Había una vez un matrimonio que esperaba con ansias el nacimiento de su
primer hijo. Pero la esposa, que tenía un antojo incontrolable por las hojas verdes y frescas de una planta que crecía en el jardín de su vecina, le pidió a su esposo que robara algunas para ella. Sin embargo, esta vecina resultó ser una bruja malvada que atrapó al hombre y lo obligó a prometerle que, a cambio de su libertad, le entregaría su hijo una vez nacido.
Cuando la niña llegó al mundo, la bruja la llamó Rapunzel y se la llevó
consigo, encerrándola en una torre sin puertas ni escaleras, donde nadie más podría llegar. La torre no tenía acceso por fuera, solo una ventana en la cima.
Con el paso de los años, Rapunzel creció y su cabello rubio se volvió
extraordinariamente largo. La bruja malvada, para subir a la torre, le gritaba "¡Rapunzel, Rapunzel, deja caer tu cabello!". Y así, utilizando su largo cabello como escalera, la bruja ascendía y descendía de la torre.
Un día, un príncipe pasó por el bosque y escuchó el canto melodioso de
Rapunzel mientras peinaba su cabello. Fascinado por su voz, decidió investigar de dónde provenía. Cuando llegó a la torre y escuchó la historia de Rapunzel, decidió intentar rescatarla.
El príncipe regresó al bosque todos los días y escuchó a Rapunzel cantar.
Finalmente, un día decidió imitar la voz de la bruja y gritó: "¡Rapunzel, Rapunzel, deja caer tu cabello!". Rapunzel, creyendo que era la bruja, dejó caer su cabello. El príncipe trepó por él y llegó hasta la torre, donde le declaró su amor.
Juntos planearon escapar. Rapunzel le pidió al príncipe que trajera
consigo seda para tejer una escalera con la cual pudieran escapar. Durante días, Rapunzel tejía la escalera mientras el príncipe le traía seda. Sin embargo, un día, la bruja descubrió los planes de fuga y cortó el cabello de Rapunzel. Luego, expulsó al príncipe, quien cayó de la torre y quedó ciego por la caída.
Después de este trágico suceso, Rapunzel y el príncipe pasaron años
separados, ella vagando por el bosque y él ciego y desolado. Sin embargo, el amor verdadero siempre encuentra su camino. Finalmente, los dos se reencontraron y, con lágrimas de felicidad, el príncipe recuperó la vista. Juntos, regresaron al reino del príncipe, donde se casaron y vivieron felices para siempre. Y la malvada bruja nunca volvió a ser vista en la tierra.