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Caminito de La Escuela...
Caminito de La Escuela...
1
devolvemos el aliento y la palabra
del Señor del cerca y del junto.
Por razón de él, nos arriesgamos
por esto nos metemos en peligro…
…
Vosotros dijísteis
que nosotros no conocemos
al Señor del cerca y del junto,
a aquel de quien son los cielos y la tierra.
Dijísteis
que no eran verdaderos nuestros dioses.
Nueva palabra es ésta,
la que habláis,
por ella estamos perturbados,
por ella estamos molestos.
Porque nuestros progenitores,
los que han sido, los que han vivido sobre la tierra,
no solían hablar así.
Ellos nos dieron
sus normas de vida,
ellos tenían por verdaderos,
daban culto,
honraban a los dioses.
Ellos nos estuvieron enseñando
todas sus formas de culto,
todos sus modos de honrar (a los dioses).
…
Era su doctrina
que ellos nos dan nuestro sustento,
todo cuanto se bebe y se come,
lo que conserva la vida, el maíz, el frijol,
los bledos, la chía.
Ellos son a los que pedimos
agua, lluvia,
por las que se producen las cosas en la tierra.
…
Y ahora nosotros
¿destruiremos
la antigua regla de la vida?
¿La de los chichimecas,
de los toltecas,
de los acolhuas,
de los tecpanecas?
2
Nosotros sabemos
a quién se debe la vida,
a quién se debe el nacer,
a quién se debe el ser engendrado,
a quién se debe el crecer,
cómo hay que invocar,
cómo hay que rogar.
Tranquila y amistosamente
considerad, señores nuestros,
lo que es necesario.
No podemos estar tranquilos,
y ciertamente no creemos aún,
no lo tomamos por verdad,
(aún cuando) os ofendamos2.
Así hablaron los tlamatinime, nos dice León-Portilla; sin servil sometimiento,
aunque mostrando cautela y respeto. Después de todo, como vencidos, “no pude
existir de hecho un plano de igualdad en la discusión. Sin embargo, no por esto
dejan de oponerse con valentía a los que consideran injustificados ataques contra
su manera de pensar”3:
Hablando ante numerosa gente y tal vez prefiriendo no ir
demasiado lejos a la vista de los frailes, sólo esgrimen los
argumentos que juzgan más apropiados para mostrar
simplemente que el modo náhuatl de pensar en relación con la
divinidad puede y debe ser respetado, por poseer ciertamente
un rico y elevado concepto acerca del Dador de la vida y por
ser igualmente sólido fundamento de sus estrictas reglas de
conducta y de su tradición inmemorial.4
2
Ibíd., pp.130-131.
3
Ibíd., p.129.
4
Ibíd., pp.129-130. Cursivas nuestras.
3
La respuesta tlamatini fue una forma de silencio; sus interlocutores no están
dispuestos a escuchar. Ello ocurrió en 1524, ¿qué destino y qué eco de esa palabra
h
estamos atestiguando h h istóricamente ¿)5 a estas altura de mayo del 2013? A casi
h
quinientos años de aquel soberbio Coloquio, la escena h h istórica parece reiterar la
misma trama dialogal: una escucha que callando habla (los tlamatinime) y un
egoísmo impositivo incapaz de hacerse auditorio (los frailes) ya que, de acuerdo al
filósofo Gadamer, para lograrse auditorio…
4
h
que pretenden representar, cristianismo y neoliberalismo se ahogan h h
istóricamente en sus propias palabras. A esta soberbia intolerante (en el fondo la
misma) se enfrentaron antes los tlamatinime con tanto honor y dignidad como
ahora se enfrentan sus herederos, los pueblos originarios (entre quienes hay que
contar, como se verá, al movimiento rebelde zapatista como unos de sus actuales
voceros culturales). Tlamatinime antes, neo-zapatistas hoy; una y la misma
admirable soberbia de sencillez y lucha. En efecto, aquellos (los tlamatinime)
lograron resistir y preservar un modo originario de pensar cuyas características de
humilde apertura, firmeza activa y capacidad de escucha auditora al otro, podemos
reconocer todavía en los pueblos ahora llamados justo así, originarios: en sus
tradiciones, sus lenguas, sus maneras de vincularse a la naturaleza, de vincularse a
la vida-muerte, de relacionarse con sus dioses, de vincularse entre sí… de luchar.
