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Universidad de San Carlos de Guatemala, USAC CUNSURORI.

Licenciatura en ciencias jurídicas y sociales, abogado y notario.


Lic. Kevin Elí Recinos Lemus
Derecho Mercantil l

LEY DE DERECHOS DE AUTOR Y


DERECHOS CONEXOS.

RONALD HENRY PÉREZ JIMÉNEZ


201841131

23 de octubre de 2023

LEY DE DERECHOS DE AUTOR Y DERECHOS CONEXOS


Antecedentes históricos.

Aunque en la antigüedad es posible, encontrar incipientes ideas acerca de un derecho


sobre las obras intelectuales, acerca de manuscritos, pinturas, esculturas poemas, versos y
cantos o adoraciones, no es hasta la aparición de la imprenta, que permitió la distribución
y copia masiva de las obras, cuando surge la necesidad de proteger las obras no como
objetos materiales, sino como fuentes de propiedad intelectual. Formalmente se sitúa el
nacimiento del derecho de autor, durante el siglo XVIII.

En la Inglaterra del siglo XVIII, los editores de libros, argumentaban la existencia de un


derecho de perpetuidad para controlar la copia de los libros que habían adquirido de los
autores. Dicho derecho implicaba que nadie más podía imprimir copias de las obras.

El Estatuto de la Reina Ana, aprobado por el parlamento inglés en 1710, fue la primera
norma sobre derecho de autor y derecho de copia de la historia. Estados Unidos incorporó
los principios sentados en Inglaterra sobre el derecho de copia.

Así la Constitución de 1787, en el Artículo I, sección 8, cláusula 8 (la cláusula del progreso)
permite establecer en favor de los autores "derechos sobre la propiedad creativa" por
tiempo limitado. En 1790, el Congreso de Estados Unidos promulgó la primera Copyright
Act (Ley sobre copyright), creando un sistema federal de copyright y protegiéndolo por un
plazo de catorce años, renovable por igual término si el autor estaba vivo a su vencimiento
(o, sea, un máximo de 28 años de protección).

Si no existía renovación, su obra pasaba al dominio público. En Francia y Alemania se


desarrolló el derecho de autor, bajo la idea de expresión única del autor. En esa línea, el
filósofo alemán Kant decía que "una obra de arte no puede separarse de su autor".

En Francia en 1777, Beaumarchais (autor la comedia El Barbero de Sevilla) junto a otros


dramaturgos, fundó la primera organización para promover el reconocimiento de los
derechos de los autores. Pero hubo que esperar al final de la Revolución Francesa para
que la Asamblea Nacional aprobara la primera Loi du droit d'auteur (Ley de derecho de
autor) en 1791.

Por tales razones, el derecho de autor es reconocido como uno de los derechos básicos de
la persona en la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada en 1948 por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en el Artículo 27 de tal Declaración establece:

“Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la comunidad, a gozar de las
artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten”. “Toda
persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le
correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea
autora”.

Naturaleza Jurídica de la ley de los derechos de autor y derechos conexos

La índole diferente de las facultades que conforman el contenido del derecho de autor
dificultó la determinación de su naturaleza jurídica, dando lugar a extensos debates que
enriquecieron y contribuyeron de forma decisiva al desarrollo de la materia. Entre las
principales teorías de la naturaleza jurídica de los derechos de autor, encontramos.

Los medios de apropiación consignados en la ley son:

Contratos translativos de propiedad y dominio:

compraventa, permuta, donación y mutuo, herencia y legado, accesión, ocupación,


adjudicación, prescripción, sociedad, tradición, disposición legal.

Del análisis del derecho real de propiedad se desprende:

Se ejerce sobre bienes materiales, y solo recae en una cosa física, iura in re materiales.

Su naturaleza está limitada por el interés social, en las legislaciones modernas eliminan al
ius abutendi.

Solamente el propietario ejerce dominio sobre la cosa.

Es susceptible de cambiar de dueño.

Puede destruirse o acabarse, como los bienes temporales, y así terminarse el dominio que
sobre la cosa se ejerció.

