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La violencia familiar y la carencia afectiva son problemáticas que pueden afectar

significativamente a los estudiantes de secundaria en su desempeño académico y


desarrollo personal. Existen diversos enfoques conceptuales que permiten analizar
estas problemáticas desde diferentes perspectivas, lo que a su vez puede aportar
una mayor comprensión sobre sus causas y consecuencias.

Uno de los enfoques para analizar la violencia familiar es el enfoque sociológico,


que se enfoca en los aspectos estructurales y culturales que influyen en la violencia
intrafamiliar. Desde esta perspectiva decimos que la violencia se entiende como un
fenómeno que se reproduce en ciertos contextos sociales y que está relacionado
con la desigualdad, conflictos sociales y la falta de recursos. En este sentido, se
puede decir que la violencia intrafamiliar es una expresión de las tensiones y
conflictos sociales (economía, discriminación y prejuicios, falta de acceso de
servicios de apoyo, problemas de salud mental, etc.)

Por otro lado, el enfoque psicológico se centra en los factores individuales y


emocionales que influyen en la violencia familiar, donde ejercer control y poder
sobre otro miembro de la familia, la violencia se entiende como una expresión de los
conflictos internos y las frustraciones emocionales de los estudiantes. Se considera
que los comportamientos violentos se originan en problemas de identidad,
autoestima y control emocional.

Según Bovino, Cavarozzi y Raineri (2018), "la violencia en las escuelas es un


fenómeno complejo que tiene múltiples causas y que se manifiesta de diversas
maneras, como agresiones verbales, físicas o psicológicas, y también a través de la
discriminación y el acoso" (p. 74).

En cuanto a la carencia afectiva, se pueden identificar diversos enfoques


conceptuales que permiten analizar sus causas y consecuencias. Uno de los
enfoques es el enfoque psicoanalítico, que se enfoca en la importancia de la
relación temprana entre el niño y las personas que los cuidan, desde esta
perspectiva, la carencia afectiva se entiende como una consecuencia de la falta de
atención, apoyo y cuidado emocional durante la infancia, lo que puede afectar
negativamente el desarrollo psicológico, relaciones interpersonales y emocional del
estudiante.

Según Linares (2019), "el psicoanálisis ofrece una comprensión profunda de las
dinámicas intrapsíquicas que pueden llevar a la violencia en las instituciones
educativas, tales como el odio, el miedo, la rivalidad, la envidia, entre otros" (p. 52).
Por otro lado, el enfoque cognitivo-conductual se enfoca en la importancia de los
procesos cognitivos y conductuales en la carencia afectiva, ya que estos patrones y
comportamientos pueden contribuir a la falta de afecto y apoyo emocional entonces
podríamos indicar que la carencia afectiva se entiende como una consecuencia de
la falta de habilidades sociales y emocionales que afectan la relación del estudiante
con los demás afectando principalmente en establecer relacione saludables y
satisfactorias. Se considera que el aprendizaje de habilidades sociales y
emocionales es fundamental para superar la carencia afectiva.

Según Maldonado y Arriagada (2017), "la perspectiva cognitivo-conductual permite


analizar la violencia en las instituciones educativas desde una triple dimensión: la
cognitiva, la conductual y la emocional, y considerar que el aprendizaje y la
socialización son factores importantes en la adquisición y mantenimiento de
comportamientos violentos" (p. 78).

Estos nos permiten una comprensión más profunda sobre estas problemáticas y
pueden ser útiles para diseñar intervenciones que ayuden a prevenirlas o tratarlas
adecuadamente. Es importante considerar que estas problemáticas tienen múltiples
causas y que su abordaje requiere de una perspectiva multidisciplinaria que integre
aspectos sociológicos, psicológicos y educativos.

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