5
el poder para dominar y explotar a los otros [como el
cristianismo]… sino que es, esencial e intrínsecamente, una
vivencia del universo que impregna y dirige el sentido de la
vida en su totalidad; para ellos, los dioses están en todo, son
el origen y la generación continua de las cosas, son el espacio
y el tiempo, y, por lo tanto, determinan todo lo que el hombre
es y todo lo que el hombre hace.8
El modo de este pensar-ser originario choca así con el modo convencional que
occidente ha adoptado con entusiasmo analítico a partir del ascenso burgués y la
división del trabajo. Así lo constataba ya muy bien Guillermo Bonfil Batalla:
... en la cultura occidental se pretende separar y especializar
distintos aspectos de esa relación total (con las cosas del
mundo): el poeta le canta a la luna, el astrónomo la estudia; el
pintor recrea formas y colores del paisaje, el agrónomo sabe
de la tierra; el místico reza ...y no hay forma, en la lógica
occidental, de unir todo eso en una actitud total, como lo hace
el indio ...(y esto conduce) al especialista que sabe cada vez
más, de cada vez menos…9
6
ostenta la pura fuerza, la violencia, el ejercicio del dominio
despótico o aparentemente legítimo, es un poder fetichizado,
desnaturalizado, espurio, que aunque se llame poder consiste
por el contrario en una violencia destructora de lo político
como tal.10
Por nuestra parte, es una exhibición estética de auténtico poder político 11 lo que
queremos destacar del aconte-ser12 ocurrido el solsticio de invierno pasado: 21 de
diciembre de 2012. Describamos el hecho: cuarenta mil indígenas zapatistas de
distintos pueblos mayas bajan de la sierra chiapaneca, caminan en silencio, sus
pasos son apenas un siseo constante de pies raspando la tierra, sus coloridas
vestimentas tornasolan su arcoíris bajo una pertinaz llovizna matutina. Sus pasos
los llevan a cinco cabeceras municipales que “toman” pacíficamente, ¿cómo las
“toman”, como las “ocupan”?; así, caminando. Con tablas que ellos mismos llevan,
quién sabe cómo y desde dónde, improvisan una solida tarima, un puente que
cruzan caminando, sin detenerse, con el cerrado puño en alto:
Precedidos siempre de la acción, antes que la palabra hueca
de la clase política, este singular desfile de columnas de los
mayas zapatistas que sin excepción, incluyendo niños,
subieron –con el puño en alto– a tarimas situadas frente a los
palacios de gobierno de las cabeceras municipales tomadas y
flanqueadas por la bandera nacional y la rojinegra de esta
organización, ratifican con este hecho simbólico quiénes son
los que mandan y protagonizan esta lucha que cumple 19 años
de hacerse pública y que ha estremecido al mundo de la
emancipación y las rebeldías.13
7
la razón encerrado en esos puños que desfilan en silencio por San Cristóbal, por
Ocosingo, por Margaritas, por Palenque, por Altamirano. ¿De dónde vienen?; los
de abajo bajaron de las Juntas de Buen Gobierno creadas hace diez años (agosto
de 2003) en sus Caracoles, especie de municipios cuyos poéticos nombres son ya
los personajes mismos que ahora representan el aconte-ser de la trama estético-
política que nos regalan a la mirada y a la escucha: 1) Madre de los caracoles del
mar de nuestros sueños (La Realidad); Torbellino de nuestras palabras (Morelia);
Resistencia hacia un nuevo amanecer (La Garrucha); Que habla para todos
(Roberto Barrios); Resistencia y rebeldía por la humanidad (Oventic). Bajaron de
sus Caracoles enclavados en sus sierras; bajaron volando de sus propios cielos con
sus propias alas (así quiere ver Nietzsche14 la labor de futuro de su Übermensch);
bajaron de la selva en la que apuestan sus oasis de felicidad (así le llama Eugen
Fink al juego desde su ontología15). Bajaron los de abajo, los que siguen andando
el noble juego de una existencia que quiere ser digna y gozosa, a pesar de los
“parásitos haraganes” (así les llaman a ellos a los “políticos”), esos que han
deshonrado la palabra:
Los zapatistas marcharon este 21 de diciembre en orden,
dignamente, con disciplina y cohesión, y en silencio; un
silencio que se escuchó fuerte. De la misma manera en la que
han tenido que cubrirse el rostro para ser vistos, ahora
interrumpieron la palabra para ser escuchados. Se trata de un
silencio que expresa una fecunda capacidad generativa de
otros horizontes de transformación social, una gran potencia.