Opera en ella la prescripción positiva, usucapión para el derecho romano.

Siempre proviene del exterior, y el propietario únicamente la incorpora legalmente a su


patrimonio.

Se adquiere por alguno de los medios que están expresamente determinados en la


legislación civil que ya se han visto, como medio de apropiación.

El derecho de autor es de un acto volitivo de creación del intelecto, que es intangible.


Protege al autor y lo faculta para divulgar y reproducir las obras expresión del ingenio
humano, garantizando la integridad y respeto de éstas.

El autor está legitimado para crear su propio derecho. El autor tiene la titularidad de sus
ideas (cosas inmateriales) que al corporificarse en forma original crea algo nuevo, obras
intelectuales que pueden ser de diversa índole.
Una vez que la obra ha quedado fijada en un soporte material es susceptible de
reproducirse por el propio creador o por terceros; el propietario de un bien inmueble o
mueble carece de esta facultad.

La obra se protege desde el momento de su creación. No es menester ninguna formalidad


de registro ni cumplimiento de solemnidades o requisitos.

El derecho de autor es absoluto y exclusivo; al creador en lo personal le concede


facultades de modificar, alterar, variar e incluso destruir su obra.

Objeto o finalidad para la cual fue creada.

El objeto de este derecho, es propiamente la protección de las obras y el reconocimiento


de los autores, es un fundamento del derecho de autor, la existencia misma de una obra,
sin esta, no podría nacer el derecho de autor.

Artículo 15. “Se consideran obras todas las producciones en el campo literario, científico y
artístico, cualesquiera que sea el modo o forma de expresión, siempre que constituyan una
creación intelectual original. En particular, las siguientes: a) Las expresadas por escrito,
mediante letras, signos o marcas convencionales, incluidos los programas de ordenador;
b) Las conferencias, alocuciones, sermones y otras expresadas oralmente; c) Las
composiciones musicales, con letra o sin ella; d) Las dramáticas y dramático-musicales; e)
Las coreográficas y las pantomimas; f) Las audiovisuales; g) Las de bellas artes como los
dibujos, pinturas, esculturas, grabados y litografías; h) Las de arquitectura; i) Las
fotográficas y las expresadas por procedimiento análogo a la fotografía; j) Las de arte
aplicado; k) Las ilustraciones, mapas, croquis, planos, bosquejos y las obras plásticas
relativas a la geografía, la topografía, la arquitectura o las ciencias. La enumeración
anterior es ilustrativa y no exhaustiva, por lo que gozan del amparo de esta ley, tanto las
obras conocidas como las que sean creadas en el futuro.” Ley de derechos de autor y
derechos conexos

Definición de obra

"Es toda creación del intelecto"

"Es la expresión personal de la inteligencia que desarrolla un pensamiento que se


manifiesta bajo una forma perceptible", tiene originalidad o individualidad suficiente, y es
apta para ser difundida y reproducida.

Se consideran obras todas las producciones en el campo literario, científico y artístico,


cualquiera que sea el modo o forma de expresión, siempre que constituyan una creación
intelectual original:
Las expresadas por escrito, mediante letras, signos o marcas convencionales, incluidos los
programas de ordenador, Las conferencias, alocuciones, sermones y otras obras
expresadas oralmente.

Las composiciones musicales, con letra o sin ella. Las dramáticas y dramático musicales,
Las coreográficas y las pantomimas, Las audiovisuales, Las de bellas artes como los
dibujos, pinturas, escultura, grabados y litografías Las de arquitectura, las fotografías y las
expresadas por procedimiento análogo a la fotografía.

Las de arte aplicado:

Las ilustraciones, mapas, croquis, planos, bosquejos y las obras plásticas relativas a la
geografía, la topografía, la arquitectura o las ciencias, siendo esta enumeración ilustrativa
y no exhaustiva, por lo que gozan del amparo de la ley tanto las obras conocidas como las
que sean creadas en el futuro. Considerándose también obras, sin perjuicio de los
derechos de autor sobre la obra originaria en su caso:

Las traducciones, adaptaciones, arreglos musicales y demás transformaciones de una


obra.

