La contaminación del agua se refiere a la introducción de sustancias o agentes
físicos, químicos o biológicos que causan daño o deterioro en la calidad del agua, ya sea en cuerpos de agua superficiales como ríos, lagos y océanos, o en aguas subterráneas. Estos contaminantes pueden provenir de diversas fuentes, como descargas industriales, vertidos de aguas residuales, uso de pesticidas y fertilizantes en la agricultura, derrames de petróleo, entre otros. La contaminación del agua representa un grave riesgo para la salud de los ecosistemas acuáticos, la biodiversidad y la salud humana, por lo que su prevención y control son fundamentales para preservar este recurso vital.
La contaminación del agua es un problema ambiental de gran magnitud que
afecta a la salud de los ecosistemas acuáticos y a la vida humana. Las fuentes de contaminación del agua incluyen descargas de aguas residuales, vertidos industriales, derrames de petróleo, fertilizantes y pesticidas agrícolas, entre otros. Estos contaminantes pueden causar daños irreparables a la flora y fauna acuática, así como a la salud de las personas que dependen del agua para su consumo y actividades diarias.
Algunas recomendaciones para evitar la contaminación del agua incluyen:
1. Reducir el uso de productos químicos en el hogar y en la agricultura, como
pesticidas y fertilizantes, y optar por alternativas más amigables con el medio ambiente.
2. Tratar adecuadamente las aguas residuales y evitar verter productos tóxicos
o desechos peligrosos en el sistema de alcantarillado.
3. Promover la reutilización y el reciclaje de materiales para reducir la cantidad
de desechos que pueden llegar a cuerpos de agua.
4. Participar en actividades de limpieza de ríos, playas y otros cuerpos de agua