Un silencio que comunica voluntad de resistencia frente al
poder: Quien permanece en silencio es ingobernable, decía
Ivan Illich.16
14
Nietzsche, F. Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie. Madrid. Alianza, 1984: “Si alguna vez
extendí silenciosos cielos encima de mí, y con alas propias volé hacia cielos propios” (Los siete sellos (O: la
canción «Sí y Amén»)).
15
Fink, E. Oasis de la felicidad. Pensamientos para una ontología del juego. México. UNAM, Centro de
Estudios Filosóficos, 1966: “…la comunidad lúdica. El jugar es una posibilidad fundamental de la existencia
social. Juego es compañía, jugar con otros, una forma entrañable de la sociedad humana… el jugar se
convierte en una posibilidad magnífica, por lo poco limitada, de la libertad humana (p.18 y p.23).
16
Hernández Navarro, Luis. “Rebeldía viva. Derrumbe y renacimiento en el mundo zapatista”. La Jornada
(2012/diciembre/22).
8
¿ESCUCHARON?
Es el sonido del mundo derrumbándose
Es el del nuestro resurgiendo
El día que fue día, era noche
Y noche será el día que será el día.
9
de Mario Benedetti El sur también existe, indican desde la imaginación, cada uno a
su manera, el horizonte que ahora caminan los pueblos originarios, representados
aquí por algunos de ellos genéricamente autodesignados zapatistas, o neo-
zapatistas. Así los hace ver el documento Ellos y nosotros, que incluye entre sus
siete disparejas secciones, las siguientes: (I) “Las (sin) razones de arriba”, y (IV)
“Los dolores de abajo”. Las primeras (las sinrazones) son las de los opulentos
norte que arriba, teniéndolo todo, quieren tener más (su único modo de nunca
tener nada); y los segundos (los dolores) son los de la gente sur honrada que
nada tiene, pero que quiere preservar su humanidad (su único modo, aunque otro,
de tenerlo todo). Esta dialéctica de los de arriba y los de abajo, tematizada en Ellos
y Nosotros por el SupMarcos en el Planeta Tierra (así firma él sus comunicados),
h
en enero de este 2013, tiene como claro paralelo y antecedente h h istórico el
siguiente poema de Mario Benedetti, en el que sur y norte irradian su sentido
metafórico abajo-arriba. Demorémonos en él:
10
el sur, el sur también existe.
Con sus predicadores
sus gases que envenenan
su escuela de Chicago
sus sueños de la tierra
con sus trapos de lujo
y su pobre osamenta
sus defensas gastadas
sus gastos de defensa
con su gesta invasora
el norte es el que manda.
Pero aquí abajo, abajo
cada uno en su escondite
hay hombres y mujeres
que saben a qué asirse
aprovechando el sol
y también los eclipses
apartando lo inútil
y usando lo que sirve
con su fe veterana
el sur, el sur también existe.
Con su corno francés
y su academia sueca
y sus llaves inglesas
con todos sus misiles
y sus enciclopedias
su guerra de galaxias
con su saña opulenta
con todos sus laureles
el norte es el que ordena.
Pero aquí abajo, abajo
cerca de las raíces
es donde la memoria
ningún recuerdo dice
y hay quienes se desmueren
y hay quienes se desviven
y así entre todos logran
lo que era un imposible
que todo el mundo sepa
11
que el sur, el sur también existe.
De lo antes dicho (poema incluido), proponemos que los de abajo habitan lo sur,
en esta nueva mitología espacial de alcances y escuchas filosóficos
ontológicamente fuertes19. El silencio significativo de estas voces que se escuchan
abajo, abre miradas que son hoy legión, frente al mero bla-bla-bla ciego de tantos
políticos (parásitos holgazanes, como se les designa en lo sur) que, sin palabra,
sólo emiten ruido vano y sin sentido. Muy otra es la palabra de abajo. En una
entrevista a Fernanda Navarro, Dra. en filosofía y traductora, ésta señala:
Me tocó ir a Chiapas con John Holloway -autor del libro:
Cambiar el mundo sin tomar el poder - y quedamos
impresionados con la visita al Caracol de Oventic por el papel
del lenguaje y su vínculo con el pensamiento indígena para
nombrar su cosmovisión, eso se traduce en una
cosmovivencia, incluso en su gramática no existe la palabra
“enemigo”, la aprendieron con los españoles. El lenguaje maya
tiene 3 dimensiones: la palabra hablada, la palabra escrita y la
palabra escuchada y ésta te hermana, porque si bien puedes
oír -ruidos-, escuchar es comprender al otro, estar en la piel
del otro, hacerte hermano del otro. Yo he tenido que
desaprender la filosofía occidental que estudié durante tantos
años en la UNAM (risas).20
19
Para una mínima presentación epistémico-ontológica de lo que aquí se indica, mi trabajo Lo sur en filosofía
puede ser eso, un prolegómeno, apenas programático, a esta nueva mitología espacial.