Las antologías, diccionarios, compilaciones, bases de datos y similares, cuando la selección


o disposición de las materias constituyan una reacción original.

Obra protegible

Solo puede ser aquella que encuentra su origen en la propia persona de su autor, de
manera que sin el, esta jamás hubiera existido. Es la obra que goza, de la protección, que
proporciona el derecho de autor, porque esta se sujeta a los requisitos para optar al
resguardo del derecho.

Contenido del derecho de autor.

"Comprende los derechos morales y los derechos patrimoniales, que protegen la


paternidad, la integridad y el aprovechamiento de la obra".

ASPECTOS MAS INTERESANTES DE LA LEY

Derechos morales.

Los derechos morales son personalísimos, inalienables, perpetuos, no tienen límite en el


tiempo porque la obra es intangible; son imprescriptibles, no se pierden o se adquieren
por los años, e irrenunciables, por generarse de una norma jurídica de orden público. Se
transmiten por sucesión testamentaria o legítima.
Al crearse una obra se establece, entre ésta y el autor una relación causa – efecto. La
persona que con su ingenio, laboriosidad, creatividad y tiempo logró producir algo, es la
causa.

"El objeto de la producción, con sus peculiares características, es el efecto, lo resultante, la


obra. Estos dos hechos: la relación entre causa – efecto y la proyección de la personalidad
del autor en la obra, dan lugar a relaciones espirituales y personales, además de las
relaciones de explotación, que la mayoría de las leyes protegen. A ese conjunto de
relaciones espirituales y personales entre un autor y su obra y sus consecuencias se llama
derechos morales".

"Muchas legislaciones evitan utilizar el término “derechos morales” por los equívocos que
puede provocar en el sentido de que por ser morales y pertenecer al fuero íntimo de la
persona no pueden ser protegidos legalmente". Sin embargo, pueden ser llamados
“derechos no patrimoniales” o “derechos personalísimos”.

Entre los derechos morales se distinguen:

-El reconocimiento sobre la paternidad de la obra al autor.

-El de originalidad. -El de disponer a conocer la obra.

-Que se respete la obra en términos en que fue concebida.

-No se puede alterar o deformar la obra aun a título del propietario.

-El autor se puede oponer a cualquier cambio.

-Todas las leyes de derecho de autor tienen un principio o fundamento general. Dicho
principio podría ser enunciado como que todo autor tiene derecho a obtener retribución
económica por el producto de su mente.

"Al crearse una obra surge, además de la relación causa– efecto, una relación de
propiedad y pertenencia sobre el objeto creado. Tal relación de propiedad y pertenencia
capacita al poseedor para usar y disponer de tal objeto conforme a sus propios intereses,
sin excluir, de ninguna manera, los intereses económicos. Este es un principio
inquebrantable y fundamental de las legislaciones autorales. El derecho moral del autor es
inalienable, e imprescriptible e irrenunciable, comprende las facultades para; reivindicar
en todo tiempo la paternidad de la obra, en especial exigir la mención de su nombre o
seudónimo como autor de la obra, en todas las reproducciones y utilizaciones de ella;
oponerse a cualquier deformación, mutilación u otra modificación de la obra, sin su previo
y expreso consentimiento o a cualquier modificación o utilización de la obra que la
desmerezca o cause perjuicio a su honor o reputación como autor; conservar su obra
inédita o anónima o disponer por testamento que así se mantenga después de su
fallecimiento. El aplazamiento para la divulgación de la obra sólo podrá hacerse hasta por
setenta y cinco años después del fallecimiento".

Derechos patrimoniales

"Los derechos pecuniarios o patrimoniales se refieren a la explotación económica de


manera exclusiva de una obra o autorizar a otros su explotación, siendo el autor el titular
originario del derecho patrimonial y sus herederos o causahabientes los titulares
derivados.

