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La obra de Francisco Antonio Vallejo

en la sacristía del Colegio de San Ildefonso

Francisco Antonio Vallejo, Sagrada Familia, 1761. Óleo sobre tela

E
n la segunda mi- El tenebrismo de la pintura
tad del siglo XVIII acentúa el rompimiento de
en la Nueva España, gloria y la paleta cromática
los maestros de los genera destellos vibrantes
talleres de pintura estaban de color, para descubrir per-
preocupados por la irrup- sonajes y elementos desta-
ción de artífices carentes cables en concordancia con
de oficio. Hacia 1753, Miguel los encarnes marmóreos,
Cabrera, Juan Patricio Mor- propios de la imaginería sa-
lete Ruiz, José de Alcibar, grada, que exalta la fe, el cui-
Francisco Antonio Vallejo, dado en su representación y
entre otros, redactaron una la “dulce inexpresión”, tér-
Defensa de la Pintura en la mino con que Consuelo Ma-
que solicitaron al virrey el quívar caracteriza la pintura
establecimiento de una aca- religiosa novohispana. Con
demia rectora que no solo estos elementos, el artista lo-
aglutinara, sino que también gró generar un ambiente de
avalara el oficio de los talleres. espiritualidad y recogimien-
to, distintivo del lugar para
Para entender esta situación, el que fueron destinados.
necesitamos considerar que
la sociedad novohispana, Fechado en 1761, en la parte
desarrolló un gusto muy re- inferior izquierda de la pin-
finado por las representa- tura encontramos la firma de
ciones religiosas llenas de Francisco Antonio Vallejo.
misticismo y arrobamiento, La Sagrada Familia reitera
y las instituciones religiosas, esta estructura social como
como la Compañía de Jesús, principio fundamental, que
eran exigentes y cuidadosas no solo marcaba el ejemplo
al momento de seleccionar a seguir, si no la convicción
a los mejores artífices para de que lo aprendido era lo
revestir sus recintos con la correcto y que desde el ori-
devoción mariana. gen, tenía vínculos con lo
espiritual y lo sagrado.
Era tal la exaltación de la
época, por lo sagrado que, El descenso del Paráclito
en 1756, aquellos pintores (1761)
defensores de su oficio en- Según la tradición cristia-
tre ellos Francisco Antonio na, el Pentecostés se cele-
Vallejo fueron llamados para bra el quincuagésimo día
examinar una de las imáge- después de la resurrección
nes más veneradas en estas de Jesucristo, por lo tan-
tierras: la Virgen de Guadalu- to está dedicada al Espíri-
pe; un hecho sin precedentes tu Santo que, de acuerdo a
cuyo resultado quedó docu- la historia del libro de los
mentado en Maravilla Ame- Hechos de los Apóstoles,
ricana. Este libro, salido de descendió como lenguas de
la imprenta real del Colegio fuego y se posó en la fren-
de San Ildefonso, ratificaba te de los discípulos reuni-
que la imagen de la Virgen dos en Jerusalén, quienes
del Tepeyac había sido rea- al recibir esta epifanía co-
lizada por una mano divina, menzaron a hablar en otras
una conclusión incuestiona- lenguas. Con ello dio inicio
ble para la época. la propagación del Evan-
gelio, también considerada
Así pues, sabemos que el una fiesta de consagración
gusto de los padres de la de la Iglesia, en honor al
Compañía por las represen- Espíritu Santo.
taciones de Francisco Anto-
nio Vallejo (1722-1788), ar- Para acentuar el sentido de
tista originario de la ciudad reunión, Francisco Antonio
de México, databa de tiem- Vallejo se apegó a la tradi-
po atrás. Realizados para la ción renacentista de com-
Sacristía del Colegio de San poner la escena al interior
Ildefonso, solo seis años an- de un recinto, en este caso
tes de la expulsión de los je- presidido al centro sobre
suitas (26 de junio de 1767), un plano superior por la
los dos lienzos de Vallejo Virgen María y otras muje-