20
Entrevista exclusiva con Clarín, escrita por Mario Casasús y publicada el 28 de junio de 2011 (en línea).
21
Savater, F. Diccionario filosófico. Barcelona. Ariel, 2007, p.12.
12
compara y arriesga corolarios imaginativos para exponerlos y exponerse,
poniéndolos en plática-práctica22. La filosofía es plática-práctica de “viajeros,
exiliados, vagabundos, expedicionarios… o habitantes de ciudades fronterizas,
como los jonios, acostumbrados a convivir con persas, helenos y egipcios” 23. Con
los jonios, los zapatistas comparten un cosmopolitismo originario que,
esencialmente filosófico, permite escuchar al otro, que es siempre multitud.
Creemos que el uso zapatista de la expresión “Planeta Tierra”, como lugar que se
habita y desde el que se escucha-mira y se emiten voces-actos; lugar desde el que
se platica-practica un mundo, una cosmo-vivencia (como dice Fernanda Navarro),
da fe de ese modo homo viator originario de filosofar que impulsa su tocayo (de
ella) Fernando Savater. Modo cosmopolita, modo planetario. Caminar es de suyo
eso, ir abriendo la mirada al horizonte siempre cambiante del que está en marcha.
Caminar, mirar y escuchar son claves para comprender y actuar, para platicar-
practicar un mundo, para ser-estar una cosmo-vivencia. A eso remite con más
precisión el saberse planetario, habitante de un planeta, de un ente vagabundo en
el que irrumpimos de manera transitoria andando a la par sendas propias. Modo
mayúsculo de libertad. Libertad bajo palabra, dijo el otro. No así por cierto es el
caso con el término “global”, cuya procedencia, sospechamos, encaminada más al
establecimiento de relaciones mercantiles y mediáticas ajenas a la escucha de
voces ajenas (por ello la globalización es casi antónima de comunicación). Pero
volviendo al punto; ese hogar que camina, ese planeta, se llama Tierra que, para
muchos pueblos originarios, es la madre Tierra; el terruño mismo en el que se
siembran las semillas, los mundos diversos en los que poder vivir y desarrollar
costumbres.
¿Qué tiene que ver todo lo hasta aquí dicho con la autonomía? Si autonomía
consiste en obedecer a la ley que uno se ha prescrito y ser en ello libre (como
decía Rousseau24), es evidente que los cinco Caracoles y sus Juntas de buen
gobierno están luchando por hacer lo propio en ese mismo sentido. Y si se han
22
Recordamos que plática y práctica son sinónimos en uno de sus sentidos más arcaicos.
23
Ibídem.
24
Cfr. Comte-Sponville, A. Diccionario filosófico. Barcelona. Paidós, 2005, p.73 y s.
13
visto obligados a alzarse rebeldes, es porque los políticos, parásitos holgazanes
como bien les dicen; ni respetan las leyes que la razón se impone libremente a sí
misma en pro del bien común (Kant); ni apuntan, por voraces y egoístas, al bien
comunitario; motivos ambos de una auténtica autonomía afianzada en la razón. La
razón…
…carece de ego, es el fundamento de todo bien. Así, el único
deber consiste en ser libre, y eso es lo que significa la
autonomía: obedecer al deber de autogobernarse. 25
Biblio-hemerografía general:
Bonfil Batalla, G. El México profundo. Una civilización negada . México. SEP/CIESAS,
1987, p.58. Citado por Edgar Samuel Morales Sales en “La condición humana en la
obra de Guillermo Bonfil Batalla. Universidad Autónoma del estado de México. En
línea (actualizado en 2006)
25
Ibídem.
14
De la Garza, Mercedes. El hombre en el pensamiento religioso náhuatl y maya .
México. UNAM, 1990
Fink, E. Oasis de la felicidad. Pensamientos para una ontología del juego . México.
UNAM, Centro de Estudios Filosóficos, 1966
Gadamer, H-G. “Sobre los que enseñan y los que aprenden”, en La herencia de
europa. Ensayos. Barcelona. Península, 1990
Navarro, Fernanda. Entrevista exclusiva con Clarín, escrita por Mario Casasús y
publicada el 28 de junio de 2011 (en línea).
Nietzsche, F. Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie . Madrid.
Alianza, 1984.
15