Los titulares de los derechos patrimoniales podrán autorizar o prohibir la reproducción,


publicación, edición o fijación material de una obra efectuada por cualquier medio, la
comunicación, exhibición y transmisión pública, la distribución de la obra y cualquier
utilización pública:

Confiere al titular del derecho de autor las facultades de usar directa y personalmente la
obra, de ceder total o parcialmente sus derechos sobre ella y de autorizar o prohibir su
utilización y explotación por terceros.

Solo el titular del derecho de autor o quienes estuvieren expresamente autorizados por
ellos, tendrán el derecho de utilizar la obra de cualquier manera, forma o por medio de
cualquier proceso".

Novedad

Algunos autores se refieren a la originalidad con el término de novedad. Pero "la novedad,
como presupuesto de protección, puede ser entendida de muy diferentes maneras, una
de ellas consistiría en aplicar como criterio de protección la novedad, es decir que la obra
sea nueva para su autor. Ni que quiere decir tiene que la originalidad presupone, en todo
caso una novedad desde la perspectiva del autor. El carácter creativo de la actividad por
el, desplegada significa interferir de manera personal en ese procedimiento lógico de cuya
estricta aplicación se obtendría un resultado estandarizado. En el momento en que el
autor repita tal actividad, tanto la actividad desplegada por el autor como el resultado
obtenido, variara según el tipo de obra que se trate", en nuestro caso de investigación, las
obras de arte plástico.

Por ejemplo, si se trata de una obra cuya originalidad puede radicar en la misma ejecución
de la obra, como por ejemplo una obra de arte plástico, como la pintura, resulta de un
lado difícil negar carácter creativo a la actividad desarrollada por el mismo autor, en la
segunda ocasión e igualmente, resulta poco probable que a la fiel repetición de su
procedimiento personal le lleva a una obra idéntica. A partir de esta puntualidad es claro
que la obra original siempre será nueva para su autor. Sin embargo, ni toda obra nueva
subjetivamente es original, ni toda obra nueva subjetivamente, aun siendo original, es
protegible.

Originalidad

"El requisito de la originalidad es, como vemos, el presupuesto central novedoso y la clave
de la protección autoral de cualquier obra, el concepto de originalidad viene constituida
por la utilidad del mismo en punto a la localización del contenido protegible de una obra
concreta, la obra constituye la máxima unidad de protección. Un recorrido a lo largo de la
historia, doctrina y jurisprudencia sugiere los puntos de vista de originalidad subjetiva y
objetiva en una obra"

Originalidad subjetiva

"El concepto de originalidad subjetiva ya que la obra es original si es portadora de los


trazos de la personalidad de su autor o reflejo de la personalidad o del espíritu del autor”.

Originalidad objetiva

Mientras que "la originalidad objetiva se refiere a que las obras son el resultado de una
actividad creativa del autor, implicando también que en la creación de la obra hubiere
desplegado su autor una actividad creativa en sentido que ha quedado expuesto en el
apartado de que este ha recibido de la realidad o de su imaginación algún dato, este haya
sido acogido y modelado por su inteligencia y por medio de esta, haya sido trasladado a
una forma externa perceptible por los sentidos o de que esta misma manera, hubiere
transformado o seleccionado y ordenado obras preexistentes"

Contenido protegible

"En principio toda expresión creativa exteriorizada al mundo sensible es original en tanto
que ha sido obra de su autor, ahora bien, el derecho de autor solo confiere protección a su
titular respecto de la concreta forma de expresión de su obra, la cual se sirve
constantemente de elementos no susceptibles de apropiación individual, incluso cuando
los mismos son por primera vez utilizados por una persona. La dicotomía idea-expresión,
hemos visto, excluye del ámbito de protección del derecho de autor las ideas por más
originales y nuevas que estas sean, recayendo la tutela únicamente sobre la expresión
utilizada y plasmada de alguna forma, por el autor, para comunicarlas al mundo exterior".
La no protección de ideas

"La clásica división entre forma y contenido sigue hoy plenamente vigente, y donde mayor
relevancia cobra es en el ámbito de las obras científicas, se trata de determinar que parte
de la obra es la que se reputa protegible y por tanto, debe su autor prestar previa
autorización frente a cualquier ulterior utilizado libremente, a estos efectos se señala el
inusual nivel de consenso que existe entre la doctrina, jurisprudencia y realidad artística
de todo el mundo, sobre la cuestión de que la idea como tal no es susceptible de
protección.

