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ENTRE MELODÍAS MELANCÓLICAS Y RECUERDOS DESVANECIENTES

Por: María Isabel Ramírez Argel

En el rincón más recóndito de mi vida, la felicidad se desliza como una sombra, esquiva e
inalcanzable. Una fotografía captura la alegría de otros, risas compartidas y niños
disfrutando del momento, pero ¿quién tomó esa imagen? ¿Quién quedó atrapado en la
periferia, sintiendo la ausencia de esa dicha? Un vacío se forma, alimentado por la tristeza
que se cierne como nubes oscuras en un día soleado.
Quizás la soledad sea la aliada de esta melancolía, la incapacidad de compartir la felicidad
ajena, la observación silente de vidas plenas mientras la propia se tiñe de gris. La
negatividad se apodera del ambiente positivo, desgarrando la aparente perfección de la
imagen y revelando el otro lado de la moneda.
Pero este sentimiento de soledad no es nuevo, siempre ha estado junto a mi solo que a veces
se presenta mucho más, el vacío que hace sentir este sentimiento es abrumador y doloroso
el cual empieza a llenar mis pensamientos con el miedo de quedar sola por el resto de mis
días.
Y este sentimiento me hace recordar…En este oscuro escenario, resuena "Something About
Us" de Daft Punk, una melodía suave que se enreda en la tristeza de un amor imposible. La
dualidad de la oscuridad se manifiesta, ofreciendo un refugio donde liberar pensamientos
pesados, permitiendo llorar sin restricciones.
Simplemente trato de ignorarlo, pero en algún momento aquel momento cruza por mi
mente, al recordarlo un sentimiento de vergüenza se apodera de mí, recordar ese momento
ahora es vergonzoso y algo gracioso, pero en un principio fue todo lo contrario ese
momento me lastimaba y torturaba, revivir el momento exacto donde tus sentimientos no
son correspondidos y ver como esa persona tan especial por tu culpa se aleja.
Aún recuerdo cuando experimenté la soledad por primera vez, cuando realmente me sentí
sola y en aquel viaje lo reviví…
Regresé a mi hogar de la infancia después de años, y la realidad me golpea como una ola de
nostalgia. Los recuerdos felices chocan con la verdad cruda de un pasado que ya no es
presente. Aunque esos momentos parecían perfectos, una profunda tristeza me envuelve al
ver cómo todo cambió, incluyéndome a mí.
Recordar cuando me mudé y llegué a aquí a Medellín aún duele.
Me vi obligada a dejar todo atrás en muy poco tiempo, pero lo peor no fue eso, todo
comienza cuando llegué aquí… Yo venía de un entorno muy diferente al de aquí, en mi
anterior colegio todos éramos unidos y nadie poseía una rivalidad con nadie, siempre
jugábamos todos juntos y compartíamos cada momento como grupo, pero aquí nada era así,
era todo lo contrario, todos estaban divididos por sus grupos, no eran unidos y mucho
menos amigables con los nuevos, los primero dos meses los pasaba sola, preguntando
grupo por grupo si podía jugar con ellos, pero sus respuestas siempre eran las mismas…
No.
Pese a que empecé a tener amigas nunca me sentí parte de aquí hasta hace un año cuando
por fin me vi aceptada en el grupo. Pero se preguntarán, ¿qué pasó entonces en esos 4 años?
Pues durante esos 4 años tuve diversas “amistades” de las cuales creía que eran las mejores
y de verdad me apreciaban, pero no fue así, simplemente se juntaban conmigo por una
misma razón, porque era bastante lista para lo académico pero muy ingenua para lo demás,
se aprovechaban de mi para las tareas trabajos y demás, pero cuando no les servía se
alejaban o me apartaban, solo era parte de los grupos cuando era necesaria y nada más.
Pero no todo es malo aquí al menos, con esto pude aprender a dejar de ser tan ciega ante las
personas y dejarme manipular por una “amistad” inexistente.
Pero… La soledad duele más cuando pierdes a alguien, porque sabes que no lo podrás
volver a ver nunca más…
En cada rincón de la casa, la ausencia de mi abuelo se materializa. Su silla, ahora vacía, es
un eco constante de la falta que dejó en nuestro hogar. La nostalgia se mezcla con la
tristeza, formando un vacío imposible de llenar…
Esto fue repentino para todos ya que mi abuelo era la persona más sana y activa que he
conocido, el solo un día enfermo y todo se empezó a derrumbar. En solo 3 meses todo
cambió y la vida de él se apagó… Pero lo que más duele es que no pudimos hacer nada y
tampoco supimos que causo que enfermara así…
Su partida dejó un gran vacío en nosotros y pese a que todo no parezca real y se sienta que
solo esta de viaje, todos sabemos que de aquel viaje no regresará.
Así, entre instantes capturados, canciones melancólicas y recuerdos en desvanecimiento, mi
historia se teje con la tristeza que ha marcado cada capítulo de mi vida, formando un tapiz
de emociones que resuena en la esencia misma de mi ser.

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