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Semana 6
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“En muchos lugares del mundo hacen
falta caminos de paz que lleven a
cicatrizar las heridas, se necesitan
artesanos de paz dispuestos a generar
procesos de sanación y de reencuentro
con ingenio y audacia” (FT 225)
Papa Francisco
CULTURA DE LA VIDA Y LA PAZ
Porque la paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en sí
mismo el orden que Dios ha establecido. A este respecto pregunta San Agustín: ¿Quiere tu alma ser capaz de vencer las pasiones? Que se someta al que
está arriba y vencerá al que está abajo; y se hará la paz en ti; una paz verdadera, cierta, ordenada. ¿Cuál es el orden de esta paz? Dios manda sobre el
alma; el alma, sobre la carne; no hay orden mejor. (PT,165)
política tiene la tarea de promover el bien común, la justicia Garantizar mecanismos equitativas de acceso a recursos
y oportunidades, y protegiendo
efectivos de participación
democrática, así como la especialmente a los más
social y la solidaridad, garantizando la participación protección de la libertad de vulnerables y marginados de la
expresión y asociación. sociedad.
Jesús y la autoridad política: Jesús enseña un enfoque equilibrado hacia la autoridad política.
Por un lado, rechaza el abuso de poder y la opresión, pero por otro lado, enseña a respetar la
autoridad legítima y a cumplir con las obligaciones civiles. Jesús mismo rechaza la tentación de
un mesianismo político basado en el dominio y la conquista, optando por un modelo de servicio y
entrega.
Las primeras comunidades cristianas: Los primeros cristianos son exhortados a obedecer
a las autoridades políticas, no solo por temor, sino por conciencia y por el bien común. Se les
enseña a vivir en paz y a contribuir al orden social, al mismo tiempo que mantienen su lealtad
a Dios sobre todas las cosas.
La soberanía de Dios y el poder político: La Iglesia enseña que toda autoridad política
proviene de Dios y debe ejercerse en conformidad con su voluntad. Los gobernantes tienen la
responsabilidad de servir al bien común, respetar la dignidad humana y promover la justicia.
El poder político, en última instancia, debe estar al servicio de la providencia divina y la
realización del plan salvífico de Dios para la humanidad.
LA COMUNIDAD POLÍTICA: FUNDAMENTO Y FIN
La persona humana como La comunidad política y el Tutela y promoción de los La convivencia basada en la La visión cristiana de la
fundamento y fin: pueblo: derechos humanos: amistad civil: sociedad política:
La persona humana es vista La comunidad política surge de La comunidad política debe La convivencia política adquiere La visión cristiana enfatiza la
como el fundamento y el fin de la naturaleza de las personas y trabajar por el reconocimiento y su verdadero significado cuando importancia de la comunidad y la
la convivencia política. Dotada su conciencia del orden inscrito respeto de la dignidad de la está basada en la amistad civil y caridad como fundamentos de la
de racionalidad y capacidad de por Dios en todas sus criaturas. persona humana mediante la en la fraternidad. La amistad civil convivencia política. Los
elección, la persona busca La comunidad política tiene tutela y promoción de los implica desinterés, donación y creyentes están llamados a
realizar proyectos que den como objetivo el crecimiento derechos humanos disponibilidad hacia los demás, promover relaciones
sentido a su vida, tanto a nivel pleno de cada uno de sus fundamentales e inalienables. en contraposición al enfoque comunitarias basadas en la
individual como social. La miembros, en colaboración para Los derechos humanos son el individualista y colectivista. La justicia, la benevolencia y el
apertura hacia la trascendencia realizar el bien común. El fundamento del derecho positivo convivencia se vuelve más servicio al bien común,
y hacia los demás es esencial pueblo, como unidad orgánica, y deben ser garantizados por la humana cuando se caracteriza contribuyendo así a la
para la realización plena de la está compuesto por personas comunidad política para por la solidaridad y la dedicación realización de una sociedad más
persona, lo que resalta la conscientes de su satisfacer las necesidades al prójimo. humana y justa.
importancia de la vida social y responsabilidad y con libertad humanas fundamentales.
política en su desarrollo. para expresar sus opiniones
políticas.
LA COMUNIDAD POLÍTICA: LA AUTORIDAD POLÍTICA
Fundamento de la autoridad política: La autoridad Derecho de resistencia: Es legítimo resistir a la
política es necesaria para dirigir la comunidad hacia el autoridad en caso de violaciones graves y repetidas de
bien común, derivando de la naturaleza social de las los principios del derecho natural. Sin embargo, el
personas. Sin embargo, debe respetar la libertad y la recurso a la violencia debe ser considerado como un
independencia de los individuos y grupos, remedio extremo y se deben agotar todos los otros
orientándolos hacia el crecimiento humano integral y el recursos antes de recurrir a él.
bien común.