Dicha susceptibilidad de apropiación privativa supondría una paralización del progreso


cultural de una civilización, en consecuencia, las ideas deben permanecer en el dominio
público, sujetas al principio de su libre utilización, más que tener su fundamento en el
concepto de obra, la tiene en principio de política cultural".

Inscripción registral

El sistema de registro “constitutivo” del derecho de autor, en virtud del cual el titular tiene
sobre la obra derechos exclusivos y oponibles erga omnes siempre y cuando se
cumplieren las formalidades regístrales establecidas en la ley, es una concepción del
derecho de explotación económica de las obras superada por la doctrina y la casi totalidad
de las legislaciones.

El derecho de autor nace sin necesidad de que este la inscriba, esto es, el derecho de
autor nace por el mero hecho de la creación, el autor queda automáticamente amparado
por este derecho independientemente de que su obra haya sido objeto de inscripción
registral, dicha inscripción posee meramente un carácter declarativo.

Aun cuando la inscripción en el registro de propiedad intelectual posea carácter


meramente declarativo, es recomendable, puesto que la misma puede constatarse de la
antigüedad de una obra inscrita, facilitando de esta manera la prueba en caso de plagio de
la misma, y al mismo tiempo dando una certeza al autor y terceras personas que
posteriormente dispongan de algún modo de esta, con un documento acreditativo que
extiende el mismo registro.

Artículos de la ley de derechos de autor y derechos conexos.

Artículo 6, 7, 8, 9, 10, 11, 11 bis, 12, 13 y 14 de la ley de derechos de autor y derechos


conexos

CONTRATOS REGULADOS EN LA LEY


CONTRATO SOBRE DERECHO DE AUTOR Y CONEXO

Toda cesión o transferencia de derechos exige la celebración de un contrato escrito,


aunque también puede realizarse verbalmente. Esta clase de contratos, por lo general,
están regulados en los códigos de comercio de cada país; y, aunque llevan distintos
nombres, todos son contratos de difusión. Las partes interesadas en celebrar un contrato
son: el autor de una obra literaria o musical y la persona que se propone difundirla. Este
último puede ser un editor, un empresario teatral, gerente de una empresa de
espectáculos públicos, o propietario de un medio de comunicación de radio o televisión.
De acuerdo con el medio utilizado para la difusión de la obra, los contratos pueden ser
denominados de distintas maneras: contrato de edición (reproducción gráfica); contrato
de proyección (proyección cinematográfica); contrato de fijación o reproducción
(reproducción fonográfica o gramo fónica); contrato de representación (presentación
escénica); contrato de difusión (difusión a través de radio o televisión). Jurídicamente
todos estos contratos son análogos al contrato de edición, al cual habrá que acudir a falta
de normas específicas. La celebración y ejecución de esta clase de contratos suele
realizarse sobre la base de contratos modelo o normalizados para los diferentes tipos de
utilización, rigiéndose para ello en las normas del Derecho Civil, del Derecho Mercantil o
de leyes especiales como la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

Todo contrato, en el cual se ceden los derechos pecuniarios del autor, debe especificar la
duración de la cesión, los derechos cedidos, el o los idiomas involucrados, el territorio
dentro del cual puede utilizarse la obra, las regalías que se han de pagar, la
responsabilidad de las partes y los procedimientos a seguir para resolver controversias. En
Guatemala, la cesión de derechos de autor para su explotación se regirá por las
disposiciones específicas de la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos. En esta ley
se reconocen únicamente 3 contratos: el contrato de edición, el contrato de
representación y ejecución pública y el contrato de fijación de obras. A continuación se
exponen los aspectos más importantes de cada uno de ellos:

