-
ra” que le permite “superar” posturas más tradicionales sobre el tema. El aporte que la
tesis realiza es, entonces, la “superación” de los estudios anteriores, en particular de la
problemática pareja “tema-rema”. En este sentido, la alusión a la formación de la docto-
randa no está vinculada con el propósito de legitimar su discurso o su voz como investi-
gadora, sino, por el contrario, se incorpora con el objetivo de problematizar el objeto de
estudio y los enfoques empleados para abordarlo.
Señalada su formación y el aporte de su tesis, la tesista contesta cada uno de los cua-
tro interrogantes planteados en su trabajo destacando autores, conceptos, posturas teóri-
cas que enriquecieron el estudio y que le permitieron alcanzar una nueva conceptualiza-
ción de la tematización. Recorta de cada uno de ellos aquellas líneas de investigación
que influenciaron su trabajo. En primer lugar, señala que fue necesario realizar una gé-
nesis del tema “a fin de convertirlo luego en un concepto con el cual operaría”. Si su
trabajo se presenta como innovador y superador es necesario, en primera instancia, des-
cribir el estado de la cuestión. Luego de este recorrido, afirma que estas teorías son in-
suficientes para contestar algunas de sus preguntas por lo que debió encuadrar su objeto
en un nuevo marco que fuera capaz de darle una respuesta. Este nuevo marco se lo pro-
veyó la Lingüística cognitiva. Después, menciona las hipótesis que sostienen y justifi-
can su trabajo de investigación, que han quedado, según su decir, demostradas en su
tesis. Por último, concluye su defensa afirmando que aún quedan líneas de trabajo futu-
ras que permitirán una comprensión más cabal sobre el tema y que el estudio de la tema-
tización en la lengua no ha hecho más que empezar.
Podemos pensar, en suma, que en esta defensa lo que está en el centro de la escena es
el aporte del trabajo, esto es, la superación de otros enfoques tradicionales, por lo que la
tesista se apoya en algunos conceptos de distintas teorías lingüísticas para poder situar
el fenómeno desde una nueva perspectiva y reconceptualizar la noción de tema desde el
marco cognitivo. El movimiento que se realiza es un movimiento disociativo en tanto se
realiza una revisión profunda de las teorías que definen al tema con el objetivo de “rees-
tructurar” (Perelman, 2000: 630) la noción dentro de un nuevo panorama teórico. Por
tal motivo, a lo largo de la defensa predominan expresiones tales como: “repensar”,
“replantear”, “redefinición”, “reformulación”, “nuevas categorías”, “nuevas herra-
mientas”. En este sentido, la doctoranda discute con otros enfoques teóricos que se pre-
sentan, entonces, como discursos adversos a su propuesta.
Por último, es interesante observar también que expresiones en las que las teorías o
diferentes teóricos aparecen en el lugar del sujeto sintáctico y la doctoranda en el lugar
de objeto son muy frecuentes y recorren todo el discurso: “los formalistas, por su parte,
me ofrecieron...; esta línea de trabajo me aproximó..; tales instrumentos de análisis me
ayudaron a explicar...”. Al igual que en la primera defensa de maestría analizada, nota-

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ACTAS DEL III COLOQUIO ARGENTINO DE LA IADA
Diálogo y contexto
La Plata, Argentina | 28, 29 y 30 de mayo de 2007

mos que a partir de emplear estas estructuras sintácticas se intenta apelar a una supuesta
objetividad de la ciencia en la que se diluye la responsabilidad del sujeto que investiga.

4. ALGUNAS PALABRAS FINALES


El recorrido que hemos realizado por estas cuatro defensas de Letras ha permitido
aproximarnos a un género que no ha sido abordado con profundidad por los estudios
lingüísticos. Este trayecto ha revelado la libertad que se posee en el armado de la defen-
sa, cuya organización dependerá de las distintas escenografías construidas por el tesista
en función de sus intereses. En efecto, cada tesis requerirá, para su defensa, distintas
estrategias que estarán vinculadas a sus rasgos distintivos y a aquello que el tesista des-
ee resaltar. Sin embargo, en nuestro corpus, hemos observado algunas diferencias entre
las defensas de maestría y las defensas de doctorado. En las primeras, hemos encontrado
que el tesista se presenta como un sujeto en formación (recordemos que en ambos casos
las defensas concluyen con la referencia a las investigaciones futuras), que intenta legi-
timar la voz desde la que se enuncia. En tal sentido, el saber no aparece cuestionado,
sino que, por el contrario, se percibe el intento de construir un saber verdadero. La in-
clusión de contra-discursos implicaría, en cierto sentido, validarlos e introducir la duda
en escena, cuestionando aquello investigado. Por su parte, en las defensas de doctorado,
también se apela a la veracidad del conocimiento producido. No obstante, los tesistas
reflexionan sobre los saberes previos proponiendo nuevas categorías y discutiendo con
enfoques diferentes al desarrollado. La cuestión en juego no es, entonces, la formación
sino la misma tesis que se defiende a partir del método o del aporte que la misma realiza.

5. BIBLIOGRAFIA
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fiction. París: Nathan.
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