evocan dos de las más apre- res como María Magdalena,
ciadas devociones jesuitas rodeadas por los apóstoles,
en la Nueva España: La Sa- quienes ante este momen-
grada Familia (también lla- to místico, se muestran en
mada Los Cinco Señores), y arrobamiento.
El Descenso del Paráclito (o
El Pentecostés). un conjunto El rompimiento de gloria in-
monumental lleno de misti- tensifica la monumentalidad
cismo. Los elementos que y el misticismo de la escena,
ambos comparten, transitan que representa el descen-
entre el barroco mexicano y so del Espíritu Santo, en la
el purismo de la academia, forma de una paloma, y de
fundada hasta 1781. las lenguas de fuego que,
una a una, se posan en las
La Sagrada Familia (1761) frentes de los apóstoles de
Un imponente rompimiento Jesucristo.
de gloria, y de fondo, frag-
mentos arquitectónicos que El Descenso del Paráclito en
evocan una reminiscencia la sacristía del Colegio de
clásica, la escena parece si- San Ildefonso muestra sig-
tuarse entre el cielo y la tie- nificados profundos, pues
rra; en la parte superior se para los jesuitas el calenda-
aprecia al Padre Eterno en- rio litúrgico representaba la
tre nubes, con el mundo y el acción de Dios en los hom-
cetro, símbolos de su poder bres que dedicaban su vida
divino, rodeado de ángeles a la labor espiritual y evan-
músicos que dan testimonio gelizadora. No hay que olvi-
y alaban su omnipresencia. dar que los estudiantes que
En ese momento místico, decidían formar parte de la
donde la Santísima Trinidad orden jesuita, tras la toma
se encuentra en comunión, de los cuatro votos, eran en-
la paloma que representa viados a las misiones norte-
al Espíritu Santo enlaza las ñas del virreinato novohis-
tres divinas personas, Dios pano, donde para transmitir
padre y Jesucristo. El eje su mensaje debían conocer
de composición vertical es- las lenguas de las diversas
tablece ese inquebrantable poblaciones; de la misma
vínculo que sustenta toda la manera que los apóstoles
cristiandad. luego de recibir al Espíritu
Santo en sus frentes pudie-
Rodeados por los siete ar- ron hablar las lenguas de los
cángeles: San Gabriel, San gentiles para poder trans-
Miguel, San Rafael, Sealtiel mitir la buena nueva.
y Uriel del lado izquierdo,
San Jehudiel y Baraquiel del De aquella época solo que-
lado derecho, cada uno con dan estas obras; su monu-
un atributo que evocan los mentalidad enuncia la ri-
valores y pilares de la iglesia, queza del revestimiento del
funcionan a la vez de custo- espacio y la época en que
dios de los Cinco Señores: fueron realizadas. Lo que
Santa Ana, San Joaquín, la habría de suceder seis años
Virgen María y San José car- más tarde, ni los padres de
gando al Niño Jesús; jun- la Compañía lo esperaban.
tos completan una escena La grandeza del inmueble,
familiar llena de mensajes el cuidado puesto para ele-
sobre la educación patriar- gir a los mejores artistas es
cal y los dogmas cristianos, una muestra de que el Co-
virtuosos ejemplos de una legio de San Ildefonso y su
sociedad dominada por el misión educadora fueron
sentimiento de la predesti- pensados para trascender
nación divina. su tiempo.

Francisco Antonio Vallejo, El descenso de Paráclito, 1761. Óleo sobre tela

Bibliografía

• Decorme, Gerard. La Obra de los Jesuitas mexicanos durante la época colonial.


1572- 1767. Tomo I Fundaciones. México, Porrúa, 1941.
• Montes Ramírez, Mina. En defensa de la Pintura, Ciudad de México, 1753.
México, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, 1983.
• Ruiz Gomar, Rogelio. El retrato novohispano en el siglo XVIII.
México, Museo Poblano de Arte Virreinal, 1999.
• Vargaslugo, Elisa. “El real y más Antiguo Colegio de San Ildefonso” en
Antiguo Colegio de San Ildefonso. México, NAFIN, 1997.

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