CONTRATO DE EDICIÓN

Mediante la celebración de un contrato de edición, el autor de una obra literaria, científica


o artística, concede —en condiciones determinadas— a una persona llamada editor, el
derecho de reproducir y vender su obra, a cambio de una retribución económica. El
contrato de edición tiene como fundamento el derecho de autor pero aparece tipificado
en el Código de Comercio debido a que el editor es un comerciante que reproduce
materiales impresos con fines lucrativos.
La celebración de este contrato, salvo pacto en contrario, no significa la transferencia del
derecho de autor, ya que éste lo sigue teniendo el autor o el titular durante el tiempo que
permite la ley. Como en todo contrato intervienen los siguientes elementos: los sujetos, el
objeto y la forma del contrato. En este caso, los sujetos o las partes son: el titular del
derecho de autor y el editor; el objeto del contrato lo constituyen la obra que se va a
editar y la retribución pactada; la forma no tiene prevista una forma especial, pero se
infiere de la ley que se hará constar por medio escrito. Cada una de las partes tiene ciertos
derechos y obligaciones que cumplir:

El titular del derecho de autor posee estas obligaciones:

a) entregar la obra para su reproducción y difusión dentro del plazo pactado;

b) mientras no haya vencido el contrato o no se haya agotado la edición, el autor no podrá


publicar por su cuenta la obra ni celebrar otro contrato, a menos que sea para reproducir
la obra por un medio diferente, con el fin de no disminuir las posibilidades de venta de los
productos del editor.

c) El autor se hará responsable de las ideas que exponga en su obra.

El autor tiene los siguientes derechos:

a) Que se mencione su nombre o seudónimo en la impresión y exigir la fidelidad de su


texto;

b) percibir la retribución económica pactada;

c) corregir o mejorar la obra antes de que se imprima;

d) fiscalizar el tiraje.

e) Si al terminar el plazo pactado, el editor todavía conserva ejemplares no vendidos, el


titular del derecho podrá comprar los sobrantes de la edición a precio de costo más
un10% de bonificación.

f) El autor también tendrá derecho a publicar compendios y traducciones de su obra si en


el contrato no se le privó de esta facultad.

g) Asimismo, el autor -que haya celebrado un contrato de edición— está facultado para
reproducir la obra por un medio diferente al que se convino en dicho contrato, con el fin
de no disminuir las posibilidades de venta de los productos del editor.
El editor es la persona que se consagra a difundir, a través del libro, el pensamiento
inteligente de los hombres, cualquiera que sea su ideología, aunque para algunas
personas un editor es un simple comerciante que se aprovecha del talento ajeno. Un buen
editor no sólo convierte en libro el trabajo original de un escritor, sino que revisa el
trabajo del escritor y hasta le sugiere al autor hacerle cambios o correcciones También se
encarga de mejorar la presentación de la obra contratando a un fotógrafo o dibujante para
ilustrar la carátula de los libros.

El editor, o alguno de sus colaboradores, también podrían encargarse de escribir el


prólogo. Un editor no sólo debe conocer las técnicas tipográficas sino que debe tener
conocimientos de cultura general, conocimientos de literatura, conocimiento sobre diseño
y estilo, y sobre todo habilidad para promocionar los libros. Con las ganancias del editor,
se beneficiará el autor.

El editor tiene las siguientes obligaciones:

a) reproducir y difundir la obra sin alterar el original;

b) distribuir y vender los ejemplares por su propia cuenta;

c) cumplir con el plazo y la calidad pactados;

d) pagar la retribución pactada al titular del derecho;

e) no hacer más ediciones ni tirajes de los pactados en el contrato. Si se hubieran pactado


varios tirajes, el editor no puede hacer uno nuevo sin antes comunicarlo al autor ya que
éste podría corregir, aumentar o hacerle mejoras a su obra.

f) El editor tiene derecho de fijar el precio de venta, un precio accesible al público para no
limitar la circulación de la obra.

g) También puede rescindir el contrato si la obra no le es entregada en el tiempo pactado.