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia propone una visión ética y basada en principios bíblicos para abordar los desafíos y las
responsabilidades de la comunidad internacional en la búsqueda del bien común y la justicia global. “La centralidad de la persona humana y la
natural tendencia de las personas y de los pueblos a estrechar relaciones entre sí, son los elementos fundamentales para construir una
verdadera Comunidad Internacional, cuya organización debe orientarse al efectivo bien común universal.”(DSI,433)
La Doctrina Social de la Iglesia rechaza firmemente tanto la guerra como el terrorismo, argumentando que la violencia
armada nunca es una solución justa ni legítima para resolver conflictos, considerándola un fracaso de la humanidad con
consecuencias devastadoras. Se destaca la necesidad de buscar alternativas pacíficas como el diálogo y la colaboración
internacional, enfatizando el papel crucial de las organizaciones internacionales en la prevención de conflictos y la promoción
de la paz.
Respecto al terrorismo, se condena enérgicamente su desprecio por la vida humana y se aboga por combatirlo
respetando los derechos humanos y los principios del Estado de derecho. Se subraya que ninguna motivación puede
justificar el terrorismo y se insta a abordar sus causas subyacentes, como la injusticia y la violación de los derechos
humanos. Además, se enfatiza que ninguna religión puede tolerar o promover el terrorismo, considerándolo una profanación y
una blasfemia. Las religiones deben colaborar en la promoción de la paz y la amistad entre los pueblos.
LA APORTACIÓN DE LA IGLESIA A LA PAZ
... Las convicciones religiosas sobre el sentido sagrado de la vida humana nos permiten «reconocer los valores fundamentales de nuestra
humanidad común, los valores en virtud de los que podemos y debemos colaborar, construir y dialogar, perdonar y crecer, permitiendo que el
conjunto de las voces forme un noble y armónico canto, en vez del griterío fanático del odio» (FT,283)
La Biblia señala la relación entre el hombre y el universo, mostrando cómo la inteligencia humana,
inspirada por Dios, le otorga al hombre un papel especial como administrador y cuidador de la
creación. Se reconoce el progreso alcanzado por la ciencia y la técnica, así como la responsabilidad
que conlleva este poder humano sobre la naturaleza.
La DSI destaca que los avances científicos y tecnológicos no deben ser vistos como contrarios al poder
de Dios, sino como un reflejo de Su grandeza. Sin embargo, se subraya que este poder conlleva una
mayor responsabilidad individual y colectiva. La Iglesia celebra los logros de la ciencia y la
tecnología como dones de Dios, pero también advierte sobre la necesidad de utilizarlos
correctamente para el bienestar humano y el respeto por toda la creación. Enfatiza en que el
respeto por la dignidad humana y el cuidado de todas las criaturas vivientes deben guiar cualquier
aplicación científica y técnica. Se advierte sobre los riesgos de una manipulación indiscriminada de la
naturaleza y se enfatiza la importancia de considerar las consecuencias a largo plazo de nuestras
acciones en el medio ambiente y en las generaciones futuras. Nos recuerda que el hombre, como
colaborador de Dios en la obra de la creación, debe ejercer su dominio sobre la naturaleza con
sabiduría y respeto, reconociendo la fisonomía propia y el destino dado por Dios a toda la creación.
LA CRISIS EN LA RELACIÓN ENTRE EL HOMBRE Y EL MEDIO AMBIENTE
Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza
en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite
a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo. La
pobreza y la austeridad de san Francisco no eran un ascetismo meramente exterior, sino algo más radical: una renuncia a convertir la realidad en mero
objeto de uso y de dominio. (LS,11)
La Doctrina Social de la Iglesia aborda la crisis en la relación entre el hombre y el medio ambiente, enfocándose en
cómo la perspectiva del dominio absoluto del hombre sobre la naturaleza ha llevado a una explotación indiscriminada
de los recursos naturales. Se critica la concepción reduccionista y mecanicista del mundo natural, que prioriza el hacer y
el tener sobre el ser, generando formas de alienación humana. Además, se advierte contra la divinización de la
naturaleza, que podría llevar a un ecocentrismo extremo y a la pérdida de la dignidad humana. El texto enfatiza la
importancia de una visión equilibrada del medio ambiente, que reconozca la responsabilidad del hombre en su cuidado
y preservación. Se destaca la necesidad de conjugar el progreso científico con una sólida dimensión ética, para
promover un ambiente saludable y respetuoso de la vida y la dignidad humana, tanto en el presente como en el
futuro.
CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE: UNA RESPONSABILIDAD COMÚN
También en el campo de la ecología la doctrina social invita a tener presente que los bienes de la tierra han sido creados por Dios para ser sabiamente usados por todos: estos
bienes deben ser equitativamente compartidos, según la justicia y la caridad. Se trata fundamentalmente de impedir la injusticia de un acaparamiento de los recursos: la avidez, ya
sea individual o colectiva, es contraria al orden de la creación.1005 Los actuales problemas ecológicos, de carácter planetario, pueden ser afrontados eficazmente sólo gracias a una
cooperación internacional capaz de garantizar una mayor coordinación en el uso de los recursos de la tierra. (LS,488)