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Entrevista A Gunther Jakobs - La Nación
Entrevista A Gunther Jakobs - La Nación
Günther Jakobs, una de las máximas autoridades mundiales en teoría del derecho,
desató una acalorada polémica al afirmar que, en la actualidad, para el poder penal
del Estado no todos los ciudadanos son personas, sino que están “las personas y los
enemigos”.
Estos últimos, que pueden ser tanto terroristas como violadores reincidentes, en
realidad no son considerados por el derecho (incluso en los Estados democráticos)
delincuentes, sino poco menos que animales peligrosos, algo que, por lo demás,
Jakobs en cierto modo legitima, al explicar que el postulado de que todos somos
personas frente al derecho no puede sostener un sistema penal real.
“El derecho penal del enemigo pena la conducta de un sujeto peligroso en etapas
previas a la lesión, con el fin de proteger a la sociedad en su conjunto, y esto quiebra
la relación lógica tradicional entre pena y culpabilidad”, dice. Sin embargo, aclara
que él no hace otra cosa que describir la realidad, ya que el supuesto derecho penal
ideal, para el cual todos somos iguales, contradice las medidas que los Estados
adoptan con los sujetos altamente peligrosos.
Aunque hoy en todo el mundo se habla mucho de los derechos humanos, sostiene
Jakobs, lo que realmente les importa a los países no es lo humano, sino la expansión
económica, y ve como signos de decadencia mundial la proliferación del aborto y el
desprecio del concepto de familia: "No tengo esperanza en el mejoramiento de las
sociedades modernas, pero sí creo en las esperanzas privadas de cada persona",
afirma.
-Si una sociedad está en decadencia, ¿qué ocurre con la objetividad del
derecho y su dependencia de los valores subjetivos de una cultura?
-Un filósofo alemán afirmó que el vuelo de Minerva se conoce en su ocaso, así que a
una cultura sólo se la puede conocer en su decadencia. Estoy seguro de que este
tiempo actual se acaba y que esto se debe a un extremo individualismo de las
personas. Hoy se habla de derechos humanos, pero sólo importa la expansión
económica. EE.UU. chantajea a China invocando los derechos humanos, pero en el
fondo de todo están los intereses económicos y nada más. Soy escéptico con respecto
al sentido universal de esos derechos.
-Si una cultura se conoce en su ocaso, ¿qué signos destacaría usted como
propios de un período de decadencia?
-Dudo de que estemos en el ocaso de nuestra civilización. Yo sólo digo que el vuelo
de Minerva se conoce en el ocaso. Pero en lo personal critico la dependencia
económica de los países con respecto a las superpotencias. Hay dos cosas que he
observado con cierta sorpresa: uno es el alarmante crecimiento del aborto en el
mundo, sobre todo en Estados Unidos, China y Europa. Y lo otro es la absoluta
destrucción del concepto de familia. A la vista de esas dos cuestiones considero que
todo puede empeorar.