En caso que las obras tengan autor anónimo o un seudónimo desconocido, el editor
ejercerlos derechos de autor.

Contrato de representación y ejecución pública

Este tipo de contrato consiste en que los autores de obras literarias, dramáticas,
musicales, dramático-musicales, pantomímicas o coreográficas, facultan al empresario de
un establecimiento público para la representación o ejecución pública de sus obras, a
cambio de una remuneración.
El contrato podrá contener estipulaciones respecto de los actores que desempeñarán los
papeles principales, detalles del vestuario, descripción del escenario, el plazo de la cesión
del derecho o el número determinado de representaciones al público.

El cesionario del derecho estará obligado a realizar la primera representación dentro del
plazo establecido o, en su defecto, dentro de los seis meses siguientes a la fecha de la
firma del contrato.

También es su obligación representar la obra en las condiciones acordadas con el autor,


sin introducirle modificaciones no consentidas por el mismo. Debe permitir que el autor
supervise la representación de la obra.

Debe anunciar la obra con su título, nombre del autor, traductor o adaptador. Las
personas responsables de la organización de espectáculos públicos están obligadas a
prohibir al público asistente la grabación del espectáculo por cualquier medio sin la
autorización escrita del titular del derecho de autor o de derechos conexos.

Tampoco podrá transmitirse por radio, televisión, servicios de parlante u otros medios
electrónicos semejantes, o ejecutarse en audiciones o espectáculos públicos las
composiciones musicales sin la autorización previa del autor o su causahabiente.

Asimismo, quienes dirijan entidades en las cuales se realicen actos de ejecución pública de
obras musicales, están obligados a anotar diariamente los títulos de las obras musicales
ejecutadas, el nombre del autor o compositor, el nombre de los artistas o intérpretes, el
nombre del director de la orquesta o grupo musical o, en su caso, el nombre del productor
fonográfico o ideográfico.

Esa información deberán remitirla a las sociedades de gestión colectiva de los derechos de
autor y conexos. (Artículos 93 al 100)

CONTRATO DE FIJACIÓN DE OBRA

El contrato de fijación de obra se celebra cuando el autor de una obra autoriza la fijación
de la misma en un medio audiovisual o fonográfico para su reproducción y distribución, a
cambio de una compensación económica.

Generalmente la remuneración del autor estará en proporción al valor de los ejemplares


vendidos y será pagada al autor en liquidaciones semestrales.

La utilización ilícita de obras audiovisuales y fonogramas dará lugar a que, tanto el autor o
sus representantes, como los productores de las obras, inicien las acciones legales
correspondientes. (Artículos 101 al 103)"Un fonograma es fuente de tres derechos bien
definidos: el derecho del autor de la obra composición musical, transformada y fijada en
sonido; el derecho del intérprete o ejecutante sobre su labor de ejecución o
interpretación para la producción del fonograma; y el derecho del productor fonográfico
sobre la fono grabación realizada, sobre las matrices y demás soportes materiales
empleados, sobre los discos, cintas magnetofónicas, hilos magnéticos u otros materiales
utilizados para la fijación, reproducción y difusión de los sonidos".

CONTRATO SOBRE DERECHOS DE AUTOR Y CONEXOS EN EL CODIGO DE COMERCIO

Bajo el título de "contratos sobre el derecho de autor y derecho conexos", el Decreto 33-
98 del Congreso de la Republica, Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos, regula los
contratos relacionados con los derechos autorales, extendiendo el peregrinaje que tales
negocios han experimentado, pues, primero fueron regulados en el Código Civil de 1964;
luego se trasladaron al Capítulo VII del Código de Comercio, en 1970; y, ahora, en fecha
reciente, son trasladados a una ley especial— el Decreto 33-98—, rompiendo con la
técnica codificadora que se ha tratado de mantener en materia de contratos. En
consecuencia, ha quedado derogado el Capítulo VII del libro IV del Código de Comercio de
Guatemala.

Así mismo para cumplir las leyes de derecho de autor y derecho de conexos se creó un
reglamento para su cumplimiento.

SOCIEDADES REGULADAS EN LA LEY DE DERECHOS DE AUTOR Y DERECHOS CONEXOS

SOCIEDAD DE GESTIÓN COLECTIVA

La gestión colectiva de los derechos de autor nació y se desarrolló a través de entidades


de carácter privado, sin propósito de lucro, formadas por autores, con el objeto de
defender los intereses de carácter personal (derecho moral) y de administrar los derechos
patrimoniales de los autores de obras de creación.

Delia Lipszyc indica que los autores confieren un mandato a las Sociedades de Gestión
Colectiva para gestionar los beneficios económicos que se derivan del uso de sus obras.

La Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI), ha indicado que el origen


de la gestión colectiva y de las sociedades de gestión de los derechos de autor y de los
derechos conexos está vinculada a la explotación masiva de las obras dramáticas,
dramático-musicales y musicales.

Según OMPI, estos entes constituyen una herramienta o instrumento para la protección
de los derechos que corresponden a los autores y a los demás titulares de derechos de
propiedad intelectual. El giro u objeto de estas asociaciones es específico para la gestión
de derechos de autor o de derechos conexos y todo lo relacionado con dicha gestión.

El art. 4 de la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos, define a las sociedades de


gestión colectiva, como: “Toda asociación civil sin finalidad lucrativa, debidamente
inscrita, que ha obtenido por parte del Registro de la Propiedad Intelectual autorización
para actuar como sociedad de gestión colectiva de conformidad con lo establecido en esta
ley.”

Como vemos, la sociedad de gestión colectiva es una asociación civil sin fines
lucrativos. De manera que no es una sociedad mercantil como las que regula el Código de
Comercio. Algunos países como El Salvador establecen que la sociedad de gestión
colectiva es una sociedad mercantil, sin embargo, nuestra legislación claramente establece
que es una asociación civil. Esto se confirma con lo que establece el artículo 113 de la Ley
en cita, que establece: “Los titulares de derechos de autor y de derechos conexos pueden
constituir asociaciones civiles sin fines de lucro para que, una vez obtenida la inscripción
respectiva, puedan solicitar su autorización como sociedades de gestión colectiva, para la
defensa y la administración de los derechos patrimoniales reconocidos por la presente
ley.”

Recordemos que una Asociación es una persona jurídica formada por un grupo de
personas, denominados miembros o asociados, que formalizan su unión y aportan
recursos económicos, para realizar una actividad colectiva común, en forma democrática
entre sus miembros y sin ánimo de lucro.

De manera que, antes de iniciar el trámite ante el Registro de la Propiedad Intelectual,


debemos constituir la Asociación Civil e inscribirla ante el Registro de las Personas
Jurídicas (REPEJU). Cuando la asociación ya está totalmente formalizada e inscrita en
REPEJU, entonces tramitamos la autorización de sociedad de gestión ante el registro de la
Propiedad Intelectual.

La sociedad de gestión colectiva se encuentra regulado del artículo 113 al 125 de la ley de
derechos de autor y derechos conexos.

A TRAVES DE QUE VIA SE TRAMITAN LOS ASUNTOS QUE SE PROMUEBAN PARA HACER
VALER LS DERECHOS ESTABLECIDOS EN LA LEY DE DERECHOS DE AUTOR Y DERECHOS
CONEXOS

Artículo 133. “Los procesos civiles que se promuevan para hacer valer derechos
reconocidos en esta ley se tramitarán de acuerdo con el procedimiento del juicio oral,
establecido en el Libro Segundo, Título II, Capítulos I y II del Código Procesal Civil y
Mercantil.

No obstante, lo dispuesto en este artículo y cualquier otra disposición contenida en la


presente ley que dé lugar a acciones civiles o mercantiles, los interesados también podrán
utilizar métodos alternativos de resolución de controversias, tales como la conciliación y el
arbitraje.” Ley de derechos de autor y derechos conexos.

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